fuere mordido y mirare á ella, vivirá. (RVA)
Otro ejemplo y en el que es Dios mismo es quien pide se haga la mediación
está en Job.
Jb 42,7: Y aconteció que después que habló Jehová estas palabras á Job,
Jehová dijo á Eliphaz Temanita: Mi ira se encendió contra ti y tus dos
compañeros: porque no habéis hablado por mí lo recto, como mi siervo Job.
Ahora pues, tomaos siete becerros y siete carneros, y andad á mi siervo Job, y
ofreced holocausto por vosotros, y mi siervo Job orará por vosotros; porque de
cierto á él atenderé para no trataros afrentosamente, por cuanto no habéis
hablado por mí con rectitud, como mi siervo Job. Fueron pues Eliphaz
Temanita, y Bildad Suhita, y Sophar Naamatita, é hicieron como Jehová les
dijo: y Jehová atendió á Job. (RVA)
En la epístola a los hebreos, se nos habla de los que ofrecen sacrificios por los
pecados de otros:
Hebreos 5,1
Porque todo pontífice, tomado de entre los hombres, es constituido á favor de
los hombres en lo que á Dios toca, para que ofrezca presentes y sacrificios por
los pecados: Que se pueda compadecer de los ignorantes y extraviados, pues
que él también está rodeado de flaqueza; y por causa de ella debe, como por sí
mismo, así también por el pueblo, ofrecer por los pecados. Ni nadie toma para
sí la honra, sino el que es llamado de Dios, como Aarón. Así también Cristo no
se glorificó á sí mismo haciéndose Pontífice, mas el que le dijo: Tú eres mi Hijo,
Yo te he engendrado hoy; Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote
eternamente, según el orden de Melchîsedec. El cual en los días de su carne,
ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar
de la muerte, fué oído por su reverencial miedo. Y aunque era Hijo, por lo que
padeció aprendió la obediencia; y consumado, vino á ser causa de eterna salud
á todos los que le obedecen; nombrado de Dios pontífice según el orden de
Melchîsedec.
Otras citas que muestran lo que se puede llamar intercesión:
Hermanos, orad por nosotros. (1Tes 5,25)
Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor
corra y sea glorificada, así como lo fue entre vosotros (2Tes 3,1)
Porque testigo me es Dios, a quien sirvo en mi espíritu en el evangelio de su
Hijo, de que sin cesar hago mención de vosotros siempre en mis oraciones,
(Rom 1,9)
no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis
oraciones, (Ef 1,16)