Susana Marchán y Apicius El Romano Página 127 27/03/2006
excelencia sin perder su esencia. Ese proceso no va a ser espontáneo a estas alturas cuando los
chefs actuales y los que van surgiendo no conocen realmente nuestra cocina. Es un reto que
tienen los organismos públicos y privados que se interesan o dependen del turismo o quieren
desarrollarlo, al menos a mediano plazo y que debería ser apoyado y estimulado, incluso
materialmente, por los entes rectores del turismo, si se quieren ver resultados en re lativamente
corto tiempo. En pocas palabras, se necesita investigar y probar. Recordemos bien que la cocina
contiene creatividad e innovación, pero éstas no se improvisan, no son gratuitas e innatas, por el
contrario son consecuencia del oficio, ejercido permanentemente y exigiéndose cada vez más. La
investigación y el sistema de prueba y error son imprescindibles. Cuando en Venezuela se
presentan platos etiquetados como de "Cocina Creativa" pretendiendo ser una nueva forma de
nuestra cocina tradicional, simplemente se esconde la falta de conocimiento de nuestra cocina y la
falta de oficio. En el caso de la cocina, la creatividad y la innovación son hijas del oficio y no es
posible invertir el orden como muchos pretenden.
Amplio repertorio
Se podrían enumerar cientos de nuestros mejores platos, pero basta citar algunos. Conviene
aclarar que es venezolano no sólo lo indígena, que tanto lo es lo que se fundió al principio como lo
que se creó aquí ayer. Tan venezolanos son la arepa como el churrasco de mero. Entre las sopas:
la crema de apio, la de aguacate, la de caraotas negras, la de auyama con mandarina, la de chipi
chipis, la de guacucos, la de jojoto, la de ajo porro, la de manzana con curry, el chupe de gallina o
de marisco, el hervido de gallina o de pescado, el mondongo, la sopa u olleta de rabo o de gallo,
las sopas de arvejas, de frijolitos con plátano, de bolitas de masa y de carne, de ostras, de arroz,
de quimbombó, el corbullón de pescado, la pisca, los guisados de pollo y de costillitas de cochino,
etc.
Tenemos arroces venezolanos: arroz con moules, con ají dulce, con cilantro, con guacucos, con
chipi chipis, con pollo, etc., aparte del pudín, de las croquetas y de las torticas de arroz. Asimismo,
los macarrones con pollo, con salsa de carne, con jojoto, nuestro pasticho. El pastel de pollo y el
de polvorosa, pericos y revoltillos variadísimos, los timbalitos rellenos, posiblemente nuestro plato
más elegante y vistoso y muchas formas de torticas: de harina, de ocumo, de cambur. En cuanto
al maíz, a pesar de ser americano y de que sabemos, o deberíamos saber manejarlo por tradición,
es poco lo que presentamos. Básicamente la arepa clásica, hoy de harina precocida, teniendo
otras opciones conocidas como las arepas de queso, de chicharrón, de queso con crema,
abombadas saladas y dulces y las arepas fritas de queso, de chicharrón, de ají dulce, de jengibre,
etc. También la polenta, los bollos y los bollos pelones, las hallaquitas diversas, las cachapas de
hoja y de budare, las empanadas de cazón y otros rellenos, las empanadas de yuca, nuestra
polenta, tortas de jojoto y de chicharrón, etc.
Muchos platos de vegetales, de los que bastaría recordar como ejemplo la multitud de variante
con el plátano, también de ensaladas y pudines, gratenes, torticas, etc. Podemos citar todos los
platos con langosta, especialmente el guiso de langosta oriental, todos los pescados y mariscos
en vinagreta, típicamente venezolana, mariscos enchilados, con ajo, con ají dulce, guisos de
cazón y de otros pescados al estilo oriental, de pescado con quimbombó, huevas de lisa, de
sábalo y huevas frescas de pescados, escabeches, la catalana a la parrilla, el corocoro frito, las
costillas de morocoto, maravilla del Delta del Orinoco, el lau-lau, el pabón y otros pescados de río,
los cuajados y pasteles de chucho y de curvina salados, las camaiguanas, los pescados con coco,
las guiguas y los botutos y esas dos maravillas de nuestros mares, el pargo y el mero, sudados,
fritos o en cualquier forma o preparación, los cuales, simplemente por presentar algo nuevo o por
su precio, son reemplazados por otros pescados de inferior calidad.
De aves, las codornices y perdices, la chalupa de pollo, la gallineta, el pollo en formas
variadísimas desde el simple a la brasa, el horneado y el sudado, hasta el pollo pebre, el citado