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I. Historia de la Ciudad. La historia primitiva de la ciudad es desconocida. La epopeya acadia
de la creación, *Enuma elish, ofrece un relato mítico de su fundación, describiendo a Babilonia
como la primera ciudad que llegó a existir, designando a sus altares como los lugares de
habitación de los dioses (VI:50 y sigtes.). Los artefactos de pedernal y piedra testifican de la
antigüedad del sitio, pero los arqueólogos no han sido capaces de penetrar debajo del estrato
del tercer milenio debido al alto nivel del agua. Un antiguo texto mesopotámico indica que
durante el tercer milenio la ciudad era conocida por los sumerios con el nombre de Kadingira,
el equivalente del acadio Babilum, ―la puerta de dios‖.
Durante el segundo milenio bajo el gobierno de los semitas *amorreos, ―pueblo del oeste‖,
Babilonia fue la capital de un pequeño reino *acadio dedicado al dios Marduk, gobernado por
una dinastía fundada por Sumu-abum. El sexto rey de la dinastía, Hamurabi, un militar,
administrador y un genio en la economía, fortaleció y embelleció a Babilonia. Durante el siglo
XVI los heteos atacaron y destruyeron la ciudad, dando por terminada la primera dinastía.
Entonces los casitas, que se habían radicado en Babilonia en grandes números, ayudados por
una invasión de sus paisanos de las montañas de Zagros, establecieron una nueva dinastía
que gobernaría durante quinientos años continuando, al parecer, los esquemas
gubernamentales de Hamurabi. *Asiria derribó el control casita y reemplazó el gobierno casita
por la segunda dinastía de Isin. El más grande monarca de este período de 125 años,
Nabucodonosor I, subió al trono al final del siglo XII.
Los siglos siguientes de la historia de Babilonia son oscuros. Parece que sus gobernantes
fueron únicamente los que Asiria aceptaba. En el siglo VIII, durante el reinado de Tiglat-pileser
III de Asiria, Ukin-zer, los caldeos, cuyas tribus controlaban el territorio sur de Babilonia,
tomaron la ciudad pero al cabo de 3 años Tiglat-pileser la reconquistó. Seis años después de
la muerte de Tiglat-pileser (721 a.C.) cuando el rey Sargón estaba defendiendo las fronteras
del norte, Merodac-baladán (2 R. 20:12 sgts.), un caldeo, pretendió el trono. Por 10 años el
usurpador no tuvo oposición, pero entonces Sargón movilizándose hacia el sur fue
proclamado vice regente de Babilonia. Merodac-baladán, prometiendo lealtad, regresó a su
tribu sólo para hacer otro intento por el trono durante el reinado de Senaquerib, el sucesor de
Sargón. El intento fracasó y Bel-ibni se convirtió en rey. La insurrección de Ezequías de Judá
(2 R. 8:13; Is. 30:1) hizo necesario el movimiento de las tropas asirias a Palestina e
inmediatamente Merodac-baladán incitó a la rebelión. Bel-ibni fracasó en dominar la situación,
pero los ejércitos asirios rápidamente reconquistaron el control. Una serie de insurrecciones
acabó con la paciencia de Asiria y Babilonia fue destruida 689 a.C. ). Los relatos de
Senaquerib del evento hablan con jactancia de la devastación completa. Su hijo Esar-hadón
asumió el poder de esa área. Cuando Senaquerib fue asesinado en el año 681, Esar-hadón
fue coronado, empezó la restauración de Babilonia y Samas-sum-ukin, el hijo de Esar-hadón,
fue proclamado el príncipe heredero. A la muerte de Esar-hadón su hijo, Asurbanipal, llegó a
ser rey de Asiria y Samas-sum-ukin rey de Babilonia. Después de 20 años de la diarquía,
Asurbanipal sitió a Babilonia imponiendo un reinado absoluto hasta su derrota por el caldeo
Nabopolasar en 627–626. En 612 Asiria cayó y fue establecido el imperio neobabilónico.
Nabucodonosor II, el hijo de Nabopolasar, coronado en 605 a.C., hizo de Babilonia una de las
ciudades más bellas del mundo. Nabucodonosor murió en el año 562 y para el 556 se inició
una nueva dinastía con el rey Nabunaid, cuyo hijo Bel-sar-usur fue por un tiempo regente de