DANZA DE LOS DIABLOS EN
HUETE (Cuenca)
Según testimonios de varios viejecillos de Huete (Cuenca), y a juzgar por los datos que posee el Ayuntamiento, el
historial de esta danza es antiquísimo.
La danza de los diablos se inicia, generalmente, con tres parejas de cuatro mujeres u hombres, vestidos con refajos
de colores, blusa blanca, pañuelo o mantón pequeño y delantal negro, con pañoleta blanca sobre la cabeza,
llevando media también blanca, basta, con dibujos, alpargata blanca con cintas encarnadas, y colocándose las
danzantes de frente, ostentando palos y cadenas. El traje de diablo es de lienzo color caña, con unas culebras
pintadas, faja colorada y una canana o cinto de cuero bordado; lleva la chaqueta igual que los pantalones y en
dragón con una cabeza pintada, pañoleta de tul blanca en los hombros y el pico atrás, poniéndose encima de la
cabeza una montera con flores y relicarios, lazos y cintas de adorno y sostenido el palo en la mano derecha, para
sujetar la cadena, que lleva colgada en la canana, con la mano izquierda.
La danza consta de un tiempo con diferentes formas coreográficas. Primeramente hacen el pasacalle, y a
continuación el paloteo, que consiste en palotear con la compañera de enfrente al ritmo de la música y, al
cambiarse de posición, palotea con la de la izquierda, siempre en esta dirección y en fila recta. Seguidamente se
dejan los palos en el suelo, dando una vuelta, y cogen las cadenas unas de las otras, con lo cual se inicia la
danza de los diablos. La que hace de cabeza, conocida por el diablo (que lleva la cadena más grande que las
demás danzantas), coge una cadena a su compañera y da la suya a la que tiene a su izquierda, alzando los
brazos y pasando las dos filas por debajo de cada brazo suyo, quedándose siempre en el centro. De esta forma
se dan tres vueltas, colocándose cada danzanta en su sitio, para que el diablo empiece a tejer su cadena con la
de las danzantas, pasando por cada cadena dos veces: una por arriba y otra por debajo. Una vez tejida la
cadena, el diablo queda al final de las filas, dando tres vueltas todas las danzantas con las cadenas tejidas. A
continuación, para destejerla, va el diablo en forma contraria, saliendo de cada fila una danzanta y cogiéndose
las cadenas unas de las otras, dando tres vueltas encadenadas y quedándose en su sitio. Prodiguen haciéndose
los arcos, pasando unas cadenas por debajo y otras por encima, volviendo a dar otras tres vueltas para
quedarse en su sitio, saliendo después, en corro, unas tras otras; hincándose de rodillas el diablo en el centro, a
quien echan las danzantas sus cadenas al cuello, que recoge el diablo con las manos. Una vez que se han
arrodillado todas, se levantan, dando otras tres vueltas, alzando el diablo los brazos con todas las cadenas,
momento que aprovecha él para escaparse por algún sitio, persiguiéndole después todas las danzantas
alrededor, quedándose en el lugar en que se inició la danza. Cada danzanta recoge su cadena, enlazándose los
dedos de la mano derecha con los de su compañera y con la izquierda sostiene el refajo, desapareciendo todas
de la escena y finalizando así esta danza antiquísima, que llama poderosamente la atención en toda la comarca
de Huete.
A continuación tienen lugar las Loas de los diablos, en honor de San Juan Bautista, Patrón del barrio de Atienza.