121
Sus labios eran calientes y suaves, exactamente como los imaginé. Su lengua
tenía todo el control, acariciando el interior de mi boca. Su mano me tocó la mejilla,
su pulgar pasó suavemente por mi mandíbula y un lado de mi cuello, pero no se
sentía como antes.
Su boca se movió contra la mía, asombrosa, perfecta, de tal forma que haría
a cualquiera rogar por más. Me follaba con la boca incluso antes de que nos
acercáramos a una habitación. Me decía con cada golpe de su lengua que no sólo
me quería sino que me necesitaba. Al mismo tiempo, tiraba de mi ropa como si el
beso no fuera suficiente.
Nada. No sentí absolutamente nada.
El desencanto fue tan abrumador, tan desagradable, que retrocedí.
Taylor seguía entregado al beso, sin darse cuenta que lo empujaba por los
hombros. Luego vi a Shea, la cantinera, congelada detrás de la barra, mirándonos
con disgusto y confusión total. Dándome cuenta de que acababa de demostrar mi
posición de puta de la ciudad después de años de tratar de romper la etiqueta, hice
la única cosa que me quedaba por hacer. Lo empujé y lo golpeé con fuerza.
—¿Qué mierda? —escuché gritar a Taylor, pero él no había hablado.
—¡Santa pelirroja golpeadora! —dijo Zeke.
Me volví hacia su voz. Taylor se encontraba parado a su lado. El otro Taylor
se encontraba a menos de treinta centímetros de distancia de mi rostro, y al
reaccionar, eché mi cuerpo hacia atrás, casi cayéndome del taburete.
Taylor número dos corrió detrás de mí, interrumpiendo mi caída. Me alejé
de él. Mirando de izquierda a derecha, como si viera un partido de tenis, con total
incredulidad.
—Falyn —dijo, apretando los dientes—, veo que conociste a mi hermano,
Tyler.
—¿Tyler? —pregunté, limpiándome la boca.
—Mi hermano gemelo —aclaró.
Tyler tampoco lucía muy feliz. —¿La conoces? —preguntó, frotándose la
marca roja de mi mano en su mejilla.
—Sí —dijo, acercándose a su doble—. Tyler, te presento a Falyn.
Al instante que mi nombre salió de su boca, las cosas empezaron a ocurrir
demasiado rápido. Tyler me miró, y Taylor se lanzó contra él, su puño impactando