Bombillas de bajo consumo y Mercurio

ecospip 2,054 views 13 slides Jul 22, 2009
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DALE UN RESPIRO AL PLANETA

¿Cuánta luz gastamos?
Según la Comisión Europea, con el
cambio de bombillas, se ahorraría el
equivalente a la iluminación de 10.000
casas cada año.
En el mundo, supondría el cierre de
más de 270 centrales eléctricas de
carbón de 500 megavatios (MW).
En España existen 25 bombillas en cada hogar de media, que
absorben el 25 % de la demanda doméstica (83 € /año). En total
suponen un consumo de 12.000 GWh. Si todas las bombillas fuesen
de bajo consumo, éste se reduciría a 2.000 GWh.
Si todas las bombillas fuesen de bajo consumo, se ahorrarían 10.000
GWh, 2'5 veces la producción de la central nuclear de Garoña

Una bombilla incandescente gasta cinco veces más
electricidad para dar la misma luz que una de bajo consumo,
con el consiguiente ahorro energético, además de reducir las
emisiones a la atmósfera de gases de efecto invernadero.
Las bombillas de bajo consumo son más caras, pero se
amortizan compensando su larga vida y su eficiencia
energética.

Tabla comparativa de consumo energético y ahorro
económico de los hogares
NOTA: considerando 0,1 euros el coste por kWh en la factura de la luz

Tipos de bombillas y su funcionamiento:
Las bombillas incandescentes producen luz al atravesar la corriente eléctrica
un filamento metálico de gran resistencia. Sin embargo, la mayor parte de su
energía se pierde en forma de calor (entre el 90 y 95%), por lo que el
aprovechamiento luminoso es muy bajo. Son las más baratas del mercado,
pero consumen más y tienen menos duración (1.000 horas de luz).
Las bombillas halógenas: funcionan de una forma similar a las incandescentes,
pero la calidad de su luz es especial y tienen mayor duración. Si se utiliza un
transformador eléctrico se disminuye la pérdida de energía, y el consumo se
puede reducir un 20% respecto a las convencionales.
Los tubos fluorescentes emiten la luz a través de gases como el fluor. Estos
tubos son más caros que una bombilla incandescente, pero tienen mayor
eficacia luminosa, consumiendo un 80% menos que estas y con una durabilidad
entre 8 y 10 veces mayor. Los de tipo trifósforo o multifósforo y los equipos
con reactancia electrónica de alta frecuencia son más eficientes.

Las lámparas de bajo consumo son
pequeños tubos fluorescentes
adaptados al tamaño y formas de
los soportes actuales. Estas no
pierden su energía en forma de
calor como lo hacen las
incandescentes, si no que gastan la
energía en dar luz, su función. Son
más caras, pero duran entre 8.000 y
10.000 horas y consumen un 75 %
menos de energía que las
incandescentes. Con la consiguiente
reducción de emisión de gases
efecto invernadero.

A TENER EN CUENTA:

Aunque sean más caras, al cabo de los años compensan.
Notaremos el ahorro en las facturas de forma considerable.

Las de bajo consumo tienen una vida útil entre 5000 y 12000 horas,
de 6 a 8 veces más que las incandescentes. Consumen un 75 % menos
de energía.

Las bombillas incandescentes pierden la mayor parte de su energía
en forma de calor (entre el 90 y 95%), por lo que el aprovechamiento
luminoso es muy bajo. Son las más baratas del mercado, pero
consumen más y tienen menos duración (1.000 horas de luz).

¿PLANTEAN ALGÚN PROBLEMA LAS
BOMBILLAS DE BAJO CONSUMO?
Ecologistas en Acción advierte que este tipo de
bombillas contiene mercurio, una sustancia muy
tóxica, por lo que a la hora de desecharlas deben
ser tratadas como residuos peligrosos.
Ecologistas en Acción se ha dirigido a los titulares de los ministerios de
Industria y de Medio Ambiente solicitando que al mismo tiempo que se
enfatizan los beneficios ambientales y de ahorro de energía que
suponen las bombillas de bajo consumo, se advierta a los usuarios que
al finalizar su vida útil deben ser depositadas en lugares de recogida
adecuados y en contenedores especiales donde no puedan romperse
para su posterior tratamiento y reciclaje, conforme a la Ley de
Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos.

El mercurio es un metal extremadamente volátil que puede ser
transportado a grandes distancias una vez se ha emitido a la atmósfera.
Una vez se ha depositado en un ambiente acuático, el mercurio se
transforma en metilmercurio, una potente neurotoxina, que se acumula
en los peces y en los animales salvajes y los humanos que los consumen.
Cuando es ingerido por mujeres embarazadas, el metilmercurio atraviesa
la placenta y se acumula en el cerebro y el sistema nervioso central del
feto en desarrollo. Incluso cantidades relativamente despreciables
pueden producir serios retrasos motores o de comunicación.

El mercurio nunca desaparece del medio ambiente,
asegurando que la contaminación de hoy seguirá siendo
un problema en el futuro.
El mercurio es un contaminante bioacumulativo. Se va transmitiendo a
través de la cadena trófica, de tal manera que el mercurio disperso en
el medio ambiente va ascendiendo a través de la cadena hasta llegar a
la cúspide, dónde se encuentran los predadores naturales, y el ser
humano.
Antes o después el mercurio no controlado acabará en nuestros
organismos, con los riesgos que implica.

Como consecuencia del peligro que implica el mercurio,
ya se ha prohibido el uso de este metal pesado en un
uso tan tradicional como los termómetros. También se
comercializan ya pilas sin mercurio.
Aunque la cantidad de mercurio en este tipo de bombillas es cada vez
menor, es muy importante una correcta gestión de los residuos. Se debe
recuperar el mercurio que contiene cada una de las bombillas (unos 4 mg) y
evitar su dispersión por el medio ambiente.
Por eso se deben llevar las bombillas y los tubos fluorescentes a los
puntos limpios y a las tiendas y distribuidores eléctricos, donde las
recogen para una adecuada gestión de este residuo peligroso.

Las Administraciones tienen que desempeñar una importante labor en
este campo, fomentando por un lado la concienciación de la población,
y por otro dando ejemplo.
El Ayuntamiento de Valladolid no
está llevando a cabo ninguna
campaña informativa sobre este
tema. Consideramos que en este
momento sería muy necesario, ya
que la mayor parte de la población
comienza a tener contacto con las
bombillas de bajo consumo.
Además, la iluminación pública de calles puede hacerse con lámparas de
bajo consumo. Precisamente, las bombillas de alta presión de sodio, que son
las que se utilizan para la iluminación de las calles, contienen mercurio
dependiendo de los watios. Para este tipo de lámparas ya hay en el mercado
modelos con muy bajo mercurio y modelos que no tienen mercurio.

Ecologistas en Acción forma parte de la European Environmental
Bureau (EEB), el conjunto de organizaciones ciudadanas de defensa
del medio ambiente, y está trabajando en la campaña Zero Hg
(Mercurio cero). Entre los objetivos de esta campaña están:
Concienciar a la población y a las Administraciones de la importancia
de la gestión de las bombillas que contienen mercurio.
Conseguir que las empresas productoras informen en el etiquetado de
la cantidad de mercurio que contienen sus bombillas.
Reducir el límite máximo de mercurio admisible en la normativa
europea de 5 a 2 mg, hasta conseguir que se llegue a prescindir
totalmente del mercurio también en las bombillas.