Humanidades 1 Progresión 5 1er. Cuatrimestre Profr. Martín Ramírez Ortiz LOS OTROS EN LA VIDA PERSONAL
Para iniciar ¿Cómo influye la tecnología en nuestra vida diaria?
El cíborg: la identidad y la relación con el otro En 1984, la filósofa Donna Haraway (1944) publicó el ensayo Manifiesto cíborg. El sueño irónico de un lenguaje común para las mujeres en el circuito integrado , en el que explicaba la relación que tenemos con las máquinas y el resto de los seres vivos. La palabra cíborg originalmente fue usada para nombrar a un organismo cibernético, pero Haraway utiliza este término para describir al individuo posmoderno, que ya no es sólo un cuerpo, sino que ha ampliado su constitución para incluir en él también la tecnología .
El cíborg: la identidad y la relación con el otro Los humanos ya no somos sólo órganos y tejidos en el sentido biológico, pues tenemos múltiples extensiones , como el teléfono celular, los lentes, relojes y demás objetos que requerimos en la vida diaria. El mito del cíborg apela a imaginar posibilidades de difuminar fronteras, como la que se pone entre tecnología y naturaleza o entre persona y animal.
El cíborg: la identidad y la relación con el otro La frontera entre cultura y naturaleza ya no es tan clara . La tecnificación de la última nos hace dudar de esa distinción. Lo mismo sucede con las categorías de mujer y hombre : sus límites pueden romperse de tal forma que seamos ambos géneros a la vez, no de manera biológica, pero sí en nuestra autopercepción y en los roles que llevamos a cabo en la sociedad.
El cíborg: la identidad y la relación con el otro Las dicotomías se caracterizan porque están compuestas por dos elementos, pero en estas parejas uno funciona como un recurso al servicio del otro , por lo que en realidad describen una relación de dominación . Así, la naturaleza está al servicio de la cultura; la mujer, al del hombre y el objeto, al del sujeto. El cíborg subvierte este orden de dominación al hacer difusa las fronteras y reivindicar los intereses de ambas, abriendo el camino para nuevas formas de relación . Es necesario reconectar al ser humano con otras criaturas vivientes al eliminar los límites que imponen los conceptos y fijándonos en lo común, en lo que humanos y animales compartimos.
El cíborg: la identidad y la relación con el otro El cíborg significa una utopía, propone un mundo en el cual las personas no tengan miedo de reconocer lo que tienen en común con los animales, con las máquinas o con otras personas. Las definiciones nunca son completas y las identificaciones son parciales, pues se dan a partir de las afinidades, no de las diferencias. Lo que designa el término mujer no es una identidad, pues toda mujer es diferente de otra, sino una afiliación, el compartir parcialmente una vivencia y una resistencia con las demás.
El cíborg: la identidad y la relación con el otro El pensamiento crítico , nos invita a no caer en la ilusión de la pureza, objetividad y universalidad de nuestras posiciones, sino a reconocer la parcialidad e intencionalidad de las identidades, siempre cambiantes, que vamos adoptando.
Dicotomía mente-cuerpo La humanidad opera con conceptos para los que no tenemos un correlato físico o una experiencia sensible . Ejemplos de estos pueden ser el infinito, lo divino, el espíritu, la eternidad, y el alma. Aunque esas ideas son importantes, ¿cómo llegamos a éstas sin tener alguna experiencia directa? René Descartes (1596-1650), quién es parte de la fundación de la filosofía moderna, intentó dar una explicación a este problema.
Dicotomía mente-cuerpo Para la filosofía moderna, el conocimiento científico es central. Para los modernos, la ciencia se distingue por el método que acepta como válido lo que se demuestra racionalmente . Descartes afirmaba: “Si estoy pensando es obvio que existo”. “Soy una cosa que piensa”. La idea del cuerpo es la de otra cosa distinta del pensar. De ahí que Descartes propuso que el cuerpo y la mente son sustancias separadas, pues la idea de cada una es diferente.
Relación entre humanos y otras especies Francisco de La Rochefoucauld (1613-1680) dijo que los animales y humanos no somos distintos, pues somos iguales no sólo en la diversidad, sino en lo esencial . Todos compartimos las mismas bases biológicas, por lo que las diferencias no tienen sentido. Hay una conexión común entre todos los seres vivos, y los seres humanos somos parte de ese universo, desde los microorganismos hasta los grandes mamíferos, todos participamos de la misma red de vida.
Relación entre humanos y otras especies Los humanos debemos aprender a vivir con lo que Haraway llama especies acompañantes , las cuales tendrían que gozar del mismo valor intrínseco que nuestra especie, pues todos formamos parte del mundo natural y nos transformamos mutuamente .
Relación entre humanos y otras especies Posturas como la de Haraway se oponen al capitalismo y la globalización en la medida que estos sistemas económicos han generado un grave deterioro del planeta, pues las formas de producción industrial resultan contaminantes y destructivas para todos . Estas posiciones llevadas al extremo suponen la renuncia a la investigación médica , en especial la infectología, ya que más que buscar acabar con los microorganismos que nos enferman tendríamos que aprender a vivir con ellos, puesto que son parte de las especies acompañantes.
Relación entre humanos y otras especies Asumir la responsabilidad debida tendría que pasar por una drástica reducción en los sistemas de producción y los niveles de consumo . La adopción de una política de esta naturaleza implicaría una modificación de todos y cada uno de los aspectos de la existencia. El ideal de un mundo sostenible parece una tarea difícil, pero no por ello podemos dejar de luchar por abolir esas prácticas que están a nuestro alcance y que representan un daño al planeta y sus diversas especies.
Los animales humanos En la naturaleza hay especies animales que forman sociedades . Algunas presentan división del trabajo y especialización como las hormigas y las abejas. También hay mamíferos que sostienen relaciones complejas entre sí, como los leones, chimpancés y elefantes. Los animales tienen formas de comunicación, pero no son lenguajes simbólicos como los de los humanos. Según el historiador Yuval Harari (1976), las características esenciales de la especie humana −sociabilidad y lenguaje− han permitido que este grupo haya destacado entre todos para llegar a construir civilizaciones , pero sólo gracias a que las hemos desarrollado al máximo.
Los animales humanos Harari explica que la cooperación humana va más allá de lo que pueden hacer los animales porque se transmite en lenguaje abstracto y, es capaz de despegarse de la realidad inmediata al contar historias y ficciones que permiten la interacción entre personas que no se conocen de manera directa: “la capacidad de crear una realidad imaginada a partir de palabras permitió que un gran número de extraños cooperaran de manera efectiva”. Los seres humanos podemos transformar las historias en función de las novedades que se presentan, mejorar las teorías, contar mejores narraciones y modificar la manera de actuar. Estamos hechos de lo mismo que los otros animales, la diferencia básica es nuestra cultura.
La construcción mediante el lenguaje con el otro Con el lenguaje llevamos a cabo gran variedad de acciones que nos hacen los seres que somos : comparamos objetos, describimos situaciones y estados de ánimo, contamos lo que nos ocurre o le decimos a una persona lo que esperamos de ella. En suma, con él hacemos un sinnúmero de labores que contribuyen a formarnos como personas. Si somos individuos empáticos, o autoritarios, esto se refleja en cómo usamos el lenguaje.
La construcción mediante el lenguaje con el otro El campo de la filosofía del lenguaje estudia la manera en que el ser humano establece relaciones significativas inmediatas simbólicamente con el mundo y los otros. Un autor que destacó las numerosas funciones que puede tener el lenguaje fue Ludwig Wittgenstein (1889-1951), quien señaló que las palabras son como herramientas que pueden ser empleadas para los fines más variados. Wittgenstein creó la noción de juego de lenguaje , con este concepto manifestó que usar un tipo de lenguaje es participar en una cierta actividad o forma de vida. Wittgenstein destacó que el lenguaje es una actividad social porque para adquirirlo necesitamos de los demás y, mediante él, nos formamos como personas partícipes en distintos modos de vida.
La construcción mediante el lenguaje con el otro Otro autor que analiza el lenguaje es John Langshaw Austin (1911-1960). Entre sus aportaciones, destaca la distinción entre expresiones constatativas y realizativas . Las primeras sirven para constatar la existencia de hechos en el mundo, mientras que las segundas se emplean cuando se realizan determinadas acciones. Para ello hay que seguir procedimientos socialmente establecidos que, a veces, involucran la participación de otras personas y es necesario que las expresiones se emitan bajo ciertas circunstancias. Ejemplo de tales expresiones son las que pronuncia el sacerdote al bautizar a un recién nacido. Otros casos relevantes de expresiones realizativas son los de pedir perdón, prometer, agradecer, rogar, etcétera.
La construcción del mundo social Cornelius Castoriadis (1922-1997), afirma que múltiples factores influyen en el desarrollo de las sociedades, como las necesidades que buscan satisfacer, los rasgos de carácter de sus integrantes, su ubicación geográfica, la dotación de recursos naturales y el nivel educativo de sus miembros. El cambio social se da cuando ciertas estructuras sociales (costumbres, leyes, creencias, normas, etcétera) pierden su sentido porque ya no responden a los fines para las que fueron creadas, dejan de ser útiles y son sustituidas por otras. Los seres humanos somos autónomos porque las relaciones son producto de nuestra acción que, en última instancia, es libre.