La historia reciente del Ejército de Tierra español no puede entenderse sin la profunda evolución de la figura
del suboficial: los antiguos miembros de las clases de tropa seleccionados entre los mejores, formados en escuelas
regimentales desde mitad del siglo XIX, constituyen hoy en día la auténtica columna vertebral del Ejército,
aportando excelencia profesional y compromiso en el liderazgo de las pequeñas unidades cuyo mando les
corresponde detentar.
Como señala la Ley de la carrera militar, culminando el acervo legislativo sobre la escala de suboficiales
iniciado en 1974, «los suboficiales constituyen el eslabón fundamental en la estructura orgánica y
operativa de las Fuerzas Armadas»; transmiten, cumplen y hacen cumplir las órdenes recibidas. Su valor
como escalón intermedio entre los oficiales y la tropa ha aportado incontables beneficios para la modernización
y la eficiencia de nuestro Ejército, que ya pusimos de relieve en 2019 con la celebración del 525 aniversario del
origen del empleo de sargento, casi tan antiguo como el nacimiento del propio Ejército español.
La creación de la Escala Básica de Suboficiales y el subsiguiente establecimiento de la Academia General
Básica de Suboficiales en Tremp el 31 de mayo de 1974 respondieron a la necesidad de transformar, integrar,
renovar y rejuvenecer el heterogéneo escalafón de suboficiales. El impacto en el devenir del Ejército de Tierra
de esa innovadora y acertadísima decisión hace ahora medio siglo, justifica sobradamente nuestro deseo de
conmemorarla como la efeméride principal del Ejército de Tierra para 2024.
Desde hace cincuenta años, los hombres y mujeres que han servido en la Escala de Suboficiales han sido
protagonistas también de los hitos principales de la transformación del Ejército: profesionalización, apertura
al mundo civil, adhesión a organizaciones internacionales de seguridad y defensa, incorporación de la mujer
y participación en operaciones en el exterior. Los requisitos de acceso y las titulaciones exigidas han elevado el
nivel profesional y la consideración del suboficial español y, sin duda, lo sitúan por encima de sus homólogos
en ejércitos de nuestro entorno. El éxito del modelo de suboficial del Ejército de Tierra es evidente y, medio
siglo después, otros tratan de emularlo.
En este calendario 2024 podrán apreciar, de forma visual, algunas de las contribuciones sobresalientes que
nuestros suboficiales prestan a la defensa de España y de sus ciudadanos en las filas de distintas unidades del
Ejército, y percibirán el enorme orgullo que atesoran por trabajar en ellas con profesionalidad, rigor y espíritu
de servicio.
Espero que sea de su agrado y que nos ayude a todos a reafirmar nuestro reconocimiento a los extraordinarios
suboficiales que sirven en el Ejército de Tierra.
El 1 de abril de 1974, en el nº 78 del Diario Oficial del Ejército, fue publicada la Ley 13/1974, de 30 de marzo,
«De organización de las Escalas Básica de Suboficiales y Especial de Jefes y Oficiales del Ejército
de Tierra». El punto uno de la base tercera de la misma decía: «Para integrarse en la Escala Básica
de Suboficiales será preciso superar unas pruebas de ingreso y posteriormente un curso común y
otro de Arma, Cuerpo o Especialidad en los Centros que se determinen».
De acuerdo con lo dispuesto en dicho punto, el día 4 de junio del mismo año, en el D.O. nº 125, se publicó
la Orden del Estado Mayor Central, a partir de la cual, se creó en el Campamento General Martín Alonso
(TREMP, Lérida), la Academia General Básica de Suboficiales, donde sería impartido el curso común de
formación de Suboficiales.
Estos dos hechos, vinculados entre sí y aparentemente simples en aquel entonces, cincuenta años después han
sido considerados de una importancia tan relevante por el General de Ejército Jefe de Estado Mayor del ET,
como para ser considerada la efeméride principal del año 2024 en el Ejército de Tierra.
Pasados cincuenta años de su promulgación, el espíritu renovador de la Ley 13/1974, continúa plenamente vigente
en la actualidad. Su implantación, vinculada a la posterior creación dos meses después de la Academia General
Básica de Suboficiales, supuso un cambio absoluto y definitivo para el Ejército, que apostó por la simplificación,
el rejuvenecimiento y la unidad de criterio en los procesos de selección de sus suboficiales, así como en una total
renovación de su formación, estableciendo unos niveles de titulación académica imprescindibles para el acceso a
la escala y abriéndola a la ciudadanía, permitiendo el acceso directo desde el ámbito civil.
La evolución que el Ejército demandaba en aquellos años y las diferentes transformaciones que en años posteriores
ha habido que afrontar con nuestro ingreso en diferentes organizaciones internacionales, planes de transformación,
participación en misiones más allá de nuestras fronteras y diferentes coyunturas políticas y económicas, han
supuesto siempre nuevos retos para nuestra escala y, por consiguiente, para nuestra academia, a los que siempre
hemos sabido adaptarnos, asumiendo cada vez mayores responsabilidades gracias a la formación recibida.
Sin olvidar de dónde venimos y respetando el largo y duro camino marcado por nuestros antecesores,
siguiendo su ejemplo y perseverando en los imperecederos valores que aprendimos en tierras leridanas, os
animo a continuar trabajando en la misma línea, contribuyendo desde la más absoluta lealtad a mantener el
compromiso del Ejército con la ciudadanía española, ayudando a su consolidación dentro de la sociedad como
una organización moderna, equilibrada y sostenible.
«¡A ESPAÑA... SERVIR HASTA MORIR!»
Miguel Ángel Jiménez Mérida
Suboficial Mayor del Ejército de Tierra
Amador Enseñat y Berea
Jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra