Malditas matemáticas C arlo Frabetti
Colaboración de Sergio Barros 54 Preparado por Patricio Barros
— ¿Ah, sí? ¡Cómo se nota que no eres tú la que tiene que partir la tarta! —replicó el
Sombrerero—. ¿Crees que es lo mismo partirla en dos trozos y darte uno que
partirla en cien trozos y darte cincuenta?
—El trabajo empleado en partirla no es el mismo —admitió la niña—, pero la
cantidad de tarta que me toca es la misma.
—Por eso 1/2 y 50/100 son fracciones equivalentes —sentenció la Liebre—; la
segunda se puede simplificar y convertirse en la primera.
— ¡Se puede y se debe simplificar! —exclamó el Sombrerero Loco, agitando el cuchillo
como si fuera una batuta—. De modo que no pretendas, niña caprichosa, que corte
la tarta en cien partes para darte cincuenta.
— ¡Yo no soy caprichosa ni pretendo...! —empezó a protestar Alicia, pero la Liebre
de Marzo la interrumpió:
—A lo mejor esta niña tan simpática y tragona prefiere 0,5 tartas.
—Más tragona que simpática —matizó el Sombrerero.
— ¡Basta ya! —exclamó Alicia exasperada—, 0,5 también es lo mismo que la mitad.
— ¿Por qué? —preguntó el Lirón sin llegar a despertarse del todo.
—Pues porque... —empezó a decir la niña, pero se dio cuenta de que no lo tenía
muy claro.
—Porque nuestro sistema de numeración posicional —dijo Charlie— no sólo nos
permite expresar unidades, decenas, centenas y demás múltiplos de diez mediante
la posición de las cifras, sino también décimas, centésimas, milésimas...
— ¿Y ése quién es? —preguntó la Liebre de Marzo, como si acabara de percatarse
de la presencia de Charlie.
—Es un famoso escritor y matemático —contestó Alicia—, y además es vuestro autor:
el mismísimo Lewis Carroll.
El Sombrerero y la Liebre se echaron a temblar.
— ¡Piedad, señor autor, no nos aniquile! —imploró la Liebre de Marzo.
— ¡Siga pensando en nosotros! —suplicó el Sombrerero Loco.
—No os preocupéis —los tranquilizó Charlie—, estáis entre mis personajes favoritos,
y nadie desea más que yo que sigáis existiendo. Pero, además, aunque quisiera
destruiros no podría hacerlo, puesto que vivís en la mente de millones de lectores.
Ahora mismo, alguien os está leyendo.