Clasificaremos las características del lenguaje
coloquial según tres principios básicos que se dan en
él:
A) Predominio de la FUNCIÓN EXPRESIVA
B) Finalidad eminentemente PRÁCTICA
C) ESPONTANEIDAD y falta de elaboración.
Abundancia de palabras con valores simplemente expresivos,
como interjecciones, formas verbales lexicalizadas…: ¡Oh!, ¡Eh!,
¡Anda! ¡Joder!
Empleo impersonal de tú, uno…, en lugar de la primera
persona: Uno no sabe qué hacer en estos casos; Vaya gracia
que te hace cuando te dicen eso.
Repeticiones para transmitir la intensidad: Estaba rico, rico.
Que no y que no.
Ordenación subjetiva de la frase: Los garbanzos, es que los
odio.
Uso de léxico valorativo: La película es bestial; Una canción
flipante. Aquí encontramos el empleo de muchas fórmulas para
expresar el superlativo: taco de bueno; cantidad de listo; tela
de exámenes.
Abundancia de prefijos y sufijos con valor apreciativo: niñato;
feílla.
Expresiones afectuosas e insultos ficticios: Qué cabroncete
eres; hijoputa; gordito.
Metáforas e hipérboles coloquiales: Estoy hecho polvo; Me
costó un ojo de la cara.
A. El lenguaje coloquial es sobre todo afectivo, por lo que en él
domina la FUNCIÓN EXPRESIVA:
Abundancia de elipsis u omisiones, dada la elevada
dependencia del contexto: Este…si yo te contara…en fin… un
desastre.
Escasa variedad de nexos conjuntivos, con polivalencia de
“que”: No me digas que he sido yo, que no, que te lo digo yo.
Uso de palabras “comodín” o “baúl”: eso, tema, guapo, cosa,
hacer, coger, rollo…
B. El lenguaje coloquial tiene una finalidad eminentemente
práctica por lo que es bastante económico:
Ruptura frecuente de la construcción sintáctica: Yo, me parece
a mí que no…
Frases cortas con casi total ausencia de subordinadas: Me voy
¿Te vienes? Es muy tarde.
Frecuentes repeticiones: Que sí, que sí, que lo hizo él, que te
digo yo que lo hizo él.
C. La presencia simultánea de los interlocutores favorece la
espontaneidad y motiva la falta de elaboración del
mensaje: