•Disponemos de cartas reales que se enviaron desde la
guerra: un material fundamental para conocer de forma
directa cómo fue vivida la guerra por los propios soldados
y los dramas que padecieron.
•Estas reflejan el sufrimiento de aquellos hombres, la
ilusión de los que partieron al frente a la dura realidad de
las trincheras.
•En los bolsillos de los muertos se encontraron cuadernillos
donde escribían sus impresiones y recuerdos. Además,
contamos con los testimonios de los supervivientes.
•Toda esta documentación señala los momentos más
significativos de sus vidas, la llegada al frente, la espera,
el ataque, el desencanto, los motines, la dura
convivencia con ratas y piojos, el calvario de los heridos
y, para los vivos, el relevo y el retorno. Los soldados
confían sus sentimientos a las cartas.
•Elfriede Kuhr, colegiala alemana de doce años, describe
en su diario la partida al frente de un regimiento de
infantería alemán (martes, 4 de agosto de 1914)
•Kresten Andresen, soldado
voluntario danés del ejército
alemán de veintitrés años,
explicando por qué se ha
alistado (jueves, 19 de
noviembre de 1914)