SAUNDERS
CLÍNICAS
QUIRÚRGICAS
DE NORTEAMÉRICA
Surg Clin N Am 87 (2007) 1325-1340
La cascada infl amatoria
en la pancreatitis aguda:
relevancia para la enfermedad clínica
Mohammed Elfar, MD
a
, Lillian W. Gaber, MD
b
,
Omaima Sabek, PhD
a
, Craig P. Fischer, MD, MPH
a
y A. Osama Gaber, MD
a,*
a
Weill Cornell Medical College, Department of Surgery, The Methodist Hospital,
6550 Fannin Street, Suite SM1661A, Houston, TX 77030, USA
b
Houston, TX, USA
*Autor para la correspondencia.
Dirección electrónica:
[email protected] (A.O. Gaber).
El presente artículo resume el estado actual del conocimiento sobre la cascada inflama-
toria de la pancreatitis aguda (PA) y destaca la relevancia de los datos de laboratorio
para el comienzo, la progresión y el tratamiento de la enfermedad humana.
La PA es una enfermedad inflamatoria del páncreas con incidencia variable en las
diferentes regiones geográficas del mundo. Estudios recientes documentan un aumento
gradual de la incidencia de pancreatitis aguda y una tasa estable de letalidad de los
casos [1-3]. Desde el punto de vista clínico, la PA se caracteriza por un comienzo
agudo de dolor abdominal y la elevación de la actividad de las enzimas pancreáticas en
sangre y orina. La mayoría de los episodios de PA tiene un curso autolimitado, pero las
crisis graves pueden conducir a shock, insuficiencia respiratoria y, posiblemente, muer-
te. La mortalidad temprana y la mayoría de las morbilidades del episodio agudo están
causadas por un síndrome de respuesta inflamatoria sistémica y el subsiguiente fracaso
multiorgánico. La mortalidad tardía suele deberse a sepsis y sus consecuencias. La
frecuencia de muerte temprana (dos primeras semanas) varía entre el 5 y el 50% de
todos los fallecimientos causados por PA [4,5].
Desde el punto de vista anatomopatológico, la PA suele presentarse con tumefac-
ción pancreática, asociada en el estudio histológico con edema interlobular e intralo-
bular, necrosis grasa, sobre todo en la grasa peripancreática, e infiltrados de leucocitos.
La mayor parte del infiltrado neutrófilo se encuentra en los espacios intersticiales, y
se puede extender a los conductos y los ácinos pancreáticos. En los casos más graves se
observan áreas confluentes de necrosis, con signos macroscópicos de necrosis y hemo-
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