Se trataba de una parcela del castillo dotada de
una gran capacidad defensiva.
Incluso en el caso de que el castillo hubiera sido
vulnerado por los atacantes, todavía tenían el
recurso de refugiarse en la torre del homenaje y
resistir allí.
Por eso servía de residencia para el señor del
castillo.
La torre era un centro de residencia generalmente con más de
una sala. Disponía de capilla, pasillos, compartimentos diversos,
capilla ... todo en una unidad compacta y dificilmente
expugnable.
La mayoría de las construidas hasta el siglo XII eran cuadradas,
pero a partir de entonces se construyeron en forma de cilindro
sobre todo en Francia.
Este cambio era un signo de progreso pues los muros
redondeados resistían mejor los choque de los proyectiles y
evitaban los ángulos muertos para la visión de los defensores.
Las plantas bajas solían usarse como cuadras, almacenes.
La primera planta como cuerpo de guardia.
Las intermedias, para los señores.
La superior, para los criados.
Con la aparición de la polvora y con su progresiva mejora las
torres de homenaje tienden a bajar en altura y ensancharse para
no ser tan vulnerables a las nuevas armas.
Para acceder a las murallas se tenía que saltar un
zanja protectora que a veces se recubría de agua.
Las murallas se reforzaban con torres situadas en
los extremos.
Sólo existía una puerta de entrada.
Estaba protegida por un puente de madera levadizo
y por una rejilla.
Las murallas resistían las flechas, los diferentes
proyectiles y la mayor parte de los desgastes.
En general para vulnerarlas era necesario subir a
ellas y eso solo se podía hacer a base de escaleras
y de torres de asalto.
En general, en los castillos existían muy pocas
ventanas y las que había eran de pequeño tamaño.
Con el tiempo se ampliaron esas ventanas y se
crearon nuevas, cuando los castillos habían perdido
esa importancia de lugares de resistencia.
Se construían como puntos fuertes
protectores en las murallas.
Las torres primero fueron cuadradas y
posteriormente redondeadas porque existía
mucha vulnerabilidad en los cantos de esas
torres cuadradas.
Las torres redondas resistían mejor los ataques y
otorgaban mayor márgen de defensa porque eran
más altas.
En ellas se instalaban aparatos de defensa del
castillo.
Se elevaban por encima de las murallas y eso
permitía que sus defensores disparasen desde
ella.
Las torres se encontraban también en los
extremos de las puertas para poder defender
mejor su entrada.
Además podían guardar ocasionalmente a los
presos más importantes porque eran los puntos
más altos y más seguros.
Torres altas construidas desde lugares elevados o con muy buena observación que permiten vigilar
espacios amplios o decisivos y dar desde ellas el aviso de la presencia de peligros al castillo del cual
dependen.
Se solía montar una red de atalayas que se enlazaban las unas con las otras ya sea por la vista ya sea
por señales de humos.
Durante el día los enlaces eran a través del humo.
Durante la noche, se transmitían señales por hogueras.
El fuego que realizaban para darse las correspondientes señales se llamaba "almenara".
Son importantes las atalayas de la región levantina, balear y almeriense.
Su función era detectar la presencia de piratas berberiscos que saqueaban frecuentemente sus costas.
Eran elevaciones de la muralla y de las torres
de denfensa que permitían a sus defensores
luchar mantenéndose de pie.
Así se permitía disparar desde ellas y quedar
protegidos fácilmente.
Las almenas estaban hechas con el mismo
material que el castillo.
Tienen la anchura no superior a dos hombres.
La función es arrojar algo sobre el atacante y
refugiarse inmeditamente detrás de ellas.
Las troneras eran rendijas que se realizaban en
las murallas para disparar desde ellas estando
totalmente protegido.
Desde las almenas en los ataques a los castillos
los defensores extendían plataformas de
madera para poder arrojar piedras, o aceite
hirviendo, encontrándose ellos mismos
protegidos.
También existían los "merlones", construidos
con piedras, que sustituían a las plataformas de
madera.
Normalmente se ubicaban en los puntos clave
de la edificación.
Una de las primeras cosas que se observaba en
un castillo era la fosa que lo circundaba.
La mayoría de ellas eran profundas y se llenaban
de agua para evitar el acceso de los atacantes a
las murallas, así se convertían en fosos.
Algunas veces el foso no eran más que una
excavación lo suficientemente ancha para no
poder saltarla y lo más profunda posible.
Hay que darse cuenta que los soldados iban
frecuentemente protegidos con armaduras y eso
dificultaba enormemente su resistencia en el
agua; frecuentemente se ahogaban si caían en
ellas.