CENICIENTA NO ESCARMIENTA Y OTROS CUENTOS CON PIMIENTA
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May 26, 2019
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About This Presentation
Un nuevo libro de poemas de Guillermo Saavedra, que continúa con el inconfundible estilo presentado en Pancitas argentinas. Esta vez, elige el mundo de las hadas, los monstruos, las brujas, Caperucita, Hansel y Gretel y otros famosísimos personajes de los cuentos clásicos. Pero los lectores se so...
Un nuevo libro de poemas de Guillermo Saavedra, que continúa con el inconfundible estilo presentado en Pancitas argentinas. Esta vez, elige el mundo de las hadas, los monstruos, las brujas, Caperucita, Hansel y Gretel y otros famosísimos personajes de los cuentos clásicos. Pero los lectores se sorprenderán al hallar nuevas y desopilantes historias.
Cenicienta no escarmienta, Hansel y Gretel comerciantes, Blanca nieves cuando llueve, Caperuza cocinera, El enorme pulgarcito, El sastrecillo valiente fue un cobarde maloliente, Tres chanchitos distraídos, El bato con gotas, Simbad un marino de ciudad, y más.
2003, Aguilar, Altes, Taurus, Alfaguara S.A.
‘Ay. Leandro N. Alem 720 (C1O01AAP)
Ciudad de Buenos Aires, Argentina
ISBN 10: 987-04-0618-1
ISBN 13: 979.987-04.0618-1
Hecho el depósito que marca la Ley 11.723
Libro de edcin argentina,
Impreso en México. Printed in Mexico.
Primera edición: marzo de 2003
Cuarta reimpresión: mayo de 2005
‘Segunda Edición: marzo de 2006
Segunda reimpresión: enero de 2008
Edición: María Fernanda Maquicira
Diseño de la colección: Manuel Estrada
{Una editorial del grupo Santillana que edit en
España + Argentina» Bolivia» Brasil + Colombia
Costa Rica + Chile « Ecuador + El Salvador + EE.UU.
Guatemala » Honduras « México + Panamá + Paraguay
Perú + Portugal + Puerto Rico + República Dominicana
Uruguay + Venezuela
‘Saved, Galea
"Cenicienta no écart - a cd Buenos Aires
Agu Alca Tara, Alar, 200.
96 p 20x12 em. (Morata)
ISBN 9870400101
1. Nr Ia Argenta. Tilo
DD At 9282
"Todos os desechos reservados Esa publicación no pde sr reproduce en todo ni en pan,
a reg en. 0 ans por un sistema de recuperación de información. en ninguna forma
singin media, sn mecánico, (quimico, elec, magni, rca. por
Topf, o ciar sr, sine emir re presento de etal
Sel
79
Cenicienta
no escarmienta
y otros cuentos con pimienta
Guillermo Saavedra
Ilustraciones de Nancy Fiorini
ESCUELA
Nro. 10
A Flavia
Sel
79
EL VERSO DE ESTOS CUENTOS
Según cuentan, contar historias es algo que
los hombres y las mujeres vienen haciendo desde
siempre, para entender por qué llueve o hace calor,
para compartir sus sueños y sus miedos o, sencilla-
mente, para pasar el rato.
Arrimados al fuego, hace miles de años en
una cueva y hoy junto a la chimenea de la casa o al
lado de una mínima estufita, grandes y chicos dis-
frutamos de decir y escuchar aventuras tremendas 0
anécdotas graciosas, con personajes muy parecidos a
nosotros o decididamente raros, casi imposibles de
distintos.
Hacer versos, con ritmos y rimas que suenan
como música pareja y sostenida, fue la primera for-
ma de decir en voz alta aquellas historias, porque así
era más fácil aprenderlas de memoria y poder con-
tarlas a amigos o parientes en otra ocasión.
Pelus Y 7D
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Yo quise recordarles, de nuevo y a mi manera, CUENTOS CLÁSICOS
algunos cuentos muy viejos y muy hermosos, y agre- PARA CHICOS MODERNOS
gar algunos otros inventados por mí mismo, en ho-
menaje a algunos chicos despampanantes que conozco.
En todos los casos, preferí usar versos y rimas,
como en mi libro anterior. No tanto para que se los
aprendan dé memoria como para compartir con uste-
des el saborcito picante de las palabras cuando se jun-
tan y se chocan, con ruido de latas desparramadas 0,
a veces, con olor a jazmín, a queso, a caramelo.
Este libro está dedicado, como el anterior, a
todas las sabandijas del desierto que tanto me acom-
pañan y me alegran: chicas y chicos allí mencionados,
"padres y madres de todos ellos; a Amalia Sanz, que me
ayudó a descubrir el placer de volver a contar los
cuentos tradicionales; y también, a algunos nuevos
amigos que han aparecido desde entonces, estén in-
cluidos o no en los versos de este libro: Andrés Mayer,
Matías y Lucas Grimson, Tomás Oubiña, Federica y
Emilia Esteves, Nicolás Otero Amuchästegui, Octavio De
Santis y, muy especialmente, a la adorable Juliana Can-
dia, ranita tibia y dormilona del barrio de La Paternal.
Larga vida y bellos cuentos, a ustedes, y a to-
dos ellos.
GS.
Plum 79
gi” CENICIENTA NO ESCARMIENTA 5
¿Se acuerdan de Cenicienta,
esa pequeña harapienta
cuyas hermanas mugrientas
la wataban de sirvienta?
Pues bien, una vez casada
¿on el principe y mudada
a su palacio en Posadas,
no cambió nada de nada.
‘Se le metió en la cabeza
el furor por la limpieza
y sale a barrer las piezas
con su traje de princesa.
227
El principe, Sinforoso,
se empezó a poner nervioso:
Por la mañana temprano,
con un cepillo de mano,
rasquetea los enanos cuando él se pone mimoso,
“del jardin, y a los gusanos ella se va a planchar osos.
que salen a ver qué pasa Y es probable que algún día
los leva hasta la terraza le diga: “Querida mía,
para sacarles la grasa no soporto esta manía,
con un trocito de gasa. vete a bañar a tus tías”.
Limpia ventanas y pisos
con el piolín de un chorizo
fabricado por un suizo
coloradito y petiso.
Lava ropa, seca platos,
lustra botas y zapatos,
por la tarde baña patos
mientras encera a los gatos.
79
Ca
HANSEL Y GRETEL
COMERCIANTES
Hansel y Gretel viven felices
en una casa con mil lombrices
que hablan bajito o están calladas
mientras se comen una empanada.
La casa es toda de chocolate,
‘menos el techo, que es de tomate.
Queda en el barrio de Villa Urquiza,
donde florecen las longanizas.
Son muy unidos y están casados
con una moza y un abogado.
Pascan los cuatro, montando un burro
al que alimentan con flan y churros.
7) }
Pelusa
Llevan un plano con el detalle
de cada barrio y todas sus calles
(si no, se pierden porque son pavos:
+ confunden Pampa con Mario Bravo).
Y tienen mucho, mucho dinero,
por eso pueden comer puchero
hecho con cuero de bombos füitos
y dulces tortas de cornalito,
Se hicieron ricos con cien locales
donde fabrican productos tales
como trapecios, gomas, buñuelos,
lauchas egipcias y té de pelos.
Pero el negocio que les permite
gastar fortunas en sus confites
es una enorme rotisería
donde cocinan brujas del día.
Q
All van chicos de todo el mundo
pidiendo a gritos un plato inmundo:
guiso de brujas en escabeche
de cien cangrejos y un pan de leche.
Ast las brujas que hicieron daño
van desfilando, año tras año,
por la gran olla de estos hermanos
que las preparan a cuatro manos.
277
LD
u" BLANCANIEVES CUANDO LLUEVE +.
En la pampa de Achala, donde se hacen zapatos
del tamaño de un chancho y fabrican botellas
pelirrojas o rubias, una chica más bella
que un bombón de alcachofa y más dulce que un plato
de mondongo con higos se ganaba el cariño
de la gente y los gatos, por ser linda y muy buena.
Se llamaba Ruperta Catalina Murena
y ayudaba a las vacas a comprarse corpiños.
Era negra retinta como un cielo sin luna:
pero el agua de lluvia la volvía más blanca
que la leche del tambo de Rodríguez de Anca
0 que el blanco del ojo de Nemesio Laguna.
Y por eso en Achala la llamaban en broma
“Blancanieves Murena, la negrita que aclard”.
Ella no se ofendía, se notaba en su cara:
se reía con ganas, masticando palomas.
Chica más deliciosa, educada y atenta
no hubo nunca en la Pampa, ni en Japón, ni en Bolivia.
Yes por eso que un día Mandolina Arancibia
le hizo un daño espantoso, una pésima afrenta.
Esta bruja vivía en la punta de un cerro,
retorcido y oscuro, con olor a pintura,
entre choclos, plumeros y un montón de basura,
en un rancho más chico que la cucha de un perro.
Esta tipa terrible, era mala y hermosa:
a su lado, eran feas las más lindas del barrio,
pero todos la odiaban pues mataba canarios
y asustaba a los chicos revoleando baldosas.
De mañana temprano, en la tele apagada,
se miraba la cara. Su reflejo brillaba
con tremenda belleza, mientras ella gritaba:
“Hay alguna más linda, no soy yo una monada?”
Justo en ese momento, la tevé se encendía
y una voz de cometa le gritaba con ganas:
“Sos preciosa, mi vida, mucho más que mi hermana,
sos más linda que todas, te ganaste un tranvía”.
Pero al ver su reflejo, una fifa mañana,
la asaltaron las dudas. Preguntó nuevamente
y la tele le dijo, con un tono insolente:
“Ya no sos la más linda, Blancanieves te ganal”.
Le agarró tal rabieta que tiró el aparato
desde arriba del cerro, aplastando una ojota.
Y después dijo: “Quiero encontrar a esa idiota,
y una vez que la encuentre, yo la agarro y la mato”.
Contraté al detestable Pascualino Mandioca,
y le dijo bien claro: “Yo la quiero más muerta
que una momia de Egipto. Aquí espero despierta
que me traigas al menos su riñón o su boca’.
El horrible asesino fue a buscar a su presa:
la encontró en la farmacia de Jacinto Molfera
aplicando inyecciones de banana y panceta
a la gente que iba con dolor de cabeza.
Cuando vio a Blancanieves tan hermosa y honrada,
se quedó patitieso y le dijo al oído:
“Me mandó Mandolina, a matarte he venido,
pero no te preocupes, no te voy a hacer nada.
Ahora bien: si esta bruja algún día descubre
que estás viva y coleando, nos revienta en el acto
con un palo de escoba o algún otro artefacto
porque es mala, es tremenda, es un bicho insalubre”
‚Ast fue como Blanca, la morocha más clara,
se tomó una bebida que achicó su tamaño
y vivió en una caja de cereales diez años,
sin que nadie le viera ni siquiera la cara.
En la caja, vivian siete enanos de lata
que cuidaron de ella cual si fuera una diosa.
Le llevaban ravioles de chanclera y sabrosas
ensaladas de corcho y escarola con paras.
Pascualino, entretanto, engañó a Mandolina:
Le levé un riñón chasco que le dio un camicero
y una boca pintada y forrada con cuero,
material que es orgullo de la industria argentina.
Pero siempre hay un pero, en Lanús o en Pompeya:
muy contenta, la bruja se compró otro aparato
de tevé y en seguida se miró sin recato,
preguntando a los gritos: “¡Y ahora, ¿quién es más bella?”
Imaginen la cara de esta bruja asesina
cuando oyó que la tele respondía entre risas:
“Lo lamento, querida; aunque ahora es petisa,
Blancanieves te gana, desde acá hasta la China”.
Encontró a Blancanieves en su caja escondida,
le zampé una vacuna de pestañas de tuerta
y la pobre muchacha se quedó como muerta,
en un sueño profundo para toda la vida.
Pero siempre otro pero recompensa a los pobres:
una tarde de otoño, a la Pampa de Achala,
llegó un gran deportista: Nicanor, hombre bala,
un muchacho divino con camisa de cobre.
Le mostraron la caja donde Blanca dormía
su sueñito de trapo y é, con gesto eficiente,
desperté a la muchacha que creció de repente
y, sentada en su cama, se comió una alcancía.
Los enanos bailaban medio muertos de risa,
Blancanieves cantaba y la bruja, enterada
de las nuevas noticias, ya no pudo hacer nada
porque el gran hombre bala se embaló y la hizo trizas.
Pelnsa v9
26
El valiente muchacho y la bella negrita
se casaron un día que nevaba y llovía:
Blancanieves, más blanca que la nieve más fra,
Nicanor, hombre bala, con piyama a rayitas.
Ca
CAPERUZA COCINERA
Ya es grande, Caperucita,
se convirtió en Caperuzas
vive en Santa Teresita
y es maestra de lechuzas:
les enseña a abrir los ojos
bien grandes toda la noche
para ver cómo los piojos
salen a pasear en coche.
Se casó con un cartero
que conoció en Chacabuco,
donde fire a comprar ruleros
y a jugar torneos de truco.
28
Cuando llega el carnaval,
disfrazada de lenteja,
inaugura un festival
que organizan las almejas.
Es feliz, ya no se acuerda
de ese día tan terrible
cuando, por ser medio lerda,
se la comió un lobo horrible.
Sin embargo, algunas veces,
cuando está muy aburrida,
el lobo se le aparece
y ella le hace la comida.
Fels
Pelusa 79
Ca
EL ENORME PULGARCITO Ce
Aquel Pulgarcito a quien, en un viaje,
casi se lo comen sin sacarle el traje
ya no es tan chiquito ni tan distraído:
es alto, imponente, valiente y fornido.
De manos tan grandes que juega a los dados
con cinco adoquines terribles, pesados,
su pecho es tan ancho como Bariloche
y en cada zapato le caben diez coches.
Yo sé que es dificil creer lo que digo,
pero ese alfeñique más chico que un higo
ahora es más alto que diez edificios
de aquellos tremendos que hacían los egipcios.
G Dia 7? 33
32
El único drama del gran Pulgarcito
es que cuando quiere ver a sus papitos
les rompe la casa: el pobre camello
no puede meterse en su propio cuello.
X cómo es posible —pregunta mi hermana-
que aquel tirifilo menor que una rana
Le dio tanta rabia ver cómo, de chico,
todos le pegaban haciéndolo añicos
que desde aquel tiempo practica deportes,
mastica botellas y come resortes.
Y se ha convertido en un justiciero,
defiende a los chicos de los patoteros
que quieren pegarles o robarles chiches,
ayuda a los viejos y hamaca caniches.
Al lado, sus padres parecen petisos:
tienen una casa de ochenta y tres pisos
que el hijo les hizo detrás de su oreja
y un campo de polo, canguros y ovejas.
Felnse 79
e EL SASTRECILLO VALIENTE
FUE UN COBARDE MALOLIENTE
¿Conocen ya la historia
de Hermógenes Falucho,
el sastre debilucho
que se llenó de gloria?
¿No estaban enterados?
¡Ustedes son más burros
i
que mil seiscientos churros
rellenos de candados!
Hermógenes vivía,
flacucho y timorato,
con tres loros y un gato,
en un pueblo de Hungría.
Pelusa
36
Su oficio era el de sastre,
juntito y separado:
de un sastre era empleado,
cosiendo era un desastre.
ox Le habían enseñado
las reglas de su oficio,
pero un gran maleficio
lo había trastornado:
un día tormentoso,
un brujo muy malvado
le preparó un licuado
que lo volvió miedoso.
Por culpa del hechizo,
le daba miedo todo:
dedales, sobretodos,
agujas y chorizos.
37
Los pollos al espiedo,
las pulgas, las tijeras
y el piso de madera
también le daban miedo.
Debido a aquel encanto,
temblaba todo el día
y así, lo que cosía,
quedaba hecho un espanto.
Sus trajes y camisas
salían retorcidos,
con un gran parecido
al flan de longaniza;
y no hubo quien pudiera
usar sus pantalones
con forma de melones,
sin cierre y con ojeras.
Pelusa 79
38 39
Su jefe le decía, El pájaro parlante
mirando esos deshechos: le hizo otro licuado
“Hermógenes, te echo con dientes de soldado
cualquiera de estos días”. y titeres picantes.
Al escuchar al dueño, El sastre tan miedoso
temblaba en la cocina cambió de cabo a rabo:
como una gelatina gritaba como un bravo,
golpeada por un leño. pegaba como un oso.
Y luego, ya en su casa, Se hizo tan valiente
hablaba con sus loros: que ya no lo asustaban
“Si pronto no mejoro, los choclos ni las rabas,
me como la terraza”. las migas ni la gente.
El loro más anciano, Y allá en la sastrerfa
sabiendo del problema, el dueño, sorprendido,
le dijo: “No, no temas, lo vio coser tupido
el
yo te daré una mano”. con rara maestría. A
Dela Q
y "TRES CHANCHITOS DISTRAÍDOS +.
En la república de Irlanda,
tres chanchos que eran como hermanos
se hicieron con sus propias manos
una casita con bufandas.
Eran tres cerdos que habían ido
a estudiar danzas a Cracovia;
llevaban flores a sus novias,
y estaban siempre muy unidos.
Pero una tarde de tormenta,
mientras jugaban al Nintendo,
apareció un lobo tremendo,
con una pinta truculenta.
Del
El tipo estaba muerto de hambre:
en los setenta últimos días,
había comido perchas frías,
cuatro carozos, un alambre
y, tras muchísimos esfuerzos,
la punta seca de un chizito.
Por eso al ver a los chanchitos
se dijo: “Aquí tengo mi almuerzo”.
Como la casa era de tela,
con cien polillas amaestradas,
La dejó toda agujereada
y empezó a hacer sonar sus muelas.
Pero los chanchos, muy alertas,
huyeron pronto en una moto
hecha con restos de porotos
y la manija de una puerta.
45
Al poco tiempo, los tres chanchos,
compraron mil quinientas velas,
pegaron bien toda la cera
e hicieron otro hermoso rancho.
El lobo hambriento pero atento
le prendió fuego a la casita:
era terrible, las velitas
¡ardían más fuerte con el viento!
En un avión de plastilina,
los tres chanchitos apurados
fueron volando hasta el mercado
del que era dueña su madrina.
Era una chancha con flequillo
que los retó por ser tan bobos:
“Para que en casa no entre el lobo,
tienen que hacerla de ladrillo”.
46
Y asf la hicieron: esa casa
tuvo paredes preparadas
contra polillas, llamaradas
y otras terribles amenazas.
Pero entre tanto dicho y hecho,
la falta de una sola cosa
les resultó muy desastrosa:
¡en esa casa no había techo!
Así que el lobo entró por esa
gran abertura que allí había:
cuando los chanchos aún dormían,
se los comió con mayonesa.
Pelusa, 79
y" EL BATO CON GOTAS Ta
Quisiera contarles la historia completa
| de un ser increíble, campeón de paleta.
| Pero lo que pasa es que, cuando intento
decirles su nombre, me viene un mal viento.
Se lengua mi traba, me cercbra el fallo,
me muelen las duelas y entonces me callo.
Intento de nuevo, para ver si puedo,
callando su nombre, salir de este enredo.
Digamos entonces que el bicho, felino,
tenía cuatro paras y un pelo divino.
Su dueño era un chico muy pobre y honrado
y el bicho adoraba comer buen pescado.
y
50 Da MUSH
El único orgullo de aquel jovencito
era un par de botas de cuero finito
que había ganado peinando baratas
en un mercadito del sur de La Plata.
El bicho era astuto y sólo pensaba
en latas de anchoas que nunca llegaban.
Por eso una tarde le dijo al buen chico;
“Si vos me hacés caso, te puedo hacer rico”.
El pobre muchacho se puso demente
cuando esta mascota le habló de repente.
De tan asustado, se dio pellizcones:
“¡Estoy tan hambriento que escucho visiones!”.
Le dijo el felino: “Estás en lo cierto,
yo soy una bestia pero no estoy muerto;
los últimos meses anduve callado,
Pero no soy mudo: me gusta el pescado.
"Si vos me prestaras tus botas de cuero,
yo conseguiría pilas de dinero.
La gente diría, al verme calzado, |
que yo tengo un duefio muy considerado”.
El chico asombrado por esas palabras
le trajo sus botas de cuero de cabra.
El bicho, calzado, le dijo: “Regreso
en cuanto te pueda traer unos pesos”.
Lo cierto es que el tiempo pasó sin que el bicho
volviera a esa casa, tal cual había dicho.
Vendió el par de botas y luego la trompeta
perdió ese dinero en una ruleta.
Ahora el malandra trabaja de mozo,
mastica tachuelas y duerme en un pozo.
Su dueño aún espera que el otro regrese,
aunque hayan pasado un año y cien mese
52
Pu SIMBAD, "a
UN MARINO DE CIUDAD
Por eso no puedo decirles el nombre
del bicho malvado. Que nadie se asombre
si sólo lo digo mezclándolo un poco:
el Bato con Gotas me pone reloco.
En un barrio del sur de Damasco,
un muchacho se hizo famoso
al lograr navegar en un frasco
por un mar de budín pegajoso.
Nadie supo la forma en que pudo,
en un frasco, cruzar esa masa
asquerosa y peor que el engrudo,
y volver sano y salvo a su casa.
Lo llamaron Simbad, el marino,
pero el tipo del mar no sabía
si era de agua, de leche o de vino,
o era el jugo de veinte sandías.
Le dijeron Simbad pero el tipo
se llamaba Teofrasio Mondiola.
Como siempre sufría de hipo,
„le gustaba tomar agua sola,
Era burro y más bruto que un cero.
Repitié tantas veces de grado
que a los veinte aún estaba en tercero
y a los treinta aún estaba ahí clavado.
Como iba tan mal en la escuela,
los papás le dijeron: “Teofrasio,
vos te irás a vivir con la abuela
Porque acá no tenemos espacio”,
Ya tenía cincuenta y dos años,
y comía como un elefante;
sus papás, que no eran tacafios,
se arruinaban con este atorrante,
Se ofendió de tal modo el zopenco
que juró no volver a esa casa.
Enjauló sus canarios flamencos
y se fue con su abuela Tomasa.
La viejita era muy cocinera,
amasaba ravioles de tela,
que en su enorme y pesada cartera,
el muy torpe llevaba a la escuela.
La mujer se pasaba los días
inventando recetas extrañas,
pero a veces fallaban sus mañas
y las cosas muy mal le salían.
Así fue aquella vez memorable:
para hacer un budín esponjoso,
puso al horno una masa inflamable
que explotó con un ruido espantoso.
56 Prius
Reventó la cocina y la masa
se expandió como un chicle gigante,
inundando de golpe la casa
un engrudo tremendo Y asqueante.
Esa pasta gomosa y porfiada
se agrand6 hasta llegar a la calle:
Ia ciudad quedó así sepultada,
escondida en el fondo del valle.
Se llevó a la abuelita una ola
de ese mar de budín desbocado;
no quedó en esa casa una sola
de las cosas que allí habían estado.
Agarrado de un gancho oxidado,
el futuro Simbad, por fortuna,
vio pasar rebotando a su lado
un frasquito con tres aceitunas,
57
Se tiró el grandulón en el frasco,
se comió una aceituna de vicio,
con las otras, se hizo un buen casco
y salió a navegar sin perjuicio.
Encontró a su abuelita subida
a una enorme escalera de hierro:
allí estaba la pobre dormida
junto a un mico, tres sillas y un perro.
No pregunten cómo hizo esta bestia
para hacer entrar todo en un frasco;
no me pienso tomar la molestia
porque quiero comerme un churrasco.
Yo les digo nomás que este chico
se llevó a su abuelita a la casa,
con el perro y las sillas. ¿Y el mico?
Se comió poco a poco la masa
Pew
58
que inundaba la bella Damasco.
Despejadas las calles, la gente
se curaba de a poco del asco
de esa pasta pringosa y caliente.
A Teofrasio le dieron palmadas
y un enorme y vulgar pergamino
que decía, con letras doradas:
“Al heroico Simbad, el marino”.
Me dijeron que el tipo ha pasado,
con estudio, paciencia y esmero,
a una clase de séptimo grado,
y hasta ahora no tuvo ni un cero,
HEROES DE NUESTRO TIEMPO
Y ALGUNOS CONTRATIEMPOS
Pela Q
JF OCTAVIO, EL SUPERHÉROE SABIO +.
Ustedes hablan como si supieran
de superhéroes, genios y portentos.
Yo les propongo a un héroe, no un invento:
SuperOctavio, ídolo de veras.
No me interrumpan con ataques de hipo,
escuchen bien porque es una primicia
desconocida en Banfield y en Galicia:
voy a contarles quién es este tipo.
Nació vestido con traje de Zorro,
de un Power Ranger ya tenía las mañas,
pero a la tarde, como el Hombre Araña,
saltaba techos persiguiendo a un chorro.
Puede ser Batman al tomar la leche,
Ricardo Tapia en el jardín de infantes
y Meteoro en su auto impresionante,
mientras se come un pato en escabeche.
Puede ver pulgas a una gran distancia
y escuchar cómo se maquilla un pioj
tiene dos grandes lupas en los ojos
y en los oídos, tímpanos de Francia,
Tiene poderes hasta en las patillas,
diez mil espadas mágicas de queso,
una camisa azul de miel y yeso,
catorce ponchos y una alcantarilla.
Vuela más alto que un piloto sueco,
nada mejor que un tiburón mediano
y sus tremendos brazos y sus manos
son muy capaces de dejarte chueco.
Maneja naves interespaciales,
barcos, aviones, motos y un autito
hecho de papas fritas y palitos,
con aceitunas negras y pedales,
Pero el poder más grande y decisivo
de SuperOti, héroe insuperable,
es el motor sin pilas y sin cables
de su calabacín al rojo vivo.
Pueden llegar trescientos dinosaurios,
sucios villanos, lauchas filipinas
que SuperOti siempre se imagina
una respuesta contra el perdulario.
Él está siempre atento, fabricando
cosas tremendas, grandes aventuras;
también le gustan mucho las facturas,
las empanadas y los mimos blandos.
Nunca descansa su cabeza fresca
de meloncito dulce y valeroso:
si a la mañana se enfrentó a diez osos,
tendrá mil guerras cuando ya anochezca.
66
No tiene tregua porque el mundo entero
es una enorme e interminable lucha;
por eso nunca quiere ir a la ducha,
le dice al padre: “Vos andá primero”.
De vez en cuando, duerme como un topo:
sueña con largos viajes al espacio
en los que va flotando muy despacio
entre quinotos rubios y con jopo.
Sig 79
a EL PEQUEÑO TOMÁS ILUSTRADO +.
Esta es la historia del bello Tomás,
genio absoluto, moderno y capaz,
de mil hazañas que no imaginás.
Si no te gusta, después me contás.
Desde muy chico, supo calcular
todos los piojos de su primo Omar
y hasta los peces del fondo del mar,
sin detenerse siquiera a pensar.
Cuando tenía dos años y un mes,
Tomi podía pensar con los pies
o zapatear un malambo al revés,
pintar paredes y hablar en inglés.
Escribió libros cuando iba al jardín,
se hizo una bici con un chupetin,
una avioneta con un salamín
y un sacapuntas que no tiene fin.
70
Tiene un caballo llamado Ramón,
cien microscopios en el calefón,
dos elefantes y un gran saxofón
que él mismo toca en el hall del Colón.
Como es tan sabio, lo vienen a ver
desde Rumania y Villa Ballester
para aprender a comer sin morder.
Él les explica y les da de beber.
Vienen de Egipto y González Catán,
y él les enseña a fabricar un pan
hecho con masa de arroz y azafrán,
trozos de goma, jabón y alquitrán.
Llegan de Cuba y también de Morón
porque Tomás siempre sabe un montón
de cualquier cosa sin una excepción:
física, química, historia y ping-pong.
Vienen de Ucrania, Mendoza y París
chicas y chicos que no se hacen pis.
Los grandes genios de cada país
le dan regalos y lo hacen feliz.
Si lo que digo no alcanza a explicar
cómo es de grande este chico ejemplar,
vayan y vean al sabio enseñar
en la casita que tiene en Pilar.
Usa camisas con tela de miel,
tiene un monito llamado Miguel,
hace camiones de piedra y papel,
y unos ravioles más grandes que él.
Es profesor de guitarra y doctor.
A los vecinos, les calma el dolor,
puede arreglarles el televisor
y fabricarles peras a motor,
Él vive allí con mamá y papá
tres cocodrilos y un jacarandá.
Esto que digo es la pura verdad,
sólo exagero más de la mitad.
(9
f UNA HISTORIA CRECIENTE
PERO NO RECIENTE
Juan
Grey
fue
rey.
Pero
antes
hizo
guantes
de lata
y goma,
en Cádiz
y Roma.
Ya de grande,
fabricaba
caramelos
de guayaba
74
que se comía
con sus parientes
y le estropeaban
todos los dientes.
Después fue marino
de un barco pirata
que se hizo pelota
contra una batata
que nadie se esperaba:
en medio de los mares
de choclo y de vainilla,
buscaba calamares.
Cuando tuvo treinta años,
conquistó la Polinesia,
donde conoció a su novia,
Carla Ruperta Nemesia.
75
Viajó con ella a Pergamino,
a Portugal y a Mar Chiquita;
le compró chicles y gladiolos
y una remera ajustadita.
Pero una noche le dio un mal viento
mientras regaba sus zapatillas:
Carla Ruperta se quedó dura
como el dibujo de una estampilla.
Juan Grey trató de que ella se ablandara
con un masaje en medio de la espalda;
pero ella, nada: dura como un palo,
y retorcida como una guirnalda.
El novio apenado viajó de regreso
con Carla Ruperta más tiesa que un caño;
la vieron doctores, cien brujos y un mago
pero nadie pudo reparar el daño.
077 79
= NICOLAS ES LO MAS
Hasta que un dia en que ya nadie lo creía,
cuando Juan Grey peinaba solo a sus gallinas,
Carla Ruperta se empezó a mover de nuevo
y pidió a gritos una lata de sardinas.
: El tremendo Nicolás
Desde entonces los novios se pasean tranquilos tiene un chancho en el ropero,
por un living inmenso, pero siempre cerrado: dos jirafas con ruleros,
les preocupa que el viento le haga mal a la chica tres chancletas y un compás.
y ella quede más dura que un budín congelado.
Cuando sale de visita,
lleva al chancho bien peinado.
Las jirafas, calladiras,
se quedan tomando helado.
Nicolás tiene patines _:
de cuerina y pan lactal,
un pulóver de grisines
y una gallina a pedal.
Tiene camisas de goma,
pastillas de salamín,
78
y una tortuga que toma
licuados con aserrín.
Tiene pinta y es valiente,
sabe de todo un vagón;
y, si se le cae un diente,
se lo manda al Gran Ratón.
Tiene amigos a patadas,
tiene un perro en la alcancía,
y una chica emocionada
de ser su querida tía.
Cuando Nico va a su casa,
peina al chancho con gomina.
Y el animal se la pasa
bailando tango en la esquina.
Mi querido Nicolás:
ojalá te hayan gustado
estos versos remendados
(y si no, no te hago más).
ANDRÉS,
UNA HAZAÑA POR MES
Vengan y vean al mágico Andrés:
él es más fuerte que un tigre siamés,
tiene motores en lugar de pies,
y una ranita que canta en francés.
Sabe leer y bailar rocanrol,
come por cuatro y se sube a un farol,
tiene más luces que el centro del sol,
y una ranita con un overol.
Salta más alto que cualquier lombriz,
tiene dos ojos y orejas, nariz,
una campera de flores de anís,
y una ranita que viaja a París.
%
82
Corre dormido y puede contar
mientras le plancha las olas al mar;
sabe esquiar, jugar polo y surfear,
y su ranita lo ayuda a remar.
Cuando se aburre, se toma un avión
que lo transporta hasta el sur del Japón;
allí se pone un kimono marrón
y con su rana se come un jamón.
En ningún juego lo han visto perder,
de cada ciencia, domina el saber,
pinta y dibuja en su propio taller,
donde a la rana le enseña a tejer.
Nada en lo hondo mejor que un delfín,
anda en tractores y en monopatín
dando más vueltas que un gran chinchulín,
y su ranita lo sigue hasta el fin.
83
Es conocido en Armenia y Bagdad,
en todos lados es celebridad,
por su talento, belleza y bondad,
(y por su rana también, es verdad).
Pero de todas las cosas que Andrés
hace con gracia y talento a la vez
la que lo ha vuelto famoso por diez
es su campaña en el fútbol inglés:
juega en el Manchester con Juan Verón,
ya está cansado de salir campeón,
hace sus goles con el cinturón
mientras la rana cocina un salmón.
A él no le falta ninguna virtud,
se baña solo y se pone champú
de desayuno, se come un ombú
y su ranita le dice: “;Salud!”.
84
Sus padres, chochos, lo adoran y van
a cada sitio donde este Tarzán
gana partidos de fútbol. Están
junto a la rana, en su propio diván.
79
f" JULIANA, PRINCESA TEMPRANA +,
En un barco de azúcar,
la pequeña Juliana
se pasea tranquila
al llegar la mañana.
Es la reina del día,
un solcito muy tibio
que acaricia la cosas
con un aire de alivio.
"Todavía no habla,
pero ya sabe mucho:
el sabor de las puertas
y el de los cucuruchos,