Este proceso se aplica en toda la industria láctea y es obligatorio ante cualquier proceso previo a la
elaboración de sus derivados. Se define como el procesamiento de la leche que asegura la
destrucción de las bacterias patógenas y la reducción de la flora banal, sin afectar de manera
significativa sus propiedades físico-químicas. En este proceso se aplica calor por medio del
calentamiento y enfriamiento de las paredes de compartimientos especiales diseñados para tal fin,
llamados "placas del pasteurizador".
7. El descremado
En 1864, un grupo de investigadores alemanes dio a conocer que utilizando el principio de la
fuerza centrífuga la separación de la crema de leche se podía hacer de forma más rápida; "rotando
fuertemente un tambor con leche normal, queda luego de un tiempo flotando la crema en la
superficie, por lo que de esta forma se la puede descremar fácilmente", afirmaron los alemanes.
Años más tarde, el sueco Gustaf de Laval mejoró este proceso creando el "separador centrífugo",
cuyo principio básico es el utilizado en la actualidad en todas las industrias lácteas.
El separador centrífugo consta de discos cónicos con agujeros de distribución, los cuales están
alineados verticalmente. La leche se introduce a través de los agujeros y, gracias a la fuerza
centrífuga, la grasa se separa. Los glóbulos grasos, al ser menos densos que la leche descremada,
se desplazan hacia el interior, mientras que la leche descremada se mueve hacia el exterior y luego
hacia el recipiente.
8. La homogeneización
Este proceso consiste en la dispersión del glóbulo graso de la leche, con el fin de no permitir su
separación tras un extenso período de reposo. De esta manera, los glóbulos se desintegran y se
dispersan por toda la leche dándole una estructura homogénea (de allí su nombre).
9. La ultra-pasteurización
Este proceso térmico consiste en calentar la leche a más de 138ºC en aproximadamente 2
segundos, y luego enfriarla a menos de 5ºC, para ser colocada en envases estériles y
herméticamente cerrados. La ultra-pasteurización se lleva a cabo a temperaturas más altas que el
proceso de pasteurización, de manera tal que se logra la eliminación total de los gérmenes
patógenos y la casi totalidad de la flora láctica. Además, otro beneficio de este procedimiento es
que permite conservar la leche por más tiempo, alrededor de 25 días en envase cerrado y
refrigerado. El tipo de envase dentro del cual se encuentra la leche, es un factor clave para la
determinación del tiempo de conservación.
10. La esterilización
Este proceso térmico consiste en calentar la leche por encima de los 146ºC durante 3 ó 4
segundos, con el objetivo de evitar la presencia de gérmenes patógenos y microorganismos
capaces de proliferar en ella. De forma inmediata, al terminar este proceso, la leche es envasada
asépticamente en envases esterilizados y herméticamente cerrados. Gracias a esto, se logra lo que
cotidianamente llamamos "leche larga vida", la cual se conserva intacta durante un prolongado
período (alrededor de 6 meses) sin necesidad de ser refrigerada hasta antes de su apertura.
11. El envasado