Tienen también la estructura más completa, donde podemos distinguir los siguientes elementos
estructurales: cartílago articular, cápsula articular y ligamentos, membrana sinovial, líquido
sinovial, rodetes o discos y meniscos.
La articulación se encuentra rodeada de una
cápsula articular (cavidad sinovial) que es un
manguito fibroso que se inserta en la
proximidad de las superficies articulares
impidiendo la unión directa entre los huesos
que se articulan; presenta en algunas de sus
partes engrosamientos llamados ligamentos,
estos cumplen la función de ser el primer
medio de contención de la articulación,
otorgándole a esta una mayor resistencia
permitiéndole un movimiento.
La cápsula tiene dos capas: cápsula fibrosa y
membrana sinovial.
La cápsula fibrosa, puede tener espesamientos
para formar ligamentos que fortalecen la
articulación.
La membrana sinovial, que es una especie de bolsa que se encuentra tapizando el interior de la
cavidad sinovial excepto el cartílago articular. Tiene un aspecto liso y brillante y se encarga de
producir el líquido sinovial formado por polisacáridos, proteínas, lípidos y células que lubrica las
superficies articulares internas y contribuye a la nutrición del cartílago. El ácido hialurónico es el
polisacárido que le da cualidades lubricantes.
Las superficies de carga o caras articulares de los huesos que participan en la articulación son lisas,
están revestidas por una delgada capa de cartílago especialmente adaptado a las fuerzas de fricción,
para combatir el desgaste óseo, este cartílago articular, normalmente es hialino.
Adheridos a las superficies articulares: se pueden encontrar almohadas de fibrocartílago en forma
de meniscos o discos articulares como rodetes, que son formaciones destinadas a incrementar la
congruencia de las superficies articulares o a incrementar la superficie articular, evitando además el
desgaste óseo y articular, que generaría el rozamiento de los huesos entre sí.
Desde un punto de vista teórico, todas las articulaciones móviles del cuerpo humano podrían
realizar un total de 6 movimientos sobre los tres ejes del espacio: 3 Translaciones (una en cada eje)
y 3 Rotaciones (cada una sobre cada eje) dando lugar a articulaciones con seis grados de libertad de
movimiento, siendo las clases de movimiento: flexión y extensión, abducción y aducción, rotación y
circunducción. Algunas de ellas permiten movimientos especiales como supinación, pronación,
inversión, eversión, protracción, retracción y deslizamiento, pero su diseño anatómico, en especial
la forma de sus superficies articulares y la existencia de potentes ligamentos que bloquen el
movimiento articular, van a limitar varios de estos seis grados de libertad.
Tipos de movimiento de las articulaciones sinoviales
Los anatomistas, fisioterapeutas y cinesiólogos utilizan una terminología específica para designar
los diversos movimientos que pueden ejecutar las articulaciones sinoviales. Estos vocablos indican
la forma del movimiento, su dirección o la relación dinámica entre una parte y otra.
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