La España de charanga y pandereta,
cerrado y sacristía,
devota de Frascuelo y de María,
de espíritu burlón y alma inquieta,
ha de tener su marmol y su día,
su infalible mañana y su poeta.
En vano ayer engendrará un mañana
vacío y por ventura pasajero.
Será un joven lechuzo y tarambana,
un sayón con hechuras de bolero,
a la moda de Francia realista
un poco al uso de París pagano
y al estilo de España especialista
en el vicio al alcance de la mano.
Esa España inferior que ora y bosteza,
vieja y tahúr, zaragatera y triste;
esa España inferior que ora y embiste,
cuando se digna usar la cabeza,
aún tendrá luengo parto de varones
amantes de sagradas tradiciones
y de sagradas formas y maneras;
florecerán las barbas apostólicas,
y otras calvas en otras calaveras
brillarán, venerables y católicas.
El vano ayer engendrará un mañana
vacío y ¡por ventura! pasajero,
la sombra de un lechuzo tarambana,
de un sayón con hechuras de
bolero;
el vacuo ayer dará un mañana
huero.
Como la náusea de un borracho
ahíto
de vino malo, un rojo sol corona
de heces turbias las cumbres de
granito;
hay un mañana estomagante escrito
en la tarde pragmática y dulzona.
Mas otra España nace,
la España del cincel y de la maza,
con esa eterna juventud que se
hace
del pasado macizo de la raza.
Una España implacable y redentora,
España que alborea
con un hacha en la mano
vengadora,
España de la rabia y de la idea.
La España de charanga y pandereta,
cerrado y sacristía,
devota de Frascuelo y de María,
de espíritu burlón y alma inquieta,
ha de tener su marmol y su día,
su infalible mañana y su poeta.
En vano ayer engendrará un mañana
vacío y por ventura pasajero.
Será un joven lechuzo y tarambana,
un sayón con hechuras de bolero,
a la moda de Francia realista
un poco al uso de París pagano
y al estilo de España especialista
en el vicio al alcance de la mano.
Esa España inferior que ora y bosteza,
vieja y tahúr, zaragatera y triste;
esa España inferior que ora y embiste,
cuando se digna usar la cabeza,
aún tendrá luengo parto de varones
amantes de sagradas tradiciones
y de sagradas formas y maneras;
florecerán las barbas apostólicas,
y otras calvas en otras calaveras
brillarán, venerables y católicas.
El vano ayer engendrará un mañana
vacío y ¡por ventura! pasajero,
la sombra de un lechuzo tarambana,
de un sayón con hechuras de
bolero;
el vacuo ayer dará un mañana
huero.
Como la náusea de un borracho
ahíto
de vino malo, un rojo sol corona
de heces turbias las cumbres de
granito;
hay un mañana estomagante escrito
en la tarde pragmática y dulzona.
Mas otra España nace,
la España del cincel y de la maza,
con esa eterna juventud que se
hace
del pasado macizo de la raza.
Una España implacable y redentora,
España que alborea
con un hacha en la mano
vengadora,
España de la rabia y de la idea.
La primera parte se corresponde con :
La España de charanga y pandereta,
cerrado y sacristía,
devota de Frascuelo y de María,
de espíritu burlón y alma inquieta,
ha de tener su marmol y su día,
su infalible mañana y su poeta.
En vano ayer engendrará un mañana
vacío y por ventura pasajero.
Será un joven lechuzo y tarambana,
un sayón con hechuras de bolero,
a la moda de Francia realista
un poco al uso de París pagano
y al estilo de España especialista
en el vicio al alcance de la mano.
Esa España inferior que ora y bosteza,
vieja y tahúr, zaragatera y triste;
esa España inferior que ora y embiste,
cuando se digna usar la cabeza,
aún tendrá luengo parto de varones
amantes de sagradas tradiciones
y de sagradas formas y maneras;
florecerán las barbas apostólicas,
y otras calvas en otras calaveras
brillarán, venerables y católicas.
El vano ayer engendrará un mañana
vacío y ¡por ventura! pasajero,
la sombra de un lechuzo tarambana,
de un sayón con hechuras de bolero;
el vacuo ayer dará un mañana huero.
Como la náusea de un borracho ahíto
de vino malo, un rojo sol corona
de heces turbias las cumbres de granito;
hay un mañana estomagante escrito
en la tarde pragmática y dulzona.
La segunda parte se corresponde
con :
Mas otra España nace,
la España del cincel y de la maza,
con esa eterna juventud que se hace
del pasado macizo de la raza.
Una España implacable y redentora,
España que alborea
con un hacha en la mano vengadora,
España de la rabia y de la idea.
Distinción entre la
España trabajadora y
la caciquista y la
crítica de esta última.
El autor trata en este poema la
distinción entre las dos Españas
de inicios del siglo XX: una
España tradicional y religiosa,
que a su vez pecaminosa, a la
que critica por ser la causa de
un futuro vacio e incierto para el
país, y una España nueva,
trabajadora, progresista, que
lucha por que nuestro país
tenga un futuro mejor.
Quizás nuestras preocupaciones sean muy diversas, y apenas
coincidamos unos con otros. Pero si hay una idea que nos ronda
continuamente en la cabeza, y es que será del futuro, y al igual
que nosotros, Antonio Machado trata en su poema “ El mañana
efímero” la idea que tiene él del futuro, pero no de sí mismo, sino
el de su patria, el futuro de España.
¿ Y cómo piensa que será el futuro de su país? Definitivamente no
considera que el futuro de la España de principios del siglo XX
tenga muy buenas expectativas, y no hay nada más que ver como
es y se comporta gran parte de la sociedad española del
momento, una sociedad arcaica, amiga de lo tradicional,
profundamente religiosa, a la vez que inmoral, desenfrenada, pero
que sin embargo no hace por cambiar el profundo atraso que
sufre el país con respecto de los vecinos europeos. Así es como
ve España Machado, y en consecuencia, considera que el futuro
de su país será incluso peor de cómo es en ese momento.
Aún así, Machado considera que existen dos Españas: una la antes
descrita, esa España tradicional, y otra vinculada al progreso, al trabajo,
al esfuerzo. Una España que tratará de sacar adelante a su país, y está
es la España que Machado admira y apoya.
Ahora mismo estamos en ese futuro que Machado predecía, y la verdad
sea dicha, no se ha equivocado mucho, dentro de lo que cabe, porque
continua desperdiciándose por culpa de unos pocos, mientras que
muchos otros tratan de sacar adelante al país con muchísimo esfuerzo
sin apenas resultado. Quizás hayamos avanzado en muchos campos,
pero si nos comparamos como podíamos compararnos antes con otros
países, España sigue estando a la cola de todo.
Y la verdad sea dicha, tanto nosotras como muchos otros españoles
pensamos que esto no va a cambiar si no cambia la sociedad, porque es
obvio que nos podemos luchar unos pocos, tenemos que hacerlo juntos.
Pero mientras esto no sea así, España seguirá siendo un cero a la
izquierda de Europa.
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Alba P. Dalí y Celia Peñalva. Alba P. Dalí y Celia Peñalva.