El Bowling está de moda y un hecho representativo es que todos los grupos inmobiliarios que
construyen actualmente centros comerciales, incluyen el bowling dentro de las actividades
“deseables” para dicho centro por considerarlo una actividad “motor” para el mismo.
En los lugares donde ya está presente el bowling se ha demostrado que se ha convertido en
un éxito palpable, debido principalmente a su alta rentabilidad, que en México mantiene una
media de flujo de efectivo, año tras año, de aproximadamente el 30%, lo que conlleva
resultados predecibles, convirtiéndola en una inversión estable.
Por último, otra de las ventajas que ofrece el bowling es que es una combinación de ocio y
deporte no influenciado por la meteorología.
FORMATOS DE NEGOCIO EXISTENTES
El negocio de un boliche consiste básicamente en prestar un servicio de alquiler de pistas y
complementos necesarios para jugar a los bolos, así como la posibilidad de tomar una copa.
Sin embargo, con la aparición de nuevas formas de entretenimiento, como los videojuegos y
ahora el Internet, estos lugares se transformaron para convertirse en centros de recreación
para todo tipo de público. De esta manera, la experiencia de ir a un boliche ya no sólo se
limita a derribar pinos. Hoy, la mayoría de estos establecimientos tiene efectos de luz y
sonido para cuando se hace un tiro, cuenta con luces leds en las canaletas y pantallas en la
parte superior, en las que el jugador puede disfrutar un video, un partido de futbol o hasta
verse a sí mismo jugando en tiempo real. Otra innovación que se incorporó es la
organización de eventos y fiestas temáticas para chicos y grandes. Esto contribuye a generar
más ingresos a través de la renta del lugar.
Considera que la gente que va a un boliche paga por un intangible, es decir, su diversión. Así
que para lograr que tu cliente regrese, toma en cuenta dos puntos clave: brindar un servicio
de excelencia y crear un ambiente agradable, lleno de opciones para que los asistentes vivan
una experiencia agradable. Para ello, complementa tu oferta con servicio de bebidas y
alimentos, así como con mesas de billar y videojuegos para quienes prefieran una actividad
física menos intensa.
Una opción de menor inversión es un mini boliche, ideal para restaurantes, bares u otros
centros de reunión. Funciona con monedas o tarjetas recargables y no requiere zapatos
especiales, ni aceitado de pista. Por ejemplo, dos líneas de 14 x 3 metros oscilan entre
US$50,000 y US$70,000 (o sea unos $730,000). Operando dos, cuatro o hasta seis pistas,
se tiene un retorno menor a un año.