LA MAYOR ENSEÑANZA: COLABORAR CON CRISTO “En todo su magisterio, no olviden nunca que la mayor enseñanza que se ha de impartir y aprender es la lección de colaboración con Cristo en la obra de salvar almas. La educación que se ha de obtener por escudriñar las Escrituras es un conocimiento experimental del plan de la salvación. Una educación tal restaurará la imagen de Dios en el alma. Fortalecerá la mente contra la tentación, y hará al estudiante idóneo para llegar a ser obrero con Cristo en su misión de misericordia para el mundo. Lo hará miembro de la familia celestial; lo preparará para compartir la herencia de los santos en luz” (CM, p. 400).
EL DEBER MÁS NOBLE “Los padres tienen para con Dios la obligación de hacer de sus alrededores algo que corresponda a la verdad que profesan creer. Pueden dar lecciones correctas a sus hijos, y estos aprenderán a relacionar el hogar terrenal con el celestial. Hasta donde ello sea posible, la familia debe ser aquí un modelo de la celestial. Entonces las tentaciones a participar de lo que sea bajo y rastrero perderán mucho de su fuerza. Se debe enseñar a los niños que están aquí tan solo como quienes son probados, y debe educárselos para que lleguen a habitar las mansiones que Cristo está preparando para quienes lo aman y guardan sus Mandamientos. Tal es el deber más elevado que hayan de cumplir los padres” (HC, p. 120).
LA INSTRUCCIÓN RELIGIOSA: UNA PROTECCIÓN CONTRA EL MAL “Debe darse instrucción religiosa a los niños desde sus más tiernos años. Debe dárseles no con espíritu de condenación, sino con un espíritu alegre y feliz. Las madres necesitan estar en guardia constantemente, no sea que la tentación llegue a los niños en forma que no la reconozcan. Los padres han de proteger a sus hijos con instrucciones sabias y placenteras. Como los mejores amigos de estos seres inexpertos, deben ayudarlos en la obra de vencer [...]. Esta debe ser una obra de cada día y hora. Padres, velad, velad, y orad, y haced de vuestros hijos vuestros compañeros” (TI, t. 6, p. 99).
QUE EL HOGAR SEA UN LUGAR FELIZ “Hagamos del hogar un sitio donde moren la alegría, la cortesía y el amor. De este modo se transformará en un lugar atractivo para los niños. Pero si los padres se mantienen en constantes problemas, y se muestran irritables y criticones, los niños adoptarán el mismo espíritu de disconformidad y contienda, y el hogar llegará a ser el sitio más miserable de la Tierra. [...] Se podría evitar todo esto si se practicara la temperancia en todas las cosas y se cultivara la paciencia. La práctica de la autodisciplina por parte de todos los miembros de la familia transformará el hogar en un verdadero paraíso. [...] Si la vida hogareña es lo que debiera ser, los hábitos allí formados constituirán una poderosa barrera contra los asaltos de la tentación cuando el joven tenga que abandonar el refugio del hogar paterno” (CSS, pp. 99, 100).
PREPARADOS PARA VENCER “Si a los jóvenes se les permite escoger su propio alojamiento y sus propios compañeros, algunos escogerán los que son buenos y otros escogerán malas compañías. Si no se mezcla el elemento religioso en su educación, se convertirán en fáciles presas de la tentación y sus caracteres estarán propensos a deformarse y desequilibrarse. [...] El amor para con Dios se aprende en el altar de la familia, del padre y de la madre en la primera infancia” (TI, t. 5, p. 392). “Debe educarse a los niños de tal manera que consideren normal la perspectiva de hacer frente a dificultades, tentaciones y peligros. Se les debe enseñar a ejercer dominio sobre sí mismos y a vencer noblemente las dificultades; y si no se precipitan volunta riosamente al peligro ni se colocan innecesariamente en el camino de la tentación [...]. Las facultades morales de los jóvenes que han sido debidamente educados, y que pongan su confianza en Dios, podrán resistir la prueba más severa” (HC, p. 408).
LA FUENTE DE LA VICTORIA: LA COMUNIÓN “Satanás hace cuanto puede para apartar de Dios a la gente; y tiene éxito cuando la vida religiosa está ahogada en las actividades comerciales, cuando puede absorber de tal manera la mente con los negocios que no se toma tiempo para leer la Biblia, para orar en secreto, para mantener ardiente sobre el altar mañana y noche la ofrenda de alabanza y agradecimiento. [...] Con frecuencia se estiman las tentaciones como la voz del verdadero Pastor, porque los hombres se han separado de Jesús. No pueden estar seguros un momento, a menos que alberguen buenos principios en el corazón, y los apliquen en toda transacción comercial” (TI, t. 5, p. 402). “Bien sabe Satanás que todos aquellos a quienes pueda inducir a descuidar la oración y el estudio de las Escrituras serán vencidos por sus ataques. De aquí que invente cuanta estratagema le es posible para distraer la mente” (CS, p. 573). “Una razón por la que no hay mas piedad sincera y fervor religioso es que la mente está ocupada con cosas sin importancia y no hay tiempo para meditar, escudriñar las Escrituras u orar” (OP, p. 107).
GENTE QUE CUIDA DE GENTE “Si un miembro de la familia de Cristo cae en tentación, los otros miembros deben cuidarlo con profundo interés, tratando de detener los pies que se están desviando por sendas falsas, para ganarlo a fin de que viva una vida pura y santa. Dios requiere este servicio de cada miembro de su iglesia (véase 1 Cor . 12:12-27.)” (CDCD, p. 145). “El Cielo entero conoce todo pensamiento, toda acción. Las acciones de ustedes podrán ser invisibles para sus conocidos, pero están abiertas a la inspección de los ángeles. Los ángeles tienen la comisión de servir a los que se esfuerzan por vencer todo hábito malo y mantenerse libres de las artimañas de Satanás” (MJ, p. 24).
NUESTRO BLANCO: LA INTEGRIDAD CRISTIANA “La vida cristiana es una batalla y una marcha. En esta guerra no hay descanso; el esfuerzo ha de ser continuo y perseverante. Solo mediante un esfuerzo incansable podemos asegurarnos la victoria sobre las tentaciones de Satanás. Debemos procurar la integridad cristiana con energía irresistible, y conservarla con propósito firme y resuelto” (MC, p. 359).
LA VICTORIA QUE VENCE AL MUNDO “Solo velando en oración y mediante el ejercicio de una fe viviente, el cristiano puede conservar su integridad en medio de las tentaciones que Satanás arroja sobre él. ‘Esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe’ (1 Juan 5:4). Hablen constantemente a su corazón el lenguaje de la fe: ‘Jesús dijo que me recibiría, y yo creo en su palabra. Lo alabaré y glorificaré su nombre’. Satanás estará cerca, a nuestro lado, para sugerirnos que no sintamos gozo alguno” (RP, p. 362).
MOTIVO DE ORACIÓN: Oro por fuerzas para vencer las tentaciones.