Complicaciones de la escabiosis o sarna El síntoma inicial y más frecuente de la sarna suele ser un picor muy intenso, producto de la reacción alérgica a los ácaros, a sus huevos y a los desechos que producen. Inicialmente, el prurito es local y, después, tiende a generalizarse. La intensidad del prurito se suele incrementar por la noche y, muchas veces, impide dormir a la persona con sarna. En bebés muy pequeños, el picor puede no aparecer.
C omo lesiones visibles en la piel, los ácaros excavan en la piel galerías finas e irregulares (surcos), que suelen ser muy estrechos y medir de cinco a quince milímetros de largo. Inicialmente, comienzan en las zonas de la piel donde hay pliegues y grietas: entre los dedos, en la parte interior de las muñecas y de los codos, axilas, nalgas, la cintura, rodillas, borde interno de los piel.
En los niños, sin embargo, el área de afectación suele extenderse y puede llegar a todo el cuerpo, incluidos el cuero cabelludo, las palmas de las manos y las plantas de los pies. En la cara, solo suele afectar a los bebés y a las personas que sufren la variedad llamada sarna costrosa.
En general, la primera vez que una persona se contagia de sarna pueden transcurrir en torno a tres semanas hasta que se manifiesten los signos y síntomas en su piel. No obstante, ese periodo de incubación puede reducirse a entre uno y cuatro días, aproximadamente, si la persona ya tuvo la enfermedad previamente.