Es hacer sentir mal al otro, censurando, criticando, golpeando, o usando un lenguaje grosero, descalificador, que corta la comunicación. La persona siempre encuentra fallas, es dictador, el que “manda”, se siente superior parece decir “ si no fuera por mi todo andaría mal”; aparece una sensación interna de tensión muscular, la presión sanguínea aumenta, la voz es dura, tensa y algunas veces aguda y fuerte. Cuando establecemos este tipo de comunicación, la cara se congestiona, los labios se retuercen, la nariz tiembla y lanzamos insultos o palabras duras. Actuamos agresivamente por que pensamos que comunicándonos de esta forma, podemos esconder que nos sentimos pocos valiosos, y de esta forma logramos que alguien nos obedezca, o que nos tomen en cuenta. La persona siempre trata de congraciarse, trata de complacer, de disculparse, nunca esta en desacuerdo, habla como si no pudiera hacer nada por si misma, necesita tener la aprobación de los otros y aprueba lo que otros dice aunque no este de acuerdo. Cuando nos comunicamos pasivamente la voz parece plañidera, aguda, el cuerpo esta inclinado, nos falta el aire para lograr una voz plena y sonora. Decimos <<si>> a todo sin importarnos lo que sentimos o pensamos. La actitud pasiva incluye la posición del cuero que corresponde a la reacción “ no importa lo que diga o como lo diga”. Nunca pediremos algo para nosotros pues asumimos que todo llegara a su debido tiempo, o que no merecemos nada distinto de lo que los demás quieran darnos o hacernos.