De lo dicho anteriormente se infiere que el objeto material de la Etica son los actos humanos, los hábitos o
costumbres, el carácter de la persona. La vida, decía Ortega y Gasset, es un que hacer, una tarea. El hombre
va haciendo su modo de sar y cuanto mayor sea el número de actos, tanto mayor la determinación del ser
humano: "puede decirse que el ir viviendo o existiendo consiste en ir haciendo cosas, no sólo materiales sino
inmateriales, y al ir haciendo las unas y las otras, ir haciéndose cada cual a sí mismo; y lo que cada cual va
haciéndose es lo que va siendo" (Aranguren, Op. cit., pág. 395)
Lo expresado confirma que el objeto material de la ética es, en última instancia, no la vida, sino el carácter
adquirid en ella. A lo largo de la vida conquistamos un carácter, un "haber" por apropiación, y éste es el que
importa éticamente.
El carácter, éticamente considerado, es la personalidad moral: lo que al hombre le va quedando de suyo a
medida que la vida pasa: hábitos, costumbres, virtudes, vicios, modo de ser. La tarea moral consiste en llegar
a ser lo que se puede ser con lo que se es. Porque, como dice Zubiri:
"Somos, a la vez, "agentes, autores y actores de nuestros actos. Agentes, en cuanto que emergen de nuestra
naturaleza; autores, en cuanto que con libres, dependen, no se aquella, sino de nuestra volición; actores, en
cuanto que definirnos nuestra propia figura aun en aquello -naturaleza- de que no somos dueños". (Citado por
José Luis Araguren, Op.cit., pág. 396)
El ethos, carácter o personalidad moral, va siendo definido a través de cada uno de los actos humanos. Con
cada nueva posibilidad que nos apropiamos, con cada actualización de un vicio o una vitud, describimos,
corregimos o subrayamos los rasgos de nuestro carácter.
Como se puede observar, hay, pues, un círculo entre estos tres conceptos, codo ético de ser, hábitos y actos,
puesto que el primero sustenta los segundos y éstos son los principios intrínsecos de los actos, pero,
recíprocamente, los hábitos se engendran por repetición de actos y el modo ético de ser se adquiere por
hábito. Estudiemos, pues, a continuación, y en general, los actos, los habitos y el carácter, considerados como
objeto material de la ética.
Empezando por los actos, lo primero que debemos preguntar en cuáles, entre los actos que el hombre puede
ejecutar, importan a la ética. La Escolástica establece dos divisiones. Distingue, por una parte, los "actus
humanis", es decir, actos del hombre y en cuanto tal hombre. Sólo éstos constituyen propiamente objeto de la
ética, porque sólo éstos son perfectamente libres y voluntarios.
La ética escolástica también admite los hábitos como objeto material de la ética, en cuanto que los considera
como "principio intríseco de los actos". En realidad, la personalidad moral se define a tráves de cada uno de
los actos y de los hábitos, por los cual éstos no pueden ser relegados a un segundo término al hablar del
objeto de la ética. La vida como totali0dad nos remite a los actos que la resumen -el "instante, la repetición"-, y
al "carácter" en que queda impresa. Al hablar de la vida en su totalidad no debe olvidarse que ésta no es solo
duración, sino también futurición y emplazamiento:
"En el tiempo como futurición proyectamos el destino moral que vamos a forjar. En el tiempo como
emplazamiento y "mientras llega la muerte", estamos a tiempo de rehacer este destino moral... El hombre
proyecta y se propone, se esfuerza y se afana en el tiempo; dispone un tiempo limitado para hacerse asi
mismo, para realizar su cualidad ética".(José Luis Aranguren Op.cit.Págs.195-196).
La perfección ética ha de hacerse en el tiempo y con el tiempo.
Nuestros proyectos se forjan en el tiempo, la perfección es cualitativamente diferente a lo largo de los años, la
expreriencia de la vida es la experiencia del tiempo vivido.
El objeto formal de la ética está constituidopor el aspecto moral de los actos humanos. Todas las actividades
realizadas libre y voluntariamente son buenas o malas, justas o injustas. Por eso, cuando un acto implica
degradación de la propia dígnidad enseguida lo catalogan como inmoral; pero en lugar de degradarla la
engrandecen, entoces lo calificamos de positivo. De ahí que la misión principal de la ética consista en jusgar
el aspecto moral de nuestro actos, es decir, valoral si las actividades que cada persona realiza son o no son
compatibles con su propia dignidad .