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Sabemos que Pablo dirige a Timoteo a tomar vino mezclado con agua por cuestiones
médicas.
Ya no bebas agua, sino usa de un poco de vino por causa de tu estómago y de tus
frecuentes enfermedades. 1 Tm.5.23
Sin embargo, nuestra postura como conocedores de la palabra se basa en el
testimonio correcto (Gn.9.20, 21) que, como cristianos, debemos presentar la familia y la
sociedad relacionada esas cinco razones, además del hecho de que por ley no podemos
conducir después.
Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, o se
ofenda, o se debilite. Rm.14.21.
No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del
Espíritu, Ef.5.18.
29 ¿Para quién será el ay? ¿Para quién el dolor? ¿Para quién las rencillas? ¿Para
quién las quejas? ¿Para quién las heridas en balde? ¿Para quién lo amoratado de los
ojos? 30 Para los que se detienen mucho en el vino, Para los que van buscando la
mistura. 31 No mires al vino cuando rojea, Cuando resplandece su color en la copa. Se
entra suavemente; 32 Mas al fin como serpiente morderá, Y como áspid dará dolor.
33 Tus ojos mirarán cosas extrañas, tu corazón hablará perversidades. 34 Serás como
el que yace en medio del mar, O como el que está en la punta de un mastelero. 35 Y
dirás: Me hirieron, mas no me dolió; Me azotaron, mas no lo sentí; Cuando
despertare, aún lo volveré a buscar. Pv.23.29-35.
Fornicación, vino y mosto quitan el juicio. Oseas 4:11
2 Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio,
prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; 3 no dado al vino, no
pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no
avaro; 8 Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho
vino, no codiciosos de ganancias deshonestas; 9 que guarden el misterio de la fe con
limpia conciencia… "1 Tm.3: 2, 3, 8, 9;
(Tenga en cuenta que el diácono no debe ser dados a mucho vino; el obispo no debe ser
dado al vino, consulte la discreción del ejemplo.)
7 Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios; no
soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias
deshonestas, 8 sino hospedador, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, dueño de sí
mismo, Tt.1.7, 8.
Así que nosotros respetamos la posición de cada iglesia, sin embargo, nosotros