-Desarrollo:
En el periodo que transcurrió entre 1833 y 1868 se produjo la implantación del liberalismo en
España y se eliminaron definitivamente las formas económicas, las estructuras sociales y la
monarquía absoluta que habían caracterizado al Antiguo Régimen.
La muerte de Fernando VII en 1833, desencadena la guerra civil entre los defensores de la
monarquía absoluta representados por su hermano Carlos María Isidro, y quienes apoyaban el
régimen liberal.
Ante la minoría de edad de Isabel, María Cristina de Borbón asumió la Regencia a la muerte de
su marido Fernando VII en 1833. Pese a que la Regente no se identificaba con su ideario, los
liberales se configuraron como la única fuerza capaz de mantenerla en el trono. Se inicia la
etapa de las regencias (1833-1843) que dio lugar a la construcción del Estado liberal, cuya
puesta en práctica se realizó en los años del reinado de Isabel II (1843-1868).
Durante los años de la primera guerra carlista se produjo la división del liberalismo español en
dos tendencias distintas y enfrentadas electoralmente: los progresistas y los moderados. Esta
división se produjo durante el Trienio Liberal (1820-23), cuando los liberales se separaron en
dos tendencias. Una fue denominada exaltada y de ella surgiría el partido progresista y la otra
empezó a ser denominada moderada.
Los Liberales Progresistas, antiguos exaltados del Trienio Liberal (1820-23), mantendrán hasta
1868 el siguiente ideario:
Soberanía nacional de las Cortes en exclusiva, en la que el monarca no interviniera en el poder
legislativo. El rey ejercería el poder ejecutivo. Ampliación de los derechos individuales y,
aunque mantenían, como los moderados, el sufragio censitario, ampliaban el censo electoral.
Proponen un Estado centralizado pero con una autonomía municipal: Elección popular de
alcaldes y concejales en los ayuntamientos. Mantenimiento de la Milicia Nacional como
garantía de las libertades. En el terreno de lo económico defendían la reforma agraria, el avance
de la industrialización, la supresión de aranceles aduaneros (Librecambio) y el fomento y
modernización de las comunicaciones.
La constitución de 1837 es la que responde más fielmente a su ideario político. Entre sus líderes
destacaron Mendizábal, Espartero, Mádoz y más tarde Prim. Sus apoyos sociales eran las clases
medias urbanas (artesanos, tenderos, empleados).
Gobernaron tan sólo un corto periodo de tiempo (1836-37) durante la regencia de María
Cristina, en la que impulsaron una importante reforma: la desamortización de Mendizábal; en la
regencia de Espartero (1840-43) y en el denominado Bienio Progresista (1854-56) en el que
destaca la desamortización de Mádoz y una nueva constitución, la de 1856 “non nata”.
Los Liberales Moderados: Su ideario político:
Soberanía compartida entre las Cortes y el rey, derechos individuales limitados, sufragio
censitario muy restringido. Estado y administración muy centralizados. Confesionalidad católica
del Estado. Se apoyaron en la oligarquía agraria y financiera, dejando fuera del juego político a
amplios sectores de la población. La Constitución de 1845 refleja sus criterios políticos y la
Década Moderada (1844-54) es el período más representativo de su gobierno. Entre sus líderes
destacan Martínez de la Rosa, Narváez y Bravo Murillo.
Isabel II fue declarada mayor de edad en 1844, los moderados estarán en el poder durante la
Década Moderada (1844-1854) y buena parte del periodo 1856-1868. Promulgaron la