Elaborado por Polleri (2014)
Los contenidos procedimentales se refieren a los distintos tipos de habilidades y destrezas,
las cuales se expresan en acciones ordenadas y dirigidas hacia la consecución de una meta (Coll
y Valls, 1992, citado en Díaz Barriga y Hernández Rojas, 2002). Un ejemplo de procedimiento
puede ser el uso de algoritmos, la elaboración de un mapa conceptual. Díaz Barriga y
Hernández Rojas señalan etapas en el desarrollo de este tipo de aprendizaje, en las que se
manifiestan las siguientes frases:
Estos contenidos no deben confundirse con las actividades de instrucción que realiza el
docente. Ellas hacen referencia a las acciones, a las formas de actuar y de resolver
problemas que el alumno debe construir.
La enseñanza de los procedimientos, implica no solo plantearle al aprendiz la ruta correcta en
el procedimiento, sino también los errores posibles, o rutas equivocadas, para poder mostrarle
las alternativas posibles en tal situación. Lo que se persigue no es la información de un
autómata, sino de un aprendiz que incorpore la reflexión y análisis continuo sobre su propia
actuación.
Los contenidos actitudinales suelen ser definido como el “saber ser” y como contenidos
siempre están presente en la enseñanza, aun cuando a veces no de forma explícita. Las actitudes
son “experiencias subjetivas (cognitivo – efectivas) que implican juicios evaluativos que se
expresan en forma verbal o no verbal, que son relativamente estables y que se aprenden en el
contexto social. Las actitudes son un reflejo de los valores que posee una persona”, (Díaz
Barriga y Hernández Rojas, Pág. 57). Igualmente los autores definen valor como la cualidad
de una persona, un objeto o hecho que les hace merecedoras de aprecio, admiración o estima.
En el aprendizaje de actitudes influyen las experiencias previas, las actitudes de otras
personas, la incorporación de nueva información y el contexto sociocultural en el cual el
individuo se enmarca (como ejemplo de este último citemos la enorme influencia hoy día de
los medios de comunicación en la generación de actitudes).
Aun cuando muchas actitudes se gestan sin ninguna planificación deliberada, el docente sí debe
incorporar el desarrollo de aquellas que favorezcan valores cónsonos con el respeto y
solidaridad, a la vez proporcionar la erradicación o relativizar otros, tales como el
individualismo, intolerancia.
Entre las actividades que el facilitador puede utilizar en la enseñanza de contenidos
actitudinales, se recomiendan las técnicas participativas, role playing, discusiones, exposiciones
y explicaciones de carácter persuasivo, a veces utilizando conferencias de prestigio.