modo, una formación más avanzada en los cuidados de enfermería son un medio
esencial de controlar la enfermedad (Gortner, 1983).
A principios del siglo XX, en Estados Unidos, nacen numerosas escuelas de enfermeras.
La direcciones de hospitales descubrieron que una escuela de enfermeras ofrece una
mano de obra joven, disciplinada y “a buen precio” (Reverby, 1987). Además, los
cuidados enfermeros competentes disminuyen el tiempo de hospitalización, lo que
permite tratar un mayor número de personas. Por otra parte, una enfermera diplomada
puede sustituir al médico en las tareas rutinarias en el servicio privado a domicilio. La
escuela de enfermeras depende, pues, del hospital, de modo que los servicios
hospitalarios tienen prioridad sobre las necesidades de formación (Brooks y Kleine –
Kracht, 1983). El estudiante es asignado a una unidad de cuidados según la necesidad
del trabajo que ha de cumplir más que por la diversidad del aprendizaje requerido
(Reverby, 1987). Así, las largas horas de trabajo limitan el tiempo dedicado a los cursos
y al estudio (Petitat, 1989; Reverby, 1987).
Sin embargo, a medida que los conocimientos médicos (las especialidades médicas son
cada vez más numerosas y la tecnología biomédica más compleja) progresan durante la
primera mitad de siglo (Brooks y Kleine – Kracht, 1983), la enseñan formal a las
enfermeras presenta un contenido orientado hacia los conocimientos médicos, lo que las
lleva a identificarse con el modelo científico médico. La enseñanza en forma de
conferencias está impartida por los médicos (Dolan y cols., 1983; O’ Brien, 1987;
Reverby, 1987); y se centra en el conocimiento memorizado de signos y síntomas de las
enfermedades y en la aplicación de técnicas médicas delegadas. El aprendizaje consiste
en seguir un procedimiento ritual único con la esperanza de reducir los peligros de
errores para los pacientes (Dolan y cols., 1983). La enfermera recibe una formación
técnicas junto con un entrenamiento para la obediencia y el orden (Reverby, 1987). La
formación de la enfermeras en el hospital resulta, pues, beneficiosos para éste y para la
profesión médica.
Por otra parte, las enfermeras – en Estados Unidos principalmente – se interesan cada
vez más por la investigación como medio de desarrollo de los conocimientos. En esta
época, los intereses de investigación de las enfermeras giran alrededor de las
enfermedades contagiosas, los planes de cuidados para los grupos de pacientes y los
procesos de cuidados específicos a estos grupos (Gortner, 1983). Hacia los años treinta,
las investigaciones intentan evaluar sistemáticamente las técnicas de cuidados, los
mismos que los funciones y actividades de la enfermera. En los años cincuenta, las
investigaciones se concentran en la organización de las unidades de cuidados y en
mejorar los cuidados enfermeros (Gortner, 1983). La preocupación consiste entonces en
estandarizar las normas de calificación de las enfermeras (Gortner, 1983; Polit y
Hungler, 1991)
Así, los resultados de las primeras investigaciones enfermeras (informe Goldmark,
1923) permiten una transformación del sistema prestación de cuidados a principios de lo
años cuarenta. Las enfermeras diplomadas son contratadas en los hospitales con el fin
de que los estudiantes dediquen más tiempo a los estudios y menos al trabajo (Brooks y
Kleine – Kracht, 1983; Church, 1990; Polit y Hungler, 1991). Otros estudios sobre las
necesidades del personal enfermero (informe Brown, 1948; informe Weir, 1932)