Los vertebrados se clasifican en peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos. Por el
contrario, los invertebrados incluyen esponjas, celentéreos (Ctenophora o
medusas peine, y el Cnidaria o animales de coral, anémonas de mar, plumas de
mar, etc.), equinodermos (estrellas de mar, erizos de mar, pepinos de mar),
gusanos, moluscos ( calamares, pulpos, caracoles, bivalvos) y artrópodos
(insectos).
Diferencias en el tamaño
Una de las diferencias notables entre los vertebrados y los invertebrados es su
tamaño. Los invertebrados, como gusanos, crustáceos e insectos, son pequeños y
lentos porque carecen de medios eficaces para apoyar un cuerpo grande y los
músculos necesarios para alimentarlo. Sin embargo, hay algunas excepciones,
como los calamares, que pueden llegar a medir hasta 15 metros (50 pies) de
tamaño. Los vertebrados tienen un sistema de apoyo versátil. Como resultado, los
vertebrados tienen la capacidad de desarrollar cuerpos más rápidos y más grandes
que los invertebrados.
Adaptación al medio ambiente
En contraste con los invertebrados, vertebrados tienen un sistema nervioso
altamente desarrollado. Con la ayuda de su sistema de fibras nerviosas
especializadas, que pueden reaccionar muy rápidamente a los cambios en su
entorno, dándoles una ventaja competitiva. En comparación con los vertebrados
(animales con columna vertebral), la mayoría de los invertebrados tienen sistemas
nerviosos sencillos, y se comportan casi en su totalidad por el instinto. Este
sistema funciona bien la mayor parte del tiempo, a pesar de que estos animales son
a menudo incapaces de aprender de sus errores. Polillas, por ejemplo, revolotean
varias veces alrededor de las luces brillantes, incluso a riesgo de quemarse. Las