Cuento de la lechera

4º sesión

1. CUENTO DE LA LECHERA

3 VERSIONES DEL CUENTO DE LA LECHERA:

-El primer relato, de Esopo, el más antiguo. (600 a.C.):
Sus relatos son divertidos y cumplen la norma clásica de enseñar deleitando.
-El segundo relato, de Don Juan Manuel (siglo XIV):
En este caso no es una lechera, sino Doña Truhana y su cántaro de miel.
-Y el tercer relato, de Samaniego (siglo XVIII):
Sus fabulas tienen una rima pegadiza y una moraleja al final en pareado. Además, son menos
ingenuas y están llenas de críticas “escondidas” a personajes conocidos y a costumbres de la
época.

MI CUENTO:

Había una vez una niña que se llamaba Eva.
Eva era una chica con muchas ambiciones y sobretodo, muy inteligente pero, por creerse más
que nadie su vida y sus sueños cambiaron.

Desde siempre, nunca la hizo falta estudiar mucho para los exámenes y nunca le conllevaba
mucho tiempo hacer los trabajos. Mientras sus compañeros estudiaban, ella se pasaba el día
con el móvil y soñando con que se acabara el curso para ir a la universidad y por fin conseguir
el trabajo de sus sueños. Era como una niña superdotada a la que no le costaba mucho los
estudios y eso le hizo creerse superior a los demás. A pesar de que ella no se lo curraba mucho
sacaba mejor nota que todos. Pero eso era, durante todos los cursos anteriores, cuando llego a
segundo de bachillerato, sus notas empeoraron.

Había estado acostumbrada a no esforzarse lo más mínimo para obtener un buen resultado
pero ahora el curso era más difícil. En las dos primeras evaluaciones, en las cuales empezó
destacando, pronto fue decreciendo de posición hasta pasar desapercibida.
Pero ella en vez de ponerse las pilas, siguió haciendo lo que siempre hacía, a pesar de que sus
profesores le advertían de que tenía que aprovechar más el tiempo, ella seguía pasando sus
horas con el móvil sin sacar provecho en absoluto.

Eva seguía convencida de las palabras que durante toda su vida la habían dedicado y como la
describían como la chica inteligente y de sobresalientes, y seguía pensando que aun estando
en un curso más difícil podría aprobar sin esforzarse y conseguir el trabajo de sus sueños, en el
cual la pagarían mucho, estando pocas horas y sin mayor esfuerzo.

Pero como era lógico, segundo de bachillerato era diferente y más complicado y suspendió en
la mayoría de exámenes, algo que ni se podía creer, había confiado demasiado en su vida
pasada y se creía que lo tenía todo hecho.
Así que, la chica inteligente que destacaba por encima de todos acabo repitiendo y haciendo
que sus sueños irreales se tuvieran que posponer un año más.