Se quedóen la cueva, se alimentócon la comida del burro y recibiócuidados.
Cuando ya se encontróbien, volvióa ser arisco y mal educado con quien tan bien le
trató.
Chíspulale dijo:
-“¿Quépasa, que no piensas moverte para coger leña, buscar comida o limpiar la
cueva?”
Terrobahaciéndose el zalamero contesta:
-“No tengo ganas”
-“Cuando vuelva, si no dejas la cueva recogida ya te estás largando”.
Le replicóel burro.
Cuando volvióa la cueva estaba más sucia que antes.
-“¡Fuera de aquí!”
-“¡Quéte lo has creído! A mi no me echas de aquíy no tengo intención de
trabajar”
Al ver que Terrobano hacía caso, le echóuna soga al cuello y arrastróde él
hastasacarlo de la cueva.
Terrobapasóunos días deambulando por los montes, pasando hambre y un
frío invernal. Se vio solo y triste.
Recapacitósobre sus acciones y lo mal que se portócon el que fue su
compañero. Anduvo y anduvo hasta que finalmente encontró una cueva.
Sobrevivió,al principio pasómuchas dificultades porque nunca había trabajado.
Pasado un tiempo, Chíspulay Terroba, se encontraron al lado de un río. Se
reconocieron. El caballo se dirigióhacia el burro y le dijo:
-“Gracias Chíspulapor lo que me has ayudado y enseñado”
-“Veo que has cambiado”
-“Sí, me he dado cuenta de que si te esfuerzas logras lo que te propones y te
sientes mejor. He aprendido a valorar y respetar. Ahora no tengo que
avergonzarme de lo que hago.
Terrobay Chíspula, quedaron como amigospara siempre.