UNIVERSITAT ROVIRA I VIRGILI
LA ENSEÑANZA DE LAS MATEMÁTICAS Y LAS NTIC. UNA ESTRATEGIA DE FORMACIÓN PERMANENTE.
Mariela Sarmiento Santana
ISBN: 978-84-690-8294-2 / D.L: T.1625-2007
La Enseñanza de las Matemáticas y las NTIC 136
aminora el temor en su aplicación en las situaciones de la vida diaria y al mismo
tiempo demanda un creciente dominio de los recursos de cálculo.
Luego, la resolución de problemas puede considerarse desde una triple
dimensión, como: objetivo, contenido y metodología, según García (2002). Es un
objetivo porque la enseñanza de las Matemáticas va dirigida a que el alumno aprenda
a resolver problemas, es parte del contenido referido a técnicas, heurísticas y
estrategias para lograrla y es una metodología porque se le considera como uno de los
mejores caminos para aprender Matemáticas.
El término problema no debe considerarse sólo como un enunciado o pregunta,
más bien, “los problemas tienen que ser vistos como situaciones que se resuelven
mediante un proceso razonado en el que se dan oportunidades a los alumnos y
alumnas para que se cuestionen, experimenten, hagan conjeturas y ofrezcan
explicaciones” (García, 2002, 21), por ello definimos problema siguiendo a Gairín
(2001, 62), como una terna: situación-alumno-entorno, pues “sólo hay problema, si el
alumno percibe una dificultad”.
Una vez que el problema se ha planteado, éste debe ser comprendido por
todos los alumnos de tal manera que puedan prever una posible solución; debe
permitirles utilizar sus conocimientos anteriores y ofrecerles una resistencia tal, que les
motive en la búsqueda de la solución o al cuestionamiento de la estrategia que se han
planteado o de los resultados, si fuera el caso, que han obtenido.
Los problemas ponen en juego: Procedimientos de rutina (contar, calcular,
graficar, transformar, medir, etc.) y procedimientos más complejos (estrategias) tales
como: estimar, organizar, comparar, contrastar, relacionar, clasificar, analizar,
interpretar, trabajar con propiedades, descubrir patrones, transformarlos en problemas
más simples, etc. Luego, los niños siguen tres niveles hasta lograr la abstracción en la
resolución de problemas, veamos el Cuadro 2.21.
Por supuesto, cuando un niño se enfrenta a un problema, usa sus propios
métodos o maneras de desenvolverse para encararlo aunque con ellos no consiga
hallar la solución. No hay razones para pensar que el niño deba seguir el camino obvio
para resolver dicho problema, entonces la tarea esencial del docente, a juicio de Steffe
(1994), es no proveer al alumno de los caminos correctos del hacer sino más bien
guiarlos a hallar caminos a seguir para investigar sus metas. Porque las actividades
que surgen naturalmente de la indagación de los niños y de la resolución de