la isla, por lo que el rey, único superviviente, rogó a Zeus que la repoblara convirtiendo en
hombre a las hormigas, a lo que éste
accedió.
Como veremos, se trata de Griffolino de Trezzo y de Capoccio de Siena, dos alquimistas
célebres en la época de Dante.
Albero de Siena, fue al parecer hijo secreto, o protegido, del obispo de Siena e hizo
condenar por herético al alquimista.
Cuatro ejemplos de la vanidad y el amor desenfrenado por el lujo de los sieneses. Stricca y
Niccoló dei Salimbeni eran hermanos
y fundaron, en efecto una pandilla de jóvenes y ricos dilapidadores, a la que también
perteneció Caccia D'Ascian. Bartolomeo dei
Faolcacchieri, llamado el Abbagliato («Alucinado»), fue hombre público de cierta
importancia, y en multado por habérsele
hallado borracho en una taberna.
Capoccio fue amigo personal de Dante, y era famoso tanto por sus prácticas alquímicas
cuanto por sus habilidades como
imitador de personas.
Juno, a causa de los celos que le causaban los amores de Júpiter y Semele, hija del rey
Cadmo, rey de Tebas, causó muchas
desgracias a sus habitantes (Metamorfosis, III, -).
Atamante, rey de Orcomene, desposado con Ino, hija de Cadmo, enloquecido por Juno,
mató así a su hijo Learco. Ino se arrojó
con la otra, Melicerta, al mar (Metamorfosis, IV, -).
Hécuba, reina de Troya, hecha esclava por los griegos tras la caída de la ciudad enloqueció
de dolor tras la muerte de sus hijos
Polixena y Polidoro y, según Ovidio, se convirtió en perra (Metamorfosis, XIII, -).
Gianni Schichi dei Cavalcanti, florentino, muerto antes de , al que se debe la fechoría más
adelante relatada.
Mirra, hija de Cinira, rey de Chipre, tomó la figura de otra muchacha para gozar de su
padre, de quien estaba enamorada;
huyendo de éste una vez descubierta, fue convertida en planta olorosa de Arabia
(Metamorfosis, X, y siguientes).
Este Buoso Donati fue tío del que hemos encontrado en Infierno, XXV,.
Algunos estudiosos modemos le identifican con un Adam inglés, que vivía en Bolonia en y
que se dedicó a falsificar
florines florentinos en el castillo de Romena, en el Casentino. Los florines tenían la imagen
del Bautista, patrón de la ciudad. Una vez
descubierto, fue quemado en Florencia en .
Los hijos del conde Guido, señor de Romena (lnfierno, XVI, ), Guido Alessandro, Aghinolfo
a Ildebrandino.
Tal vez una fuente cerca de Casentino.
La mujer de Putifar, que según Génesis (XXXIX, -) acusó a José de haberla querido forzar.
El griego Sinón, fingiendo ser perseguido por sus compañeros, convenció con sus falsas
palabras a los troyanos de que
introdujesen en la ciudad el caballo de madera (Eneida, II, -).
El espejo donde Narciso se rniraba es el agua.
Las propiedades de la lanza de Peleo y de Aquiles son muy conocidas en la literatura
clásica y medieval, siendo muchas veces
comparada al beso o la mirada de la mujer amada.