PRIMERO. El día 14 de febrero del 2008, contrajimos matrimonio en Tijuana Baja
California, bajo el régimen de separación de bienes, que se acredita con el acta de
matrimonio de la Oficialía 10 del Registro Civil en el Municipio de Tijuana, Libro 001,
acta número 019, misma que se exhibe en el presente documento.
SEGUNDO. No procreamos hijos, dado que planeabamos formar una familia después
de convivir como pareja, puesto que teníamos planes, de viajar, y conocer, entre otras
cosas.
TERCERO. Establecimos nuestro domicilio conyugal en la dirección de Villas del Real,
calle Ignacio, número 1113, en Tijuana Baja California
CUARTO. Fue aproximadamente por el año 2012 a mediados de marzo, que empeze a
notar cambios muy drásticos en su personalidad, un momento estábamos bien, todo
era felicidad, pero de un momento a otro, todo se convertía en un tormento, se ponía
en un plan muy apático, me decia que estar conmigo era como caminar sobre espinas,
que hubiera preferido no casarse. Al principio pensé que era normal, simples conflictos
entre pareja que eran obvios que se dieran. Por lo que cuando él cambiaba su actitud
tan repentinamente no me parecía nada extraño, supuse que todo se debía al estrés
que le generaba su trabajo trataba de no abrumarlo o no hacerlo sentir peor y mejor
simplemente me hacía la indiferente para no agravar más las cosas.
QUINTO. Él (Juan García Lorenzana) trabajaba como gerente de Comex en Local 13-
B, Blvd. Industrial 1713, Otay Constituyentes, 2457 Tijuana, Baja California, ganaba
bien en su trabajo, y le gustaba, se llevaba bien con todos los trabajadores, incluso
había ocasiones en que hacían convivios en el local o en nuestra casa, pero, había
momentos donde ni siquiera les dirigía la palabra, fueron tantos sus cambios
repentinos, que su jefe y también amigo de comex el Ingeniero Benito Chagoya
Martínez, se dispuso a hablar con él, sobre qué era lo que le molestaba, lo hacía sentir
triste o que le incomodaba del trabajo, a lo que Juan Garces Lorenzana le contestaba
que no debía meterse, que no era su asunto, Benito siempre intentaba animarlo, y
apoyarlo, jamás le dio la espalda, ni lo juzgaba, pero a Juan le empezó a dar igual, a tal
grado que dejo de ir a trabajar, simplemente no se quería levantar de la cama, no se
miraba enfermo ni nada, simplemente no quiso ir, por lo que era más que evidente que
perdería su trabajo.
SEXTO. Mantuvo una actitud muy extraña, cambiaba sin razón aparente, incluso
conmigo, varias veces intente ser la mejor esposa, le escribía cartas, manifestando mi
pensar, llegué a pensar que la del problema era yo por no poder hacerlo feliz, por no
poder brindarle lo que él necesitaba. Pero mis esfuerzos eran en vano, hubo momentos
en que le preparaba cenas románticas para recuperar aquello que estábamos
perdiendo, la llama de la pasión, eso que nos unió, el sexo, para al menos sacarle una
sonrisa o alguna muestra de cariño hacia mi persona, pero seguía siendo insuficiente,