Describe las caracteristicas generales del impresionismo

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Resumen Estándar aprendizaje EBAU Historia del Arte 2º de Bachillerato LOMCE: Describe las características generales del impresionismo


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DESCRIBE LAS CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL IMPRESIONISMO
El Impresionismo fue un movimiento pictórico que surgió en Francia en el último tercio del siglo XIX como
reacción por parte de un grupo muy heterogéneo de jóvenes artistas, agrupados en torno a la figura del pintor
Edouard Manet, frente al arte oficial de los Salones, que permanentemente rechazaba sus obras.
El término procede de la crítica peyorativa realizada por el crítico Louis Leroy ante una obra de Claude Monet
(Impresión, sol naciente), expuesta en la primera exposición independiente del grupo realizada en 1874.
Frente al mundo oficial y conservador del arte burgués del II Imperio francés, que mantenía un férreo control
sobre el arte a través de los Salones y la crítica oficial, un grupo de jóvenes artistas se reúne en torno a la
figura de Édouard Manet, pintor permanentemente vilipendiado por la crítica oficial y cuyas obras solo podían
ser expuestas en el Salón de los Rechazados y desean realizar una pintura moderna.
Manet, que puede considerarse como predecesor del movimiento, es un pintor que procede del realismo y
que será permanentemente rechazado en los Salones oficiales, tanto por su pincelada amplia, muy marcada y
de aspecto inacabado, como por sus contrastes de colores sin apenas graduaciones tonales, renunciando al
modelado tradicional y a la perspectiva establecida en el Renacimiento, y también por lo escandaloso de sus
temas para la bien-pensante sociedad de la época. Su Desayuno en la hierba, de 1863, inspirado lejanamente
en El Concierto campestre de Giorgione provocó un auténtico escándalo. Su atrevimiento y su ejemplo le
convirtieron en un modelo a seguir por parte de los pintores más jóvenes, que deseaban la renovación del
lenguaje pictórico, sometido a los estrictos cánones académicos, y cuyas obras tampoco podían ser expuestas.
En 1874, jóvenes pintores como Monet, Renoir, Pissarro, Sisley, Cézanne, Degas y Morisot, hartos de verse
excluidos sistemáticamente del Salón oficial, deciden organizar una muestra pública de su obra en el estudio
del fotógrafo Nadar. Esta será la primera exposición impresionista.
Aunque cada uno tiene su propio estilo, todos tienen en común:
 Su contemporaneidad, no pintar nada que tenga que ver con el pasado.
 Su rechazo a la realidad como algo racional y objetivo en el taller del pintor, al modo tradicional.
 Su interés por captar la realidad en su fugacidad e inmediatez, tratando de incluir en la pintura el
tiempo, el instante, la impresión fugaz. Tratan de conseguir reproducir la percepción visual del autor en
un momento determinado.
 Su desinterés por el tema concreto del cuadro, centrando su interés en el estudio cambiante de la luz y
sus reflejos en los objetos. La luz será la gran protagonista de los cuadros, pues es ella la que conforma
los objetos tal y como son percibidos; es la luz la que crea la impresión que el artista trata de reflejar en
el lienzo y tanto el color como la forma están supeditados a ella.
 Hasta tal punto la luz se convierte en protagonista de sus cuadros, que al pintor impresionista no le
importa realmente el objeto representado, sino las variaciones cromáticas que experimenta a lo largo
del tiempo, por lo que –como Monet en su serie sobre la Catedral de Ruán o La estación de St. Lazare-
llegarán a realizar series con versiones de un mismo motivo en diferentes estaciones, horas del día y
condiciones climatológicas, en un intento por captar lo fugaz.
 Para captar esas variaciones fugaces de la luz, la principal herramienta del pintor es el color, que aplica
sobre el lienzo. Por ello se producen también grandes cambios técnicos:
o La pintura se hace al aire libre, para poder captar el impacto de la luz en los objetos, no puede
recrearse en el taller. Esto pudo hacerse tanto por la posibilidad de desplazarse con los nuevos
medios de la Rev. Industrial, como por el invento del caballete portátil y los avances en la industria
química, que permitió crear colorantes sintéticos y la venta de pintura al óleo envasada en tubos
de estaño, fácilmente transportables
o Se emplea una técnica, rápida que permita congelar la fugacidad del instante.
o El color se aplica en manchas, conformando las formas en el lienzo y reflejando la impresión.
o El motivo representado se convierte en un mero pretexto.

o La factura es rápida, para poder captar la inmediatez de los efectos luminosos y atmosféricos.
o Se emplea una pincelada vibrante, corta, para que el artista pueda captar la fugacidad del instante.
o Aplican las teorías modernas de la descomposición de la luz, los descubrimientos de Rood y
Chevreuil, y por ello pintan con manchas de color sueltas, muchas veces empleando colores puros,
sin mezclar en la paleta. Las pinceladas de color se yuxtaponen: en vez de mezclarse los colores en
la paleta, se ponen uno junto a otro, para que su fusión se realice en la retina del espectador.
o Habitualmente emplean una paleta de colores clara, muy luminosa y vibrante, acentuada por las
posibilidades de los nuevos pigmentos.
o No suelen usar el negro, pues no existe en la naturaleza y las sombras se realizan empleando con
los colores complementarios más oscuros.
o Los trazos dejan de ser minuciosos y dan sensación de abocetamiento. Las formas se diluyen, los
contornos son borrosos, difuminados, las formas son abocetadas y la línea desaparece y se
sustituye por manchas de color.
Dado que el interés está en la propia pintura, los impresionistas se desinteresan por algunos aspectos que
fueron fundamentales en la pintura desde el Quattrocento, por lo que elementos tradicionales de la pintura,
como la perspectiva y el modelado, pierden interés, pues lo que interesa es el estudio fugaz de la luz sobre el
objeto y no la tradicional mímesis de la realidad. Apuestan por una pintura de aspecto plano y bidimensional,
en parte por influencia de la estampa japonesa, y renuncian al claroscuro tradicional, sustituyéndolo por
manchas yuxtapuestas de color.
Estos pintores también abandonan los sistemas académicos de composición, en parte por la moda del
japonismo y en parte por la influencia de los nuevos encuadres que permite la fotografía (con la que ensayan),
y optan por encuadres atrevidos, predominando la asimetría, con encuadres casuales, recortando las figuras y
objetos, incluso con grandes picados y contrapicados.
En cuanto al tema, es lo menos importante para el pintor impresionista, convirtiéndose en un mero pretexto,
puesto que lo que le interesa es la plasmación de la luz y desarrollar los valores puramente pictóricos. Ya no se
hablará de “tema“ sino de “motivo”. Dado que de lo que se trata es de congelar la impresión fugaz de la luz,
se tratará de captar también fragmentos fugaces de la vida cotidiana contemporánea: paisajes, paisajes
urbanos, escenas de la vida contemporánea de la sociedad moderna, sus calles, tertulias, cafés, teatros,
cabarets, carreras de caballos, bailarinas…, así como elementos de esta nueva sociedad moderna en la que
viven, como estaciones de ferrocarril, bulevares, calles con el bullicio y la animación propios de la gran ciudad.
Habitualmente se representan con una cierta sensación optimista y desenfadada de la vida.
Por el contrario, desaparecen los temas históricos, religiosos, épicos o mitológicos del academicismo, así como
las pasiones y ensoñaciones románticas, pues la instantaneidad de la luz tan solo puede pintando la vida
cotidiana contemporánea.
Entre los factores que pudieron conducir al desarrollo del impresionismo, pueden señalarse numerosos
aspectos que tienen que ver con la cambiante sociedad del último tercio del siglo XIX:
 Los cambios vertiginosos de la sociedad de la 2ª Revolución Industrial y la obsesión por los relojes y
por el tiempo y la fugacidad como experiencia vital.
 Los avances de la física y el estudio de la luz y la teoría del color.
 La influencia de la fotografía.
 Los avances de la industria química y los colores sintéticos en tubo.
 La proliferación de museos y galerías de arte y la aparición de la figura del marchante, que liberará a
los artistas de la tiranía de la Academia y los salones.
 La moda del japonismo
En la tradición pictórica, pueden rastrearse como posibles antecedentes:

 La pintura veneciana y su interés por el color y la luz.
 La pintura de los grandes pintores barrocos de la luz y el color, como Velázquez y los holandeses, y su
interés por una pintura atmosférica empleando manchas de color y una pincelada libre.
 Las últimas pinturas de Goya, como La Lechera de Burdeos y la figura de Delacroix y su uso expresivo y
libre del color.
 Los paisajistas ingleses, como Turner y Constable, así como los paisajistas de la Escuela de Barbizon
 La actitud rebelde de los pintores realistas y su interés por captar la realidad, llegando en el caso de los
impresionistas a captar la realidad fugaz, así como a la posibilidad de convertir cualquier tema en
objeto de representación artística.
Entre los principales representantes de este movimiento, pueden señalarse:
Claude Monet: Se mantuvo fiel al Impresionismo hasta su muerte y estuvo especialmente interesado en
captar las variaciones de la incidencia de la luz y sus reflejos, la impresión cambiante de lo fugaz, del instante.,
dedicándose fundamentalmente al paisaje, lo que le llevó a pintar series de un mismo paisaje a distintas horas
para ver los diferentes efectos lumínicos. Al final de su vida, con sus series de Ninfeas llegó a rozar
prácticamente la abstracción.
Auguste Renoir: Muestra una versión delicada y sensual del impresionismo, una exaltación de la alegría de
vivir, representando personajes que reflejan la animada vida parisina de la época, como su famoso Baile en el
Moulin de la Galette. Emplea un colorido vibrante y luminoso, interesándose en ocasiones en la incidencia de
la luz, en los contrastes de luz y de sombra en las escenas y personajes. También le interesa la figura humana,
especialmente la sensualidad del cuerpo femenino, y el retrato. Al final de su vida volverá en cierta medida a
un clasicismo en la línea de Ingres.
Edgar Degas: No pinta al aire libre, sino en el estudio. Centra su interés en la figura humana, especialmente en
la femenina, como en sus famosas escenas de bailarinas y mujeres en posturas insólitas, con poses
instantáneas o incluso poco habituales (bañándose, haciéndose la higiene…). Fue un hábil dibujante, que no
renunció a la línea, e interesado en captar el movimiento, el gesto, en un momento exacto, normalmente en
temas de la sociedad de su época (teatro, bailarinas, carreras de caballos…), quizá por influencia de la
fotografía, a la que era un gran aficionado, empleando encuadres muy atrevidos. Se interesó más por los
efectos de la luz artificial que por el paisaje.
Alfred Sisley: Fue un pintor especialmente interesado en el paisaje, en captar los cambios de la luz en el agua,
la niebla, el cielo y la nieve. Fue, junto con Monet, el más “impresionista” de todos ellos, con un gran lirismo en
sus obras. Tiende hacia la disolución de la forma.
Camille Pisarro: Experimentará constantemente con su técnica realizando habitualmente una pintura al aire
libre de paisajes, tanto naturales como urbanos. En algunas de sus obras se acerca al puntillismo, con una
pincelada muy corta, con pequeños puntos de color yuxtapuestos.
El Impresionismo será un movimiento revolucionario en la ruptura de la tradición pictórica, especialmente por
el alejamiento respecto de la realidad material: el objeto pictórico se convertirá en un mero pretexto y tan sólo
se valorarán los propios componentes del lenguaje pictórico, como el color, la luz. La realidad subyacente deja
de ser importante y tan solo se considerarán los valores pictóricos, no su potencial conexión con la realidad. Se
está abriendo el camino que, a partir del postimpresionismo y las primeras vanguardias, liberará totalmente a
las artes plásticas de su conexión con la naturaleza, con la realidad, y desembocará en la abstracción.