Y todo este circo para que el niño no haga berrinche y no sufra una deshidratación a causa de sus lágrimas y lo más
triste, para mantener la paz social en el hogar, donde la solvencia y la autoridad de la madre hace mucho tiempo no
existen.
Y que decimos de lo cotidiano en el hogar, donde para evitar conflictos y discusiones, como ya no funciona aquel
estribillo de: Jorgito a la una, Jorgito a las 2, Jorgito a las dos y cuarto como si fuéramos reloj. O el clásico 'voy a contar
hasta diez' va una, van dos.. Nos convertimos en la sirvienta, recogedora de chinches, lava platos, tiende camas, eso si,
con la boca callada para no caer "gordas" con tanta habladera y no le permitimos a "la niña de nuestras entrañas" que se
desgaste ni siquiera recogiendo sus propios tiraderos, total para qué, ella por qué, si para eso está la mamá . . . . . . . . .
¿querías hija, no?. Y aparte mi mamá ni trabaja, se la pasa en la casa todo el día sin hacer nada. Claro esa frase la han
escuchado de alguien en casa.
En aquellos tiempos no te sobreprotegían, ni te solucionaban los problemas . . . . . tenías libertad hasta para cometer
errores . . . . . . . y afrontarlos (con la ayuda secreta de la mamá), lo cual te llevó a desarrollar un sentido de
responsabilidad y de identidad. Eso se llama CRECER y MADURAR.
Dentro de este proceso de crecimiento no estaban exentos de un coscorrón o una que otra nalgada bien puesta . . . las
mismas que a nadie le ocasionó ningún trauma, ni hubo necesidad de llevarte al psicólogo.
En aquellos tiempos la voz de los papás se escuchaban con respeto, las órdenes se acataban sin protestar y los
consejos de mamá no eran catalogados como "cantaletas", "rollos" o "monsergas". Ni les decías 'ya
cállate'.
En aquellos tiempos la mamá ponía los límites, las reglas y . . . las condiciones y no tenía miedo de que el hijo o la hija le
dijeran: aquí no me comprenden, no me dejan ser, 'me voy de la casa', pues adonde te ibas a ir . . . y que te trataran
mejor que en tu casa.
En aquellos tiempos la mamá no tenía miedo de llamarte la atención y 'que te enojaras'. Total que tenías dos costos 1)
enojarte y 2) volverte a contentar . . . TU MISMO(A).
En aquellos tiempos si no querías comer . . . te quedabas con hambre . . . sin comer nada, porque no te daban dinero
para comprar "porquerías" en la tienda de la esquina.
Además la mamá se levantaba temprano a prepararte el desayuno . . . En aquellos tiempos tu mamá no te justificaba tus
malas calificaciones, ni tu mal comportamiento en la escuela, ni la falta de respeto a los maestros, ni tu falta de
colaboración y apoyo en tu casa.
En aquellos tiempos la mamá decía no. Y no, quería decir . . . . . . . . . . ¡¡¡NO!!!!.
En aquellos tiempos mi mamá no tenía como asistente educativa a la televisión. Se daba tiempo para escucharme, de
acuerdo a sus posibilidades . . . y me informaba, pero sobre todo me formaba.
En aquellos tiempos la figura de la mamá era muy diferente a la actual, en aquellos tiempos el amor, el respeto y la
consideración no daban cabida a los actuales calificativos: Mi mamá está loca, está menopáusica, es una histérica, está
neurótica, es una frustrada, y quien sabe cuántos calificativos más, los mismos que me causan una gran pena . . . . . no
sé si por quien los emite o por quien los recibe.
¿Que vamos a hacer con los hijos de hoy?: egoístas, aprovechados, dependientes, irresponsables, irrespetuosos,
groseros, estafadores económicos y emocionales?
Si no le das dinero, te lo "roba", porque así se llama a la acción de tomar algo que no es tuyo. Enséñales a ganar su
propio dinero con honestidad, para que sepan lo que cuesta administrarlo y disfrutarlo.
Enséñale a valorar la oportunidad de estudio, no todas las personas tienen el privilegio de prepararse, tener una
profesión y formar un plan de vida.
No le permitas que te amenacen con salirse de la escuela y no estudiar.
¿Qué vas a hacer con un parásito en tu casa?.