DIARREA 85
durante un máximo de 24 horas, sin olvidar la ingestión de líquido.
Sin embargo, no es recomendable prolongar el ayuno más allá de las
24 horas. A ser posible, se facilitará al paciente una lista de alimen-
tos permitidos y alimentos prohibidos, tan detallada como se desee.
Para evitar flatulencias conviene limitar la ingestión de hidratos de
carbono.
Las diarreas autolimitadas se solucionan en poco tiempo con
unas sencillas normas de dieta astringente. Ciertas enfermedades cró-
nicas o con tendencia a recidivar exigen, por el contrario, el segui-
miento de una dieta astringente, sin residuo, de más o menos rigor,
durante mucho tiempo. La dieta indicada será, en general, progresiva,
adaptándose a la evolución del cuadro clínico —diarreas, dolor có-
lico intestinal— para llegar al máximo grado de normalidad en cuanto
sea posible.
Normas dietéticas
Período inicial de ayuno absoluto, entre 4 y 12 horas, hasta que
el ritmo de deposiciones mejore ostensiblemente. Si debe prolon-
garse, se plantea la reposición hidroelectrolítica por vía parenteral.
Iniciar la ingesta con pequeños volúmenes de agua de arroz o de
una solución hidratante —agua o té liviano, si no se dispone de otra
bebida—, seguido de sémola de arroz o arroz hervido. Posteriormente
se añadirán sopas de pasta fina y los clásicos pollo o pescado hervi-
dos, pan blanco tostado, jamón de York, dulce de membrillo o man-
zana asada.
Paulatinamente se irá normalizando el plan de comidas, pasando
a carnes a la plancha, yogur y patatas hervidas. La zanahoria (hervida)
o su caldo aportan potasio, útil para reponer las pérdidas.
Las verduras, las hortalizas y la fruta crudas se introducirán
cuando el cuadro diarreico tienda a normalizarse. La leche y el café
no deben autorizarse hasta que las diarreas hayan remitido completa-
mente.
Existen ciertos factores dietéticos capaces de empeorar la diarrea,
entre ellos la cafeína (bebidas de cola, café, té), la fructosa (miel, dáti-
les, frutos secos, higos, uva, zumos de manzana y de pera), la lactosa
(leche, helados, quesos blandos, yogur, chocolate...), en individuos
con intolerancia a la lactosa, la sacarosa (azúcar de mesa), en algunos
individuos con un déficit de sacarasa, el sorbitol, los hexitoles y el
manitol que se encuentra en el zumo de manzana, de pera, chicle y
caramelos de menta «sin azúcar».