Diego velázquez de silva

1. Marina Alonso López Diego Rodríguez De Silva y Velázquez

2. Nace en 1599 en Sevilla, fue bautizado el 6 de junio, y fallece en 1660 en Madrid. El 17 de noviembre de 1611 su padre firma su contrato de aprendizaje con F. Pacheco, pintor culto, con muy buenas relaciones con los intelectuales de la época como Francisco de Rioja o Juan Fonseca. El 14 de marzo de 1617 le conceden el título de maestro de pintura e imaginería tras examinarse frente a un tribunal formado por varios maestros de pintura. Su producción artística se puede dividir en varios periodos: Primer periodo sevillano: desde 1599 hasta 1622-23 con su marcha a Madrid. Sexenio madrileño: de 1623 a 1629 Primer viaje a Italia: de 1629 a 1631 El siguiente periodo abarca varios años y se puede dividir en dos partes: Desde 1631 a 1648: hasta 1639 trabajará muchísimo en la decoración del Palacio del Buen Retiro y la Torre de la Parada. De 1640 a 1648 apenas pinta. Segundo viaje a Italia: de 1648 a 1651 año en el que regresa a Madrid donde fallece en 1660. Datos biográficos:

3. Las obras de este periodo tienen un influjo caravaggista o tenebrista, son bodegones, con figuras de clase social baja, rodeadas de utensilios y alimentos. Algunas obras de este periodo son, “Almuerzo”, “Vieja friendo huevos”, “Bodegón con Cristo con los discípulos de Emaús ”, “Adoración de los Magos”: y algún retrato: Primer periodo sevillano 1599-1623 “Almuerzo” “Vieja friendo huevos”

4. Posible retrato de Francisco Pacheco “ Adoración de los Magos” “Bodegón con Cristo con los discípulos de Emaús ”

5. Pacheco nos cuenta que Velázquez es llamado a Madrid, en 1623, por Juan de Fonseca y Figueroa, y gracias a un retrato que le realiza y que es mostrado ante la corte logra un encargo del propio monarca Felipe IV. En agradecimiento Velázquez le regala la pintura “Un Aguador” a Fonseca. Durante estos años recibe numerosas mercedes por parte de Felipe IV, que protege al pintor de forma desmesurada. Está realmente encantado con todos los retratos que le realiza , tanto a él como a miembros importantes de la corte. Además de los numerosos retratos, también realizará alguna pintura religiosa y su obra “Baco coronando a un borracho”, no especialmente buena en cuanto a la construcción del espacio pero de un realismo asombroso, ese es el rasgo característico de Velázquez, da igual la condición del personaje siempre los trata con gran realismo. Gracias a su entrada en la corte y a la gran consideración que le tenía el monarca, pudo acceder a la colección real y estudiar las grandes obras que se conservaban en palacio, además de conocer a grandes personajes europeos como Rubens. Rubens dejó una fuerte impresión en Velázquez, hizo que éste se interesara por las obras de Tiziano, seguramente también le recomendó viajar a Italia, dos meses después de su encuentro solicitó el permiso para marchar allí. Velázquez comprobó que Rubens era más que un pintor, era un diplomático, un cortesano, y quiso emularlo. Sexenio madrileño: 1623-1629

6. Retrato de Felipe IV “Baco coronando a un borracho”

7. “Un Aguador” Retrato del Conde Duque de Olivares

8. Velázquez embarca, junto al general Spínola que también marchaba a Italia, el 10 de agosto de 1629 en Barcelona, el monarca ordena que se conserven todas sus mercedes y el Conde Duque le proporciona varias cartas de recomendación. Tras pasar por varias ciudades como Milán, Venecia, Ferrara, Loreto, llega a Roma a finales de 1629. En un principio se aloja en los palacios Vaticanos gracias al Cardenal Barberini , allí estudia las obras de Rafael, Miguel Ángel y la estatuaria clásica. En el verano de 1630 traslada su residencia a la villa Medici. De la estatuaria clásica aprendió mucha anatomía, de Miguel Ángel el carácter escultórico de las figuras, de Rafael cuestiones compositivas. En cuanto a la corriente caravaggista , que en Italia ya estaba en decadencia, Velázquez se dio cuenta de que ya lo había realizado en Sevilla durante sus primeros años como pintor, y se centró en la visión contraria, el clasicismo (G. Reni , Domenichino , etc.). En cuestiones de paisaje le influyó mucho Pietro da Cortona , sabemos que lo conoció en este primer viaje. Velázquez no buscó ningún cliente o mecenas, fue a Italia para aprender y evolucionar , las obras que realizó las pintó para él, son: dos vistas del jardín de la villa Medici, “La túnica de José” y “La fragua de Vulcano”. Se tienen noticias de algún otro cuadro pero su atribución no es segura. Primer viaje a Italia: 1629-1631

9. Este largo periodo lo dividiremos en dos fases: 1631-1639 y 1640-1648. 1631-1639 Entre 1631 y 1633 realiza retratos de la familia real y grandes cortesanos, también recibe encargos de obras religiosas por parte de personajes de alta posición social. Estos retratos suelen tener fondos neutros, en los reales coloca un cortinaje como símbolo de poder y los personajes suelen aparecer con una de sus manos apoyadas en algún elemento, una silla, la empuñadura de la espada, con la bengala de mando. Destacan por la gran calidad de las vestimentas, por la soltura en la pincelada y por supuesto por el gran realismo. Durante estos años realizará tres obras religiosas: “Cristo crucificado muerto”, “Cristo crucificado vivo” y “La tentación de Santo Tomás de Aquino”. En ambos Cristos Velázquez realiza una preparación muy cuidadosa del lienzo y los pigmentos, son obras devocionales, no pretende narrar nada. Existen diferencias, la principal es que en uno de los cuadros Cristo está vivo y se recorta sobre un fondo de paisaje. En cuanto al otro cuadro nos encontramos ante una escena narrativa, en la que destacan los magníficos colores de los mantos de los ángeles. 1631-1648

10. “La tentación de Santo Tomás” Retrato de Baltasar Carlos “Cristo crucificado muerto”

11. Entre 1633 y 1636 trabajará intensamente para la decoración del Palacio del Buen Retiro por orden real, y realizará alguna obra aislada como “La coronación de la Virgen” para la reina. Para la decoración del Palacio del Buen Retiro realizó varios cuadros de diversa temática, religiosa, retratos de los hombres de placer de la corte (llamados así en los documentos), los retratos ecuestres de los monarcas, y la “Rendición de Breda”. “San Pablo ermitaño visitado por San Antonio Abad” lo realizó para una de las ermitas del jardín del palacio. Destaca por el magnífico trabajo de paisaje. Entre los retratos de los hombres de placer de la corte destaca el de Pablo de Valladolid por la capacidad de asentar al personaje en un espacio en el que no se diferencia el suelo de la pared, está rodeado de aire sólo su sombra en el suelo lo ubica en el espacio. Para el salón de Reinos pinta los retratos ecuestres de Felipe IV y Baltasar Carlos , considerados de su autoría, en el resto de retratos existe la intervención de otro artista seguramente Juan Bautista Martínez del Mazo. Destaca la posición del caballo de Baltasar, da la sensación de que el caballo se lanza hacia fuera. En cuanto a la “Rendición de Breda”, rompe completamente con la tradición de representar triunfos en batallas. Composición compleja, los dos grupos están en plano de igualdad, no exalta al vencedor. Alguna obra aislada: Retrato ecuestre del Conde Duque, “Lección de equitación del príncipe Baltasar Carlos” y “La coronación de la Virgen ”.

12. “San Pablo ermitaño visitado por San Antonio Abad” Retrato ecuestre de Baltasar Carlos Retrato de Pablo de Valladolid

13. “La rendición de Breda” “La coronación de la Virgen”

14. Entre 1636 y 1639 trabajará en la decoración de la Torre de la Parada y también realizará algún retrato de personajes que llegan a la corte de Madrid. Para la Torre de la Parada vuelve a realizar algún retrato de los hombres de placer de la corte, destacan el retrato de Don Diego de Acedo y Francisco Lezcano. Destacan por la pincelada suelta, el cromatismo y los fondos de paisaje. Al ser un lugar de descanso para la caza se le encargan tres retratos, de Felipe IV, del Cardenal Infante, y de Baltasar Carlos, los tres ataviados de cazador. De composición similar, cambia las posiciones del arcabuz , los tres presentan una gama de colores oscuros. Para la propia alcoba del rey en la Torre de la Parada realizará tres pinturas, “Dios Marte”, “ Menipo ” y “ Esopo ”. Existe una controversia en cuanto a su significado, la pintura del dios Marte se puede relacionar con la guerra y la caza. Los dos filósofos, según la leyenda, reaccionan ante la actitud de los hombres que sólo se dedican a cosas vanas, como por ejemplo la caza, Menipo , sonríe irónicamente y Esopo se entristece, así aparecen retratados. En conjunto el mensaje sería una recomendación para el monarca que no debe dedicarse sólo a las vanidades, por ello aparece la guerra, no debe olvidarse de ella. En cuanto a los retratos destacarían el de la Duquesa de Chevreuse y el del Duque de Módena, Francesco d´Este .

15. Retrato del Cardenal Infante Retrato de Felipe IV Retrato de Baltasar Carlos

16. Esopo Dios Marte Menipo

17. 1640-1648 Será un periodo poco fecundo, nada que ver con el periodo anterior de 1631 a 1639. Realizará un cuadro por año. Durante estos años recibirá más mercedes por parte del monarca y será nombrado ayuda de cámara, además de otros oficios. Realiza dos retratos importantes, uno de Felipe IV y otro de Sebastián de Morra, un enano de la corte. Destacan por el cromatismo y la luminosidad, ilumina el rostro de ambos personajes. Durante estos años pintará la “Venus del espejo” y “La fábula de Aracne”, a la que dedicaremos un estudio más pormenorizado. En la “Venus del espejo”, une dos iconografías, las Venus recostadas desarrolladas en Venecia, y el arreglo de la diosa frente al espejo. Pero Velázquez no pinta a una diosa, si no a una mujer real. Compositivamente tiene un sentido ondulante. En cuanto a interpretaciones existen varias: unos defienden que es una alegoría de la vanidad, otros que la realizó en Italia y representan a su amante y a su hijo ilegítimo, o que es el amor vencido por la belleza basándose en que Cupido tiene las manos atadas con una cinta al espejo.

18. “La Venus del espejo” Retrato de Sebastián de Morra.

19. Este viaje es concebido por Felipe IV, Velázquez tiene la misión de encargar copias de esculturas clásicas para el Alcázar, comprar alguna pintura y encontrar a un pintor que trabajara el fresco para enviarlo a España. Velázquez encontró alguna dificultad a la hora de encargar las copias de las esculturas ya que los coleccionistas que las poseían eran recelosos, a pesar de ello consiguió dieciséis copias, doce leones de bronce dorados y diez bustos de emperadores. En cuanto a las pinturas compró de Tintoretto seis historias del Antiguo Testamento, una copia del “Paraíso”, y algunos retratos. Del Veronés compró “Venus y Adonis”, “Céfalo y Procris ” y “Jesús entre los apóstoles”. Como pintores contrató a dos artistas de Bolonia, Agustino Mitelli y Colonna . Finalizada su misión se dedicó a retratar a varios pontífices y al Papa para que le beneficiaran en su deseo de ingresar en la Orden de Santiago. Retrata al Papa Inocencio X y al cardenal Camilo Astali Panfili . También existe alguna pintura de carácter más personal e intimista como “Mujer que hace labor”, junto con un autorretrato. Segundo viaje a Italia: 1648-1651

20. Autorretrato “Mujer que hace labor” Retrato del Papa Inocencio X Retrato del Cardenal Panfili

21. Al regresar de Italia recibe el cargo de aposentador de palacio, una merced más recibida del monarca. Decorará varias salas del Alcázar, y recibirá el encargo de trasladar varias pinturas al Escorial obtenidas en la almoneda de los bienes de Carlos I. Realizará algunos retratos más de la familia real como “La reina doña Mariana de Austria”, “La infanta María Teresa” y los últimos retratos de Felipe IV. Los dos retratos de las damas destacan por la pincelada suelta y por la gran calidad de las vestimentas al igual que por la textura tan lograda de los dos paños blancos que sujetan. En cuanto a los retratos de Felipe IV son de carácter intimista, nos muestran la decadencia de un monarca ya agotado. Durante estos años pintará una de sus grandes obras “Las Meninas” en las que nos presenta una escena creada a través de unas pinceladas sueltas que definen perfectamente todos los elementos observando la pintura a cierta distancia. Este tipo de pincelada tendrá una enorme influencia en pintores del siglo XIX como Édouard Manet . Su último acto oficial fue acompañar a la corte española a la frontera francesa con motivo del matrimonio entre la infanta María Teresa y Luis XIV. Al regresar a Madrid cayó enfermo y falleció el 6 de agosto de 1660. Su cuerpo fue amortajado con el uniforme de la Orden de Santiago que le habían impuesto en 1659, su gran sueño. Madrid: 1651-1660

22. Retrato de la infanta María Teresa Retrato de Felipe IV “Las Meninas”

23. Conocido como “Las Hilanderas”, título del siglo XIX, este cuadro está rodeado de controversias. En 1948 se resolvieron algunas dudas respecto al encargo de esta pintura. Se descubre un documento de 1664, un pintor, Pedro de Villafranca tasa las pinturas de Don Pedro de Arce, la más cara es un Velázquez, “La fábula de Aracne”, valorada en 5.500 reales. A partir de aquí se afirma que Don Pedro de Arce fue el que encargó la pintura, pero tras investigar sobre su vida y oficios es poco probable ya que el personaje que la encargara debía formar parte de la intelectualidad de la época y conocer personalmente a Velázquez debido a la carga simbólica de la pintura. Don Pedro de Arce era hijo de un platero, nació en Madrid pero su familia era de Espinosa de los Monteros, los que nacían en esta ciudad tenían el derecho a ser monteros de cámara del Rey, velaban el sueño del monarca. Don Pedro lo fue pero porque compró el oficio. Se casó en dos ocasiones y con dos viudas ya mayores y muy ricas que poseían muchas obras de arte . En 1657 se realiza el inventario de los bienes de su primera esposa, y el cuadro no aparece mencionado. De 1664 es el inventario ya mencionado, en el que aparece el cuadro y se realiza al casarse con su segunda esposa, por lo tanto la pintura no pertenecía a ninguna de las dos mujeres. La Fábula de Aracne

24. Por ese inventario de 1664 se deduce que no era un gran coleccionista, ni tampoco un personaje culto, no aparece ni un solo libro entre sus bienes. Seguramente el cuadro acabó en sus manos por una deuda no saldada ya que era un prestamista. Si la persona a la que había prestado dinero no se lo devolvía recibía a cambio bienes materiales como joyas o cuadros. Junto a ese inventario aparecen documentos relacionados con una deuda del Marqués de la Lapilla, Don Fernando Ruiz de Contreras, Secretario de Estado. Este personaje encaja perfectamente en el perfil de mecenas de esta pintura, era un hombre muy culto, tenía relación con Velázquez, le escribió a Italia, además Palomino nos cuenta que le retrató. Don Fernando Ruiz de Contreras fue el que le encargó la obra a Velázquez o éste se la regaló y posteriormente se vio obligado a entregársela a Don Pedro de Arce para saldar sus deudas. La fábula de Aracne se narra en el libro V de las Metamorfosis de Ovidio, y por los inventarios sabemos que Velázquez poseía dos ejemplares. En el tapiz del fondo se representa “El rapto de Europa”, pintura de Tiziano y que Rubens copió. Según la fábula, Aracne tejió muchos tapices pero el primero representaba el rapto de Europa.

25. Como preparación del lienzo Velázquez empleó albayalde. En cuanto a los pigmentos empleó tres tipos diferentes de azul, en la falda de la devanadora, mujer que aparece en la imagen, empleó lapislázuri . Compositivamente es una obra muy bien equilibrada, muy estudiada, coloca al fondo cinco figuras de pie y en primer término cinco figuras sentadas o inclinadas. Coloca unas escaleras para elevar la escena del fondo y que sea visible. Para no dejar una hueco muy amplio en el centro de la pintura coloca a una mujer sentada, la cardadora, también la pierna de otra de las mujeres , un gato y un ovillo de lana. Consigue profundidad al fondo gracias a un tapiz que cuelga de una de las paredes laterales y la viola, pero sobre todo gracias a la luz. Análisis y descripción:

26. En la escena del primer término pinta unos fondos color gris ocre amarronado , en la pared y en el suelo. Estos colores los va manchando con tonos de carácter rojizo como la cortina, la falda de la mujer que la aparta y la falda de la cardadora. A su vez estos tonos rojizos los alterna con toques blancos como la camisa de la devanadora y el azul de su falda. En el segundo espacio encontramos azules, amarillos y tonos verdosos, como la falda de Aracne. Por lo tanto, estamos ante una paleta muy amplia con una alternancia de colores en primer término que se culmina en el segundo espacio. La maestría de Velázquez se observa en los rostros que apenas tienen pasta, están emborronados, como se observa en la imagen, toda la pintura es de factura desecha.

27. La luz es fundamental para el color y el espacio, al igual que en “Las Meninas”, busca el espacio por juegos luminosos como una perspectiva aérea. Es un estudio muy complejo de luces y sombras. En primer término la luz proviene de la izquierda muy oblicua. En el segundo término la luz proviene de manera más fuerte de la izquierda, pero también existe un foco desde la derecha quedando esta parte de la pintura más iluminada. Hay un aspecto muy dinámico, la rueca parece en movimiento al igual que las manos de la devanadora que están moviendo los hilos. Se ha dicho que estos aspectos se deben a suciedades de la pintura, pero no es cierto, Velázquez lo consiguió gracias a esa pincelada tan desecha.

28. Como fuente para el tapiz del fondo tenemos a Tiziano y a Rubens. Para el resto de figuras se barajan varias estampas, para las dos figuras del primer término se considera como fuente una pareja de muchachos de la Capilla Sixtina. En cuanto a los personajes es obvio que al fondo tenemos a la diosa Palas Atenea y a Aracne en el momento culminante del mito cuando va a ser convertida en araña. Se ha dicho que las dos figuras del primer término son Palas Atenea y Aracne tejiendo el tapiz, pero es poco probable ya que basándonos en la narración cuando ambas mujeres están creando su tapiz las diosa ya no está disfrazada de anciana. Existen numerosas interpretaciones: Se ha dicho que la escena representa un taller de tapices, la fábrica de tapices de Santa Isabel, pero es poco probable ya que cerró en 1612. Interpretaciones:

29. También se ha hablado de un carácter político en relación con el mito de Aracne. El mensaje sería que los súbditos deben de ser sumisos y no levantarse contra el poder. Esta teoría no sería correcta ya que esta pintura no fue un encargo real. A partir de este argumento se habla de que representa el castigo a la soberbia. Tomando como base de la interpretación el tapiz del rapto de Europa, pintado tanto por Tiziano como por Rubens, se afirma que esta obra es el reflejo del triunfo de los modernos sobre los antiguos. Aracne sería lo moderno y Atenea lo antiguo, por lo tanto Velázquez sería el moderno que triunfa sobre Rubens y Tiziano que serían lo antiguo. Es una interpretación con un carácter negativo, nos muestra a un Velázquez ambicioso y prepotente. Seguramente la interpretación correcta tiene esa comparación, pero no negativa, es un homenaje a ellos, a sus maestros, por ello escoge el rapto de Europa, porque lo pintaron los dos. La interpretación más correcta defiende que esta pintura es un alegato a la liberalidad de la pintura. Palas Atenea es la liberalidad del arte y Aracne, junto al resto de mujeres, es el oficio práctico. El tema de la liberalidad de la pintura estaba al orden del día en el siglo XVII. Velázquez defiende esa liberalidad a través del trabajo del tapiz, ya que en esos años Gaspar Gutiérrez publicó una obra sobre este tema y también empleó como ejemplo la tapicería ya que era el oficio de su padre. Esta obra fue importantísima, todo el mundo tenía un ejemplar, entre ellos Velázquez. Por lo tanto escogió este tema honrando a Gaspar Gutiérrez por defender la liberalidad de la pintura y además el mito era el adecuado ya que pudo homenajear también a sus maestros, Rubens y Tiziano.

30. Brown, J., Elliot , J.H., “Un palacio para un rey”, Alianza Editorial, Madrid, 1981. Cruz Valdovinos, J.M., “Velázquez: vida y obra de un pintor cortesano”, Caja Inmaculada, 2011. Morán Turina , M., “Estudios sobre Velázquez”, Akal , Tres Cantos (Madrid), 2006. Palomino, A., “Vida de Don Diego Velázquez de Silva”, Akal , Tres Cantos (Madrid), 2008. Sureda, J., “Velázquez: pintor y hombre del rey”, Lunwerg , Barcelona, 2009 Bibliografía: