Niños
corazón; con amor paciente, que espera mi conversión para amarme más tiernamente aún.
Por eso, con el corazón lleno de agradecimiento, de rodillas al pie de este lecho de paja, os
adoro, bendigo y amo, con todo el fervor de mi alma, y me atrevo a levantar mis ojos hasta
mi Dios, que se digna mirarme.
QUÉDATE, SEÑOR, CONMIGO
Quédate, Señor, conmigo, porque te necesito ver presente para no olvidarte, pues ya
sabes con cuánta frecuencia te abandono.
Quédate, Señor, conmigo, porque soy muy débil y necesito de tus alientos y de tu
fortaleza, para no caer tantas veces.
Quédate, Señor, conmigo, porque Tú eres mi vida, y sin Ti, con frecuencia decaigo
en el fervor.
Quédate, Señor, conmigo, porque Tú eres mi luz, y sin Ti, estoy en tinieblas.
Quédate, Señor, conmigo, para que oiga tu voz y la siga.
Quédate, Señor, conmigo, para demostrarme todas tus voluntades.
Quédate, Señor, conmigo, porque deseo amarte mucho y vivir siempre en tu
compañía.
Quédate, Señor, conmigo, porque todo mi ser te está consagrado y Tú me
perteneces.
Quédate, Señor, conmigo, y haz de mi corazón una celda de amor de la cual nunca
te alejes.
Quédate, Señor, conmigo, si quieres que te sea fiel.
Quédate, Señor, conmigo, porque aunque mi alma es muy pobre, deseo que sea para
Ti un lugar de consuelo, un huerto cerrado, un nido de amor.
ORACIÓN DE SAN AGUSTÍN
Señor Jesús, que me conozca a mí
y que te conozca a Ti;
que no desee otra cosa sino a Ti,
que me odie a mí y te ame a Ti
y que todo lo haga siempre por Ti.
Que me humille y que te exalte a Ti,
que no piense nada más que en Ti,
que me mortifique, para vivir en Ti,
y que acepte todo como venido de Ti.
Que renuncie a lo mío y te siga sólo a Ti,
que siempre escoja seguirte a Ti,
que huya de mí y me refugie en Ti,
y que merezca ser protegido por Ti.
Que me tema a mí y tema ofenderte a Ti,
que sea contado entre los elegidos por Ti,
que desconfíe de mí