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DIOS NO TIENE FAVORITOS, TIENE ÍNTIMOS
en la autoridad de su nombre gobierne sobre toda situación y circunstancia y no sea
dominada por el sistema de este mundo. Pero también que como Sacerdotes tengan libre
acceso a su presencia para adorar e interceder, no dependiendo de otros sino solamente de
la persona de Jesús. Bajar diseños del cielo siendo originales, amando más la esencia que
los símbolos ya que en el mundo espiritual somos nosotros el instrumento en el cual
podemos tener libre acceso a la presencia de Dios haciendo en la tierra como en el cielo,
para así lograr que ÉL se manifieste y conozcan de su nombre.
Las cosas de Dios, su eterno poder y deidad se hacen claramente visibles en su creación,
siendo entendidas por medio de las cosas hechas de modo que no hay excusas que no
podemos ver a Dios (Valera, 1960). Todas estas cosas deben ser claramente evidenciadas
en la casa de Dios. La casa de Dios más que un templo y el lugar físico, es nuestro espíritu
ya que Dios es Espíritu, nuestro corazón es su morada. No nos deben importar tanto los
aspectos físicos del templo sino de cómo está la casa de Dios (nuestro cuerpo, alma y
espíritu), dejar toda liturgia, series de preceptos y conceptos enseñados a lo largo de
nuestra vida fundada en la religiosidad antes bien ser sinceros, amantes de su amistad, es
algo muy sencillo, Dios tiene algo para dar, pero también quiere recibir, es como un “ida y
vuelta” un diálogo íntimo. Esto lleva a tener autoridad para juzgar en lo secreto y
sobrellevar y/o corregir en público situaciones adversas en la sociedad que son producto de
la falta de amor y búsqueda hacia Dios.
Cuando Dios tome el lugar en la vida y en el corazón de cada uno de los habitantes de la
comunidad, ciudad y nación su Reino se manifestará. Jesús no hace acepción de personas,
no se trata de una religión o doctrina humana es mucho más que eso, es un estilo diferente
de vida un nuevo y vivo camino, otorgado por parte de Dios mediante un favor no
merecido, es a lo que llamamos gracia, ya que no somos digno de ese sacrificio y, aunque
muchos digan que fue un suicidio lo que hizo, el único motor que lo impulso fue el amor
hacia por nosotros. Cuando Cristo murió en la Cruz, el velo se rasgó y con su Sangre se
abrió un nuevo y vivo camino, libre acceso a su presencia. Nuevo Pacto porque antes de
Jesús no existía, rompió todos los paradigmas y dogmas existentes en ese entonces por un
Nuevo Camino en el que no hay intermediarios más que Jesucristo para llegar al Padre
confiadamente.
Delante de Dios todos somos, el que se acerca confiadamente asegura su cercanía.
Rompiendo de esta manera estructuras religiosas y vivir verdaderamente lo que Dios