Siguiendo con los materiales, la ventaja de recurrir a la inyección como
alternativa al soplado, es que se pueden utilizar resinas de inyección, más
económicas que las utilizadas en el proceso de soplado. Como es sabido, el
polipropileno ofrece unas excelentes propiedades físicas, entre las que destaca
su resistencia al stress-cracking frente a los aceites lubricantes.
Otras ventajas de estos bidones son las inherentes a los plásticos cuando se
comparan con otros materiales. Estos bidones no se abollan ante caídas leves,
al contrario que los metálicos y, si sufren un golpe, el bidón plástico tiende a
retomar su forma anterior, mientras que el metálico permanece deformado.
Un proceso para más de 8.000 envases/día
El proceso parte de una máquina de inyección equipada con dos moldes, uno
de dos cavidades para la tapa y una cavidad para el cuerpo. Tras la inyección,
ambas partes se unen mediante una soldadora especialmente diseñada. El
proceso completo de inyección-soldado ha sido patentado. El ciclo de
fabricación es, aproximadamente, de 10 segundos por bidón. La producción
diaria teórica de 8.600 unidades/día. Estos ciclos de producción elevados son
más competitivos a medida que se aumenta el volumen del envase.
Tras la inyección, ambas partes se unen mediante una soldadora
especialmente diseñada. El proceso completo de inyección-soldado ha
sido patentado
Además de las ventajas de una fabricación como la descrita, existe la
posibilidad de aumentar más aún el valor añadido de este proceso integrado,
con la incorporación al mismo de un sistema de etiquetado dentro del molde
(IML). En el caso del bidón rectangular, el etiquetado se puede realizar en dos
o cuatro caras. El resultado es una decoración de calidad muy superior a la
lograda en los bidones soplados y una protección adicional de las normas de
seguridad impresas.
Mediante la inyección de los bidones se logran superficies perfectamente lisas
y brillantes que evitan la adherencia de polvo y mejoran la presentación del
envase. Además, la superficie de la boca de cierre presenta una terminación
perfecta, ideal para soldar membranas de seguridad.
El cierre del bidón es opcional, ya que puede suministrarse con tapa a rosca o
'flex' inviolable con pico 'anti-glue'.
Una característica propia del sistema de inyección que comercializa Fultech y
que mejora al envase soplado es la posibilidad de obtener envases de dos
colores (cuerpo y tapa). Independientemente de la decoración, esto permite
asignar al bidón un significado tipo código en función del color de su tapa. El
bidón metálico también deja abierta la posibilidad de llevar una tapa de
diferente color, pero en el envase de inyecto-soldado la tapa es visible cuando
está apilado, algo que no ocurre con el metálico ya que, al estar embutida la
tapa, no se ve en la estiba.