DSI 2 (4).pptx doctrina social de la iglesia

noritaavila70 2 views 37 slides Sep 19, 2025
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Doctrina social de la iglesia


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Doctrina Social de la Iglesia

Capitulo cuatro Los principios de la doctrina social de la iglesia I. SIGNIFICADO Y UNIDAD Verdaderos y propios puntos de apoyo de la enseñanza social católica. En el principio de la dignidad de la persona humana cualquier otro principio y contenido de la doctrina social encuentra fundamento . El primer y fundamental parámetro de referencia para la interpretación y la valoración de los fenómenos sociales .

Capitulo cuatro Los principios de la doctrina social de la iglesia I. SIGNIFICADO Y UNIDAD Los principios de la doctrina social deben ser apreciados en su unidad, conexión y articulación . Un significado profundamente moral porque remiten a los fundamentos últimos y ordenadores de la vida social .

Capitulo cuatro Los principios de la doctrina social de la iglesia II. EL PRINCIPIO DEL BIEN COMÚN De la dignidad, unidad e igualdad de todas las personas deriva, en primer lugar, el principio del bien común. Por bien común se entiende el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de la propia perfección. El bien común no consiste en la simple suma de los bienes particulares de cada sujeto del cuerpo social. Siendo de todos y de cada uno es y permanece común, porque es indivisible y porque sólo juntos es posible alcanzarlo, acrecentarlo y custodiarlo

Capitulo cuatro Los principios de la doctrina social de la iglesia II. EL PRINCIPIO DEL BIEN COMÚN Una sociedad que, en todos sus niveles, quiere positivamente estar al servicio del ser humano es aquella que se propone como meta prioritaria el bien común, en cuanto bien de todos los hombres y de todo el hombre . La persona no puede encontrar realización sólo en sí misma, es decir, prescindir de su ser « con » y « para » los demás . El bien común es un deber de todos los miembros de la sociedad. Todos tienen también derecho a gozar de las condiciones de vida social que resultan de la búsqueda del bien común .

Capitulo cuatro Los principios de la doctrina social de la iglesia II. EL PRINCIPIO DEL BIEN COMÚN También al Estado, porque el bien común es la razón de ser de la autoridad política . Para asegurar el bien común, el gobierno de cada país tiene el deber específico de armonizar con justicia los diversos intereses sectoriales .

Capitulo cuatro Los principios de la doctrina social de la iglesia III. EL DESTINO UNIVERSAL DE LOS BIENES Este principio se basa en el hecho que el origen primigenio de todo lo que es un bien es el acto mismo de Dios que ha creado al mundo y al hombre. El principio del destino universal de los bienes de la tierra está en la base del derecho universal al uso de los bienes . La actuación concreta del principio del destino universal de los bienes, según los diferentes contextos culturales y sociales, implica una precisa definición de los modos, de los limites, de los objetos .

Capitulo cuatro Los principios de la doctrina social de la iglesia III. EL DESTINO UNIVERSAL DE LOS BIENES Invita a cultivar una visión de la economía inspirada en valores morales que permitan tener siempre presente el origen y la finalidad de tales bienes, para así realizar un mundo justo y solidario,  en el que la creación de la riqueza pueda asumir una función positiva. Comporta un esfuerzo común dirigido a obtener para cada persona y para todos los pueblos las condiciones necesarias de un desarrollo integral , de manera que todos puedan contribuir a la promoción de un mundo más humano.

Capitulo cuatro Los principios de la doctrina social de la iglesia III. EL DESTINO UNIVERSAL DE LOS BIENES La tradición cristiana nunca ha aceptado el derecho a la propiedad privada como absoluto e intocable. La propiedad privada , en efecto, cualquiera que sean las formas concretas de los regímenes y de las normas jurídicas a ella relativas, es, en su esencia, sólo un instrumento para el respeto del principio del destino universal de los bienes , y por tanto, en último análisis, un medio y no un fin .

Capitulo cuatro Los principios de la doctrina social de la iglesia III. EL DESTINO UNIVERSAL DE LOS BIENES La enseñanza social de la Iglesia exhorta a reconocer la función social de cualquier forma de posesión privada . De la propiedad deriva para el sujeto poseedor, sea éste un individuo o una comunidad, una serie de ventajas objetivas : mejores condiciones de vida, seguridad para el futuro, mayores oportunidades de elección. De la propiedad, por otro lado, puede proceder también una serie de promesas ilusorias y tentadoras

Capitulo cuatro Los principios de la doctrina social de la iglesia III. EL DESTINO UNIVERSAL DE LOS BIENES Exige que se vele con particular solicitud por los pobres , por aquellos que se encuentran en situaciones de marginación y, en cualquier caso, por las personas cuyas condiciones de vida les impiden un crecimiento adecuado.

Capitulo cuatro Los principios de la doctrina social de la iglesia IV. EL PRINCIPIO DE SUBSIDIARIDAD « Como no se puede quitar a los individuos y darlo a la comunidad lo que ellos pueden realizar con su propio esfuerzo e industria, así tampoco es justo, constituyendo un grave perjuicio y perturbación del recto orden, quitar a las comunidades menores e inferiores lo que ellas pueden hacer y proporcionar y dárselo a una sociedad mayor y más elevada, ya que toda acción de la sociedad, por su propia fuerza y naturaleza, debe prestar ayuda a los miembros del cuerpo social, pero no destruirlos y absorberlos ». ( Quadragesimo anno )

Capitulo cuatro Los principios de la doctrina social de la iglesia IV. EL PRINCIPIO DE SUBSIDIARIDAD Conforme a este principio, todas las sociedades de orden superior deben ponerse en una actitud de ayuda (« subsidium ») —por tanto de apoyo, promoción, desarrollo— respecto a las menores . El principio de subsidiaridad protege a las personas de los abusos de las instancias sociales superiores e insta a estas últimas a ayudar a los particulares y a los cuerpos intermedios a desarrollar sus tareas. Este principio se impone porque toda persona, familia y cuerpo intermedio tiene algo de original que ofrecer a la comunidad.  

Capitulo cuatro Los principios de la doctrina social de la iglesia IV. EL PRINCIPIO DE SUBSIDIARIDAD Diversas circunstancias pueden aconsejar que el Estado ejercite una función de suplencia .

Capitulo cuatro Los principios de la doctrina social de la iglesia V. LA PARTICIPACIÓN Consecuencia característica de la subsidiaridad es la participación , que se expresa, esencialmente, en una serie de actividades mediante las cuales el ciudadano, como individuo o asociado a otros, directamente o por medio de los propios representantes, contribuye a la vida cultural, económica, política y social de la comunidad civil a la que pertenece . La participación en la vida comunitaria no es solamente una de las mayores aspiraciones del ciudadano, llamado a ejercitar libre y responsablemente el propio papel cívico con y para los demás , sino también uno de los pilares de todos los ordenamientos democráticos , además de una de las mejores garantías de permanencia de la democracia .

Capitulo cuatro Los principios de la doctrina social de la iglesia VI. EL PRINCIPIO DE SOLIDARIDAD La solidaridad confiere particular relieve a la intrínseca sociabilidad de la persona humana, a la igualdad de todos en dignidad y derechos, al camino común de los hombres y de los pueblos hacia una unidad cada vez más convencida . Las nuevas relaciones de interdependencia entre hombres y pueblos, que son, de hecho, formas de solidaridad, deben transformarse en relaciones que tiendan hacia una verdadera y propia solidaridad ético-social , que es la exigencia moral ínsita en todas las relaciones humanas.

Capitulo cuatro Los principios de la doctrina social de la iglesia VI. EL PRINCIPIO DE SOLIDARIDAD La solidaridad debe captarse, ante todo, en su valor de principio social ordenador de las instituciones. La solidaridad es también una verdadera y propia virtud moral , no « un sentimiento superficial por los males de tantas personas, cercanas o lejanas. Al contrario, es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común; es decir, por el bien de todos y cada uno, para que todos seamos verdaderamente responsables de todos ».

Capitulo cuatro Los principios de la doctrina social de la iglesia VI. EL PRINCIPIO DE SOLIDARIDAD El mensaje de la doctrina social acerca de la solidaridad pone en evidencia el hecho de que existen vínculos estrechos entre solidaridad y bien común, solidaridad y destino universal de los bienes, solidaridad e igualdad entre los hombres y los pueblos, solidaridad y paz en el mundo . El principio de solidaridad implica que los hombres de nuestro tiempo cultiven aún más la conciencia de la deuda que tienen con la sociedad en la cual están insertos

Capitulo cuatro Los principios de la doctrina social de la iglesia VII. LOS VALORES FUNDAMENTALES DE LA VIDA SOCIAL La relación entre principios y valores es indudablemente de reciprocidad. Todos los valores sociales son inherentes a la dignidad de la persona humana , cuyo auténtico desarrollo favorecen; son esencialmente: la verdad, la libertad, la justicia, el amor .

Capitulo cuatro Los principios de la doctrina social de la iglesia VII. LOS VALORES FUNDAMENTALES DE LA VIDA SOCIAL 1. La verdad Los hombres tienen una especial obligación de tender continuamente hacia la verdad , respetarla y atestiguarla responsablemente. Nuestro tiempo requiere una intensa actividad educativa   y un compromiso correspondiente por parte de todos, para que la búsqueda de la verdad, que no se puede reducir al conjunto de opiniones o a alguna de ellas, sea promovida en todos los ámbitos y prevalezca por encima de cualquier intento de relativizar sus exigencias o de ofenderla.

Capitulo cuatro Los principios de la doctrina social de la iglesia VII. LOS VALORES FUNDAMENTALES DE LA VIDA SOCIAL 2. La libertad La libertad es, en el hombre, signo eminente de la imagen divina y, como consecuencia, signo de la sublime dignidad de cada persona humana . El valor de la libertad, como expresión de la singularidad de cada persona humana, es respetado cuando a cada miembro de la sociedad le es permitido realizar su propia vocación personal .

Capitulo cuatro Los principios de la doctrina social de la iglesia VII. LOS VALORES FUNDAMENTALES DE LA VIDA SOCIAL 2. La libertad La libertad, por otra parte, debe ejercerse también como capacidad de rechazar lo que es moralmente negativo , cualquiera que sea la forma en que se presente. La plenitud de la libertad consiste en la capacidad de disponer de sí mismo con vistas al auténtico bien , en el horizonte del bien común universal.

Capitulo cuatro Los principios de la doctrina social de la iglesia VII. LOS VALORES FUNDAMENTALES DE LA VIDA SOCIAL 3. La justicia Desde el punto de vista subjetivo , la justicia se traduce en la actitud determinada por la voluntad de reconocer al otro como persona , mientras que desde el punto de vista objetivo , constituye el criterio determinante de la moralidad en el ámbito intersubjetivo y social .

Capitulo cuatro Los principios de la doctrina social de la iglesia VII. LOS VALORES FUNDAMENTALES DE LA VIDA SOCIAL 3. La justicia La plena verdad sobre el hombre permite superar la visión contractual de la justicia , que es una visión limitada, y abrirla al horizonte de la solidaridad y del amor : Por sí sola, la justicia no basta.  

Capitulo cuatro Los principios de la doctrina social de la iglesia VIII. LA VÍA DE LA CARIDAD Los valores de la verdad, de la justicia y de la libertad, nacen y se desarrollan de la fuente interior de la caridad . La caridad presupone y trasciende la justicia :  esta última « ha de complementarse con la caridad ». Ninguna legislación, ningún sistema de reglas o de estipulaciones lograrán persuadir a hombres y pueblos a vivir en la unidad, en la fraternidad y en la paz; ningún argumento podrá superar el apelo de la caridad .

Capitulo cuatro Los principios de la doctrina social de la iglesia VIII. LA VÍA DE LA CARIDAD La caridad social y política no se agota en las relaciones entre las personas, sino que se despliega en la red en la que estas relaciones se insertan, que es precisamente la comunidad social y política, e interviene sobre ésta, procurando el bien posible para la comunidad en su conjunto.

Capitulo quinto La familia celula vital de la sociedad I . LA FAMILIA, PRIMERA SOCIEDAD NATURAL La familia es considerada, en el designio del Creador, como « el lugar primario de la “ humanización ” de la persona y de la sociedad » y « cuna de la vida y del amor ». Iluminada por la luz del mensaje bíblico, la Iglesia considera la familia como la primera sociedad natural , titular de derechos propios y originarios, y la sitúa en el centro de la vida social : relegar la familia « a un papel subalterno y secundario, excluyéndola del lugar que le compete en la sociedad, significa causar un grave daño al auténtico crecimiento de todo el cuerpo social ».

Capitulo quinto La familia celula vital de la sociedad I . LA FAMILIA, PRIMERA SOCIEDAD NATURAL En el clima de afecto natural que une a los miembros de una comunidad familiar, las personas son reconocidas y responsabilizadas en su integridad:  « La primera estructura fundamental a favor de la “ecología humana” es la familia, en cuyo seno el hombre recibe las primeras nociones sobre la verdad y el bien; aprende qué quiere decir amar y ser amado y, por consiguiente, qué quiere decir en concreto ser una persona ». La familia, comunidad natural en donde se experimenta la sociabilidad humana , contribuye en modo único e insustituible al bien de la sociedad .

Capitulo quinto La familia celula vital de la sociedad I . LA FAMILIA, PRIMERA SOCIEDAD NATURAL Una sociedad a medida de la familia es la mejor garantía contra toda tendencia de tipo individualista o colectivista, porque en ella la persona es siempre el centro de la atención en cuanto fin y nunca como medio . Ha de afirmarse la prioridad de la familia respecto a la sociedad y al Estado . Todo modelo social que busque el bien del hombre no puede prescindir de la centralidad y de la responsabilidad social de la familia . La sociedad y el Estado, en sus relaciones con la familia, tienen la obligación de atenerse al principio de subsidiaridad .

Capitulo quinto La familia celula vital de la sociedad II. EL MATRIMONIO, FUNDAMENTO DE LA FAMILIA La familia tiene su fundamento en la libre voluntad de los cónyuges de unirse en matrimonio, respetando el significado y los valores propios de esta institución, que no depende del hombre, sino de Dios mismo. Ningún poder puede abolir el derecho natural al matrimonio ni modificar sus características ni su finalidad. El matrimonio tiene características propias, originarias y permanentes. El matrimonio tiene como rasgos característicos : la totalidad , en razón de la cual los cónyuges se entregan recíprocamente en todos los aspectos de la persona, físicos y espirituales; la unidad que los hace « una sola carne » ( Gn 2,24); la indisolubilidad y la fidelidad que exige la donación recíproca y definitiva; la fecundidad a la que naturalmente está abierto.

Capitulo quinto La familia celula vital de la sociedad III. LA SUBJETIVIDAD SOCIAL DE LA FAMILIA Gracias al amor, realidad esencial para definir el matrimonio y la familia, cada persona, hombre y mujer, es reconocida, aceptada y respetada en su dignidad . La naturaleza del amor conyugal exige la estabilidad de la relación matrimonial y su indisolubilidad . La solidez del núcleo familiar es un recurso determinante para la calidad de la convivencia social. Por ello la comunidad civil no puede permanecer indiferente ante las tendencias disgregadoras que minan en la base sus propios fundamentos .

Capitulo quinto La familia celula vital de la sociedad III. LA SUBJETIVIDAD SOCIAL DE LA FAMILIA La procreación expresa la subjetividad social de la familia e inicia un dinamismo de amor y de solidaridad entre las generaciones que constituye la base de la sociedad . El deseo de maternidad y paternidad no justifica ningún « derecho al hijo », en cambio, son evidentes los derechos de quien aún no ha nacido, al que se deben garantizar las mejores condiciones de existencia, mediante la estabilidad de la familia fundada sobre el matrimonio y la complementariedad de las dos figuras, paterna y materna .

Capitulo quinto La familia celula vital de la sociedad III. LA SUBJETIVIDAD SOCIAL DE LA FAMILIA Con la obra educativa, la familia forma al hombre en la plenitud de su dignidad, según todas sus dimensiones, comprendida la social . La familia tiene una función original e insustituible en la educación de los hijos . Los padres son los primeros, pero no los únicos, educadores de sus hijos. Corresponde a ellos, por tanto, ejercer con sentido de responsabilidad, la labor educativa en estrecha y vigilante colaboración con los organismos civiles y eclesiales.

Capitulo quinto La familia celula vital de la sociedad III. LA SUBJETIVIDAD SOCIAL DE LA FAMILIA Los padres tienen una particular responsabilidad en la esfera de la educación sexual . Es de fundamental importancia, para un crecimiento armónico, que los hijos aprendan de modo ordenado y progresivo el significado de la sexualidad y aprendan a apreciar los valores humanos y morales a ella asociados. La doctrina social de la Iglesia indica constantemente la exigencia de respetar la dignidad de los niños .

Capitulo quinto La familia celula vital de la sociedad IV. LA FAMILIA, PROTAGONISTA DE LA VIDA SOCIAL Las familias, lejos de ser sólo objeto de la acción política, pueden y deben ser sujeto de esta actividad. La familia, por tanto, debe ser considerada protagonista esencial de la vida económica, orientada no por la lógica del mercado, sino según la lógica del compartir y de la solidaridad entre las generaciones. El trabajo es esencial en cuanto representa la condición que hace posible la fundación de una familia, cuyos medios de subsistencia se adquieren mediante el trabajo .

Capitulo quinto La familia celula vital de la sociedad IV. LA FAMILIA, PROTAGONISTA DE LA VIDA SOCIAL Para tutelar esta relación entre familia y trabajo, un elemento importante que se ha de apreciar y salvaguardar es el salario familiar , es decir, un salario suficiente que permita mantener y vivir dignamente a la familia.

Capitulo quinto La familia celula vital de la sociedad V. LA SOCIEDAD AL SERVICIO DE LA FAMILIA El punto de partida para una relación correcta y constructiva entre la familia y la sociedad es el reconocimiento de la subjetividad y de la prioridad social de la familia . El servicio de la sociedad a la familia se concreta en el reconocimiento, el respeto y la promoción de los derechos de la familia . El reconocimiento, por parte de las instituciones civiles y del Estado, de la prioridad de la familia sobre cualquier otra comunidad y sobre la misma realidad estatal, comporta superar las concepciones meramente individualistas y asumir la dimensión familiar como perspectiva cultural y política, irrenunciable en la consideración de las personas .
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