LA POESÍA DE DYLAN THOMAS
Hablar de un poeta es tan sólo poner de manifiesto lo que tal poeta dice de sí
mismo. Es tratar de expresar cómo la vida se nombra en él. La dificultad consiste en
descubrir tras los gestos de lo cotidiano, las máscaras de sus ceremonias ignoradas;
tras los miedos, el goce, la mirada, el fracaso o el exceso, reconocer su rasgo
esencial, su palabra primaria, la caligrafía íntima de su propia contemplación.
Las circunstancias espectaculares y la leyenda tejida en torno a Dylan Thomas,
esa figura excéntrica que paseaba su angustia y sus borracheras por los bares del
Greenwich Village y por otra parte, el luminoso opuesto del adolescente perseguidor
de pájaros que se extasiaba en la contemplación del mar y las colinas de Swansea,
han mediado, especialmente en el público de América, en la valoración de su obra.
Con Dylan Thomas ocurre un fenómeno curioso: todo el mundo habla de él. muchos
han leído sus páginas en prosa Retrato del artista cachorro y Con distinta piel,
también se ha visto representada su pieza teatral Bajo el bosque de leche, obra
valiosa por su sentido del humor altamente poético, pero muy pocos conocen a fondo
su poesía, lugar donde el lenguaje de Dylan Thomas alcanza su revelación más
poderosa.
El nacimiento, la infancia, la adolescencia, la sexualidad, la religión, la
muerte, el idioma del paisaje, la leyenda, en la visión acelerada de un múltiple
universo de símbolos conforman la esencia de esta poesía. Rebelión de las fuerzas
vitales ante las formas que avanzan hacia su caducidad, música y memoria de un
paraíso perdido en la niñez, gozo profundo ante los milagros y una constante
búsqueda de la verdad inmutable del hombre, oculta en los mitos, los colores, los
sonidos, las repeticiones eternas. Y que sólo se manifiesta a la luz de las palabras.
Dylan Thomas trata de aprehender los limites de lo creado, la belleza y el terror de
vivir, por medio de una participación activa en ambos extremos. Se trata del "éxtasis
de la vida y el horror de la vida" de que hablara Baudelaire. Y en esa travesía de
opuestos, se cumplirá finalmente un acto de apertura y celebración.
Situación histórica.
Que en Inglaterra surgiera un poeta como Dylan Thomas dentro de la década
del 30 (Eighteen Poems, London, Fortune Press, 1934) aunque resulte extraño en un
primer análisis no es más que la consecuencia lógica de un proceso inevitable.
Inglaterra, a causa de su conservadorismo e insularidad, asumió más lentamente que
otros países los cambios en la cultura y en las escuelas literarias. La literatura inglesa