La variabilidad climática, el origen volcánico, el aislamiento de las
islas y el paso del tiempo, han dado lugar a una naturaleza
excepcionalmente rica y diversa, organizada en forma de
ecosistemas únicos, y que hace que estas islas se consideren
“continentes en miniatura”.
Las especies vegetales existentes en los ecosistemas terrestres de
Canarias se encuentran agrupadas en comunidades, que se
distribuyen en diferentes pisos de vegetación en función del clima y
la altitud. El número de ecosistemas que puede presentar una isla va
a depender de su altitud. Así, Tenerife, isla más alta del archipiélago,
presentará todo el abanico de ecosistemas conocidos en Canarias.
El resto de las islas contará con un número de ecosistemas menor,
disminuyendo con la altura de las islas, de manera que lanzarote y
Fuerteventura son las que presentarán menor variedad.
Gráfico tomado de www.gevic.es
(apartado de climatología,
condicionantes del clima canario, hay
animaciones interesantes)
Piso Basal
La diferente altura de las islas condiciona la
recepción de la humedad aportada por el alisio.
PISO BASAL Y
ZONA LITORAL
La vegetación de este
ecosistema soporta altas
temperaturas, muchas horas
de insolación y
precipitaciones escasas.
Presentan adaptaciones
características a los
ambientes desérticos, como
hojas reducidas o convertidas
en espinas, tallos verdes para
realizar la fotosíntesis, tallos
carnosos como reserva de
agua y raíces muy
desarrolladas. Las plantas del
piso basal canario pierden las
hojas durante la estación
desfavorable (el verano)
Cardón (Euphorbia canariensis)
endemismo canario
El cardoncillo, endemismo
canario
El cornical, fácilmente distinguible por
sus característicos frutos.
La uva de mar, propia de zonas costeras soporta
la elevada salinidad y el estrés hídrico
El incienso canario, (Artemisia canariensis) con
su peculiar olor, es otro de los endemismos del
piso basal.
En Canarias existen varias especies de tabaibas, algunas de ellas endémicas.
En la foto la Tabaiba dulce (Euphorbia balsamifera) en la reserva natural especial
del Malpaís de Güímar.
La espinosa aulaga (Launaea canariensis) es otro
endemismo propio de este ecosistema
En el tabaibal-cardonal se desarrollan
muchos insectos, como el endémico
longicornio del cardón, que se
alimenta de los cardones muertos o la
mariposa nocturna la esfinge de las
tabaibas, cuyas larvas comen de sus
hojas.
Algunos caracoles terrestres
(Hemicycla), también endémicos, se
han adaptado a soportar las extremas
condiciones de sequía de estas zonas,
cerrando su concha durante la estación
desfavorable con baba.
Entre los vertebrados destacan los
lagartos, de los que hay varias especies
endémicas y que colonizan desde la
costa hasta la alta montaña y las aves,
también con amplia distribución. El
bisbita caminero, los mosquiteros,
herrerillos, cernícalos, canarios… Entre
los vertebrados los más abundantes
son los conejos, roedores y musarañas. Mosquitero (Phylloscopus
canariensis) en su nido
Ejemplar de lagarto tizón
Bisbita caminero
BOSQUE
TERMÓFILO
El bosque termófilo en Canarias es el ecosistema más degradado, ya que
corresponde con las llamadas “medianías” las zonas más fértiles y, por tanto,
las más pobladas. Sus palmeras, dragos y sabinas fueron sacrificadas para
obtener tierras de cultivo.
Palmera canaria (Phoenix canariensis)
Sabina de El Hierro
El canario silvestre (endemismo macaronésico) vuela siempre en bandadas
y visita los cultivos y los linderos de pinares y de la laurisilva.
LAURISILVA
Laurisilva: la laurisilva constituye el ecosistema más complejo de Canarias. Es
una selva de gran altura (unos 25 m), donde los árboles más altos crean una
cubierta densa que no permite la entrada de luz a las zonas más bajas, por lo que
las especies de pequeño porte, herbáceas, están poco desarrolladas Sin embargo
se crea el ambiente perfecto para que crezcan helechos que en ocasiones pueden
llegar a alcanzar gran tamaño (más de un metro de altura).
Las especies arbóreas más representativas son: el laurel, la faya, el palo blanco,
el til, viñátigo, barbusano, acebiño, naranjero silvestre, mocán, delfino, madroño…
así hasta veinte especies.
Los límites superiores de la laurisilva están dominados por las fayas y los
brezos.
La laurisilva poblaba Europa Central en la Era Terciaria, de donde desapareció
debido al enfriamiento climático producido por las glaciaciones, quedando
representada en las Islas que forman la Macaronesia. Por este motivo recibe el
nombre de bosque fósil viviente.
Podemos verla en islas como Tenerife en los macizos de Anaga y Teno), en La
Palma (Los Tilos), en El Hierro (sólo en escarpes del Golfo) y en la Gomera,
donde predomina el fayal- brezal en la zona central de la isla, Parque Nacional
de Garajonay, patrimonio mundial.
Brezo Faya
Los helechos que tapizan el interior de la laurisilva tuvieron muchos
usos para los aborígenes y para los posteriores habitantes de las
islas. Se utilizaron como cama de personas y de ganado, para
envolver alimentos, y con los rizomas (tallos subterráneos) de
algunas especies se fabricaba una especie de gofio que comían los
guanches y los canarios en épocas de hambruna.
Laurisilva quiere decir “selva de laureles”: selva porque no hay
una especie dominante, ya que podemos encontrar hasta 20
árboles diferentes. El término “de laureles” hace referencia a que
todos ellos tiene hojas “tipo laurel”, verdes, lustrosas y acabadas
en punta. Sus frutos son tipo baya, y sirven de alimento para
muchos animales.
Faya con frutos
Flor del mocán
Hoja, flor y fruto de acebiño Hoja de laurel
Til
El delfino presenta las hojas más grandes
de la laurisilva
Los frutos de los árboles de la laurisilva, como los de este madroño
canario (Arbutus canariensis) sirven de alimento a numerosas aves
y otros animales.
Viñátigo centenario
En los bordes de los senderos o en los
claros de la laurisilva podemos
Ver vistosas flores como la bicacarera
(Canarina canariensis) protegida por la ley.
Cresta de gallo
Flor de bicacarera
Flor de mayo.
Malfurada
También aparecen trepadoras como la gibalbera y la hiedra canaria
Bejeques
Mariquita o sarantontón en
una flor de nomeolvides
En la laurisilva viven dos palomas endémicas, la paloma rabiche y
la turqué, ambas en peligro de extinción. La rabiche (en la foto)
nidifica en riscos escarpados, mientras que la turqué prefiere los
árboles.
Paloma turqué
EL PINAR
Son bosques
monótonos donde
predominan los pinos
canarios (Pinus
canariensis), especie
capaz de rebrotar de
cepa y de regenerarse
en poco tiempo tras un
incendio. El pino es el
símbolo de La Palma. El
Parque Nacional de la
Caldera de Taburiente
posee una de los
pinares mejor
conservados de las
islas.
Los pinares van
acompañados de
especies arbustivas
como la jara, el
amagante, el escobón.
Amagante Escobón
Los pinos presentan
flores masculinas y
femeninas, estas
últimas son las piñas.
Gran parte de los
pinares canarios son de
repoblación, ya que
durante siglos los
bosques originales se
usaron para extraer
madera, tea, pinocha,
obtener brea y carbón,
etcétera.
En los pinares mejor
conservados es posible oír
el repiqueteo del “pico
picapinos” , el pájaro
carpintero que habita en
Canarias, principalmente en
los bosques de Tenerife y
Gran Canaria.
Aunque por su nombre, “pinzón azul del Teide” parezca que habita en
la alta montaña, este pequeño pájaro de color azul vive y nidifica en los
pinares, pero suele subir a Las Cañadas a alimentarse durante la
época de floración. Existe una subespecie en Tenerife y otra en Gran
Canaria, ambas endémicas.
ALTA MONTAÑA
•Este ecosistema sólo lo podemos encontrar en las dos
islas más altas: Tenerife y La Palma, ya que se
encuentra por encima de los 2000 m de altitud.
•Las especies vegetales dominantes son las retamas y
los codesos. Las retamas presentan flores de color
blanco rosadas y desprenden un fuerte olor dulce de
efecto relajante que atrae a los insectos. Los codesos
tienen un menor tamaño y flores amarillas. Junto a estas
podemos encontrar la hierba pajonera, la magarza del
Teide, el alhelí del Teide, el tajinaste azul y el tajinaste
rojo (exclusivo de Las Cañadas del Teide).
•Algunas especies como la violeta del Teide y la de La
Palma son especies en peligro de extinción.
Tajinastes rojos (Echium wildpretii) en Las Cañadas
Tajinastes rojos (Echium wildpretii) en Las Cañadas
Las especies de seres vivos
que habitan el ecosistema de
alta montaña están adaptados
para soportar condiciones
climáticas muy duras: elevada
insolación, fuertes vientos,
bajas temperaturas, nieve en
invierno, pero escasas lluvias.
Las plantas presentan un
aspecto achaparrado, sus
hojas son pequeñas o
inexistentes (retama) a
menudo pilosas. En la
primavera, la estación
favorable, producen gran
número de flores olorosas que
atraen a los insectos para
asegurar la reproducción.
Codeso
Magarza de El Teide, endemismo tinerfeño
Retama en flor
El cedro canario es el único árbol que crece en el ecosistema
de alta montaña, aunque también puede encontrarse más
abajo. Sus ejemplares son hoy en día muy escasos, ya que
su madera, resistente y olorosa, ha sido muy apreciada en
construcción y ebanistería.
Las especies presentes no son muy abundantes, y muchas son
exclusivas de esta zona. Destacan varios escarabajos como los Pimelia
ascendes y el longicornio de Las Cañadas.
En primavera la floración atrae a gran número de insectos voladores
como abejas, tiene fama la miel de retama, moscas, mariposas como el
manto de Canarias, endémica y de color azul, muy abundante en los
meses calurosos, y otros insectos.
Entre los vertebrados destacan el pinzón azul del Teide, los lagartos y los
muflones, especie introducida que ha hecho estragos en la vegetación
autóctona.
Los muflones fueron introducidos en El Teide y los arruis en la Caldera en
los años 70 para practicar la caza mayor. Sus poblaciones hoy en día
están controladas, aunque no han desaparecido.