Introducción:
El Aborto procurado es la eliminación deliberada y directa, como quiera que se realice en la
fase inicial de su existencia, que va de concepción al nacimiento.
Quien consciente y deliberadamente práctica un aborto o acepta que se lo practiquen o
presta una colaboración indispensable a su realización incurre en una culpa moral y en una
pena civil, es decir comete un pecado y un delito.
La culpa moral es un pecado grave contra el valor sagrado de la vida humana. El quinto
mandamiento ordena no matar. Es un pecado excepcionalmente grave, por que la victima es
inocente e indefensa y su muerte es causada precisamente por quienes tienen una especial
obligación de velar por su vida .
Es un crimen porque consiste en quitar la vida a una criatura que no puede defenderse por sí
misma y esto se agrava porque tenía derechos a recibir amor y cuidados y no se tomó en
cuenta ninguno de estos aspectos.
Si la vida de la madre corre peligro se debe hacer todo lo posible para salvarla. Igualmente,
la vida de la criatura debe tratar de salvarse a toda costa. No es lícito matar directamente a
una para salvar al otro, si procurando salvar ambas vidas accidentalmente, sin quererlo, se
produce la muerte de una o ambas vidas, no hay delito, pero siempre se ha de procurar
salvar las dos vidas, que valen igualmente ante Dios.
Solo Dios es dueño de la vida y el hombre no puede condenar a muerte a una criatura
inocente, porque nacerá con una anormalidad. Muchas personas pueden prestar grandes
servicios a Dios o a los hombres, aunque sean parcialmente incapaces y nadie puede
proveer con certeza como habrá de ser la vida de una criatura aún no nacida.
“El Aborto ante la Luz de la Palabra de Dios”
El aborto constituye definitivamente un mal. Es suprimir una vida humana, ya
que la Biblia muestra que la vida comienza con la concepción.
“Dios nos da forma cuando aun estamos en el vientre de nuestra madre”
(Salmo 139:13)
El profeta Jeremías y el Apóstol Pablo fueron llamados antes de su
nacimiento (Jeremías 1:5)
Juan el Bautista saltó en le vientre de tu madre cuando escuchó la voz de
María, la madre del Señor (Lucas 1:44)
Obviamente los niños ya poseen identidad espiritual desde que están el
vientre de sus madres.
Desde el momento que ocurre la concepción comienza un proceso de
desarrollo que continúa hasta la edad adulta. Dios condenó a los Israelitas
que sacrificaban sus hijos al dios pagano Moloc. Esas criaturas se
consumían al fuego del sacrificio ofrecidos a un dios de la sensualidad y las
conveniencias humanas (Levíticos 20:2)
Lo mismo ocurre en nuestros días, y al actual de esa manera, confesamos
que los seres humanos no valen nada para nosotros, esta es una terrible
mancha en nuestra sociedad.
La Biblia no es más especifica en el caso del aborto porque tal práctica era
impensable para el pueblo de Dios.
Los abortistas piensan que el embrión tiene el potencial de convertirse en una
persona, es decir, que convertirá en una persona al nacer pero que no puede
compararse con una persona ya nacida.
Le mostraremos que en este punto están completamente equivocados y usted
mismo lo comprobará:
1- Dentro del vientre a los 18 días el corazón ha comenzado a latir. ¿Lo mismo no
sucede cuando el bebé ha nacido?
2- A los 35 días en sus ojos se ve la retina, el cristalino y los parpados. ¿No ve
usted lo mismo cuando el bebé ha nacido?
3- A los 42 días ya registran ondas cerebrales en un electroencefalograma. ¿No
tiene las mismas características de un bebé nacido?
4- A las 6 ½ (49 días) los labios se entreabren, hace mueca y de vez en cuando
saca la lengua; si le hicieran cosquillas las sentirían. ¿No hace lo mismo el bebé
nacido?
5- El la 8va semana el niño puede formar un puño, tener hipo, chuparse el pulgar,
dormir y despertarse todos los sistemas del cuerpo están funcionando. ¿No hace
los mismo el bebé nacido?
6- En la 9na semana puede agarrase un cabello y si le pinchan sienten dolor, oye
ruidos y los recuerda. ¿No hace los mismo el bebé nacido?
7- En la semana 18 (4 ½ meses) ya funcionan las cuerdas vocales puede llorar.
¿No hace los mismo el bebé nacido?
Aborto por
Envenenamiento Salino
Aborto por
Envenenamiento Salino
Aborto por Operación
Cesárea
Aborto por Dilatación y
Curetaje
Aborto por Ribanol
La Iglesia, fiel a Jesucristo, siempre ha
proclamado que la vida humana es
sagrada desde el momento de la
concepción.
Es por eso que condena el
aborto como un gravísimo pecado contra
el Quinto Mandamiento: "No Matarás".
El aborto es condenado
por las más importantes
religiones del mundo, es
decir el mandamiento
judeocristiano “No
matarás”, Siempre
debemos a través de la
Palabra de Dios llevar al
temor a una mujer que
procure refugiarse en el
aborto, que un hijo es una
bendición de Dios y
debemos recibirle con
gozo y alegría pese a las
circunstancias.
Conclusión