El arte de ser

El arte de ser

1. El arte de ser

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EL ARTE DE SER

Sentido y significado de tu existencia

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“Y yo ya sólo puedo dedicarme a intentar respirar, abrirle el máximo
de espacios posibles a los días que me quedan, tratar de ir en busca de
un arte de mi propio ser, de un arte que tal vez pueda perfeccionar
algún día haciendo un inventario de los que fueron mis principales
errores como editor. Porque tengo la impresión –un último proyecto,
tan sólo imaginario- de que sería grande que muchos quisieran hacer
lo mismo y un libro recogiera las confesiones de editores que dijeran
qué creen que anduvo trastabillado (…); editores que contaran cuáles
fueron sus mayores esperanzas y cómo fue que éstas no se
materializaron (…) Un mapa así nos permitiría avanzar dentro de las
movedizas arenas de la verdad (…) Me gustaría tener la honestidad de
desvelar las grandes sombras que se esconden detrás de las luces de
mi trabajo tan absurdamente elogiado…”

VILA-MATAS, Enrique: “Dublinesca”, 179



“A menos que uno encare esto con mucha seriedad, con real
inquietud, con profundo interés, con pasión, me temo que no podrá
llegar muy lejos; lejos no es el sentido de espacio o tiempo, sino muy
profundamente dentro de uno mismo. Se necesita una gran pasión,
muchísima energía, pero la mayoría de nosotros desperdicia sus
energías en el conflicto. Y cuando cambiamos toda esta cuestión de la
existencia, necesitamos energía. La energía viene con la posibilidad
del cambio; si no hay posibilidad de cambio, la energía decae, se
disipa”

KRISHNAMURTI, Jiddu: “El despertar de la inteligencia”

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INDICE



Introducción
Pág.



1. Vivir, una conquista. Ser, un arte

2. La aventura hacia dentro: conocimiento de uno mismo.


2.1. Qué, quién soy

2.2. Identidad, personalidad


2.3. Frenos y debilidades:

2.3.1. La soledad
2.3.2. El miedo
2.3.3. El mal, el dolor y la muerte.
2.3.4. El tedio, el hastío. La alegría de vivir
2.3.5. Un infierno personal

2.4. Liberación. La percepción consciente.

2.5. Personalidad elegida, proyecto de vida.


2.6. Producir significados

3. Estilo y carácter del artista:

3.1. Compasión: por uno mismo, por el otro.

3.2. Serenidad:


3.2.1. Elogio (el placer) de la lentitud.
3.2.2. Quietud, calma imperturbable
3.2.3. El poder de la inacción: la renuncia creativa
3.2.4. El término medio. La humildad.
3.2.5. El descanso.
3.2.6. Serenidad para trascender

3.3. Afirmación esencial y auténtica.

3.4. Pasión y método para la acción.
3.4.1. ¿Un arte frustrado?

3.5. Autodistanciamiento: el humor, la risa y la ironía.

3.6. Atributos, cualidades:


3.6.1. El ser humano sin atributos: común o mediocre.

3.6.2. Paz interior y convencimiento
3.6.3. Ser auténtico, verdadero
3.6.4. Equilibrio automáticamente renovado , confianza inexpugnable
3.6.5. Coherencia exterior e interior
3.6.6. Carácter, energía, visión,
3.6.7. Profundidad
3.6.8. Nobleza pero con humanidad
3.6.9. Respeto, tolerancia
3.6.10. Patriotismo
3.6.11. Inténtalo… pero no pidas demasiado.

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4. Sentido y significado de nuestra existencia:

4.1. Preguntas… y algunas respuestas

4.2. Imágenes, sueños y espejos en el camino


4.2.1. Paraísos artificiales
4.2.2. El sexo, una felicidad sólo anatómica.
4.2.3. El dinero, la riqueza
4.2.4. La belleza y el arte:
° ¿Salvación en lo formal?
° Consuelo y ternura del arte.
° Una senda hacia el Espíritu, un mero destello del absoluto
° Ilusión de eternidad

4.2.5. El conocimiento y la comprensión de la existencia
° No es posible obtener claridad: un conocimiento sólo aproximado.
° Un mero simbolismo poético. Mitos.
4.2.6. Trascendencia histórica o la salvación en lo colectivo.
4.2.7. Trascendencia en la descendencia

4.3. Nada explica ¿Una felicidad sin esperanza?

4.4. Voluntad de sentido.



5. Auto trascendencia:



5.1. El gozo creador, la apertura a una inmensa elección de posibilidades

5.2.
A la muerte hay que contestarla con la vida: la globalidad de nuestra existencia

5.3. Compromiso con la totalidad del ser humano: conocimiento, cuerpo y alma.

5.4. Ser en el otro: la superación de los límites de cuerpo y alma.


5.4.1. La ternura.
5.4.2. El amor
5.4.3. El amor del padre, de la madre
5.4.4. Amiga, compañera, amante
5.4.5. El arte de amar
5.4.6. Una belleza espiritual
5.4.7. El amor de Dios y el amor al prójimo



6. La verdad que surge del silencio, las razones del corazón.

6.1. Lo innombrable: la dimensión misteriosa, divina de la realidad

6.2. Yo profundo, Ser esencial: su conexión con esa dimensión misteriosa de la realidad.

6.3. Integración de cuerpo y espíritu., de lo eterno e infinito con lo temporal y espacial

6.3.1. La abolición del tiempo: eternidad en el ahora.
6.3.2. Lo visible y lo invisible.

6.4. Introspección y acción del ser

6.4.1. Sentido del Ejercicio y la Técnica
6.4.2. ¡Vive la vida¡

6.5. Meta trascendencia: más allá de la propia existencia personal en el mundo de las formas.

6.5.1. No busques más allá: la vuelta al ser.
6.5.2. Más allá de las dimensiones conocidas por el ser humano
6.5.3. Lo último, radical y verdaderamente valioso para el ser humano.
6.5.4. Confianza radical, razonada y razonable; fe últimamente fundada.

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7. Epílogo



8. Bibliografía

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INTRODUCCIÓN





Invitación a la lectura y algo más



Esta obra puede resultar simplemente una invitación a la lectura de un puñado de magníficos
libros, lo cual no es poco valor. El atrevimiento valdrá la pena si obtiene como único fruto el
contagio del placer por la lectura. Pero quizás ese encuentro personal y solitario con los libros
ofrezca también oportunidades y sorpresas para desafíos de una mayor profundidad y
trascendencia.

El propósito que anima esta recopilación de fragmentos de distintas obras y autores ha sido el
invitar a una reflexión sobre el “ser” íntimo de cada unos de nosotros, en la compañía de distintos
hombres y mujeres que también se han interrogado sobre el sentido y significado de su existencia.
Acudiremos para ello a las fuentes de la literatura, muy especialmente de la novela. ¿Propósito
descabellado? Como nos va la vida en ello asumimos cualquier riesgo: el valor mismo del
intento superará los efectos de cualquier eventual fracaso. Vamos a seguir muy humildemente la
estela de quienes han intentado “contribuir a la identificación por los hombres y las mujeres –
religiosos o no- de nuestros días de lo que sucede en su propio interior, en su propia vida,
cuando ésta no se reduce a lo que conocen, a lo que hacen, a lo que representan, sino que quieren
llegar al nivel en el que se juega su ser o no ser, su realizarse o perderse”
1
.

Más allá de lo cotidiano y de nuestras experiencias más gozosas y gratificantes, en determinados
momentos de nuestra vida nos enfrentamos a una interrogante, la referida al conjunto de nuestra
existencia, que a veces se nos muestra especialmente dramática: ¿Por qué en algún momento mi
vida se acabará inevitablemente? No existe barrera psicológica eficaz ante pregunta tan insistente.
No lo es desde luego el olvido. Si miramos de frente y con valentía deseamos descubrir si una vida
plena puede asentarse en un referente que la ilumine radical y verdaderamente.

Bien está el recurso socorrido a la sabiduría de terceros que encontraron determinadas respuestas.
O de otros que simplemente intuyeron un cierto eco. También resultarán útiles las vivencias de
aquellos que viven dignamente desde el convencimiento, más o menos sereno, de que la realidad
última es fría y sin esperanza. En cualquier caso, cada uno de nosotros nos vemos violentados a
descubrir y recrear personalmente nuestras propias preguntas y buscar “las respuestas”. Es esta
una tarea personalísima, insustituible por nada ni por nadie, que debe ser abordada y construida
como una auténtica obra de arte. Porque debemos ser artistas, sí: ante todo de nuestra propia vida.
Ese es el reto artístico decisivo: con la búsqueda de la imprescindible inspiración, la fortaleza del
genio necesario, el impulso constantemente renovado y la apertura personal para descubrir,
recrear y disfrutar de esas mil y una posibilidades que pueden abrirse en una existencia
temporalmente finita. ¿Aprendices, fracasados intérpretes o maestros en el arte de ser referido a
tu principal obra en vida: tu propia existencia personal?

Todo ser humano necesita superar, trascender los límites de espacio y tiempo que acogotan: ir
más allá de sus limitaciones físicas y emocionales, superar la debilidad e indefensión que se
manifiesta inexorablemente muy especialmente con el deterioro físico y mental al que arrastra
el paso del tiempo, y cuya expresión más dolorosa es ese enfrentarse a la muerte. Por ello la
búsqueda de un punto o principio de perspectiva que pueda explicar y dar sentido a nuestra
existencia. Ese algo que es realmente difícil de expresar con palabras: quizás sólo nos podemos
referir a ello de un modo indirecto porque carecemos del lenguaje necesario para explicarlo;
porque sólo podemos utilizar recursos e instrumentos de naturaleza humana y pretendemos
aplicarlos ingenuamente a otras dimensiones desconocidas, siempre inalcanzables para un ser


1
Martín Velasco, J.: “La experiencia cristiana de Dios”, Pág. 19

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humano. En muchas tradiciones religiosas y culturales se acude, de un modo entre temeroso y
necesariamente humilde, a conceptos o expresiones que pueden resultar inicialmente
insatisfactorias o inocentemente alusivas: intuimos que existe un centro o punto focal que todo lo
explica y al que todo se refiere, pero es misterioso, inalcanzable en una escala humana. Se alude
al “misterio”, “la divinidad”, o la “presencia” de ese no sé qué decisivo, apenas intuido.
Reconociendo precisamente de esta manera la incapacidad para entender, expresar o describir en
términos humanos, de un modo satisfactoriamente inteligible.

Al tiempo, en todas estas tradiciones, más allá de atender a las limitadas pero imprescindibles
potencialidades de la razón humana, se comparte la convicción de que son las razones del
corazón las que pueden permitir a un ser humano conectar y alinearse con lo trascendental,
desbordar aquellas reducidas dimensiones de la realidad que apenas somos capaces de
comprender. Seguramente para disponer apenas de una aproximación indirecta, analógica o
poética–si se quiere-, el único acercamiento humano posible de ese “misterio” en el que quizás
se encuentran encerradas todas las explicaciones. ¿Respuestas? Parece más bien que la verdad
“surge del silencio”. Y que en él podemos sumergimos, con una confianza razonada y razonable,
desde la fe en un más allá fuera de todas las dimensiones conocidas o intuidas por las limitadas
capacidades de un ser humano.


Y tanto esfuerzo para, al final y quizás de un modo sorprendente, llegar a la profunda convicción
de que aquello que buscábamos y anhelábamos se encuentra muy cerca de nosotros; es más,
habita en nosotros, en ‘nuestro’ Ser.


La creación literaria como fuente


Estas lecturas son en su mayor parte piezas entresacadas de magníficas novelas que sólo
alcanzan su pleno sentido creativo y literario en la lectura sosegada de la obra en su conjunto, e
incluso de varias obras de un mismo autor. Pero, ¿por qué acudir precisamente a estas fuentes y
no insistir en las obras fundamentales de la filosofía o quizás de la religión comparada? El
novelista moravo Milan Kundera ha afirmado que algunos autores lograron “movilizar sobre la
base del relato todos los medios racionales e irracionales, narrativos y meditativos, que pudieran
iluminar el ser del hombre” añadiendo que, de este modo, han logrado “hacer de la novela la
suprema síntesis intelectual”
2
. Así lo vivió también D. H. Lawrence: “Soy un hombre y estoy
vivo. Es por eso que soy novelista. Y, en tanto que novelista, me considero superior al santo, al
científico, al filósofo, y al poeta, todos grandes maestros de distintos aspectos del hombre vivo,
que nunca abarcan todo… Solo en la novela todas las cosas entran en juego”
3
. A través de la
literatura, singularmente a través de la novela, se nos facilita acercarnos a nuestro centro vital de
un modo especialmente humano. Se suma al coro Thomas Mann: “La literatura considerada
como camino hacia la comprensión, hacia el perdón y hacia el amor, el poder liberador del
lenguaje, el espíritu literario como el fenómeno más noble del espíritu humano en general, el
poeta como hombre perfecto, como santo”
4
Así mismo el argentino Ernesto Sábato: “los seres
humanos no pueden representar nunca las angustias metafísicas al estado de puras ideas, sino
que lo hacen encarnándolas, oscureciéndolas con sus sentimientos y se mueven a impulsos
imprevisibles (…) Las ideas metafísicas se convierten así en problemas psicológicos (…)
Refiriéndose a sí mismo, insistía: “No puedo sino escribir sobre las grandes crisis que
atravesamos en nuestra existencia, esas encrucijadas en que nuestro ser parece hacer un balance
total, en que reajustamos nuestra visión del mundo, el sentido de la existencia en general” E
insiste:
5
“Pero cuando se comprendió que no toda la realidad era la del mundo físico, ni siquiera
la de las especulaciones sobre la historia o las categorías; cuando se advirtió que también
formaban parte de la realidad (y en lo atinente al hombre, de manera capital) los sentimientos y
las emociones, entonces se concluyó que las letras eran también un instrumento de conocimiento,
y acaso el único capaz de penetrar en el misterioso territorio del hombre con minúscula. Hasta el


2
Kundera, Milan: “El Arte de la Novela”, Pág. 26
3
Citado en Huxley, Aldous: “Prefacio a los Ensayos Completos” en “Si mi biblioteca ardiera esta noche”, Pág. 33
4
Mann, Thomas: “La montaña mágica”, Pág. 678
5
Sábato, Ernesto: “El escritor y sus fantasmas”,14 y 16.

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punto que cuando los nuevos filósofos quieren cumplir con las exigencias rigurosas del
existencialismo, deben renunciar a sus tratados abstractos para humildemente escribir ficciones
(…) ¿Cómo con semejantes descubrimientos, con dominios tan vastos y misteriosos por recorrer,
con el consiguiente enriquecimiento técnico, con su trascendencia metafísica y con lo que
representa para el angustiado hombre de hoy, que ve en la novela no sólo su drama sino que
busca su orientación, cómo puede suponerse que es un género en decadencia). Por el contrario,
pienso que es la actividad más compleja del espíritu de hoy, la más integral y la más promisoria
en ese intento de indagar y expresar el tremendo drama que nos ha tocado en suerte vivir”
6




En busca de esa iluminación, me he permitido entresacar algunas virutas espirituales de creaciones
diversas. Con una cirugía seguramente inexperta y cruel, espero que sin destrozos imperdonables,
han sido extraídos algunos de sus fragmentos para que dialoguen con otros de distintos autores
que vivieron y crearon en espacios y tiempos distintos. Fueron colocados dentro de una estructura
creada para provocar y favorecer la reflexión, la búsqueda personal. En su momento me han
acompañado a mí mismo como una especie de breviario personal, nunca cerrado sino en constante
crecimiento y corrección. Todo ello se fue modificando día a día, al mismo tiempo que su
relectura y la reflexión particular alimentaban dudas y consolidaban señales. Por supuesto, nunca
ha pretendido ser un listado pasmoso y completo de obras de inexcusable referencia. Son el fruto
de lecturas no siempre planificadas, surgidas a veces por una extraña casualidad y con cierta
sorpresa gratificante. Resultado de lo leído y, en parte, de lo vivido. De la duda y la confusión. De
la búsqueda. También de la alegría que surge del encuentro con la belleza y la tensión o el gozo de
vivir; mejor dicho, de ser.

Contiene este libro también referencias a algunos ensayos o a retazos de pensamientos clásicos
extraídos de las obras de sus propios autores, así como de esas misceláneas de aforismos y citas
que, pese a su diseño más o menos humilde, pretencioso o simplemente divulgador, han solicitado
su incorporación a este documento. Por qué no, se encuentran igualmente algunas reflexiones
recogidas en formatos aparentemente más modestos como revistas o periódicos, o robados en la
escucha de una emisión de cine, radio o televisión; e incluso anónimos bien conocidos, o no tanto.


Porque la escucha sensible y atenta recibe, a veces, sorpresas de alto nivel entre los balbuceos o
las expresiones rotundas del que vive, sufre, busca y –por qué no- encuentra.




El arte del explorador: unas recomendaciones finales.


No es imprescindible seguir el orden marcado. Cada cual hace su camino y bucea como puede en
su propia vida. Por ello, seguramente es mejor volcar la atención sobre los textos desnudos que se
ofrecen aquí. Recomiendo, por tanto, la lectura silenciosa y solitaria de los mismos. Porque
“sólo se puede leer para iluminarse a uno mismo: no es posible encender la vela que ilumine a los
demás”
7
Lecturas que, por cierto, son siempre distintas según los momentos de la vida en que se
realizan: hemos comprobado, en muchas ocasiones, que las lecturas de un mismo texto cambia
con los años y no produce igual significado en distintas situaciones personales: “El escribir, como
la vida misma, es un viaje de descubrimiento. La aventura es de carácter metafísico: es una
manera de aproximación indirecta a la vida. ¡Y sin embargo es una revelación sobre esa misma
realidad que nos rodea!”
8


Desde luego somos exploradores de nuestra propia vida, casi siempre -si no siempre- en soledad.
Y si el explorador quiere, interpretadas las señales y las condiciones del entorno, medidas las
propias fuerzas, y desde el cálculo sobre la mejor de las decisiones… hacer camino, marcando en


6
Sábato, E.: “El escritor y sus fantasmas”, 88-89
7
Bloom, Harold: “Qué leer y por qué”, Pág. 27.
8
Henry Miller. Citado en “Sabato, Ernesto: El escritor y sus fantasmas”, p. 242.

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cuerpo y alma la dirección a seguir. Para uno mismo. O para otros. Quizás simplemente
ofreciéndoles entrenamiento para su propio arte en la exploración de su existencia.

En algún momento he pensado incorporar, al finalizar esta obra, una especie de lectura personal
de los textos que he ido recogiendo y que aquí se abren a la interpretación libre del lector o lectora.
Quizás ello sería traicionar en sí mismo al proyecto que fue diseñado como una invitación o
desafío al lector, que debe responder personalmente, buceando con esfuerzo y seguramente en
más de una ocasión con dolor, entre sus vivencias y las referencias de otros seres humanos.

Pero no desechemos que sea posible una síntesis personal, desde la humildad del que apenas
vislumbra a conocerse y, con todo el humor posible, avanza en su propio camino. Sabiendo que no
resulta posible recolectar certidumbres fáciles de entender y asumir, sino que la vida es seguir
buscando, con una confianza razonada y razonable.  

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1.


VIVIR, UNA CONQUISTA. SER, UN ARTE



“Uno mantiene en silencio, durante toda su vida, las cosas más importantes. A veces, incluso
hasta que se muere así. Sin embargo, hay casos en que se presenta la ocasión de decir esas cosas…
y entonces uno ya no puede ni debe mantenerse callado”.

MÁRAI, Sándor: “La herencia de Eszter”, 131


 


“Uno comienza precisamente cuando comienza, aclaró Dubin.
-El comienzo efectivo, el momento en que empiezas a dominar la vida, la captas, ves las
cohesiones y decides, no tiene por qué coincidir con la estricta cronología. Puedes buscarlo o
establecer un punto y dejar que lo que venga detrás lo confirme. No estoy seguro de haber llegado
a eso”.

MALAMUD, Bernard: “Las vidas de Dubin”, 56

 


” ‘Creo que ha llegado la hora de vivir un poco más atentamente’, decía Achaga en su carta. Y
citaba a Nazim Himker, que en un breve e intenso texto comentaba que hay que tomar en serio el
vivir, pues el vivir no admite bromas. Hay que saber –decía Himket- que la cosa más real y bella
es vivir. Y no olvidar que vivir es nuestra tarea. Estemos donde estemos, hemos de vivir como si
nunca hubiésemos de morir (…) Creo que debemos tener en cuenta esto y amar al mundo en todo
momento, amarlo tan conscientemente que podamos al final cada uno de nosotros decir: he
vivido”
VILA-MATAS, Enrique: “Dietario voluble”, 40-1



 

“El que no quiere dar su sí a la vida debería, por lo menos, pronunciar el no de los santos”

MUSIL, R.: “El hombre sin atributos”, T. 1, 158


 


“En las comunidades arcaicas, mientras el padre iba en busca de alimentos y las mujeres se
dedicaban a la alfarería o al cuidado de los cultivos, los chiquitos, sentados sobre las rodillas de
sus abuelos, eran educados en su sabiduría; no en el sentido que le otorga a esta palabra la
civilización cientifista, sino aquellas que nos ayuda a vivir y a morir (…) En aquellas tribus, la
vida poseía un valor sagrado y profundo; y sus ritos, no sólo hermosos sino misteriosamente
significativos, consagraban los hechos fundamentales de la existencia: el nacimiento, el amor, el
dolor y la muerte”

SABATO, Ernesto: “Antes del fin”, 18-9

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“Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente, enfrentarme sólo a los hechos esenciales
de la vida y ver si podía aprender lo que la vida tenía que enseñar, y para no descubrir, cuando
tuviera que morir, que no había vivido. No quería vivir lo que no fuera la vida, pues vivir es caro,
ni quería practicar la resignación a menos que fuera completamente necesario. Quería vivir con
profundidad y absorber toda la médula de la vida, vivir de manera tan severa y espartana como
para eliminar cuando no fuera la vida.”

THOREAU, Henry David: “Walden”, 138

 


“Sólo a través de los detalles podemos comprender lo esencial, así lo he experimentado yo, en los
libros y en la vida”

MÁRAI, Sándor: “El último encuentro”, 147



 

“Escúcheme lo que voy a decirle, historiador (…) La civilización nos ha apartado del origen de
nuestras pulsiones. Ha fragmentado nuestra experiencia, ha pulido nuestros modales y segregado
de nuestra vista las cuestiones centrales: el amor, la violencia, la muerte. Hemos construido cuartos
privados para los amantes, lugares secretos para morir y hemos echado un velo institucional contra
los que la ponen en peligro: los locos, los criminales, los disidentes.”

AGUILAR CAMIN, Héctor: “La guerra de Galio”, 78


 


"Sí, por entero me entrego a ese designio, que esa es la última palabra de la sabiduría; solo merece
la libertad y vida quien diariamente sabe conquistarla. Transcurridos aquí de ese modo sus activos
años, cerrados de peligros, el niño, el hombre, el adulto y el anciano. Un gentío así querría yo ver y
hallarme en terreno libre con un libre pueblo. Decirle habría al momento: ¡Detente, eres tan bello!
No es posible que la huella de mis días terrenales vaya a perderse en los clones... En el
presentimiento de tan alta dicha goza ya ahora del supremo momento"
 
GOETHE, Johann Wolfgang: "Fausto", p. 1491


 


"Pero se puede seguir viviendo, medio muerto, y hasta tener placeres en la vida".

MURDOCH, I.: "El mar, el mar", 406

 

“En la ciudad una persona puede vivir cien años y no darse cuenta de que hace mucho que está
muerto y enterrado. No hay tiempo de aclararte contigo mismo, siempre andas ocupado (...)
Bueno, así es como vivíamos, sin notar el dolor de la vida en común.

TOLSTOI, Lev: “Sonata a Kreutzer”, 95

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”Avancé a tientas y lo que llegó fue la irrupción de cierto sentido de la calma aplicado a la vida.
Llevaba demasiado tiempo con la impresión de que la organización del mundo me estaba
arrojando cada día más a un futuro de creciente velocidad que me arrebataba el presente y me
obligaba a vivir en el futuro, en la vida que no existe. Era como si viviera no para vivir, sino para
ya estar muerto. Ahora todo tiene otro ritmo, vivo fuera ya de la vida que no existe. A veces me
detengo a mirar el curso de las nubes, miro todo con curiosidad flemática de diarista voluble y
paseante casual: sé que hago reír, pero ando yo caliente”

VILA-MATAS, Enrique: “Dietario voluble”, 44-5




“El padre lo desterró a sus haciendas con un mandato de dueño y señor que él no se dignó utilizar.
Fue una muerte en vida…El lo había dicho: ‘Vivo espantado de estar vivo’. En el destierro
adquirió el talante lúgubre, la catadura sigilosa, la índole contemplativa, las maneras lánguidas, el
habla despaciosa, y una vocación mística que parecía condenarlo a una celda de clausura”


GARCIA MARQUEZ, Gabriel: “Del amor y otros demonios”, XXX




“Yo creía vivir mi propia vida, pero en realidad era ella la que me estaba viviendo a mí todo el
tiempo, sin la menor ayuda ajena. ¡He tardado medio siglo en darme cuenta! ¡Qué golpe para mi
amor propio!”

DURRELL, Lawrence: "Sebastian", 14



“Como lo oye. Iba por ahí tan muerto que ni me acordaba de vivir”

McCARTHY, Cormac: “El Sunset Limited”, 14





“Pero tal vez (…) el mayor problema de todos no sea tanto estar a las puertas de la muerte, o estar
muerto sin saberlo (…) sino la perturbadora sensación de no haber todavía realmente nacido (…)
Y ayer, en la vida real, volvió a sentir algo parecido. Dentro de la desgracia, había una emoción
enigmática en la escena del abrazo. Una emoción que surgía de nacer en la muerte o de sentirse
vivo por primera vez en la vida. Porque fue aquél, a pesar de la tragedia brutal, un gran momento.
Un momento, por fin, en el centro del mundo (…) Como si a las ciudades de Dublín y Nueva
York las uniera una misma corriente, y ésta no fuera otra que la corriente misma de la vida,
circulando por un corredor imaginario, cuyas distintas estaciones o paradas habrían sido decoradas
siempre con la misma réplica de una estatua que sería el homenaje a un gesto, a un tipo de salto
secreto, a un movimiento casi clandestino pero existente, perfectamente real y cierto: el salto
inglés”.


VILA-MATAS, Enrique: “Dublinesca”, 280-1





“Para el que solo está atado con hilos livianos y casi inexistentes a eso que se llama, o que él
mismo llama, vida, levantarse por las mañanas constituye siempre una tarea muy difícil. Incluso

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una pequeña violencia (…) Era una vida que, entre el levantarse por la mañana y el acostarse por
la noche, pendía como un flácido hilo de seda, flácido y oscilante por falta de tensión. La vida, con
la multiplicidad de sus dimensiones, perdía, en este caso especial, una dimensión tras otra; en
efecto, apenas llenaba ya las tres dimensiones de su cuarto (…) nadie en el mundo conoce la
microscópica estructura de su alma, y es muy probable que tampoco deba conocerla. En el caso de
Hanna, por debajo de su visible manera de vivir, totalmente flácida, existía en cada elemento una
tensión constante (…) Lo que de ello se percibía desde el exterior podría definirse del modo más
normal con la palabra nerviosismo, entendiendo este concepto como la guerra de guerrillas que el
Yo ha de sostener a cada instante –incluso en los más breves- contra cada una de las partículas de
lo empírico con las que su superficie entra en contacto. Pero aunque este fuera –en su sentido más
amplio- el caso de Hanna, la peculiar tensión de su ser no radicaba en la nerviosa intransigencia
que manifestaba frente a las contingencias de la vida (…) No, su tensión no radicaba en estas
cosas, pues todo eso venía a ser como una pequeña y rutilante agitación (…) no, sin duda, no
radicaba ahí su tensión, sino en la disconformidad existente entre una superficie de tan variados
matices y el fondo inamovible e inconmovible del mar de su alma, fondo que, como una sima, se
extendía a tanta profundidad por debajo de todo lo demás que resultaría imposible distinguirlo; era
disconformidad entre la superficie visible y la invisible, la que no delimita nada; era aquella
disconformidad en cuya infinitud se desarrolla el más inquietante juego del alma; era la distancia
inconmensurable entre el anverso y el reverso de la penumbra; una tensión sin equilibrio, una
tensión fluctuante, podría decirse, puesto que, de una parte, se encuentra la vida y, de la otra, en
cambio, la eternidad, que es el fondo del mar del alma y de la vida misma”.


BROCH, Hermann: “Huguenau o el realismo”, 47 y 55-6




“Todas las personas tienen un núcleo de bondad que el yo desmesurado ahoga (...) Yo lo observé
en mi propio padre. Dignificarte frente a ti mismo es una de las cosas hermosas de hacerte mayor.
Vivir consiste en hacerte persona”

GOMEZ, José Luis en “Vivir consiste en hacerte persona”




“En cambio, lo que me acontece en mis poco frecuentes horas de alegría, lo que para mí es delicia,
experiencia vivida, éxtasis y elevación, el mundo lo busca y lo ama como máximo en las poesías,
considerándolo locura cuando ocurre en la vida”

HESSE, Herman: “El lobo estepario”, 716





“Vivir, en eso no hay felicidad alguna. Vivir: llevar por el mundo a su doloroso yo. Pero ser, ser es
felicidad. Ser: convertirse en fuente, en recipiente de piedra sobre el que cae el universo como una
lluvia fina”.

KUNDERA, Milan: “La inmortalidad”, 308




“El problema más hondo de nuestra novela, de la tuya, Felipe, de la mía, de la de don Sandalio, es
un problema de personalidad, de ser o no ser, y no de comer o no comer, de amar o de ser amado;
nuestra novela, la de cada uno de nosotros, es si somos más que ajedrecistas, o tresillistas, o
tutistas, o camineros, o… la profesión, oficio, religión o deporte que quieras, y esta novela se la
dejo a cada cual que se la sueñe como mejor le aproveche, le distraiga o consuele. Puede ser que
haya esfinges sin enigma –y estas son las novelas que gustan los camineros-, pero también

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enigmas sin esfinge”.

UNAMUNO, Miguel de: “La novela de Don Sandalio, Jugador de Ajedrez. Un pobre hombre rico”, 62-3





“¿Qué le queda por hacer? Ser
¿A quién detesta? A mi testa. Y a los tramposos del ajedrez (…)
¿Quién le hubiera gustado ser? ¿Cómo decirle modestamente: ‘Fernando Arrabal’? Soy una
‘instalación’ que representa como ninguna (pero únicamente para mí) el ser aquí y hoy”

BENITEZ MONTAÑES, Jorge: “Arrabal: Jaque y mito sin Jaimitos” 16-7
(Entrevista a Fernando Arrabal, Dramaturgo)






“Pero es que todos somos aficionados en y sobre el tema de nuestras vidas”

BARNES, Julian: “Nada que temer”, 36



“Cuando veía a Marcel Duchamp jugando al ajedrez en el Café Melitón de Cadaqués, no sabía que
aquel hombre se había retirado de la pintura y había convertido su vida en una obra de arte (…)
Fue unos años después cuando me enteré de que había estado viendo a un hombre sabiamente
liberado de todas las ataduras estúpidas del arte”.

VILA-MATAS, Enrique: “Dietario voluble”, 12






“Cada cual tiene una habilidad, un arte, que, sean cuales sean sus resultados y sus logros, es el
suyo (…) Cada cual es también el autor de su biografía, el biógrafo de sí mismo. Es él quien
escribe su propia novela y es consciente de que le está encomendada esa tarea (…) El problema
está, antes al contrario, en el modo como la persona singular ha administrado sus talentos (…)
tarea del autor es atinar con esa cualidad del ser humano, con su sino, que puede ser trágico,
heroico, cómico, repelente; la materia del autor es simplemente el mundo”

JÚNGER, Ernst: “La tijera”,11-13








“Vivir es ser otro. Ni sentir es posible hoy si se siente como ayer se sintió: sentir hoy lo mismo que
ayer no es sentir; es recordar lo que se sintió ayer, ser hoy el cadáver vivo de lo que ayer fue la
vida perdida”

PESSOA, Fernando: “Libro del desasosiego”, 95

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“No es como yo vivo. Ni siquiera cómo trabajo. Es cómo soy. Yo vivo y trabajo como soy. ¿Por
qué soy así? Eso ya no lo sé. Alguien, Dios, me hizo así. Y cómo trabajo y cómo vivo es lo
mismo”

ZUMTHOR, P. en
ZABALBEASCOA, A.: “El arquitecto asceta. Vida y obra de Peter Zumthor, premio Pritzker 2009”,




“Irradiar bondad es maravilloso, porque es tónico, vigorizante, vivificador. Pero ser simplemente
es más maravilloso, porque es infinito y no requiere demostración. Ser es música, que es una
profanación del silencio y, por tanto, está por encima del bien y del mal. La música es la
manifestación de la acción sin actividad. Es el puro acto de creación flotando en su propio seno. La
música no incita ni defiende, no busca ni explica. La música es el sonido silencioso que produce el
nadador en el océano de la conciencia”.

MILLER, H.: “Trópico de capricornio”, 477





“Creer significa liberar en sí mismo lo indestructible, o mejor: ser indestructible, o mejor aun: ser”

KAFKA, F.: “Cuadernos en octava” en “Obras completas”, t. 4, 1.426





“…sólo me interesa lo que imagino ser, lo que había asfixiado día a día para vivir. Morir hoy o
mañana carece de importancia para mí, nunca la ha tenido, pero no poder siquiera hoy, tras años
de esfuerzo, decir lo que pienso y siento…eso sí que me preocupa, me irrita. Desde la infancia me
veo tras ese espectro, sin disfrutar de nada, sin desear otra cosa que ese poder, esa capacidad. Todo
lo demás –todo lo que hiciera o dijese al respecto- es mentira. Y, es con mucho, la mayor parte de
mi vida”


MILLER, Henry: “Trópico de Capricornio”, 17-8




“Ser en plenitud es vivir como cuerpo-alma. Un nombre para la experiencia de ser en plenitud
‘goce’. Estar vivo es ser un ser un alma con vida. Un animal, y todos somos animales, es un alma
encarnada (….) la sensación, una sensación fuertemente afectiva, de ser un cuerpo con miembros
que se extienden en el espacio, que están vivos para el mundo (…) no hay lugar para el flujo de
goce que deriva de vivir no en un cuerpo ni como un cuerpo, sino del mero hecho de vivir como se
encarnado (…)

COETZEE, J.M.: “Elizabeth Costelo”, 85-6





“(…) la gran obra del siglo veinte no es una acuarela, ni un tratado de lingüística, ni un ideograma,
son la construcción de un mundo que sea él mismo una obra de arte. El arte ya no tiene sentido en
domicilios privados y en yertos museos. El arte ya sólo se legitima si trabaja directamente sobre la
carne humana. Así se cierra el ciclo del arte que comenzó en sus tatuajes. En su comienzo, las
señales artísticas se inscribían sobre la carne del cuerpo privilegiado”

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AZUA, Félix: “Diario de un hombre humillado”, 102




“¿Qué tendrá que hacer para salirse de sí mismo (…) Quiere hacer más cosas, ser algo más. Y
quiere sentirse mejor. Quiere ser heroico, desbordar la realidad. (…) ¿Cómo se convierte en otra
persona un tío maduro, y no digamos ya en un superhéroe?”

HOMES, A.M.; “Este libro te salvará la vida”, 70






“El superarse. El gusto de vivir por encima de uno mismo, es decir, en el sentido literal, por
encima de los propios medios. La idea, si prefiere, de que existe la vida y la gran vida, y de que,
aun cuando parezca vano, aun cuando al final no quede nada de ti ni de tus empresas, sólo la
segunda, la gran vida, hace que la vida de un hombre o una mujer sea digna de vivirse (…) Me
gusta la idea de que pueda haber para cada uno una vida más o menos grande. Me gusta –y qué le
vamos a hacer si parece anticuada, inútil, incomprensible para algunos- esa posibilidad de ser un
poco más grande que uno mismo (…) Me gusta que podamos alzarnos, por tanto, más arriba de
nosotros, de nuestra altura y del destino que nos ha sido dado. Y quiero que esto se haga, si hace
falta, encaramándose en acontecimientos considerables o, si es preciso, minúsculos (…)”

LÉVY, Bernard-Henry en HOULLEBECQ, Michel y LÉVY, Bernard-Henry: “Enemigos públicos”, 79





“…convertirse en otro, alguien que le agradara, y modificar su destino al someterse a otra clase de
incertidumbre… Tanto anhelo, tanta intriga, pasión, sutileza y disimulo, todo ello alimentando el
deseo de abandonar la casa y transformarse. Convertirse en un nuevo ser, bifurcarse”

ROTH, P.: “La mancha humana”, 417




“La vida no es un ensayo, aunque trataremos muchas cosas; no es un cuento, aunque inventemos
muchas cosas; no es un poema, aunque soñemos muchas cosas. El ensayo del cuento del poema de
la vida es un movimiento perpetuo; esto es, un movimiento perpetuo”

MONTERROSO, Augusto:”Literatura y vida”, 108






“Vivir para ser, podrían ser muy bien la cifra y la clave, el lema de mi existencia”.

MONTERO, Luis García: “F.A.”, 42





“¿Qué era, pues, la vida?... Era el ser de lo que en realidad no puede ser, de lo que únicamente se
balancea, en precario equilibrio –con placer y dolor a un mismo tiempo- sobre el vértice dentro de
ese complejísimo y febril proceso de descomposición y renovación. No era materia y tampoco era

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espíritu. Era algo entre las dos cosas, un fenómeno que se hace visible en la materia, como el arco
iris sobre un salto de agua, o como la llama del fuego. Sin embargo, a pesar de no ser material, era
sensual hasta la voluptuosidad y el asco, el impudor de la materia que se vuelve sensible a sí
misma y a sus propios estímulos, era la impúdica del ser. Era un secreto y sensual movimiento en
la casta frialdad del universo, un mínimo foco de impureza secretamente voluptuosa, de nutrición
y excreción, un soplo exterior de anhídrido carbónico y sustancias nocivas de procedencia y
naturaleza oscuras. Era el resultado de un proceso de compensación de su naturaleza inconsistente
que obedecía a unas leyes intrínsecas, es decir: era la proliferación, el desarrollo, la formación de
esa especie de materia esponjosa hecha de agua, proteínas, sales y grasas que llamamos carne y
que luego se convierte en forma, en imagen elevada, en belleza, sin dejar de ser, con todo, la mas
pura esencia de la sensualidad y el deseo.”.

MANN, Thomas: “La montaña mágica”, 354-5






“La vida es demanda y oferta…sólo se limita a eso, pero así no se puede vivir. Es necesaria una
tercera para que la mesa no se desplome en los basurales de la historia, que a su vez se está
desplomando permanentemente en los basurales del vacío. Así que toma nota. Esta es la ecuación:
oferta + demanda + magia. ¿Y qué es magia? Magia es épica y también es sexo y bruma
dionisíaca y juego”

BOLAÑOS, R.:”2666”, 291




“…el juego es la única realidad de esta vida, por eso el arte es siempre más hermoso que el
paisaje…”
BROCH, Hermann: “Pasenov o el romanticismo”,





“¿En qué momento decide un hombre que la vida debe ser vivida sin vacilaciones?
Presumiblemente, después de haber agotado todos los campos.

DURRELL, Lawrence: “Tunc”, 23






“Entrégate tu tiempo a ti mismo, si no quieres vivir una mínima parte de la vida… Aplícate a ser
sabio en el arte de vivir”.

SÉNECA: “Invitación a la serenidad; lecciones para el hombre ocupado”; 6 y 16





“El fútbol es una expresión del alma, como cualquier otro arte”

Emilio BUTRAGUEÑO, futbolista

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En PEREDA, Ángel: “El fútbol es una expresión del alma, como cualquier otro arte”





“Bailo para evadir lo físico, para conseguir, como aspiran en La sílfide, un ballet que interpreté
hace unos días, estar hecha de aire, flotar, no tocar el suelo (…) Cuando bailo soy más yo, la fama
o no es secundaria, yo bailo para trascender”

Tarama ROJO (Bailarina)
En RUIZ MANTILLA, Jesús: “No bailo para ser famosa, bailo para trascender”





“Una significativa observación acerca de Ussher Arkin, y que dio mucho que pensar después de su
muerte, era que había aprendido a practicar el bien como si de un vicio se tratara”

BELLOV, Saul: “El planeta de Mr. Sammler”, 24



“La historia de Guillermo Porfirio Benham es la historia de un hombre al que una idea condujo a
la aventura. Era ésta una idea que se apoderó de su imaginación en los primeros años de su vida,
creció con él y con él cambió y acabó por entrelazarse por completo con su ser (…) Le llevó a
situaciones que confinaban en lo fantástico, le hizo parecer ridículo y estuvo a punto de hacerle
sublime. Benham tenía la persuasión incurable, casi innata, de que tenía que vivir noble y
profundamente. La expresión más común que empleaba para designar a esa vida profunda era ‘la
vida aristocrática’; pero por aristocracia entendía algo muy distinto de la cualidad inherente a un
príncipe ruso, por ejemplo, o a un par inglés. Entendía una intensidad, una claridad… La nobleza
consistía para él en arrancar algo de su existencia individual: una llama, una joya, un resplandor,
algo más fácil de comprender que de expresar (…) Encontró sus limitaciones harto pronto; nunca
cesó de descubrirlas y de cada una de estas inhumaciones de su espíritu volvió a elevarse él cada
vez más alto (…) esa manera de ser gloriosa e imposible (…) Cometió desatinos, tuvo –como
veréis- algunos retrocesos asombrosos; pero nunca le desviaron por mucho tiempo de su camino
(…) Pasó la mayor parte de su vida estudiando y experimentando las posibilidades nobles del
hombre. Nunca perdió su absurda fe en ese esplendor concebible.”

WELLS, H. G.: “La investigación sublime”, 5-8




“Pero cuando escribía, sentía algo sobresaliente, exclusivo; como una isla llena de sol y de colores
prodigiosos, se elevaba en él algo desde el océano de grises sensaciones que día a día lo rodeaba,
frío e impasible. Y cuando, durante el día, en los juegos o en las clases, pensaba que por la noche
escribiría su carta, sentía como si llevara consigo escondida una cadena invisible de la que
pendiera una llave dorada, con la que, cuando nadie lo viera, podría abrir la puerta de maravillosos
jardines”

MUSIL, Robert: “Las tribulaciones del estudiante Törless”, 13




“Luego volvía a llevar la cabeza más alta que nunca; porque era inútil, tenía un ansia inapagable
de pensar bien de sí. Abrigaba la teoría de que sólo con esa condición merecía la pena vivirse; que
había que ser de los mejores, ser consciente de una perfecta organización (ella no podía menos de
saber que su organización era espléndida), moverse en un ámbito de luz, de sabiduría natural, de
impulsos felices, de inspiración airosamente crónica. Era casi tan innecesario cultivar la duda

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sobre uno mismo como cultivarla sobre el mejor amigo: había que procurar ser el mejor amigo de
uno mismo, y darse, de ese modo, selecta compañía. Poseía esta joven una cierta nobleza de la
imaginación que le prestaba muchos servicios y le jugaba malas pasadas. Se le iba la mitad del
tiempo pensando en la belleza, en la valentía, en la grandeza de ánimo; tenía el propósito
inamovible de ver el mundo como lugar de claridad, de expansión libre, de acción irresistible: por
fuerza había de ser abominable sentir miedo o vergüenza (…) Claro que el riesgo de la alteza de
ánimo era el riesgo de la incongruencia, el riesgo de seguir teniendo izada la bandera después de
rendida la plaza (…) Su vida estaría siempre en armonía con la impresión más agradable que
produjera su persona: sería lo que pareciera, parecería lo que era (…) Isabel estaba sólidamente
resuelta a no ser vacía”


“¿No recuerda haberme oído decir que cada uno debe hacer de su vida una obra de arte? Al
principio se quedó usted un poco escandalizada; pero entonces le dije que era exactamente lo que
me parecía que intentaba usted hacer de la suya”

“La noción que tenía Isabel de la vida aristocrática era simplemente la unión de un gran saber con
una gran libertad; el saber le daría a uno el sentimiento del deber, y la libertad un sentido del
goce”.
JAMES, Henry: “El retrato de una dama”, 69-71, 290 y 395




“Una mañana me despertaba por ejemplo con la decisión de que todo aquel día sería un príncipe
(….) y entonces me pasaba la jornada entera, es más aún, a veces muchos días imaginándome en
ese papel (…) En primer lugar me di a la extravagancia de estudiar y ejercer en mí mismo la fuerza
de la voluntad humana, esa misteriosa potencia que a menudo logra efectos casi sobrenaturales
(…) quien ve en todas las cosas y en todos los hombres algo pleno e importante, no sólo los
halagará, con lo cual se asegurará gran estimación, sino que animará todos sus pensamientos y
todas sus actitudes con una seriedad, una pasión y una responsabilidad tales que al conferirle
amabilidad y prestigio pueden al propio tiempo llevarlo a los mayores éxitos y realizaciones (…)
todo cuanto hice en mi vida puede considerarse como un producto de superación de mi mismo, es
más aún, de una función moral superior (…) ¿Sería verdad que mi propia intervención nada había
tenido que ver con la formación de esos rasgos superiores? ¿O sería en cambio verdadero el
inequívoco sentimiento de que tales cosas eran, y en un grado significativo, mi propia obra, y que
mi voz podía haber sido completamente vulgar, mis ojos apagados y mis piernas torcidas, si mi
alma hubiera estado menos vigilante? Quien ama verdaderamente el mundo, se modela a sí mismo
para gustarle”

MANN, Thomas: “Confesiones del estafador Félix Krull”; 18-9, 21, 48 y 83




“En efecto, rematado ya su juicio, vino a dar en el más extraño pensamiento que jamás dio loco en
el mundo, y fue que le pareció convenible y necesario, así para el aumento de su honra como para
el servicio de su república, hacerse caballero andante y irse por todo el mundo con sus armas y
caballo a buscar las aventuras y ejercitarse en todo aquello que él había leído que los caballeros
andantes se ejercitaban (…) y así, con estos tan agradables pensamientos, llevado del extraño
gusto que en ellos sentía, se dio priesa a poner en efecto lo que deseaba (…)

“‘(…) pues todo esto que yo te pinto son incentivos y despertadores de mi ánimo, que hace que el
corazón me reviente en el pecho con el deseo que tiene de acometer esta aventura, por más
dificultosa que se muestra (…) yo nací por querer del cielo en esta nuestra edad de hierro para
resucitar en ella la dorada, o de oro. Yo soy aquel para quien están guardados los peligros, las
hazañas grandes, los valerosos fechos…’ ”

CERVANTES, Miguel de: “Don Quijote de la Mancha”, 30-1, 175, 184

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“Hoy, 7 de enero, aniversario de mi nacimiento, tomo la resolución de transformar totalmente mi
vida (…) Quien comienza hoy este diario es, en opinión de todos, un hombre ya gastado. Es
posible, sin embargo, que un hombre gastado sea capaz de una resolución como la que acabo de
tomar. ¡No¡ Siento que para mí se acerca la hora de los grandes acontecimientos. He esperado
largamente esta hora. ¡Cuarenta años! Y nada he hecho, es decir, nada he acabado, nada he
consumado. (…) Nada soy, pues nunca he dado mi medida. (…) ¡Revelarme! Ante todo a mis
propios ojos y sin duda únicamente a mis propios ojos, hacer que nazca en mí el hombre que
oculto (…) Este examen severo y que me ha atormentado día y noche desde el último otoño, no me
deja entrever más que una salida. Si no la alcanzo, sólo me quedaría renunciar, decaer, no poder
escaparme de mí mismo, lo que es peor que el suicidio (…) Estoy dispuesto. Me espero a mí
mismo. Parto en mi busca”


DUHAMEL, Georges: “Diario de un aspirante a santo”, 7-14




“La conquista del ser… La existencia no es lo que ya ha ocurrido, la existencia es el campo de las
posibilidades humanas, todo lo que el hombre puede llegar a ser, todo aquello de que es capaz”

KUNDERA, Milan: “El arte de la novela”; 24 y 54




“Ser en plenitud es vivir como cuerpo-alma. Un nombre para la experiencia de ser en plenitud es
‘goce’. Estar vivo es ser un alma con vida. Un animal, y todos somos animales, es un alma
encarnada (…) la sensación, una sensación fuertemente afectiva, de ser un cuerpo con miembros
que se extienden en el espacio, que están vivos para el mundo (…) el flujo del goce que deriva de
vivir no en un cuerpo ni como un cuerpo, sino el mero hecho de vivir como ser encarnado”

COETZEE, J.M.: “Elizabeth Costelo”, 85-6



“Con cierta parte de nuestro ser vivimos todos fuera del tiempo… el sentido de la poesía no
consiste en deslumbrarnos con una idea sorprendente, sino en hacer que un instante del ser sea
inolvidable y digno de una nostalgia insoportable”

KUNDERA, Milan:”la inmortalidad”, 12 y 38




“Recuerda que aunque la embriaguez inicial desaparece, sin embargo esas cosas, en ese momento,
te conmovieron hasta hacerte llorar, y convirtieron una simple mirada por la ventanilla del vagón
restaurante en una plenitud insoportable”.



SMART, Elisabeth: “En Gran Central Station me senté y lloré”, 65





“El mundo se abrió de pronto ante ella como uno de sus tulipanes imperiales, revelando sus
malignos pistilos amarillos. Había estado alimentando su propia miseria, dándole forma,
transformándola en un arte y en un modo de vida, en una forma de salvación. Ahora, fuera de su
mundo, veía otro mayor, más perverso”

21. El arte de ser

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MORRISON, Toni: “La canción de Salomón”, 149.




“El pensador subjetivo no es científico, es artista. Existir es un arte”

KIERKEGAARD
Citado en MARINA, J. A.: “Por qué soy cristiano. Notas del autor al capítulo 3”.







“Contemplo mi existencia como una obra de arte”

KERTÉSZ, Imre; entrevista de Jesús Ruiz Mantillas en El País,
num. 1.120, 17 febrero 2005, Pág. 41



“Componer nuestra conducta es nuestro oficio, no componer libros, y ganar, no batallas ni
provincias, sino el orden y la tranquilidad de nuestro proceder. Nuestra obra de arte más grande y
gloriosa es vivir convenientemente. Todas las demás cosas, reinar, atesorar, no son sino apéndices
y adminículos, como mucho (…) Es absoluta perfección y como divina el saber gozar lealmente
del propio ser. Buscamos otra condición por no saber usar de la nuestra, y nos salimos fuera de
nosotros por no saber estar dentro”.

MONTAIGNE, Michel de : “Ensayos completos”, 1.050 y 1.057





“Somos, pues, artistas de nuestras vidas, tanto si lo sabemos como si no, si queremos como si no y
si nos gusta como si no. Ser artista significa dar forma a lo que de otro modo no la tendría.
Manipular probabilidades. Imponer un ‘orden’ en lo que de otro modo sería ‘caos’: ‘organizar’ una
colección de cosas y acontecimientos que de otro modo sería caótica –aleatoria, irregular y, por
tanto, impredecible- propiciando que determinados acontecimientos tengan más posibilidades de
producirse que otros”

BAUMAN, Zygmunt: “El arte de la vida. De la vida como obra de arte”. 151

22. El arte de ser

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2.

LA AVENTURA HACIA DENTRO: EL CONOCIMIENTO DE UNO M ISMO.





“A lo mejor todavía quedan paisajes sublimes, pero sospecho que la mayoría son interiores”
RODRÍGUEZ RIVERO, Manuel: “Metamorfosis de lo sublime”
en BABELIA-EL PAIS, 12 de marzo de 2011
 

 


“Otro me espera y a él voy. Y se puso de nuevo en marcha. ¿Quién os espera? – pregunto Henri
Maximilien, estupefacto- …Zenon dio la vuelta. Hic Zeno -dijo-. Yo mismo”

YOURCENAR, Marguerite: “Opus Nigrum”, 23


 

“No corras, ve despacio, que adonde tienes que ir es a ti solo”
JIMÉNEZ , Juan Ramón


 

“’Éste, amigo mío, ha de ser el centro del universo’. ¡¿Cuál?’ ‘Éste camino en el preciso instante
en que nos encontramos’ Y al decirlo, daba con la bota en el suelo”

MALAMUD, Bernard: “Las vidas de Dubin”, 21


 


“Dubin, obsesionado, había despertado a la conciencia de la continuidad del ser en la naturaleza, el
súmmum del conocimiento de sí mismo. Experimentó lo que enriquece al yo: todo aquel que
observa la belleza la contiene. Uno se siente traspasado por el milagro de la creación e inmerso en
la totalidad.”
MALAMUD, Bernard: “Las vidas de Dubin”, 32


 



“Estoy dispuesto. Me espero a mí mismo. Parto en mi busca”

DUHAMEL, Georges: “Diario de un aspirante a santo”, 14


 

23. El arte de ser

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- “Mi preguntó:
- ¿Qué esperamos?
- ¿Qué? –yo me reí amargamente- A mí.”


FRISCH, Max: “Mi o el viaje a Pekín”, 92




“-¿De verdad crees que ahora ya te conoces?
- Pues claro –respondió y su mirada tras los cristales de las gafas era tan intensa y honesta que me
arrepentí de haber hecho la pregunta- Yo soy un artista, pero no he encontrado mi forma de arte
(…)
MÁRAI, S.: “La mujer justa”, 14




“No me conozco. Mi catálogo editorial parece haber ocultado ya para siempre a la persona que
está detrás de los libros que fui publicando. Mi biografía es mi catálogo. Pero falta el hombre que
estaba ahí antes de que me decidiera a ser editor. Falto yo en definitiva (…) podía pasar a ser un
enclave mental donde pudieran cobijarse y convivir varias personalidades, y lograr así, quizá sin
tan siquiera demasiado esfuerzo, configurar una voz estrictamente individual, soporte ambiguo de
un perfil heterónimo y nómada

VILA-MATAS, Enrique: “Dublinesca”, 35 y 44-5


“Se acuerda de que alguien dejó dicho que el camino verdaderamente misterioso siempre va hacia
el interior (…) Considera que la espera es la condición esencial del ser humano y a veces actúa en
consonancia con esto (…) Esperará a conciencia. No duda de que sabrá prepararse para el viaje”.

VILA-MATAS, Enrique: “Dublinesca”, 67-8


“Hace ya años que lleva una vida de catálogo. Y de hecho le resulta ya muy difícil: saber quién
realmente pudo ser. ¿Quién era el que estaba ahí antes de que empezara a editar?”

VILA-MATAS, Enrique: “Dublinesca”, 115


“- ¿No os dais cuenta? –prosigue Riba- No me queda nada por hacer, salvo… (…)
- ¿Salvo qué, Riba? ¿Salvo qué? Por Dios, explícate. ¿Qué te queda por hacer?
Le gustaría decirlo, pero no lo hará; salvo reencontrar el genio, a la primera persona que hubo en él
y que se esfumó tan pronto. Pero no lo dirá, no”

VILA-MATAS, Enrique: “Dublinesca”, 208-9





“Preferiría entenderme bien a mí mismo antes que entender a Cicerón. Harto tendría con mi propia
experiencia para hacerme sabio, si fuera buen estudiante. Quien conserva en su memoria los
excesos de su pasada cólera y hasta dónde le llevó esa fiebre ve la fealdad de esa pasión mejor que
leyendo a Aristóteles, y alimenta odio más justo contra ella (…) No es la vida de César más
ejemplar que la nuestra, para nosotros; y por emperadora o popular que sea, siempre será una vida
expuesta a todos los acontecimientos humanos”

24. El arte de ser

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MONTAIGNE, Michel de : “Ensayos completos”, 1.020








“Le explicó que nadie tiene que pensar que está solo, porque en cada uno de nosotros vive la
sangre de quienes lo engendraron, y es algo que se remonta hacia atrás, hasta la noche de los
tiempos. De manera que sólo somos la curva de un río que viene desde lejos y que no se detendrá
después de nosotros (…) Y por primera vez, aunque de una manera confusa, intuyó que todo
movimiento tiende a la inmovilidad y que sólo es hermoso el caminar que lleva hasta uno mismo
(…) Pero tal vez es cierto eso que él dice, y que todo camino es circular, y que no lleva a ninguna
parte, sino al interior de uno mismo, porque es muy densa la niebla de nuestro miedo e ilusorias las
calles que parecen llevar a otro lugar”.


BARICCO, Alessandro: “Esta historia”, 65-6 y 179





“y, de repente, como en una súbita iluminación, toda su vida le pareció dominada por ese
incomprensible e incesante perjurio, con el cual uno se desprende de sí mismo a cada instante,
mientras sigue siendo el mismo para todos los demás, sin saber por qué, y, no obstante, intuyendo
allí una última ternura, nunca gastada, alejada de la conciencia, mediante la cual uno se liga más
profundamente consigo mismo que por medio de lo demás que haga”.

MUSIL, Robert: “Uniones”, 45-6






“Espíritus inquietos, pero no aventureros. Espíritus angustiados, incapaces de vivir en el presente.
Cobardes vergonzosos, todos ellos, incluido yo. Pues sólo existe una gran aventura y es hacia
dentro, hacia uno mismo, y para ésa ni el tiempo ni el espacio, ni los actos siquiera, importan….

MILLER, Henry: “Trópico de Capricornio”, 15





“Hubiera vivido lejos. Hubiera sido feliz, de eso estoy segura, y nunca hubiera tenido hijos (…)
Ese era el sueño que tenía. Pero si estos años me han enseñado algo es esto: nunca se puede
escapar. Jamás. La única salida está por dentro”

URIBE, Álvaro: “Expediente del atentado”, 1096



“Conocer a los demás, es sabiduría; pero conocerse a sí mismo es sabiduría superior (…) imponer
su voluntad a los demás, es fuerza; pero imponérsela a sí mismo, es fuerza superior. Bastarse (…)
es la verdadera riqueza; dominarse (…) es el verdadero carácter”.


LAO-TZU: “Tao-te-king “, XXXIII

25. El arte de ser

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“Lo que hace la fuerza del soldado no es la energía que emplea en intimidar a su adversario
enviándole un montón de señales, sino la fuerza que es capaz de concentrar en sí mismo,
centrándose en sí, sin salir de sí mismo”

BARBERY, Muriel: “La elegancia del erizo”, 234-

 


“Lo que busca el hombre superior se halla en él mismo, lo que busca el hombre vulgar se
encuentra en los demás”

CONFUCIO
CONFUCIO-MENCIO:”Los cuatro libros”, 111 


 

“Desde afuera será fácil derrumbar el muro con una teoría y precipitarse inmediatamente en la
misma fosa, pero sólo desde dentro se podrá conservar el mundo y a sí mismo en silencio y verdad
(…) Conócete a ti mismo no significa: Obsérvate. Obsérvate es la palabra de la serpiente.
Significa: Conviértete en amo de tus actos. Pero ya lo eres, eres amo de tus actos. Esta frase, por lo
tanto, significa: ¡Ignórate! ¿Destrúyete! Algo malo entonces. Y sólo quien se inclina
profundamente oye también el mensaje bueno que dice: ‘Para hacer de ti mismo lo que eres’ “



KAFKA, Franz: “Cuadernos en octava” en “Obras completas”, tomo IV, 1421-2


 

“Estoy perdida en el ser de mi ser. Esto es lo que tenía que haber sido: una poetisa de la
interioridad, una exploradora de la interioridad de las piedras, las emociones de las hormigas, la
conciencia de las partes pensantes del cerebro. Parece ser la única actividad, si se exceptúa la
muerte, para la cual me ha adaptado la vida en el desierto (…) Al actuar sobre sí misma transformo
el mundo. ¿Dónde termina este poder? Quizá sea eso lo que trato de averiguar”.

COETZEE, J.M.: “En medio de ninguna parte”, 52-3


 


“Cree en ti, pero no tanto; duda de ti, pero no tanto. Cuando sientas duda, cree; cuando creas,
duda. En esto estriba la única verdadera sabiduría”

MONTERROSO, Augusto: “Decálogo del escritor”


 

“Saber responder sin amedrentarse ante la desproporción entre el poder de la sociedad y el poder
del individuo –sin mentir, sin engañarse-, es un gran arte”


KLUGE, Alexander en DREYMÜLLER, Cecilia: “Los seres humanos creamos diablos”

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2.1.- ¿Qué, quién soy?


“Cuando le preguntaron quién era, Rip se quedó pensativo, “¿Quién sabe?, dijo: “ayer todavía
creía saberlo, pero hoy, que estoy despierto, ¿cómo lo puedo saber?”


FRISCH, Max: “No soy Stiller”, 82





“Incapaz de comunicar consigo mismo, incapaz de hacer que estalle su soledad, condenado a
representarse a sí mismo, sustituto de su propio ser, el ser humano solo ha podido aprender del ser
humano –y seguirá aprendiéndolo- un símbolo, el símbolo de un Yo inabarcable que no va más
allá del valor de un símbolo; y todo cuanto pueda decirse se convierte en símbolo de un símbolo”

BROCH, Hermann: “Huguenau o el realismo”, 221-2





“Para expresar que hay una actividad consciente, por ejemplo pensamiento consciente, se usa una
forma verbal personal: yo pienso. Pero quizá fuese más prudente decir algo así como: se piensa, o
se está pensando. El atribuir ese pensamiento a un sujeto y el delimitar de algún modo ese sujeto es
algo posterior y más sometido a dudas y debates (…) por yo puedo entender no mi conciencia sino
el organismo que soy, el sistema organizado de células en que consisto y que unas veces tiene
actividad consciente y otras veces carece de ella. En ese caso sí parece haber algo permanente y
subyacente a mis diversos estados conscientes e inconscientes; a saber, el organismo. De todos
modos, la actividad consciente no es una función difusa del organismo entero, sino una función
específica del sistema nervioso y, en particular, del cerebro”.

MOSTERIN, Jesús: “La naturaleza humana”, 186-8





“…la mente no es una cosa, sino un proceso: el proceso mismo de la vida. En otras palabras, la
actividad organizadora de los sistemas vivos, a todos los niveles de vida, es una actividad mental.
Las interacciones de un organismo vivo –planta, animal o humano- con su entorno son
interacciones cognitivas, mentales. Así, vida y cognición quedan inseparablemente vinculadas. La
mente –o más precisamente, el proceso mental- es inmanente en la materia a todos los niveles de
vida (…) El nuevo concepto de cognición es pues mucho más amplio que el de pensamiento.
Incluye percepción, emoción y acción: todo el proceso vital. En el reino humano, la cognición
incluye también lenguaje, pensamiento conceptual y todos los demás atributos de la consciencia
humana. El concepto general, no obstante, es mucho más amplio y no incluye necesariamente al
pensamiento (…) La mente no es ya una cosa, sino un proceso: el proceso de cognición, que se
identifica con el proceso de la vida. El cerebro es una estructura específica a través de la cual este
proceso opera. La relación entre mente y cerebro es pues una relación entre proceso y estructura.
El cerebro no es, por supuesto, la única estructura a través de la cual opera el proceso de
cognición. La entera estructura disipativa del organismo participa en dicho proceso, con
independencia de que el organismo tenga o no un cerebro y un sistema nervioso superior. Más aún,
investigaciones recientes indican firmemente que en el organismo humano, el sistema nervioso, el
sistema inmunológico y el sistema endocrino –que tradicionalmente eran vistos como sistemas
separados- forman en realidad una única red cognitiva”

CAPRA, Fritjof: “La trama de la vida. Una nueva perspectiva de los sistemas vivos”, 185-6 y 188-9

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“¿Quién soy yo? Un mamífero de sangre caliente, terrestre, bípedo, macho, omnívoro, con una
corteza cerebral bastante compleja para el volumen de mi cráneo (…) En resumen, soy un animal
acorralado, triste, enfermo. Un animal que, pese a los infinitos progresos de la ciencia –esos
progresos a los que Eva contribuía-, no logra comprenderse a sí mismo (…) nos dicen que la
conciencia carece de límites precisos, que es sólo una rutina informática compleja, el producto de
un algoritmo ejecutado en el cerebro. Yo jamás de conformé con esa hipótesis. Es más, durante
meses no hice sino oponerme a ella. Yo no soy una máquina (…) Yo estaba convencido de que el
espíritu no era producto de las conexiones nerviosas; emanaba de otra parte, acaso no de Dios,
pero sí de una fuerza cósmica que especificaba la esencia de lo humano. La mente no podía ser
explicada, según yo, por el mero concurso de la biología y la química”.

VOLPI, Jorge: “No será la tierra”, 41-2




“Arrastrarse, andar a cuatro patas, el bípedo en cuclillas, el ser consciente, el ser consciente de sí
mismo. La materia bruta se trueca en pensamiento humano analítico. La hermosa complejidad de
la mente (..) El Padre Teilhard lo sabía, el punto omega. Un salto al exterior de nuestra biología.
Plantéate esta pregunta ¿Tenemos que ser humanos para siente? La consciencia está agotada. Toca
ahora regresar a la materia inorgánica. Eso es lo que queremos. Queremos ser piedras del campo”

DELILLO, Don: “Punto Omega”, 69, 71-2



“¿Hay alguna inviolable relación, acaso, entre mi cuerpo y mi alma? Siempre me pareció
portentoso que alguien pueda creer, tener ilusiones, sufrir desastres, ir a la guerra, deteriorarse
espiritualmente, cambiar sus ideas, transformar sus sentimientos y sin embargo seguir recibiendo
el mismo nombre: Fernando Vidal. ¿Tiene algún sentido? ¿O es verdad que, a pesar de todo, existe
algún hilo, infinitamente estirable pero milagrosamente unitario, que a través de esos cambios y
catástrofes mantenga la identidad del yo?


SABATO, Ernesto: “Sobre héroes y tumbas”, 263





La Oruga y Alicia se miraron durante un rato en silencio: por último, la Oruga se quitó el narguile
de la boca, y le habló con voz lánguida y soñolienta.
- ¿Quién eres Tú? –dijo la Oruga.
No era ésta una forma alentadora de iniciar una conversación. Alicia replicó con cierta timidez:
‘Pues… pues creo que en este momento no lo sé, señora… sí sé quién quiera era cuando me
levanté esta mañana; pero he debido de cambiar varias veces desde entonces.
- ¿Qué quieres decir?-dijo la Oruga con severidad-. ¡Explícate!.
- Me temo que no me puedo explicar, señora –dijo Alicia-; porque como ve, no soy la misma.
- Pues no lo veo –dijo la Oruga.
- Me temo que no se lo puedo explicar con más claridad –replicó Alicia muy cortésmente-; porque
para empezar, yo misma no consigo entenderlo; y el cambiar de tamaño varias veces en un día es
muy desconcertante.
- No lo es –dijo la Oruga.
- Bueno, quizá no lo encuentre usted desconcertante –dijo Alicia-; pero cuando se convierta en
crisálida, como le ocurrirá algún día, y después en mariposa, creo que le parecerá un poquito raro,
¿no?
- De ninguna manera –dijo la Oruga.
- Bueno, tal vez sus sensaciones sean diferentes –dijo Alicia-; lo que sí puedo decirle es que yo me
sentiría muy rara.

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- ¡Tú! –dijo la Oruga con desprecio-, ¿Quién eres tú?
Lo que les devolvió al principio de la conversación. Alicia se sintió un poco irritada ante los
comentarios tan secos de la Oruga; así que se acercó y dijo muy seria;
- Creo que debería decirme quién es usted, primero.
- ¿Por qué? –dijo la Oruga.
Esta es otra pregunta desconcertante; y como a Alicia no se le ocurrió una buena razón, y la Oruga
parecía estar de muy mal talante, dio media vuelta.
- ¡Vuelve aquí! –Llamó la Oruga- ¡Tengo algo importante que decir!
Esto parecía prometedor, desde luego. Alicia dio media vuelta y regresó.
- Domina tu mal genio –dijo la Oruga.
- ¿Eso es todo? –dijo Alicia, tragándose su enfado lo mejor que pudo.
- No –dijo la Oruga.
Alicia decidió esperar, ya que no tenía otra cosa que hacer; a lo mejor le decía algo que valiese la
pena escuchar. Durante unos minutos, estuvo la Oruga soltando bocanadas de humo sin hablar;
finalmente, desplegó los brazos, volvió a quitarse el narguile de la boca y dijo: ‘Con que crees que
has cambiado, ¿eh?’
- Me temo que sí, señora –dijo Alicia-. No recuerdo las cosas como solía … ¡y no conservo el
mismo tamaño diez minutos seguidos¡.
- ¿No puedes recordar el qué? –dijo la Oruga.
- Pues, he intentado recitar ‘Cómo la hacendosa abejita’, ¡pero me salía todo distinto!
- Recítame ‘Sois viejo, padre William’, dijo la Oruga.
- Alicia entrelazó la manos, y empezó”

CARROLL, Lewis: “Alicia anotada”, 65-7






“A los que buscan originalidad habría que decirles que buscarla es una manera poco sutil de
lograrla, ya que para conseguirla les bastaría con ser ellos mismos”


VILA-MATAS, Enrique: “El viajero más lento. El arte de no terminar nada”, 60




“Tenemos que ser lo que somos. Eso es una necesidad. ¿Y qué somos?...Y Herzog se fundió
momentáneamente en el mundo objetivo al mirarse a sí mismo por dentro. También él podía
sonreírle a Herzog y despreciarlo. Pero había un hecho inconmovible: Yo soy Herzog. Yo tengo
que ser ese hombre. Ningún otro puede representar mi papel. Se sonrió y vio por dentro todo lo
que le afectaba…”

BELLOV, Saul: “Hertzog”, 94




“Somos lo que comemos”

FEUERBACH, Ludwig





“Dime lo que comes y te diré quién eres”

BRILLAT-SAVARIN, Anthelme.

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“Somos lo que leemos”

-leído en la revista LETRAS LIBRES-.





“Somos lo que nos falta, lo que no tenemos

BELLI, Carlos Germán (escritor peruano)




“Nosotros somos lo que andamos buscando. Sólo hemos de detenernos, respirar y conectar de
nuevo con nuestro corazón, donde se encuentra toda la energía que necesitamos. Llevar una vida
psíquica sana y sostenible es posible. El mejor momento para empezar a construirla es ahora”.

VILLASECA, Borja: “El Arte de no hacer nada”, p. 30




“Nos transformamos en nuestros propios sueños (…) En la realidad, en su substancia, no hacemos
más que reflejar los cuadros de la imaginación (…) Estar semidespierto en un mundo de
sonámbulos es aterrador al principio. ¡Luego uno aprende a disimular!

DURRELL, Lawrence: “Clea”, 66-7





“Un hombre se define por sus errores. Observa éstos y lo conocerás”

CONFUCIO: “Aforismos”, 65





“Mi vida tiene contornos menos definidos. Como suele suceder, lo que no fui es quizá lo que más
ajustadamente la define.”

YOURCENAR, M: “Memorias de Adriano”, 25




“No somos lo que somos, sino lo que recordamos”

VALLE INCLÁN, Ramón María del

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“Todos somos las historias que somos capaces de contar y de encarnar”

FRANZEN, Jonathan



“Nuestras mentiras revelan tanto de nosotros como nuestras verdades”

COETZEE, J.M.: “El hombre lento”, 199




“(…) nunca somos la misma persona para diferentes interlocutores, amigos o amantes; del mismo
modo que esos resonadores complejos de las clases de física que responde con alguna cuerda para
cada sonido que los estimula, mientras las otras permanecen silenciosas y como ensimismadas,
ajenas, reservadas para llamados que quizá algún día requieran su respuesta; llamado que a veces
no llega nunca, en cuyo caso aquellas apagadas cuerdas terminan sus días olvidadas por el mundo,
extrañas y solitarias, mientras, casi entusiasmado, tanta era su furia irónica”


SABATO, Ernesto: “Sobre héroes y tumbas”, 146-7






“Es imposible no terminar siendo como los otros creen que uno es”

GARCIA MARQUEZ, Gabriel: “Memorias de mis putas tristes”, 93




Por otra parte, creo que tengo derecho a poder verme de forma diferente de cómo me ven los
demás, verme como me da la gana verme y que no me obliguen a ser esa persona que los otros han
decidido que soy. Somos como los demás nos ven, de acuerdo. Pero yo me resisto a aceptar
tamaña injusticia. Llevo años intentando ser lo más misterioso, impredecible y reservado posible.
Llevo años intentando ser un enigma para todos.”

VILA-MATAS, Enrique: “París no se acaba nunca”, 17




“Ser (…) es un largo trabajo interpretativo
, y también lo contrario de lo que normalmente se
considera ser uno mismo. De hecho, quienes más dan la impresión de ser ellos mismos se me
antojan personas que interpretan el papel de quienes les gustaría ser, o creen que deberían ser, o
quieren hacer creer que son a los encargados de establecer los criterios de valoración. Lo hacen tan
en serio, que ni siquiera se dan cuenta de que hacerlo en serio es interpretar. A ciertas personas
conscientes de sí mismas, esto, sin embargo, no les resulta posible: imaginarse siendo ellos
mismos, viviendo su propia vida real, auténtica o verdadera, tiene para ellos todas las
características de una alucinación. (…) Pero no faltan aquellos para quienes la cordura procede de
la separación consciente de ambas cosas. El ser natural –el yo irreductible-, suponiendo que exista,
será más bien pequeño, creo yo, y puede incluso que en él esté el origen de toda imitación: el ser
natural puede hallarse en el talento, en la capacidad innata para imitar. Me refiero al hecho de
comprender que eres, en lo fundamental, un interprete, un actor, en vez de dar por válido el disfraz
y creerte que no estás interpretando, que eres tú mismo.
No hay tú (…) como tampoco hay yo. Hay sólo un modo que hemos llegado a establecer, entre tú
y yo, a lo largo de los meses, interpretando juntos nuestros respectivos papeles; y ese modo no es

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congruente con ‘nosotros’, sino con las funciones que llevamos representadas: somos, en lo más
hondo del corazón, antiguas relaciones que representamos una y otra ve, por rutina, por los viejos,
muy viejos, números (…) Todo es imitación: a falta de yo, imitamos yoes, y el que mejor acaba
saliéndonos es el que mejor nos funciona en la vida (…) Lo único que puedo decirte con toda
certeza es que yo, por mi parte, no tengo yo, y que no puedo o no quiero gastarme la broma de
tenerlo. Porque eso es lo que me parece: una broma sobre mi propio yo. Lo que sí tengo es toda
una variedad de imitaciones, y no sólo de mi yo, también de un auténtico tropel de intérpretes
interiorizados, una compañía estable de actores a los que puedo recurrir cada vez que necesito un
yo, una cambiante reserva de obras y papeles que integran mi reportero. (…) Soy un teatro y nada
más que un teatro”

ROTH, Philip: “La contravida”, 407-9








¿Qué es la identidad? ¿Tiene sentido aplicar este mismo término al modo de ser de una farola, al
héroe de una leyenda y a un ser humano que existe en la trama de la historia? Ricoeur propone
distinguir entre el tipo de identidad regida por el concepto ídem, la identidad de los términos de
una ecuación matemática, por ejemplo, la de la dotación genética o la de las propiedades físicas, y
aquella otra que depende del ipse, la propiedad de ser “sí mismo”. Esta última tiene una forma
necesariamente narrativa: no se trata de algo previamente constituido como tal y que luego se
desarrolla a lo largo de una historia, se trata de un tipo de identidad que sólo puede construirse a lo
largo de un relato, reconfigurando el pasado de acuerdo con las expectativas del porvenir, e
imaginando ese mismo porvenir de acuerdo con los recuerdos del pasado. No tiene, pues, la forma
de la repetición o del mantenimiento de unas características invariables, sino que está
indisolublemente ligada a la trama de un argumento y sólo existe al modo de una promesa. Incluso
aunque nunca pueda contestarse del todo, la pregunta, ¿quién soy?, con todas sus resonancias,
nunca deja de tener sentido.


PARDO, José Luis: “En la muerte de Paul Ricoeur. La identidad narrativa”





“Los seres humanos tienen que hacer presente con palabras
, frente a esa inevitable caducidad, el
perfil de un individuo que rompe, con la historia de su vida, la indiferente monotonía de la muerte
(…) Conocerse a sí mismo es, sobre todo, reconocerse: poder encontrar en el complejo buceo de la
intimidad, elementos que indiquen el sustrato coherente que articula cada personalidad, por muy
deshilachada que aún esté. Y eso es resultado de la memoria (…) Conocer es, también, interpretar
(…) los signos que recogen la mezcla de azar y necesidad que nos ha forjado. Pero interpretar es
anudar, en un esquema inteligible, la libertad de la que se alimenta la cultura. Libertad que no es,
esencialmente, otra cosa sino el horizonte de posibilidad (…) Porque son los hombres quienes
hacen posible lo posible y es el cerebro humano el inventor y constructor de la posibilidad.(…) La
mismidad adquiere un rostro concreto en el que converge la mirada de los otros y el conocimiento
desde la alteridad, de nuestra ya abierta singularidad (…) Pero este ‘quienes somos’ refleja su
visibilidad en ‘proyectos de vida’ que en el lenguaje articula en el horizonte de la sociedad (…)
Conocerse a sí mismo es, en definitiva, un deseo que siempre podemos asumir como un imperativo
moral que, individualmente, reclama lucidez y claridad en el motor que origina nuestras
decisiones. Pero, junto a este impulso personal en la moralidad de nuestro saber, se implica todo
un saber del pasado. En ello adivinamos una mirada que, al posarse en la tradición literaria y
escuchar su voz, recobra la memoria ofreciéndonos una compañía constante, donde aprender a
orientar nuestro quehacer”

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LLEDÓ, Emilio: “Elogio de la infelicidad”, 44-71




“Estamos hechos de tiempo. Esa es la fuerza que nos revela quiénes somos. Cierra los ojos y
siéntelo. Es el tiempo lo que define nuestra existencia (…) El pasado, el presente y el futuro no son
formalidades del lenguaje. El tiempo se desdobla de entre las costuras del ser. Pasa a través de ti,
fabricándote y modelándote (…) Tal vez el truco consiste en tener una concepción distinta del
tiempo –dice al cabo de un rato-. En detener el tiempo o estirarlo, o abrirlo. En inventar una
naturaleza muerta viva, en lugar de pintada. Cuando el tiempo se detiene, nos detenemos también
nosotros. No nos detenemos, pero nos sentimos desnudos, perdemos aplomo. No sé. Como cuando
soñamos o tenemos fiebre alta o estamos drogados o deprimidos. ¿Acaso el tiempo no se ralentiza
o parece detenerse? ¿Qué queda? ¿Quién queda? (…) Este es el drama de los hombres y las
mujeres ante la muerte”

DELILLO, Don: “Body art”, 103-4, 111, 121-2






“Sé que es un sabor de la infancia, o de la adolescencia, un manjar original y maravilloso, anterior
a toda vocación crítica, anterior a todo deseo y a toda pretensión de expresar mi placer de comer.
Un sabor olvidado, anidado en lo más profundo de mí mismo y que se revela, en el crepúsculo de
mi vida, como la única verdad que se haya dicho o hecho. Busco y no encuentro”

(…)

“Un plato…¿Qué crees, viejo loco, qué crees? ¿Qué con un sabor recobrado vas a borrar tantos
años de malentendidos y encontrarte de pronto frente a un a verdad que paliará la aridez de tu
corazón de piedra?”



BARBERY, Muriel: “Una golosina”, 12 y 171




“- De lo que se trata es de la condición mortal, ¿verdad?
- Ser humano –dijo Lianne.
- Ser humano, ser mortal (…)
- Miro la foto del pasaporte. Y ¿Quién es esa mujer?
- Y yo mismo cuando levanto la cabeza del lavabo –dijo Martin.
- ¿Quién es ese hombre? Crees que te estás viendo en el espejo. Pero no eres tú. Ése no es
tu aspecto. No es la cara literal, si tal cosa existe, nunca lo es. Es la cara compuesta. Es la cara en
transición.
- No me digas eso.
- Lo que ves no es lo que ves. Lo que ves se distrae con la memoria, siendo quien eres,
todo ese tiempo, durante todos estos años.
- No quiero oír eso –dijo él.
- Lo que vemos es la viva realidad. El espejo suaviza el efecto sumergiendo el rostro real.
Tu rostro es tu vida. Pero tu rostro también está sumergido en tu vida. Por eso no lo ves.
Solamente los demás lo ven. Y la cámara, claro.”


DELILLO, Don: “El hombre del salto”, 130 y 134

33. El arte de ser

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“Incluso ahora (si puede decirse que ‘ahora’ todavía significa algo), más allá de la existencia
corpórea, vivo como estoy aquí (si ‘aquí’ o ‘yo’ significan algo) tan solo como memoria (si
‘memoria’, en rigor, es el medio que todo lo abarca y en el que me mantengo como ‘yo mismo’),
sigo dándole vueltas a las acciones de Olivia. ¿Será este el fin de la eternidad, rumiar una y otra
vez sobre las nimiedades de toda una vida? ¿Quién podría haber imaginado que uno tendría que
recordar constantemente cada momento de la vida hasta en su más minúsculo componente? ¿O
acaso este más allá sea tan solo el mío y, de la misma manera que cada vida es única, así también
lo es la otra vida, cada una de ellas una huella dactilar imperecedera de un más allá distinto al de
cualquier otro? No tengo manera de saberlo. Como en la vida, sólo sé lo que es, y en la muerte lo
que es resulta ser lo que fue. No solo estás encadenado a tu vida mientras vives, sino que sigues
atado a ella cuando te has ido. O, una vez más, tal vez eso solo me ocurra a mí. ¿Quién podría
habérmelo dicho? ¿Y habría sido la muerte menos aterradora si hubiera comprendido que no es
una interminable nada, sino que consiste en memoria que medita durante eones sobre sí misma?
Aunque quizá esta perpetua rememoración no sea más que la antesala del olvido (…) No es la
memoria lo borrado aquí: es el tiempo. No hay interrupción: la otra vida también carece de sueño.
A menos que sea todo sueño, uy el sueño de un pasado desaparecido permanezca para siempre con
el difunto (…) Pero en la medida en que no tengo ni idea de dónde estoy, qué soy ni cuánto tiempo
he de permanecer en este estado, la incertidumbre se revela en duración (…) De lo que no cabe
duda es de que aquí no puedes avanzar. No hay ninguna puerta. No hay días. La dirección (¿de
momento?) es solo hacia atrás. Y el juicio es interminable.”

ROTH, Philip: “Indignación”, 50-1


“No me gusta la palabra competir, ni competición. Lo más importante es aprender y poder
sobrevivir cada día. Participé de joven en algunos concursos, y aprendí cosas relevantes: conocí
partituras nuevas y lo que es estar en un auditorio lleno de público. Pero eso se acabó. Ahora voy
descubriendo la música y disfrutando al enseñársela a la gente. Tengo mis retos: conocerme a mí
misma, encontrarme bien, y sobrevivir cuando no estoy bien. Y detenerme y disfrutar con las cosas
hermosas de la vida”.


SARA OTT,  Alice: en COCA, Cesar:“Lo más importante es la relación con el público” (entrevista a Alice Sara 
Ott, pianista), en Suplemento Territorios, pp. 1-3, de El Correo  Español-El Pueblo Vasco, 08-1011. 


2.2.- Identidad, personalidad



“La mente es la precursora de todos los estados. La mente es su fundamento y todos ellos son
creados por la mente. Si uno habla o actúa con una mente impura, entonces el sufrimiento le sigue
del mismo modo que la rueda sigue la pezuña del buey”

DHAMMPADA,: “La enseñanza de Buda”, 15


 

“El mundo está en el alma como el aire está contenido en un recipiente, y eres el continuo
prisionero de ese mundo mental imaginario que es el tuyo… El medio de desembarazarte de esta
ilusión del alma es fijar tu atención en el momento presente y evitar que tus pensamientos se
dirijan hacia hechos pasados o futuros”

VALMIKI:”El mundo está en el alma”, 27

 


“Como formes tu imaginación en repetidas veces, tal será tu inteligencia, pues el alma es teñida
por sus imaginaciones”.

34. El arte de ser

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MARCO AURELIO Meditaciones, 105





“La verdadera vida no es reducible a palabras habladas ni escritas, por nadie, nunca. La verdadera
vida ocurre cuando estamos solos, pensando, sintiendo, perdidos en el recuerdo, soñadoramente
conscientes de nosotros mismos, los momentos submicroscópicos”
DELILLO, Don: “Punto Omega”, 27





“Los trastornos del intelecto –respondió Imlac- suceden mucho más a menudo de lo que un
observador superficial pudiera creer. Si hablamos con rigurosa exactitud, tal vez no haya ser
humano en sus cabales. No hay hombre cuya imaginación no predomine a veces sobre su razón,
cuyas ideas vayan y vengan a sus órdenes, y que pueda controlar su atención totalmente por medio
de la voluntad. No se hallará nadie en cuya mente no sean a veces tiranas ideas huecas, y lo
obliguen a esperar o temer más de lo que permiten los límites de la sensata probabilidad. Todo
poder de la imaginación sobre la razón es un grado de insania, pero mientras este poder sea tal que
lo podamos controlar y reprimir, no es visible a los demás ni se lo considera una perversión de las
facultades mentales; no se le declara locura sino cuando se hace ingobernable y afecta
ostensiblemente al habla o la acción”


JOHNSON, Samuel: “La historia de Rásselas”, 163




“…no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
Ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
Y el temor de haber sido y un futuro terror…
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
Y sufrir por la vida, y por la sombra
y por lo que no conocemos y apenas sospechamos…”


DARIO, R: “Lo fatal” en Antología de la poesía española, 14




“En última instancia, todo tiene arreglo, menos la dificultad de ser, que no lo tiene (…) Nunca se
vio hombre alguno rodeado de tanta incomprensión, de tanto amor, de tantos odios, pues si el
personaje que creen que soy irrita a quienes me juzgan desde lejos, quienes se aproximan son
como la Bella, cuando teme a un monstruo y se encuentra con un bondadoso animal que no quiere
sino llegarle al corazón (…) ‘Noto una dificultad de ser’. Eso es lo que contesta el señor
Fontenelle, ya centenario, cuando está a punto de morir y le pregunta a su médico: ‘¿Qué nopta,
señor Fontenelle?’ Sólo que la suya es de última hora. La mía es de toda la vida (…) A veces me
encuentro con éste o con aquél y me llaman de tú y no consigo reconocerlos hasta que un recio
drama en que esa persona interpretaba un papel, en donde yo interpretaba el mío, y que se me
había olvidado por completo”.

COCTEAU, Jean: “La dificultad de ser”, 10 y 113-4




“Tómate las cosas con más calma. No caviles tanto sobre si esto o lo otro será bueno para ti. No

35. El arte de ser

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interrogues tanto a tu conciencia; se puede desafinar, como un piano aporreado. Resérvala para las
grandes ocasiones. No te preocupes tanto por la formación de tu carácter: es como si quisieras
abrir a la fuerza un capullo de rosa tierno y apretado. Vive como mejor te parezca, y tu carácter se
cuidará sólo. Casi todo es bueno para ti, con muy pocas excepciones, y una renta desahogada no es
una de ellas. –Ralph hizo una pausa sonriendo; Isabel le escuchaba sin pestañear.- Tienes
demasiada capacidad de pensamiento…, demasiada conciencia, sobre todo –añadió Ralph-.”

JAMES, Henry: “El retrato de una dama”, 217




“Como quiera que perteneciese…a esa raza de seres que no logran mantener sus sentimientos
separados uno de otro, sino que dejan que las alegrías y penas del porvenir proyecten su sombra
sobre el presente, y como para esta clase de gente, desde la más tierna infancia, cualquier quiebro
en la rueda de las sensaciones tiene el poder de cristalizar y transfigurar el instante sobre el que
descansa su huella sombría o luminosa…”

WOLF, Virginia:”Al faro”, 5






“Un mecanismo interior… llamado ‘identificación’, que es uno de los principales modos como la
personalidad crea y sostiene su realidad… Con el tiempo nuestra identificación se fija con un
cierto número de cualidades…y se establece el sentido del yo característico de nuestro
tipo…cuanto más nos identificamos… más nos encerramos en él y más olvidamos… otras
opciones y otras modalidades del ser. Comenzamos a creer que somos ese hábito o pauta”

RISO y HUDSON, “La sabiduría del eneagrama”, Ed. Urano, 53-4




“La personalidad se convierte en la fuente de identidad en vez de ser el contacto con nuestro ser.
Nuestro sentido de nosotros mismos se basa cada vez más en imágenes internas, recuerdos y
comportamientos aprendidos y no en la expresión espontánea de nuestra naturaleza. Esta
desconexión con nuestra esencia nos produce una profunda ansiedad, que se manifiesta en forma
de una de las nueve pasiones. Una vez instaladas estas pasiones, que normalmente son
inconscientes e invisibles para nosotros, comienzan a dirigir la personalidad. Comprender nuestro
tipo de personalidad y su dinámica, por lo tanto, es una forma potente de acceder al inconsciente,
a nuestras heridas y mecanismos de compensación y, en último término, a nuestra curación y
transformación”

RISO y HUDSON, “La sabiduría del eneagrama”, Ed. Urano, 38-39





“Comenzar es ser libre y después de Freud nunca estamos libres de Freud. Su tema concreto era el
sobredeterminismo psíquico, o la servidumbre del inconsciente o, de nuevo, la incapacidad de
volver a comenzar y no repetirse. Enseñó que Eros nunca es libre, sino siempre una repetición,
siempre una transferencia de autoridad de pasado a presente”.

BLOOM, Harold: “¿Dónde se encuentra la sabiduría?, 207.

36. El arte de ser

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“…tengo que leer todos mis libros para no seguir patinando dentro de ellos. Entonces, los he
estado leyendo en el orden en que los escribí; primero tengo que decir con toda honestidad y toda
la vanidad del mundo que me gustan mucho, pero que ahora no son los libros que tendría que
escribir. Entonces estoy aprendiendo a escribir otra vez. Estoy escribiendo mis memorias, mis
memorias de cómo escribí esos libros, para tratar de desembrujarme de mí mismo, pero voy a
salir”.



GARCIA MÁRQUEZ, Gabriel en
ENTREVISTA de BILLÓN, Ivés y MARTÍNEZ-CARVAD, Mauricio
recogida en “La escritura embrujada. Textos anexos a Gabriel García Márquez”, 54-5





“Me construí (…) una fábrica de gas conceptual cuya virtud principal consiste en ayudar a quien
quiera (empezando, claro está, por mí) en ayudar a conjurar esta doble obsesión de no ser nada y
de ser sólo uno mismo, de no tener sitio en el mundo y de tener un lugar, pero que te inspira un
fastidio y una vergüenza aún más grande”


LÉVY, Bernard-Henry
en HOULLEBECQ, Michel y LÉVY, Bernard-Henry: “Enemigos públicos”, 134





“No tenía deseos de ocuparme de nada, ni de leer nada. Estar allí sentado y ser lo que era ¿Qué
mejor entrenamiento que ése? Mi alma se mecía suave y soñadora…lo que me colmaba de
felicidad era sobre todo, el cambio y la renovación de mi yo, ya usado y gastado, el hecho de que
hubiera podido desnudarlo y darle nueva vestimenta. Y aquél cambio de existencia no sólo
entrañaba una deliciosa renovación, sino además cierto vaciamiento de mi ser interior, puesto que
tenía que expulsar de mi alma todos los recuerdos referentes a mi pasado, ahora no válido…Y
sentado en mi lujoso departamento experimenté una singular sensación de debilitamiento de la
memoria, es más aún, como si la memoria se me hubiera vaciado de recuerdos. Me di cuenta de
que no sabía nada de mí mismo…”

MANN, Thomas: “Confesiones del estafador Félix Krull”, 305




- “Tengo algo anónimo que agradecerle. Mirándola esta noche, he evitado ser yo.
- ¿Le pesa ser usted? –preguntó Isabel Gonzalo.
- Es la única cosa que me pesa en la vida –dijo Sala”
- Entonces tiene todo que aprender de mí –dijo Isabel, devolviendo su sonrisa-.
Porque lo único que puedo enseñar es cómo no ser nadie.”

AGUILAR CAMIN, Héctor: “La guerra de Galio”, 332







“Es una vida que el pobre demente ve horrible y criminal, pavorosamente escasa y de una
escalofriante tristeza y grisura (…) se percibe la evidencia de que la inutilidad de cualquier intento

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de construir racionalmente el mundo exterior implica necesariamente la incapacidad de crear una
identidad propia (…)

VILA-MATAS, Enrique: “Dublinesca”, 41 y 43







“No saber de sí es vivir. Saber mal de sí es pensar. Saber de sí, de repente, como en un momento
lustral, es tener súbitamente la noción de la mónada íntima, de la palabra mágica del alma”

PESSOA, Fernando: “Libro del desasosiego”, 95





“Borges piensa que (…) podría inventarse un cuento: (…) una persona reconoce de pronto que no
corresponde al conjunto de virtudes y de pretensiones que ha sido hasta entonces su personalidad,
y decide que en adelante se dedicará a representar simplemente a ese otro ser misterioso que él
realmente es”

BIOY CASARES, Adolfo: “De jardines ajenos”, 272





“Descubrí que, incluso cuando actuaba, yo no era más que simulación. ¿Adónde había ido a parar?
¿Dónde estaba mi yo? ¿Dónde estaba mi ojo?


DURRELL, Lawrence: “Sebastián”, 27



“Soy el falso personaje que sigue los pasos del nombre”

DELILLO, Don: “Ruido de fondo”





“La extrañeza -faltaría más- es sujeto de mi literatura, pero yo soy un tipo sencillo, dejé de imitar
al extraño que antes era.”

“VILA-MATAS, Enrique: “Entrevista digital” en El Pais Digital, 30 de mayo de 2011







“Yo soy para mi arquetipo una traición permanente”


BARBERY, Muriel: “La elegancia del erizo”, 29

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“Saber que tengo, o tuve, en mí mismo elementos suficientes como para encaramarme a otra
posibilidad, saber que soy superior, no demasiado, a mi agotada profesión, a mis pocas
diversiones, a mi ritmo de diálogo: saber todo eso no ayuda por cierto a mi tranquilidad, más bien
me hace sentirme más frustrado, más inepto para sobreponerme a las circunstancias (…) Porque si
ahora mismo me decidiera a asegurarme, en una especie de tardío juramento,: ‘Voy a ser
exactamente lo que quise ser’, resultaría que todo sería inútil. Primero, porque me siento con
escasas fuerzas como para jugarlas a un cambio de vida, y luego, porque ¿qué validez tiene ahora
para mí aquello que quise ser? Sería algo así como arrojarme conscientemente a una prematura
senilidad”.

BENEDETTI, Mario: “La tregua”, 52-3




“Hay gentes que lo poseen todo y no consiguen mostrarlo, ricos tan pobres y nobles tan vulgares,
que la incredulidad que inspiran acaba por volverlos tímidos y les confiere una actitud sospechosa.
En ciertas mujeres las perlas más bellas se tornan falsas. En cambio, en otras, las perlas falsas
parecen verdaderas. De igual modo, existen hombres que inspiran una confianza ciega y disfrutan
de privilegios a los que no podrían aspirar. Guillaurne Thomas pertenecía a esa raza de
bienaventurados (…) Andaba estrechamente ligado a su fábula. Cuanto más vivía su papel, más se
confundía con él, más fuero le aportaba y esa franqueza que convence”.

COCTEAU, Jean: “Thomas el impostor”, 84-5






“Nadie hubo en él; detrás de su rostro (…) y de sus palabras, que eran copiosas, fantásticas y
agitadas, no había más que un poco de frío, un sueño no soñado por alguien (..) Instintivamente, ya
se había adiestrado en el hábito de simular que era alguien, para que no se descubriera su
condición de nadie; en Londres encontró la profesión a la que estaba predestinado, la de actor, que
en un escenario, juega a ser otro (…) Nadie fue tantos hombres como aquel hombre (…) La
identidad fundamental de existir, soñar y representar le inspiró pasajes famosos. Veinte años
persistió en esa alucinación dirigida, pero una mañana lo sobrecogieron el hastío y el horror de ser
tantos (…) Aquél mismo día resolvió la venta de su teatro (…) Tenía que ser alguien (…) La
historia agrega que, antes o después de morir, se supo de frente a Dios y le dijo: ‘Yo, que tantos
hombres he sido en vano, quiero ser uno y yo’ La voz de Dios le contestó desde un torbellino: ‘Yo
tampoco soy; yo soñé el mundo como tú soñaste tu obra, mi Shakespeare, y entre las formas de mi
sueño estabas tú, que como yo eres muchos y nadie”

BORGES, J.L.:”Everything and nothing”en “Obras completas”, Tomo II, 181-2





“Así mi vida es una fuga y todo lo pierdo y todo es olvido, o del otro”.

BORGES, Jorge Luis: “Borges y yo” en “Obras completas”, Tomo II, p. 186




Pude haber sido yo misma, pero sin que me sorprendiera,
Lo que habría significado

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Ser alguien totalmente diferente.

SZYMBORSKA, Wislawa: “Instante”, 27





“De joven huía. Descubrí las Canarias en la mili y huí de Valencia. Me fui a Tenerife. Y de allí huí
a El Hierro. Hace veinte años. Con el tiempo he comprendido que la huida es algo personal,
interior, de algo que no te gusta de ti mismo. Pero yo creo que El Hierro es mi isla y de aquí ya no
me marcho”


BELLVESER, Juan Antonio en RUIZ, Rafael: “La paz de El Hierro”,






“Usted me comprenderá, señor Mintouchian, si le digo que siempre he tratado de convertirme en
lo que soy. Pero eso atemoriza, porque ¿qué ocurriría si lo que por naturaleza soy no es
suficiente?...Mejor es morir siendo uno lo que es, que vivir como un extranjero ante sí mismo para
siempre”

BELLOV, Saul: “Las aventuras de Augie March”, 644





“Si alguna vez hubo alguien detrás de la máscara lo extirpé mediante la cirugía… si me pidieran
que me interpretara a mí mismo no sabría qué hacer. No sé quién soy… ¿Peter Sellers? No existe
tal persona…’


SELLERS, Peter (actor británico)
Entrevista de TORRES, Maruja: “El enigmático Peter Sellers”





“Afuera, el paisaje invernal de Barcelona reflejaba, en su transparente tristeza, la gélida alma de
una ciudad de fugaces transeúntes que vagaban como almas en pena por las heladas calles
avanzando en dirección contraria a la de sus sueños y a ese deseo que en aquellos días era tan
común como inconfesado, el de la huida radical de aquella sordidez que había acumulado tanto
silencio colectivo y tanto paso fugaz de gente congelada que atravesaba como fantasmas las calles
de una ciudad inhóspita en la que ni tan siquiera el invierno parecía real. Eran días y años en los
que nadie quería ser lo que era y ser, a cualquier precio, otros, aunque para ello fuera preciso
vender el alma al diablo”

VILA-MATAS, Enrique: “Impostura”, 54






“Quería interpretar ‘a nobody who
ustit somebody nobody really now’, según cita su biógrafo
Sikov. La frase pierde traducida del inglés: ‘Un nadie que se convierte en alguien a quien nadie

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conoce realmente’ ”

TORRES, Maruja: “El enigmático Peter Sellers”





“En la dictadura la literatura adquiere una relevancia existencial, al menos cuando uno se toma en
serio la escritura. La literatura te devuelve a tu propia existencia, ya que ocuparse cada día con uno
mismo sirve para aclararse la vida. Es triste, pero imprescindible (…) todo es ficción, el ser
humano es una ficción. Si contemplo mi vida, veo que me hago escritor cuando nada indicaba que
lo fuera. No contaba con nada, no conocía nada, no tenía un proyecto, y los que emprendía eran
completamente irreales, imposible vivir de ellos o verlos publicados en una sociedad como la de la
Hungría comunista. Pero me atenía a esta ficción que me había inventado y llevaba una doble vida:
una vida secreta, grandiosa y una vida muy estrecha en la superficie. Me decía entonces que vivía
como un escritor inglés: me levanto, reflexiono, escribo algo; lo único que no hago es jugar al golf
y al tenis y no conduzco un coche. Me atenía firmemente a esta ficción y así me convertí en una
ficción. Lo que me permite escribir de mí mismo como de un extraño, como en Dossier K.: es un
diálogo, aparentemente es un diálogo entre yo y mí mismo, pero poco a poco aparece una tercera
persona que observa discutiendo a estos dos, controlando que, como en una partida de pimpón,
intercambiamos correctamente la pelota. Un juego curioso.”
Kertész, Imre
DREYMÜLLER, Cecilia: “Vivir a través de la escritura. En la dictadura, la literatura te devuelve a tu propia existencia”;






“Conocerse es errar, y el oráculo que dijo ‘conócete’ propuso un trabajo mayor que el de Hércules
y un enigma más negro que el de la Esfinge. Desconocerse conscientemente: he aquí el enigma. Y
desconocerse conscientemente es emplear activamente la ironía. No conozco cosa mayor, ni más
propia del hombre en verdad grande, que el análisis paciente y expresivo de los modos de
desconocernos, el consciente registro de la inconsciencia de nuestras conciencias, la metafísica de
las sombras autónomas, la poesía del crepúsculo de la desilusión”

PESSOA, Fernando: “Poesía”, 20-1.



“Puse una suerte de concentración interior, un estimular esferas secretas, y lo individual
desapareció, y emergió una capa primigenia, embriagada, rica en imágenes y pánica… sólo
conocía el rítmico abrirse y cerrarse del yo y de la personalidad, la incesante ruptura del ser
interior… “

BENN, Gottfried: “Doble vida”, 21





“Gran parte de nuestra capacidad de actuar como adultos integrados y maduros está determinada
por lo bien que se han satisfecho necesidades concretas de desarrollo durante la primera infancia.
Aquellas necesidades que no se satisficieron bien podrían considerarse desajustes… La
personalidad se forma para compensar esos desajustes en nuestro desarrollo… La mayor parte de
nuestra personalidad no es más que una colección de reacciones condicionadas, miedos y creencias
que no son nuestro verdadero yo…”

RISO y HUDSON, “La sabiduría del eneagrama”, 4-45

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“Luego nos hemos retirado a dormir, a soñar las alegorías de los deseos frustrados que en el fondo
somos, benditos nosotros, incapaces de interpretar (…) Lucho por no convertirme en uno de esos
seres que la historia olvida (…) Ansiosa por dar forma a las palabras que me traduzcan al reino del
mito y del héroe, aquí sigo, sigo siendo la misma, la desaliñada mujer que siempre he sido,
envuelta por el tedioso calor de un verano que no llegará a trascenderse. ¿De qué carezco? Lloro y
hago rechinar los dientes. ¿No será sino mera pasión? ¿Es meramente una visión de una segunda
existencia, una existencia suficientemente apasionada para transformarme de la mundanidad del
ser a la duplicidad de la significación? (…) Sin liberación posible, ¿qué sentido puede tener mi
relato? (…) ¿Quien se esconde tras mi opresión? (…) Yo soy la que soy. El carácter es el destino.
La historia es Dios mismo. Resentimiento, puro resentimiento (…) Prolóngate, prolóngate a ti
misma, ese es el susurro que oigo en lo más hondo de mi ser (…) Mientras tenga la libertad de ser,
nada será imposible”.

COETZEE, J.M.: “En medio de ninguna parte”, 9 a 16.




“Yo no soy uno de los héroes del deseo, lo que yo quiero no es infinito ni tampoco inalcanzable, lo
único que me pregunto, débil, dubitativa, quejumbrosamente, es si en el fondo no habrá algo que
se pueda hacer con el deseo, aparte de esforzarse en poseer lo deseado en un proyecto que por
fuerza ha de ser vano, ya que su finalidad solamente puede estribar en la aniquilación de lo
deseado (…)
-¿Sabes como me siento, Anna? Como un enorme vacío, un vacío colmado de una gran ausencia,
una ausencia que no es más que el deseo de colmarse, de realizarse, por entero. Con todo, al
mismo tiempo sé de sobra que nada podrá colmarme, porque esa es la primera condición de la
vida: desear siempre. De otro modo, la vida dejaría de ser. Es uno de los principios de la vida, estar
por siempre sin colmarse. La plenitud no basta para colmar nada”


COETZEE, J.M.: “En medio de ninguna parte”, 156-7







“No puedes permitir que los grandes te impongan su intolerancia, del mismo modo que no puedes
permitir que los pequeños se conviertan en un nosotros y te impongan su ética. No aceptaría la
tiranía del nosotros…el nosotros coactivo, inclusivo, histórico, ineludiblemente moral con su
insidioso E pluribus unum… el puro yo con toda su agilidad. El conocimiento de uno mismo… La
lucha apasionada por la singularidad…la deslizante relación con todo. No estática sino deslizante.
Conocimiento de uno mismo, pero oculto. ¿Qué es más potente que eso? …para representar el
drama ilimitado, que se define a sí mismo, de los pronombres nosotros, ellos y yo”

ROTH, F.: “La mancha humana”, 141




“Uno puede contar cualquier cosa, menos su verdadera vida; esta imposibilidad es la que nos
condena a permanecer tal como nuestros compañeros nos ven y nos reflejan; ellos son los que
pretenden conocerme, los que se dicen amigos míos y no permiten que cambie, los que niegan
cualquier milagro (aquello que no puedo relatar, lo inexplicable, aquello que no puedo demostrar),

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únicamente para poder decir:
-Te conozco”

FRISCH, Max: “No soy Stiller”, 70,1


“Hoy vuelvo a verlo todo muy claro: el fracaso en la vida no se puede mantener en secreto y por
más que lo he intentado, no logro escapar al fracaso, no hay escapatoria posible. Pero lo
desconcertante en ello es que los demás encuentren natural que yo no tenga otra vida por exhibir y
creen que aquello que yo no tengo más remedio que aceptar representa mi auténtica vida. Pero eso
no ha sido nunca mi vida. Sólo porque sé que no lo ha sido nunca, lo puedo aceptar, o sea, lo
acepto como el fracaso de mi vida. En realidad, uno tendría que ser capaz de ir sorteando esta
confusión sin rebelarse, es decir, interpretando un papel sin confundirse con él, pero para ello
tendría que tener yo un punto de apoyo…”

FRISCH, Max: “No soy Stiller”, 258

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“En el juego de la vida, o del destino, la gente no llega tan lejos como augura su talento, sino como
permiten sus limitaciones. Somos tan grandes como nuestros límites, del mismo modo que nuestro
cuerpo vive hasta que muere la más débil de sus partes esenciales. Un límite frecuente de los
talentos grandes es su conciencia desbocada y altiva, eso que la teología cristiana llamó soberbia y
los antiguos resumían diciendo que los dioses ciegan a quienes quieren perder”.

AGUILAR CAMIN, Héctor: “La conspiración de la fortuna”, 7




“Continuamente nos corregimos y nos corregimos a nosotros mismos con la mayor
desconsideración, porque a cada instante nos damos cuenta de que todo (lo escrito, pensado,
hecho) lo hemos hecho mal, de que hemos actuado mal, de cómo hemos actuado mal, de que hasta
ese momento todo es una falsificación, y la corrección de esa corrección la corregimos otra vez, y
corregimos el resultado de esa corrección y así sucesivamente… Pero la verdadera corrección la
aplazamos, cuando otros, sin más, la hicieron de la noche a la mañana, pienso, pensaban en ello,
pero entonces se corrigieron…siempre he demorado, aplazado la corrección, aunque jamás he
renunciado a ese pensamiento de corregirme, lo haremos de pronto, saldremos muy de pronto,
fuera, romperemos con todo, un paso fuera del camino, fuera, se acabó…porque hemos perdido la
razón…o porque somos todo lo más extremo… Corregir toda nuestra existencia como un solo
falseamiento y falsificación insondables”

BERNHARD, Thomas: “Corrección”, 301-2





“Repasando toda su vida, llegó a la conclusión de que lo había hecho todo mal, todo. Su vida,
como suele decirse, estaba arruinada…Ahora apuntó: No ha sido esa larga enfermedad –mi vida-
sino esa larga convalecencia, también mi vida. La revisión liberal-burguesa, la ilusión del
perfeccionamiento, el veneno de la esperanza.”


BELLOV, Saul: “Hertzog”, 12-3





“El Yo tenía en torno a sí a la oscuridad del mundo exterior, pero estaba sólo (…) Aunque se
desataran todos los lazos con el mundo exterior, los hilos del tiempo seguirían moviéndose dentro
de la intemporalidad del Yo, y el trenzado infinito, hecho por uno mismo con infinitos hilos, red de
la que no se puede escapar, serviría sólo para hacer desaparecer los hilos del tiempo, de forma que
todo el Ser volvería a la intemporalidad dentro de la grandiosidad y de la anchura infinita del
espacio (…) la muerte es siempre la fatalidad y la inmutabilidad del destino. Siempre es lo muerto
lo que se infiltra en la vida. La intemporalidad de la muerte sustituye a la intemporalidad del Yo,
alma que se incrusta, rígida, en la arquitectura de la muerte; felicidad de la rigidez (…) La
intemporalidad gobierna las relaciones entre un Yo y otro Yo, y el espacio se vuelve, al mismo
tiempo, infinitamente más pequeño e infinitamente grande”

BROCH, Hermann: “Los inocentes”, 63, 65-6 y 71



“No se puede volver a traer el tiempo transcurrido, lo que ha ocurrido en el es intocable. Todo lo

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bueno y hermoso del pasado está guardado en él contra todo peligro. Toda culpa y todo mal es
redimible mientras se está en vida. Por lo tanto, todo lo que le ocurra al hombre depende de su
responsabilidad. La responsabilidad es aquello que nos hace responsables, aquello que rehuimos.
Somos responsables de cada decisión para toda una eternidad; puesto que en todo momento estoy
realizando una posibilidad o la estoy perdiendo”


FRANKL, Victor: “Psicoanálisis y existencialismo. De la psicoterapia a la logoterapia”




“La ley de la vida: la fluctuación. Por cada pensamiento, un pensamiento contrario; por cada
impulso, un impulso contrario. No era de extrañar que uno se volviera loco o se muriese o
decidiera desaparecer. Demasiados impulsos, y esa no es siquiera la décima parte de la historia…
Sabbath se encuentra con su rival: la vida. ‘La marioneta eres tú, el bufón grotesco eres tú. ¡Tú
eres el polichinela, idiota, el títere que juega con los tabúes’ “


ROTH, Philip: “El teatro de Sabbath”, 183





“Nadie me conoció bajo la máscara de la identidad ni supo nunca que era una máscara, porque
nadie sabía que en este mundo hay enmascarados. Nadie supo que junto a mí estuviera otro que, al
fin, era yo. Siempre me juzgaron idéntico a mí.

Vivimos todos lejanos y anónimos; y disfrazados sufrimos, desconocidos. Para unos esta distancia
entre un ser y ellos mismos jamás se revela; para otros resulta de cuando en cuando iluminada, con
horror o dolor, por un relámpago sin límites; para algunos ésta es la penosa constancia y
cotidianeidad de la vida.

Saber que quienes somos no nos atañe, que lo que pensamos o sentimos es siempre una
traducción…, saber todo eso a cada minuto, sentir todo eso en cada sentimiento, ¿no será ser
extranjero en la propia alma, exiliado en las propias sensaciones”


PESSOA, Fernando: “Poesía”, 21.





“Eso fui, no lo que quise. Está bien. Al final, todo es claro: lo que fui y lo que no pude ser. Y todo
es justo también. Nadie merece ser más de lo que es (…) Sólo eso falló: querer ser otra cosa. Pero
si no quieres ser otra cosa, no quieres nada. Hay que vivir y morir queriendo ser otra cosa”

AGUILAR CAMIN, Héctor: “La conspiración de la fortuna”, 254-5




“La identidad es la frágil sugestión de coherencia con que nos vestimos. Es a la vez ilusoria y muy
real, y muy necesaria para la felicidad, si es que la felicidad es realmente necesaria”

DURRELL, Lawrence: “Monsieur”, 89-90

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“Mi alma es muy grande, en ella puedes hacer una urbanización”

Pilar ALBARRACIN, artista
Entrevista de Jesús MANTILLA en EL PAIS, 5 de agosto de 2005 (núm. 10.288), 64.





«Hay que tener valentía y coraje para ser siempre uno mismo e imponerse sobre tanta
tradición, tantas escuelas y tantos aspectos castradores. Es preciso huir de los estereotipos.
Todo lo demás no es arte: es simplemente escuela (...) Son los grandes artistas los que crean
sus propias escuelas, los que son capaces de independizarse de ellas y trascenderlas. El mundo
interior es infinitamente más grande que un país, que una tradición, que un planeta»


SOKOLOV, Giorgy (Pianista)
CANO, Maria José: “Sokolov, el pianista que llegó a serlo sin desearlo”,






“He descubierto que es posible, sin el más mínimo recelo, con toda la sinceridad del corazón y
la paz de conciencia, concebir la existencia de la personalidad del capitán Whalley (…)

CONRAD, Joseph: Nota del autor a “Situación límite”, 7




“¡La identidad no está nunca prefabricada, la identidad es una apertura perpetua, y no viene
del pasado, viene del futuro¡ El hombre crea su identidad creando su obra; por lo tanto, la
identidad está en el infinito, no se termina, ni siquiera con la muerte, no puede acabarse, eso
es. ¡Es todo lo contrario¡

ADONIS(Ali Ahmed Said Esher)
BARLOEWEN, Constantin Von y NAOUMOVA, Gala: “El libro de los saberes”, 35






2.3.-Frenos y debilidades


2.3.1.- La soledad


“¡¡¡Sola¡¡¡ Estoy sola –siempre estoy sola sea como sea. No hay nada que temer salvo el propio
miedo”.


MONROE, Marilyn

FÉRNANDEZ SANTOS, Elsa: “Marilyn oculta”,

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“En cambio, lo de aquel momento era algo más que la melancólica sensación de estar solo, algo
más que el recuerdo de esa misma sensación en otras épocas, algo parecido a una conciencia
espontánea, casi repulsiva, más patente que nunca, de la soledad radical: la subjetividad
autoconsciente, separada y hermética del yo. Dubin lo definió de un modo taxativo, como ya antes
se había definido: la muerte que se obstina en estar presente en la vida, en la historia, en el ser”.

MALAMUD, Bernard: “Las vidas de Dubin”, 80




“Al pensar en sus amigas, percibió el extraño sabor no compartido de su existencia: estaba sola”

McEWWAN, Ian: “Chesil Beach”, 99





“La soledad del ser humano es tan grande que nadie, ni siquiera Dios que lo ha creado, sabe
nada de él”.


BROCH, Hermann: “Huguenau o el realismo”, 252




“(…) cuando tratamos de comprender la vida mental de otro hombre nos damos cuenta muy pronto
de cuán incomprensibles, cambiantes y brumosos son los seres que comparten con nosotros el
mundo. Es como si la soledad fuera una condición absoluta e insuperable de la existencia”

VILA-MATAS, Enrique: “Dublinesca”, 276





“El Señor de Bragadin se expresaba con dignidad, con la seguridad de las personas mayores, cultas
aún en sus sentimientos, que conocen bien el segundo sentido, el sentido interior de las palabras;
que saben que no se puede huir de los recuerdos; que, al escribir, se dan cuenta con desesperación
de que no pueden transmitir sus verdaderas experiencias a nadie; que son conscientes de que todos
vivimos solos, cometemos nuestros errores solos y morimos solos, y de que los consejos de los
demás no pueden ayudarnos, ni puede socorrernos la sabiduría ajena, la sabiduría que no hayamos
adquirido nosotros mismos y que no hayamos conseguido con el precio de nuestra propia sangre”.


MARAI, Sándor: “La amante de Bolzano”, 126




“(…) porque la verdad es que se forman una cáscara de orgullo, un repugnante empaque, una
sólida hipocresía, pero en el fondo son huecos. Asquerosos y huecos. Y padecen la más
horrible variante de la soledad: la soledad del que ni siquiera se tiene a sí mismo”.

BENEDETTI, Mario: “La tregua”, 162-3




“A veces, solo en mi celda, tengo la impresión de que estoy soñando; la impresión de que me
puedo levantar cuando quiera y descubriéndome la cara que ahora me cubro con las manos, verme
en libertad, ya que la cárcel sólo existe dentro de mí”.

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FRISCH, Max: “No soy Stiller”, 25


“Pero inmediatamente interviene la melancolía, que no viene de que la gente se aleje de nosotros,
sino todo lo contrario; la gente se aleja porque interviene la melancolía y ella la presiente semanas
antes de que llegue como hacen los perros con los terremotos, que destruyen todo lo que el hombre
ha construido; las cenizas lo cubrirán todo; la melancolía también lo cubre todo como una bandada
de pájaros negros sobre unas ciudades humeantes en las que vivieron nuestros amigos, como una
sombra de terror; he aquí la expiación, eco de la duda, horror a la soledad estéril”.


FRISCH, Max: “No soy Stiller”, 380-1

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2.3.2..- El miedo. El sufrimiento.



“Cuanto menos miedo, mejor. El miedo nos castra. El miedo nos degrada. Contribuir a reducir el
miedo: esa es tu tarea y la mía”.

ROTH, Philip: “Némesis”, 84-5





“- ¿Estás preocupado?
- Sí, es cierto.
- Esa gente que viste en el bosque, ¿qué viste en ellos?
- No lo entiendo
- Miedo. Un miedo profundo, podrido. Estaban infectados con él. ¿Lo viste? El miedo es una
enfermedad. Se mete en el alma de cualquiera que lidia con él. Ya ha contaminado tu paz. No te
crié para verte vivir con miedo. ¡Sácalo de tu corazón. No lo lleves a nuestra aldea¡

(…)

- Hijo mío, ¡no tengas miedo¡ (…)
- Soy Garra Jaguar. Este es mi bosque. ¡Y no tengo miedo¡”.

De la película “Apocalypto”, Dir. Mel Gibson, Guión Mel Gibson& Farhad Safinia, an Icon Production, 2006






“El mecanismo de la personalidad se pone en marcha mediante lo que llamamos el miedo básico

de cada tipo. El miedo básico surge debido a la inevitable pérdida de contacto con nuestra
naturaleza esencial durante la infancia…a consecuencia de necesidades infantiles no satisfechas y
de los subsiguientes bloqueos, muy temprano comenzamos a sentir que nos faltan ciertos
elementos esenciales. Naturalmente este sentimiento crea una profunda ansiedad potente e
inconsciente, nuestro miedo básico…Para compensar…surge un deseo básico…el modo de
defendernos…para continuar funcionando…Toda la estructura de nuestra personalidad está
compuesta de nuestra huida del temor básico y nuestra tenaz persecución del deseo básico”

RISO y HUDSON: “La sabiduría del eneagrama”, 41-4





“Cuando no se ve un peligro, tiene, para nosotros, la imperfecta vaguedad del pensamiento
humano. El miedo se hace nebuloso y la imaginación, la enemiga del hombre, la madre de todo
terror, falta de estímulo, yace en la somnolencia que acompaña al agotamiento de la emoción”.

CONRAD, Joseph: “Lord Jim”, 200




“Y en cuanto al artista…pobre chico, después del nacimiento golpea el terror de la conciencia del
ego, invade el temor, el miedo, e inmediatamente el yo se recubre, capa sobre capa, con

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sentimientos protectores para evitar el derrumbamiento: como una cebolla, una capa de urdimbres
defensivas sobre otra. Esto es lo que el pobre viejo Buda trato de contrarrestar con su política de
quitarles los maternales pañales al ego: las nerviosas reacciones agresivas. Hizo un descubrimiento
fundamental, pero es difícil convencer a la gente de que la amenaza de la naturaleza es ilusoria. Y,
sin embargo, en cuanto se caen del árbol y advierten la realidad la luz se propaga a su alrededor en
círculos concéntricos. Pero es todo un arte, hacerse plenamente vulnerables y abiertos incluso para
la muerte. Sí, en cuanto uno llega a comprender que ya no hay mucho más que importe, se cae en
la cuenta. Se advierte que la inocuidad es el bien supremo”


“(…) y una conciencia sobrecargada es tan mala como una tripa sobrecargada: ¡tiene que reventar
por algún sitio¡
DURRELL, Lawrence: “Quinx”, 71-2 y 239




“El miedo, creo, no es más que una agitación sin resultado que la meditación se encarga de
aumentar… Es la irresolución, por falta de objeto, lo que las trastorna de tal manera”

ALAIN, “Mira a lo lejos”, ed. RBA, 59





“(…) alguien que había desterrado todo cuanto juzgaba no esencial (…) libre sobre todo de uno
mismo (…)


ROTH, Philip: “Sale el espectro”; 55y 60





“Mas no permitas que las insinuaciones del miedo se apoderen de lo mejor de tu razón; el peligro
de la negligencia puede sólo ser como la probabilidad de la obligación que cuando se considera
con detenimiento se ve que es poca y que cada día se hace más pequeña. Abre el corazón al influjo
de la luz que de vez en cuando penetra en ti; cuando los escrúpulos, que en tus momentos de
lucidez sabes que son vanos, te sean inoportunos, no te detengas a parlamentar, sino corre a algún
quehacer o a Pekuah, y ten siempre en cuenta este pensamiento sobre todos: que eres solamente un
átomo de la masa de la humanidad y no tienes ni virtud ni vicio por los que debas ser distinguido
con gracias o castigos supernaturales”

JOHNSON, Samuel: “Rásselas, Príncipe de Abisinia”, 175





“La totalidad de la humanidad parece estar simultáneamente presente en cada una de mis
aspiraciones de aire. El peso de mi responsabilidad es aplastante. Una ignorancia misericordiosa
me protege de un descorazonamiento excesivo (…) Lo exasperante es que lo que has de encontrar
no puede buscarse. Estás tratando desesperadamente de adquirir lo que ya tienes sin darte cuenta”

DURRELL, Lawrence: “Livia”, 1175 y 177

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“…ese miedo que tenemos hoy a menudo lo tuvimos ya en nuestro camino de la escuela, esos
pensamientos, estrechamente relacionados con el miedo los seguimos teniendo hoy una y otra vez,
aunque de otra forma, pero sin embargo referidos siempre a los pensamientos que teníamos en el
camino de la escuela, y en el camino de la escuela fue siempre para nosotros, como el camino de la
vida, sencillamente un via crucis pero, sin embargo, también siempre un camino de todos los
descubrimientos posibles y de la felicidad suprema, que no se puede describir… y como nuestro
camino de la escuela, el camino de nuestra vida había discurrido a lo largo de un río tumultuoso, al
que siempre tuvimos que tener miedo, ya que, si siempre habíamos tenido miedo en el camino de
la escuela de caernos al tumultuoso Aurach, en el camino de nuestras vidas habíamos tenido
siempre el mayor de los miedos de precipitarnos en ese río junto al que vivíamos y a lo largo del
cual vivíamos siempre con el mayor de los miedos, un río que era invisible pero siempre
tumultuoso y siempre mortal”


BERNHARD, Thomas: “Corrección”, 129




“Se odia aquello que se teme, aquello, pues, que se quiere ser, que se siente un poco. Se odia a uno
mismo. Las cualidades más interesantes y productivas de cada uno, son las que cada uno odia más
en sí mismo y en los demás. Porque en el odio hay de todo: amor, envidia, ignorancia, misterio y
ansia de conocer y poseer. El odio hace sufrir. Vencer al odio es dar un paso en el conocimiento y
en el dominio de sí mismo, es justificarse y, por consiguiente, dejar de sufrir”.

PAVESE, Cesar:”El oficio de vivir”, 127






“La realidad es un lazo corredizo, la muerte lo corre y, tras una sacudida, quedamos colgados del
vacío. Habría sido más juicioso cooperar con lo inevitable y aprender a aprovechar este desdichado
estado de cosas, ¡comprendiendo y acomodándonos a la muerte! Pero no lo hacemos, permitimos
que el ego ensucie su propio nido. En consecuencia tenemos inseguridad, tensión, el fruto nocturno
del insomnio, con toda una cultura que llora por dormir. ¿Cómo arreglar este estado de cosas si no
es a través del arte, a través de dones que nos ofrecen el lenguaje emancipado por la emoción, la
poesía sometida al servicio del discernimiento directo?”

DURRELL, Lawrence “Constance”, 305





“Mi cama es el lugar del terror”

BRYCE ECHENIQUE, Alfredo: “Reo de nocturnidad”, 28





“El sufrimiento es el distintivo de los asuntos humanos –le informó la anciana- y ni siquiera
disminuye por la noche. Todo lo contrario.”

ROTH, P.: “El teatro de Sabbath”, 307

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“…el sufrimiento y la angustia forman parte de lo real. Forman parte de la salvación. Son eternos y
verdaderos tanto como lo demás. Y la sabiduría está en la aceptación de lo real, no en su negación
(…) ¿Qué es la salud psíquica? Quizá la capacidad de enfrentar lo real y lo verdadero sin perder en
ello toda la fuerza, toda la alegría, toda la libertad. Y aquí hay lugar para la angustia y esto
distingue la salud de la sabiduría (…) nos queda la angustia, habitarla con la mayor serenidad
posible. Sólo es una paradoja a medias. ¿Por qué habría que tener miedo de tener miedo? Si el
sabio es quien ya no tiene angustia, el filósofo quizá sea quien ya no se angustia por tenerla”

COMTE-SPONVILLE, André: “Impromtus. Entre la pasión y la reflexión”, 25-6





“La pureza del aire le conmovía…pero lo que más le conmovía era la verde transparencia que veía
al mirar el fondo de piedra con leves ondulaciones doradas. No existía allí la inmovilidad. Si su
alma pudiese proyectar un reflejo tan brillante y tan intensamente agradable, le pediría a Dios que
le emplease en eso. Pero sería demasiado simple. Sería infantil tranquilizarse convirtiéndose en
naturaleza. La auténtica esfera no es tan límpida ni pura sino turbulenta e irritada. Hay siempre en
movimiento una inmensa actividad humana que todo lo emporca. La muerte vigila sin cesar. De
modo que si uno tiene alguna felicidad, más vale ocultarla. Y cuando nuestro corazón está pleno,
más vale tener la boca cerrada”.

BELLOV, Saul: “Herzog”, 122





“Por la noche todo se ve muy oscuro”

GENERAL Norman Schwarzkopk




“…lo que rige la vida no es el dinero ni la política ni la religión ni la educación ni la raza ni la
lengua ni las costumbres, sino otra cosa, algo que estás intentando sofocar todo el tiempo y que, en
realidad, te está sofocando a ti, porque si no, no te sentirías tan aterrado de repente ni te
preguntarías cómo vas a escapar… hablo de miedo”
…
“El sufrimiento es fútil, me decía mi inteligencia una y mil veces, pero seguía sufriendo
voluntariamente. El sufrimiento no me ha enseñado nada nunca; pero para mí no es sino una
demostración algebraica de inadaptación espiritual. Todo el drama que está representando el
hombre de hoy mediante el sufrimiento no existe para mí”

MILLER, H.: “Trópico de capricornio”, 439-449 y 467




“Impotente para librarse del chiste hedonístico, de una civilización industrial mamut, sobre la
delicadeza de los deseos espirituales, los elevados anhelos de un Herzog, su sufrimiento moral y su
aspiración al bien y a la verdad. Durante todo ese tiempo, su corazón le dolía lamentablemente; le
habría gustado sacudírselo o sacárselo del pecho y tirarlo al cubo de la basura. A Moses le
humillaba la comedia del dolor de corazón, pero ¿acaso puede despertarle a uno el pensamiento de
este sueño de la existencia? No, porque la confusión es aún mayor, y empieza otro sueño más
complicado todavía, el sueño del intelecto, la ilusión de las explicaciones totales”

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BELLOV, Saul: “Hertzog”, 210





“El miedo: la primera limitación (…) Su lucha contra el miedo constituía el principio mismo de la
historia de su alma, y continuó hasta el fin… El principio de toda aristocracia estriba en subyugar
el miedo…

…Todo el mundo siente miedo, y el verdadero aristócrata no es el que lo ha eliminado, sino el que
lo domina o lo desdeña…


… el miedo, como veis, es el bedel inevitable, pero no el preceptor de la experiencia… El ladrido
del peligro es peor que su mordisco. Dentro del zaguán pueden encontrarse acontecimientos o la
destrucción; pero el terror queda derrotado a la puerta…


… Un bienestar adormecedor se apoderó de Benham. Cada vez experimentaba una placidez
mayor. Se sentía enormemente satisfecho al ver que el miedo había huido ante él y se había
disipado. Se encontraba en ese estado de espíritu en que se piensa sin ideas, en que el espíritu es
como un cielo sin estrellas, sereno y vacío…

WELLS, H. G.: “La investigación sublime”; 15-5, 22, 26, 43




R. “…empecé a jugar en mi barrio de Utrecht con tres años, y tuve que vérmelas con chicos de
siete u ocho años. Tuve que ser mentalmente fuerte, y creo que la experiencia me convirtió en la
clase de jugador que soy. Competitivo y deseoso de tener éxito…Hay lugares que no son pacíficos.
Ondiep, el barrio en el que me crié, se hizo célebre en los últimos meses por una serie de
disturbios. Mataron a una persona y estalló la violencia. Ahora hablan de Ondiep como si fuera un
lugar importante. Pero lo cierto es que es un lugar muy duro para crecer. Un niño debe ser muy
fuerte para ser respetado. Es un problema de número. En mi época había muchísimos niños para
una sola cancha. No había lugar para todos y todos querían jugar allí. Así que no bastaba con jugar
bien. No era esa la clase de selección. Yo no jugué allí por ser bueno con el balón, sino porque
tuve que pelear contra otros niños. Si eres capaz de jugar en la calle, terminas convirtiéndote en
una persona dura (…)
P. No es normal que un centrocampista meta 20 goles en una temporada.
R. Pero si puedes hacerlo porque estás dotado, tu obligación es intentarlo. Yo siempre intento la
combinación para tirar a puerta. Tiendo a buscar la posición adecuada y disparo. Mi secreto es no
tener miedo al error. Si estoy en buena forma, si no tengo problemas musculares, no pienso ni en si
estoy apoyando bien mi pie, ni si me perfilo, ni dónde está el balón, ni dónde está la portería.
Simplemente busco el disparo. Da igual que esté un poco esquinado. Lo intento incluso cuando no
tengo la portería de frente. Es una sensación de libertad que siento cada vez que me acerco al área
contraria. Es automático. El doble perfil, el uso de las dos piernas, me ayuda mucho.
TORRES, Diego: “Mi secreto es no tener miedo al error”





Subyugar el miedo, el deseo y los celos es un asunto personal del aristócrata, es su ritual y su
disciplina, como la vela de sus armas de un caballero; pero la destrucción de la división y el

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prejuicio y de todas sus formas y manifestaciones es su verdadera tarea y es también la obra
común de toda la caballería”

WELLS, H. G.: “La investigación sublime”, 301




“No hay, ni puede haber otro camino hacia la mística que el de la propia vivencia y el propio
sufrimiento. Si faltan estas premisas, todo cuanto se diga es huero palabrerío”.

HERRIGEL, Eugen: “Zen en el tiro con arco”.






“Esto es lo irreductible, es mi habitación (me acomodo en mi silla), y no deseo que nunca llegue a
cambiar: para consuelo y solaz de mis días más oscuros, ese consuelo que me impedirá cerrar los
ojos, con los brazos cruzados, meciéndome hasta quedarme ausente, es ese conocimiento que de
mí, y solamente de mí, extraen esas flores la energía que las capacita para comunicarse consigo
mismas, con cada una de las demás, en un éxtasis de pura existencia, igual que las piedras y las
matas de los prados, que vibran de vida, con tal felicidad que ni siquiera felicidad es la palabra
exacta, porque aquí estoy yo para hacerlas vibrar con su propia variedad de conciencia material,
consciente yo de que ser distinta de ellas para siempre, de que ellas son distintas de mí, de que
nunca podré ser el rapto de pura identidad que ellas son, de que, ay, estoy para siempre
desmembrada de ellas mediante el barboteo de las palabras que en mi interior se fabrica y
refabrica, que hace de mí otra cosa, algo diferente (…) Tales son los pensamientos que se me
agolpan en las mientes cuando miro al papel de la pared, en espera de que mi respiración se
apacigüe, de que el miedo retroceda y desaparezca. Ojalá nunca hubiese aprendido a leer”


COETZEE, J.M.: “En medio de ninguna parte”, 69-70






“De cualquier desventura no debemos culpar a nadie más que a nosotros.
Sufrir no sirve para nada.
Sufrir limita la eficiencia espiritual.
Sufrir es siempre culpa nuestra.
Sufrir es una debilidad.
Hay al menos una objeción: si no hubiese sufrido, no habría escrito estas hermosas frases”

PAVESE, Cesar:”El oficio de vivir”, 135





“…la defensa y el elogio del sufrimiento nos lleva por una dirección equivocada y aquellos de
nosotros que seguimos leales a la civilización, no debemos seguir ese camino. Hay que tener la
energía necesaria para sacarle partido al dolor, para arrepentirse y para iluminarse; hay que tener la
oportunidad e incluso el tiempo para ello. Para los que sienten la religión, el amor al sufrimiento es
una forma de gratitud que se experimenta o bien una oportunidad de experimentar el mal y de
transformarlo en bien. Creen que el ciclo espiritual podrá ser completado en la existencia de un
hombre, y que este utilizará de un modo u otro su sufrimiento, aunque solo sea en los últimos
momentos de su vida, cuando la misericordia de Dios le recompense con una visión de la Verdad
el hombre morirá transfigurado”

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BELLOV, Saul: “Herzog”, 401-2


 

Cuando trabajas en algo, sea conocido o no, es muy importante aceptar que cometes errores todos
y cada uno de los días. Después de los conciertos soy muy consciente de en qué aspectos he
fallado, es una actitud que me permite conservar el buen humor. Tocar perfecto es algo frío. La
perfección no es ninguna virtud. Sólo me parece una virtud el camino”
  
 
  
PIRES, Maria Joao (Pianista) en


NEIRA, Fernando: “La perfección no es una virtud” (entrevista a Maria Joao Pires, en EL DOMINICAL, número 319
26/10/2008, pp 49-52


 

“Desde el día del entierro veía muchas cosas con mayor claridad y serenidad; su elemento terrenal
se había condensado y, no obstante, parecía más elevado y etéreo, sin por ello haber perdido
seguridad. Ahora sabía con absoluta certeza que no tenía por qué seguir temiendo la oscuridad, la
barrera de tinieblas tras la cual se hallaba antes el otro Gödicke o, mejor dicho, los otros muchos
Gödicke todos, pues aquello pertenecía simplemente al tiempo en que estuvo en la tumba. Y si
ahora aparecía alguien queriendo hacerle recordar lo otro, lo que había sucedido antes de estar
enterrado, ya no había por qué tener miedo, sino que, por así decirlo, se podía prescindir de aquel
temor con un encogimiento de hombros, porque sabía que ya no significaba nada. Ahora solo tenía
que esperar; pues, por mucho que se le aproximara, la vida que iba fraguándose a su alrededor no
tenía por qué inspirarle miedo: él ya había dejado atrás la muerte y todo lo que viniera tan solo
serviría para ir alzando cada vez más el andamio. Desde luego todavía no pronunciaba una sola
palabra ni escuchaba a las enfermeras o a los compañeros de habitación cuando le hablaban, pero
su mutismo y su sordera actuales no eran tanto desprecio y castigo para los que turbaban su paz
como defensa de su Yo y de su soledad (…) Y cuando Samwald explicaba las reuniones bíblicas
que solía frecuentar y en las que aprendía muchas cosas, cuando afirmaba que la miseria de la
guerra tenía que conducir el alma a un estado de salvación mucho más luminoso, Gödicke no le
escuchaba en absoluto, a pesar de que pareciera que aquellas palabras le traían una lejana
confirmación de su vida reencontrada y un requerimiento a ocupar un sitio en esta vida –un sitio
conveniente- y, en cierto modo, un sitio en el más allá”.

BROCH, Hermann: “Huguenau o el realismo”, 208-9

 


“Mi secreto para hacer cine es no preocuparme por nada. Lo peor que te puede pasar es que
fracases. No te vas a morir. Es sólo una película”


SCOTTT, Ridley (Director de cine)
en EL SEMANAL, num. 910, 3-9 abril 2005, Pág. 30


 

“A Lestrigones y a Cíclopes,
o al airado Poseidón nunca temas,
no hallarás tales seres en tu ruta
si alto es tu pensamiento y limpia
la emoción de tu espíritu y tu cuerpo.
A Lestrigones y a Cíclopes,

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ni al fiero Poseidón hallarás nunca,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no es tu alma quien ante ti los pone”


KAVAFIS, Konstantino: “Itaca” en “Poesías completas: , 46






“…tenemos temor cuando nos rodea la seguridad y temblamos ante la idea de desmerecer aquello
que admiramos. Mas, cuando nada hay sino el riesgo, nada podemos temer, y entonces aquello que
se quiere vuelve a presentarse, y en ese instante presentimos que llega ahora con toda pureza y con
toda legitimidad. Porque sólo lo que no se ha podido dejar de querer, ni aún queriendo, nos
pertenece”


ZAMBRANO, María:”Hacia un saber sobre el alma”, 18





“Los grandes hombres de los tiempos antiguos no soñaban cuando dormían. Despertaban sin
miedo. Comían alimentos sencillos y respiraban profundamente. Los grandes hombres respiraban
desde los talones, a diferencia de la gente mediocre de hoy, cuya respiración surge de la garganta,
como el vómito. Cómo están llenos de codicia y deseo, su naturaleza celeste se hace superficial.

Los grandes de los tiempos antiguos no concebían la idea de amar la vida ni la muerte. No les
causaba ningún entusiasmo el nacimiento. No sentían ningún pesar al entrar en la muerte. Iban y
venían libres de cuidados. Eso era todo. Se regocijaban en lo que estaba dado, pero no le
dedicaban más pensamientos.

Yo no me cuento entre los grandes, pero entiendo lo que hay que hacer (o no hacer) para parecerse
más a ellos. Tengo que renunciar a la aversión y al deseo. Tengo que complacerme en lo que
sucede, en lo dado. No debería luchar ni ejercitar mi mezquina voluntad personal.

Me arrodillé al lado de la cama y recé para convertirme en nada, para poder aceptar la vida y la
muerte, sin amar demasiado a ninguna de ellas, para poder entregarme a las corrientes de
existencia eterna que se desplazan a través de mí. Cuando me levanté, me sentí purificado y
completo. Ardía en mi corazón un nuevo espíritu, como si Dios me hubiese tocado invisiblemente.
La habitación estaba bañada de una luz tenue, con un brillo rojo (casi melocotón) sobre las paredes
desnudas; me senté en mi silla de caña y la contemplé, aprecié el olor sencillo del crepúsculo que
iluminaba mortecinamente el yeso encalado.”

PARINI, Jean: “La última estación…”, 114






“Mire, cada uno interpreta la vida a su manera. Yo intento sentirme a gusto conmigo mismo y
actúo en consecuencia…A mí me gusta vivir el presente y ahora lo que intento es disfrutar y ser
útil al club. Sólo tengo 42 años, pero suficientes para haberme dado cuenta de que la vida es
imprevisible, y el mundo del fútbol más…Yo desdramatizo mucho. ¿Sabe por qué? Porque lo que
hoy puede parecer una tragedia, dentro de tres meses es una anécdota. Hay que buscar un punto de
equilibrio entre la motivación y el estar alerta con, no voy a decir desapego, pero sí con una visión
tan sufridora. Y yo quiero llevar mi vida a ese punto. Eso no significa que en mi vida no haya

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sobresaltos que los hay, y que haya días en los que no soy feliz.

Emilio BUTRAGUEÑO

En PEREDA, Angel: “El fútbol es una expresión del alma, como cualquier otro arte”.






“Hemos olvidado cómo aparecería el mundo a los ojos de una persona que no hubiera conocido el
miedo”
HEIDEGGER, M.
Citado en MARINA, José Antonio: “Por qué soy cristiano”, 141



“Cargando con una responsabilidad demasiado grande, o mejor, con una responsabilidad
cualquiera, terminas por aplastarte. Si se te carga con todas las responsabilidades, puedes
aprovechar el momento y dejarte aplastar por su peso; pero si intentas en cambio soportarlo, verás
que no cargas nada, que tú mismo eres esas responsabilidades. Atlas pudo haber pensado que,
cuando lo quisiera, no tenía más que dejar caer el globo terrestre e irse; pero no le estaba permitida
tener otra idea que esa”.

KAFKA, Franz: “Obras completas”, tomo 4, 1.433.



“En Hawai hay un lugar que se llama Toilet Bowl. Allí chocan las olas que se retiran con las que
llegan a la playa y se forman unos remolinos impresionantes. El agua se arremolina como en la
taza del
usti. A la que en un wipe out la espiral te succiona hasta el fondo, cuesta mucho salir a
flote. Según la fuerza de las olas, es posible que no lo consigas jamás. Allá estas tú, en el fondo del
mar, zarandeado por las olas, impotente. Lo único que puedes hacer es debatirte a la desesperada
contra la potencia del agua. Y tus fuerzas van menguando. Cuando lo vives en tu propia piel,
comprendes lo terrible que es. Pero, mientras no seas capaz de superar ese pánico, no puedes
considerarte un surfista hecho y derecho. Estás solo y te enfrentas a la muerte, la conoces, logras
superarlo. En el fondo del remolino piensas en muchas cosas. En cierto sentido te haces amigo de
la muerte, empiezas a poder hablar con ella con el corazón en la mano.
MURAKAMI, Haruki: “Kafka en la orilla”, 576




“La necesidad de ser perfecto a cada instante ¿no acababa, apagaba las facultades, congelando su
ejercicio? (…) Manifestaba su amor a hurtadillas, no se atrevía a poseer la elocuencia o belleza
sino en la soledad. Desdichada a la luz del día, hubiera resultado hermosísima de habérsele
permitido vivir tan solo de noche”

BALZAC, Honoré de: “La búsqueda del absoluto”, 57

57. El arte de ser

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Un referente que no tiene par en la historia


“Lo esencial de este proceso en el que de la ilimitada vivencia del sufrimiento nace la íntima
certidumbre acerca de Dios es, por lo pronto, colocarse invariablemente fuera del sufrimiento (…)
Esa capacidad para el sufrimiento y veracidad no tiene par en la historia. Lo terrible no está
aceptado con resignación, ni soportado pacientemente, ni tampoco velado. Se insiste en la realidad
del sufrimiento; se lo enuncia. Se lo experimenta hasta la aniquilación, en la cual se percibe, en
pleno desamparo y perdimiento, ese fondo mismo, que es todo, la divinidad. Ésta, muda e
invisible, sustraída a toda representación sensible es la única realidad. El extremado realismo que
no oculta los espantos de la existencia se conjuga con el fundamento en lo absolutamente inasible
(…) Jesús es culminación de esa capacidad para el sufrimiento (…) Expone su incondicionalidad
al mundo que sólo admite condicionalidad (…) Su realidad consiste en arriesgarlo todo en el
cumplimiento de la misión divina: decir la verdad y ser veraz (…) En esta figura preformada, la
cruz, tiene lugar el cercioramiento de lo esencial en el fracaso de todo lo que es mundo”

JASPERS, Kart: “Los grandes filósofos. Los hombres decisivos: Sócrates, Buda, Confucio, Jesús”, 220-1








2.3.3.- El mal, el dolor, la muerte.




“Su cerebro estaba siempre taladrado por la pena, por ese tenaz monstruo íntimo de zumbido
cabrón, que parecía estar siempre recordándole que nada podía ser en la vida sin él, sin el mal, sin
aquel ruido de fondo, sin aquel crujido tan despiadado, implacable; siempre recordándole que el
mal, el rumor de las hojas secas, era pieza imprescindible del mecanismo diabólico de su relojería
mental
VILA-MATAS, Enrique: “Dublinesca”, 44-5




“(…) en algún lugar del interior la sensación de que el salvajismo, el salvajismo extremo, lo
rodea… toda esa vida misteriosa y primitiva que se agita en el bosque, en las selvas, en el corazón
del hombre salvaje. No hay iniciación para tales misterios. Ha de vivir en medio de lo
incomprensible, que es también detestable. Y hay en todo ello una fascinación que comienza a
trabajar en él. La fascinación de lo abominable
(…) Lo único que la redime es la idea. Una idea
que la respalda: no un pretexto sentimental sino una idea; y una creencia generosa en esa idea, en
algo que se puede enarbolar, ante lo que uno puede postrarse y ofrecerse en sacrificio…

CONRAD, Joseph: “El corazón de las tinieblas”, 38-9





“Vosotros sabéis que odio, detesto, me resulta intolerable, la mentira
, no porque sea más recto que
los demás, sino porque sencillamente me espanta. Hay un tinte de muerte, un sabor de mortalidad
en la mentira que es exactamente lo que más odio y detesto en el mundo, lo que quiero olvidar. Me
hace sentir desgraciado y enfermo, como la mordedura de algo corrupto”.

58. El arte de ser

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CONRAD, Joseph: “El corazón de las tinieblas”, 74





“Es un gran misterio. El hombre no puede conocer su mente porque la mente es el único medio de
que dispone para conocerla. Puede conocer su corazón, pero no quiere. Y hace bien. Es mejor no
mirar ahí dentro. No es el corazón de una criatura que siga el camino que Dios le ha marcado. Se
puede encontrar maldad hasta en el más pequeño de los animales, pero cuando Dios creó al
hombre el diablo estaba a su lado. Una criatura capaz de todo.”



McCARTHY, Cormac: “Meridiano de sangre”, 31-2




“¡Un alma! Si hay alguien que ha luchado con un alma yo soy ese hombre. Y no es que estuviera
discutiendo con un lunático. Lo creáis o no, el hecho es que su inteligencia seguía siendo
perfectamente lúcida…concentrada, es cierto, sobre él mismo con horrible intensidad, y sin
embargo con lucidez. (…) Pero su alma estaba loca. Al quedarse solo en la selva había mirado en
su interior, y ¡cielos!, puedo afirmarlo, había enloquecido”

CONRAD, Joseph: “El corazón de las tinieblas”, 145




“(…) el instante supremo, eterno e intemporal, en que el tiempo y el espacio se precipitan uno en
otro”

BROCH, Hermann: “Los inocentes”, 246



“Nuestra generación está bajo la amenaza de que el hombre apartado de la cercanía de Dios, se
precipite en lo animal, peor aún, en lo infraanimal, ya que las bestias nunca han tenido un Yo que
perder. Nuestra indiferencia, ¿no señala el comienzo de nuestra caída hacia lo animal? (…)
Nuestra misión es demasiado grande, y por eso nos amparamos en la indiferencia. La fuerza de
expansión de nuestro Yo es demasiado intensa para nosotros. No se le pueden poner diques (…)
En consecuencia, dado que no es posible vencer la soledad, ni la vida tiene sentido sin el sueño, las
revoluciones han intentado fabricar un nuevo sueño,
ustituyendo los hombres actuales por las
generaciones futuras, por hijos y nietos. En beneficio de estos está permitido matar”

BROCH, Hermann: “Los inocentes”, 262-3




“Allá estaba el infierno, la semilla del infierno, pero no la única, sino una de las muchas esparcidas
por el mundo, aunque quizá en Alemania más que en otra parte. La amenaza del infierno se cobija
en todas partes dentro de la inocencia”.

BROCH, Hermann: “Los inocentes”, 167

59. El arte de ser

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“En política, la indiferencia es ética, y está emparentada, en definitiva, con la perversión ética”.


BROCH, Hermann: “Los inocentes”, 167



“Por otra parte, verá usted que aquí la muerte no produce gran impresión, Quien creyera que
puede impresonarnos muriéndose, moriría en vano. Aquí sólo nos impresiona la vida. He notado
que la mayoría suelen morirse por los alrededores de Navidad…, por mero sentimentalismo”.

FRISCH, Max: “No soy Stiller”, 127-8


2.3.4.- El tedio, el hastío – la alegría de vivir


“Jed continuó sus paseos durante todo el mes de octubre, si es que se puede llamar paseos a una
marcha casi automática en que ninguna impresión exterior le llegaba al cerebro, en que tampoco
ninguna meditación o proyecto le llenaban, y cuyo único objeto era que el atardecer le dejara en un
estado de suficiente fatiga”

HOULLEBECQ, Michel: “El mapa y el territorio”, 102





“Mi pánico: la repetición (…) ¡La repetición! Ya sé que todo depende de que uno logre no esperar
que su vida sea algo independiente de la repetición, sino por lo contrario, convertir esa inevitable
repetición en su propia vida, diciendo; éste soy yo; y ello por voluntad propia (a pesar de todas las
imposiciones). Pero siempre (he aquí también la repetición), una palabra, un gesto que me asusta,
un paisaje evocador bastan para que todo en uno vuelva a ser fuga, fuga sin esperanza, hacia donde
sea, únicamente por miedo a la repetición”.

FRISCH, Max: “No soy Stiller”, 70,1




“La dura labor de un barco agotado y superexplotado había acumulado aquella masa ennegrecida
de documentos. Massy los guardaba bajo llave y candado, como un tesoro. Lo mismo que la
experiencia de la vida, tenían la fascinación de la esperanza, la excitación de un misterio a medio
entrever, las nostalgia de un deseo semisatisfecho”.

CONRAD, Joseph: “Situación límite”, 108-9






“La tarea de ablandar el ladrillo todos los días, la tarea de abrirse paso en la masa pegajosa que se
proclama mundo, cada mañana topar con el paralelepípedo de nombre repugnante, con la
satisfacción perruna de que todo esté en su sitio., la misma mujer al lado, los mismos zapatos, el
mismo sabor de la misma pasta dentrífica, la misma tristeza de las casas de enfrente, del sucio
tablero de ventanas de tiempo con su letrero ‘Hotel de Belgique’…Cuando abra la puerta y me
asome a la escalera, sabré que abajo empieza la calle; no el molde ya aceptado, no las casas ya
sabidas, no el hotel de enfrente; la calle, la viva floresta donde cada instante puede arrojarse sobre
mí como una magnolia, donde las caras van a nacer cuando las mire, cuando avance un poco más,

60. El arte de ser

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cuando con los codos y las pestañas y las uñas me rompa minuciosamente contra la pasta del
ladrillo de cristal, y juegue mi vida mientras avanzo paso a paso para ir a comprar el diario a la
esquina”

CORTAZAR, Julio: “Historias de cronopios y de famas”, 13 y14








“El hastío parte del esfuerzo inútil….El hastío es la convicción de no poder cambiar. Empieza uno
a inquietarse por la pérdida de matices en el propio carácter y el desfavorable parangón con el
prójimo que uno se huele… El hastío es, en el aspecto sociable de uno mismo, la manifestación del
poder insito en la sociedad…El poder humano, esclavizado, solloza en silencio del hastío, su
acérrimo antagonista. El hastío, por consiguiente, puede surgir de la cesación de funciones
habituales, aunque estas resulten aburridas de por sí. Suelta el alarido de una capacidad no vuelta
en acción, de la condenación de no realizar ningún magno propósito, de no formar parte de un
designio maestro. De la obediencia que no se presta de buena gana, porque nadie sabe solicitarla
como es debido. De la armonía que no se logra. Lo que se oculta tras el hastío es todo ello… Y van
vislumbrándose las infinitas posibilidades del tema”..

BELLOV, Saul: “Las aventuras de Augie March”, 669 y 670.




“Cierto que la búsqueda humana de sentido y de valores puede nacer de una tensión interior y no
de un equilibrio interno. Ahora bien, precisamente esa tensión es un requisito de salud mental (…)
la salud psíquica precisa un cierto grado de tensión interior, la tensión existente entre lo que uno ha
logrado y lo que le queda por conseguir, o la distancia entre lo que uno es y lo que debería llegar a
ser. Una tensión de esta naturaleza es inherente al ser humano y, por consiguiente, indispensable
para su bienestar psíquico (…) El hombre no necesita realmente vivir sin tensiones, sino esforzarse
y luchar por una meta o una misión que le merezca la pena (…) El vacío existencial se manifiesta
precisamente en un estado de tedio (aburrimiento) (…) Todo ello sin contar que, con frecuencia, el
vacío existencial se presenta bajo máscaras y disfraces. A veces, la frustración de la voluntad de
sentido se compensa mediante la voluntad de poder, hasta en su expresión más tosca: la voluntad
de tener dinero. En otras ocasiones, el vacío de la voluntad de sentido se rellena con la voluntad de
placer”

FRANKL, Victor: “El hombre en busca de sentido”, 127-139





“… En el fondo en la vida hay algo que merece la pena si el alma no es raquítica, y que es
necesario luchar contra el raquitismo de determinados días, cuando el manantial parece haberse
secado, porque de repente la fuente empieza otra vez a manar, tú ya no te lo esperabas y qué
hermoso, llega un chorro de agua fresca que te inunda, te revigoriza, te arrastra…”

TABUCCHI, A: “Tristano muere”, 38





“Mientras quede luz no renunciéis a la alegría de vivir. Si llegarais a dar todos vuestros besos,
daríais demasiados pocos. Y al igual que caen las hojas de las guirnaldas marchitas que veis

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derramadas sobre las copas y allí flotando, así para nosotros, que ahora como amantes esperamos
tanto, quizá el destino nos quite el mañana”

PROPERCIO:”Elegías”






“En realidad la alegría no es sino el sentido moral de un alma que ha descubierto el verdadero
camino de la felicidad, cuya desnudez no se avergüenza de sí misma”

DURRELL, Lawrence:”Balthazar”, 58




“No culpes a la vida cotidiana porque te parezca pobre, cúlpate a ti mismo por no ser
suficientemente poeta como para darte cuenta de su riqueza”

SZYMBORSKA, Wislawa; entrevista en Babelia-El País, n. 678, 20 nov 2004, 11


2.3.5.- Un infierno personal



“Haller es uno de los que están a caballo entre dos épocas, de los que han perdido toda estado de
seguridad e inocencia, de los que tienen como destino vivir la completa inseguridad de la
existencia humana, sublimada en forma de martirio e infierno personales”

HESSE, Herman: “El lobo estepario”, 709

“Había aprendido mucho de lo que las personas dotadas de buen entendimiento pueden aprender, y
era un hombre bastante inteligente. Pero había una cosas que no había sido capaz de aprender:
estar contengo consigo mismo y con su vida. No podía conseguirlo, era un hombre insatisfecho”

HESSE, Herman: “El lobo estepario”, 726


2.4.- Liberación. La percepción consciente


”He conocido la felicidad, pero no es lo que me ha hecho más feliz”

O’TOOLE, Outil
En VILA-MATAS, Enrique: “Dietario voluble”, 111







“-Habrás oído que en este mundo no hay sino devorar o ser devorado…
- Sí, burlarse de otros o ser burlado.
- No; cabe otro término tercero y es devorarse a sí mismo, burlarse de sí mismo uno. ¡Devórate! El
que devora goza, pero no se harta de recordar el acabamiento de sus goces y se hace pesimista; el
que es devorado sufre, y no se harta de esperar la liberación de sus penas y se hace optimista.
Devórate a ti mismo, y como el placer de devorarte se confundirá y neutralizará con el dolor de

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ser devorado, llegarás a la perfecta ecuanimidad de espíritu, a la ataraxia; no serás sino un mero
espectáculo para ti mismo (…)
- Sí, el segundo nacimiento, el verdadero, es nacer por el dolor a la conciencia de la muerte
incesante, de que estamos siempre muriendo. Pero si te has hecho padre de ti mismo es que te
has hecho hijo de ti mismo también”.



UNAMUNO, Miguel de: “Niebla” en “Obra escogida”, 523-4




“¡Cada momento es sagrado! ¡Dale claridad, significación, peso, mediante la conciencia,
llenándolo del modo más honesto y digno! Lleva la contabilidad del día, rinde cuenta de su
empleo.”.


MANN, Thomas: “Carlota enWeimar”, 332





“Las identificaciones más habituales del ego guardan relación con las posesiones, con el trabajo,
con tu estatus y reconocimiento social, el conocimiento y la educación, con la apariencia física,
con las habilidades personales, con las relaciones, con tu historia personal y familiar, con los
sistemas de creencias y también con las identificaciones colectivas: nacionales, raciales, religiosas
y otras. Ninguna de estas identificaciones es tú.
¿Te da miedo saberlo? ¿O te produce alivio? Antes o después tendrás que renunciar a todas esas
cosas. Quizá aún te resulte difícil de creer, y ciertamente no te estoy pidiendo que creas que tu
identidad no se halla en ninguna de estas cosas. Llegarás a saber la verdad de mi afirmación por ti
mismo. A más tardar, lo sabrás cuando sientas que la muerte se acerca. La muerte te desnuda de
todo lo que no eres tú. El secreto de la vida es ‘morir antes de morir’ y descubrir que no hay
muerte”

TOLLE, Eckhart: “El poder del ahora”, 64








“Pero a oídos de Zuckerman todo aquello era lo más a que podía aspirar un hombre, el final de la
búsqueda que conduce a la liberación de uno mismo”

ROTH, Philip: “La lección de Anatomía” en “Zuckerman encadenado”; 483,





“Con frecuencia se ha sentido usted muy hastiado de la vida, deseaba verse libre de ella, ¿verdad?
Anhelaba usted abandonar este tiempo, este mundo, esta realidad y entrar en otra realidad más
conforme a su manera de ser, en un mundo intemporal. Hágalo, mi querido amigo, le invito a ello.
Sabe perfectamente dónde está escondido ese otro mundo: es el mundo de su propia alma lo que
usted busca. Sólo en el propio yo de usted alienta esa otra realidad que usted ansía. No puedo darle
nada que no exista ya dentro de usted mismo (…) Sin duda alguna, habrá descubierto hace ya
tiempo que el vencimiento del tiempo, la liberación de la realidad o como quiera usted llamar a su
anhelo, no es otra cosa que el deseo de desembarazarse de lo que se conoce como su personalidad.

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Esa prisión donde usted se encuentra encerrado”


HESSE, Herman: “El lobo estepario”, 848-9







"Cultivar el arte de la percepción consciente (...) sin juicios ni pretextos (...) Hemos de aprender a
'sorprendernos en el acto' de comportarnos según los dictados de nuestra personalidad, a ver cómo
nos manifestamos (...) de modo mecánico y no libre (...) Despertarnos del trance de la
personalidad (...) 'observar y dejar pasar' los hábitos y mecanismos de nuestra personalidad que
nos han atrapado"

RISO y HUDSON, "La sabiduría del eneagrama", 49-54





“Yo lo llamo presencia (…) Enfoca tu atención en lo que sientes dentro de ti. Identifica el cuerpo-
dolor y acepta que está ahí. No pienses en él, no dejes que el sentimiento se convierta en
pensamiento. No juzgues ni analices. No te fabriques una identidad con el dolor. Mantente
presente y continúa siendo un observador de lo que ocurre dentro de ti. Toma conciencia no sólo
del dolor emocional, sino también de ‘aquél que lo observa’, el testigo silencioso. Éste es el poder
del ahora, el poder de tu propia presencia consciente. Observa qué ocurre a continuación”

TOLLE, Eckhart: “El poder del ahora”, 59






Un método: la liberación del eneagrama.

VERLO
DECIRLO
SENTIRLO
PERMANECER EN ELLO
RELAJARSE
RESPIRAR
RECONECTAR
REENMARCAR
PRESENCIA

Ver RISO y HUDSON, "La sabiduría del eneagrama", .375 y ss.




“(…) era menester que yo recobrase, con ayuda ajena, el perdido dominio de mí mismo y de mis
energías (…) Cuanto más nos exigimos, o cuanto más exige de nosotros la tarea del momento,
tanto más necesario nos es contar con la fuente energética de la meditación, con la conciliación
(constantemente renovada) del alma y del espíritu. Cuanto más intensamente nos solicita un
quehacer (y podía citar muchos ejemplos más), cuanto más nos acucia y levanta, y nos cansa y
oprime, tanto más probablemente será que descuidemos esa fuente de la misma manera que
estando completamente entregados a un trabajo intelectual, nos inclinamos fácilmente también a

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descuidar nuestro cuerpo y atenciones. Los hombres realmente grandes de la Historia universal, o
bien se aplicaron a la meditación, o bien acertaron a recorrer inconscientemente las vías por que
nos conduce la meditación. Los demás, aun los más dotados y fuertes, al final fracasaron y
sucumbieron, porque su propio cometido, o su sueño ambicioso, hizo presa en ellos, los poseyó,
los convirtió en posesos, hasta tal extremo, que perdieron del todo esa facultad de irse liberando y
distanciando cada vez más de las cosas actuales”

HESSE, Herman: “El juego de los abalorios”, 247




“Has perdido todo este tiempo tratando de ponerte de acuerdo con una concepción imaginaria del
daño que te infligieron. Procura liberarte de esa culpa inventada, de decirte que aquello fue
agradable e insignificante. ¡Toda neurosis esta cortada a medida! (…) Todos somos prisioneros de
las radiaciones emocionales que emitimos los unos hacia los otros, tú mismo lo has dicho. Tal vez
nuestro único mal sea el hecho de desear una verdad que no somos capaces de soportar, en vez de
contentarnos con las ficciones de nosotros mismos que fabricamos”

DURRELL, Lawrence: "Clea", 62-3



“Lo primero que tiene que hacer es saber y comprender intelectualmente lo que quiere pintar;
luego soñar despierta, hasta que lo logres. El verdadero obstáculo es siempre uno mismo. Creo que
los artistas estamos hechos de vanidad, indolencia y un exceso de autoestima. Los bloqueos como
el suyo se deben a una excrescencia del ego en alguno de esos frentes, acaso en todos. ¡Uno se
asusta un poco de la importancia imaginaria de lo que hace! ¡La Adoración en el espejo! La
solución que le sugiero es que aplique una cataplasma en las partes inflamadas, que mande su ego
al demonio para que no termine por convertir en miseria aquello que en esencia debería ser pura
gracia, alegría”.


DURRELL, Lawrence: “Clea”, 113



“Cualquier poeta le dirá que la enfermedad básica es el ego que, cuando se hincha, engendra
tensión, dislocando la realidad. Entonces interviene lo desconocido con sus gnomos y
Doppelgängers. Pero una vez percibe usted este sencillo hecho, se desprende el positivismo como
un manto. La moneda cae, el jeton pone en marcha el mecanismo, y tiene usted al mismo Dalai
Lama en la línea. Lo que sale ahora es poesía: ¡ese elevado acto aberrante de la naturaleza! Está al
otro lado de una crisis de identidad, el punto de tensión, el punto de inflamación, el molinete.
Cuando uno se encuentra en estas aguas en calma, lee nuevos significados en las cosas”

DURRELL, Lawrence "Constance", 125



“! El único arte que hay que aprender es cómo cooperar con la realidad y con lo inevitable ¡ Claro
que al instante se reprochó haber hecho una formulación un tanto falaz como aquélla; pero, al
mismo tiempo, reconoció que procedía de su práctica del yoga, ¡de la fidelidad a la introspección y
al oxígeno!”


DURRELL, Lawrence: “Quinx”, 261

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“La verdad no es fruto de una comparación racional entre palabras, pensamientos y objetos, sino
que es algo infinitamente más esencial que la simple constatación utilizada por la razón objetiva
cuando trabaja sobre diferencias físicas o metafísicas. Tan sólo cuando uno trasciende eso que
llamamos mente científica: las imágenes, las ideas, y el pensamiento… y es, a su vez, capaz de
acallar el ruido de los conceptos, es cuando podrá el ser humano ver irrumpir en sí mismo ese
estado –estado natural- en que se constata de manera directa la verdad que emana del silencio. La
Verdad, así, con mayúsculas; la Verdad no como fruto de una reflexión o comparación sino como
manifestación, como revelación (…) el vivir verdadero es gozo, gozo porque sí, gozo sin objeto
(…) Mas, ¿no será esto otra ilusión histórica, otra alienación religiosa más, o un engaño mágico
provocado por el juguetón duende maligno que tanto alarmaba a Renato Descartes? Por eso es
capital responder a las cuestiones de cómo el ser se expresa, en qué criterios podemos fiarnos, para
no caer en el engaño de querer salir de una falsa conciencia entrando en otra aún más ilusoria. Y la
respuesta es el ejercicio, la atención, el ejercicio, la atención, el ejercicio, la atención (…) Se trata
de dejarse solicitar por la vida más allá del ego. (…) La práctica del Zen parte del presupuesto de
mantener constantemente la observación y la exploración, así como no perderse en los
pensamientos y sentimientos que constantemente pasan por nuestra cabeza. Hay que dejarlos pasar
para no darles fuerza. Por eso el Zen es vigilancia, atención sin esfuerzo carente de la más mínima
búsqueda de provecho alguno, es decir, la vigilancia sin más, la atención desnuda, la
contemplación sin objeto, la mirada sin propósito alguno en ese estar alerta (…) Y esa serena
aceptación acabará, mediante el ejercicio cotidiano, de dar la bienvenida a una nueva dimensión
(…) En la práctica del Zen no se trata de despreciar el pensamiento y su razón lógica, sino de no
monopolizar el conocimiento que de ellos se desprende al identificarnos sólo con el modelo
objetivo-racional”.


REDONDO BARBA, Rafael: “Zen”, en ORTIZ-OSES, Andrés; LANDEROS, Patxi (Directores) y Otros: “Diccionario de
la existencia. Asuntos relevantes de la vida humana”, 617-620





“Iluminación significa elevarse por encima del pensamiento, no volver a caer a un nivel por debajo
del pensamiento, el nivel del animal o de la planta (…) Cuando empleas la mente, y en particular
cuando necesitas dar una solución creativa a algo, vas oscilando cada pocos minutos entre la mente
y la quietud, entre la mente y la no-mente. La no-mente es conciencia sin pensamiento. Sólo la no-
mente permite pensar creativamente, porque da al pensamiento un poder real. El pensamiento por
sí solo, desconectado del vasto campo de la conciencia, se convierte rápidamente en algo estéril,
insano, destructivo”

TOLLE, Eckhart: “El poder del ahora”, 44




“Y por primera vez, en la noche ardiente, apoyada la espalda en la piedra, comencé a aceptar mi
pasado. Y, al aceptarlo, los recuerdos acudieron tumultuosamente a mi memoria. Parecía que en
aquel instante hubiera aprendido sin esfuerzo alguno el arte de espiarme a mí mismo (…) Yo era
mis experiencias. Y mis experiencias eran yo. Y ningún ciego, por mucho poder que adquiriera, ni
aunque llegara a ser el dueño del mundo, podría quitarme mi pasado, ni alterar un solo temblor,
una sola tensión, risa, llanto, herida, dolor, enojo, pena o sufrimiento(…) Cuanto más pensaba en
este nuevo programa de actuación, más fascinado me sentía por las posibilidades que ante mí
desplegaba. ¿Cómo pude tardar tanto en descubrirlo? ¡Si me hubiera enterado antes, mi vida habría
sido muy distinta! ¿Cómo fue posible que no advirtiera la existencia de este vasto mundo de
posibilidades!”.

ELLISON, Ralph: “El hombre invisible”, 518-9



2.5.- Personalidad elegida. El proyecto vital.

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“(…) la pequeña vida tranquila de Juliette no había sido ni pequeña ni tranquila, sino plenamente
vivida y elegida”

CARRÈRE, Emmanuel: “De vidas ajenas”, 173





“A partir de cierto punto no hay retorno. Ese es el punto que hay que alcanzar”

KAFKA, Franz: "Obras completas", T. IV, p. 1473







Uno siempre responde con su vida entera a las preguntas más importantes. No importa lo que diga,
no importa con qué palabras y con qué argumentos trate de defenderse. Al final, al final de todo,
uno responde a todas las preguntas con los hechos de su vida: a las preguntas que el mundo le ha
hecho una y otra vez. Las preguntas son éstas: ¿Quién eres?... ¿Qué has hecho de verdad?... ¿Qué
has sabido de verdad?... ¿A qué has sido fiel o infiel?... ¿Con qué y con quién te has comportado
con valentía o con cobardía?... Éstas son las preguntas. Uno responde como puede, diciendo la
verdad o mintiendo, eso no importa. Lo que sí importa es que uno al final responde con su vida
entera”.

MÁRAI, Sándor: “El último encuentro”, 107






“Distingo tres etapas en la emergencia de la personalidad... Personalidad recibida: es la matriz
personal, genéticamente condicionada. Personalidad aprendida: es el carácter. Personalidad
elegida... Incluye el proyecto vital, el sistema de valores, el modo de desarrollar ese proyecto en
esa circunstancia...

Una personalidad elegida se define por tres elementos:
- Su proyecto vital
- La negociación con su propio carácter
- La negociación con la realidad.


MARINA, José Antonio: “Aprender a vivir”, 42-3 y 183





“Uno tiene que haber confiado en su propia capacidad de marcar una diferencia; una diferencia en
el curso de su propia vida, pero también en el mundo en que vive esta vida. Para decirlo en pocas
palabras: uno tiene que haber creído que es un artista capaz de crear y dar forma a las cosas de la
misma manera que podría ser un producto de esta creación y conformación (…) La vida no puede
no ser una obra de arte si es una vida humana, la vida de un ser dotado de voluntad y libertad de
elección. La voluntad y elección dejan su huella en la forma de vida, a pesar de todos los intentos

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de negar su presencia y ocultar su poder asignando un papel casual a la presión abrumadora de
fuerzas externas que imponen el ‘debo’ donde debería estar el ‘quiero’, y de este modo reducen la
escala de elecciones plausibles. (…) La vida humana consiste en una confrontación perpetua entre
‘condiciones externas’ (percibidas como realidad, por definición algo que siempre se resiste, y a
menudo desafía, a la voluntad del agente) y los designios de sus ‘auctores’ (…) La ‘elección de un
proyecto de vida’ significaba la ‘elección de las elecciones’, la metaelección que determinaría de
una vez por todas, de principio a fin, todo el resto de elecciones (subordinadas, derivadas,
ejecutorias)”


BAUMAN, Zygmunt: “El arte de la vida. De la vida como obra de arte”. 68-9 y 84



“El evangelio según Shrike. Dejadme que os hable de su vida. Se despliega ante mí como un rollo
de pergamino. Primero, en la aurora de su infancia, radiante de inocencia pura, como una estrella
lavada por la lluvia, prosigue su fatigoso camino a la Universidad de los Duros Golpes. Después,
un joven ya, se lanza hacia la noche desde la cama de su primera puta. Y luego, el hombre, Miss
Lonelyhearts el hombre luchando valientemente para llevar a cabo un ideal elevado, su carrera
delimitada por una altiva meta. Pero, ¡oh, cielos!, frío y desdeñoso, el mundo acumula obstáculo
tras obstáculo en su camino; cuando considera que la meta está próxima, una voz de trueno le
ordena: ‘Alto, y él piensa: ‘Que cada uno de los obstáculos sea uno de los peldaños de tu escala’.
‘Alto, más alto, sube.’ Y así va ascendiendo, un fatigoso travesaño y luego otro, y así se impulsa a
sí mismo, jadeante de fuego sagrado. Y así…”


WEST, Nathanael: “Miss Lonelyhearts”, 139-140



“P. Escuchándole tocar en directo, se tiene la certeza de que existe un hilo argumental
sólido en sus improvisaciones.
R. No es algo de lo que pueda hablar demasiado porque, mientras improviso, las cosas
pasan demasiado deprisa y no tengo tiempo de pensar. Improvisar es como vivir un trance
espiritual, no es algo que se pueda analizar mediante la razón. La esencia de la improvisación es
permitir que la música surja por sí misma. Es un ir siempre adelante: no puedo quedarme tocando
cosas que ya sé. El mayor obstáculo con el que me encuentro ahora para desarrollar mis ideas es la
edad. No puedo practicar diez horas al día como hacía cuando era joven. Ahora tengo dificultades
incluso para soplar a través del instrumento.
P. Dígame qué es lo que impulsa a seguir en la brecha.
R. Lo mismo que cuando empecé: la búsqueda de algo que no creo haber encontrado
todavía. Es algo que quiero expresar con mi música. El qué, no lo sé. Sé que está ahí. Quizá sea lo
que algunos llaman el ‘acorde perdido’…sólo sé que trabajo en ello y espero aproximarme poco a
poco a mi objetivo. Quizá nunca llegue a conseguirlo pero sé que estoy en el buen camino. La vida
es corta y no puedes pensar en hacerlo todo en una sola vida”.


GARCIA MARTINEZ, José María: “Sonny Rollins: ‘Improvisar es como vivir en un trance espiritual’”, 3
(Sonny Rollins: saxofonista, una de las grandes glorias de la historia del jazz)






“- ¿Qué es para usted cantar?
- (…) para mí cantar es la expresión física, emocional, espiritual e intelectual de mi alma
(…)
- El suyo es un repertorio musical amplísimo y muy variado. ¿Cuál es el secreto para
abordar diferentes estilos?
- No hay secreto. Es sólo una asombrosa y constante curiosidad por buscar cuán profunda

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es la expresión que surge de mi interior, ya sea interpretando una canción de Cole Porter
o un aria de Wagner. Es mi propio deseo y entusiasmo por investigar y profundizar en
ello lo que me ha llevado a abordar un repertorio tan amplio y ecléctico. Lo más divertido
de todo es usar la mente en el fantástico proceso de búsqueda”


NORMAN, Jessye (Soprano, mito de la interpretación clásica y operística, Jazz Singer)
MORGADES, Lourdes: “Sólo se conecta con el público con honestidad”


 


“- Minino de Cheshire...: ¿te importaría decirme, por favor, qué dirección debo tomar desde aquí?
- Eso depende en gran medida de adónde quieres ir –dijo el Gato.
- No me importa mucho adónde... –dijo Alicia.
- Entonces, da igual la dirección –dijo el Gato.
- ... con tal de que llegue a alguna parte –añadió Alicia a modo de explicación.
- ¡Ah!, ten la seguridad de que llegarás –dijo el gato-, si andas lo bastante”


CARROLL, Lewis: “Alicia anotada”, 85


 


“No somos más que mutantes. Y ahí radica nuestra belleza. Y ahí está la diferencia entre nosotros
y una vaca: que nosotros somos la única especie animal que ha decidido, por fantasía, asumir el
control de la dirección, de la velocidad y de la calidad de nuestra curva de mutación. Eso es
extraordinario, pero implica tener claro que no somos lo definitivo, sino una mera transición. Hace
cinco minutos usted y yo éramos otros (...) lo que más me aterroriza de la sociedad actual es el
corto plazo, ver cómo la gente se desplaza dentro de su propio segmento olvidando por completo
de dónde viene y sin tener ni la más remota idea de adónde va. ”
 
STARK, Philippe
en HERMOSO, Borja: "Philippe Starck: 'Es vital saber ser diferente' ", pp 39-40.


 

“…desde hacía generaciones nadie se había planteado nunca que en una vida pudiera caber más
que una única vida: y una única locura. Con premisas de este tipo, bastaba con que uno tuviera
talento y la suerte de estar vivo para hacer lo que quisiera hacer (…) Se sentía atraída por la
pérfida perspectiva de violentar el alma doméstica de aquél hombre, revelándole cuán profunda
puede ser una pasión y cuán sofisticado un destino (…) Pensó entonces en el caos de todas las
vidas, y en el arte refinado de las cosas que saben articularlo en una sola figura, completa. Y
comprendió qué es lo que nos conmueve en los libros, en la mirada de los niños y en los árboles
solitarios, en medio del campo”.

BARICCO, Alessandro: “Esta historia”, 290, 297 y 307




2.6.- Producir significados




 

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"No es cierto que verba volant. Verba manent. De todo lo que somos, de todo lo que fuimos,
quedan las palabras que hemos dicho. Perduran las palabras... Las palabras que testimonian"

TABUCCHI, A: "Tristano muere", 184






“Es cosa notable... cuánto dependen los seres humanos de las manifestaciones. El hombre es el
animal que expresa un acontecimiento. No vive en las cosas, sino en las ideas expresadas.”


WELLS, H.G.: “La investigación sublime”, 167





"De la palabra a los actos, che; en general sin verba no hay res"

CORTAZAR, Julio: "Rayuela", 480.





“Vivir es tan solo producir significados: un poderoso ejercicio de locuacidad. Mientras signifiquen
algo los significados que he descubierto en el mundo, yo sigo viviendo”

SARTRE, Jean-Paul
Citado en MARINA, José Antonio: “Autobiografía de Jean-Paul Sartre”






“El estadillo de la inteligencia humana ocurrió cuando un peludo animal bípedo comprendió un
‘signo’. Algo presente representaba una cosa ausente. Y manejando signos podía organizar su trato
con la realidad y consigo mismo. En ese momento se lanzó a ‘significar’, a convertir en
significado la realidad entera. Mantuvo el pasado, recapacitó sobre el presente, imaginó el futuro.
Debió de sentir una ebriedad todopoderosa. Continuaba viviendo en los bosques, pero ahora, como
dijo Baudelaire, ‘eran bosques de significados’. Apareció así no sólo el lenguaje, sino la
duplicación o triplicación de la realidad. Cada cosa podía ser pensada mediante un signo, y podía
a su vez ser signo de otra cosa desconocida. Puedo representar el sol por la palabra sol. Pero, a su
vez, el mismo sol puede convertirse en símbolo del conocimiento, de la vida o de la divinidad. Lo
visto se convirtió en símbolo de lo no visto. El comportamiento comenzó a dirigirse mediante
irrealidades inventadas, en vez de mediante estímulos recibidos (…) en realidad nuestra esencia
consiste en ser ‘significativos’, en crear signos, puntos de ruptura, irrealidades a realizar,
religiones”

MARINA, José Antonio: “Por qué soy cristiano”, 143-5.




“Los dos problemas capitales (...) son: el de la Inmadurez y el de la Forma. Es un hecho que los
hombres están obligados a ocultar su inmadurez, pues a la exteriorización sólo se presta lo que ya
está maduro en nosotros (...) ¿No veis que vuestra madurez exterior es una ficción y que todo lo

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que podéis expresar no corresponde a vuestra realidad íntima? Mientras fingís ser maduros vivís,
en realidad, en un mundo bien distinto. Si no lográis juntar de algún modo más estrecho esos dos
mundos la cultura será siempre para vosotros un instrumento de engaño.
Pero (...) no sólo (...) lo que podríamos llamar la inmadurez natural del hombre, sino ante todo de
la inmadurez, lograda por medios artificiales: es decir que un hombre empuja al otro en la
inmadurez y que también -¡qué raro!- del mismo modo actúa la cultura (...) es justamente nuestro
anhelo de madurez lo que nos arrastra hacia esa inmadurez número dos, inmadurez artificial –y
nuestro anhelo de forma el que nos lleva a una forma mala. Parecidos a alguien que temiese su
propia desnudez, echamos mano a cualquier vestimenda a nuestro alcance, aún la más grotesca, y
así se crea ese mundo hecho de indolencia, insuficiencia, no-seriedad e irresponsabilidad, mundo
de la subcultura, de las formas caducas, malogradas, desviadas e impuras, donde se desarrolla
nuestra vida íntima (...) Y lo importante es que todo eso se efectúa por vía formal (...) El supremo
anhelo (...) es encontrar la forma para la inmadurez. Pero esto es imposible (...)
¿Qué nos queda entonces por hacer? (...) tomar distancia frente a la forma. Cuando logremos
compenetrarnos bien con la idea de que nunca somos ni podemos ser auténticos, que todo lo que
nos define –sean nuestros actos, pensamientos o sentimientos- no proviene directamente de
nosotros sino que es producto del choque entre nuestro yo y la realidad exterior, fruto de una
constante adaptación, entonces, a lo mejor la cultura se nos volverá menos cargante”

GOMBROWICZ, Witold: Prólogo para la primera edición castellana a “Ferdydurke”, 16-9




“Sin luz, no sólo soy invisible, sino que carezco de forma. Y no tener conciencia de la propia
forma equivale a vivir en la muerte. En cuanto a mí respecta, debo reconocer que, tras haber
existido durante unos veinte años, no comencé a vivir hasta que descubrí la invisibilidad”

ELLISON, Ralph: “El hombre invisible”, 14






“…siento que por fin he encontrado mi auténtica forma, que soy capaz de llevar lejos, y ante la
cual el pálido arte menor de la narrativa, tal como lo he practicado, sólo ha sido para mí un
sustituto limitado y restringido”

LODGE, David: “¡El autor, el autor!, 173





“El problema que se plantea a esa transformación del lenguaje individual apunta a la esencia
misma de nuestro ser. El lenguaje, como se ha dicho, es la ‘casa del ser’. Pero no basta con esta
certera metáfora si esa casa está vacía (...) Esa casa donde vive el ser humano, es un espacio en
construcción (...) La casa del ser sólo se hace habitable si sus moradores aportan los utensilios
personales, su inalienable biografía y, desde ella su capacidad de crear, de iluminar sentido, de
dialogar y enriquecer significados.

LLEDÓ, Emilio: “Elogio de la infelicidad”, 99




Ser y parecer

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3.



ESTILO Y CARÁCTER DEL ARTISTA





“El estilo es el hombre, el individuo, el único: su manera de ver y sentir el universo, su manera de
‘pensar’ la realidad, o sea esa manera de mezclar sus pensamientos, a sus prejuicios y manías, a
sus tics (….) El arte es la manera de ver el mundo de una sensibilidad intensa y curiosa, manera
que es propia de cada uno de sus creadores, e intransferible (…) El artista es un revelador. Y esa
revelación se hace con una forma que se denomina estilo”.


SABATO, Ernesto: “El escritor y sus fantasmas”, 210-211








3.1.- Compasión: por uno mismo. Por el otro.


“No juzgar es motivo de esperanza infinita”

FITZERALD, F. Scott: “El gran Gatsby”, 12





“No tienes ningún motivo para sentirte culpable. En ocasiones esa es una reacción natural, pero en
tu caso no está justificada –le señaló de una manera significativa con la boquilla de la pipa
mientras le advertía-: Podemos ser jueces severos de nosotros mismos cuando no está justificado
en modo alguno. Un sentido de la responsabilidad equivocado puede ser debilitante (…) Tienes
conciencia, y es un valioso atributo, pero no lo es si te lleva a creer que eres culpable de lo que está
muy lejos del alcance de tu responsabilidad”

ROTH, Philip: “Némesis”, 82 y 84





“Digo increíble y debería decir incomprensible, es algo que no logro comprender. Soy ambicioso,
inquieto, necesito creer que lo que escribo es excepcional, que será admirado, me exalto
creyéndolo y me derrumbo cuando dejo de creerlo. Patrice no. Disfruta dibujando lo que dibuja,
pero no cree que sea excepcional y no necesita creerlo para vivir en paz. Tampoco intenta cambiar
de estilo. Sería para él tan imposible como cambiar de sueños: no puede hacer nada al respecto.
Pensé que en eso era un artista”


CARRERE, Emmanuel: “De vidas ajenas”, 176

72. El arte de ser

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“Equivocarse y sin embargo tener que seguir creyendo en su interior, eso es el hombre, y más allá
de la victoria y la derrota comienza su gloria".

BENN, Gottfried: "Breviario", 173





“El hombre no está hecho para la derrota. Un hombre puede ser destrozado pero no derrotado”.

HEMINGWAY, Ernest: “El viejo y el mar”

Citado en VILA-MATAS, E.: “París no se acaba nunca”, 190





“La vida debe ser vivida, no ahogada por mil limitaciones reguladoras. Y la dignidad humana se
alcanza al seguir en juego, después de una derrota”

ELLISON, Ralph: “El hombre invisible”, 588






"El fracaso y el éxito son dos grandes impostores"

KIPLING, Ruyald (citado por Jorge Luis Borges)





"Ten confianza en ti mismo... Hay innumerables defectos pero todos con una sola consecuencia:
sentirse mal con uno mismo... "

SÉNECA: “Invitación a la serenidad; lecciones para el hombre ocupado”, 64




"Todos están implorando, en el interés de los demás, un poco de compasión que no se atreven a
prodigarse a sí mismos"

MONTERROSO, AUGUSTO: "Uno de cada tres"
en "Cuentos, fábulas y lo demás es silencio", 36





"Al final de este día queda lo que quedó de ayer y quedará de mañana: el ansia insaciable e
innumera de ser siempre el mismo y otro"

PESSOA, Fernando: "Libro del desasosiego", 46

73. El arte de ser

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"El ser humano tiende a entender su vida como la lucha de dos fuerzas antagónicas que pugnan en
su interior, y la elección de una de ellas, a la que procura ajustar su comportamiento, le lleva a
enfrentarse a la otra, lo que conduce indefectiblemente a la infelicidad...Y en lugar de comportarse
de acuerdo con lo que realmente es, suma de fuerzas con frecuencia contradictorias, se comporta
de acuerdo con lo que no es, como si fuera otro"

GOYTISOLO, Luis, "Liberación", 113




“La mayoría de los hombres destruyen su propia existencia a causa de las exigencias desmesuradas
que se imponen a sí mismos (…) Nuestra conciencia ha evolucionado considerablemente los
últimos siglos, en cambio nuestra vida sentimental infinitamente menos. De ahí una discrepancia
entre nuestro nivel intelectual y nuestro nivel emocional (…) Existen dos soluciones pero ninguna
de las dos conduce a ninguna parte: o bien destruimos nuestros sentimientos primitivos (y por lo
tanto indignos) hasta donde sea posible corriendo el riesgo de destruir sí la totalidad de nuestra
vida sentimental, o bien damos sencillamente a nuestros indignos sentimientos un nombre distinto.
Generalmente los eliminamos por medio del embuste, etiquetándonoslos según las exigencias de
nuestra conciencia (…) A unos les da por no perdonarse el no ser genios, a otros el no ser unos
santos (…) Es curioso ver cuántas cosas se nos ocurren en forma de conciencia, en cuanto nos
sobreestimamos, o, dicho de otro modo, en cuanto nos alejamos de nosotros mismos (…) Y por
extraño que nos parezca, nuestra vanidad no actúa en dirección a nosotros mismos, sino que, por el
contrario, nos aleja de nuestro yo (…) La verdadera aspiración supone la humildad, ante nuestras
limitadas posibilidades”.


FRISCH, Max: “No soy Stiller”, 350-1



“Nuestra vida se parece a una máquina quitanieves, va empujando delante de sí un montón de vida
insatisfecha, un montón cada vez más grande y fatigoso; se cansa y envejece; el resultado es que
no ha existido, y, sin embargo, todo nuestro empeño se centra en morirse lo más tarde posible.
Inventamos un remedio tras otro, porque, a todo esto, somos inteligentes, activos, trabajamos
como hormigas”.


FRISCH, Max: “Mi o el viaje a Pekín”, 83-4



“Mi idea era que no se deben adoptar posturas que vuelvan insostenible la vida misma, ni tratar de
unir principios irreconciliables, que te destruyen, sino probar primeramente con cuántos aspectos
de lo humano eres capaz de vivir, aceptando la imperfección que los informa. La belleza suprema
siempre parecerá viciada a ojos viciados... Y los dioses aciertan a asar por cualquier parte...”

BELLOV, Saul: “Las aventuras de Augie March”, 346






"Inventé un modo de vida en el que podía cumplirse perfectamente la tarea más pesada sin una
tregua total; llegué aun a proponerme eliminar la noción física de fatiga (...) en otros momentos me
ejercitaba en practicar una libertad alternativa: las emociones, las ideas, los trabajos, debían poder
ser interrumpidos a cada instante y luego reanudarlos (...) Hice más: ordené todo un día en torno a
una idea escogida que no debía abandonarme nunca (...) Otras, en cambio, dividía al infinito cada

74. El arte de ser

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pensamiento ......las resoluciones más difíciles se desmigajaban así en un polvillo de decisiones
minúsculas (...) Pero el mayor rigor lo apliqué a la libertad de aquiescencia, la más ardua de todas.
Asumí mi estado y mi condición... Elegía lo que tenía, exigiéndome tan sólo tenerlo totalmente y
saborearlo lo mejor posible"

YOURCENAR, M: "Memorias de Adriano", 41-2







"El arte de vivir consiste, en primer lugar, en no pelearse con uno mismo (...) toda suerte es buena
si queremos que lo sea (...) la tarea más noble es hacer de la necesidad virtud"

ALAIN: "Mira a lo lejos", 82





“Me sentía dichosísimo, me consideraba algo inapreciable y me amaba a mí mismo, en esa forma
de amor que es socialmente útil, en ese amor por uno mismo que se manifiesta hacia fuera en
amabilidad para con los demás…Pero en este caso mi cortesía para con los clientes del comedor
nunca fue más acentuada, la voz con que les hablaba nunca tan suave y discreta, mi conducta con
respecto a los que me tenían por su igual, …nunca más cariñosa y alegre durante esos días
coloreados por mi secreto, que tal vez se viera reflejado en una sonrisa, la cual, empero, más lo
ocultaba que lo revelaba…”



MANN, Thomas: “Confesiones del estafador Félix Krull”, 299-230




"La madurez verdadera debe llevar consigo una auténtica compasión por el mundo, por la gente"

DURRELL, Lawrence: "Numquam", 37




“Soy una mujer feliz, como debería serlo cualquier mujer en la reverberación de esta edad
luminosa. Tengo debilidades elegantes, y cicatrices charmantes. Ya no tengo ilusiones sobre la
nobleza de las personas, y por eso sé valorar su inestimable arte de convivir con sus propias
imperfecciones. Soy clemente, por fin, conmigo mismo y con los demás. De manera que estoy
preparada para envejecer prometiéndome hacerlo con los excesos y en las tonterías. Si la edad
adulta te ha dado lo que querías, la vejez tiene que ser una especie de segunda infancia en laque
vuelves a jugar, y ya no hay nadie que pueda decirte que te pares”.

BARICCO, Alessandro: “Esta historia”, 203



"No me inquiete lo pasado, y camino adelante tome.
Sólo breve (...) echo el mal camino,
y hoy sé que estoy en lo justo,
si ayer el error fue completo"

TA'O

75. El arte de ser

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"Y en esta forma, con una mezcla de reserva y audacia, de sometimiento y rebelión
cuidadosamente concertados, de exigencia extrema y prudentes concesiones, he llegado finalmente
a aceptarme a mí mismo"

YOURCENAR, M: "Memorias de Adriano", 42-3





La virtud es un rayo
de la belleza celeste,
la cualidad suprema del alma
a la que da sólo su precio.
No teme el ultraje del tiempo;
al contrario, los años resaltan
su esplendor en el hombre.
Orfeo venció al infierno
y fue vencido por su pasión.
Sólo es digno
de eterna gloria
quien sobre sí
consigue la victoria.

Badini, Carlo Francesco: “Orpheo” libreto de la Opera de Claudio Monteverdi

76. El arte de ser

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3.2.- Serenidad.



3.2.1.- Elogio (el placer) de la lentitud

“Vísteme despacio que tengo prisa”

Anónimo




“Apresúrate despacio”

VILA-MATAS, Enrique: “El viajero más lento. El arte de no terminar nada”, 9






"Solamente quienes toman sosegadamente aquello por lo cual se atarea la gente del mundo pueden
atarearse por aquello que la gente del mundo toma sosegadamente"

CHANG CH'AO





"Si uno actúa siempre con lentitud es un estúpido... No es eso lo que proponemos. Ser lento
significa que uno controla los ritmos de su vida y decide qué celeridad conviene en un
determinado contexto"

PETRINI, Carlo; fundador del movimiento 'Slow Food',
en HONORÉ, Carl: "Elogio de la lentitud", 23




"Quien come despacio, bebe con moderación"

MURDOCH, Irish:"El mar, el mar"





“El resurgimiento del pasado provoca, quizá, siempre temor. Angustia del hombre que ha dejado
tras sí algo que no conoce, y que se ve arrojado al tiempo y a la zozobra que no le abandonan”

BROCH, Hermann: “Los inocentes”, 119

77. El arte de ser

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“De hecho, el amor es raro: el amor por los hombres, por las cosas, por las ideas, el amor por la
más consumada pericia. Porque el amor es el mayor enemigo de la prisa; lleva la cuenta de los
tiempos que pasan, de los hombres que mueren, de un bello arte que fue madurando lentamente
con el curso de los años y que estaba destinado a morir también en un breve lapso y no volver ya a
existir. El amor y el pesar van cogidos de la mano en este mundo de cambios más veloces que el
desplazamiento de las nubes reflejadas en el espejo del mar”.

CONRAD, Joseph: “El espejo del mar”, 72







3.2.2.- Quietud, calma imperturbable


“El talento se forma en la quietud (…), el carácter, en el torrente del mundo”

GOETHE ciato en VIDAL, Gore: “Los escritores y el mundo” en “Ensayos (1952-2001)”, p. 90






“Es la calma la que reúne misteriosamente a los barcos; y es el viento el gran separador”.

CONRAD, Joseph: “El espejo del mar”, 88






"Se aferra a un fragmento de tiempo desgajado del pasado y el porvenir...porque la fuente del
miedo esta en el porvenir, y el que se libera del porvenir no tiene nada que temer... ¿Por qué habrá
desaparecido el placer de la lentitud?

KUNDERA, Milan:"La lentitud"; 10 y 11




“Abrazando en calma la situación, sin el mínimo deseo de éxito, de ganar el combate, y sin el
mínimo temor al fracaso, a perder el combate. (…) Lo que guardo de esa experiencia es el
recuerdo de una libertad interior en el corazón de una acción que, instante a instante, se iba
produciendo en perfecta adecuación con la realidad, con lo que realmente era. En el plano en el
que habitualmente se agitan una multitud de pensamientos, no había otra cosa que silencio. Ningún
razonamiento, ningún juicio ni evaluación, ni segunda intención. Y en ese espacio al que llamamos
corazón, lugar en el que se agitan las emociones, se había instalado igualmente el silencio.
Ausencia de esas reacciones emocionales y afectivas que habitualmente se imponen con tanta más
fuerza cuando que una situación, como la del combate, supone un peligro para el Yo. Viví la
experiencia de la serenidad”.


CASTERMANE, Jacques: “La alegría de ser”, p 41.

78. El arte de ser

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“Ya sabe que no debe enojarse por los tiros fallados. Pero tampoco debe regocijarse con los
logrados. Tiene que desprenderse de ese fluctuar entre placer y desplacer. Tiene que aprender a
sobreponerse a ello con libre ecuanimidad, alegrándose como si otro hubiese hecho esos
disparos. Eso también tiene que practicarlo incansablemente. No se imagina cuánta importancia
tiene”.

HERRIGEL, Eugen: “Zen en el tiro con arco”.






“Cuando no sabemos cómo se enlazan unas con otras cosas de la vida, decimos siempre: primero,
luego, después. El lugar que ocupan las cosas en el calendario. Otro cosa sería, naturalmente, el
lugar que ocupan en nuestro corazón, y allí, cosas que están separadas por miles de años se
relacionan con otras, llegan a estar muy cerca, mientras que, tal vez, un ayer o un hoy, o más aún,
acontecimientos que ocurren en el mismo instante no se encuentran nunca (…) el tiempo que
encierra nuestro vivir en horas es un error”



“Yo estaba (…) aparentemente tranquilo, en el fondo un poco preocupado por el tiempo, que, de
nuevo, volvía a irse para no volver (…) tenemos miedo de tantas cosas. Incluso de lo que soñamos
y no entendemos; al sueño que estoy en este anhelado lugar. Oh, señor, ¡dónde podríamos ser más
reales¡ Demasiado tiempo hemos estado apartando el sueño de nosotros; él vive sin nosotros,
nosotros sin él. Por esto nunca somos seres completos. Yo sólo sé que entre hombres reales, entre
pueblos creativos todo esto es de otra manera…(…) El tiempo es una cosa extraña –dije una vez-
existe y no existe (…) Pues esto, a las cosas con las que nos encontramos les arrebata el tiempo,
completamente, y muchas veces ya no sé realmente en qué momento de la vida me encuentro. ES
una gran aventura. Me encuentro con gente que ya no existe, y hablo con ellos, los amo por
primera vez. ES como la luz de estrellas apagadas hace milenios y que todavía sigue caminando
(…) muchas veces pienso y me digo: evidentemente son recuerdos lo que tú estás viviendo, no son
otra cosa, un divertido ataque de recuerdos (…) ¿Quién lo niega? Soy feliz, no tengo ningún
motivo y no puedo evitar el darme cuenta de que, de repente, soy muy feliz. Por ejemplo. O estoy
melancólico, depende. Uno no sabe en qué momento de la vida se encuentra”.

FRISCH, Max: “Mi o el viaje a Pekín”, 41-2 y 74-80.




“Me dijo que en su opinión la gente vive años y años, pero que en realidad es sólo una pequeña
parte de esos años cuando vive de verdad, y esto es en los años en que consigue hacer aquello para
lo que nació. Entonces, en ese momento, es feliz, el resto del tiempo es tiempo que se pasa
esperando o recordando. Cuando esperas o recuerdas, me dijo, no estás ni triste ni feliz. Pareces
triste, pero se trata únicamente de que estás esperando o recordando”.

BARICCO, Alessandro: “Esta historia”, 178



“Soy del todo consciente de que solo es posible hallar el sentido y el ethos de mi vida en la
actividad, pero intuyo que en esta época ya no hay tiempo para la única actividad verdadera: la
actividad contemplativa del filósofo (…) Este mundo sin esencia, mundo sin quietud, este mundo
que solo encuentra y mantiene su equilibrio en la rapidez, cada vez mayor, este mundo ha
convertido su precipitación en actividad aparente del hombre para arrastrarlo hacia la nada. ¡Oh!
¿Existe acaso resignación más profunda que la de una época incapaz de filosofar?

BROCH, Hermann: “Huguenau o el realismo”, 301

79. El arte de ser

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"Ante todo, desalojar la prisa...Meditar es sacudirse toda prisa... es la atención plena al presente...
'Meditar es vaciarse de lo conocido', enseña Krishnamurti. Y añade: 'lo conocido es el pasado' "

SALVADOR PANIKER: "Variaciones 95" , 49




“Últimamente he llegado a la conclusión de que la tranquilidad no es hija de la grandeza o del
poder y que su presencia no puede imponerse por la fuerza de las armas ni comprarse con riquezas.
Es obvio que cuanto más amplio es el campo de acción de un hombre, más expuesto se verá a la
oposición que le haga la enemistad o al fracaso que le depare el azar”.


JOHNSON, Samuel: “La historia de Rásselas”, 107





"La divinidad es imperturbable: he aquí tu modelo (...) no le oprimen ni cóleras ni galardones, ya
que toda esta suerte de cosas acaecen al débil."

EPICURO: “Máximas...”; 17





"Como la tierra, una persona ecuánime y bien disciplinada no se resiente. Es comparable a una
columna. Es como un lago cristalino"

DHAMMPADA: “La enseñanza de Buda”, 36








"El maestro dijo: El hombre bien nacido es sosegado y profundo. El vulgar no cesa de agitarse"

CONFUCIO, Anaclecta IV-12
Citado en YOURCENAR, Marguerite:"La voz de las cosas"





"Cuando una espada te traspasa el alma importa conservar la mirada serena, no perder sangre,
acoger la frialdad de la espada con la frialdad de la piedra. Por esa estocada, después de esa
estocada, volverse invulnerable"

KAFKA, Franz: "Cuadernos en octava" en Obras completas T.4, 1.423

80. El arte de ser

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“Cuando salió, la vida no estaba vacía. Entretanto, la gente decidida, agresiva, ocupada en sus
cosas, impulsiva, hacía lo que suele hacer la humanidad. Si la mayoría andaba como en trance,
como sonámbulos, llevados por menudos objetivos neuróticos, los individuos como Sammler solo
se hallaban un paso más adelante, despierto no para una finalidad concreta sino para el consumo
estético del medio ambiente. Aunque lo insultaran, le causaran dolor, e incluso a veces sangrase,
no expresaba claramente irritación alguna, ni lloraba de pena, sino que traducía el dolor de su
corazón en observaciones delicadas e incluso penetrantes”

BELLOV, Saul: “El planeta de Mr. Sammler”, 47






“El alma rebosante de dulce deleite jamás será profanada”

BLAKE, William: “Antología”, 125.





"Y yo digo a todos los hombres y a todas las mujeres: "Que vuestra alma se alce sosegada y dueña
de sí, ante un millón de universos"

WILTMAN, Walt
Citado en YOURCENAR, Marguerite:"La voz de las cosas",






“Para nosotros los sirvientes, el problema es de un orden enteramente distinto: ¿cómo encauzar el
tiempo cultivando un estilo del alma…o algo así? Estoy tratando de expresarlo. No forzar el
tiempo, como lo hacen los débiles, porque eso hiere y entristece, sino encauzar sus ritmos y
aprovecharlos. Pursewarden solía decir: Dios da a los artistas resolución y tacto, a lo cual yo solía
responder con un sincero Amén”.

DURRREL, Lawrence: “Balthazar”, 245





"Cualquier sufrimiento que no sea justamente conocimiento es inútil. Hay que recordarlo, en vista
de que resulta tan penoso. En vez de sufrir por la vastedad de un hundimiento, sufrir por su
inutilidad. No hay horror que disminuya sufriéndolo bestialmente; hay, por el contrario, que
mirarlo con sangre fría y hacer útil su inutilidad por medio de la contemplación".

(...)

“Hay un arte de recibir en la cara los latigazos del dolor, y hay que aprenderlo. Dejar que cada
asalto se acabe: un dolor asalta una y otra vez –lo hace para morder con más resolución y
concentración. Y tú, mientras tiene los dientes clavados en un sitio e inyecta en él su ácido,
acuérdate de mostrarle otro sitio y hacerte morder en él; aliviarás el primero. El verdadero dolor
está hecho de muchos pensamientos; ahora bien, pensamientos se piensa uno solo cada vez;
aprende a brujulear entre los muchos, y conseguirás que reposen sucesivamente las zonas
doloridas”

81. El arte de ser

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PAVESE, Cesar:"El oficio de vivir", 154 y 209






“...creo que deberías abstenerte de atormentarte emocionalmente por los pecados del pasado. Un
cultivo excesivo de la culpa puede acarrear una complacencia neurótica, incluso erótica. Deberías
dejar a un lado la creencia de estar en ‘estado de interesante espiritualidad. Lo que se necesita es
una sinceridad templada, incluso fría, creo que me comprendes”

MURDOCH, Irish: “La negra noche”, 76





“¿Recuerda usted cómo el gran Sherlock Homes lo deducía todo en su cuarto de la calle Baker?
Comparado con su hermano Mycroft, sin embargo, era insignificante... estando atascado Sherlock
en la resolución de un caso, iba a visitar a Mycroft, quien le daba la respuesta. ¿Y sabe usted por
qué? ¡Pues porque Mycroft sabía estarse quieto! Sí, la inacción es poder. El rey se arrellana sobre
su trasero mientras los plebeyos están en pie. Dice Pascal que la gente se mete en apuros porque no
consigue permanecer en su habitación”

BELLOV, Saul: “Las aventuras de Augie March”, 665







"Que no te vean sudar"

General Colin POWEELL





“El orden reinaba a su alrededor y, por supuesto, en su cartera. Su alma era el único lugar donde el
orden y la armonía quizá no fuesen perfectos… Parece ser que el orden exterior responde siempre
a un deseo de ocultar el desorden interior”.

MÁRAI, S.: “La mujer justa”, 63






"Pero ese período de locuras heroicas me enseñó a distinguir entre distintos aspectos del coraje.
Aquel que me gustaría poseer de continuo es glacial, indiferente, libre de toda excitación física,
impasible, como la ecuanimidad de un dios"

YOURCENAR, M: "Memorias de Adriano", 50.

82. El arte de ser

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"La virtud consiste en quietud"

SILESIUS, Angelus






"Todos los errores humanos son fruto de la impaciencia, interrupción prematura de un proceso
ordenado, obstáculo artificial levantado al derredor de una actividad artificial"

KAFKA, Franz: "Consideraciones acerca del pecado. El dolor, la esperanza y el camino verdadero"
en “Obras completas”, T. IV, Pág. 1.473






“La precipitación había sido siempre para mí una fatalidad... odiaba más que nada la precipitación,
todo el mundo es hoy precipitación... Ese caos general, surgido en el mundo y, sobre todo, surgido
en el mundo en los últimos años, descansa principalmente en la precipitación de todo lo que
hubiera debido meditarse antes de acometerlo, atropello y precipitación son las cualidades más
horribles de este mundo de hoy... y por esa razón todo es caótico...un hombre que piensa está
obligado a no hacer atropelladamente ni hacer precipitadamente todo lo que le afecta, pero todo
individuo lo hace todo continuamente con precipitación, todo con atropello...”

BERNHARD, Thomas: “Corrección”, 151-2





"Y la voz dijo: es menester mantenernos en calma, sólo la calma es incapaz de traicionarnos...¿La
ética no nos traiciona? ¿El sentido del deber no nos traiciona? ¿La honestidad no nos traiciona?
¿La curiosidad no nos traiciona? ¿El amor no nos traiciona? ¿El arte no nos traiciona?...todo nos
traiciona, o te traiciona a tí...menos la calma, sólo la calma no nos traiciona, lo que tampoco,
permíteme que te lo reconozca, es ninguna garantía. No, dijo Amalfitano, el valor no nos traiciona
jamás. Y el amor a los hijos tampoco. ¿Ah, no?, dijo la voz. No, dijo Amalfitano, sintiéndose de
pronto en calma.
Y la voz le dijo: ...todo nos traiciona, incluida la curiosidad y la honestidad y lo que bien amamos.
Sí, dijo la voz, pero consuélate, en el fondo es divertido"

BOLAÑOS, R.:"2666", 267






"La vida más breve y más llena de inquietudes es la de aquellos que olvidan el pasado, miran con
indiferencia el presente, temen al futuro"

SÉNECA: “Invitación a la serenidad,
Lecciones para el hombre ocupado”, 43

83. El arte de ser

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"¿Cómo aclarar el agua turbia? Dejadla reposar y perderá su turbiedad"

LAO-TZE: Tao Te King, XV-9







FRISCH, Max: “Mi o el viaje a Pekín”, 41-2 y 74-80.





"Del aferramiento surge el sufrimiento; del aferramiento surge el miedo.
Para aquel que está libre de avidez ni hay dolor ni mucho menos miedo"

DHAMMPADA la enseñanza del Buda, 60





"Concierne al Rey hacer el bien y recibir calumnias"

MARCO AURELIO, Meditaciones, 136.





"No puedo odiarlos porque nada me une a ellos; no tengo nada que ver con ellos"

KUNDERA, M.: "La inmortalidad", 36





3.2.3.- El poder de la inacción, la renuncia creativa






"Más vale detenerse
que perseverar y excederse.
No puede conservarse por siempre
lo que se afila sin cesar.
No hay quien sea capaz de guardar
una sala llena de oro y jade.
Atraerá el desastre
el rico y noble, si soberbio.
Cumplida la obra, retirarse:
Tal es el curso del cielo."

LAO TZI: "Libro del curso y de la virtud", 155

84. El arte de ser

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“Intercalar las realidades –escribe Baltasar- es la única manera de ser fiel al Tiempo, pues en cada
momento del Tiempo las posibilidades son infinitas en su multiplicidad. La vida es un acto de
elección. La perpetua reserva del juicio y la perpetua elección (…) quizá en el fondo de todo esto
yace el germen y la sustancia de una verdad –usufructo del tiempo- que, si logro asimilarla, me
hará avanzar un poco más en lo que es realmente la búsqueda de mi propio yo”.

DURRREL, Lawrence: “Balthazar”, 228-9





"No debe preocupar el no tener un puesto sino el hacerse digno de uno; no debe preocupar el ser
desconocido, sino el llegar a tener méritos por los que ser conocido".

CONFUCIO: “Los cuatro libros”. 23





"Cuando fue abandonado por los macedonios
demostrándole así que preferían a Pirro,
el rey Demetrio (de noble espíritu) no se comportó -así es sabido-
con talante de rey. Se quitó sus vestiduras de oro,
despojóse de sus sandalias
de púrpura. Ropas vulgares
apresuradamente púsose, y se fue.
Comportándose como un actor
que cuando el telón cae
cambia sus vestiduras y hace mutis".

KAVAFIS: “Poesías completas”, 36





“No huyas del dolor, de las ofensas y del miedo al fracaso, no esperes la serenidad perpetua. Eso ni
es la vida ni es el mundo real”.


MALAMUD, Bernard: “Las vidas de Dubin”, 451





"Cuanto más entregado, más viviente. Cuanto más pasivo más ardiente, cuanto más, al parecer,
abandonado, más activo"

ZAMBRANO, María:"Hacia un saber sobre el alma", p. 14





"Actúa sin acción,

85. El arte de ser

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Ocúpate de desocuparte,
Saborea el desabor,
Ten por grande lo pequeño,
Ten por mucho lo poco,
Paga agravio con virtud.
Emprende lo difícil partiendo de donde es más fácil,
Haz lo grande partiendo de donde es más menudo...
La promesa ligera es poco fidedigna,
La mucha facilidad encuentra mucha dificultad.
Por eso el santo considera todo difícil
y jamás encuentra dificultad"


LAO TZI: "Libro del curso y de la virtud", 155






3.2.4.- El término medio. Humildad.


“En el bosque, antes o después, todo el mundo traza su círculo –comenta el señor Crawfford-. Y
un día pisas tu propia mierda. Ese, como dicen los indios, es el primer paso por la senda de la
sabiduría”.


PYNCHON, Thomas: “Mason y Dixon”, 841




"Es necesario guiarse por el término medio... Si se lee demasiado deprisa o demasiado despacio no
se entiende nada"


PASCAL: “Pensamientos”, 87





"Quien tiene una mitad de más suma ansiedad,
pero quien de menos tiene, con más ansia pose su mitad,
Pues la vida está de dulce y amargo compuesta,
Es más sabio y más hábil quien sólo la mitad prueba"


LI MI-AN





"La elocuencia continua aburre"

PASCAL, pensamientos 75

86. El arte de ser

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"Nunca seas el primero en el mundo"

LAOTSÉ




“El centro nunca está en el centro”

OTEIZA, Jorge (escultor vasco)






"Sólo se debe dejar de callar cuando se tiene algo que decir más valioso que el silencio"

(Abate) DINOUART: “El arte de callar”, 51





“(…) callar cuando no se tiene nada que decir, hacer sólo lo necesario cuando no se tiene nada
especial que desempeñar; y, lo que es más importante, permanecer insensible cuando no se posee
el indescriptible sentimiento de abrir los brazos y de ser levantado por una ola de creación (…) de
cada quintal de moral quedaría un miligramo de esencia que, aún reducido a una millonésima de
gramo, resultaría prodigiosamente perfecto”.


MUSIL, R.: “El hombre sin atributos”, T. 1, 253




“Más profundo que la palabra es el silencio

JUNGER, Ernst: “La tijera”, 20







3.2.5.- El descanso


"Busqué, primero, una simple libertad de vacaciones, de momentos libres. Toda vida bien
ordenada los tiene, y quien no sabe crearlos no sabe vivir"

YOURCENAR, M: "Memorias de Adriano", 41





"Quien no sabe descansar, no sabe trabajar"

87. El arte de ser

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87
Anónimo





"Se buscan retiros en el campo, en la costa y en el monte. Tu también sueles anhelar tales retiros.
Pero todo eso es de lo más vulgar, porque puedes, en el momento que te apetezca, retirarte a ti
mismo"


MARCO AURELIO: “Meditaciones”, 81




”‘L’immobilité, ça dérange le siècle’ [La inmovilidad molesta al siglo], escribía el poeta y
cantante anarquista Léo Ferré, irritado ante el poder de contaminación del turismo y sus promesas
idiotas, y lo habría vuelto a escribir y cantar de haber asistido a la explosión del llamado "turismo
cultural", a la multiplicación de museos con colecciones clónicas, a la exportación de modelos a
contextos totalmente ajenos a ellos. La inmovilidad molestaba al siglo XX y molesta al XXI. Hay
que moverse, dice la consigna, aunque sea para descubrir lo mismo en todas partes”.

MARTÍ, Octavi: “Elogio de la quietud”




3.2.6.- Serenidad para trascender


“pues, como dice el poeta, la perenne frustración del deseo y la rabia del amor son pasión de
juventud, y son de todos; la madurez, en cambio, es solitario empeño de uno mismo, y cada cual
tiene la madurez que merece”


VILA-MATAS, Enrique: “El viajero más lento. El arte de no terminar nada”, 44







“- ¿Cuánto tiempo tardaré en acostumbrarme a este lugar?
- ¿Cuánto tiempo? – repite ella. Y mueve despacio la cabeza en ademán negativo-. No lo sé.
No es una cuestión de tiempo. No tiene nada que ver con la cantidad de tiempo. Cuando
llegue el momento tú ya te habrás acostumbrado.

Estamos hablando sentados cada uno a un lado de la mesa. Sus dos manos descansan sobre
ésta. Una junto a la otra, con las palmas hacia abajo. Veo sus diez dedos, fuertes, sin titubeos,
aquí presentes como algo real. La miro de frente. Contemplo el delicado temblor de sus
pestañas, cuento sus parpadeos. Observo la pequeña oscilación de su flequillo. No puedo
apartar los ojos de ella.
- ¿Es el momento?
- El momento en que tú descubras que no es necesario contarte algo de ti mismo para
alejarlo fuera. Nosotros no lo desechamos, nosotros lo asimilamos en nuestro interior.
- ¿Y yo lo asimilaré en mi interior?
- Sí
- Entonces –pregunto-, cuando ya lo haya asimilado, ¿qué diablos ocurrirá?

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- Pues, quizá, que tú seas enteramente tú –dice.
- O sea, que yo ahora no soy enteramente yo.
- Tú, ahora, eres tú más que de sobra –dice ella. Reflexiona un poco-. A lo que yo me
refiero es a algo ligeramente diferente. Pero no sé explicarlo con palabras.
- ¿Qué no lo entenderé hasta que llegue el momento en que lo experimente en realidad?
Ella asiente (…)
- (…) Lo más importante es que aquí cada uno es quien es y que vamos diluyéndonos en lo
que nos rodea. Si actúas de ese modo, no tendrás ningún problema.
- ¿Diluirse?
- Es decir, que cuando tú estas en el bosque, tú eres, sin fisuras, parte del bosque. Cuando
estás bajo la lluvia, sin fisuras, eres parte de la lluvia que cae. Cuando estás inmerso en la
mañana, tú eres sin fisuras, parte de la mañana. Cuando estás delante de mí, tú eres parte
de mí. De eso se trata. Explicado de una manera fácil de entender”

MURAKAMI, Haruki: “Kafka en la orilla”, 547-8



“Hay un olvido de toda existencia, un callar de nuestro ser, que es como si lo hubiéramos
encontrado todo. Hay un callar, un olvido de toda existencia en que es como si hubiéramos perdido
todo, una noche de nuestra alma en que no nos alumbra el centelleo de ningún astro, ni siquiera un
tizón de leña seca.
Me fui tranquilizando. Ya nada me despertaba a medianoche. Ya no me consumía en mi propia
llama.
Tranquilo y solitario, miraba ante mí, sin volver la vista ni al pasado ni al futuro. Las cosas, lejanas
o próximas, ya no penetraban en mi espíritu; a los hombres, cuando no me obligaban a mirarlos,
no los veía.
Antes, este sigilo se había presentado a mi espíritu como el tonel de Danaides, y mi alma se vertía
con su pródigo amor para llenar los huecos; ahora ya no veía agujeros, ahora ya no me oprimía el
fastidio de vivir.”

HÖLDERLIN, Friedrich: “Hiperión”, 67.



“Ver los pájaros en el cielo es mirarlos volar (…) Ver las aves es volar con ellas (…) Es necesaria
la calma (samatha, serenidad, quietud, dirían los budistas), la ausencia de ansiedad, para poder
observar los lirios y mirar los pájaros. Ver los lirios es conocerlos de verdad –cosa que sólo es
posible si estamos libres no sólo de prejuicios sino también de todo peso en nuestra mente. En un
lenguaje tradicional, sólo si nuestro espíritu es puro, sólo si está vacío, podemos saber de verdad
(…) Esto no es posible si tenemos que perder nuestra identidad al convertirnos en una planta
aunque sea una hermosa flor (…) No estamos hablando de una participación mística romántica ni
de una identificación pre-lógica amorfa. Cuanto más somos el otro, más somos nosotros mismos
(…) Es evidente que no queremos dejar de ser nosotros mismos para convertirnos en lirio. Pero
para ser de verdad nosotros mismos tenemos que trascender nuestro ego y volvernos también lirio
(...)



PANNIKAR, Raimon: “Contemplación”;
en ORTIZ-OSES, Andrés; LANDEROS, Patxi (Directores) y Otros: “Diccionario de la existencia. Asuntos relevantes de la
vida humana”, 98-9

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3.3.- AFIRMACIÓN ESENCIAL, AUTENTICA.


“Cambia tú y cambiarás tu pasado, se dice (…) Cuando tu tren se ha equivocado de vía, ninguna
de las estaciones es tu estación. Las paradas falsas, un año tras otro, fueron la vocación y las
mujeres que podías conseguir. A William Dubin le parecía que no estaba preparado para invertir
su yo en un yo mejor: renunciar a la soledad, a las quimeras, a la garra de su pasado. El tren, el
tren equivocado, continuaba su camino resoplando. (…) El, para dejar de vivir en casas de
huéspedes, repetir experiencias y aburrirse, porque a los treinta años era un judío del Bronx con
tendencias a la autocrítica, sin una vocación a la que entregarse y sin más provecho que un manojo
de esperanzas (…) Yo no quería sólo eso. Quería alegría, quería vivir. William Dubin prometió
vida”.

MALAMUD, Bernard: “Las vidas de Dubin”, 151 y 153



“Las cosas importantes, sobre todo si se trata de trabajo, reducen a las otras o las anulan. Yo hacía
lo posible por mantener el equilibrio, ser un padre para los niños y cumplir con Kitty… pero no
siempre acertaba. Te crees que mantienes las tres pelotas en el aire, pero cuando las cuentas sólo
queda una”.
MALAMUD, Bernard: “Las vidas de Dubin”, 178



“Si vas a intentarlo, que sea a fondo. Si no, mejor que ni empieces. Puede que pierdas familia,
mujer, amistad, trabajos y hasta la cabeza. Puede que no comas en días, puede que te congeles en
un banco de la calle. No importa. Es una prueba de resistencia para saber que puedes hacerlo. Y lo
harás. A pesar del rechazo y de la incertidumbre, será mejor que cualquier cosa que hayas
imaginado. Te sentirás a solas con los dioses, y las noches arderán en llamas. Cabalgarás la vida
hasta la risa perfecta. Es la única batalla que cuenta”.

BUKOWSKI
En VILA-MATAS, Enrique: “Dietario voluble”, 247




“Renunciar a la audacia y convertir esta renuncia en rutina, significa siempre la muerte desde el
punto de vista espiritual; una muerte dulce y que no duele, pero igualmente ineludible (…) Pero la
verdad es que la renuncia constante, y por lo tanto barata, de la grandeza (renuncia a la totalidad, a
la perfección, a lo radical) conduce incluso a la impotencia de la fantasía. La pobreza de
entusiasmo, el aburrimiento general contra el que chocamos en este país son síntomas
inconfundibles de lo cerca que se haya la impotencia”

FRISCH, Max: “No soy Stiller”, 262-3






“Es preferible que aprenda primero a oír. Aprenda primero a tomar en serio lo que debe ser
tomado en serio y ríase de lo demás (…) ”


HESSE, Herman: “El lobo estepario”, 883

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“Al menos para el escritor, y acaso también para el lector, es mejor haber intentado alcanzar la
perfección y fracasado que no haberlo intentado nunca”.

HUXLEY, Aldous: “Si mi biblioteca ardiera esta noche”, 38





“Con los venenos, los deleites, el ocio, la música de piano y con los ideales ocurre algo parecido,
probablemente con todo, de modo que sólo el grado de intensidad puede definir su verdadera
naturaleza”.

MUSIL, R.: “El hombre sin atributos”, T. 1, 305






“Si uno va a vivir en un mundo imaginario, se dijo Mack a sí mismo, entonces hay que habitarlo
completamente hasta que se vuelva real para uno, o de lo contrario, hay que abandonarlo a la nada.
Uno tiene que prepararse para el momento en que se pronuncien las palabras correctas y todo
puede cambiar. Debe buscar esas palabras de antemano y tenerlas listas en el bolsillo de su
corazón. Nunca se sabe cuándo llegará el momento, pero siempre hay que anticiparlo y atraerlo
hacia uno”

GOLDMAN, Francisco: “El esposo divino”, 258





“…pienso que Vigil estaba enamorado en realidad de todas nosotras y que su problema en la vida
fue que nunca estuvo enamorado de sí mismo. O que se amaba a sí mismo en una forma amateur,
la forma que uno se enamora de alguien a los trece años, antes de enamorarse de veras. Su amor
por sí mismo era un amor pasajero y trivial. Pero se había enamorado como adulto del mundo de
la política y el periodismo, el mundo absurdo y absorbente de los hombres. Ese mundo lo fue
envolviendo y amarrando como la más arpía de las mujeres. En ese matrimonio masculino con el
mundo, las comparsas éramos Biedma y yo, Romelia, que lo sigue adorando, y hasta las putas,
profesor, que vaya a usted a saber si antes de que le constaran la vida lo ayudaron a vivirla”.

AGUILAR CAMIN, Héctor: “La guerra de Galio”, 467




“Usted lleva en la frente el sello del genio (…) pero si no posee su voluntad, si no tiene su angélica
paciencia, si a cualquier distancia en que le dejen los reveses de la fortuna no retoma, como las
tortugas en cualquier lugar donde estén, el camino de su infinito, como toman ellas el de su
querido océano, renuncie desde hoy mismo”


BALZAC, Honoré de: “Las ilusiones perdidas”, 227




“Hay bienes tan opuestos que no podemos coger los dos, pero por la demasiada prudencia,

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podemos pasar entre ellos a suficiente distancia como para no alcanzar ninguno. Esa es con
frecuencia la suerte de las largas deliberaciones; nada hace quien intenta hacer más de lo que se
permite a la naturaleza humana”

JOHNSON, Samuel: “La historia de Rásselas”, 117






“...desde luego, él, Herzog, había tratado ciegamente pero sin el suficiente valor o inteligencia, de
un modo característico, obstinado, desafiante y ciego, pero sin el valor ni la inteligencia suficiente,
de ser un maravilloso Herzog, un Herzog que, quizá torpemente, trataba de aplicar a la realidad
maravillosas cualidades que él apenas comprendía vagamente. Desde luego, había ido demasiado
lejos, más allá de su talento y su capacidad, pero eso ocurría siempre que un hombre tenía fuertes
impulsos, incluso una sólida fe en sí mismo, pero carecía de ideas claras. Y si fallaba, ¿qué?
¿Acaso significaba eso que carecía de generosidad, de fe y de un impulso sagrado? ¿Tenía quizá
que haber sido un vulgar Herzog, sin ambiciones? No.”


BELLOV, Saul: “Herzog”, 124-5




“Pensaba y sufría mucho, pero le faltaba la fuerza necesaria, para atreverse, primer requisito del
que hace algo”

DURRELL, Lawrence: "Justine", 27





“
- ¿Qué debo hacer?
- Esto solo puede contestarse negativamente: nada que no puede ser afirmado por usted
hasta lo más profundo de sus vivencias. Solo aquel que se somete libremente y sin trabas
al imperativo de sus sentimientos y de su ser puede alcanzar la plenitud… y disculpe
usted el pathos.
- Nadie me ayuda
- No, usted está sola, tan sola como en su muerte solitaria. (…)


BROCH, Hermann: “Pasenov o el romanticismo”, 129




“(…) en el alma de Gödicke vivían toda clase de vidas fragmentarias, intactas y autónomas todas
ellas, y susceptibles todas de ser llamadas Gödicke; y era una tarea penosísima y casi insuperable
reunirlas a todas bajo un mismo sombrero. Y esta tarea tenía que llevarla a cabo el albañil Gödicke
completamente solo; allí no había nadie para ayudarle”.

BROCH, Hermann: “Huguenau o el realismo”, 106






"Sólo lo que descansa es capaz de guiar, sólo lo único y singular arrancado, no, salvado del fluir de

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las cosas, se abre a lo infinito... Sólo lo que verdaderamente se ha afirmado, aunque sea un único
instante en el mar de millones de años, llega a la perduración eterna, se torna canto guía; oh, un
solo instante de vida ensanchado al todo, ensanchado al círculo del conocimiento totalmente
abierto a lo infinito...”

BROCH, H.:"La muerte de Virgilio",19






"Has desterrado todos los sentimientos superfluos de tu vida. Nada de estúpidos anhelos de volver
a casa, ni un asomo de paciencia por lo que no es esencial. Sólo tienes tiempo para lo
indispensable. Al fin y al cabo, eso que llaman el 'pasado' quienes se sientan a rememorarlo en
estas reuniones no es un fragmento de un fragmento del pasado. Es el pasado sin detonar...la
verdad es que esos viajes hacia atrás no se vuelve con nada. Es nostalgia, es memez"

ROTH, Ph.:"Pastoral americana", 84






"La noche a que me refiero me abandoné deliberadamente a mí mismo: salí derecho de la antigua
vida y entré en la nueva... La verdad es que mi deseo era tan grande, que se convirtió en realidad.
En un momento así lo que hace un hombre no tiene importancia, lo que cuenta es lo que es. En un
momento así un hombre se convierte en un ángel. Eso es lo que me ocurrió precisamente: me
convertí en un ángel. No es la pureza de un ángel lo que es tan valioso, es el hecho de que pueda
volar. Un ángel puede romper la pauta en cualquier punto y en cualquier momento y encontrar su
cielo; tiene la facultad de descender hasta la materia más baja y salir de ella cuando quiera. La
noche a que me refiero lo entendí perfectamente. Era puro e inhumano, era independiente, tenía
alas. Estaba desposeído del pasado y no me preocupaba el futuro. Estaba más allá del éxtasis"

MILLER, Henry: "Trópico de Capricornio", 486-7





“Se había liberado a sí mismo y había liberado a su cabeza ... y siempre había tenido la voluntad
de alcanzar esa concentración suprema, en todas y cada una de las cosas que él era estaba esa
voluntad de concentración, la voluntad para lo más extremo que, como ninguna otra, había sido su
característica más destacada, había renunciado prácticamente a todo lo que había sido para
alcanzar todo lo que no había sido y, finalmente, fue mediante ese esfuerzo sobrehumano ... por
haber reconocido en sí la posibilidad para ello, lo hace todo para alcanzar el más alto rendimiento
de su ser, y que, una vez ha penetrado en una disciplina ... tiene que llevar esa disciplina dentro de
sí mismo, todos los días y en todos los momentos, hasta la más alta concentración posible, de
pronto no tiene otra opción que perfeccionar sus posibilidades, todo lo demás le resulta imposible,
un hombre así no ve ya nada sin mirar ininterrumpidamente su posibilidad suprema...”

BERNARD, Thomas: “Corrección”, 37-8






“El hombre no puede hacer ninguna afirmación de carácter general sin traicionarse por entero, sin
implicar en ello involuntariamente todo su ‘yo’, sin presentar el tema fundamental y el problema

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esencial de su vida a través de alguna metáfora”.

MANN, Thomas: “La montaña mágica”, 456





“Recuerdo perfectamente, en cambio, los comienzos de mi investigación sistemática (la otra, la
inconsciente, acaso la más profunda, ¿cómo puedo saberlo?). Fue un día de verano del año 1947,
al pasar frente a la plaza de Mayo, por la calle San Martín, en la vereda de la Municipalidad. Yo
venía abstraído, cuando de pronto oí una campanilla, una campanilla como de alguien que quisiera
despertarme de un sueño milenario. Yo caminaba, mientras oía la campanilla que intentaba
penetrar en los estratos más profundos de mi conciencia: la oía pero no la escuchaba. Hasta que de
pronto el sonido tenue pero penetrante y obsesivo pareció tocar alguna zona sensible de mi yo,
alguno de esos lugares en que la piel del yo es finísima y de sensibilidad anormal: y desperté
sobresaltado, como ante un peligro repentino y perverso, como si en la oscuridad hubiese tocado
con mis manos la piel helada de un reptil. Delante de mí, enigmática y dura, observándome con
toda su cara, vi a la ciega que allí vende baratijas. Había cesado de tocar su campanilla; como si
sólo la hubiese movido para mí, para despertarme de mi insensato sueño, para advertir que mi existencia anterior había terminado como una estúpida etapa preparatoria, y que ahora debía
enfrentarme con la realidad. Inmóvil, con su rostro abstracto dirigido hacia mí, y yo paralizado
como por una aparición infernal pero frígida, quedamos así durante esos instantes que no forman
parte del tiempo sino que dan acceso a la eternidad. Y luego, cuando mi conciencia volvió a entrar
en el torrente del tiempo, salí huyendo. De ese modo empezó la etapa final de mi existencia.
Comprendí a partir de aquél día que no era posible dejar transcurrir un solo instante más y que
debía iniciar ya mismo la exploración de aquel universo tenebroso.

SABATO, Ernesto: “Sobre héroes y tumbas”, 201




“La existencia no está hecha de impulsos y constancia sino de compromisos y de olvido…si no, no
podríamos vivir”

YOURCENAR, M.: Entrevista en “Apostrophes”.




“Practicar el arte de la vida, hacer de la propia vida una ‘obra de arte’, equivale en nuestro mundo
moderno líquido a permanecer en un estado de transformación permanente, a redefinirse
perpetuamente transformándose (o al menos intentándolo) en alguien distinto del que se ha sido
hasta ahora. ‘Transformarse en alguien distinto’ equivale, sin embargo, a dejar de ser el que se ha
sido hasta entonces; a destruir y sacarse de encima la vieja forma (…) Cuando emprendemos una
‘autodefinición’ y una ‘autoconfirmación’, practicamos una destrucción creativa. Día tras día.”

BAUMAN, Zygmunt: “El arte de la vida. De la vida como obra de arte”. 92-3




“El conocimiento de sí mismo, ya sea lento o instantáneo, separa al hombre de su vida anterior y le
permite dar el primer paso, necesario pero no suficiente. ¡Cuántos hombres no conocemos que se
han quedado en ese estadio y se han contentado con la melancolía que confiere el hecho de
conocerse a sí mismo, melancolía a la que dan el aspecto de la madurez! Yo creo que Stiller había
superado esta etapa cuando desapareció. Estaba en condiciones de dar el segundo paso, mucho
más difícil, es decir, salir del estado de resignación de no ser lo que habría querido ser y pasar a ser
lo que se era. No hay nada tan difícil como aceptarse a sí mismo. En realidad sólo lo consiguen los
inocentes, pero durante mi vida he encontrado muy pocas personas que en este aspecto se pudieran
calificar de inocentes (…) A pesar de haber alcanzado la aceptación de sí mismo, a pesar de su
firme voluntad de situarse finalmente frente a su propia realidad, nuestro amigo no había logrado

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todavía renunciar a que el mundo exterior le reconociera. Stiller sentía que era otro y tenía razón;
era un hombre distinto de aquél a quien todos pretendía reconocer y quería convencer a todos de
que no lo era; eso era lo pueril. Pero ¿cómo podemos renunciar a que nos reconozcan por lo menos
aquellas personas que están más cerca de nosotros y a que se enteren de nuestra realidad que
nosotros mismos no sabemos cuál es, pero que en el mejor de los casos nos limitamos a vivirla?
Semejante renuncia será siempre imposible si nos falta la certeza de que una instancia superior rige
nuestra vida o si no tenemos al menos la esperanza apasionada de que exista esa instancia”.


FRISCH, Max: “No soy Stiller”, 440-1

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3.4.- PASIÓN Y MÉTODO PARA LA ACCIÓN.



“En ocasiones la vida te golpea con un ladrillo en la cabeza. No perdáis la fe. Estoy convencido
que lo único que me permitió seguir fue que yo amaba lo que hacía. Tenéis que encontrar lo que
amáis. Y eso es tan válido para el trabajo como para el amor. El trabajo llenará gran parte de
vuestras vidas y la única manera de sentirse realmente satisfecho es hacer aquello que creéis que es
un gran trabajo. Y la única forma de hacer un gran trabajo es amar lo que se hace. Si todavía no lo
habéis encontrado, seguid buscando. No os detengáis. Al igual que con los asuntos del corazón,
sabréis cuando lo habéis encontrado. Y al igual que cualquier relación importante, mejora con el
paso de los años. Así que seguid buscando. Y no os paréis. (…) Seguid insaciables, seguid
inquietos”

JOBS, Steve (fundador de Apple): “El otro legado de Steve Jobs. Haz lo que amas hacer”





“No se hace arte (ni se lo siente) con la cabeza sino con el cuerpo entero; con los sentimientos, los
pavores, las angustias y hasta los sudores.”

SABATO, Ernesto: “El escritor y sus fantasmas”, 214






“¿Qué es lo que impide que la flecha se clave en el centro de la diana? Dos cosas. El deseo de
lograrlo a toda costa, o, por el contrario, el temor a fracasar (…) Se nos exige el bien hacer. Pero
¿quién nos enseña a liberarnos del deseo de tener éxito a toda costa? ¿Quién nos enseña del temor
al fracaso? ¿Quién nos enseña a ejecutar una acción serenamente, con el corazón y el espíritu en
paz? (…) ¿Cómo liberarse de estos obstáculos? Consagrándose a un solo tiro. Estar totalmente en
el instante presente, momento preciado por cuanto el tiro se realiza entonces en la libertad del ser
(…) El maestro Umeji, al ser él mismo maestro zen, es el primero que ha propuesto el tiro con arco
como medio de profundización de uno mismo, como camino para despertar a la verdadera
naturaleza (…) El tiro con arco es una vía que tiene como sentido una vida interior diferente (…)
Esta ley de la unidad entre el hombre y la técnica es válida para todas las artes (…) En el tiro con
arco, así como en la práctica del zazen, cuando hay libertad, no-deseo, confianza, dicha, presencia
en el instante, !eso se ve! (…) Por eso cada tiro es el momento importante. Nosotros decimos ‘una
flecha, una vida’. Cada tiro es el momento de pasar de un estado de ser a otro (…) Se necesita
determinación. Es más que voluntad. La voluntad tiene sus raíces en el pensar; la determinación
implica la totalidad de uno mismo, también del cuerpo “
CASTERMANE, Jacques: “La alegría de ser”, pp. 83-89





“- ¿Crees tú también que el sentido de la vida no es otro que la pasión, que un día colma nuestro
corazón, nuestra alma y nuestro cuerpo, y que después arde para siempre, hasta la muerte, pase lo
que pase? ¿Y que si hemos vivido esa pasión, quizás no hayamos vivido en vano? ¿Qué así de
profunda, así de malvada, así de grandiosa, así de inhumana es una pasión?... ¿Yque quizás no se

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concentre en una persona en concreto, sino en el deseo mismo?... Tal es la pregunta. O puede ser
que se concentre en una persona en concreto, la misma de siempre, desde siempre y para siempre,
en una misma persona misteriosa que puede ser buena o mala, pero que no por ello, ni por sus
acciones ni por su manera de ser, influye en la intensidad de la pasión que nos ata a ella.
Respóndeme, si sabes responder –dice elevando la voz, casi exigiendo.
- ¿Por qué me lo preguntas? –dice el otro con calma-. Sabes que es así”.


MÁRAI, Sándor: “El último encuentro”, 184-5





“Pureza. Serenidad. Sencillez. Aislamiento. Toda la capacidad de concentración, toda la
exhuberancia, toda la originalidad que uno pueda poseer, dedicadas en exclusiva al extenuante,
exaltado y trascendente cumplimiento de la vocación. Mire en torno y me dije: ‘Así es como
viviré’ “


ROTH, Philip: “La visita al maestro” en “Zuckerman encadenado”; 12,






“Pero, en realidad, en la vida real, a decir verdad, el corazón no muestra esa sencillez. Sólo los
héroes de novela y algunos rasurados americanos fuertes y sencillos tienen tal integridad emotiva.
(Y hasta los americanos parecen a veces a un ojo observador ponerse a la tarea sin perder su
alegría) (...) Ahora, él y su consorte, harían juntos todas las cosas: juntos escalarían montañas y
juntos cabalgarían hacia ruidosas ciudades por los desiertos del Mundo. No podría haber deseado
cosa mejor. Pero al mismo tiempo, aunque sentía y admitía esto y se regocijaba de ello, el cielo de
su espíritu estaba nublado por la consternación...

WELLS, H.G.: “La investigación sublime”, 166-7




“Pero la verdad es que soy un hombre diligente. Me esfuerzo por perfeccionarme y es indudable
que progreso. Espero que en mi lecho de muerte habré llegado ya a estar muy perfeccionado. Los
buenos se mueren jóvenes. Y los muertos mayores que yo estarán orgullosos de mí... Me haré de la
MICA de los inmortales. Pero ya, en estas fechas que estamos, quizá me esté perdiendo la
eternidad”


BELLOV, Saul: “Hertzog”, 195




“Para llegar a poseer una aptitud total y hacer justicia a todas las cosas, se precisa en verdad no un
minus de energía anímica, de empuje y calor, sino un plus. Lo que llamas pasión no es fuerza del
alma, sino roce del alma con el mundo exterior. Allí donde se enseñorea el apasionamiento, no se
da un plus de esta fuerza del desear e intentar, sino que tal fuerza se dirige a un objetivo individual
y falso, de donde resultan la tensión y el bochorno de la atmósfera. El que orienta la suprema
energía de los anhelos hacia el centro, hacia el ser verdadero, hacia la perfección, parece más
quieto que el apasionado porque no siempre se ve la llama de su fervor, porque, por ejemplo, al
discutir no da gritos ni agita los brazos. Mas yo te lo aseguro: este tal debe de abrasarse y de arder.
(…) Tampoco debes ansiar una doctrina perfecta, amigo mío, sino la perfección de ti mismo. La

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divinidad está en ‘ti’, no en los conceptos o en los libros. La verdad se vive, no se enseña.”


HESSE, Herman: “El juego de los abalorios”, 230-1



"Conseguirás tu propósito, si ejecutas cada acción como si se tratara de la última de tu vida;
desprovista de toda irreflexión, de toda aversión apasionada que te alejara del dominio de la razón;
(desprovista) de toda hipocresía, egoísmo y despecho..."

MARCO AURELIO: “Meditaciones”, 61





“La contemplación y la acción tienen su verdad aparente: pero sólo la acción procedente de la
contemplación, o mejor que vuelve a ella, es la verdad”


F. KAFKA. "Cuadernos en octava" en Obras completas, t.4, 1.439











“Empuje, libérese de su envoltura mortal (…) La vida no es un intercambio de notas diplomáticas.
Au contraire, la vida es drama, la vida es acción, acción y pasión (…) Hágase comandante, Paul.
Viva como un héroe. Eso es lo que nos enseñan los clásicos. Sea un personaje protagonista. De
otra forma, ¿para qué sirve la vida?”

COETZEE, J.M.: “El hombre lento”; 84, 223 y 225


“‘No soy un obseso del trabajo’, exclama uno de los cineastas más prolíficos de todos los tiempos,
que, desde su primera película como director, en 1969 (Toma el dinero y corre), ha dirigido cerca
de 40 películas a un ritmo habitual de una por año. ‘Tampoco soy muy disciplinado. Toco el
clarinete todos los días, escucho jazz, asisto a partidos de baloncesto, veo deporte en televisión,
paseo... No trabajo todo el tiempo, pero sí trabajo a un ritmo constante. Así se avanza y se abarca
bastante. Muchos hombres odian sus trabajos, pero, para mí, escribir es un placer. Me divierto
escribiendo’, añade”.

GÓMEZ, Lourdes: “La buena fortuna de Woody Allen”, en EL PAIS, 15 de agosto de 2005





"Estamos aquí para hacer esto y nada más. No pienses en el mañana. Cierra todas las puertas, antes
y después, prescinde del pensamiento social... Lo que tienes que ser, lo que tienes que hacer, eso lo
mata todo... El momento secreto...sí, se trata de eso. La porción que consigues. Una porción
separada del tiempo. No es más que eso y confío en que lo sepas"

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ROTH, Ph.: "La mancha humana", 283




"A lo largo de los años, he creído, de un modo supersticioso, que la tensión de un espíritu rico,
amplio y abierto tiene que expresarse en cada uno de sus momentos"

CANETTI, E: "La provincia del hombre", 48




“Ser un artista en la vida significa que el individuo expresa en cada uno de sus actos su capacidad
creadora, su personalidad viva. No tiene su yo encasillado en su existencia fragmentaria, limitada,
restringida, egocéntrica. Uno de los grandes maestros Zen de la época, T’ang, dice: ‘un hombre
que es dueño de sí mismo, donde quiera que se encuentre, se comporta con fidelidad a sí mismo. A
este hombre yo llamo maestro de la vida’”

REDONDO BARBA, Rafael
En ORTIZ-OSÉS,Andrés – LANDEROS, Patxi (Directores) y otros: “Diccionario de la existencia. Asuntos relevantes de la
vida humana”, 618





“En las grandes acumulaciones ulteriores de su investigación, las cuestiones personales, la
introspección, la discusión íntima de los motivos ocupan cada vez menos espacio. Se olvida de sí
mismo en la exaltación de su realeza. Cada vez se preocupa menos de la rectitud particular de sus
actos definidos... olvidados de sí, tratando de descubrir con un desprendimiento siempre creciente,
con una regia solicitud cada vez más honda... Y cuando descubrió esto y en la medida en que pudo
descubrirlo, se propuso sencilla y seriamente poner en práctica su conocimiento”.

WELLS, H.G.: “La investigación sublime”, 300






"En cada acción existe una medida: captarla es el momento óptimo"

PINDARO,
citado en TABUCCHI, A.: "Los volátiles del Beato Angélico", 112




"Espíritu seco, me enseñó a preferir las cosas a las palabras, a desconfiar de las fórmulas, a
observar más que a juzgar. Aquel áspero griego me enseñó el método"

YOURCENAR, M: "Memorias de Adriano", 37




“Medita en la mañana. Obra al mediodía. Come al atardecer. Duerme en la noche”

BLAKE, William: “Antología”, 125

99. El arte de ser

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"La atención es el camino hacia la inmortalidad... A través del esfuerzo, la diligencia, la disciplina
y el autocontrol, que el hombre sabio haga de sí mismo una isla que ninguna inundación pueda
anegar"

DHAMMPADA: “La enseñanza de Buda”, 19 y 20




"No radica el mal y el bien en el sufrimiento, sino en la actividad del ser racional y social, como
tampoco su excelencia y su defecto están en el sufrimiento, sino en la acción"

MARCO AURELIO: “Meditaciones”, 167





"Quien teme al fracaso, fracasa".

Anónimo






Cada día, ocho decisiones. Un año, 2.920. ¿Resolver todo en una jornada?... Te agotarás para las
decisiones del mañana.

(pers)





"Hombre, no se va al paraíso sin sufrir. Si quieres entrar en él, tendrás que atravesar el fuego y la
espada"

SILESIUS, Angelus




“La desesperación lleva a la verdad”

WILLIAMS, Teennesse: “La gata sobre el tejado de Zink”




"Pensar en lo mejor, prepararse para lo peor"

DALAI LAMA

100. El arte de ser

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"La pasión sostiene el fondo del mundo mientras el genio pinta el techo"

CHANG CH'AO




“¡Fuerza la cerradura, derriba la puerta. Afronta, desafía, desmiente al Oráculo y te convertirás en
el poeta, el vidente!”


DURRELL, Lawrence: “Clea”, 161




"El que vive sin pasión no vive; el que la domina siempre vive a medias; el que sucumbe en ella es
el que menos ha vivido; el que se acuerda de ella tiene futuro; y sólo tiene pasado el que la ha
proscrito."

CANETTI, E.: "La provincia del hombre", 97




“Cuando estamos obsesionados por una idea y, de pronto, tenemos la posibilidad de realizar esa
idea, porque nos hemos ocupado de esa idea continua e ininterrumpidamente y siempre en el más
alto grado, nos hemos concentrado siempre en esa idea…, no hemos sido ya más que
concentración en esa idea, cuando podemos hacer realidad lo que hemos previsto… Cuando, en
contra de todo, se ha logrado la realización de esa idea… Sólo alcanzamos aquello en lo que nos
concentramos al ciento por ciento y, de hecho, también con nuestro llamado subconsciente, cuando
durante un tiempo largísimo, hasta el momento de conseguir nuestro objetivo, no escuchamos más
que ese objetivo. Cuando tenemos conciencia siempre del hecho de que todo ha conspirado
siempre contra nuestro objetivo, de que todo, salvo nosotros y, muy a menudo, también muchas
cosas dentro de nosotros, no es más que una conspiración contra nuestro proyecto, contra nuestro
objetivo… porque continuamente nos vemos acometidos por las dudas de nosotros mismos y, por
ello, de nuestro objetivo, y somos debilitados por esas dudas, lo que nos hace parecer imposible
alcanzar nuestro objetivo, pero no debemos dejarnos apartar de nuestro objetivo por nada… De
pronto hay ahí una idea que quiere ser realizada, nuestra vida entera, nuestra existencia entera se
compone sólo de esas ideas que quieren ser realizadas, si se interrumpe ese estado, se interrumpe
la vida, ha entrado la muerte. Nos componemos sólo de ideas que han surgido en nosotros y que
queremos realizar, que tenemos que realizar, porque si no, estamos muertos…La carencia de ideas
del hombre es su muerte…, y como muchos hombres carecen de ideas, carecen absolutamente de
toda idea, no existen”.

BERNHARD, Thomas: "Corrección", 19




3.4.1.- ¿Un arte frustrado?



“La verdad es que Jay Gatsby, de West Egg, Long Island, surgió de la idea platónica de sí mismo.
Era hijo de Dios-frase que si significa algo, significa exactamente eso-, y debía ocuparse de los
asuntos de su Padre, al servicio de una belleza inmensa, vulgar y mercenaria. Así que se inventó el
tipo de Jay Gatsby que un chico de diecisiete años podía inventarse, y fue fiel a esa idea hasta el
final. (…) Durante cierto tiempo esas ensoñaciones fueron un desahogo para su imaginación: eran

101. El arte de ser

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un indicio satisfactorio de la irrealidad de la realidad, una promesa de que la roca del mundo se
fundaba firmemente sobre el ala de un hada. El instinto de la gloria futura lo había llevado a (…)”

FITZERALD, F. Scott: “El gran Gatsby”, 108-9




“Porque todo lo que uno puede soñar (subió la mano) lo puede ser”

DIAZ, Junot: “La maravillosa vida breve de Óscar Wao”, 292




“Yo sé quien soy y quién pudiera ser, si quisiera”

CERVANTES, Miguel de: “Don Quijote de la Mancha”,






“He habado ya de la especial relación de Schildknapp y el mundo de la dicha posible; de su
inclinación a mostrarse avaro de sí mismo como medio de economizar aquel tesoro. Ahí residía, a
mi entender, la clave de su existencia (…) seguía viviendo como un sibarita de lo potencial “

MANN, Thomas: “Doktor Faustus, 311




“Ulrich era un hombre pasional, pero por pasión no hay que entender las pasiones por separado.
Debía de haberse dado algo que le empujaba siempre hacia ellas, y eso quizá pasión; pero en un
estado de excitación y de acciones excitadas, su conducta era al mismo tiempo apasionada e
indiferente (…) Sin exagerar mucho podía decir que, en su vida, todo se había desarrollado como
si las cosas estuvieran más relacionadas entre sí que en contacto con él (…) Así tenía que creer
que sus atributos personales se pertenecían más a sí mismos que a él; cada uno, si los examinaba
detenidamente, tenía tan poco que ver con su persona, como con otras que a su vez las poseían.
(…) Si Ulrich hubiera tenido que dar una definición de sí mismo se hubiera visto en apuros (…)
¿Era un hombre fuerte? No lo sabía.(…) Ha surgido un mundo de atributos sin hombre, de
experiencias sin uno que las viva, como si el hombre ideal no pudiera vivir privadamente, como si
el peso de la responsabilidad personal se disolviera en un sistema de fórmulas de posibles
significados (…)

MUSIL, R.: “El hombre sin atributos”, T. 1, 155-6






“Vosotros que, crédulos, escucháis los susurros de la imaginación y perseguís anhelosamente los
fantasmas de la esperanza, los que esperáis que los años cumplan las promesas de la juventud y
que lo que os falta hoy os lo depare el mañana: estad atentos a la historia de Rásselas, príncipe de
Abisinia (…) -pág. 23-

Los largos viajes en busca de la verdad no son obligados. La verdad, tal como se la necesita para
conducirse en la vida, se encuentra siempre donde se la busca honradamente. El cambiar de lugar
no es causa lógica de un aumento de la piedad pues inevitablemente produce dispersión en el
entendimiento (…) - pág. 61-

102. El arte de ser

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Mi querido Imlac –dijo el príncipe-, voy a abrirte mi pecho. Llevo mucho tiempo pensando en
escapar del valle feliz. He explorado las montañas por todas partes, pero me encuentro ante
obstáculos insalvables. Muéstrame el modo de romper mis prisiones; tú serás mi compañero de
huida, guiada de mis correrías, compañero de mi fortuna, y mi único director en elegir cómo vivir
(…) –pág. 66-


Capítulo XLIX. Conclusión, donde no se concluye nada. (…) Se vieron recluidos en casa. (…) Se
entretenían comparando las diferentes maneras de vivir que habían observado y comentando los
diversos proyectos de felicidad que cada cual había imaginado. A Pekuah nunca ningún lugar le
encantó tanto como el convenio de Santo Antonio (…) La princesa pensaba que, de todas las cosas
terrenales, saber es la mejor (…) El príncipe quería un pequeño reino en el que pudiera administrar
justicia personalmente y ver todas las partes del gobernar con sus propios ojos, pero no acaba de
fijar los límites de sus dominios y siempre estaba aumentando el número de sus súbditos. Imlac y
el astrónomo se contentaban con dejarse llevar por la corriente de la vida sin dirigir el rumbo a
ningún puerto principal. De estos deseos que habían formulado, bien sabían que ninguno se
lograría. Deliberaron un rato sobre lo que deberían hacer y decidieron que, cuando se pasara la
inundación, regresarían a Abisinia”. –págs. 185-6-

JOHNSON, Samuel: “La historia de Rásselas”, 23, 61, 66, y 185-6






“Y entonces precisamente, en aquél año de búsqueda incesante, después de haberse dado cuenta de
la falta de rumbo de su vida, tuvo la impresión de ponerse en camino, y no se preocupó demasiado
de su proyecto. No es fácil discernir en semejante naturaleza la pasión dominante; predisposición
y circunstancias le han dado formas ambiguas, su destino no ha sido forzado por ninguna presión
violenta; lo principal es que todavía, para decidirse, le falta algo que desconoce. Ulrich es un
hombre obligado a vivir en contraposición consigo mismo, aunque aparentemente se desenvuelve
libre de coacción”.


MUSIL, R.: “El hombre sin atributos”, T. 1, 157





“-Tengo todo, en efecto, excepto la gran cosa (…) La sensación de haber hecho lo mejor que
podía; la sensación, que es la verdadera vida del artista, y cuya ausencia es muerte, de haber
sacado de su instrumento intelectual la mejor música que la naturaleza había escondido en él, o de
haberlo tocado como se debía tocar. El artista lo hace o no lo hace, y si no lo hace, no es digno de
que se hable de él. Y precisamente los que entienden de veras no hablan de él (…)
-Intente hacer alguna obra realmente buena.
-¿Ah, sí que quiero, bien sabe Dios!
-Bueno, no se puede hacer sin sacrificios; no se lo crea ni un momento-dijo Henry St. George-. Yo
no he hecho ninguno. Lo he tenido todo. Dicho de otro modo, me lo he perdido todo”.
(…)
-Usted es un caballero y un hombre de genio. Creo que usted podría hacer algo.
-Pero, ¿si debo renunciar a eso…, al genio? (…)
-Pobre hijo, le molestó. ¡Intente, intente entonces. Creo que tiene buenas probabilidades y ganará
un buen premio.
-No, ¡yo soy un artista! ¡No lo puedo remediar!
-Ah, ¡pues demuéstrelo! -prorrumpió St. George-, déjeme ver antes de morir lo que más quiero, la
cosa que más anhelo: una vida en que la pasión sea realmente intensa. Si usted puede ser
excepcional, no fracase! ¡Piense lo que es… cómo cuenta, cómo vive.
Habían llegado a la puerta y St. George había estrechado la mano de su compañero entre las
suyas. Allí volvieron a detenerse y Paul Overt exclamó:
-¡Quiero vivir!

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-¿En qué sentido?
- En el sentido más grande.
- Bueno, entonces, aténgase a ello..., vea claro.”

JAMES, Henry: “La lección del maestro” en “Relatos”; 312 , 314 y 319





“Pero su voluntad era dueña de su vida; había algo de aguerrido en su manera de seguir adelante.
Era como si hubiera descubierto el secreto –como si el arte de la vida fuera un astuto truco que
hubiera adivinado. Isabel, al paso que iba creciendo en años, había conocido revulsiones, ascos;
había días en que veía el mundo negro y se preguntaba con cierta acritud para qué fingía vivir. Su
antiguo hábito había sido vivir de entusiasmo, enamorarse de posibilidades súbitamente
vislumbradas, de la idea de una nueva aventura. Como persona joven, había solido pasar de una
pequeña exaltación a otra; apenas quedaban pasajes grises entre medias. Pero madame Merle había
suprimido el entusiasmo; en la actualidad no se enamoraba de nada; vivía enteramente de razón y
de sabiduría. Había horas en que Isabel hubiera dado cualquier cosa por unas lecciones de aquél
arte; si su brillante amiga hubiera estado cerca, habría apelado a ella. Más que antes era consciente
de las ventajas de ser así –de haberse hecho una superficie firme, una especie de coraza de plata”


JAMES, Henry: “El retrato de una dama”, 370





“(...) no me quedó más remedio que optar por la perfección en el trabajo, y no en la vida “

“el protagonista, atormentado por la tentación, no hace absolutamente ningún movimiento, no
experimenta el menor impulso hacia la amplitud o la autorrendición, por no decir la intriga o la
aventura, sino que se deja aniquilar por el triunvirato reinante, la Cordura, la Responsabilidad y el
Respeto de uno mismo “

“me gustaría saber tanto sobre algo, lo que fuera. Llevo cuarenta años escribiendo fantasías. Nunca
sucede nada”

ROTH, Philip: “La visita al maestro” en “Zuckerman encadenado”; 14 y 19






“Quien desea pero no obra, engendra peste...
La cisterna contiene, la fuente desborda"

BLAKE, William: “Proverbios del infierno” en “Antología”, 121 y 123




“Ha caído sobre nosotros la más profunda y mortal de las sequías de los siglos: la del
conocimiento íntimo de la vacuidad de todos los esfuerzos y de la vanidad de todos los propósitos”


PESSOA, Francisco: “La educación del estoico”, 11

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“Mas todo parece indicar que un espíritu generoso y eficiente frente a nada llega a mostrar tan
rápida y completa indiferencia como frente a la viva y amarga seducción del Conocimiento. Claro
está que la profundidad tan melancólicamente concienzuda del muchacho es pura superficialidad,
si se la compara con la sólida decisión del hombre maduro convertido en maestro: la decisión para
negar y rechazar el saber, pasarlo por alto con la cabeza erguida, no bien ose inhibir, desanimar o
servir de desdoro de la voluntad, la acción, el afecto e incluso la pasión”.

MANN, Thomas: “La muerte en Venecia”, 27-8







“¡Y tan rápido! ¡Con tal celeridad! Todo queda velozmente atrás, empezando por la persona que
eres, y en algún punto indefinible llegas a comprender a medias que el despiadado adversario eres
tú mismo”

ROTH, PH.: “El teatro de Sabbath”, 131




“Lo potencial era de su dominio, el espacio infinito de lo posible era su reino –y en este sentido
podía decirse que era efectivamente un poeta-. De su nombre –que en castellano significaba
escudero- deducía que sus antepasados habían sido edecanes de príncipes y nobles, a los que
acompañaron en sus correrías, y aun cuando nunca había montado a caballo ni trataba de hacerlo,
se sentía nacido para caballero. Nada le era más fácil, imaginativamente, que aguantar las riendas
con la mano izquierda y acariciar con la mano izquierda y acariciar con, la derecha el cuello de un
corcel. Cabalgaba a menudo en sueños y esto lo explicaba por la acción de atávicos recuerdos y de
la sangre heredada. El giro verbal de que se servía con mayor frecuencia era:’Debiéramos’. Era
una piadosa fórmula para considerar posibilidades a cuya realización se oponía la impotencia para
decidir (…) He hablado ya de la especial relación entre Schildknapp y el mundo de la dicha
posible; de su inclinación a mostrarse avaro de sí mismo como medio de economizar aquel tesoro.
Ahí residía, a mi entender, la clave de su existencia”.

MANN, Thomas: “Doktor Faustus, 241 y 311





“Olvidamos que, por aquello que no hicimos, no fuimos; que la primera función de la vida es la
acción, del mismo modo que el primer aspecto de las cosas es el movimiento (…) Al final, mi
falta de impulso ha sido siempre el origen de todos estos males; el no saber querer antes de pensar,
el no saber entregarme, el no saber decidir del único modo en que se decide –con decisión, y no
con el conocimiento-, el asno de Buridán que muere en la bisectriz matemática de la calidad de la
emoción y de la paja del esfuerzo, pudiendo, si no pensara, morir, pero no de hambre ni de sed”.

PESSOA, Francisco: “La educación del estoico”, 11 y 27





(…) algo precioso lo había abandonado. Esta era la congoja más penetrante durante los últimos
años: la sensación de reflujo del tiempo, de disminución de las oportunidades; y luego percibió no
tanto que esta última oportunidad se iba sino que ya se había ido verdaderamente. Había hecho
todo lo que podía hacer, y aún no había hecho lo que quería hacer (…) Su carrera había terminado,
sin duda, pero había terminado, una vez que, con esto, nada quedaba por decir (…) Había tomado

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mucho de su vida el producir tan poco de su arte. El arte había llegado, pero había llegado luego de
todo lo demás. A semejante paso, una primera experiencia era demasiado breve: lo suficientemente
larga como para reunir el material; para fructificar, para usar ese material, se debería tener una
segunda edad, una extensión. Era por esta extensión por la que Decombe suspiraba. Mientras
volvía las últimas páginas de su volumen murmuró: ‘Ah por otro momento, ah por una mejor
oportunidad”.

JAMES, Henry: “La edad madura” en “La edad madura. La casa natal”, 15-17





“El resorte particular que no había dejado de moverse en su interior durante la víspera había sido la
apercepción –demasiado frecuente para sorprenderle- de las promesas hechas a sí mismo que,
luego de su otra visita, jamás cumpliera (…) El discurrir del día anterior había sido en realidad el
proceso de ir experimentando una conmoción general en la vida de relación, largo tiempo anulada
individualmente (…) Eran instantes en que podía preguntarse si, dado que, fundamentalmente, no
había ni que plantearse un compromiso con nada, su destino no habría sido, a fin de cuentas, el de
convertirse en objeto de cuidados ajenos (…) Las más elevadas inspiraciones del presente de
Sherter eran quizás aquellas en que este lapso particular se le representaba como un símbolo de su
inacabable rutina y su carencia de momentos dotados, su carencia de dinero, de oportunidades, de
dignidad afirmativa”.

JAMES, Henry: “Los embajadores”, 64-6





3.5.- AUTODISTANCIAMIENTO: EL HUMOR, LA RISA Y LA IRONÍA


“¿Por qué es tan difícil ser serio, por qué es tan fácil ser demasiado serio?”
DELILLO, Don: “Punto Omega”, 75





“El humor ocupa el lugar de la esperanza en todo. El humor es inquilino eterno del vacío. Eso así
lo que he descubierto y no puedo comunicar a nadie. Así que no es cierto que la esperanza, como
alguien dijo, la resistencia de ser ante las previsiones de su mente. No. Es el humor la verdadera
resistencia de fondo. El humor es la verdadera esencia del cosmos y de lo que hay mucho más allá
de éste. Lo he descubierto gracias a mi viaje pionero hacia la nada y quiero creer que eso me
convierte en un descubridor de la estirpe de los mejores descubridores de la historia. La única
esencia del universo es su propio humor (…) El humor es el inquilino eterno del vacío, Bo.
Silencio también inmortal.”


VILA-MATAS, Enrique: “Exploradores del abismo”, 171-2




“La risa decía que estaba harta de quedarse, hasta de tramar la huida, harta de los sueños
satisfechos, harta de los sueños insatisfechos, harta de adaptarse, harta de no adaptarse, harta de
casi todo excepto de existir. La exultación de la existencia mientras estaba harta de todo... ¡eso era
precisamente lo que transmitía aquella risa! Una gran risa hilarante semiderrotada, semidivertida,
semiapresadumbrada, semiasombrada, seminegativa.”

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ROTH, Philip: “El teatro de Sabbath”, 343






"El humor: el rayo divino que descubre el mundo en su ambigüedad moral y al hombre en su
profunda incompetencia para juzgar a los demás; el humor: la embriaguez de la relatividad de las
cosas humanas; el extraño placer que proviene de la certeza de que no hay certeza"

KUNDERA. Milan:"Los testamentos traicionados", 42





“La seriedad es el último refugio de los superficiales"

WILDE, Oscar: Paradoja y genio, en
"Obras escogidas" ,23





"...por mucho que hubiera sufrido, lo mantenía oculto tras una de esas caras huesudas e
inexpresivas que, por otro lado, no esconden nada y revelan una soledad inmensa"

ROTH, Ph.: "La mancha humana", 11





"El hombre superior es libre y sereno, el hombre vulgar es lúgubre y lleno de preocupaciones "

CONFUCIO: “Aforismos”, 21





"Realidad + sueños + humor = sabiduría... Un espíritu cuerdo y razonable, caracterizado por la
sencillez en la vida y en el pensamiento, sólo puede ser logrado cuando hay un predominio mucho
mayor del pensamiento humorístico"

LIN MUTANG: "La importancia de vivir", 19 y 97





“El hombre utiliza la misma manifestación fisiológica –la risa- para expresar dos actitudes
metafísicas distintas. Si de pronto a alguien se le cae el sombrero encima del ataúd, en una tumba
recién abierta, el entierro pierde todo su sentido y nace la risa. Dos enamorados corren por un
prado, cogidos de la mano, riéndose. Su risa no tiene nada que ver con ningún chiste ni con
ninguna clase de humor: es la risa seria de los ángeles cuando manifiestan su alegría de existir.
Ambas modalidades de risa forman parte de los placeres de la vida, pero, llevados al extremo
también indican un Apocalipsis gradual: la risa entusiasta de los fanáticos-ángel, tan convencidos
de su importancia en el mundo, que están dispuestos a colgar del cuello a todo el que no comparta
su alegría. Y la otra risa, procedente del lado opuesto, la que proclama que nada tiene sentido.... La

107. El arte de ser

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existencia humana transcurre entre dos abismos: a un lado, el fanatismo; al otro, el escepticismo
absoluto”.

KUNDERA, Milan
en ROTH, Philip: “El oficio: un escritor, sus colegas y sus obras”, 131





"La risa... hay en ella algo de malicia (las cosas resultan diferentes de lo que pretendían ser), pero
también algo de alivio del bienhechor (las cosas son más ligeras de lo que parecen, nos permiten
vivir más libremente, dejan de oprimirnos con su austera severidad)"

KUNDERA, Milan: "El libro de la risa y el olvido", 96.






"Su risa carece de objeto, es la expresión del ser que se alegra de ser. Del mismo modo que por su
gemido el hombre se encadena al segundo presente de su cuerpo que sufre (y está fuera por
completo del pasado y del futuro) en esa risa estática el hombre no recuerda ni desea, sino que
lanza su grito al segundo presente del mundo y sólo quiere saber de él... expresa una actitud
humana fundamental: la risa seria, la risa más allá de la broma”

KUNDERA, Milan: "El libro de la risa y el olvido"; 90-1.




"En ese momento lo comprendí: si no somos capaces de atribuirle importancia a un mundo que se
considera importante, si dentro de ese mundo nuestra risa no encuentra eco alguno, sólo nos queda
una alternativa: tomar el mundo como un todo y convertirlo en objeto de nuestro juego; convertirlo
en un juguete."

KUNDERA, Milan: "La inmortalidad", 411






“De repente uno tiene que convertir el mundo entero en caricatura. Uno tiene que tener la fuerza
de convertir el mundo en caricatura, dijo, la enorme fuerza de supervivencia, dijo. Sólo lo que
encontramos finalmente ridículo lo dominamos también, sólo cuando encontramos ridículo el
mundo y la vida en él progresamos, no hay otro método, ninguno mejor, dijo”

BERNARHD, Thomas: “Maestros antiguos”, 78




“¿Dónde está lo risible de una Jacqueline que, maltratada como ella sola por la vida, se niega a
vivir desesperanzada? ¿O acaso no consiste lo risible de la naturaleza –de la eternidad, incluso- en
creerse capaz de ganarnos la partida al anular el poder de la esperanza? No, ¡que no! ¡Nunca! Pero
es esta probablemente la broma sutil a costa de un lado de la cuestión o del otro, y la risa es el
enigma que encierra a ambos”.

108. El arte de ser

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BELLOV, Saul: “Las aventuras de Augie March”, 712






”...para todos los que sienten profundamente y tienen una aguda conciencia del inextrincable
laberinto del pensamiento humano, sólo hay una respuesta posible: la ternura irónica, el silencio”.

DURRELL, Lawrence: "Justine", 40




“Las preguntas que usted me hace, querida Clea, son las mismas que me hago a mí mismo. Tengo
que aclararlas un poco (…) deseo sobre todo combinar, resolver y armonizar las tensiones creadas
hasta ahora. Siento que quiero dar una nota…afirmativa –aunque no en los términos concretos de
una filosofía o una religión-. (…) el mundo en que vivimos se funda en algo demasiado sencillo
para ser descrito como una ley cósmica, pero también tan fácil de captar como un acto de ternura,
por ejemplo, de simple ternura como en las relaciones primitivas entre el animal y la planta, la
lluvia y el suelo, la semilla y los árboles, el hombre y Dios (…) Guarde silencio un rato y tendrá
una intuición de ese acto de ternura, no de poder o de gloria; y desde luego, tampoco de
Misericordia, esa vulgaridad del espíritu judío que no puede imaginar al hombre sino en cuclillas
bajo el látigo. ¡No!, porque la ternura de que hablo es absolutamente implacable! (…) debo insistir
en que hay esperanza para el hombre, en que su vida tiene un objeto, dentro de los límites de una
simple ley; y me parece ver que la humanidad va adueñándose gradualmente de la información
necesaria por medio de la simple atención, no de la razón, que le permitirá un día vivir de acuerdo
con esa idea –el verdadero sentido de la ‘alegría ilimitada’-. ¿Qué otra cosa podría ser la alegría¿
De esta nueva criatura que los artistas perseguimos, no se dirá que ‘vive’ sino que, como el tiempo
mismo, simplemente ‘transcurre’. Maldito sea, es difícil expresar estas cosas. Quizá la clave esté
en la risa, en el Dios Jocoso. Después de todo, las gentes serias son las que perturban la paz del
corazón con sus chiquilladas (…) Creo que es preferible apartarse resueltamente de esas grandes
palabras oblongas como Belleza, Verdad, etcétera.(…) Como a usted, se me plantean dos
problemas interrelacionados: mi arte y mi vida En mi vida soy bastante indeciso y miserable, pero
en mi arte soy libre de ser lo que más deseo parecer: alguien capaz de introducir decisión y
armonía en las vidas moribundas que lo rodean”.

DURRREL, Lawrence: “Baltazar”, 240-2





"...la ironía es un consuelo humano y está fuera de lugar cuando uno se desenvuelve como un
dios"

ROTH, P.:"Pastoral americana", 16



“Me gusta un tipo de ironía que llamo benévola, compasiva, como la que encontramos, por
ejemplo, en el mejor Cervantes. No me gusta la ironía feroz sino la que se mueve entre la
desilusión y la esperanza. ¿De acuerdo?

VILA-MATAS, Enrique: “París no se acaba nunca”, 11

109. El arte de ser

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"En compensación por las muchas penalidades de la vida el cielo ha dado a los hombres tres cosas:
la esperanza, el sueño y la risa"

KANT, Inmanuel





“...privilegio de los dioses y de los hombres es la risa,
su origen primigenio es el dios que se ha reconocido a sí mismo,
mudamente presintiendo procede de su presciencia,
de la presciencia de su propia destructibilidad,
de su presciencia de la destructibilidad de lo creado,
él vive, como parte concreada y concreadora, su existencia,
creciendo por el conocimiento de sí mismo y más allá de éste
vuelto a la presciencia de que procede el reír...”

BROCH, H.: "La muerte de Virgilio", 125-6





"...no hay rastro de humor en él. Quizá el mayor peligro del héroe es confundir la seriedad en el
cumplimiento de su tarea con tomarse a sí mismo demasiado en serio. Pero el humor revela lo
ineficaz del excesivo agobio y pundonor; admitir de antemano la demoledora e imprevisible
jugada del azar, que puede aniquilar la decisión más enérgica y valiente, y agradecer -no con
resignación sino con júbilo- el absurdo que aporta, forma parte de la virtud de generosidad que,
junto con la del valor, son las dos esenciales del héroe. El sentido del humor es una cualidad
trágica e indispensable y la forma de religiosidad más decente y menos manipulable por los
inquisidores"

SAVATER, Fernando: "La tarea del héroe", 143



“Lo menos soportable entre todo: el osificarse el carácter, segundo esqueleto que más cruje cuanto
más se avecina el final”


BELLOV, Saul: “Las aventuras de Augie March”, 339




"La imaginación consuela a los hombres de lo que no pueden ser, y el humor los consuelan de lo
que son"

CHURCHILL, Winston





"De pronto, pero con suavidad, quiso comunicarnos... este sencillo verso: 'La muerte no es verdad'.
En vez de contentarse, que a lo mejor por dentro, quien sabe, al escritor, por todo comentario, se le
escapó un suspiro: '¿tampoco?'"

ULLAN, JOSE MIGUEL
Prólogo a
MONTERROSO, AUGUSTO: "Cuentos, fábulas y lo demás es silencio" , 26

110. El arte de ser

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"El melancólico es, casi siempre, un hombre que lee demasiado. El ojo humano no está hecho para
esta distancia; su reposo son los grandes espacios...si los ojos están relajados, la cabeza está libre,
el paso se hace más firme, todo se hace más firme, todo se relaja y suaviza hasta las vísceras. Pero
no trates de suavizarte mediante la voluntad; tu voluntad, ejercida sobre ti, lo hace todo al revés y
acabará por estrangularte. No pienses en ti. Mira a lo lejos"

ALAIN: "Mira a lo lejos", 133


 


"Es un poco lo que dice Daniel Samper, lo contrario del humor no es la seriedad sino lo pomposo.
Realmente hay poca gente tan seria para trabajar como Les Luthiers o como Woodie Allen. Son
tipos que laburan. Y a mí me causa gracia todo lo ceremonioso, lo académico, lo pomposo, las
instituciones rígidas, los ejércitos, algunos escritores, todos aquellos que observan la vida como
desde una torre de marfil"

FONTANARROSA, Roberto. Entrevista de Juan Cruz en El País Semanal, num.1.487, 27 marzo 2005, Pág.17



 


"...la ironía es una risa amarga. Mi risa es un chisporroteo bonachón que viene tanto del vientre
como del cerebro"

NABOKOV, V: entrevista en el programa "Apostrophes", TV francesa, mayo 1975


 
 
"Soy muy consciente de los peligros del patetismo, algo que detesto. Soy partidario de un concepto
de lo sublime en el que la ironía no esté ausente. Es lo sublime que ha sobrevivido a Auschwitz,
un sublime mutilado. Se vive entre esos extremos, la ironía y el éxtasis. La poesía debe reflejar
esa dicotomía"

ZAGAJEWSKI, Adam (poeta polaco)
 

 
 

111. El arte de ser

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3.6.


ATRIBUTOS, CUALIDADES




“Los signos de distinción son siempre invisibles –dijo el mayor-, solo el pecado se ve”

BROCH, Hermann: “Huguenau o el realismo”, 218





3.6.1.- El ser humano sin atributos: común o mediocre




“Agradecido, pulsa las cuerdas de su lira enmohecida para entonar un salmo de acción de gracias
moderado, tolerablemente alegre, casi placentero, con que aburrir a su semidiós de la satisfacción,
un ídolo tranquilo, plácido, levemente narcotizado con bromuro; y en el aire tibio y pesado de este
aburrimiento satisfecho, de esta carencia de dolor digna de agradecimiento, se parecen como
gemelos ambos: el aburrido dios de la mediocridad, que está dando cabezadas, y el hombre
mediocre, un poco encanecido, que entona el apagado salmo”

HESSE, Herman: “El lobo estepario”, 712


“Un hombre inepto para la vida práctica –que no solamente lo parece, sino que de hecho lo es- no
sirve ni se le puede confiar cosa alguna en las relaciones humanas (…) Y puesto que el disfrutar de
atributos presupone una cierta deleitación en su realidad, es lícito prever que a alguno, que ni para
sí mismo tiene sentido de la realidad, le llegue un día en el que tenga que reconocerse hombre sin
atributos”


MUSIL, R.: “El hombre sin atributos”, T. 1, 20

 
 


“-‘Ese es un hombre sin atributos’
-¿’Y qué es un hombre sin atributos?’, se preguntó Clarisse sosteniendo una carcajada.
- ‘Nada, sencillamente nada’ (…)
- Para él no hay nada firme, todo es transferible, todo es parte de un entero, de innumerables
enteros, quizá de un superentero que él desconoce totalmente. Por eso, todas sus respuestas son
respuestas parciales; sus sentimientos, opiniones; y no le interesa el ‘qué’ sino el ‘cómo’
marginal, la acción secundaria y accesoria (…)”

MUSIL, R.: “El hombre sin atributos”, T. 1, 68-9

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“El hombre hace excepción única de sí mismo; en nuestra vida real, es decir personal, y en la
público-histórica sucede siempre lo que en el fondo carece de motivo suficiente”.

MUSIL, R.: “El hombre sin atributos”, T. 1, 140



 
 

“ ‘Yo soy del parecer de usted, señora –se apresuró Ulrich a contestar-. Para nada soy más incapaz
que para mí mismo’. ‘Usted bromea siempre en vez de consagrarse a la vida’, opinó Diotima (…)
Usted bromea y es negativo; anda siempre al borde de lo imposible y rehúye toda decisión seria”.

MUSIL, R.: “El hombre sin atributos”, T. 1, 281

 

“Parece que fue muy femenino, preocupado por su escasa voluntad (aunque en cierto sentido tuvo
demasiada si se tiene en cuenta lo mucho que la impuso). No quiere ser él mismo. Su personalidad
es imprecisa y por lo mismo tiende a soluciones radicales. Su capacidad intelectual es normal
,aunque sin formar; se fía sobre todo de las corazonadas y desprecia la inteligencia, porque ésta
requiere tomar decisiones. A veces, se echa en cara su cobardía y adopta decisiones que luego no
podrá sostener. Stiller es un moralista, como casi todos aquellos que no se aceptan a sí mismos.
Otras veces se expone a peligros innecesarios o de muerte sólo para demostrarse a sí mismo que es
un héroe. ES un hombre de mucha fantasía y padece los clásicos sentimientos de inferioridad
porque exige de sí mismo más de lo que debiera. Su sentimiento básico de ser hasta cierto punto
culpable es considerado por él como algo profundo e incluso como un sentimiento religioso.
Stiller es una persona agradable, simpática y que no se pelea jamás. Cuando no logra lo que quiere
a base de su simpatía, se retira en su melancolía. Le gustaría ser ‘sincero, y esa sed insaciable de
‘veracidad’ se debe en él a una forma especial de hipocresía. Cuando se presenta la ocasión, esta
clase de individuos suelen ser sinceros hasta llegar al exhibicionismo para sortear un solo punto, el
neurálgico, creyendo que son especialmente sinceros, más sinceros que los demás. Stiller no sabe
dónde se halla este punto, este agujero negro, que no puede ocultarse jamás, y siente miedo incluso
cuando el agujero no se descubre. Es de los que viven siempre de esperanzas y le gusta dejarlo
todo en la vaguedad; y también es de los que, estén donde estén, piensan necesariamente lo bien
que starían en otro sitio. Interiormente por lo menos, huye siempre del tiempo y del espacio
presentes.”

FRISCH, Max: “No soy Stiller”, 269-70

 


“Clem insistía en que yo adquiriese un rumbo en la vida, me ejercitase en ello, concentrase mis
esfuerzos en volverme imprescindible, aprendiese a ser enérgico y no retrógrado, absoluto y no
relativo, y otras hierbas. Yo padecía, por mi parte, del desasosiego de quien confía en ser
absorbido por algo superior a él. Yo no podía ser el absorto fogonero de una llama individual para
transformarla en el sol de un mundo que no extrajese de él tibieza sino un resplandor a lo Plutarco.
Volverse necesario sería bueno, magnífico, pero ¿ser apenas el hijo de Febo? Yo no me permití
soñar con eso, siquiera, pues nunca intenté exceder a mi capacidad real”


BELLOV, Saul: “Las aventuras de Augie March”, 278


 

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"Mi padre... era un hombre abrumado de virtudes. Carecía de ambición y de alegría, como tantos
hombres que se van eclipsando de año en año, había llegado a ocuparse con maniática minucia de
las insignificancias a las cuales se dedicaba"




YOURCENAR, M: "Memorias de Adriano", 33

“Porque el hombre exacto que lo toma todo tan meticulosamente y sin prejuicios nada aborrece
tanto como la idea de tomarse en serio a sí mismo y, por desgracia, apenas cabe dudar de que
consideraría la utopía de sí mismo como un intento inmoral cometido contra personas seriamente
ocupadas”.

MUSIL, R.: “El hombre sin atributos”, T. 1, 254





“Mr. Benham casi tenía el aspecto del profesor inglés corriente. Tenía una gracia notoria algo
debilitada por el abandono y el desuso... Mostraba una gran actividad en cosas insignificantes,
estaba encariñado con la frase ‘todo en orden’ y jugaba al críquet mejor que cualquiera de otros
maestros.. Como tantos otros eclesiásticos y maestros, había desconfiado desde muy temprano del
impulso natural en la conversación y había adoptado la precaución defensiva de emplear un
lenguaje un tanto grave y sonoro. Causaba el efecto de un hombre que con sus actos y con su voz
trataba gravemente de impedir que las cosas siguieran su curso... se las arregló para transmitirme
su creencia de que había esas cosas sublimes que se llaman honor, fines elevados, nobleza... Pero
era como si aludiera a un tesoro que se hallara cubierto de polvo en una buhardilla, un tesoro que
él no había sido capaz de gastar... Era un hombre agotado por el trabajo al que le asaltaban muchas
congojas fútiles”

WELLS, H. G.: "La investigación sublime", 47-8





“El individuo puede tener presentes todas clases de objetivos personales, de fines, de esperanzas,
de perspectivas, de los cuales extrae la energía para los grandes esfuerzos y actividades; ahora
bien, cuando lo impersonal le rodea, cuando la época misma, a pesar de su agitación, en el fondo
está falta de objetivos y de esperanzas, cuando ésta se le revela como una época sin esperanzas, sin
perspectivas y sin rumbo, y cuando la pregunta sobre el sentido último
, inmediato y más personal
de todos esos esfuerzos y actividades -pregunta planteada de manera consciente o inconsciente-,
pero planteada al fin y al cabo- no encuentra otra respuesta que el silencio del vacío, resultará
inevitable que, precisamente a los individuos más rectos, esta circunstancia conlleve cierto efecto
paralizante que, por vía de lo espiritual y moral, se extienda sobre todo a la parte física y orgánica
del individuo. Para estar dispuesto a realizar un esfuerzo considerable que rebase la media de lo
que comúnmente se practica, aunque la época no pueda dar una respuesta satisfactoria a la
pregunta ‘¿para qué?’, se requiere bien una independencia y una pureza moral que son raras y
propias de una naturaleza heroica, o bien una particular fortaleza de carácter. Hans Cartorp no
poseía ni lo uno ni lo otro, y no era, por lo tanto más que un hombre mediocre, eso sí, en uno de
los sentidos más honrosos del término”

MANN, Thomas: “La montaña mágica”, 45-6



“Aunque tenía, efectivamente, práctica y experiencia en las cosas de la vida, y algunas aptitudes
muy notables, prefería, sin embargo, descollar como ejecutor de ideas ajenas, que por el imperio

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de las suyas, hombre adicto sin adulación y -¿adónde va, el siglo?- hasta ruso y cordial (…) a su
esposa le tenía tal respeto y tal temor que hasta casi la amaba”.

DOSTOYEVSKI, F. M.: “El idiota”, 14 y 15


 

“Incapaz de cualquier sentimiento de pasión, ya fuera por una cosa, una idea o una persona, no
había podido o no había querido mostrarse a sí mismo bajo ninguna circunstancia y se las había
ingeniado para mantenerse a cierta distancia de la vida. Comía, iba a trabajar, tenía amigos, jugaba
al tenis; pero a pesar de todo no estaba allí, Era un hombre invisible, en el sentido más profundo e
inexorable de la palabra. Invisible para los demás, y muy probablemente para sí mismo (…) Lo
cierto es que su vida no se centraba en el lugar donde vivía; su casa era sólo uno de los tantos
lugares de parada en su inquieta y desarraigada existencia y esa falta de raíces lo convertía en un
perpetuo forastero, un turista en su propia vida. (…) Solitario, pero no en el sentido de estar solo.
No solitario como Thoreau, por ejemplo, que se exiliaba en sí mismo para descubrir quién era; ni
solitario como Jonás, que rogaba por su salvación en el vientre de la ballena. Soledad como forma
de retirada, para no tener que enfrentarse a sí mismo, para que nadie más lo descubriera.”

AUSTER, Paul: “La invención de la soledad”, 13-4, 17 y 27


 
 


“No haber intervenido es con mucho la cosa más represensible que he hecho nunca, el punto más
bajo de mi andadura como ser humano. No sólo permitió que un asesino quedara inmune, sino que
tuvo el insidioso efecto de obligarme a afrontar mi propia debilidad moral, a reconocer que en
ningún momento había sido la persona que yo creía ser, que era menos bueno, menos fuerte,
menos valiente de lo que me había imaginado ser. Horrorosas, implacables verdades. Mi cobardía
me asqueaba, y, sin embargo, ¿cómo no tener pavor a la navaja?”

AUSTER, Paul: “Invisible”, 68-9

 

“Efectivamente, nuestra ridiculeces son causadas en gran medida por un bello sentimiento, una
virtud o unas facultades llevadas al extremo. El orgullo que no se refina con el trato del gran
mundo se transforma en rigidez que se apega a simples pequeñeces en vez de crecer en un círculo
de sentimientos elevados. La exaltación, esa virtud dentro de la virtud, que engrenda a los santos,
que inspira los sacrificios secretos y las brillantes poesías, se convierte en exageración al aplicarse
a las naderías de provincias. Lejos del centro en el que brillan los grandes espíritus, donde el aire
está cargado de pensamientos, donde todo se renueva, la instrucción envejece, el gusto se
desnaturaliza como si de agua estancada se tratase. A falta de ejercicio, las pasiones se
empequeñecen al agrandarse las nimiedades. Es ahí donde ha de buscarse la razón de la avaricia y
de los comadreos que infestan la vida de provincias. La imitación de las ideas estrechas y de los
comportamientos mezquinos no tarda en adueñarse de la persona más distinguida. Y así perecen
los hombres nacidos para ser grandes, y mujeres que, enmendadas por las enseñanzas del mundo y
formadas por unos espíritus superiores, habrían sido encantadoras”


“Lucien no llegará nunca al crimen, no tiene valor para ello; pero consentiría un crimen ya
perpretado por otros, compartiendo su provecho y no los peligros, cosa que repugna a cualquiera,
hasta los depravados. Se despreciará a sí mismo, se arrepentirá, pero si la necesidad volviera a
ponerlo en la misma tesitura, reincidiría, ya que carece de voluntad, y es incapaz de resistirse a las
seducciones de la voluptuosidad y de la satisfacción de sus menores ambiciones. Indolente como
todos los temperamentos poéticos, se cree hábil escamoteando las dificultades en vez de vencerlas.
Y elogiarle por su coraje sería tan inútil como reprocharle su cobardía. Lucien es como un arpa
cuyas cuerdas se tensan o se aflojan según los cambios atmosféricos (…) Es un brillante conjunto

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de buenas cualidades bordadas sobre un fondo demasiado ligero”

BALZAC, Honoré de: “Las ilusiones perdidas”, 49 y 535-5


 
 


3.6.2.- Paz interior y convencimiento


“Porque mis constantes vitales de esta mañana son el sol que saluda a los despertares, el
descubrimiento del placer de ser cortés, la revelación algo tardía de que todo es excepcional, el
despliegue de gentileza en el trato con las personas, la impresión de vivir en plena tempestad de
calma (…), el abordaje suave de una lógica espartana del trabajo (…), la utilización de la ironía
templada como rasgo de elegancia, de tímida felicidad, en definitiva”.

VILA-MATAS, Enrique: “Exploradores del abismo”, 16-17



 

“El hombre, peregrino en la geografía de una gran patria, de una religión o de un escalafón de
renta, lleva gran parte de su vanidad bajo los pies, porque le han enseñado que no le es lícito darle
cabida en el corazón y a falta de una posición tal, se contenta incluso –cosa al alcance de todos-
con situarse en lo más alto de la columna del tiempo sobre el soporte de la nada, es decir, vivir en
el momento presente en que todos los predecesores están ya reducidos a polvo y los venideros no
han llegado todavía”

MUSIL, R.: “El hombre sin atributos”, T. 1, 235

 


“... propongo cuatro actitudes que considero indispensables para un líder religioso de nuestros días.

En primer lugar, una profunda comunicación interior con Dios y un intenso espíritu de oración.
Con la mayor asunción de las responsabilidades debe crecer también el tiempo para la oración y el
silencio.

En segundo lugar, una gran paz interior, como nos recomienda la carta de Pablo a los filipenses:
‘No os angustiéis por nada, sino que, en toda ocasión, exponed a Dios vuestras peticiones, con
oraciones, ruegos y con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa toda inteligencia,
custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos’ (4, 6-7).

En tercer lugar, el convencimiento de ser testigos de una gran esperanza para nuestra época. Este
es un tiempo en el que aumentan continuamente la frustración y la desesperación, y nuestra misión
debería ser traer esperanza y alegría.

Finalmente, es muy útil tener una pizca de humor, una actitud serena que procede de la esperanza
y la fe. Estamos todos en manos de Dios y, por tanto, estamos en buenas manos”



MARTÍNI, Carlo María: “Hacia Jerusalén”, 181-2


 

“- Tenía entendido que este hombre era un santo –dijo.

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- Algo todavía más raro –dijo el doctor Urbino-: un santo ateo. Pero esos son asuntos de Dios”


GARCIA MARQUEZ, Gabriel: “El amor en los tiempos del cólera”, 15










3.6.3.- Ser auténtico, verdadero

“Hay dos formas distintas de derrota: ante los demás, ante nosotros mismos. Fracasar ante los
demás, si uno tiene humor y ganas de vivir, carece de importancia, porque depende
exclusivamente de estúpido o desinformado juicio de los otros. Pero el otro tipo de fracaso es
mucho más duro, sobre todo si incluye la traición a nuestra propia moral, a nosotros mismos”

VILA-MATAS, Enrique: “El brillo de lo auténtico (Joseph Roth)”




“Un novelista no tiene por qué ser coherente ni estar exento de contradicción. Tiene que ser
verdadero, que es muy distinto. Más todavía: si sus personajes son verdaderos, la incoherencia es
inevitable, ya que los seres humanos no obedecen al principio de identidad. La coherencia debe
buscarse en la matemática, no en la novela”.


SABATO, Ernesto: “El escritor y sus fantasmas”, 25




“Seguirás adelante y cometerás los mismos errores, a menos que lleves contigo algo para recordar,
una conciencia, como algunos dirían, algo oculto en las orejas de tus botas que te ayude a avanzar
en un día frío (y frío lo será sin duda), una parte de tu alma que no depende de los recuerdos, que
está más allá de los recuerdos”

PYNCHON, Thomas: “Mason y Dixon”, 323




“Cada hora del hombre es un lugar vivo de nuestra existencia que ocurre una vez, irremplazable
para siempre. Aquí reside la tensión de la vida, su grandeza, la posibilidad de que la inasible
fugacidad del tiempo se colme de instantes absolutos (...) Creo que lo esencial de la vida es la
fidelidad a lo que uno cree es su destino, que se revela en esos momentos decisivos, esos cruces de
caminos que son difíciles de soportar pero que nos abren a las grandes opciones (...) Los valores
son los que nos orientan y presiden las grandes decisiones”

SABATO, Ernesto: “La resistencia”, 113-4




"... No han pasado todavía muchos años desde que un espíritu viril, digno de admiración,
significaba un ser cuyo valor era valor moral
, su fuerza la fuerza de una convicción, su solidez la
del corazón y la de la virtud, un hombre que consideraba la rapidez como algo pueril, el

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fingimiento como una cosa ilícita, la volubilidad y el ímpetu como indecoroso..."

MUSIL, Robert:"El hombre sin atributos", T. 1, 48





“Un hombre de verdad es un fenómeno tan raro como una mujer de verdad. Un hombre que no
necesita demostrar nada a los demás con palabras altisonantes ni con su espada, que no necesita
cantar como un gallo, que no pide más ternura que la que él mismo es capaz de ofrecer, que no
busca ni a una madre ni a una amiga en las mujeres, que no quiere refugiarse en los brazos del
amor ni detrás de las faldas de las mujeres; un hombre que únicamente desea dar y recibir, sin
prisas, sin ansiedad, porque ha entregado toda su vida, todas sus energías, todas las luces de su
mente y todos los músculos de su cuerpo a la atracción de la vida misma: ese tipo de hombre es un
fenómeno verdaderamente rarísimo”

MARAI, Sándor: “La amante de Bolzano”, 31




"Muchos han intentado comprender su vida en su coherencia espiritual
, y aquellos que lo han
logrado difícilmente pueden quedar anticuados...pues la verdadera unidad de una vida es una
unidad secreta, y donde actúa con más eficacia es allí donde se esconde sin proponérselo"

CANNETI, Elias:"La provincia del hombre", 10



"Respetar cuanto uno ha de respetar; no protestar por nada; no sufrir jamás la molestia de no tener
confianza en sí mismo; no enredarse jamás en la obsesión ni ser torturado por la incapacidad,
envenenado por el resentimiento, impulsado por la cólera..."

ROTH, P.:"Pastoral americana",46





"Antes de volver a ser todo un hombre, probablemente existiré como un parque, como parque
natural al que la gente va a descansar, a pasar el rato. Lo que digan o hagan poco importará, pues
sólo traerán su fatiga, su aburrimiento, su desesperanza. Seré un amortiguador entre el piojo blanco
y el lóbulo rojo. Seré un ventilador para erradicar los venenos acumulados mediante el esfuerzo
por perfeccionar lo imperfectible. Seré ley y orden, tal y como existe en la naturaleza, tal y como
se proyecta en el sueño. Seré el parque salvaje en plena pesadilla de la perfección, el sueño
sosegado, inconmovible, en plena actividad frenética, el tiro al azar en la blanca tabla de billar de
la lógica. No sabré llorar ni protestar, pero estaré siempre ahí en absoluto silencio para recibir y
restituir. No diré nada hasta que sea un hombre. No haré esfuerzos para preservar ni destruir. No
emitiré juicios ni críticas. Los que estén hartos acudirán a mí en busca de meditación y reflexión;
los que no lo estén morirán como vivieron, en el desorden, en la desesperanza, ignorando la verdad
de la redención."

MILLER, Henry: "Trópico de Capricornio",177




“Hablar en público, pensar en solitario, leer y escuchar, hacer preguntas y responderlas son la
ocupación del sabio. Anda por el mundo sin ostentaciones ni temores y no es conocido ni
apreciado por hombres como él”

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JOHNSON, Samuel: “La historia de Rásselas”, 47





“(…) las grandes batallas de la vida, incluso en los momentos más críticos, deben librarse con las
armas de la cortesía; sólo así serán dignas de nosotros si queremos mantener nuestra honra y
nuestro orgullo, nuestra dignidad humana”

MARAI, Sándor: “La amante de Bolzano”, 275






"Me gustaría llegar a ser tolerante sin pasar por alto nada; no perseguir a nadie, aunque todos me
persiguieran; ser cada vez mejor sin darme cuenta; estar cada vez más triste, pero vivir a gusto;
ser cada vez más sereno y alegre; ser feliz en los otros; amar lo mejor, consolar lo peor; ni
siquiera odiarme ya a mí mismo"

CANETTI, E: "La provincia del hombre", 92




CARRÈRE, Emmanuel: “De vidas ajenas”, 176





“Es algo que siento acerca de las líneas axiales de la vida: hay que guardar rectitud respecto a ella
o, si no, la existencia se torna bufonesca, lo cual oculta algo trágico sin vuelta de hoja... ¡La
verdad, el amor, la paz, la liberalidad, la utilidad, la armonía! ¡Qué velozmente pasan el ruido y los
chirridos, la tergiversación, la cháchara, las distracciones, el esfuerzo, lo superfluo, como un
sueño! Y creo que todo hombre puede regresar en cualquier tiempo a las líneas axiales, si se
queda quieto y espera el momento oportuno. La ambición de algo especialísimo que he tenido
siempre, es solo un alarde que te impide ver esto y lo falsea en su origen: pues este es el
conocimiento atávico del hombre, anterior al Ganges y el Eufrates. La vida puede organizarse en
todo momento y regenerarse el hombre, sin necesidad de ser un dios o un público servidor como
Osiris... bástale ser solo un hombre que, entre finito como es, siempre podrá dirigirse a las líneas
axiales. Y esto definirá su ser y su conducta y los pondrá en foco. Ese hombre vivirá en pleno
goce, aun de sus dolores, si los acepta; y ni siquiera su desamparo le quitará poder, ni su
errabundez le apartará de sí mismo, ni las pesadas bromas de la sociedad le tornarán ridículo, ni
el reiterado desengaño le quitará su amor. Y la muerte no ha de ser tan terrible para él si la vida no
lo es. El abrazo de otra gente auténtica disipará su temor a la transformación rápida y la brevedad
de la vida...

BELLOV, Saul:”Las aventuras de Augie March”, 600-1




“Amamos la belleza con sencillez y el saber sin relajación. Nos servimos de la riqueza más como
oportunidad para la acción que como pretexto para la vanagloria, y entre nosotros no es un motivo
de vergüenza para nadie reconocer su pobreza, sino que lo es más bien no hacer nada por evitarla.
Las mismas personas pueden dedicar a la vez su atención a asuntos particulares y a los públicos, y
gentes que se dedican a diferentes actividades tienen suficiente criterio respecto a los asuntos
públicos. Somos, en efecto, los únicos que a quien no toma parte en estos asuntos lo consideramos
no un despreocupado, sino un inútil, o los estudiamos puntualmente, porque, en nuestra opinión,

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no son las palabras lo que supone un perjuicio para la acción, sino en no informarse por medio de
la palabra antes de proceder lo necesario mediante la acción. También nos distinguimos en cuanto
a que somos extraordinariamente audaces a la vez que hacemos nuestros cálculos sobre las
acciones que vamos a emprender, mientras que a los otros la ignorancia les da coraje, y el cálculo,
indecisión. Y es justo que sean considerados los más fuentes de espíritu quienes, aun conociendo
perfectamente las penalidades y los placeres, no por esto se apartan de los peligros. También en lo
relativo a la generosidad somos distintos a la mayoría, pues nos ganamos los amigos no recibiendo
favores, sino haciéndolos. Y quien ha hecho el favor está en mejores condiciones para conservar
vivo, mediante muestras de benevolencia hacia aquél a quien se concedió el favor, el
agradecimiento que se le debe. El que lo debe, en cambio, se muestra más apagado, porque sabe
que devuelve el favor no con miras a un agradecimiento sino para pagar una deuda. Somos los
únicos, además, que prestamos nuestra ayuda confiadamente, no tanto por efectuar un cálculo de la
conveniencia como por la confianza que nace de la libertad”.

(Discurso fúnebre de Pericles)
TUCIDIDES: “Historia de las guerras del Peloponeso”, 181 y ss.






“Me llamo Asklepios, y de tarde en tarde tomo la pluma para confesarme, lo cual hago por cumplir
la necesidad de experimentarme verdadero, como ordenó Demócrito. Amo la comparecencia de
todas las cosas (…) Busco lo originario (…) El poder no tienta mi voluntad (…) Repudio las
ficciones y sus consecuencias (…) Odio los reverenciosos, me repugnan los mágicos y aborrezco
toda doctrina irracional (…) Me burlo de toda grandeza, porque pienso que cualquier grandeza es
falsa (…) Como todo proscrito, padezco nostalgias, y éstas son las nostalgias que yo, un griego,
vivo: nostalgia de la Verdad, de la Belleza y de la Bondad. Rehúso la tristeza, pero valoro la
melancolía (…) No sigo camino ni ando por senda de maestro conocido (…) Amo a los débiles
(…) Por las buenas familias, los poderosos, los exquisitos, los calogistas y los adoctrinados no
siento simpatía (…) Amo el Arte, la libertad, la justicia y el ser-bueno. Sin embargo, nada espero
de los dioses ni de los hombres. Por eso soy hombre (…) Gusto de sacar la lengua a los fariseos,
filisteos y demás etcéteras, haciéndoles comprender que nada saben (…) “



ESPINOSA, Miguel: “Asklepios”, 13-4






“Algunos de los maestros cuya influencia ha dejado en mi carácter una huella hasta hoy mismo
perdura, combinaban un gran ardor en la concepción con la seguridad en la ejecución basados en
esa justa apreciación de los medios y los fines que constituye la mayor cualidad del hombre de
acción. Y un artista es un hombre de acción, tanto al crear una personalidad como al inventar un
expediente o hallar la forma de salir de una complicada situación. Entre los que yo conocí había
también maestros cuyo arte esencial consistía en eludir cualquier situación imaginable. No hace
falta decir que nunca hicieron grandes cosas en su oficio; pero no por eso eran despreciables. Eran
modestos; estaban percatados de sus limitaciones (…) Me acuerdo especialmente de uno de ellos
(…) Sólo una vez intentó un golpe de audacia (…) Pero no había autenticidad en aquella
demostración que había podido ser arte. Pensaba en sí mismo; ansiaba la gloria meretricia de una
hazaña llamativa (…) En su caso no había arte por el arte: era arte por mor de sí mismo; y el precio
que hubo de pagar por aquel pecado, el mayor de cuantos hay, fue un estrepitoso fracaso”.

CONRAD, Joseph: “El espejo del mar”, 82-3-4

120. El arte de ser

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3.6.4.- Equilibrio automáticamente renovado. La búsqueda sobria de un precario equilibrio.
Una confianza inexpugnable.





Se humilde y te conservarás entero.
Flexible, y te mantendrás recto.
Vacío, y permanecerás lleno;
Consúmete, y serás renovado;
Al que menos tenga, más le será restado.
Por esto el Sabio considera al Uno norma del Universo.
No se exhibe, luego sobresale;
No se celebra, luego es advertido;
No se ensalza, luego merece elogio;
No se vanagloria, luego es insigne;
Y porque no lucha, nadie en el mundo puede luchar contra él.
‘Sé humilde y te conservarás entero’, dice un antiguo proverbio.
¿Pueden estas palabras considerarse vanas?
En verdad que el humilde conservará su entereza.


LAO-TSÉ: “Tao-Te-Ching (El libro del recto camino), 50






“Cuando cesa el esfuerzo compulsivo por alejarse del ahora, la alegría de Ser fluye en todo lo que
haces. En cuanto tu atención se orienta hacia el ahora, sientes una presencia, una quietud, una paz.
Ya no dependes del futuro (…) Cuando tu sentido de identidad se deriva del Ser, cuando te liberas
del ‘devenir’ como necesidad psicológica, ni tu felicidad ni tu sentido de identidad dependen de
los resultados, y por tanto estás libre del miedo. No buscas la permanencia donde no puedes
hallarla: en el mundo de la forma, de la ganancia y de la pérdida, del nacimiento y de la muerte.
No pides que las situaciones, condiciones, lugares o personas te hagan feliz y después sufres si no
responden a tus expectativas. Respetas y honras todas las cosas, pero ninguna importa demasiado.
Las formas nacen y mueren, pero tú eres consciente de lo eterno que está detrás de las formas”.


TOLLE, Eckhart: “El poder del ahora”, 84-5







“El centro de gravedad de su ser, allí donde una persona se encuentra anclada y donde es auténtica
e integra”.

MARAI, Sándor: “Divorcio en Buda”, 33





“Tengo lo que tengo y nada más. Oscilo entre la consolación y el desconsuelo. Me arden las sienes
pero no es jaqueca, sino la búsqueda sobria de un precario equilibrio
. Asimismo busco
remordimientos más o menos cercanos, y no encuentro ninguno. Digamos que mis pasos son

121. El arte de ser

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firmes. Tendría que probar con los pies descalzos, para no engañarme con tacos y con suelas.
Tengo lo que tengo o más bien lo que tuve. En mi alma hay un pozo y en mi sangre hay un
náufrago. Mis pensamientos quieren por unanimidad llevarme al sacrificio, pero mis sentimientos
pagan el rescate y me evado con ellos. De nuevo tengo lo que tengo (vaya, la verdad es que me
siento otro) pero por fin estoy más seguro y más lejos”.

BENEDETTI, Mario: “Vivir adrede”, 24




“(…) hay que tender a lo que Spinoza llamaba una ‘organización selectiva’ de las pasiones (el
paso de la pasión a la acción, de la alegría pasiva a la activa, de la causa externa de esta alegría a la
conciencia de su causa interna, nociones comunes, etc) (…) Entre el que vive en el resentimiento,
intoxicado por el talante rencoroso, alienado por su melancolía y su mala sangre, y el que, no tanto
por virtud como por carácter, por autodisciplina, o simplemente porque tiene algo mejor que hacer
(por ejemplo, un nuevo libro), llega a huir de ese círculo de pasiones tóxicas, la relación de fuerzas
es muy sencilla. El segundo triunfa sobre el primero, una vez más por motivos de pura mecánica
emocional. La alegría te hace inteligente y fuerte; la maldad es un veneno y este veneno, más o
menos a largo plazo, mata.”

LÉVY, Bernard-Henry
en HOULLEBECQ, Michel y LÉVY, Bernard-Henry: “Enemigos públicos”, 208-9




“Las aptitudes para ello las sentía él en sí mismo. Poseía el talento de no mostrarse superior en los
detalles y en los asuntos demostrables, pero siempre conseguí salir a flote en cualquier situación,
gracias a su equilibrio, automáticamente renovado
, el cual es quizá la cualidad fundamental de un
político; Arnheim estaba además convencido de que aquello era un misterio profundo. Lo llamaba
‘el secreto de todo’. También la belleza de una persona no consiste en algo particular y
demostrable, sino en un hechizo que aprovecha incluso pequeñas fealdades; del mismo modo, la
bondad y el amor, la dignidad y la grandeza de un hombre son casi independientes de sus acciones
y están dispuestos a ennoblecer a éstas. Misteriosamente, la vida fija sus detalles. La gente menuda
reúne virtudes y defectos; el gran hombre confiere a sus atributos categoría. Si el secreto de sus
éxitos radica en el hecho de no poder explicarlos atendiendo a sus méritos y a sus cualidades,
aquella existencia de una fuerza por encima de cualquiera de sus externas manifestaciones es
precisamente el secreto que encierra la grandeza de la vida”.


MUSIL, Robert: "El hombre sin atributos", 200-1





“El pánfilo o el hombre genial son los únicos capaces, el uno por debilidad, el otro por fuerza, de
ese equilibrio de humor, de esa dulzura constante en donde se funden las asperezas de la vida. En
el uno es indiferencia y pasividad; en el otro es indulgencia y continuidad del pensamiento sublime
del que es intérprete y que ha de coincidir en el principio y en la aplicación. Ambos son
igualmente sencillos y cándidos; solo que lo que en uno es vacío, en el otro es profundidad”

BALZAC, Honoré de: “La búsqueda del absoluto”, 60





“La actitud humana cuya expresión es la música clásica, es siempre la misma, y siempre se funda
en idéntico linaje de conocimiento vital y aspira a una misma condición de superioridad sobre el
acaso. El gesto de la música clásica significa sabiduría de la tragedia en que se debate la

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Humanidad, afirmación del humano destino, valentía, serenidad (.) Siempre contiene
medularmente una porfía, un valor que no teme a la muerte, una hidalguía y el eco de una risa
sobrehumana de inmortal claridad. Así también ha de haber un eco sonante en nuestros juegos de
abalorios y en todo nuestro vivir, hacer y sufrir”

HESSE, Herman: “El juego de los abalorios”, 201-2






“No olvidemos... aquellas capacidades... imprescindibles para una vida satisfactoria...:
1. Elegir las metas adecuadas
2. Resolver problemas
3. Soportar el esfuerzo y recuperarse de los fracasos
4. Valorar las cosas adecuadamente y disfrutar con las buenas.
5. Tender lazos afectivos cordiales con los demás.
6. Mantener la autonomía correcta respecto de la situación”


MARINA, José Antonio: “Aprender a vivir”, 78





“Es mucho más fácil denigrar que reformar; es mucho más fácil fijar la atención en una injusticia
que en una esperanza”

WELLS, H.G.: “El mundo de William Clissold”, 157




"Es conveniente, por numerosos motivos, mezclarse de cuando en cuando con la multitud, y debe
ser bastante tonto o miope el (…) que renuncia a los tesoros de la observación, el humor y la
compasión, cualidades que puede adquirir (…) manteniendo un estrecho contacto con sus
semejantes"

NABOKOV, Vladimir:"Curso de literatura europea", 527




“Nunca llegó a comprender del todo al padre Norbert; sin duda había algo en su alma que él no
conocía, una fuerza, un conjunto de cualidades cuyo secreto nunca pudo descubrir, si es que había
alguno. Cuanto mayor se hacía, menos entendía el secreto del padre Norbert: su sonrisa, su
equilibrio y su alegría de vivir aunque no hubiese un motivo concreto… (…) No desfallecía con
sus ejercicios espirituales ni con las normas que respetaba. Sabía sonreír y sonreía con gusto. No
se preocupaba por su cuerpo frágil (…) Vivía con mesura (…) pero el trabajo no era para él un
‘programa’, como lo es para los neuróticos asustados que se refugian con escrupulosa puntualidad
en sus horarios predeterminados para huir del desorden de su sistema nervioso; el trabajo, ese
conjunto de actividades, de comportamientos, sentimientos y metas que daban sentido a los días de
este gran educador –por lo menos Kristof lo consideraba así-, se hacía casi solo, sin que él lo
pretendiera. No era inflexible, no evitaba la vida ni la anhelaba, no se mostraba eufórico ni se
quejaba. Era un cura, un solitario, y su existencia se mantuvo equilibrada hasta el oscuro momento
en que su organismo ejerció su derecho a protestar y le impuso a su alma pudorosa y humilde un
nuevo orden, la enfermedad como forma de vida. No soportó la enfermedad manera heroica: la
soportó de manera humana. A veces se quejaba, a veces se resignaba, como si la enfermedad le
hubiera hecho comprender algo que no había podido ver en su vida anterior a pesar de su humildad

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y su esfuerzo. Su religiosidad era directa y sencilla, tan natural como la alegría de vivir llena de
frescura de las plantas o de los animales.
El padre Norbert no hacía penitencia, no se defendía de sus dudas si estas le tentaban, ni exigía a
sus discípulos la exagerada actitud de los beatos. Probablemente sabía que ese estado de ánimo es
involuntario, que se consigue por la gracia divina, que llena el alma de paz, que la ilumina sin que
tenga que ser a la fuerza un rayo de luz brillante y crudo, a la manera de Saúl, sino simplemente un
centellear suave y tenue. Con eso basta. Sabía que es preciso prepararse para ese momento, pero
no de manera específica o solemne, pues las condiciones para la gracia se resumen en la
disponibilidad y la humildad (…) Quizá se trate de eso, de no defenderse… Hay algo evidente en
el ser humano, tan evidente que aprece un grito: basta con no desatender la llamada. Pero ‘no
defenderse’ es casi actuar, llevar a cabo algo para lo que nos sentimos perezosos o cobardes”.

MARAI, Sándor: “Divorcio en Buda”, 48-9






“Se intuía que el hombre que hablaba era un individuo emotivo, ansioso, permanentemente al
acecho de algo que se le escapaba y que al mismo tiempo poseía, que estaba afianzado en una
confianza inexpugnable. No era serenidad, ni sabiduría ni dominio de sí mismo, sino una forma de
apoyarse en su miedo y desplegarlo, un modo de temblar que a mí también me inspiró temblor y
me reveló que estaba a punto de producirse un acontecimiento”.


CARRÈRE, Emmanuel: “De vidas ajenas”, 87-8



3.6.5.- Coherencia del exterior con el interior

“Si las personas son diferentes según sus objetivos en la vida, por el sentido interior que dan a la
vida, entonces esta diferencia se reflejará sin duda en su aspecto exterior, es decir, su apariencia
externa será distinta”.

TOLSTOI, Lev: “Sonata a Kreutzer”,pp. 42-3





“Sólo está seguro y firme cuando el centro de gravedad de su cuerpo coincide con el centro de
gravedad de su alma”

AZUA, Félix: “Diario de un hombre humillado”, 96





“La gente sólo piensa en lo necesario. Quiere ser y no parecer. Eso está muy bien mientras todavía
se es alguien, pero al final, cuando tanto el ser como el parecer empiezan a decirnos adiós y el
parecer resulta aún más fugaz que el ser, todo el mundo empieza a darse cuenta de que habría
hecho bien de no haberse permitido el lujo de descuidar el exterior en aras del interior (…) Sin
embargo - replicó el Comandante-, hay ocasiones en las que uno se siente muy fresco por dentro y
daría algo por poder refrescar también lo de fuera”



GOETHE y Otros: “El hombre de cincuenta años/La elegía de Marienbad”, 32-3

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“Yo no era infeliz, pero sí vivía desasosegada –siguió diciendo-. En realidad ya no me pertenecía a
mí misma, y esto, al fin y al cabo, quiere decir que no se es feliz. Yo ya no me gustaba. Ya me
podía poner frente al espejo como quisiera que siempre tenía la sensación de estarme arreglando
para un baile de máscaras. Sin embargo, desde que ella puso ante mí su espejo y adquirí conciencia
de cómo uno puede engalanar por dentro, vuelvo a sentirme bastante hermosa”.


GOETHE y Otros: “El hombre de cincuenta años/La elegía de Marienbad”, 111



3.6.6.- Carácter, energía,
Valor


“cuando el dolor ataca puede uno juzgar mejor uno una serie de cosas, no quiero idiotizarme con
una droga, quiero pensar con claridad quiero verlo todo sentirlo todo, y entonces no me importará
irme. Tengo arrestos para morir. Me gustaría saber si los tienes tú para vivir (…) La vida no es un
maldito partido de rugby, la vida no es un montón de diversiones. Tú eres un niño de treinta años y
pronto serás un niño de cincuenta, que sueña con ovaciones que nadie le da. Soñando y bebiendo
pasas la vida. Los héroes del mundo real viven las veinticuatro horas del día no sólo las dos que
dura un partido. Hablas de la mentira, dices que… que no quieres vivir entre mentiras. Y eres
experto en ellas. La verdad es dolor y sudor, y pagar deudas, y fingir amor a una mujer cuando el
amor se ha perdido. La verdad son los sueños malogrados, el hombre que no aparece en los
periódicos hasta que uno muere”

WILLIAMS, Teennesse: “La gata sobre el tejado de Zink







“No existe superioridad sin fuerza”

BALZAC, Honoré de: “Las ilusiones perdidas”, 539







"Creo que un presidente ha de tener...carácter, buen juicio, energía, curiosidad intelectual, sentido
de la historia y una gran visión de futuro"

JOHN F. KENNEDY

SILVESTER, Christopher: "Las grandes entrevistas de la historia, 1859-1992”, Pág. 421

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“Decidme, ¿cuántos hombres de la talla de Jacob usan para reposar una piedra por almohada, o
van a dormir con los ángeles y pugnan contra el miedo para conquistar el derecho a existir?
Varones tales escasean; por eso son hechos los padres de un pueblo”

BELLOV, Saul: “Las aventuras de Augie March”, 533





“Courage is grace under pressure”
(el coraje consiste en mantener la gracia en condiciones adversas)

HEMINGWAY, Ernst





“La mayor nobleza de los hombres es la de levantar su obra en medio de la devastación,
sosteniéndola infatigablemente, a medio camino entre el desgarro y la belleza”

SABATO, Ernesto: “Antes del fin”, 173






“Es posible, incluso, que la amargura constituya el camino, ya que transitar por él requiere valor,
mucho valor, pues se trata de escoger algo vivo, fuerte, violento, esforzado como meta, y eso es lo
que nuestra flaca humanidad no soporta por mucho trecho. Además, el camino elegido no ha de
conducirnos a lo que ya poseemos pues, por lo regular, lo tenemos en poco”


BELLOV, Saul: “Las aventuras de Augie March”, 532





“No me refiero al valor militar, ni al civil, ni a ninguna clase especial de valor. A lo que quise
referirme es a aquella innata aptitud que permite mirar cara a cara a las tentaciones, aquella
disposición al sacrificio que acaso tenga bien poco de intelectual, ¡qué se yo!, pero sin pose, sin
hipócrita actitud…; un poder de resistencia (¿comprenden ustedes?) chocante, si se quiere, pero de
incalculable valor…; una bendita inflexibilidad que no piensa, ante los terrenos externos e
internos, ante el poder de la naturaleza y la seductora corrupción de los hombres…, inflexibilidad
sostenida, apoyada por una fe que resulta invulnerable a la fuerza de los hechos, al contagio del
ejemplo, a los imperativos requerimientos de las ideas”.

CONRAD, Joseph: “Lord Jim”, 229-30





“La vida, joven,... en su provocación magnífica y burlona, exige nuestro más alto valor, toda la
fuerza de nuestro deseo masculino que le haga frente o que se rinda vencido..., vencido, joven,
¿comprende lo que esto significaría? La derrota del sentimiento ante la vida, ésa es la debilidad
para la cual no hay perdón, no hay piedad, no hay dignidad, sino que se maldice despiadada y
sardónicamente. (...) Vergonzante y deshonroso son calificativos débiles para indicar esa ruina y
esa quiebra, para ese espantoso ridículo. Es lo último, la desesperación infernal, el fin del mundo.”

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MANN, Thomas: “La montaña mágica”, 735







Me pedís consejos, pero no te los puedo dar en una simple carta, ni siquiera con las ideas de mis
ensayos, que no corresponden tanto a lo que verdaderamente soy sino a lo que querría ser, si no
estuviera encarnado en esa carroña podrida o a punto de pudrirse que es mi cuerpo (...) La
verdadera justicia sólo la recibirás de seres excepcionales, dotados de modestia y sensibilidad, de
lucidez y generosa comprensión (...) Es que para admirar se necesita grandeza, aunque parezca
paradójico (...) Sólo el arte de otros artistas te salva en esos momentos, te consuela, te ayuda. Solo
te es útil (¡qué espanto¡) el padecimiento de los seres grandes que te han precedido en ese calvario.
Es entonces cuando además del talento o del genio necesitará de otros atributos espirituales: el
coraje para decir tu verdad, la tenacidad para seguir adelante, una curiosa mezcla de fe en lo que
tenés que decir y de reiterado descreimiento en tus fuerzas, una combinación de modestia ante los
gigantes y de arrogancia ante los imbéciles, una necesidad de afecto y una valentía para estar solo,
para rehuir la tentación pero también el peligro de los grupitos, de las galerías de espejos (...) Si
estás dispuesto a sufrir, a desgarrarte, a soportar la mezquindad y la malevolencia, la
incomprensión y la estupidez, el resentimiento y la infinita soledad, entonces sí, querido B., estás
preparado para dar tu testimonio. Pero, para colmo, nadie te podrá garantizar lo porvenir, porvenir
que en cualquier caso es triste: si fracasás, porque el fracaso es siempre penoso y, en el artista,
trágico; si triunfás, porque el triunfo es una especie de vulgaridad, una suma de malentendidos, un
manoseo; convirtiéndote en esa asquerosidad que se llama un hombre público, y con derecho (¿con
derecho?) un chico, como vos mismo eras al comienzo, te podrá escupir. Y también deberás
aguantar esta injusticia, agachar el lomo y seguir produciendo tu obra, como quien levanta una
estatua en un chiquero. Leé a Pavese: ‘Haberte vaciado por entero de vos mismo, porque no sólo
has descargado lo que sabés de vos sino también lo que sospechás y suponés, así como tus
estremecimientos, tus fantasmas, tu vida inconsciente. Y haberlo hecho con sostenida fatiga y
tensión, con cautela y temblor, con descubrimientos y fracasos. Haberlo hecho de modo que toda
la vida se concentrara en este punto, y advertir que es como si no lo acoge y da calor un signo
humano, una palabra, una presencia. Y morir de frío, hablar en el desierto, estar solo día y noche
como un muerto’ (...) Pero sí, oirás de pronto esa palabra –como ahora, donde esté Pavese oye la
nuestra-, sentirás la anhelada presencia, el esperado signo de un ser que desde la otra orilla oye tus
gritos, alguien que entenderá tus gestos, que será capaz de descifrar tu clave. Y entonces tendrás
fuerzas para seguir adelante, por un momento no sentirás el gruñir de los cerdos. Aunque sea por
un fugitivo instante, sentirás la eternidad”


SABATO, Ernesto: “Abaddón el exterminador”, 111-4





“José Tomás le dijo una vez a Joaquín Sabina que le fascinaba ‘el misterio, la naturalidad y la
hombría’ con que Manolete ‘afrontó lo que tenía que afrontar’ (…) En junio, Tomás le dijo a
Almudena Grandes en una entrevista memorable en EL PAÍS que volvía porque ‘vivir sin torear
no es vivir’ (...) ‘Tiene dos cojones’ dice Joselito. ‘Torea como sueña’, afirma el matador Ángel
Gómez Escorial. (…) El padre no se pierde una tarde de su hijo. Habla de él con una pasión que
no ciega el conocimiento. ‘Siempre ha sido muy perfeccionista, su crítico más severo; nunca está
contento, siempre busca más. Ha hecho mucho, pero no se conforma’ (…) Todos afirman que
Tomás, en la calle es como en el ruedo: un ser excepcional y un hombre cabal. ‘Lo he tratado
poco’, dice Joselito, ‘es tímido y no habla mucho; pero es una persona pura, sincera y honrada.
Lo que hace y lo que dice, lo mantiene. Siempre’ ".
MORA, Miguel: “No quiere morir, sólo ser perfecto”

127. El arte de ser

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3.6.7.- Profundidad



“La profundidad del enfoque lo es todo, tanto en la pasión como en la prosa”

DURRELL, Lawrence: “Quinx”, 51




“Cuando se mira sin ver, el camino es más de lo mismo (…) Si te atreves a mirar, aprendes a ver”


MALAMUD, Bernard: “Las vidas de Dubin”, 30 y 33






“Si en el curso del tiempo las ideas ordinarias y personales se refuerzan a sí mismas y se pierden
las extraordinarias de modo que casi todos, con la precisión de un engranaje mecánico, aparecen
cada vez más mediocres, esto demuestra por qué, a pesar de las mil posibilidades que se nos
ofrecerían, el hombre corriente sigue siendo el más corriente. Explica también cómo, entre los
privilegios que se hacen valer y que obtienen reconocimiento, hay una cierta mezcla que tiene
aproximadamente un 51 por ciento de profundidad y un 49 por ciento de superficialidad; los
hombres con esta mezcla son los que más éxitos consiguen”.

MUSIL, R.: “El hombre sin atributos”, T. 1, 122





“Le pregunté si se sentía desgraciada y contestó que sí. Le pregunté el motivo y dijo que no sabía.
No me extrañó demasiado. Yo mismo me siento a veces infeliz sin un motivo concreto.
Contrariando mi propia experiencia dije: ‘Oh, algo habrá. No se llora por nada’. Entonces empezó
a hablar atropelladamente, impulsada por un deseo repentino de franqueza. ‘Tengo la horrible
sensación de que pasa el tiempo y no hago nada, y nada acontece, y nada me conmueve hasta la
raíz”.

BENEDETTI, Mario: “La tregua”, 22





“Cuanto menos había que ver, más se esforzaba y más veía. Ahí estaba la cuestión. Ver lo que hay,
finalmente mirar y saber que está uno mirando, sentir el paso del tiempo, estar vivo a lo que ocurre
en los más pequeños registros del movimiento (…) Tenía que enganchar al individuo a una
profundidad más allá de los supuestos usuales, más allá de las cosas que supone y asume y da por
ciertas (…) Hay que fijarse mucho para ver lo que ocurre delante de uno. Cuesta trabajo, supone
un abnegado esfuerzo, ver lo que está uno mirando. Era algo que lo tenía hipnotizado, las
profundidades posibles en la desaceleración del movimiento, las cosas que ver, la profundidad de
las cosas tanfácil de no ser percibida en la costumbre superficial de ver.”

DELILLO, Don: “Punto Omega”, 12, 14,21-2

128. El arte de ser

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3.6.8.- Nobleza pero con humanidad



“El sábado y el domingo sintió la dulce levedad del ser, que se acercaba a él desde las
profundidades del futuro. El lunes cayó sobre él un peso hasta entonces desconocido (…) No hay
nada más pesado que la compasión. Ni siquiera el propio dolor es tan pesado como el dolor sentido
por alguien, por alguien, para alguien, multiplicado por la imaginación, prolongado en mil ecos”.


“Un drama vital siempre puede expresarse mediante una metáfora referida al peso. Decimos que
sobre la persona cae el peso de los acontecimientos. La persona soporta esa carga o no la soporta,
cae bajo su peso, gana o pierde. ¿Pero qué le sucedió a Sabina? Nada. (…) No. Su drama no era el
drama del peso, sino el de la levedad. Lo que había caído sobre Sabina no era una carga, sino la
insoportable levedad del ser (…) Sabina sentía a su alrededor el vacío”.

KUNDERA, Milan: “La insoportable levedad del ser”, 39-128/9-





“Esta Vida Aristocrática es de una fría austeridad; a veces reclama admiración, pero cuenta poco
con el afecto de los hombres. Por eso una de sus principales características es que tiene el corazón
de acero...”

WELLS, H. G.: "La investigación sublime", 220





"...una aristocracia de hombres decididos a conservar y potenciar la dignidad de lo humano, a
luchar sin exaltación ni ambición contra el abandono, contra la flojera y la irregularidad en que
chapotea la vida de tantos seres, hombres en fin capaces de crear valores nuevos y de renovar los
clásicos. Se trata de una opción sumamente dura y ascética... Pero en su proyecto de nobleza
Benham hace chocar con excesiva dureza la dignitas contra la humanitas, porque la dignitas no
puede emplear su fuerza contra la humanitas, para subyugarla del todo o desprenderse de ella, sino
que debe proyectarse a partir de ella, como su conclusión más alta y verdadera"

SAVATER, F.: "La tarea del héroe", 141 y 143
(Refiriéndose a la obra "La investigación sublime " de WELLS, H. G. )





“Siendo niño, he leído acerca del Rey Arturo y los Caballeros de la Tabla Redonda, pero ¿qué haré
al respecto? Me emocionaban el sacrificio y la pureza, pero ¿qué cosa he de hacer en tal sentido?
Otro ejemplo son las Escrituras. ¿De qué modo se supone que las pondrás en práctica? ¡No son
utilizables! Luego apilas sobre eso más consejos e información- Todo añadido de información que
no puede usarse es peligroso de por sí. Como quiera, hay un exceso de cosas de ese tipo –eso he
comprendido-: demasiada historia y demasiada cultura con que tratar de estar al día... Mis
sentimientos se ven menoscabados si es que debo acumular conocimiento para trocarme en una
enciclopedia. Un hombre puede pasarse cuarenta, cincuenta o sesenta años preparándose para la
vida dentro de los muros de su propio ser. Toda experiencia ocurriría entonces dentro de dichos
muros, lo mismo que todo logro y todo embrujo. Aún el odio, lo monstruoso, la envidia y el
crimen quedarían encerrados allí. Este es un sueño espantoso acerca del existir. Es mejor ponerse a
cavar y golpear a otros tíos con tu pala que morir dentro de los muros... El mundo se sostiene por
sí solo para beneficio tuyo. Así, pues, yo no deseo ser un alma ejemplar ni representativa ni cabeza
de mi generación o ningún modelo de hombría. Lo único que quiero es algo que sea mío y

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capacidad de reflexión”.


BELLOV, Saul:”Las aventuras de Augie March”, 601-2





3.6.9.- Respeto, tolerancia




"A los que creen que los regímenes comunistas de Europa Central son exclusivamente producto de
seres criminales, se les escapa una cuestión esencial: los que crearon esos regímenes no fueron los
criminales, sino los entusiastas convencidos de que habían descubierto el único camino que
conduce al paraíso. Lo defendieron valerosamente y para ello ejecutaron a mucha gente. Más tarde
se llegó a la conclusión de que no existía paraíso alguno, de modo que los entusiastas resultaron
ser asesinos"

KUNDERA, Milan: "La insoportable levedad del ser", 180








"El intolerante afirma que sólo hay una solución para cada problema, la que él posee; que esa
solución no admite ninguna flexibilidad, y que está dispuesto a imponerla si puede ... Lo que
define a la inteligencia es salir bien del conflicto".

MARINA, José Antonio: "Crónicas de la ultramodernidad" , 41, 63







"Mientras la guerra se contemple como algo perverso, siempre despertará fascinación. Cuando se
considere algo vulgar dejará de ser popular"

WILDE, Oscar



3.6.10.- Patriotismo





"Pertenezco a una tribu nómada que viaja por un desierto cuya frontera es la del mundo"

MAALOUF, Amin: "Orígenes", Alianza editorial

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"Ninguno ama a su patria porque es grande, sino porque es suya."

SÉNECA, Lucio Anneo





"La superación del nacionalismo no está en el internacionalismo, como muchos han pensado hasta
ahora, porque hablamos distintas lenguas. Está en el plurinacionalismo"

CANETTI, E: "La provincia del hombre", 75





"Lo universal es enemigo de lo cosmopolita; cuanto más de un país y de una época sea un hombre,
es más de los países y de las épocas todas"

UNAMUNO, Miguel de: "Vida de Don Quijote y Sancho"




“Soy alemán, desde luego, alemán hasta el tuétano si quieres, pero a la manera antigua, la buena,
es decir, cosmopolita de corazón”.

MANN, Thomas: “Doktor Faustus”, 320





“Yo también creo entender algo de los antiguos, pero en el sentido de libertad y amor a la patria
que se quiere extraer de ellos tiene el peligro y está a siempre a punto de convertirse en mueca (…)
En el lugar de circunscribirse a sí mismo, el alemán debe recibir en sí al mundo para operar sobre
el mundo. Nuestra meta no debe ser un aislamiento hostil de los otros pueblos, sino un comercio
amistoso con todo el mundo, y el cultivo de las virtudes sociales, aunque sea a costa de
sentimientos innatos, y aún de derechos (…) Yo sé que usted tiene las mejores intenciones, pero
intenciones buenas y puras no bastan; uno debe calcular también las consecuencias de sus
esfuerzos. Yo tengo horror de los suyos, porque son la preforma noble, y todavía inocente, de algo
terrible que se manifestará un día entre los alemanes como una de las locuras más crasas, y ante la
que usted se revolvería en su tumba un día si le llegara hasta allí”.


MANN, Thomas: “Carlota enWeimar”,180-1




“Pues germanidad es libertad, educación, universalidad y amor”

MANN, Thomas: “Carlota enWeimar”,368






"Un patriota verdadero nunca debe considerar su patria como la mejor del mundo"

131. El arte de ser

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R. MUSIL:"El hombre sin atributos", Tomo I, Pág., 21




"No se habita un país, se habita una lengua. Una patria es eso y nada más"

CIORAN, E. M.: "Ese maldito yo", 28




“Hablábamos en francés: el idioma crea el carácter nacional”.


DURRELL, Lawrence: "Justine", 45




LA MEMORIA TOTAL

Nada me gusta más que oír ese diálogo que se establece entre
hispano hablantes de diferentes latitudes,
nada me gusta más, pues en ese momento no les oyes hablar únicamente a ellos,
es la lengua quien habla,
y la lengua es la patria,
y la lengua es la patria común de todas las naciones que crecieron hablándola ,
la memoria total de los hablantes que le dieron su hechura,
la memoria total que se sigue tejiendo entre los vivos y los muertos. (…)

ROSALES, Luís: “El náufrago metódico. Antología” , 469






“El último país que no podemos ver claramente –había descubierto- es nuestro propio país. Es tan
difícil ver el país de uno como verse la nuca. Se encuentra muy detrás de nosotros, muy dentro de
nosotros”

WELLS, H. G.: "La investigación sublime", 301?





Uno no es de donde nació sino de donde lo quieren. Uno es del lugar de sus afectos, sus hijos y sus
muertos”

CAMPBELL, Federico:"La frontera sedentaria"





“La patria no es una entidad consumible. Para volver a ella no basta con comer ciertos platos o ver
sus películas en la pantalla de tu televisor. En algún momento tienes que volver a vivir en ella.
Tarde o temprano saldrá a la luz el sueño del regreso (...) Tu patria está allí donde el kioskera de la
esquina te fía (...) Fue entonces cuando por primera vez me di cuenta que tenía una nueva
nacionalidad: ciudadano del país de la nostalgia”

132. El arte de ser

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MEHTA, Suketu: “Ciudad total. Bombay perdida y encontrada”, 29-30 y 50




“Los contenidos culturales están en los cerebros de los individuos, no en las entidades descerebradas, como las naciones o
los territorios. La nación carece de lengua, de religión y de cultura, del mismo modo que los números carecen de color y de
hígado. Solo los ciudadanos individuales tienen lengua o lenguas, y las tienen precisamente en su cerebro, en la forma de
idiolecto plasmado en sus conexiones neuronales. El resto es mitología. La única autonomía cultural con sentido es la de
los individuos, no la de las colectividades o los territorios”.


MOSTERIN, Jesús: “La naturaleza humana




“La patria para mí (…) nunca está terminada. Una patria es como el amor, es como un poema, hay
que recrearla constantemente, hay que renovarla sin cesar”.


ADONIS(Ali Ahmed Said Esher)
BARLOEWEN, Constantin Von y NAOUMOVA, Gala: “El libro de los saberes”, 37




“La grandeza de un país –me dice- no debe medirse por su superficie ni por el número de sus
habitantes; la grandeza de nuestra patria es la grandeza de su espíritu”.

FRISCH, Max: “No soy Stiller”, 209




3.6.11.- Inténtalo… pero no exijas demasiado




“Valemos más por nuestras aspiraciones que por nuestras obras”

FLAUBERT,





“Tan solo deseo poner a tu disposición algunas sugerencias. Eres libre de rechazarlas o de
seguirlas; si te decides por lo último tu vida será mejor, y puede que también más larga. Y ahí
tienes la primera: se honesto. Un hombre influyente puede tener a todo un país en su mano, al
gobierno comprado, a los cargos públicos enjaezados, vicaria a la prensa y bien atendidos de velas
tanto a Dios como al diablo. Pero un juez-estrella o un humilde profesor de economía, a condición
de estar limpio, puede acabar con su poder en menos tiempo del que se tarda en decirlo. Si piensas
que exagero harías bien en darte un paseo por las hemerotecas.

Recuerda que somos dueños de nuestro silencio y prisioneros de nuestras palabras. No caigas en la
necedad de hablar y de opinar sobre asuntos que no conozcas o no te importen. Solamente los que
están libres de responsabilidad se pueden permitir el lujo de criticarlo todo.

Sé un hombre de conciencia, no un tecnócrata. Entra en política para resolver problemas y no para
gestionarlos. Esfuérzate por mejorar tu entorno y las condiciones de vida de tus conciudadanos. No
vivas de actividades parasitarias. Lleva una administración sana, pero no te dejes obsesionar por
las finanzas (…)

133. El arte de ser

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No te limites a vivir instalado en la palabra. No hacer nada es fácil, pero ¡qué difícil es intentar
algo! La vida se hace cuesta arriba para todos aquellos que no se conforman con estar a mantel
puesto o seguir indicaciones del jauntxo de turno. Por supuesto eres libre de elegir entre los dos
caminos, pero si te decides por el menos cómodo, ten en cuenta que solo hay una forma de
alcanzar el éxito: yendo de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo (…)

No intentes destacar. No seas hipócrita ni te rasgues las vestiduras. Tampoco alardees de modestia
(…)

No exijas demasiado ni pidas lo que el orden de la naturaleza no te puede dar. Cuando llegues a la
edad adulta practica una renuncia creativa. Así mantendrás fuertes tus defensas. Los únicos que
lograban sobrevivir en los campos nazis de la muerte eran precisamente quienes supieron hacerse
la pregunta correcta. Esta no es “¿qué espero de la vida?”, sino “¿qué espera la vida de mí?”


Recuerda que tu currículo, por brillante que sea, puede terminar en el momento menos esperado.
Tanto si acumulas activamente como si gastas sin freno, al final tu saldo volverá a estar como
empezó: a cero euros con cero céntimos (…)

No ofendas a nadie; no hagas demasiados favores, no discutas con majaderos; y, sobre todo, bajo
ningún pretexto, en ningún momento de tu vida, se te ocurra aceptar el desafío de alguien que no
tiene nada que perder”

IGANDEKOA, Patxi: “Recomendaciones de un jeltzale moribundo”







“¿Sabes, Kafka Tamura? Lo que estás sintiendo ahora no es otra cosa que el conflicto central de la
tragedia griega. No es la persona la que elige su destino, sino el destino el que elige a la persona.
Esta es la concepción del mundo en la que se fundamenta la tragedia griega. Y la tragedia, según la
define Aristóteles, irónicamente, no surge de los defectos del protagonista, sino de sus virtudes.
¿Entiendes a qué me refiero? Son las cualidades, no los defectos del protagonista, las que arrastran
al hombre a la tragedia. En el caso de Edipo, de Sófocles, es un ejemplo remarcable de ello. En el
caso de Edipo, no son la indolencia y la estupidez las que originan la tragedia, sino su valentía y su
honestidad. Y de ahí nace, inevitablemente, la ironía.
- Pero no se puede hacer nada.
- Depende –dice Oshima-. Hay casos en los que no puede hacerse nada. Pero, a pesar de ello, la
ironía hace más profundo al hombre, lo obliga a crecer. Y se convierte en una puerta de acceso a
una solución, a una dimensión mayor. Y en ella puedes encontrar una esperanza universal. Esta es
la razón por la que hoy en día tanta gente sigue leyendo la tragedia griega; por la que la tragedia
griega se ha constituido en uno de los prototipos del arte. Y antes ya he comentado esto, pero, en
la vida, todo es una metáfora. En resumen, nosotros aceptamos la ironía a través de un mecanismo
que se llama metáfora. Y esto nos convierte a nosotros, en hombres más sabios”.

MURAKAMI, Haruki: “Kafka en la orilla”, 253

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4.


SENTIDO Y SIGNIFICADO DE LA EXISTENCIA



“Afirmar que una realidad tiene significado universal equivale a decir que afecta a todos los
hombres en la determinación del sentido último de su vida o, en otras palabras, que el destino de
toda vida humana está determinado por una referencia esencial y –supuesta nuestra libertad-
libremente aceptada a este valor universal. Es una realidad que da un sentido universal; pero no
puede ejercer esa función si no se anhela personalmente tal sentido. En otros términos, el sentido
universal que puede aparecer en una realidad no tiene consistencia concreta si nosotros no la
reconocemos personalmente como un llamamiento dirigido a nuestra conciencia perceptible.
Mediante la motivación personal, el valor universal puede tener un efecto fascinante: cada uno
determina personalmente el sentido y el destino de su propia vida en una relación de dependencia
con lo que realmente aparece como valor universal”.


SCHILLEBEECKX, Edward: “Jesús. La historia de un viviente”, 568




4.1.- Preguntas… y algunas respuestas


“-Sí, los hombres que crean imperios perecen y los imperios perecen también.
- No, no perecerá. Para evitarlo os tengo a ti y a Cooper.
- Mira, fíjate a lo que ha llegado, era eso lo querías que fuese. Y fíjate bien (…) Yo ya no sé en
qué creer. Y de qué sirve vivir llegado ya hasta este extremo. La vida debe tener algo para uno, un
objetivo, un significado (…)

WILLIAMS, Teennesse: “La gata sobre el tejado de Zink”,






“Una pregunta que no tiene respuesta es una barrera que no puede atravesarse. Dicho de otro
modo: precisamente las preguntas que no tienen respuesta son las que determinan las posibilidades
del ser humano, son las que trazan las fronteras de la existencia del hombre”


KUNDERA, Milan: “La insoportable levedad del ser”, 145





“Ha pasado la mitad de la vida, por lo menos, y, en secreto, empezamos a avergonzarnos ante el
mozo cuyas esperanzas no se cumplen. Esto, naturalmente, no es un estado (…) Caminaba,
caminaba en la dirección de un anhelo, que por lo demás no es digno de ser mencionado, vuelve
todos los años, algo propio de la estación, una nostalgia de marzo, un anhelo de gente nueva para
quienes uno mismo sería también desconocido, de modo que, de una forma placentera, valdría la
pena hablar, pensar, sobre muchas cosas, es más, entusiasmarse; anhelo de largos diálogos –los
primeros- con una mujer desconocida. ¡Oh, andar, salir hacia una noche, sin preocuparse de
fronteras¡ Jamás traspasaremos ninguna que esté en nosotros…”

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“- Mi ¡-grité-. ¿Mi?
El estaba al otro lado, acariciando un búfalo…
- Mi -dije-, creo que vamos a la deriva. Mientras creemos que estamos quietos, mientras
descansamos y hablamos y estamos en algún sitio, sin movernos, vamos a la deriva.
Mi sonrió.
-Sí – dijo como si lo supiera desde hacía tiempo…”



FRISCH, Max: “Mi o el viaje a Pekín”, 16-7 y 28-9




“Y observé cómo sus cansados ojos miraban fijamente al frente, como si no hubiera nada entre él y
la recta línea del mar y cielo, allí donde lo que un marino busca está siempre destinado fatalmente
a aparecer. Pero también he visto cómo sus ojos se posaban con cariño en los rostros de aquella
habitación, en los cuadros de las paredes, en los objetos familiares de aquel hogar cuya imagen
persistente y clara debía de haberle centelleado en la memoria a menudo, en momentos de tensión
y angustia vividos en el mar. ¿Buscaba con la mirada una Recalada desconocida, o marcaba,
sereno el ánimo, la posición de su última Partida? Es difícil decirlo; pues en ese viaje del que
ningún hombre vuelve la Recalada y la Partida son instantáneas, y se funden en un momento único
de suprema y final atención. No recuerdo, desde luego, haber observado ningún signo de
vacilación en la expresión fija de su rostro gastado, ningún atisbo de la ansiedad nerviosa de un
joven capitán a punto de divisar tierra sobre una costa que no conoce. ¡Demasiada era su
experiencia de Partidas y Recaladas! ¿Y acaso no había ‘hecho el servicio’ en el famoso tráfico del
mineral de cobre que salía del Canal de Bristol, trabajo para los más firmes barcos, escuela de
marinos firmes?

CONRAD, Joseph: “El espejo del mar”, 53-4





“En antesala nadie es nihilista. Olvídate de serlo –me ha dicho de golpe, de una forma muy tajante-
. Y en ella no hay escépticos. Creemos en la dignidad del hombre, en el valor de la ciencia, en la
verdad relativa del arte. No estamos desprovistos de creencias para sentirnos completamente
desolados. La desolación aquí es vista como el fruto de una escandalosa estrechez de miras. La
desolación es vista simplemente como una estupidez. ¡Ah¡ Y en la antesala no se reza. (…)

VILA-MATAS, Enrique: “Exploradores del abismo”, 41-2


“Claro que para eso, para enfrentarse a la Pregunta, era imprescindible morir. Morir le llevaría a
comprender todo, y de paso a deshacerse del gran problema, que no era otro que ese Gran Ser que
tenemos todos dentro”.


VILA-MATAS, Enrique: “Exploradores del abismo”, 53



“Contestar sí a la grave pregunta de la muerte es lo mismo que contestar no, puesto que todo lo
que parece diferente es en el fondo lo mismo: sólo nuestra la necesidad separa el trigo de la paja.
Aunque, desde luego, es su muerte en vida lo que los mueve a pensar así”.


“(…) me he licenciado en la concisión espiritual del Período permanente, la época de la vida en
que lo poco que uno dice viene entre comillas, cuando no hay muchas voces disidentes que te

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musiten dudas en la cabeza, donde el pasado parece más genérico que específico, cuando la vida es
mas destino que viaje y donde uno es más o menos como la gente lo recordará una vez que haya
palmado; en otras palabras, cuando la integración personal (eso de lo que hablaba el doctor
Erikson pero en lo que no creía en su fuero interno) por fin se ha realizado”


“Yo tenía cuarenta y siete años. Y estaba experimentando los primeros e inquietantes síntomas –
enseguida mejoró todo- del Periodo Permanente de la Vida (…) Era la continua sensación de
encontrarme mar adentro, una especie de angustia de baja intensidad, ligeramente distanciada de
los acontecimientos (…) Experimentar la falta de un compás adicional era otra de mis figuras
retóricas (…) La vida cotidiana parecía una pieza de flamenco sin terminar, que necesitara, o bien
de mí o de una fuente exterior a mí, otro compás para llegar a su culminación, después del cual
podía reinar la calma”



“El Periodo Permanente tiene el cometido específico de eliminar preocupaciones sobre la propia
existencia y el modo en que se traslada todo a la conciencia (de cualquier modo la mayor parte de
las cosas no tiene relación con ‘uno’, sino con los otros), para que uno se dedique a ‘hacer’ y ‘ser’:
el ideal griego (…) Sin embargo, el peso de la muerte nos puede caer encima en cualquier
momento, y hay que engañarla como a un genio maléfico para que vuelva a meterse en la botella”.


FORD, Richard: “Acción de Gracias”, 16; 74-5; 82-3; 115-6







“Quiere decirse que tu esencia, lector, la del hombre Spinoza, la del hombre Buttler, la del hombre
Kant y la de cada hombre que sea hombre, no es sino el conato, el esfuerzo que pone en seguir
siendo hombre, en no morir (...) Es decir, que tú, yo y Spinoza queremos no morirnos nunca y que
este nuestro anhelo de nunca morirnos es nuestra esencia natural
.”

UNAMUNO, Miguel de: “Del sentimiento trágico de la vida” en “Obra escogida”, 8-9





“Estos escritores, para quienes la escritura no es más que un medio para cambiar el mundo, esos
escritores desgraciados que son poderosos porque poseen el espíritu y la fuerza, carecen, sin
embargo, del silencio y la devoción, y por eso son tan desgraciados. Estos mismos que son
capaces de matar a un rey con una sola palabra, o de acabar con un régimen entero, no son capaces
en cambio de expresar el sentido secreto de la vida, de expresar el éxtasis de la vida, la felicidad de
no estar solos, de estar protegidos por las estrellas, las mujeres y los demonios, ni son capaces de
expresar el asombro ante lo inevitable de la muerte”.


MARAI, Sándor: “La amante de Bolzano”, 31




“Cada cual arranca de su jardín del Edén, sortea escollos, dolores, desproporciones, muerte y
penetra en una tiniebla que, dejada atrás, lo devolverá a aquel principio en forma duradera,
conforme a lo previsto. Hay un horror a lo gris, al apretón que precede a la muerte, a la boca
escandalosa o a la mirada despavorida y a cualquier otra cosa no causada por un recuerdo de
felicidad o por esperanza de dicha. Mas, sin no se divisan... sino solamente exasperación urbana en

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derredor, y eres forzado desde temprano a comulgar en metas de tipo urbano en vez de ser enviado
a Dios –con túnica sacerdotal- a iniciar tu servicio en el templo...sino que aterrizas en un salón de
billares. ¿A qué altas cumbres podrá dirigirse esto?”

BELLOV, Saul: “Las aventuras de Augie March”, 119




“El viaje era interminable. O se le había pasado un giro por alto o aquella era ya la próxima
morada: un ataúd que concluye sin cesar a través de la oscuridad por un espacio sin identificar,
mientras cuentas una y otra vez los acontecimientos incontrolables que te indujeron a convertirte
en un hombre imprevisto. ¿Y tan rápido! ¡Con tal celeridad! Todo queda velozmente atrás,
empezando por la persona que eres, y en algún punto indefinible llegas a comprender a medias que
el despiadado adversario eres tú mismo”

ROTH, Philip: “El teatro de Sabbath”, 131






“La existencia humana tenía que poseer una fuente más profunda que nuestros propios fluidos
malsanos. Malsanos o rancios. Tenía que haber una fuerza detrás, un ser principal que ha sido y es
y siempre será (…) Esta mente y esta alma, suyas y de todos, siguen soñando hacia algo
inalcanzable. ¿Quiere ello decir que hay algo ahí fuera, en los límites de la materia y la energía,
una fuerza en cierto modo responsable de la propia naturaleza, de la vibración de nuestras vidas
desde la mente hacia el exterior, la mente en pequeños parpadeos de paloma que extienden el
plano del ser, mucho más allá de toda lógica y de toda intuición (…) Pero qué majadería, verdad,
los cielos de la noche y las estrellas inspiradas por Dios. Las estrellas generan su propia luz. El sol
es una estrella”

DELILLO, Don: “El hombre del salto”, 271-3





“Esta es la revelación de la eternidad, Orfeo, de la terrible eternidad. Cuando el hombre se queda a
solas y cierra los ojos al porvenir, al ensueño, se le revela el abismo pavoroso de la eternidad. La
eternidad no es porvenir. Cuando morimos nos da la muerte media vuelta en nuestra órbita y
emprendemos la marcha hacia atrás, hacia el pasado, hacia lo que fue. Y así, sin término,
devanando la madeja de nuestro destino, deshaciendo todo el infinito, que en una eternidad nos ha
hecho, caminando a la nada, sin llegar nunca a ella, pues que ella nunca fue. (...) Y ahora me
brillan en el cielo de mi soledad los dos ojos de Eugenia. Me brillan con el resplandor de las
lágrimas de mi madre. Y me hacen creer que existo, ¡dulce ilusión! Amo, ero sum! Este amor,
Orfeo, es como lluvia bienhechora en que se deshace y concreta la niebla de la existencia. Gracias
al amor siento al alma de bulto, la toco. Empieza a dolerme en su cogollo mismo el alma, gracias
al amor, Orfeo. ¿Qué es sino el alma misma, sino dolor encarnado?

UNAMUNO, Miguel de: “Niebla” en “Obra escogida”, 379-380






“Porque, ¿no es cierto que el hombre cree que sus decisiones y determinaciones tienen lugar en un
amplio campo, cuando la realidad es que no son sino un movimiento pendular entre la huida y la
añoranza, y que toda añoranza y toda huida desembocan en la muerte? Y así, prendido en esa

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oscilanción del alma y del espíritu entre un polo y su contrario, Huguenau, el Wilhelm Huguenau
que hacía un momento se disponía a huir, se sentía ahora extrañamente atraído por el hombre viejo
de un poco más allá”

“Reflexionar acerca de ello sería tal vez ocioso, si no existiera detrás el único problema que
legitima todo este filosofar: el miedo a la nada, el miedo al tiempo que conduce a la muerte. Y
quizá toda la inquietud que surge de la mala arquitectura, y que me impulsa a agazaparme en mi
casa, no sea otra cosa que este mismo miedo. Pues todo cuanto el hombre realiza, lo realiza para
destruir el tiempo, para abolirlo, y a esta aniquilación se llama espacio. Incluso la música que
existe en el tiempo y que lo colma, transforma el tiempo en espacio. El pensamiento todo se
desarrolla en lo espacial, y el proceso del pensamiento presenta un confusionismo de espacios
indeciblemente enmarañados y pluridimensionales”.

BROCH, Hermann: “Huguenau o el realismo”, 49 y 98-9




“La fragilidad de todo por fin revelada. Viejos y preocupantes problemas desintegrados en la nada
y en la noche. El último ejemplo de una cosa pone punto final a la clase. Apaga la luz y se va. Mira
a tu alrededor. ‘Siempre’ es mucho tiempo. Pero el chico sabía lo que él sabía. Que siempre es un
abrir y cerrar de ojos”.

McCARTHY, Cormac: “La carretera”, 27





“A esa edad ya se sabe algo definitivo, algo verdadero; no es un saber profundo ni satisfactorio,
pero uno ya ha visto a los vivos y a los muertos. La vida se repite de forma extraña y milagrosa,
nada ocurre como esperábamos, nada nos puede sorprender. La única sorpresa de la vida se
produce cuando descubrimos que también nosotros somos mortales y Kristóf lo había descubierto
pronto, a los treinta y ocho años. Esa humillante experiencia física y nerviosa, por suerte no muy
duradera, de sentir que a él también le puede ocurrir cualquier cosa… Pero, ¿el qué? Lo que le
ocurra no será quizá algo ni tan malo ni tan feo…, pero seguro que será algo contrario a toda
convención anterior, y luego el mundo permanecerá en un estado rígido y artificial, como un
paisaje contemplado por unos ojos de vidrio que observan las nubes, las casas, los rostros
humanos…”

“Algunos gritaban, querían saber la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, la verdad
sobre la vida y la muerte”.


MARAI, Sándor: “Divorcio en Buda”, 81 y 125







"He tenido todo el tiempo para hacer preguntas, y no las he hecho, ni siquiera las preguntas más
importantes... Demoramos las preguntas decisivas, al hacer ininterrumpidamente preguntas inútiles
y viles, ridículas, y cuando hacemos las preguntas decisivas es demasiado tarde. Durante toda la
vida demoramos las grandes preguntas, hasta que se convierten en una montaña de preguntas y nos
ensombrecen. Pero entonces es demasiado tarde"

BERNHARD, Thomas: "El frío", 75 y 109

139. El arte de ser

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"...la vergüenza, la incertidumbre y el dolor le acosan durante el resto de su vida. El interrogatorio
constante a que se somete el adulto consciente nunca fue algo que estorbara a mi hermano. Obtuvo
el significado de su vida de alguna otra manera...tardó algo en hacer examen de conciencia, y si
hay algo peor que hacer examen de conciencia demasiado pronto es hacerlo demasiado tarde"

ROTH, Philip:” Pastoral Americana", 92-3





"Había aprendido la peor de las lecciones que puede dar la vida: la de que carece de sentido. Y
cuando sucede tal cosa, la felicidad nunca vuelve a ser espontánea, sino que es artificial e, incluso,
entonces se compra al precio de un obstinado distanciamiento de uno mismo y de su historia. El
hombre amable y simpático, que se enfrenta con calma al conflicto y a la contradicción...tropieza
con un adversario que no es limpio (el mal inextricable de los conflictos humanos) y está
acabado... Suprimió su horror con estoicismo, aprendió a vivir detrás de una máscara, llevó a cabo
un experimento de resistencia que duró toda su vida. Una representación sobre una ruina"


ROTH, Ph.: "Pastoral Americana", 108






“…los animales se resisten de forma instintiva contra la muerte, igual que nosotros. Pero no
entienden la muerte como nosotros la entendemos, o mejor dicho, como no la entendemos. En la
mente humana se produce un colapso de la imaginación ante la muerte, y ese colapso de la
imaginación (…) es la base de nuestro miedo a la muerte”

COETZEE, J.M.: “Elizabeth Costelo”, 116-7






“¿Existe un solo tipo de muerte para todos nosotros o por el contrario cada tipo de muerte
comparte (…) la valencia, por así decirlo, de la vida que reemplaza? Sería maravilloso saberlo.
Súbitamente le vino al recuerdo la cara intensa y cetrina de Quaterefages que decía: ‘Creo a Elifas
cuando dice que el demonio es el fracaso de Dios. Si uno se embarca en el camino de la santidad y
fracasa sin llegar a su meta, está condenado a convertirse en un diablo’ “

DURRELL, Lawrence: "Livia", 166







"Como el náufrago metódico que contase las olas que le bastan para morir;
y las contase, y las volviese a contar, para evitar errores, hasta la última,
hasta aquella que tiene la estatura de un niño y le cubre la frente,
así he vivido yo con una vaga prudencia de caballo de cartón en el baño,
sabiendo que jamás me he equivocado en nada,
sino en las cosas que yo más quería"

140. El arte de ser

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ROSALES, LUIS
“El náufrago metódico. Antología”, 129



1



“Nos acostumbramos naturalmente durante decenios a un ser humano y lo amamos durante
decenios y lo amamos en definitiva más que a cualquier otro y nos encadenamos a él y, cuando lo
perdemos, es realmente como si lo hubiéramos perdido todo. Siempre había creído que era la
música la que lo significaba todo para mí, a veces al fin y al cabo también que era la filosofía, la
literatura elevada y más elevada y elevadísimo, lo mismo que, en general, que era sencillamente el
arte, pero todo eso, todo el arte, el que sea, no es nada en comparación con ese único ser querido.
Cuántas cosas hemos hecho a ese único ser querido, dijo Reger, en cuántos miles y cientos de
miles de sufrimientos hemos precipitado a ese ser al que, más que a cualquier otro, hemos querido,
cómo hemos atormentado a ese ser y, sin embargo, lo hemos querido más que a cualquier otro,
dijo Reger (...)
Todos esos libros y escritos que he reunido durante mi vida y que he llevado a mi piso de la
Singerstrasse, para abarrotar todas esas estanterías, no me habían servido al final de nada, mi
mujer me había dejado solo y todos esos libros y escritos eran ridículos. Creemos que podemos
aferrarnos entonces a Shakespeare o a Kant, pero es un error. Shakespeare y Kant y todos los
demás que hemos levantado en el curso de nuestra vida como lo que llamamos Grandes nos dejan
en la estacada precisamente en el momento en que los hubiéramos necesitado tanto, así Reger, no
son ninguna solución para nosotros ni son para nosotros ningún consuelo, de repente sólo nos
resultan repugnantes y extraños, todo lo que esos, así llamados, Grandes e Importantes, pensaron y
por añadidura escribieron nos deja fríos, así Reger. Creemos siempre que podemos confiar en esos,
así llamados, Importantes y Grandes, lo que sean, en el momento decisivo, es decir, en el momento
decisivo para nuestras vidas, pero es un error, precisamente en el momento decisivo para nuestras
vidas todos esos Importantes y Grandes y, como suele decirse, Inmortales, nos dejan solos, no nos
dan más que el hecho de que también entre ellos estamos solos, abandonados a nosotros mismos
en un sentido horrible (…) Llenamos nuestra caja fuerte espiritual de esos Grandes Ingenios y
Maestros Antiguos y recurrimos a ellos en el momento decisivo de nuestras vidas; pero cuando
abrimos esa caja fuerte espiritual, está vacía, esa es la verdad, nos quedamos ante esa caja fuerte
espiritual vacía y vemos que estamos solos y realmente por completo sin recursos, así Reger. El
hombre atesora en todos los campos durante toda la vida y al final se encuentra vacío, así Reger,
también en lo que se refiere a su patrimonio espiritual. Qué monstruoso patrimonio espiritual he
atesorado, así Reger en el Ambassador, y al final me encuentro totalmente vacío.”




BERNHARD, Thomas: “Maestros antiguos”, 177-180

1



“Lo espantoso no es el que la vida concluya; sí lo es el que concluya en medio de tanto desengaño
respecto a lo esencial. Y esto es un hecho.”

BELLOV, Saul:”Las aventuras de Augie March”, 545


1


“Sabiendo que mi punto de vista del mundo no se corresponde con la realidad, que es una
distorsión de la realidad, también comprendo que la muerte como desaparición, la idea de la
muerte, no es lo mismo que la muerte real, la muerte como un hecho. La idea de la muerte es un

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anatema de la conciencia; mi conciencia no puede admitir la no existencia, le resulta imposible.
Pero la muerte es un hecho, es la continuación de la vida, no es una denegación de la vida, es la
consecuencia normal de estar vivo. Así que, después de haber vivido, mueres; tampoco es tan malo
(…) Naturalmente, en realidad, la perspectiva de la muerte es una presencia amenazadora en mi
mente, pero me ha permitido liberarme del miedo a la muerte. He llegado a aceptar que morir
forma parte de la vida. Es… es una solución personal que otra gente no encontrará necesariamente
satisfactoria. Pero a mí me ha ayudado. “


CALVO, José Manuel: “Soros. El millonario que quería ser filósofo”, 51




“Y sí haremos, pues estamos
en un mundo tan singular
que el vivir sólo es soñar,
y la experiencia me enseña
que el hombre que vive sueña
lo que es hasta despertar
(…)
¿Qué es la vida?: un frenesí.
¿Qué es la vida?: una ilusión,
una sombra, una ficción;
y el mayor bien es pequeño,
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.



CALDERON DE LA BARCA, Pedro: “La vida es sueño”, 251-2




“¿Qué sería lo principal? ¿La conciencia y sus dolores? ¿Huir de la conciencia y refugiarse en lo
primitivo? ¿La libertad ¿ ¿Los privilegios? ¿Los demonios? ¿La expulsión de esos demonios y
espíritus del aire, donde siempre habían estado, por medio de la ilustración y el racionalismo? ¡La
humanidad nunca había vivido sin poseer sus demonios, y los tendría de nuevo! ¡Oh, con qué
miserable, picajosa, sangrante, necesitada, idiota, genial criatura teníamos que habérnoslas aquí! Y
de qué modo tan raro jugaba (él, ella) con las extrañas variedades de posibilidad, con travesuras de
toda clase, con el alma del mundo, con la muerte. ¿Podría condensarse todo ello en una o dos
afirmaciones? La humanidad no soportaría que la privasen de futuro. Por ahora, la muerte era el
único futuro visible”

BELLOV, Saul: “El planeta de Mr. Sammler”, 76-7







“Gatsby creía en la luz verde, en el futuro orgiástico que año tras años retrocede ante nosotros. Se
nos escapa ahora, pero no importa, mañana correremos más, alargaremos más los brazos y llegarán
más lejos… Y una buena mañana…
Así seguimos, golpeándonos, barcas contracorriente, devueltos sin cesar al pasado”


FITZERALD, F. Scott: “El gran Gatsby”, 192

142. El arte de ser

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“Queda tiempo, mucho tiempo, incalculable. Tiempo es lo mejor, lo más personal que podemos
dar. Nuestro regalo preferido es el reloj de arena. El agujero a través del cual se escurre la rojiza
arenilla es tan fino que el ojo no consigue percibir cómo va disminuyendo el contenido de la
cavidad superior. Sólo al final parece precipitarse el movimiento. Pero el final está lejos, tan
grande es la estrechez del agujerito. Lejos, muy lejos. No vale la pena hablar ni pensar en ello.
Pero el reloj está en movimiento, la arena ha empezado a escurrirse, y de esto quiero hablar
contigo, precisamente”.



MANN, Thomas: “Doktor Faustus”, 321





“¡Ser o no ser, he aquí el problema!. ¿Qué es más levantado para el espíritu: sufrir los golpes y
dardos de la insultante fortuna, o tomar las armas contra un piélago de calamidades y, haciéndoles
frente, acabar con ellas? ¡Morir..., dormir; no más! ¡Y pensar que con un sueño damos fin al pesar
del corazón y a los mil naturales conflictos que constituyen la herencia de la carne! ¡He aquí un
término devotamente apetecible! ¡Morir..., dormir! ¡Dormir! ¡Tal vez soñar! ¡Sí, ahí está el
obstáculo! ¡Porque es forzoso que nos detenga el considerar qué sueños pueden sobrevenir en
aquél sueño de la muerte, cuando nos hayamos librado del torbellino de la vida! ¡He aquí la
reflexión que da existencia tan larga al infortunio! Porque, ¿quién aguantaría los ultrajes y
desdenes del mundo, la injuria del opresor, la afrenta del soberbio, las congojas del amor
desairado, las tardanzas de la justicia, las insolencias del poder y las vejaciones que el paciente
mérito recibe del hombre indigno, cuando uno mismo podría procurar su reposo con un simple
estilete? ¿Quién querría llevar tan duras cargas, gemir y sudar bajo el peso de una vida afanosa, si
no fuera por el temor de un algo, después de la muerte, esa ignorada región cuyos confines no
vuelve a traspasar viajero alguno, temor que confunde nuestra voluntad y nos impulsa a soportar
aquellos males que nos afligen, antes que lanzarnos a otros que desconocemos? Así la conciencia
hace de todos nosotros unos cobardes; y así los primitivos matices de la resolución desmayan bajo
los pálidos toques del pensamiento, y las empresas de mayores alientos e importancia, por esa
consideración, tuercen su curso y dejan de tener nombre de acción...”

SHAKESPEARE, W.: “Hamlet” en Obras Completas, Tomo 2, 248-9

143. El arte de ser

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4.2.- Imágenes, sueños y espejos en el camino.






“Soy una oquedad que clama por ser una totalidad. Sé que, en cierta manera, esta no es sino una
manera de hablar, una simple manera de pensar en mí misma, pero es que si una no es capaz de
pensar en sí misma mediante palabras, mediante imágenes, ¿qué nos queda para pensar?

COETZEE, J.M.: “En medio de ninguna parte”, 59



“Todo eso de que uno vive en sus hijos, o en sus obras o en el universo, son vagas elucubraciones
con que sólo se satisfacen los que padecen de una estupidez afectiva, que pueden ser, por lo
demás, personas de una cierta eminencia cerebral (...) Hay algo que, a falta de otro nombre,
llamaremos el sentimiento trágico de la vida y del universo, toda una filosofía más o menos
formulada, más o menos consciente (...) Y ese sentimiento, más que brotar de ideas, las determina,
aun cuando luego, claro está, estas ideas reaccionan sobre él, corroborándolo”

UNAMUNO, Miguel de: “Del sentimiento trágico de la vida” en “Obra escogida”, 8-9, 18-9





“(…) era un hombre de ideas, un músico de orquesta venido a menos, pero sabía que no se puede
alcanzar el absoluto en cuanto se opta por una mujer. Y disculpaba la furia perversa de los
hombres, pues sabía también que esta se debe al miedo y a la decepción; sabía que aquellos
hombres perversos y apasionados corren tras un fragmento de la eternidad, que les proteja del
miedo que se yergue sobre sus espaldad anunciándoles la muerte. Él era un simple violinista, tonto
y sin ideas, pero era capaz de tocar sonatas de memoria y, puesto que sabía muchas cosas, podía
sonreír pese a su tristeza, al pensar en la gente que, en su angustiosa búsqueda de lo absoluto,
pretendía amarse eternamente, imaginando que así su vida no tendría fin y sería eterna. (…) había
llegado, no obstante, a la conclusión de que esas personas acorraladas, que buscan lo imperecedero
y lo absoluto en lo terrenal, encuentran siempre únicamente símbolos o sustitutivos de lo que
buscan, sin que les sea posible darles nombre: ven la muerte de otro sin pena ni tristeza, al vivir
poseídos por su locura; corren locamente tras la posesión, para ser poseídos por ella, y esperan
hallar en dicha posesión lo seguro e inmutable que debe protegerlos y poseerlos, y odian a la mujer
por quien se han decidido en su ceguera, la odian porque ella es un mero símbolo que ellos
aniquilan llenos de furia cuando se encuentran de nuevo a merced del miedo y de la muerte (…)
¡Oh, qué loca confusión es la vida incomprendida por los hombres ávidos de posesión,
comprendida apenas por los demás, y presentida, en cambio, por la música, símbolo sonoro de
todo lo pensado que suprime el tiempo para recogerlo en cada compás, que suprime la muerte para
hacerla resucitar de nuevo en el sonido¡ (…) Sí, él era tan solo un pobre perro, pero estaba no
obstante entregado a la multiplicidad de la eternidad con más dicha y cansancio y ternura que
aquellos que le insultaban, y que únicamente construían un pequeño fragmento terrenal como
símbolo y meta de su triste afán”.

BROCH, Hermann: “Esch o la anarquía”, 238-9

144. El arte de ser

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“¿Por qué, con qué fin hemos malgastado nuestra vida?
¿Qué nos ha conducido a este vacío?
¿Qué nos ha entregado a la nada?
¿Es esta en verdad la determinación del hombre?
¿Es esta su suerte? ¿Es que verdaderamente nuestra vida
No puede tener otro sentido sino este sin-sentido?
Mas las respuestas a estas preguntas
las hacían los mismos hombres,
y eran por tanto opiniones vacías,
otra vez el vacío de la nada,
cobijado en la nada,
formado por la nada
y por eso predestinado a sumergirse de nuevo
en la confusión de las convicciones
que obligan al hombre a ofrecerse nuevamente en holocausto,
a ofrecerse de nuevo en la guerra,
a ofrecerse de nuevo a la heroicidad pagana y vacía,
a la muerte sin martirio
al sacrificio vacío
que nunca vuelve a crecer sobre sí mismo”.


BROCH, Hermann: “Los inocentes”, 47






“Cuanto más marchan los hombres, tanto más se alejan de la meta. Gastan sus fuerzas en vano.
Piensan que andan, pero sólo se precipitan –sin avanzar- hacia el vacío. Eso es todo.”

Kafka,F.
Citado en VILA-MATAS, Enrique: “Exploradores del abismo”, 15







4.2.1.- Paraísos artificiales

“En el libro que terminé ayer, todos los personajes acaban siendo exploradores del abismo o, mejor
dicho, del contenido de ese abismo. Investigan en la nada no cesan de dar con uno de sus posibles
contenidos. Todos ellos han elegido, como actitud ante el mundo, asomarse al vacío. Y no hay
duda de que conectan con una frase de Kafka: ‘Fuera de aquí, tal es mi meta’ “.

VILA-MATAS, Enrique: “Exploradores del abismo”, 9




“No voy a explicar ahora mi experiencia de soldado (…) es, además, otro de los múltiples inventos
de la felicidad (la felicidad guerrera) que sustituye con ventaja a las funciones de la religión, de la
política o del sexo como simulaciones de sentido y significado
”


AZUA, Félix: “Historia de un idiota contada por él mismo o el contenido de la felicidad”, 64

145. El arte de ser

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“La felicidad programada tiene que ver con la capacidad de imaginar situaciones estresantes y de
adentrarse voluntariamente en el mundo de los sueños. Los atajos se asemejan, en ciertos aspectos,
al sueño lúcido que se quisiera controlar despierto. Los sueños, a su vez, están ligados al
predominio de las imágenes visuales (...) La felicidad programada: las representaciones mentales
de los placeres vinculados a la comida y el sexo, o fruto de las drogas, el alcohol, la música y el
arte, son las protagonistas de este mundo de imágenes medio real y medio imaginado”.

PUNSET, Eduardo: “El viaje a la felicidad. Las nuevas claves científicas”, 158-9






“- Toda mi vida he estado buscando la paz. De bebés somos felices pero algo en nuestro camino
nos va cambiando. Reconozco que soy un hombre curioso y que cuando preparo un personaje me
gusta dar rienda suelta a esa curiosidad. Supongo que está relacionado con la búsqueda de mi
satisfacción personal, pero no sólo es satisfacción sino saciedad. Tal vez por esa misma razón soy
un adicto. Nunca me sacio, un problema.
- Ha tenido varios problemas por esas adicciones.
- Mi problema radica básicamente en que trato de saciarme con sustancias donde busco alivio y
ayuda. A veces, encuentro ese alivio en el sexo, o en mi trabajo, pero tengo la tendencia a no ser
capaz de superar una noche sin reactivarme. Desde que tenía treinta y tantos años empecé con
ese proceso. Durante diez fui capaz de estar apartado de todo tipo de sustancias, pero en los
últimos tres años volví.
- ¿Esa adicción ha repercutido negativamente en su trabajo?
- Cuando trabajo soy muy disciplinado y creativo, porque estoy dentro de una burbuja.. Es la
libertad más absoluta. Cuando interpretas a un personaje el tiempo se para y deseas que nunca
termine lo que estás haciendo. Sin embargo, cuando se acaba el rodaje el bajón es estremecedor:
mi vida es una tragedia griega.
- ...
- ¿Y con la bancarrota pendiente no es difícil rechazar un cheque de diez millones de dólares?
- Por supuesto, cuando me ponen diez millones de dólares sobre la mesa me siento tentado. Es
difícil resistirse, especialmente para alguien que ha sido de clase media baja en su infancia. El
primer año que triunfé en Holliwood me compré todos los juguetes que quise. El segundo, todo
el alcohol y las drogas que mi cuerpo pudo aguantar. Sobreviví a las dos. El tercero compré todas
las mujeres que pude. Ahora estoy en bancarrota emocional, me repito a mí mismo y canso a la
audiencia”

NOLTE, Nick (actor)
En MARTINEZ, Angélica: “Mi vida es una tragedia griega”






"El hombre -de todas las edades y culturas- enfrenta la solución de un problema que es siempre el
mismo: el problema de cómo superar la separatidad, cómo lograr la unión, cómo trascender la
propia vida individual y encontrar compensación (...) La respuesta varía (...) En el infante (...) él
aún se siente uno con su madre (...) De manera similar, la raza humana , en la infancia, se siente
una con la naturaleza (...) (En etapas posteriores se acude a) diversas clases de estados orgiásticos
(...) En una cultura no orgiástica, el alcohol y las drogas (...) La búsqueda del orgasmo sexual (...)
La unión basada en la conformidad con el grupo, sus costumbres, prácticas y creencias (...) Una
tercera manera (...) la actividad creadora, sea del artista o del artesano (...)

Constituyen meras respuestas parciales al problema de la existencia. La solución plena está en el

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logro de la unión interpersonal, la fusión con otra persona, en el amor"

FROM, E: "El arte de amar", 20-30




“El sueño de uno solo es la ilusión, la apariencia; el sueño de dos es ya la verdad, la realidad. ¿Qué
es el mundo real sino el sueño que soñamos todos, el sueño común?”

UNAMUNO, Miguel: “Niebla” en UNAMUNO, Miguel de: “Obra escogida”, 411

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4.2.2.-El sexo: ¿una felicidad anatómica?



“Nada es suficiente: arte, sexo, política, drogas, Dios, mente (…) El sexo es. No hay nada más que
hacer al respecto. El sexo no construye carreteras, no escribe novelas, y desde luego no otorga
significado a nada que no sea él mismo”

VIDAL, Gore: “El autobombo de Norman Mailer” en “Ensayos (1952-2001)”, p. 75







“El amor sensual consigue hacernos olvidar el celestial. No podrá hacerlo sólo pero lo consigue
porque tiene el elemento del amor celestial en sus instintos”


KAFKA, Franz: "Obras completas", 1481






“Para indagar dónde estuvo el error del intelecto de una civilización hay que empezar con la
percepción humana…es decir, el sexo, la forma de conocimiento originaria que precedió al
lenguaje (…) Con cada orgasmo te sumerges un poco en el futuro, gustas un pedacito de
inmortalidad a pesar de ti mismo”

DURRELL, Lawrence: “Quinx”, 191 y 226





“Hallé entre las ruinas de Khajuraho siete grandes templos hindúes bella y exquisitamente tallados,
pero el escultor a veces se había dejado llevar por el calor de sus temas más lejos de lo que era
necesario para su realización; desde luego, algunas de estas esculturas eran extremadamente
indecentes y ofensivas, por lo que me sorprendió mucho al principio hallarlas en templos...". Con
estas palabras, cargadas de perplejidad y mojigatería, describía el capitán e ingeniero británico T.
S. Burns las primeras sensaciones que le produjo la profusa y voluptuosa decoración que exhibían
los santuarios que, ocultos en la jungla, acababa de descubrir en un lugar apartado del corazón de
la India en 1838. No es de extrañar que la conciencia puritana del oficial victoriano se viera
zaherida y ofuscada por la profusión de mujeres desnudas y escenas explícitas de sexo talladas en
las rojizas paredes de piedra arenisca, si se tiene en cuenta que ese mismo magnetismo erótico
arrastra en la actualidad a masas de viajeros hacia el pequeño pueblo de Khajuraho, en el Estado
de Madya Pradesh. (…) Para algunos, la explicación de esta peculiar decoración, que no es
exclusiva, ya que aparece en muchos otros templos de la India, aunque con menos prodigalidad, es
que el goce erótico, el kama, representa una de las finalidades fundamentales de la existencia. Para
otros, la unión sexual era la metáfora empleada para expresar la verdadera unión entre el alma
humana y Dios. Para los profanos es, simplemente, puro deleite de los sentidos.

CASES, Pedro: “Acróbatas del sexo. La búsqueda de la trascendencia a través del erotismo encuentra su meta en los
templos indios de Khajuraho “

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“La vida toda se les aparecía a los dos sin ninguna esperanza; su único y menguado triunfo era
pasear por aquel paisaje al atardecer y reposar en él sus miradas. ‘Es como la última gracia
concedida a un condenado’, pensó Esch. Y continuaron así en silencio (…)

Noche tras noche era la amante de aquel hombre. Y su actividad cotidiana, que hasta entonces
solo había consistido en huir confusamente de su conciencia y en refugiarse en la noche y en la
cama, se dirigía en la actualidad y con más claridad a ese último fin, claridad pavorosa que, de tan
duro y desafortunado como era todo lo que se había infiltrado en el ser-mujer y en el ser-hombre,
apenas si podía seguir llamándose enamoramiento; una felicidad sin sonrisa, una felicidad
puramente anatómica que, para el matrimonio de un abogado, resultaba en parte divinizada en
exceso y en parte demasiado indigna”.

BROCH, Hermann: “Huguenau o el realismo”, 272-3



“Antes creía percibir la luz en su corazón, pero esta luz, que ensanchaba su Yo, se extendía más
allá de las fronteras de su cuerpo, fluía hasta las estrellas y retornaba, resplandecía en él y le
enfriaba con maravillosa dulzura, se expandía y se trocaba en un beso infinito, el beso que recibía
de labios de la mujer. Él lo tomaba como una parte de su Yo y, en cambio, lo veía oscilar en una
lejanía sin límites: la meta del Eros, que es el absoluto, una meta inaccesible y, sin embargo,

demasiado accesible, que se procura la libertad de lo eterno cuando el Yo rompe su soledad
desesperada, su idealismo sin límites, cuando, levantándose por encima de su dependencia del
mundo, se disgrega, dejando tras sí tiempo y espacio (…) Nosotros aquí no nos preocupamos de
analizar el límite material, sino simplemente apuntamos que el camino de Zacarías y Philippine
hubiera podido conducir hasta el éxtasis de la muerte por amor, y encontrar en ella el infinito y
lejano punto donde su unión hubiera estado fuera de lo corporal pero encerrada dentro de su fin.
Señalamos también que este camino que va de lo mezquino a lo eterno es un caso excepcional para
el hombre medio, excepcional o antinatural. Por eso casi siempre es roto antes de tiempo, o, como
se acostumbra a decir, es roto ‘a tiempo’”.

BROCH, Hermann: “Los inocentes”, 41-2





"Hablemos más de la muerte y del deseo, que comprensiblemente es en los viejos un deseo
desesperado, de atajar la muerte, resistirse a ella, recurrir a los medios que sean necesarios para ver
la muerte con cualquier cosa menos (que con) claridad”.

ROTH, Ph.: "Pastoral americana", 68




“El sexo es el consuelo que uno tiene cuando no le alcanza el amor”

GARCIA MARQUEZ, Gabriel: “Memorias de mis putas tristes”, 69-70





“… también en el amor intuye y siente la embriaguez, la embriaguez de la muerte, la embriaguez
de la belleza, la embriaguez del olvido, porque en el crepuscular abismamiento del juego de la
belleza y el amor de la muerte se proporciona el goce de este olvido, olvidando con facilidad y
premeditación que el amor, aunque agraciado con la creación de la belleza, jamás se dirige a ella,
sino única y solamente a su misión primigenia, la más humana de todas sus tareas, que en todos los
tiempos solo tiene un nombre: ‘asumir el destino’ “

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H. BROCH: "La muerte de Virgilio", 150-1




“Porque cultura significa sexo, raíz cognoscitiva, y allí donde las facultades aparecen desviadas o
mutiladas, derivativos tales como la religión nacen, enanos o deformes, y en lugar de la mística
rosa emblemática se obtienen coliflores judías como los Mormones o los vegetarianos, en lugar de
artistas se obtienen niños llorones, en vez de filosofía, semántica.
La energía sexual y la energía creadora marcharán de la mano. Se transformarán alternativamente
una en otra; lo sexual solar y lo lunar espiritual mantendrán un eterno diálogo. Juntos recorrerán la
espiral del tiempo. Abrazarán la totalidad de los motivos del hombre. La verdad sólo habrá de
encontrarse en nuestras propias entrañas, la verdad del Tiempo.
‘¡La Copulación es la lírica de la Plebe!’ Ay, y también la universidad del alma, pero sin fondos,
sin libros, sin estudiantes ahora. No, hay unos pocos”

DURRELL, Lawrence: “Clea”, 146





"La mayor de las desventuras es la soledad ... En consecuencia, todo el problema de la vida es éste:
cómo romper la propia soledad, cómo comunicarse con otros ... Quizá no sea más que una ilusión:
se está estupendamente ¿SOLO? la mayor parte del tiempo. Gusta de vez en cuando tener un odre
en el que verterse y después beberse a sí mismo: dado que pedimos de los demás lo que ya
teníamos en nosotros. El misterio es por qué no nos basta escrutar y beber en nosotros y
necesitemos recuperarnos de los otros. [El sexo es un incidente: lo que recibimos de él es
momentáneo y casual; aspiramos a algo más oculto y misterioso de lo que el sexo es sólo un signo,
un símbolo]"

PAVESE, Cesar:"El oficio de vivir", 161



“Quien conoce el aislamiento intelectual todavía puede hallar salvación en el romanticismo, y el
aislamiento espiritual siempre ofrece una vía de solución: la que lleva al sexo, al otro, pero, para la
soledad en sí, para la soledad inmediata, ya no es posible hallar solución en lo simbólico”


BROCH, Hermann: “Huguenau o el realismo”, 277



“Pero ahora, al sentarse al borde de la cama de la señorita Erna e inclinarse sobre ella deseándola,
quería algo más de lo que se supone anhela un hombre en el ardor del deseo, porque detrás de lo
aparentemente tan palpable, y tan vulgar, se esconde siempre la nostalgia, la nostalgia del alma
prisionera que busca la redención de su soledad por medio de una salvación que valía para él y
para ella, sí, quizá para todos los hombres (…)”

BROCH, Hermann: “Esch o la anarquía”, 68






“Ella...intentaba enriquecer la vida de Moses y darle lo que él andaba buscando donde no podía
encontrarlo. Y esto lo podría hacer con el arte de amar, decía ella, un arte de amar que era el de los
sublimes perfeccionamientos del espíritu. Lo que él tenía que aprender con ella, mientras aún
estaba a tiempo, mientras aún poseía la fuerza viril y tenía intactas en lo sustancial sus facultades,
era renovar el espíritu por medio de la carne
(preciosa vasija en la que se hallaba el espíritu)

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Ramona -¡bendita sea!- resultaba tan floreciente en esos sermones como lo estaba en su aspecto.
¡Qué oradora tan dulce era! Pero, ¿dónde habíamos quedado? Ah, sí, en que tenía que cuidar sus
estudios y proponerse captar el sentido de la vida. Cuando pensaba que él, Herzog, había de poseer
el sentido de la vida, se tapaba la cara con las manos para reírse”.

BELLOV, Saul: “Herzog”, 234





“El amor y la muerte. Los dioses, los inmortales fueron quienes inventaron la muerte y la
corrupción. (…) De los dos, de los dioses y los mortales, somos nosotros los que vivimos con más
ansia y sentimos con más intensidad (….) Los éxtasis sexuales de los mortales, el escalofrío de la
muerte, sus contorsiones y sus relajamientos: es de esas cosas que se hablan sin parar cuando han
bebido demasiado (…) Desearían tener ese pequeño temblor inimitable en su propio repertorio
erótico para animar los encuentros sexuales entre ellos. Pero no están preparados para pagar el
precio. La muerte, la aniquilación: ¿Y si luego no hubiera resurrección?, se preguntan recelosos.
(….) En cuanto a nosotros, ¿acaso imaginan los dioses (¡que ironía!) que lo que hace que nuestros
abrazos sean tan intensos, tan inolvidables, es el vislumbre que nos proporcionan de la vida que
imaginamos que tienen ellos, una vida que llamamos ‘el más allá’ (ya que nuestro lenguaje no
tiene una palabra para ello)?”

COETZEE, J.M.: “Elizabeth Costelo”, 195-6






“Cuánta razón tenía Affad al insistir en que todas las uniones sexuales era psíquicas y en que el
cuerpo no era sino un receptáculo de sensaciones. ¡Desde ese punto de vista hacer el amor no
comprometía a la realidad y uno podía sumergirse en la naturaleza como en un baño de tinte! (…)
Sabes, cuando uno ve morir a alguien, cuando ve cómo deja de respirar, se da cuenta de golpe de
que su respiración está enganchada a otra, vinculada a otra. Entre alientos se extiende el espacio
donde vivimos, entre el aire que se inspira y el aire que se exhala hay un campo o dominio donde
existe y deja de existir el tiempo. Nuestra intuición de la realidad está tramada por la respiración,
como una cota de malla. Es en ese limitado espacio, en ese minúsculo instante entre dos alientos,
que hemos empezado a expandir el poder del orgasmo como experiencia de unión sincrónica,
haciéndolo cada vez más consciente, poniendo en movimiento su fuerza y su fecundidad con cada
beso. Constante, no podemos equivocarnos. ¡Para nosotros el amor ya no podrá tener otro sentido!
¡Por Dios, cómo querría preñarte ahora mismo¡ (…) Habían trabajado no para el mero placer sino
para el éxtasis, no para lo simplemente adecuado sino para lo sublime, y era eso lo que a ella le
parecía incomparable en aquel amor””

DURRELL, Lawrence: "Sebastián"; 93, 97 y 98





“No te vayas a morir sin probar la maravilla de tirar con amor”

GARCIA MARQUEZ, Gabriel: “Memorias de mis putas tristes”, 96





- “En alguna parte de todo ser humano se esconde la loca esperanza de que el poco
erotismo que nos ha sido otorgado puede tender ese puente. Guárdese del pathos de lo

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erótico (…) pero ningún hombre puede apagar esta loca esperanza de encontrar todavía el
místico puente del amor. Y también por eso debo marcharme. Existe un solo pathos
auténtico, el de la lejanía, el del dolor… Si uno quiere que el puente sea sólido, tiene que
tensarlo, ya que no puede cargarlo con demasiado peso. Y cuando…
- ¡Oh, cállese!
- Y cuando sin embargo la necesidad se hace más fuerte que todo cuanto espontáneamente
le oponemos, cuando la tensión de un anhelo indescriptible llegar a ser tan poderosa que
amenaza con despedazar al mundo, entonces queda la esperanza de que los pobres
destinos individuales del hombre emerjan del fárrago del azar, de una melancolía chata y
sentimental, de la familiaridad mecánica y casual (…)
- Creo, y es una fe profunda, que solo una terrible superación de lo extraño, solo cuando,
por decirlo así, ha sido llevado hasta lo infinito, puede convertirse en su contrario, en el
conocimiento absoluto, y dar la flor que se balancea ante él como meta inalcanzable del
amor y sin embargo lo satisface: el misterio de la unidad. De un lento mutuo
acostumbrarse y familiarizarse no surge ningún misterio (…) Quisiera que tú vivieras y
sufrieras el amor únicamente de esa forma última e inaccesible (…) ¿Lloras porque la
perfección es inaccesible? Entonces tienes motivos para llorar. Oh, te quiero, deseo
ardientemente hundirme en tu extrañeza, deseo ardientemente que tú fuera lo definitivo y
lo predestinado…”

BROCH, Hermann: “Pasenov o el romanticismo”, 129-130




“Esch sintió una felicidad que jamás le había hecho sentir ninguna otra mujer, y fluyó sin fin en
ella, anhelando poseer a aquella mujer que había dejado de ser ella misma para convertirse en una
vida recibida de nuevo, maternal, arrancada del seno del misterio, aniquiladora del yo, que había
roto sus fronteras, sumergida y anegada dentro de su propia libertad. Porque el hombre que quiere
el bien y la justicia quiere lo absoluto, y Esch comprendió por primera vez en su vida que esto no
depende del placer, sino de una unión que está por encima de cualquier motivación casual, triste o
incluso mezquina, y que radica en un extinguirse en común, que fuera del tiempo, anula el tiempo;
comprendió que el renacer del ser humano es algo tan sereno como el todo, el cual, sin embargo,
es capaz de empequeñecerse y ceñirse al hombre, cuando lo exige la voluntad en éxtasis, a fin de
que sea para él lo que únicamente a él le corresponde: la redención.”


BROCH, Hermann: “Esch o la anarquía”, 144




“La aventura seguramente se iniciaría cuando el cuerpo ya no pudiera contestar a la pregunta que
él no cesaba de formular ni siquiera cuando estaba entre los brazos de Eliz. Ella era una cicerone
perseverante y lo había guiado hasta el límite del imperio del cuerpo, a través de selvas y
precipicios; más allá no pudo llegar, se detuvo al bordear lo desconocido, dejándolo solo. Eliz le
brindaba todo lo que podía darle el cuerpo, con gestos naturales y pródigos, como quien no espera
ni necesita agradecimiento. Hasta que un día Askenasi se dio cuenta de que, aunque ella le ofrecía
mucho, no era suficiente. La respuesta del cuerpo era concisa e inequívoca, pero no lo expresaba
todo a la perfección”.

MARAI, Sándor: “La extraña”, 93







“Con leve satisfacción pensó que tenía el trabajo hecho, había cumplido prácticamente todas sus
obligaciones, había vivido como lo exigían la sociedad y sus circunstancias, sólo después había
seguido una vida distinta, se había orientado con los instrumentos del cuerpo, y ya no le quedaba

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nada más por hacer que buscar la respuesta a la pregunta de por qué había sufrido siempre de una
forma tan vergonzosa, qué finalidad podía tener la Idea respecto al ser humano al infligirle
tormentos tan humillantes y sin fin, y, más en general, por qué no logra uno encontrar la
satisfacción. Aún le faltaba dar con la respuesta a esta pregunta. Consideraba degradante haber
sucumbido de una forma tan ridícula, y en adelante tendría que vagar por el mundo en busca de la
respuesta en otras mujeres, perseguir respuestas parciales en los libros, preguntar a otros hombres
(…) Pero si el camino pasaba por el cuerpo, pensó descontento, ¿para qué tantos obstáculos
artificiales? (…) ¿Por qué el cuerpo, si de verdad sabía la respuesta, en el último instante había
callado, eludido la pregunta? El placer en sí sólo era un sonido, no la melodía entera. El cuerpo se
reservaba muy bien su secreto, con celo y rencor, tentaba a iniciar nuevos experimentos, contando
con que el otro se iría sediento y luego volvería por más (…) El cuerpo nunca daba la respuesta
completa, siempre se callaba algo, se mostraba reticente”.



MARAI, Sándor: “La extraña”, 100-1

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4.2.3.- El dinero, la riqueza


“Es curioso, podría creerse que la necesidad de expresarse, de dejar huella en el mundo, es una
fuerza poderosa; y, sin embargo, por lo general, no basta. Lo que mejor funciona, lo que empuja a
la gente con la mayor violencia a superarse sigue siendo la pura y simple necesidad de dinero”


HOULLEBECQ, Michel: “El mapa y el territorio”, 39






“El dinero no es un bien entre otros: es el equivalente de todos. No es un bien real, es el acceso
indefinido a todos los bienes posibles. No es, o no es solamente, una posesión presente, es la
posesión anticipada del porvenir. ¿Posesión imaginaria? Por supuesto, ya que el porvenir no existe,
porque vamos a morir, porque vamos a estar muertos antes, quizá, de haber gastado la parte menor
de esa fortuna que nos tranquiliza...Pero lo imaginario, en estos dominios, vale lo que su peso en
realidad. Más vale gozar en sueños que sufrir realmente.
El dinero, sin embargo, no es un sueño: el dinero es ese pequeño fragmento de la realidad que abre
al gozo soñado (pero plausible, pero verosímil...) de lo posible”


COMTE-SPONVILLE, André: “Impromptus. Entre la pasión y la reflexión”, 35




“En seguida resolvió la joven para sí que ser rico era una virtud porque era poder hacer, y el hacer
sólo podía ser dulce. Era el hermoso contrario del lado estúpido de la debilidad –en su variedad
femenina especialmente. Ser débil era, para una persona joven y delicada, bastante hermoso, pero
en el fondo, como se decía Isabel, había otra hermosura mayor”

JAMES, Henry: “El retrato de una dama”, 206




“Cuando el destino vuelve a la gente rica y rolliza con excesiva rapidez, surge el peligro de que se
altere su sentido de la realidad como por un ensueño. Es algo así: si hay que soportar la vejez y la
muerte, ¿por qué no mullir el paso por la vida? Tal propuesta no produce, desde luego, impavidez
en el momento en que las cosas empiezan a suceder demasiado rápido. Ponerse a pensar puede ser
un paliativo; otro pueden ser: la fuerza moral, el dinero, la magnificencia en gran escala; las
actitudes concretas y un talento para la organización. Tales remedios existen, junto con otros de
mayor antigüedad, pero se carece de opción plena, especialmente en cuanto a los antiguos
remedios, los del mundo no visible. Mucha gente se conforma y labora con ello en el mundo
visible; esto no deja de ser una meritoria tozudez”

BELLOV, Saul: “Las aventuras de Augie March”, 291




“Había catado el poder, la más alta forma de poder de que tenía conocimiento en su limitada
experiencia: el poder del armador. ¡Qué decepción¡ ¡Vanidad de vanidades¡ Le asombraba lo loco
que había sido. Había despreciado la sustancia por la sombra. No conocía lo suficiente las delicias
de la riqueza como para excitar la imaginación con visiones de lujo (…) Pero podía concebir muy
bien la noción del ocio absoluto que proporcionaba la riqueza”

154. El arte de ser

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CONRAD, Joseph: “Situación límite”, 111






"Es tan pobre que sólo tiene dinero"

Anónimo



“Un carro de fuego tejido con estrés mental y con la avidez del narcisismo, de la egolatría, de la
vanagloria. Nos ha acarreado la insoportable soledad de la prisa, del viaje, abocándonos al
orgasmo del vuelo. Como tú dices, por sus obras los conoceréis. No nos ha dado paz ninguna,
mientras que una desorbitada y alquímica sed de oro ha atraído a los más inseguros, los judíos, y
nos ha aportado nuestro señor Galen y el Banco Mundial y la teoría marxista de la plusvalía”.

DURRELL, Lawrence: “Quinx”, 54



“Para ella todo el secreto de la vida está…en la baratura. Todo se le vuelve hablar de cómo se
puede vivir más barato y mentar las copeicas, y, fíjese, usted, la muy tuna tiene dinero”

DOSTOYEVSKI, F. M.: “El idiota”, 66-7




“Era Emeterio un joven fundamentalmente y radicalmente ahorrativo. Cada mes depositaba en el
banco mismo en que prestaba sus servicios el fruto de su ahorro mensual. Y era ahorrativo, lo
mismo que en dinero, en trabajo,.en salud, en pensamiento y en afecto. Se limitaba a cumplir, y no
más, en su labor de oficina bancaria, era aprensivo y se servía de toda clase de preservativos,
aceptaba todos los lugares comunes del sentido también común, y era parco en amistades (…) Y
entró Emeterio en una vida imposible, de profunda soledad interior (…) ‘¿Rico, ¿y para qué rico?
Tiene razón don Hilarión, ¿para qué rico? ¿Para los intereses de mis ahorros si no he de ayudar a
un estado interesante? ¿Para comprar papel del Estado? Pero es que este Estado no me es
interesante, no me interesa…’ “

UNAMUNO, Miguel de: “Un pobre hombre rico” en “La novela de Don Sandalio, Jugador de Ajedrez. Un pobre hombre
rico”, 71 y 83



“En cuanto el dinero suena en el arca, el alma salta al Purgatorio”

PYNCHON, Thomas: “Mason y Dixon”, 208




“No puedes estarte quieto. Primero, debes hacer dinero; luego, conseguir que no se encoja a causa
de la inflación. Cómo lo inviertes, has de ir con cuidado de quién te fías (no te fíes de nadie), de
qué puedes comprar con él, de cómo salvarlo de esos ladrones de Hacienda. Y, por fin, de cómo lo
dejas… ¡El testamento! Esos son los peores problemas de la vida. Penosísimos.”


BELLOV, Saul: “El planeta de Mr. Sammler”, 82-3

155. El arte de ser

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“‘Siempre hemos sido pobres y nada nos ha faltado’, le dijo. ‘La verdad es la contraria’, le dijo el
general. ‘Siempre hemos sido ricos y nunca nos ha sobrado’”


GARCIA MARQUEZ, Gabriel: “El general en su laberinto”, 249





“-Todos somos pobres –observa Kristóf con objetividad.
-Es cierto –replica Imre, cansado-, pero esta pobreza es diferente…, es otros tipo de pobreza. Se
trata más bien de un sentimiento, de las esperanzas, de los derechos y los deberes; las propiedades
no importan mucho…”

MARAI, Sándor: “Divorcio en Buda”, 140




“Querido hijo Ignaz: abandonas la seguridad de la casa en que naciste para ser juez, crear leyes
como Moisés, impartir justicia y ejercer el poder del que Dios nos privó o nos protegió durante
millones de años. Te adentras en un mundo en el que triunfarás. El estudio es nuestro deber
religioso como judíos. Nuestra exclusión nos ha dado la capacidad de adaptarnos a los demás. Pero
si crees tener poder, te equivocas. Si crees tener derecho a estar por encima de los demás te
equivocas. No caigas en el pecado de la soberbia, el mayor de los pecados. No renuncies a tu
religión. Dios está presente en todas las religiones. Pero si no te aceptan serás desgraciado. La
religión es un barco sólido que te llevará a la otra orilla. Nuestra vida es un barco a la deriva
equilibrado por la incertidumbre. Las personas que juzgues sólo luchan por encontrar seguridad.
No las juzgues basándote en su aspecto o en rumores. No te fíes de nadie. No te unas al poder. No
seas ostentoso. Tener bienes, al final, queda en nada. Los puede quemar un incendio o arrastrar
una riada. No te metas en lo que no conoces, provoca ansiedad. Practica la disciplina.
Pienso en ti. Con todo mi amor.
Tu padre”

De la película “Sunshine” (Alemania 1999, Kinowelt Filmproduktion-Hungarian Motion Picture)
Director: István Szabó, Guionistas: István Szabó e Israel Horovitz.





“Me he pasado la vida preocupado por cuestiones de dinero –dijo Cohen alegremente- Pero
cuando uno va a morir descubre de golpe que tiene fondos”.

DURRELL, Lawrence:”Justine”, 108






"No puedo perder el tiempo en ganar dinero"

Jean L. AGASSIZ





“Ese hombre refinado pudo por fin embriagarse con el supremo lujo que consiste en prescindir de

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todo”

YOURCENAR, Marguerite: "Cuentos Orientales”,

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4.2.4.- La belleza y el arte



“El mapa es más interesante que el territorio”

HOULLEBECQ, Michel: “El mapa y el territorio”, 72






“Las obras de arte, escasas, dan contenido intelectual al vacío”.


“(…) despreciaba las armas de la imaginación, pues le parecían un truco para disimular el inmenso
vacío de nuestra mortalidad”.


VILA-MATAS, Enrique: “Exploradores del abismo”, 206 y 222/3



“Sabemos todo, nos han dado toda la información, pero no nos han explicado nada. No puede
explicarse. Creo que ésta es la única razón para dedicarse al arte, mostrar el absoluto misterio de
las cosas.”

Banville, John





“Thoreau: ‘La percepción de la belleza es un examen moral’ “








¿Salvación en lo formal?



“La enfermedad del hombre civilizado es su conciencia de la muerte. El buen artista, como el
hombre sabio, aborda la vida y otorga a su visión privada a los actos y los pensamientos de los
hombres. La creación de una obra de arte, como un acto de amor, es nuestro humilde ‘sí’ en el
centro de un inmenso ‘no’ “

VIDAL, Gore: “Novelistas y críticos de los años cuarenta” en “Ensayos (1952-2001)”, p. 59





"En esta sensación fundamental de salvación antropológica en lo formal, de la purificación de lo
terreno en el concepto, empieza una nueva época, lo nuevo y lo necesario... empieza, por encima
del mundo fáustico, el mundo de la forma y de la relación, el mundo de la expresión"

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BENN, Gottfried: "Doble vida", 35.





"¿Dónde termina la impresión y dónde comienza lo irreconocible, el ser? ... El yo y la naturaleza.
¿Qué resulta de ellos? A lo sumo, un sueño... Lo animal y el pensamiento que se sublima, cada
vez más desnudo:¿sigue habiendo para ambos un principio común? Para la vida y el conocimiento,
para la historia y el pensamiento, ¿hay todavía en el mundo occidental un tal principio monista?
Para el movimiento y el espíritu, para los estímulos y la profundidad, ¿hay todavía una unión, un
toque, una felicidad? Sí... el arte"

BENN, Gottfried: "Doble vida"; 27, 28.




“El alma humana se ensancha, el corazón humano se regocija al contemplar tal infinitud de
posibilidades, el hombre común se marea ante esos horizontes (…) ¡Porque el artistas, sólo él, es
capaz de hacer estallar las leyes del tiempo y del espacio!”

MARAI, Sándor: “La amante de Bolzano”, 166 y 211




"Pero el único camino que puede conducir a una libertad como ésa es el de una estética. La
belleza, sólo de ella nacen la coherencia y la armonía
de las partes disidentes, que a su vez
reverbera en las grandes creaciones de la naturaleza"

DURRELL, Lawrence: "Numquam", 106




"El escritor...su oficio consiste en convertir la realidad en sentido
, aunque ese sentido sea ilusorio;
es decir, pueda convertirla en belleza, y esa belleza o ese sentido son su escudo...cuando un
escritor deja de escribir, acaba matándose, porque no ha sabido quitarse el vicio de ver la realidad,
pero ya no tiene un escudo con que protegerse de ella"

CERCAS, J: "La velocidad de la luz", 69




“El amante celoso teme haber sido castrado, que alguien haya ocupado su lugar en la vida, que
haya acabado para él su mejor época. Su único recurso es buscar el tiempo perdido, con la
esperanza desesperanzada de que la recuperación estética de la ilusión y la experiencia por igual le
engañe de un modo superior al que teme haber sido engañado”
9


BLOOM, Harold: “¿En dónde se encuentra la sabiduría?, 232



9
¿No procede el arte de igual modo? ¿La búsqueda y recreación de la belleza no es sino la
expresión que sigue al esfuerzo de conocimiento-comprensión de la realidad; esto es, una
respuesta que es tan sólo formal/estética a la pregunta última sobre la existencia? El artista se
somete a una tensión constante para lograr tan sólo la recuperación estética de una ilusión:
conocer, comprender la vida y la existencia de los humanos pero para aportar apenas una
respuesta simbólica de aquello que no es posible comprender verdaderamente desde nuestros
parámetros únicamente humanos.

159. El arte de ser

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“Aparte del amor, la amistad y la belleza del Arte, no veo gran cosa que pueda alimentar la vida
humana (…) Pero el Arte… si no tuviera que morir, el Arte habría sido toda mi vida. Bueno,
cuando digo el Arte, tengo que aclarar a qué me refiero: no estoy hablando sólo de las grandes
obras de los maestros (…) No, yo me refiero a la belleza en el mundo, a lo que puede elevarnos en
el movimiento de la vida. El diario del movimiento del mundo lo dedicaré pues al movimiento de
la gente, de lo cuerpos, o, incluso, si de verdad no hay nada que decir, de las cosas, y a encontrar
en ello algo lo bastante estético como para darle valor a mi vida. Gracias, belleza, armonía,
intensidad”


BARBERY, Muriel: “La elegancia del erizo”, 234-5





“’El arte es una salida. No deje que la vida le venza. Cuando los viejos senderos estén atascados
por los escombros del fracaso, busque caminos nuevos y más frescos. El arte es precisamente uno
de esos caminos. El arte es un destilado de sufrimiento. Como dijo Mr Polnikoff a través de su
hermosa barba rusa, cuando a los ochenta y seis años dejó su negocio para aprender chino, ‘No
estamos más que empezando…’ El arte es uno de los Dones más Preciosos de la Vida. Para los
que no tienen el talento para crear está el apreciarlo. Para los que… Sigue a partir de ahí”.

WEST, Nathanael: “Miss Lonelyhearts”, 13




“El cuerpo y la conciencia no son más que la ocasión para que el mundo se manifieste. Sólo quien
cree que vivir es la ambigua congoja de sentirse vivir, esa patética palpitación de las vísceras en la
afelpada guarida de una intimidad enrarecida, piensa que morir es el gran mutismo. Semejante
creencia en el musgo obsceno de una subjetividad que se repliega sobre sí mismo, el devastador
mito de la intimidad, que no es más que el rincón de la ropa sucia, el encenagado lugar de los
secretos. La vida está siempre fuera, fosforesciendo en las cosas. Yo no soy ese cuerpo gordo y
casi enano, esa cara que tenía la fealdad imprecisa de un montón de escombros. Yo soy el
revelador de la contingencia. Incluso después de muerto gano la batalla del significado, pues hago
aparecer realidades. Quien perciba la viscosidad del mundo, esa pegajosa succión del En-sí; quien
sienta el torpor con que el deseo somete a la conciencia, comprobará que aún sigo vivo, puesto que
sentirá mi eficacia... Muy pronto supe que mi misión consistiría en salvar a la realidad de su
contingencia... Mostraría que la contingencia era una dimensión esencial del mundo. Mi misión
consistiría en liberar al mundo de la contingencia. La belleza era la única salvación..
. El mundo es
una enorme presencia blanda, espesa como una confitura. Es lo viscoso. Por el contrario, la obra
artística era el Ser, la juventud permanente, firme, pura, idéntica. “

MARINA, José Antonio: “Autobiografía de Jean-Paul Sartre”,




“Sólo el arte puede expresar la angustia y la desesperación del hombre, ya que, a diferencia de
todas las demás actividades del pensamiento, es la única que capta la totalidad de su espíritu,
especialmente en las grandes ficciones que logran adentrarse en el ámbito sagrado de la poesía. La
creación es esa parte del sentido que hemos conquistado en tensión con la inmensidad del caos”


SABATO, Ernesto: “Antes del fin”, 74-5

160. El arte de ser

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“La prueba de la ciruela claudia asombra por su evidencia; tan evidente es, como digo, que lo deja
a uno desarmado. Su fuerza estriba en una constatación universal: al morder la fruta, el hombre
comprende al fin. ¿Qué es lo que comprende? Todo. Comprende la lenta maduración de una
especie humana abocada a la supervivencia que, un buen día, llega a la intuición del placer, la
vanidad de todos los apetitos facticios que distraen de la aspiración primera a las virtudes de las
cosas sencillas y sublimes, la inutilidad de todos los discursos, la lenta y terrible degradación de
los mundos a la cual nadie podrá sustraerse y, pese a ello, la maravillosa voluptuosidad de los
sentidos cuando conspiran a enseñar a los hombres el placer y la aterradora belleza del Arte”.

BARBERY, Muriel: “La elegancia del erizo”,54



Consuelo y ternura del arte.




“…el texto debería mostrar un gran ingenio y clamar a la vez con una súplica por la dicha que es el
objeto del arte…”


DURRELL, Lawrence: “Quinx”, 20




“He hablado de la inutilidad del arte, pero no he dicho la verdad sobre el consuelo que procura. El
solaz que me da este trabajo de la cabeza y del corazón, reside en que sólo aquí, en el silencio del
pintor o del escritor, puede recrearse la realidad, ordenarse nuevamente, mostrar su sentido
profundo (...) Por medio del arte logramos una feliz transacción con todo lo que nos hiere o vence
en la vida cotidiana, no para escapar al destino, como trata de hacerlo el hombre ordinario, sino
para cumplirlo en todas sus posibilidades: las imaginarias”

DURRELL, Lawrence: "Justine", 15




“Los consuelos del arte son preciosamente pocos (…) Había pasado la totalidad de su vida en
estreñiminento creador, una negativa a entregar, así que ahora seguía viviendo de ese modo: una
vida entre comillas, para acuñar un retruécano (…) Qué quiméricos los consuelos del arte contra el
horror central de la muerte; sentirse tragado por el gran sumidero como un insecto, al interior de la
cloaca máxima de la muerte, el anus mundi”.

DURRELL, Lawrence: "Livia", 11-2



“-¿Y la literatura?, preguntó al cabo.
- Detenida. No creo que pueda hacer nada más por el momento. Por alguna razón, no puedo
conciliarla verdad con las ilusiones del arte sin que se vea la brecha, sabe, como un costurón
deshilachado”

DURRELL, Lawrence: “Clea”, 75



“Porque veo al arte cada vez con mayor claridad como un abono de la psique, abonándola, la
ayudará a hallar, como el agua, su propio nivel. Y ese nivel será una inocencia original; ¿quién

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inventó la perversión del Pecado Original, esa sucia obscenidad de Occidente? El arte, como un
hábil masajista en un campo de juegos, está siempre alerta para ayudar a sanar heridas y golpes; y
como los del masajista, sus oficios alivian las tensiones musculares de la psique. Por eso busca
siempre las zonas de dolor, oprime con los dedos los ligamentos musculares, los tendones
acalambrados, los pecados, las perversiones, todo lo desagradable y molesto que nos repugna
admitir. Una ternura áspera que afloja las tensiones, relaja la psique. La otra parte de la tarea, si es
que hay otra tarea, pertenece a la religión. El arte es tan sólo el elemento purificador. No predica
nada. ¡Es la doncella del silencioso concepto, indispensable tan sólo para la alegría, para el amor¡”


DURRELL, Lawrence: “Clea”, 147



“El arte vuela en torno a la verdad, pero con la decidida intención de no quemarse. Su habilidad
consiste en encontrar un lugar, en vacía oscuridad, donde la luz, sin que nadie lo hubiera percibido,
se pueda recibir muy intensa”

F. KAFKA. "Cuadernos en octava" en Obras completas, t. 4, 1.431





“Porque no hay una felicidad absoluta, pensaba. Apenas se nos da en fugaces y frágiles momentos,
y el arte es una manera de eternizar (de querer eternizar) esos instantes de amor o de éxtasis; y
porque todas nuestras esperanzas se convierten tarde o temprano en torpes realidades; porque
somos frustrados de alguna manera y si triunfamos en algo fracasamos en otra cosa, por ser la
frustración el inevitable destino de todo ser que ha nacido para morir; y porque todos estamos
solos o terminamos solos algún día (...) y porque toda la vida es un perpetuo desencuentro”

SABATO, Ernesto: “Abaddón el exterminador”, 459





Una ilusión de objetividad, de universalidad, de eternidad


“Y estos hombres, que llevan una existencia muy inquieta, tienen a veces, en sus rarísimos
momentos de felicidad, unas vivencias tan intensas y tan indeciblemente hermosas, la espuma de
la felicidad del momento salta en ocasiones a tal altura y con tanta luz cegadora por encima del
mar de los sufrimientos, qu esta felicidad que resplandece por breves instantes toca y hechiza con
sus rayos también a otras personas. Así surgen, como exquisita y fugaz espuma de felicidad que se
alza sobre el mar de los padecimientos, todas las obras de arte en las que un hombre que sufría
solo se alzó durante una hora tan alto por encima de su propio destino que su felicidad resplandece
como una estrella. Y a todos los que la contemplan, se les antoja un algo eterno y como su propio
sueño de felicidad”


HESSE, Herman: “El lobo estepario”, 730






“Nuestro arte es un estar deslumbrado por la verdad: sólo la luz proyectada sobre una mueca de
espanto que retrocede es verdadera, nada más”


KAFKA, Franz: "Obras completas", T. IV, 1479

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“Lejos de mí la idea de negar la importancia del arte. Pero, cuando se llega a lo fundamental, el
arte queda relegado y uno no sabe, por otra parte, ser artista”.



“La obra es un engaño (…) Es contraria a la verdad y a la seriedad. Auténtico y serio es,
únicamente, el muy breve y enérgicamente acentuado momento musical… (…) El arte quiere dejar
de ser apariencia y juego. Aspira a ser conocimiento y comprensión (…) Pero estas nuevas
manifestaciones contra la apariencia y el juego, es decir, contra la forma misma, indicaban su
intención de dar al imperativo de la trivialidad una extensión inadmisible. La amenaza para el arte
no podía ser más clara”.



“Pero, ¿y si la expresión –la expresión como lamento- que es propia de la estructura total de la
obra no fuera otra cosa que una paradoja artística, la transposición al arte de la paradoja religiosa
según la cual en las últimas profundidades de la perdición reside, aunque sólo sea como ligerísimo
soplo, un germen de esperanza? Sería esto entonces la esperanza más allá de la desesperación, la
trascendencia del desconsuelo –no la negación de la esperanza, sino el milagro más alto de la fe.
Escuchad el final, escuchadlo conmigo: uno tras otro se retiran los grupos instrumentales, hasta
que sólo queda, y así se extingue la obra, el único sobreagudo de un violonchelo, la última palabra,
la última, flotante, resonancia, apagándose lentamente en un fermatapianíssimo. Después nada –
silencio y noche-. Pero la nota ya muerta, cuyas vibraciones, sólo para el alma perceptibles,
quedan como prendidas en el silencio, y lo que era el acorde final de la tristeza dejó de serlo,
cambió su significación y es ahora una luz en la noche”

MANN, Thomas: “Doktor Faustus, 251, 258 y 681




“No hay contenido alguno en la felicidad de la representación artística, sino ficción de felicidad en
quienes se identifican con esos esclavos llamados ‘artistas’. No la hay tampoco en las obras de
arte; objetos variables, prescindibles, cambiantes y efímeros que surgen de la nada y vuelven a ella
por el capricho de un puñado de hombres. El deseo de felicidad mantiene presente el mito del
artista, como mantiene el mito del guerrero y del santo, incapaz de admitir mito alguno para el
funcionario y el gerente (cada una de estas baladronadas oculta cuidadosamente un temor, una
inseguridad.”

AZUA, Félix: “Historia de un idiota contada por él mismo o el contenido de la felicidad”, 115





“Una de las raíces metafísicas de la obra de arte es la necesidad que el hombre tiene de eternizar
(…) El arte nace de la necesidad de expresar y comunicar; pero expresar y comunicar una
añoranza de eternidad”

SABATO, Ernesto: “Hombres y engranajes. Heterodoxia”, 185

163. El arte de ser

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¿Para qué sirve el arte? Para darnos la breve pero fulgurante ilusión de la camelia, abriendo en el
tiempo una brecha emocional que parece irreductible a la lógica animal. ¿Cómo surge el arte?
Nace de la capacidad que tiene la mente de esculpir el ámbito sensorial. ¿Qué hace el arte por
nosotros? Da forma y hace visibles nuestras emociones y, al hacerlo, les atribuye este sello de
eternidad que llevan todas las obras que, a través de una forma particular, saben encarnar el
universo de los afectos humanos. El sello de la eternidad… (…) la plenitud de un momento en
suspenso arrancado al tiempo de la codicia humana. ¡La codicia humana! No podemos dejar de
desear, y ello nos magnifica y nos mata. ¡El deseo! (…) Un placer sin deseo, una existencia sin
duración, una belleza sin voluntad. Pues el Arte es la emoción sin el deseo.”

BARBERY, Muriel: “La elegancia del erizo”, 225-7




“Ante este terrible misterio de la inmortalidad, cara a cara de la Esfinge, el hombre adopta distintas
actitudes y busca por varios modos consolarse de haber nacido (...) Y han hecho del arte una
religión y un remedio para el mal metafísico, y han inventado la monserga del arte por el arte. Y
no les basta. El que os diga que escribe, pinta, esculpe o canta para propio recreo, si dal al público
lo que hace, miente; miente si firma su escrito, pintura, estatua o canto. Quiere, cuando menos,
dejar una sombra de su espíritu, algo que le sobreviva”




UNAMUNO, Miguel de: “Del sentimiento trágico de la vida” en “Obra escogida”, 52





“El arte en conjunto no es al fin y al cabo otra cosa que un arte de supervivencia, no debemos
descuidar ese hecho, no es en definitiva, una y otra vez, más que el intento, de una forma que
afecta incluso a la inteligencia, de hacer frente a este mundo y a sus contrariedades, lo que al fin y
al cabo, como sabemos, sólo es posible sobre todo, una y otra vez, utilizando la mentira y la
falsedad, la hipocresía y el autoengaño (…) Todos esos cuadros son además expresión del absoluto
desvanecimiento del hombre para arreglárselas consigo mismo y con todo lo que le rodea durante
toda su vida”

BERNHARD, Thomas: “Maestros Antiguos”, 188








“El arte es un laberinto. Tiene todos sus rasgos: la ilusión, lo ilimitado, el cierre (...) Primera
ilusión: la objetividad y universalidad de lo bello (...) La segunda ilusión o el segundo conjunto de
ilusiones es resultado de la primera. En esta obra universal (por el disfrute que se considera
suscita) no nos resignamos a un origen puramente singular y concreto (...) Estamos ante algo que
parece que no morirá jamás (...) El artista no inventa: descubre. No produce: desvela. No crea:
divulga (...) El creador parece dar a luz él mismo a una obra preexistente –su ‘hijo’- que llevaba
en el seno, en el límite, desde toda la eternidad”.


COMTE-SPONVILLE, André: “El mito de Ícaro. Tratado de la desesperanza y la felicidad”, 221-4

164. El arte de ser

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“Quien nada espera nada teme (...) La desesperanza, tal como yo la he definido, es (...) el mejor
remedio contra el pesimismo, y sólo conduce –sin angustia, sin nostalgia- a la celebración alegre
del presente. Sin embargo, en arte no hay nada presente salvo las obras (cualesquiera que sea su
antigüedad) y el público. En arte no hay nada presente en cada instante como no sea tu propio
placer. Poco importa la muerte: puesto que tu placer –aquí, ahora- ¡está vivo! (...) El arte, si
hablamos en términos absolutos, no vale nada y la belleza no existe. Y por ello son necesarios los
artistas, por ello es necesario disfrutar del arte: para crear lo que no hay y lo que nos falta. Práctica
de duelo, también aquí, pero singular: pues el arte, para ser, debe remontar de modo perpetuo el
drama de no ser. Su verdad radica en su ilusión, y en la negación de esta ilusión. Denegación del
vivir y morir, denegación de crear... Y es justo porque el arte es una práctica de duelo por lo que
no puede tener otro fin que la alegría”


COMTE-SPONVILLE, André: “El mito de Ícaro. Tratado de la desesperanza y la felicidad”, 343-5






“ ‘!Despertad conmigo¡’ -Adrián quería, con su obra, disimular la humana angustia
ante el
misterio de la divinidad, detrás de la humana y solitaria soberbia con que su Doktor Faustus
pronuncia las palabras ‘Dormid tranquilos y no os preocupéis por nada’ –pero lo humano subsiste,
el vivo anhelo, que no de asistencia y socorro, por lo menos de la compañía de sus semejantes, la
súplica: ‘!No me abandonéis¡ ¡Sed conmigo al llegar mi hora!

MANN, Thomas: “Doktor Faustus, 682








“El arte actúa como un potente estimulador mental. No sólo porque activa los circuitos de estímulo
y recompensa, sino porque consigue, además, atrapar y excitar nuestra atención por una parte, y
liberarnos de nuestras ataduras –anatómicas, geográficas o psíquicas-, por otra (...) El arte altera
nuestra conciencia, nos ayuda a superar la realidad y a tocar, de refilón, el cielo de la felicidad
”

PUNSET, Eduardo: “El viaje a la felicidad. Las nuevas claves científicas”, 172








“Desde luego, se argüirá sin duda que el hombre aspira a un sentido que va más allá de las
pulsiones. Pero yo replico que dicha objeción es a la vez muy cierta (¿qué decir, si no, de la
literatura?) y muy falsa: el sentido es en sí otra pulsión, es inclusión la pulsión llevada su grado
más alto de realización, pues utiliza el medio más eficaz, la comprensión, para lograr su objetivo.
Pues esta búsqueda de sentido y belleza no es el signo de la elevada naturaleza del hombre que,
escapando a su animalidad, supuestamente encontraría en las luces del espíritu la justificación de
su ser; no, es un arma afilada al servicio de un fin material y trivial. Y cuando el arma se toma a sí
misma como objeto, es una simple consecuencia de ese cableado neuronal específico que nos
distingue de los otros animales y, al permitirnos sobrevivir gracias a ese medio eficaz, la
inteligencia, nos ofrece también la posibilidad de la complejidad sin fundamento, del pensamiento
sin utilidad, de la belleza sin función (…) Sabemos que somos animales dotados de un arma de
supervivencia y no dioses que dan forma al mundo con su propio pensamiento, y desde luego hace
falta algo para que esta sagacidad sea para nosotros tolerable, algo que nos salve de la triste y

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eterna fiebre de los destinos biológicos. Entonces, inventamos el Arte, este otro procedimiento
animal que somos, con el fin de que nuestra especie sobreviva”.

BARBERY, Muriel: “La elegancia del erizo”, 276-8

166. El arte de ser

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El destello del absoluto que se refleja en el ser humano




"El arte es un mediador de lo inexplicable"

GOETHE, "Goethe. Máximas y reflexiones", 93





“El escribir, como la vida misma, es un viaje de descubrimiento. La aventura es de carácter
metafísico: es una manera de aproximación indirecta a la vida, de adquisición de una visión total
del universo, no parcial”.

“El arte nada enseña, como no sea la significación de la vida. La gran obra ha de ser
inevitablemente oscura, excepto para un puñado de hombres, para aquellos que, como el mismo
autor, están iniciados en los misterios”

“Una vez que el arte esté realmente aceptado, dejará de ser. Constituye sólo un sustituto, un
lenguaje simbólico que reemplazará algo que ha de ser captado directamente. Pero para que esto
sea posible, el hombre ha de transformarse en un ser cabalmente religioso y no simplemente en un
creyente, en un primer motor, en un dios en acto. Inevitablemente llegará a serlo. Y de todos los
rodeos a lo largo del sendero, el arte es el más glorioso, el más fecundo, el más instructivo”



MILLER, Henry
citado en SABATO, Ernesto: “El escritor y sus fantasmas”, 242-3






“(...) el ansia de absoluto, la voluntad de poder, el impulso a la rebelión, la angustia ante la soledad
y la muerte son esos problemas, que no manifestaciones de podredumbre burguesa sino que
también pueden atacar (y atacan) a los felices habitantes de la Unión Soviética. La totalidad
concreta del hombre incluye esos problemas. Y no puede alcanzarse sino por el arte. De paso, esto
no lo dicen únicamente leprosos como yo: lo afirman grandes marxistas. Todos los filósofos,
cuando han querido tocar el absoluto, tuvieron que recurrir a alguna forma del mito o de la
poesía”.


SABATO, Ernesto: “Abaddón el exterminador”, 231





“¿No obraba en él también, cuando, lleno de árida pasión, iba liberando de la marmórea masa del
idioma la esbelta figura que entreviera en el alma y que brindaba a los humanos como imagen y
espejo de belleza espiritual? ¡Imagen y espejo! (...) le parecía asir con la mirada la belleza misma,
la forma en cuanto idea divina, la perfección, única y pura, que alienta en el fondo del alma y cuyo
paradigma e imagen surgía allí con ligereza y gracia, para ser adorado (...) ¿No había escrito
alguien que el sol desvía nuestra atención de las cosas intelectuales para dirigirlas sobre las
sensoriales? (...) el dios Amor se complacía, en hacernos visible lo Espiritual, en valerse de la
figura y los colores de la juventud humana, que adornaba con todos los reflejos de lo bello, para
convertirla en instrumento de recuerdo, cuya sola contemplación nos abrasará luego de dolor y

167. El arte de ser

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esperanza... Así, la belleza es la senda de la persona sensible hacia el Espíritu...sólo la senda, sólo
el medio”.


MANN, Thomas: “La muerte en Venecia”, 94-5 y 97




“Era la sonrisa de Narciso que se inclina sobre el espejo del agua, la larga sonrisa profunda,
embrujada, con que extiende los brazos hacia el espejismo de la propia belleza...una sonrisa un
tanto desgarrada, desgarrada precisamente por la desesperanza de su anhelo de besar los dulces
labios de su sombra vanidosa, sonrisa curiosa y suavemente torturada, arrebatada y arrebatadora”


MANN, Thomas: “La muerte en Venecia”, 108




“...no es extraño que, justamente en las sociedades más avanzadas, y por tanto más secularizadas,
la poesía, la literatura y el arte en todas sus formas estén remitiendo constantemente a
experiencias, identificadas en términos muy diferentes tales como experiencias-cumbre,
sentimientos oceánicos, experiencias de lo absoluto, experiencias límite o de frontera, que
coinciden en abrir el horizonte a la vida humana, dilatar la conciencia, permitir una ruptura del
nivel existencial y poner a la persona en comunicación con un nuevo nivel de realidad diferente de
aquél en el que reinan los objetos que dominan la experiencia cotidiana”

MARTÍN VELASCO, J. : “La experiencia cristiana de Dios”, 24-5





“(…) todas las religiones proceden de una experiencia estática, llámese Samadhi, Satori o
Experiencia de Dios. En el coloquio final, un profesor de Bellas Artes me corrigió: ‘Te falta incluir
la experiencia estética’. Se hallaba en lo cierto.

Permitir que la música surja por sí misma… Cuando Sonny Rollins se entrega sin limitaciones al
acto creador de hacer música -y en el jazz hacer e interpretar son lo mismo- puede experimentar
una especie de claridad imponente, cuya inefabilidad raya con la experiencia cumbre
: una vivencia
transpersonal incapaz de ser registrada en la memoria, porque la memoria, en tanto que tiempo
pasado, deforma las experiencias cumbre, cuya inefabilidad sólo es comprendida al filo del
instante, en la eternidad del momento presente. Toda obra de arte, cuando es esencial, no deja de
ser eso: una evidencia, algo que se constata desde la experiencia sensorial. Mas esa experiencia,
puede proceder -y en el caso del auténtico artista con mucho mayor sentido y frecuencia- de una
experiencia interior profunda, porque toda verdadera obra de arte es la videncia de una revelación
que traspasa las propias fronteras impuestas por el mismo arte. Por eso, el artista, si lo es, penetra
con arrojo hacia la aventura de la profundidad, que es el sendero más radical y la forma más
generosa de heroísmo a la hora de buscar la dimensión perdida de nuestra civilización, o el acorde
perdido de nuestra civilización, en palabras de Sonny Rollins.

El artista, si lo es, parte de un instinto de luminosidad, que habita en la más recóndita arteria del
fondo de la especie humana.

Y cuando actúa artísticamente no pretende sino contentarse a sí mismo, obedeciendo al impulso
que emerge de ese fondo, y olvidándose de las expectativas de la crítica, sabe marchar solo hacia
el encuentro con la fuente de la creatividad del silencio, allí donde el reflejo del personaje, y su
cerebro, se han perdido en el vacío creador.

La noticia de la participación de Sonny Rollings queda así nublada ante la auténtica noticia que el

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mismo artista porta dentro de sí mismo, que pugna por expresarse y que a él mismo le trasciende:
no existe técnica que pueda sustituir al escuchar sin más, sin intención, sin objeto. A Sonny
Rollings tan sólo le detendrá ese algo que, ya por el hecho de buscarlo, es prueba inequívoca de
que siempre habitó dentro de él: es el acorde perdido.

Permitir que la música de lo Otro en tanto que Otro surja por sí misma es la gran noticia. El resto,
o es secundario, o una pasión inútil, o es pura y simplemente una solemne mentira.”


RECONDO, Rafael: “El acorde perdido”, Deia 15-08-2008






“En efecto, en la totalidad del Ser, o sea, en la obra de arte (en tanto represente a aquélla) están
contenidos de forma esencial el infinito y la nada
. Ambos son la condición previa del
conocimiento conceptual, condición previa (velada al animal) para la más humana de todas las
capacidades, a saber, la de decir ‘Yo’. Ambos son, en consecuencia, absolutamente inviolables por
parte del hombre, pero escapan a su conocimiento, tanto más cuanto que siempre es posible
inclinarse a pensar en –o a contar con- el infinito como en la nada. Sin embargo, el pensamiento no
podrá nunca llegar hasta ellos, porque las últimas condiciones del existir (precisamente por ser las
últimas) se insertan en una segunda esfera lógica que escapa al existir y es inalcanzable con los
medios de la primera. Esta última esfera es la del absoluto, inasequible en su alejamiento, más
patente de improviso en la obra de arte, asequible de inmediato, milagro de lo humano en sí,
belleza, primera etapa hacia la purificación del alma humana. El absoluto se sumerge intacto en el
Yo. Por más que el hombre sea arrojado a la incertidumbre y a la inestabilidad, a la soledad, al
abandono y a la desnudez; aunque se hunda en la indiferencia, ausente para sí mismo y para sus
semejantes, y por tanto culpable, el destello del absoluto que existe en su interior –en tanto que él
sea capaz de decir ‘Yo’- permanece dispuesto a arder y a ser de nuevo avivado, posibilitándole el
encuentro del Yo de sus semejantes junto al suyo, aunque estuviera aislado en una isla como
Robinson: de este modo tiene lugar el proceso de purificación, promovido por el destello del
absoluto que arde y ser renueva en el hombre”.


BROCH, H: “Los inocentes”, 293-4








4.2.5.- El conocimiento, la comprensión de la existencia



“Cuando el destino se dirige a nosotros, con cualquier forma, y nos llama por nuestro nombre, en
el fondo de nuestra angustia y de nuestro temor siempre brilla cierta atracción, porque uno no
solamente quiere vivir a cualquier precio, sino que quiere conocer y aceptar la totalidad de su
destino, también a cualquier precio, incluso a costa del peligro y de la destrucción”.

MÁRAI, Sándor: “El último encuentro”, 127






“Es algo que resulta preciso contar, porque así se explica por qué me impliqué tantísimo en todo el
asunto. Aquello ya era lo que más me interesaba, mi pasión intelectual si se prefiere. No basta para

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explicar, en cambio, por qué adquirió todo una dimensión tan personal (…) una pasión
excepcional, única, desaforada”

DUNKER, Patricia: “La locura de Foucault”, 17 y 52




“¿Para qué investigar, saber, conocer? Entre otras razones, para ser felices (...) La liberación, que
es como la guinda de la buena vida, se obtiene mediante la identificación intelectual con el todo.
(...) La doctrina aristotélica de la felicidad presupone los bienes materiales, pero culmina con la
contemplación (...) Desde esta burbuja de conciencia, en la que pienso en el Universo, desde
episodio fugaz de mi vida consciente, tiendo puentes intencionales en todas las direcciones, me
identifico con el todo, del que tautológicamente soy parte. El Universo ingente se piensa a sí
mismo en nosotros, en mí, en este episodio actual de conciencia (...) En la lucidez incandescente
de la conciencia cósmica se esconde la promesa de la armonía, la sabiduría y la felicidad. Solo en
comunicación con esa gran realidad que nos sobrepasa y nos incluye podemos acceder a planos
superiores de empatía, alegría y lucidez. Y solo desde ese nivel personal, de la sociedad humana
en general y de la biosfera entera con alguna esperanza de solución fundamental. La ciencia sin
mística corre el riesgo de quedarse en mera gimnasia metodológica. La mística sin ciencia
fácilmente degenera en autoengaño y superstición. Sólo la jugosa conjunción del conocimiento
científico con el sentimiento místico nos permite aspirar a alcanzar aquel estado de exaltación
lúcida y plenitud vital en que consiste la comunión con el Universo. Sintonizar con el Universo,
sentarnos en el trono de Dios, acompasar el pálpito de nuestro corazón a un latido divino, ¿qué
más se puede pedir?

MOSTERIN, Jesús: “La naturaleza humana”, 399-403






“Los héroes de epopeya vencen o, si son vencidos, conservan hasta el último suspiro su grandeza.
Don Quijote ha sido vencido. Y sin grandeza alguna. Porque, de golpe, todo queda claro: la vida
humana como tal es una derrota. Lo único que nos queda ante esta irremediable derrota que
llamamos vida es intentar comprenderla. Esta es la razón del arte de la novela”

KUNDERA, Milan: “El telón”, 21





"Oh conocimiento del hombre, aún no conocimiento, aún no sabiduría, ascendiendo del humus del
ser, ascendiendo de la vida primigenia, ascendiendo de la sabiduría de las madres, subiendo en la
mortal claridad de la superclaridad, del sobrevivir, subiendo hacia el abrasador conocimiento del
padre, subiendo hacia el frío, oh conocimiento del hombre (...) entre la vida de los rebaños
nocturnos y la muerte del aislamiento individual...

(...)

"Ante sus ojos había tenido siempre la exigente, la irrealizable imagen del conocimiento, la seria
imagen del conocimiento de la muerte, y ninguna profesión podía hacer justicia a esa imagen, pues
no hay ninguna que no esté exclusivamente sometida al conocimiento de la vida, ninguna con
excepción de aquella única a la que se había visto abocado finalmente y que se llama poesía, la
más extraña de todas las actividades humanas, la única que sirve para el conocimiento de la
muerte"
(...)

“Sólo quien asume la muerte puede cerrar el círculo en lo terreno; sólo a quien busca el ojo de la

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muerte no se le rompe el propio, cuando debe mirar la nada frente a frente; sólo aquel que acecha
el paso furtivo de la muerte, no necesita huir, puede quedarse, pues su recuerdo se vuelve
profundidad de lo simultáneo, y el que se sumerge en el recuerdo, percibe el rumor de arpas del
instante en que lo terrenal debe abrirse al infinito desconocido, abierto al renacimiento y a la
resurrección de infinito recuerdo...”

BROCH, H.: "La muerte de Virgilio"; 63, 79 y 80-1.




¿Cuántas personas quedan en el mundo... con un conocimiento cabal de lo que ocurre? Siempre he
sostenido la premisa de que no quedan tales personas y yo soy su líder. Pero encontrar a alguien...
con una plena comprensión de lo que sucede, descubrir, en medio del campo, a una persona con
una idea bastante completa de todo, un ser humano en el sentido amplio de la palabra, cuyo juicio
se basa en el conocimiento de la vida...”

ROTH, Philip: “El teatro de Sabbath”, 111





“Aunque la vida de los hombres no alcance más allá de su ver y oír, y aunque el corazón no pueda
sonar más ampliamente de lo que late, y aunque la mesura se halle establecida ante el hombre
como una última dignidad y valía, fijada por la suerte como forma y exclusivamente como forma,
todo lo que ocurre por la mera belleza debe sin embargo seguir presa de la hueca nada y muy
digno de condenación, pues incluso el frescor de la mesura sigue preso en la embriaguez, es vuelta
del camino, es solamente representación y no tiende al conocimiento, que sólo es morada de los
dioses”.

BROCH, H.: "La muerte de Virgilio", 247






“Hacía mucho tiempo que los sesenta y cuatro años de vida de Sabbath le habían liberado de la
falsedad del sentido, y sería lógico pensar que así podría enfrentarse, mejor que hasta entonces al
sentimiento de pérdida, lo cual sólo demuestra que todo el mundo aprende más tarde o más
temprano sobre la pérdida: la ausencia de una presencia es capaz de abrumar al más fuerte... Y ella
por fin le habló claro, su madrecita, le dijo una verdad como un templo en la esquina... Eso es lo
que conoces mejor, le dijo, aquello en lo que más has pensado... y no tienes ni idea”


ROTH, Philip: “El teatro de Sabbath”; 160,1




“De improviso, con un movimiento extraordinariamente violento, el Augusto se volvió:
- Vamos al grano, Virgilio... ¿Por qué quieres destruir la Eneida?
...
- No he alcanzado mi fin.
- Tampoco me vale esta explicación... ¿Cuál es tu fin? (...)
- ¿Mi fin?... El saber, la verdad... Todas las metas están allí..., el conocimiento
- ¿ Y no crees haber alcanzado este fin?
- Nadie lo alcanza.

171. El arte de ser

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- Bien..., pero como tú mismo te contradices, es inconcebible que te sigas torturando... Los
mortales no lo pueden todo.
- Pero yo no he dado ni siquiera el primer paso hacia el conocimiento, ni siquiera el
comienzo de un primer paso... Es un error, todo fue un error. (...)
- Cada cual aporta lo suyo al conocimiento de la vida, toda obra creada lo hace, también la
mía; sólo que la grandeza del conocimiento poético y por lo mismo también tu grandeza,
Virgilio, es la de poder abarcar toda la vida, como he dicho, en una sola panorámica, en
una sola obra, en una sola mirada. (...)
- ¡Ay, Augusto, también yo creí un día que ésta, justamente ésta era la misión que tiene el
poeta de conocer!... Por eso mi obra fue una búsqueda del conocimiento, sin convertirse
en conocimiento, sin ser conocimiento...
- Entonces debo preguntarte una vez más, Virgilio, qué fin perseguías con tu poesía, si no
debía ser el conocimiento de la vida.
- El conocimiento de la muerte. (...)
- La muerte pertenece a la vida; el que conoce la vida conoce también la muerte.
¿Era cierto? Sonaba como verdad y sin embargo no era verdad o no lo era ya.
- No ha habido en toda mi vida un solo instante, Octaviano, que no hubiera querido retener,
pero tampoco ninguno en el cual no hubiera deseado morir”.


BROCH, H.: "La muerte de Virgilio", 317-20





“La única manera sensata y religiosa de contemplar la muerte es considerarla y sentirla como parte
integrante, como la sagrada condición sine qua non de la vida, y no separarla de ella mediante
alguna entelequia, no verla como su antítesis y, menos aún, tratar de resistirse de manera
antinatural, pues eso sería justo lo contrario de lo sano, noble, sensato y religioso ... la muerte es
digna de honores en tanto es la cuna de la vida, el seno materno de la renovación. Sin embargo,
vista como la antítesis de la vida y separada de ella se convierte en un fantasma, en una máscara
horrenda o en algo peor todavía. Porque la muerte entendida como fuerza espiritual independiente
es una fuerza enteramente depravada; cuya perversa seducción sin duda es sinónimo del más
espantoso extravío del espíritu humano”

MANN, Thomas: “La montaña mágica”, 254-5






“Pero, como es natural, yo no estaba totalmente excluido de los conceptos de alegría, belleza,
incluso alegría de vivir, belleza de la Naturaleza y así sucesivamente…Mis ojos estaban también
abiertos en esa dirección, exactamente como en la otra. Un hombre como yo, cuya felicidad
suprema es pensar y, sobre todo, pensar en la Naturaleza libre (filosófica), estaba, sólo por ese
hecho, está, sólo por esa observación salvado. También es posible y muy probable ser feliz en el
llamado conocimiento del dolor…Como, por ejemplo, escribir sobre la infelicidad suprema puede
ser la felicidad suprema…La posibilidad de la percepción, la posibilidad de la articulación de la
percepción puede ser la felicidad suprema…Cuando podemos tener conciencia de que al
comprobar algo, sea lo que fuere lo que comprobemos, puede ser la felicidad suprema. Como, en
fin de cuentas el simple hecho de ser, no importa cómo…Pero no debemos pensar
ininterrumpidamente esos pensamientos, pensar una y otra vez a fondo todo lo que pensamos y lo
que otros piensan y de lo que oímos, porque entonces llega un momento en que ese pensamiento
propio continuamente insistente nos mata, al final, sencillamente, estamos muertos”.

BERNHARD, Thomas: “Corrección”, 227-8

172. El arte de ser

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“Vivir es intentar comprender y la poesía es intentar comprender por qué y para qué vivir. ‘Elevar
lo efímero –lo profano- al rango de lo perdurable –lo sagrado-, ¿no es ésta la acción de todo
escritor?’. ¿No es ésta una bella certidumbre?”


RUPEREZ, A.: “El pequeño libro de la subversión fuera de toda sospecha”, 11





No es posible obtener claridad: un conocimiento sólo aproximado



“Si me declaré ateo a los veinte y agnóstico a los cincuenta, no es porque entretanto haya
adquirido más conocimiento: sólo una mayor conciencia de mi ignorancia. ¿Cómo podemos estar
seguros de que conocemos lo suficiente para conocer? (…) ¿Qué nos asegura que nuestro
conocimiento es tan definitivo?



BARNES, Julian: “Nada que temer”, 34-5




”El verdadero científico es Franz Kafka. Nunca se encadena a ninguna verdad y, sin embargo, todo
son verdades. Es inagotable. Se estrellan contra él todos quienes, al querer interpretarlo por un
lado o por otro, reducen la infinitud de su obra. Sólo le faltó decir que el verdadero saber consiste
en medir la extensión de la ignorancia”

VILA-MATAS, Enrique: “Dietario voluble”, 49





“Me da la impresión de que mi filosofía es muy negativa. Yo digo que todas las creaciones
humanas son imperfectas; que la perfección es imposible de conseguir; que no podemos basar
nuestras decisiones en el conocimiento… ¿Ve? Son todas conclusiones negativas. Ahora bien: no
podemos alcanzar la perfección pero sí mejorar nuestra comprensión a través del pensamiento
crítico. Y el pensamiento crítico implica admitir que uno puede estar equivocado y buscar en qué
se está equivocado. Eso es, claramente, lo que ha hecho que tuviera éxito como inversor (…) Sigo
las recomendaciones de Popper, aprendiendo de mis errores y tratando de tener éxito. Eso es lo
que funcionó en mi trabajo. (…) A mí me gustaría una nueva humanidad que se mueva en la edad
de la razón a la edad de la fabilidad, que reconozca que la razón no siempre funciona, que no
podemos controlar todo para que marche a la perfección y que lo que tenemos que hacer es
desarrollar un pensamiento crítico que nos permita una mejor comprensión de la realidad,
incluyendo de nuevo que jamás podemos alcanzar la perfección”.


SOROS, George (financiero y millonario) en
CALVO, José Manuel: “Soros. El millonario que quería ser filósofo”




“La tendencia, en él innata, a estudiar, es decir, a estudiarlo todo, le había permitido ya muy
pronto, sin embargo,... penetrar en sí mismo y conocerse y actuar y, por razón de ese estudiar

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continuo y permanente y perpetuo, había tenido que actuar siempre como en definitiva había
actuado, durante toda vida, para la que prefería utilizar la calificación de existencia; y, todavía
más, de existencia en extinción...todas sus acciones habían sido siempre efecto de esa causa de
estudios... para él no había sido jamás fácil ni jamás rápido progresar, porque había estado
sometido a esa causa de estudios, todo su ser, su organismo y su pensamiento siempre y, por ello,
su actuación siempre y en todo caso, sometidos a esa causa de estudios... por ello todo ha sido
siempre para mí más profundo, ni un paso sin conocer lo anterior... nada, sin haberlo estudiado
antes de cada nuevo paso, conseguir claridad en todo lo anterior, con conciencia, por supuesto, de
que no es posible conseguir claridad en nada, pero sí, sin embargo, una claridad próxima,
aproximada, conseguir en nada un conocimiento real, pero sí, sin embargo, aproximado, todo
puede ser siempre sólo algo aproximado y nada más que aproximado...”

BERNARD, Thomas:”Corrección”, 180-1





“...nunca lograré ninguna de las completas posibilidades del hombre fuera de mi inteligencia. Y
aún en cuanto a ésta, jamás de aproximaré, ni mucho menos, al máximo de su efectividad.
Constantemente me ha sorprendido hallarme en una fase de excepcional lucidez (...) con una
precisión en absoluto apartada de mis elementos normales. También he sentido impulsos de
energía creadora e inventado con presteza cosas primorosas, expresándolas con impremeditada
maestría. (...) Pero por lo común, sólo poseo el hasta cierto punto turbio e incierto meollo de mi
vida cotidiana (...) Mi inteligencia de todos los días es nebulosa y obscura. Me tiento y no veo (...)
Jamás he sido capaz de trazar a mi propia satisfacción las causas que me proporcionan esas raras
ocasiones de anormal brillantez”

WELLS, H.G.: “El mundo de William Clissold”, 49-50




“- Entonces debo preguntarte una vez más, Virgilio, qué fin perseguías con tu poesía, si no debía
ser el conocimiento de la vida.
- El conocimiento de la muerte. (…)
- Hubo una pausa; el lento y leve oscilar sísmico del ser se mantenía, sin que el Cesar le prestara
aún atención, más bien parecía impresionado por lo que acababa de oir. Y tardó bastante en
contestar:
- La muerte pertenece a la vida; el que conoce la vida conoce también la muerte (…)
- (…) y sólo de la perfección de sentido de la muerte brota el inmenso sentido de la vida. (…)
- El pueblo podría ser de otra opinión sobre los fines de la poesía. El pueblo busca la belleza,
busca la sabiduría en ella.
- Eso es un accesorio, accesorio fácil y casi barato; ciertamente, el pueblo puede creer que busca
solamente eso, pero siente lo que hay detrás, verdaderamente objetivo, porque esto es justamente
lo esencial, porque en lo esencial no se oculta otra cosa que el mismo objetivo de la vida.
- ¿Y tú no has alcanzado este objetivo?
- No lo he alcanzado”

BROCH, Hermann:"La muerte de Virgilio", 320 y 325.





“La constante tensión de sus sentimientos había apagado en él la idea del ser (…) Era un problema
sin fin, pues se trataba de alcanzar un infinito más que de amar un cuerpo. Aunque se recurriera a
todas las fuerzas del alma, atada a la tierra, y aunque el alma prescindiera de todo lo que el mundo
real significa para ella, es decir, sus experiencias metafísicas, para conseguir ese fin, incluso el
alma dudaría de lo inalcanzable; tendría que desvalorizarse y negar el maravilloso fenómeno de su
consciente existencia. Todo lo infinito es único (…)

BROCH, Hermann: “Los inocentes”, 37

174. El arte de ser

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Un mero simbolismo poético
. Mitos,



“- Sólo con metáforas he cercado a la muerte, Augusto; pero la muerte es más astuta que los
símbolos de la poesía y huye de ellos… La metáfora no es conocimiento, no, sigue al
conocimiento, aunque a veces lo precede, como un presentimiento vedado e imperfecto,
meramente al servicio de las palabras, y entonces la metáfora se queda antes del conocimiento en
vez de estar en él, y lo oculta como una oscura pantalla…
- Me parece que lo metafórico vale para todo arte, por tanto también para el de Esquilo; todo arte
es metáfora…. ¿No es así, Virgilio?
En realidad esta era una justa objeción:
-Desgraciadamente, no tenemos otro recurso para expresarnos; el arte dispone sólo de metáforas…
-Y la muerte se evade de la metáfora, dijiste.
Cómo no… Todo lenguaje es metáfora, todo arte lo es e incluso la acción… metáfora que conoce;
por lo menos debe serlo, quiere serlo..”


BROCH, Hermann:"La muerte de Virgilio", 326







“Creo, querido, que tienes la manía de la exactitud y una impaciencia tal frente al conocimiento a
medias que es… bueno, injusta con respecto al conocimiento verdadero. Porque, ¿qué otras cosa
puede ser el conocimiento sino imperfecto? No puedo imaginar que la realidad guarde jamás una
auténtica semejanza con la verdad humana (…) Por mí parte, espero sentirme colmada con el
mero simbolismo poético que nos brinda, la forma de la naturaleza en sí, si te parece (…) No
existe fe, caridad o amor suficientes como para proporcionar a este mundo un único rayo de
esperanza; y sin embargo, no todo estará perdido en tanto el gemido extraño y doliente del parto
del artista resuene por el mundo. Pues ese llanto, el llanto del recién renacido, prueba que todo
pesa aún en la balanza.”

DURRELL, Lawrence: “Clea”, 122-3




“Tengo la convicción de que su dolor metafísico se habría aliviado si hubiese podido escribir
ficciones, por su carácter catártico, y porque los graves problemas de la condición humana no son
aptos para la coherencia, sino únicamente accesibles a esa expresión mitopoética, contradictoria y
paradojal, como nuestra existencia”


SABATO, Ernesto: “Antes del fin”, 136





“Simbolismo. La abreviación del lenguaje en poema. ¡El aspecto heráldico de la realidad! El
simbolismo es el equipo más completo de reparación de la psique, Hermano Asno, el fond de
pouvoir del alma. ¡La música que afloja los esfínteres e imita el susurro del camino del alma a

175. El arte de ser

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través de la carne humana, jugando en nosotros como una corriente eléctrica (…) Los
pensamientos más grandes son accesibles sólo a una minoría. ¿Por qué tenemos que luchar tanto?
Porque comprender es una función no sólo del raciocinio, sino de una etapa de crecimiento de la
psique. Ese, Hermano Asno, es el punto en el que disentimos. Ninguna explicación podrá cerrar la
brecha. Sólo la comprensión. Un día vas a despertar de tu sueño riéndote a gritos: Ecco ¡”


DURRELL, Lawrence: “Clea”, 143




“El mito, como el arte, es un lenguaje. Expresa cierto tipo de realidad del único modo posible en
que esa realidad puede expresarse, y es irreductible a otro lenguaje (...) La luz contra las tinieblas”

SABATO, Ernesto: “Abaddón el exterminador”, 192 y 3





“Vuelvo al alma que viaja durante el sueño y puede ver cosas del futuro, ya que se libera del
cuerpo, que es lo que el hombre lo encadena en la prisión del espacio y del tiempo. Las pesadillas
son las visiones de nuestro infierno. Y lo que todos logramos en el sueño, los místicos y los poetas
lo alcanzan mediante el éxtasis y la imaginación (...) No siempre las visiones son tan nítidas, y casi
siempre participan del modo enigmático y ambiguo de los sueños. En parte por la índole oscura de
esos territorios del espanto, que tal vez el alma entrevé como a través de una bruma, por su
imperfecta desencadenación, porque no ha logrado desprenderse del todo del peso de su carne y de
sus ataduras al encarnizado presente; en parte porque el hombre no parece capaz de soportar las
crueldades infernales, y nuestro instinto de vida, los instintos de nuestro cuerpo, que a pesar de
todo sostiene con todas sus fuerzas a esa alma asomada a los abismos, nos preserva con máscaras y
símbolos de sus monstruos y suplicios”



“el mundo que para nosotros cuenta es éste de aquí: el único que nos hiere con el dolor y la
desdicha, pero también el único que nos da la plenitud de la existencia, esa sangre, ese fuego, este
amor, esta espera de la muerte; el único que nos ofrece un jardín en el crepúsculo, el roce de la
mano que amamos, una mirada destinada a la podredumbre, pero nuestra: caliente y cercana,
carnal.
Sí, tal vez existiera ese universo invulnerable a los destructivos poderes del tiempo; pero erea un
helado museo de formas petrificadas, aunque fuesen perfectas, formas regidas y quizá concebidas
por el espíritu puro. Pero los seres humanos son ajenos al espíritu puro (...) Ambigua y angustiada,
el alma sufre (¡cómo podría no sufrir!), dominada por las pasiones del cuerpo mortal y aspirando a
la eternidad del espíritu, vacilando perpetuamente entre la podredumbre y la inmortalidad, entre lo
diabólico y lo divino. Angustia y ambigüedad de la que en momentos de horror y de éxtasis crea su
poesía, que surge de ese confuso territorio y como consecuencia de esa misma confusión: un Dios
no escribe novelas”



SABATO, Ernesto: “Abaddón el exterminador”, 301-2 y 350-1

176. El arte de ser

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4.2.6.- ¿Salvación en lo colectivo? Trascendencia histórica.


“Y comprendía, ahora, que el hombre nunca sabe para quién padece y espera. Padece y espera y
trabaja para gentes que nunca conocerá, y que a su vez padecerán y esperarán y trabajarán para
otros que tampoco serán felices, pues el hombre ansía siempre una felicidad situada más allá de la
porción que le es otorgada. Pero la grandeza del hombre está precisamente en querer mejorar lo
que es. En imponerse Tareas. En el Reino de los Cielos no hay grandeza que conquistar, puesto
que allá todo es jerarquía establecida, incógnita despejada, existir sin término, imposibilidad de
sacrificio, reposo y deleite. Por ello, agobiado de penas y de Tareas, hermoso dentro de su miseria,
capaz de amar en medio de las plagas, el hombre sólo puede hallar su grandeza, su máxima medida
en el Reino de este Mundo”.


CARPENTIER, Alejo: “El reino de este mundo”, 149-50



“Comte (…) proponía una supervivencia teórica en la memoria de los hombres. Daba al asunto un
cariz más rimbombante, del tipo ‘incorporación al Gran-Ser’, aunque en realidad se trataba de
esto; una supervivencia teórica en la memoria humana. Pues bien, no bastaba”

LÉVY, Bernard-Henry
en HOULLEBECQ, Michel y LÉVY, Bernard-Henry: “Enemigos públicos”, 170





"Es el objetivo de perfección el que orienta al individuo para el desenvolvimiento de su total
personalidad, de sus movimientos expresivos, de su modo de ver, de su manera de pensar, de sus
sentimientos y de su concepción del mundo. (…) Basándose en una experiencia vastísima, nuestra
Psicología ha descubierto una concepción susceptible de orientarnos hasta cierto punto hacia la
perfección ideal, y eso gracias precisamente a la fijación de las normas del sentimiento de
Comunidad. Sentimiento de comunidad equivale, ante todo, a una tendencia hacia una forma de
comunidad que debe ser concebida como eterna, tal como podríamos representarnos a la
humanidad si hubiese alcanzado ya el objetivo de la perfección (…) Nuestra idea del sentimiento
de comunidad ha de llevar en sí el objetivo de una comunidad ideal como forma definitiva de la
humanidad, como un estado en que todos los problemas que nos plantea la vida y nuestras
relaciones con el mundo se nos aparecen como ya resueltos. Pues todo aquello que encontremos
valioso subsistirá, aquello que encontremos valioso en nuestra vida, todo lo que subsiste y
subsistirá, es siempre un producto de este sentimie nto de comunidad, de
este ideal orientador, de esta meta de perfección (…) El bien de la comunidad y la evolución
ascendente de la humanidad se basan en las imperecederas contribuciones de nuestros antepasados.
Su espíritu permanece eternamente vivo; es inmortal como los individuos lo son en sus hijos. En
estas dos clases de inmortalidad se basa la sobrevivencia y la continuidad de la especie humana.
(…) podemos afirmar cuando menos que el movimiento individual y el de las masas no pueden ser
estimados por nosotros sino en cuanto crean valores eternos en pro del progreso de la humanidad
(…) Por eso hemos insistido tanto en que el individuo no puede progresar en su debida evolución
sino viviendo y trabajando siempre como parte de la colectividad. Las superficiales objeciones de
los sistemas individualistas son insignificantes"




ALFRED, Adler: “El Sentido de la vida”, 168-174

177. El arte de ser

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177
“El tiempo se cuela en el hombre, en el Estado, anida en ellos, y luego el tiempo se va,
desaparece, mientras que el hombre, el Estado, permanecerá. El Estado permanece, pero su tiempo
ha pasado…Está el hombre, pero su tiempo se ha desvanecido… ¿Dónde está ese tiempo? El
hombre todavía piensa, respira y llora, pero su tiempo, el tiempo que le pertenecía a él y sólo a él,
ha desaparecido. Pero él permanece.
Nada es más duro que ser hijastro del tiempo. No hay destino más duro que sentir que uno no
pertenece a su tiempo. Aquellos a los que el tiempo no ama se reconocen al instante, en la sección
de personal, en los comités regionales del Partido, en las secciones políticas del ejército, en las
redacciones, en la calle… El tiempo sólo ama a aquellos que ha engendrado: a sus hijos, a sus
héroes, a sus trabajadores. No amará nunca, nunca a los hijos del tiempo pasado, así como las
mujeres no aman a los héroes del tiempo pasado, ni las madrastras aman a los hijos ajenos.
Así es el tiempo: todo pasa, sólo él permanece. Todo permanece, sólo el tiempo pasa. ¡Qué ligero
se va, sin hacer ruido¡ Ayer mismo todavía confiabas en ti, alegre, rebosante de fuerzas, hijo del
tiempo. Y hoy has llegado un nuevo tiempo, pero tú, tú no te has dado cuenta ¡”

GROSSMAN, Vasili: “Vida y destino”, 5-6





“¿Qué dirían los historiadores de nosotros, los seres que pasábamos sin dejar huella? De los seres
tales como yo mismo antes de entrar en la Hermandad, de esas aves de paso demasiado humildes
para ser clasificadas por los sabios, demasiado silenciosas para que los más sensibles oídos
perciban su sonido, con personalidad demasiado ambigua para que las más ambiguas palabras la
expresen, y situadas demasiado lejos de los centros de las decisiones históricas para que puedan
firmar los documentos de la historia o, siquiera, aplaudir a quienes los firman. Gente como
nosotros que no escribimos novelas, ni historia, ni libro alguno”

ELLISON, Ralph: “El hombre invisible”, 447





“...no siento la menor necesidad de la fraseología religiosa para expresar mi interpretación propia
del drama de la existencia (...) Estoy mucho más inclinado a usar nuevas expresiones sin
precedentes, como ‘la Aventura de la vida’, o la que para los fines prácticos es sinónima, ‘la
Aventura de la humanidad’ (...) Entregarse deliberadamente a la aventura de la humanidad está (...)
en la marcha de las cosas corrientes (...) Entraremos en el movimiento, lo queramos o no, y puesto
que pertenecemos así al ejército de Titanes, en lucha con el viejo Jove, de la fuerza y la materia, ya
que nos encontramos obligados de buena o mala gana a participar en la aplicación creciente y
creadora del conocimiento a los fines humanos, mejor haremos en entregar nuestras vidas
gratamente y en tomar en el proceso una parte consciente. Así seremos más felices. Seremos más
felices extendiendo nuestros motivos y deseos más allá de las trágicas incertidumbres de la vida
puramente egoísta. Nos sentiremos ampliados y mejorados por esta participación, y no sólo eso,
sino aliviados sumamente aliviados de los peores excesos de los deseos y las pasiones personales,
de los temores amargos y de la aún más acerba realización de la futilidad que atormenta a los
espíritus consagrados a sí mismos”

(…)

“Fracasé
cuando quise abrirme paso en la política, donde se me figura pude hacer labor
provechosa; me he convencido de que estoy desorientado por una peligrosa niebla en materia
económica y de educación, y al cabo he venido a este tranquilo y soleado rincón, para meditar,
como ya dije el año pasado, acerca de los aspectos trascendentales de la vida y para exponer con
claridad como fruto de esas meditaciones mi creencia sobre ellos en las páginas de este libro”


WELLS, H.G.: “El mundo de William Clissold”, Tomo I, 90-1 y … 360

178. El arte de ser

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“La historia es ‘una continua marcha en pos del deseo’, sin otro fin que ese deseo mismo, sin
norma absoluta, sin principio universal (...) Los sueños se encadenan unos a otros, se mezclan, se
suman... La historia es el resultado de esa suma (...) Y en ninguna parte hay un más allá. No hay
mundo inteligible, como tampoco hay ‘ningún modelo en el cielo’. No hay caída: la historia parte
desde tan abajo, que ya sólo le queda elevarse. Y tampoco existe ninguna cima en la que
descansar: no hay edad de oro, no hay Ciudad del Sol (...) Sólo existe la acción. Sólo existe la
lucha. El poder jamás está fundado en el saber, sino siempre en la fuerza; jamás se halla
legitimado en lo absoluto, sino siempre en el deseo. El poder es, pues, de todos y, en consecuencia,
no pertenece a nadie (...) A cada uno le corresponde ser Ícaro hasta donde pueda... A cada uno le
corresponde su cielo y su Bastilla, a cada uno el infinito de sus sueños. Todo consiste en ser
engañado lo menos posible y en seguir siendo libre. Y por tal entiendo: frente a los otros y frente a
uno mismo”.

COMTE-SPONVILLE, André: “El mito de Ícaro. Tratado de la desesperanza y la felicidad”, 218





“No puede haber placer –se decía- igual al de sentir a un mismo tiempo el gozo de millares de
personas, todas felices gracias a una sabia administración. Sin embargo, comoquiera que para la
ley de subordinación este sublime deleite puede encontrarse en un pueblo, pero caer en suerte a un
hombre sólo, es sin duda razonable suponer que habrá alguna satisfacción más popular y accesible,
y que difícilmente se podrá someter a millones de personas a la voluntad de un solo hombre,
únicamente para llenar su pecho con incomunicable gozo”.


JOHNSON, Samuel: “La historia de Rásselas”, 98




“Es verdad que el Occidental debe también reconocer, a lo largo de su progresión en el camino de
transformación, que el mundo histórico no es sino una semirealidad, compara con el SER supra-
espacio-temporal (…) El mundo histórico es transparente al SER, y constituye el lugar de
manifestación de éste en aquel que reencuentra en su conciencia interior la trascendencia, bajo la
forma individual que le es predestinada. El hombre percibe entonces, también en las imágenes y
estructuras en que se refleja el SER, a través del prisma del Yo, la Realidad única que él tiene el
deber de reconcer en sí mismo y en cada cosa, así como de manifestar en su vida. De este modo, el
‘tiempo’ no se opone ya a la ‘eternidad’, sino que es el medio de hacer que ésta relumbre. ‘Cada
cosa en el espacio y en el tiempo representa, en definitiva, lo más allá’”


DÜRCKHEIM, Karlfried: “Hara. Centro Vital del Hombre”, 220


4.2.7.- Trascendencia en la descendencia.

- Tú eres propietario de veintiocho mil acres de tierras muy fértiles, tienes un capital de diez
millones, tienes además mujer y dos hijos, nos tienes pero no nos quieres
-A mi manera sí, os quiero
- No, Señor. Desprecias a todo el mundo. Quisiste que Cooper tuviera hijos y quieres que yo
también los tenga, ¿por qué?
- Porque quiero que una parte de mí me sobreviva, que no acabe todo en la tumba”.

WILLIAMS, Teennesse: “La gata sobre el tejado de Zink”,

179. El arte de ser

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4.3.- Nada explica ¿Una felicidad sin esperanza?


“MARGARET. —Los enfermos nunca sospechan la verdad. Nadie se atreve a decirles: va usted a
morirse y no podemos hacer nada. Siempre se les engaña, porque siempre se espera un milagro.
Hasta el último momento se conserva la esperanza de que el milagro se realice. El sueño de todos
los seres humanos es vivir eternamente. Pero la mayoría creen que la eternidad está en la tierra y
no en el cielo...

ABUELO. —Yo he vuelto hoy de un lugar muy lejano. ¡Del reino de la muerte! Ya no puede
escandalizarme nada de cuanto vea ni cuanto oiga. (Se adelanta hacia la galería y contempla el
vacío.) Siempre he procurado crear un vacío a mi alrededor. Un vacío que me aislara de la opinión
del mundo. Y en mi plantación no cultivé únicamente algodón, sino algo más hermoso: la
tolerancia.

(…)


ABUELO.— ¿Ves como siguiendo el rastro se llega a la verdad? ¿Esa verdad que tanto asco te
producía y que intentabas olvidar bebiendo? ¡No sigas engañándote, Brick! Ese asco que sientes
no es de los demás, sino de ti mismo, porque no tuviste el valor de afrontar la verdad a su lado.
(…) Sí. Yo he sabido hacer frente a todos los peligros. Esa ha sido mi fuerza. Tú, en cambio,
tratando de huir de la verdad te has comportado como un cobarde.

BRICK.—¡Sólo con la mentira podemos vivir tranquilos! No escapamos de ella más que con el
alcohol... o con la muerte.


WILLIAMS, Teennesse: “La gata sobre el tejado de zinc” (libreto de la obra teatral)




“Recuerdo los rostros agotados, los cuerpos abatidos de mis dos hombres, y recuerdo mi juventud
y la sensación de que no volvería, la sensación de que yo podría vivir siempre más que el mar, que
la tierra y que todos los hombres; la sensación engañosa que nos arrastra a los placeres, a los
peligros, al amor, al vano esfuerzo… a la muerte; la convicción triunfal de la propia fuerza, el
latido de la vida en un puñado de polvo, el resplandor en el corazón que cada año se va apagando,
se va enfriando, va empequeñeciéndose y expira… y expira, demasiado pronto, demasiado pronto,
antes de que expire la vida misma (…) Todos asentimos (…); nuestros rostros, marcados por el
esfuerzo, por las decepciones, por el éxito, por el amor; nuestros rostros cansados y que aún siguen
buscando, buscando siempre, buscando con ansiedad algo más allá de la vida, algo que mientras se
espera ha pasado ya, ha pasado sin que lo advirtiéramos, en un suspiro, en un relámpago.. junto
con la juventud, con la fuerza, con las románticas ilusiones”.

CONRAD, Joseph: “Juventud”, 65-74




“Piensen cuáles pueden ser las razones básicas para la desesperación. Cada uno de ustedes tendrá
las suyas. Les propongo las mías: la volubilidad del amor, la fragilidad de nuestro cuerpo, la
abrumadora mezquindad que domina la vida social, la trágica soledad en la que en el fondo
vivimos todos, los reveses de la amistad, la monotonía e insensibilidad que trae aparejada la
costumbre de vivir.



VILA-MATAS, E.: “París no se acaba nunca”, 69

180. El arte de ser

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“Pero si un día encontrara ese autor tan buscado, ese fantasma, ese genio, difícilmente éste
mejoraría lo ya dicho por tantos otros acerca de las grietas que separan las expectativas de la
juventud y la realidad de la madurez, lo ya dicho por tantos otros sobre la naturaleza ilusoria de
nuestras elecciones, sobre la decepción que culmina la búsqueda de logros, sobre el presente como
fragilidad y el futuro como dominio de la vejez y de la muerte.”

VILA-MATAS, Enrique: “Dublinesca”, 99




“Es lo que llamamos yo, la verdadera vida, dijo él, el ser esencial. Es el yo en el blando
revolcadero de lo que sabe, y lo que sabe es que no vivirá para siempre. “

DELILLO, Don: “Punto Omega”, 87


“Se graba una línea, cualquier línea con tal de que quepa en un contexto, para poder asirse de uno
mismo entre la muda y saliente existencia de las cosas; ésa es nuestra vida; algo así como cuando
se habla sin parar, creyendo erróneamente que cada palabra pertenece a la anterior y llama a la
siguiente, porque tememos que, en el momento del silencio demoledor, nos tambaleamos de
manera inimaginable y quedaremos disueltos por él, pero sólo es miedo, sólo debilidad frente a la
espantosa casualidad de todo lo que hacemos, que se abre ante nosotros como un abismo…”

MUSIL, Robert: “Uniones”, 54




“(…) habían creído en la literatura, habían creído en la belleza y en la expresión personal como un
fin absoluto. Al perder esta creencia lo habían perdido todo. El dinero y la fama no significaban
nada para ellos.”

WEST, Nathanael: “Miss Lonelyhearts”, 43




“” ‘La gente como nosotros’, escribió Flaubert, ‘debería profesar la religión del desespero. Hay
que ponerse a la altura del propio destino, es decir, impasible como él. A fuerza de decirle ‘¡Es así¡
¡Es así¡’, y de mirar al pozo negro que se abre a tus pies, conservas la calma’ “.

BARNES, Julian: “Nada que temer”, 36





“¿Qué es la vida literaria sino el intento de sacar partido sistemáticamente de lo imposible?

BALZAC, Honoré de: “Las ilusiones perdidas”, 539







“Toda la fenomenología se asienta sobre esta certeza: nuestra conciencia reflexiva, marca de
nuestra conciencia ontológica, es la única entidad en nosotros que vale la pena estudiarse pues nos
salva del determinismo biológico. Nadie parece consciente del hecho de que, puesto que somos
animales sometidos al frío determinismo de las cosas físicas, ello anula todo lo anterior.”

181. El arte de ser

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BARBERY, Muriel: “La elegancia del erizo”,60



“Aunque –decía-, ¿qué se puede esperar de nuestra búsqueda de la felicidad cuando vemos que la
condición de vivir es tal que la misma felicidad es causa de sufrimiento? ¿Por qué esforzarnos en
conseguir aquello cuya posesión no puede garantizarse? A partir de ahora me dará miedo abrir mi
corazón a lo sublime, por brillante que sea, o al cariño, por tierno que sea, no vaya a perder otra
vez lo que he perdido con Pekuah”.


JOHNSON, Samuel: “La historia de Rásselas”, 138




“Ahora sé que no puede ser de otra manera, que no existe la entrega absoluta, que el destino está
hecho de circunstancias y casualidades. Debemos conformarnos con lo que tenemos. Con los
restos…”

MÁRAI, S.: “Divorcio en Buda”, 171-2





“No, es imposible; es imposible comunicar la sensación de vida de una época determinada de la
propia existencia, lo que constituye su verdad, su sentido, su sutil y penetrante esencia. Es
imposible. Vivimos como soñamos… solos”.

CONRAD, Joseph: “El corazón de las tinieblas”, 75





“Los libros tampoco me han dado la respuesta acertada. Ni los antiguos, los tratados de los
pensadores chinos, hebreos o latinos, ni los modernos, que utilizan expresiones sin eufemismos,
pero se quedan sólo en el nivel de las palabras y tampoco llegan a la verdad”.

MÁRAI, Sándor: “El último encuentro”, 100








“- No, no; solamente debería haber tenido más tiempo. Necesito otra oportunidad.
- ¿Otra oportunidad?
- Necesito una extensión
- ¿Una extensión? – Otra vez el doctor Hugo repitió las palabras de Decombe, que parecían
haberle impresionado.
- ¿No lo sabe? Necesito lo que se llama “vivir”.
El joven, al despedirse, había tomado su mano, que apretó con cierta fuerza. Se miraron
fijamente.
- Usted vivirá –afirmó el visitante de Decombe, poniéndose pálido.
- ¡Ah, así es mejor! – Y mientras su visitante se retiraba, el inválido, con una risa
perturbada, volvió a recostarse agradecido”.

182. El arte de ser

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“JAMES, Henry: “La edad madura” en “La edad madura. La casa natal”, 34.





“Nada es regalo, todo es préstamo.
Estoy en deudas hasta el cuello,
con mí misma deberé pagar
por mí misma,
dar la vida por mi vida.

Es lo establecido:
el corazón se devuelve,
el hígado se devuelve,
y los dedos, uno a uno.

Demasiado tarde para rescindir el contrato,
ejecutarán mis deudas
y mi cuerpo.

Camino por el mundo
entre una multitud de deudores.
Unos están obligados
a pagar por sus alas,
otros, quieran o no,
saldarán sus hojas.

En la página ‘Debe’
figuran nuestros tejidos.
Ni una pestaña, ni un tallo
se conservan para siempre.

El registro es exacto
y todo parece indicar
que nos quedaremos sin nada.

No consigo recordar dónde,
cómo ni por qué
me dejé abrir
esta cuenta.

La protesta
se llama alma.
Y es lo único
Que no consta en el registro.



SZYMBORSKA, Wislawa: “Nada es regalo” en “Paisaje con grano de arena”, 204







"El tiempo, como el mar desata todos los nudos... Los arreglos humanos no son otra cosa que
cabos sueltos y cálculos nebulosos, independientemente de cualquier cosa que para consolarnos
pueda fingir el arte"

183. El arte de ser

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183

MURDOC, Irish.: "El mar, el mar", 695-6





"Y aquélla era la extraña función del arte: llegar con el azar a personas al azar, porque todo es azar
en este mundo y el arte nos lo recuerda, y por eso nos pone melancólicos y nos reconforta. Nada
explica, como no explica el viento: llega, agita las hojas y los árboles quedan atravesados por el
viento, y el viento vuela y se va"

TABUCCHI, A:"Los volátiles del Beato Angélico", 102





“Según parece declaraste: ‘nunca busqué, con mi trabajo, ni la fortuna ni la fama. Sólo busqué la
felicidad’
-Sí, eso es lo que dije. Y lo creía.
-¿La encontraste?
- No
- ¿Por qué?
- Ahora, que valdría la pena contestar, no sé, por vida mía, cómo hacerlo.
(…)
-Escribiremos un libro
-¿De qué tratará?
-De la perennidad de la desesperación, de la inasequilibilidad del lenguaje, de la impenetrabilidad
del arte, de la insipidez del amor humano”

DURRELL, Lawrence: "Livia", 19-20




“-¡Usted es un gran triunfo! –dijo el doctor Hugo, imprimiéndole a su joven voz toda la vibración
de unas campanas de boda.
Dencombe se quedó asimilándolo; luego hizo acopio de fuerzas para hablar otra vez:
-Una segunda oportunidad: en ello consiste la vana ilusión. Nunca hubo, ni puede haber, más de
una oportunidad. Trabajamos en la oscuridad: hacemos lo que podemos; damos lo que tenemos.
Nuestra duda es nuestra pasión, y nuestra pasión es nuestra tarea. El resto es la locura del arte.
- Aunque haya usted dudado, aunque haya desesperado, siempre ha ‘logrado’ –alegó finamente su
visitante.
-He logrado alguna que otra cosilla –concedió Dencombe.
-Alguna que otra cosilla lo es todo. Es lo factible. ¡Es usted!
-¡Qué conmovedor! –suspiró irónicamente el pobre Dencombe.
-Pero es la pura verdad –insistió su amigo.
-Es la pura verdad. La frustración es lo que no cuenta.
- Frustración en sí es vida –dijo el doctor Hugo.
-Sí, es lo que desaparece”

JAMES, Henry: “Los años maduros.”
10
en “Los años maduros. La casa natal”, 45-6



“- Varios críticos y estudiosos le han definido como ‘el maestro de la inacción’, y que sus
imágenes respiran una especie de ‘magnetismo de la quietud’, ¿Cómo interpreta estas definiciones


10
Curiosamente ha merecido una cita en dos novelas distintas: ROTH, Philip: “La visita al
maestro” en “Zuckerman encadenado”, pp. 86-7; y LODGE, David: “¡El autor, el autor!, 219.

184. El arte de ser

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que se han hecho de su forma de hacer cine?
- ‘Magnetismo de la quietud’ es una maravillosa característica que yo a veces atribuyo al cine.
Asimismo, el arte y, aún más, el arte visual deben de estar profundamente ligado a la vida
fisiológica del hombre y debe ser, profundamente exigente con el aspecto moral de la existencia.
En cierto sentido, el arte nos prepara para la muerte...La quietud en relación con la naturaleza
humana me interesa... Yo no quiero poner en cuestión la condición natural del ser humano y no
pretendo superar aquello creado por la naturaleza”


SOKUROV, Alexandr (cineasta ruso)

Entrevista de Carlos REVIRIEGO en EL CULTURAL, 2 de junio de 2005.







“... el juego simbólico en el extremo límite terreno, belleza; el juego en sí, el juego que el hombre
juega con su propio símbolo y así, simbolizando –lo único posible- escapar a la angustia de la
soledad, el bello engaño de sí mismo repetido de nuevo y de nuevo, la fuga hacia la belleza, el
juego de la fuga; aquí se le revela al hombre la rigidez del mundo embellecido, su incapacidad de
cualquier crecimiento, la limitación de su perfección, que sólo en la repetición se torna
imperecedera y por esa aparente perfección debe ser buscado siempre, de nuevo, se le revela el
juego del arte que sirve a la belleza, su desesperación, su desesperado intento de crear lo
imperecedero, a partir del ser perecedero (...) y con la rapidez del rayo reconoció que el estallido
de la belleza es simplemente desnudo reír, y la risa el reventón predestinado de la belleza de los
mundos...”

BROCH, Herman: “La muerte de Virgilio”, 121 y 125




“Ayer se suicidó mi querido filósofo Ginsberg, Connie, y había prometido confiarme el secreto del
universo. Pero no dejó ningún mensaje, o tal vez el mismo acto ha sido el mensaje, como se
supone que es el amor”.

DURRELL, Lawrence: "Constance", 257






“Nos engañan como a unos ilusos, no hacemos sino girar en círculo con la esperanza de alcanzar
una meta que, después de todo, ya es el punto de inflexión hacia otra cosa... Un punto de inflexión
en un círculo sin salida... Porque todo son puntos de inflexión en el círculo, ninguno de ellos posee
extensión, la curvatura del círculo no se puede medir, no existe el movimiento direccional, no
existe la duración en ninguno de los puntos, y la eternidad no consiste en una línea que siempre
apunta hacia delante, sino en un carrusel... ¡Un carrusel!”


MANN, Thomas: “La montaña mágica”, 475-6



"Nada te salva, nada te libera. No hay nada que te haga feliz, ni el éxito, ni la fama, ni el dinero...
Nada te rescata del drama de la existencia humana... Hay que vivir los momentos felices, porque
son pasajeros... creo que es imposible instalarse en la felicidad, disfrutarla durante un largo
periodo de tiempo"

185. El arte de ser

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ALLEN, Woody: entrevista en EL CULTURAL, nº 28 oct-3 nov 2004, 42




“No me fastidie, hombre. Dígame una religión que prepare al hombre para la muerte. Para la nada.
A esa secta sí me apuntaría. Su religión lo cifra todo en más vida. Más sueños, ilusiones, mentiras.
Si fuera posible proscribir el miedo a la muerte de los corazones humanos, la gente no viviría ni
veinticuatro horas. ¿Quién iba a querer esta pesadilla a no ser por miedo al día siguiente? Sobre
cada alegría humana pende la sombra del hacha. Todo camino acaba en la muerte”.

McCARTHY, Cormac: “El Sunset Limited”,






“…la vida es al mismo tiempo principio y ausencia, emanación primordial e imposibilidad de
determinación mensurable. En suma, es un río sin orillas. Narrarla es una voluntariosa manera de
levantar diques, de hacer que discurra por un cauce. Obviamente, es una ilusión (…) La vida es
una composición musical que ejecutamos acaso sin conocer la música. No tenemos partitura. La
partitura sólo se comprende después, cuando la música ya ha sido interpretada. Y es cierto que se
dan deslizamientos del tiempo, en el sentido de que se pasa de un tiempo a otro, se va hacia atrás,
y el espacio y el tiempo a veces se anulan. Pero la verdad es que todavía no he entendido bien si
somos nosotros quienes atravesamos el tiempo o si es el tiempo el que nos atraviesa”.


TABUCCHI, Antonio: “Autobiografías ajenas”, 96-7





“El destino. ¡Mi destino! ¡Es curiosa la vida… ese misterioso arreglo de lógica implacable con
propósitos fútiles! Lo más que de ella se puede esperar es cierto conocimiento de uno mismo…que
llega demasiado tarde…una cosecha de inextinguibles remordimientos. He luchado a brazo partido
con la muerte. Es la contienda menos estimulante que podéis imaginar (…) Si tal es la forma de la
última sabiduría, la vida es un enigma mayor de lo que alguno de nosotros piensa (…) Tal vez
toda la diferencia estribe en eso; tal vez toda la sabiduría, toda la verdad, toda la sinceridad, están
comprimidas en aquel inapreciable momento de tiempo en el que atravesamos el umbral de lo
invisible. ¡Tal vez! Me gustaría pensar que mi resumen no fuera una palabra de desprecio
indiferente. Mejor fue su grito…mucho mejor. Era una victoria moral pagada por las innumerables
derrotas, por los terrores abominables y las satisfacciones igualmente abominables. ¡Pero era una
victoria! (…) Me encontré una vez más en la ciudad sepulcral, sin poder tolerar la contemplación
de la gente que se apresuraba por las calles para extraer unos de otros un poco de dinero, para
devorar su infame comida, para tragar su cerveza malsana, para soñar sus sueños insignificantes y
torpes. Eran una infracción a mis pensamientos. Era intrusos cuyo conocimiento de la vida
constituía para mí una pretensión irritante, porque estaba seguro de que no era posible que
supieran las cosas que yo sabía. Su comportamiento, que era sencillamente el comportamiento de
individuos comunes, que iban a sus negocios con la afirmación de una seguridad perfecta, me
resultaba tan ofensivo como las ultrajantes ostentaciones de insensatez ante un peligro que no se
logra comprender”.


CONRAD, Joseph: “El corazón de las tinieblas”, 152-3





"... Terminó por recomendarles a todos (...) que en cualquier lugar en que estuvieran recordaran
siempre que el pasado es mentira, que la memoria no tenía caminos de regreso, que toda primavera

186. El arte de ser

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antigua era irrecuperable, y que el amor más desatinado y tenaz era de todos modos una verdad
efímera"

GARCIA MARQUEZ, Gabriel:"Cien años de soledad", 487.




“¿Qué es esta máquina que nos lleva delante de un modo tan implacable? Pasamos traqueteando
un día más, un año más, como si cruzáramos a medianoche una innominada ciudad desierta... No
tenemos más que los recuerdos de alguna pausa en los lugares donde nos divertíamos en nuestra
juventud, de las doncellas, los naipes, el clarete. Nosotros tratamos de prolongar nuestra
existencia, pero ahora un silencioso funcionario vestido con oscura librea nos indica que es hora de
volver a subir al coche y reanudar el viaje. Por otra parte, mucho antes de llegar a destino, esta
máquina se detendrá bruscamente... Llenos de temor, abriremos la portezuela para hablar con el
cochero, y entonces descubriremos que no hay cochero ni caballos, tan sólo estará la máquina, que
se desvanecerá mientras permanecemos en pie, y una pradera cuya inmensidad nos desespera...?


PYNCHON, Thomas: “Mason y Dixon”, 453



“(...) vivir consiste en construir futuros recuerdos; ahora mismo, aquí frente al mar, sé que estoy
preparando recuerdos minuciosos, que alguna vez me traerán la melancolía y la desesperanza. El
mar está ahí, permanente y rabioso. Mi llanto de entonces, inútil; también inútiles mis esperas en la
playa solitaria, mirando tenazmente al mar. ¿Has adivinado y pintado este recuerdo mío o has
pintado el recuerdo de muchos seres como vos y yo?”


SABATO, Ernesto: “El túnel”, 64



“Porque la memoria es lo que resiste al tiempo y a sus poderes de destrucción, y es algo así como
la forma que la eternidad puede asumir en ese incesante tránsito. Y aunque nosotros (nuestra
conciencia, nuestros sentimientos, nuestra dura experiencia) vamos cambiando con los años, y
también nuestra piel y nuestras arrugas van convirtiéndose en prueba y testimonio de ese tránsito,
hay algo en nosotros, allá muy dentro, allá en regiones muy oscuras, aferrado con uñas y dientes a
la infancia y al pasado, a la raza y a la tierra, a la tradición y a los sueños, que parece resistir a ese
trágico proceso: la memoria, la misteriosa memoria de nosotros mismos, de lo que somos y de lo
que fuimos. Sin la cual (¡y qué terrible ha de ser entonces!, se decía Bruno) esos hombres que la
han perdido como en una formidable y destructiva explosión de aquellas regiones profundas, son
tenues, inciertas y livianísimas hojas arrastradas por el furioso y sin sentido viento del tiempo”

SABATO, Ernesto: “Sobre héroes y tumbas”, 190



“Me resisto a desaparecer tan pronto y siento que me quede tan poco tiempo. Deseo, antes que me
arrastre la marea, enterarme para siempre de cosas que pudiera conocer más... y mejor (...) Si
tuviéramos tiempo, me gustaría charlar junto al fuego un largo rato, durante una tarde inverniza,
para intentar aclarar las cosas antes de irme (...) Mi vida, lo confieso, me parece corta,
abrumadoramente corta en comparación, tanto con el vasto alcance de mis pensamientos en el
espacio, como con las enormes perspectivas del pasado y del porvenir, sobre las que ahora
discurrimos”.

WELLS, H. G.: “El mundo de William Clissold”, tomo I, 27-8

187. El arte de ser

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“Y si la angustia es la experiencia de la Nada, algo así como la prueba ontológica de la Nada, ¿no
sería la esperanza la prueba de un Sentido Oculto de la Existencia, algo por lo cual vale la pena
luchar? Y siendo la esperanza más poderosa que la angustia (ya que siempre triunfa sobre ella,
porque sino todos nos suicidaríamos), ¿no sería que ese Sentido Oculto es más verdadero, por
decirlo así, que la famosa Nada?”


SABATO, Ernesto: “Sobre héroes y tumbas”, 201





“Él: -Sólo en una existencia extravagante puede, sin duda, encontrar satisfacción tu orgullo. Tu
soberbia no te permitirá llevar otra. ¿Cerramos el trato? Gozarás, en la creación, la eternidad de
una vida humana. Vacío el reloj de arena, mi hora habrá sonado. Dispondré de ti, pobre y delicada
criatura, a mi modo y placer, de tu cuerpo y de tu alma, de tus bienes, de tu carne y de tu sangre –
por toda la eternidad…”


MANN, Thomas: “Doktor Faustus”, 352




“ Era tentador y grato de oír, y era además sincera convicción del César. Y, con todo, sólo era
palabrería hueca, tanto más, por cuanto, en el fondo, el César, al alabar la Eneida, sólo estaba
defendiendo su propia obra; mas tal vez por esta misma razón renunciaría a la Eneida:
- Oh Cesar, ya lo he dicho, mis imágenes son una cosa superficial.
- No te satisfacen porque les exiges un conocimiento de la muerte y una superación de la muerte,
que nadie puede ofrecer en lo terreno. También mi obra la has sometido a esta exagerada
exigencia....
- Mis imágenes son insuficientes porque...
- Tropiezas... Virgilio, sabes que no tienes razón.
- El tiempo, Augusto..., estamos misteriosamente presos del tiempo, misteriosamente el tiempo
se va... una corriente vacía... una corriente superficial, y no conocemos ni su dirección ni su
profundidad... Y, a pesar de todo, el círculo tiene que cerrarse (...) Estamos vinculados al tiempo,
todos lo estamos, y hasta el conocimiento es presa del tiempo”


H. BROCH: "La muerte de Virgilio", 350





"Únicamente se toma su propia muerte como un fracaso aquel que confiaba en ser inmortal.

CRUZ, Juan en "Sólo se vive una vez, según parece"






“No puedes hacer un nuevo Cielo y una nueva Tierra con ‘hechos’. No hay ‘hechos’: sólo existe el
hecho de que el hombre, cualquier hombre, en cualquier parte del mundo, va camino de la
ordenación (...) Todos cumplen su destino a su modo y nadie puede prestar otra ayuda que la de
mostrarse amable, generoso y paciente”

188. El arte de ser

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MILLER, Henry: “Trópico de Capricornio”, 50.





“... la única manera sensata y religiosa de contemplar la muerte es considerarla y sentirla como
parte integrante, como la sagrada condición sine qua non de la vida, y no separarla de ella
mediante alguna entelequia, no verla como su antítesis y, menos aún, tratar de resistirse de manera
antinatural, pues eso sería justo lo contrario de lo sano, noble, sensato y religioso ... la muerte es
digna de honores en tanto es la cuna de la vida, el seno materno de la renovación. Sin embargo,
vista con la antítesis de la vida y separada de ella se convierte en un fantasma, en una máscara
horrenda o en algo peor todavía. Porque la muerte entendida como una fuerza espiritual
independiente es una fuerza enteramente depravada; cuya perversa seducción sin duda es sinónimo
del más espantoso extravío del espíritu humano”.
(...)

“ ’Mientras existimos nosotros, no existe la muerte, y cuando existe la muerte no existimos
nosotros’ Por consiguiente, no hay ninguna relación real entre la muerte y nosotros; la muerte es
algo que no nos atañe absolutamente, en nada, que todo lo más atañe al mundo y la naturaleza, y
por eso todos los seres la contemplan con gran tranquilidad, con indiferencia, con una inocencia
egoísta y sin ninguna responsabilidad”

(...)

“Conozco la muerte, soy uno de sus viejos empleados; créame, se la sobreestima. Le puedo
asegurar que apenas se siente nada. Pues todas las cosas desagradables que en ciertas
circunstancias preceden al instante en cuestión no pueden considerarse como parte de la muerte;
son cosas de la vida, exclusivas de la vida, y pueden conducir a la vida y a la curación. Sin
embargo, de la muerte nadie que volviese de ella podría decir que vale la pena, pues no se tiene
vivencia alguna de la muerte. Salimos de las tinieblas y entramos en las tinieblas. Entre esos dos
instantes hay muchas experiencias, vivencias, pero no vivimos ni el principio ni el fin, ni el
nacimiento ni la muerte; ninguno de los dos tiene carácter subjetivo; en tanto procesos, caen
enteramente en el terreno de lo objetivo. Así es.”

MANN, Thomas: “La montaña mágica”, 255-6, 867-8 y 694








“...es la angustia del horror ante un vacío de muerte, que excede lo creado, implantada en todo
nacido del rebaño desde el primer principio, es –en la última culminación de la angustia, en el
último abandono a la angustia, ya casi más allá de la muerte- el mudo horror del animal que,
pequeño y solitario en lo invisiblemente avasallador, se arrastra inconsciente y tembloroso bajo el
boscaje oscuro, para que ningún ojo pueda verlo morir”. (...)

“!Oh, nosotros somos criaturas de lo creado, sólo si nos despojamos por completo de lo creado,
sólo si hemos aprendido a abandonar hasta el conocimiento, tanto el creado como el increado, si
nos crecemos hasta asumir humildemente nuestra última contrición, si logramos destruir nuestra
propia sepultura, sólo entonces somos criaturas de la creación¡ ... todo lo que había servido a la
seudo-vida y la había constituido, debía desaparecer de tal forma que nunca hubiera existido... oh,
todos sus escritos debían ser quemados, todos y también la Eneida...¡


H. BROCH: "La muerte de Virgilio", 162 y 174

189. El arte de ser

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“Walker se estaba muriendo, al fin y al cabo, y tal vez esa sola circunstancia, el absorbente horror
de su propia muerte, era algo a lo que ya era incapaz de enfrentarme (…) Me pregunté cómo sería
pasar una velada en su compañía, circundado por el íntimo mundo de su declinante y devastada
existencia, y por primera vez desde que acepté su invitación empecé a temer nuestro encuentro”.

AUSTER, Paul: “Invisible”, 89





“No somos Dios y nuestro discurso no es más que un discurso: producción y desplazamiento de
sentido y no creación de ser (…) El lenguaje y el tiempo son nuestros límites, límites que
frecuentamos y que nos frecuentan. Vivir es un reino de sombras (…) nuestra exigencia como
seres humanos no es simplemente vivir, o evitar el sufrimiento, sino ser felices. Y el pensamiento,
a la vez que lo permite, lo hace difícil (…) La única felicidad consiste en un pensamiento dichoso
(…) Porque la vida está toda ella del lado del discurso y de lo imaginario. No hay vida más
verdadera que la soñada (…) la desesperanza da alas. El que lo ha perdido todo se vuelve ligero,
ligero…No veáis en ello elogio alguno de la tristeza, al contrario. La tristeza es siempre una
pesada carga. La desesperanza no es la infelicidad (…) más bien la desesperanza está muy cerca de
la felicidad misma. Feliz es aquel al que, como se suele decir, ‘nada le cabe esperar’ (…) En una
palabra, la salvación –si es que es posible- no puede ser ni psicológica, ni política ni estética (…)
Nuestro Tratado de la desesperanza finalizaría, pues, en un Tratado del silencio, y, si pudiéramos
alcanzarla, nuestra filosofía pagaría con su propia extinción la sabiduría que llegara a alcanzar.
Viaje al final de la noche, viaje al final de la luz…La felicidad esta al otro lado de la desesperanza
–y sin embargo es esta desesperanza misma. Pues la esperanza de la salvación (…) será el último
obstáculo que nos separe de ella; y alcanzaremos la sabiduría, si es que somos capaces de ello,
solamente renunciando a la filosofía. Se trata de que la desesperanza desespere también de sí
misma. ¿Llegaremos a alcanzarla? Eso en realidad carece de importancia. Al final es siempre el
silencio el que tiene la última palabra”

COMTE-SPONVILLE, André: “El mito de Icaro. Tratado de la desesperanza y la felicidad”; 12-3, 29, 348, 352-3




“No creo en la inmortalidad personal. De joven luché con la idea de la extinción individual, pero
ahora la acepto tranquilamente (...) Me noto incapaz de imaginar una especie de vida, cualquiera
que sea, una especie de existencia consciente, sin manos que toquen y ojos que vean, sin un
sentido de substancia material y un acicate del sentir corporal. No es la fuerza, sino la debilidad de
la imaginación, lo que capacita a las personas a creerse espíritus sin cuerpos. La idea de que el
hombre es un ser triple con cuerpo, alma y espíritu, todos separables y misteriosamente enlazados
para constituir la personalidad, me parece una supervivencia de remotas y bárbaras
especulaciones. No se me ocurre pensar en mí viviendo como espíritu, más que como viviendo en
una proyección cinematográfica”


WELLS, H.G.: “El mundo de William Clissold”, 45-6






“Con la muerte de mi mujer me volví libre, dijo, y cuando digo libre, quiero decir totalmente libre,
libre en mi totalidad, completamente libre, si sabe usted o sospecha al menos lo que eso quiere
decir. Ya no espero la muerte, vendrá por sí misma sin que piense en ella, si viene, me resulta
totalmente indiferente cuándo (…) Ahora puedo dejar que todo me llegue, realmente todo, sin
tenerme que defender contra ello, ya no me defiendo, así son las cosas”

190. El arte de ser

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BERNHARD, Thomas: “Maestros antiguos”, 187



“Hay un instante (en la vida de los hombres) en el que saben que todo, aun la nada, conduce a nada
(...) Pero empujados por la esencia de sus naturalezas o por la complacencia de verse levantar
pequeñas estatuas caseras o por los rencores de aquellos a quienes es debido el temor reverencial
(...), se ponen a hacer algo y se largan por las vías de hombres de bien y de pro; pero ellos saben
que (...) la verdadera justificación de la empresa acometida es su valor de engaño para aguantar los
momentos de la existencia (...) Los hombres (...) se han olvidado de la explicación inicial de las
cosas y toman por verdades los pretextos”


BIOY CASARES, Adolfo: “ABC DE Bioy Casares”, 105






“Morir –les dijo- puede ser sólo un capricho, si uno permite que ocurra antes de descubrir el gran
secreto que permite morir provechosamente (…) Lo que en realidad muere es la imagen colectiva
del pasado, todos los yoes temporales que han estado presentes, de una manera consecutiva, juntos
ahora en un instante de atención perfecta, de aprehensión clara como el cristal, que podría durar
siempre si uno lo deseara”


DURRELL, Lawrence: “Monsieur”, 13 y 17




“Tu no has visto tanta muerte como he visto yo en mi trabajo –dijo Constante, volviendo su
sonriente rostro y suspirando-. Al final he terminado por llevarme bien con la Parca. En medio de
todo esto hay algo que surge, como una voluptuosa sensación de rendición ante lo inevitable, de
los propios moribundos. Esta actitud de gradual y creciente amnesia pertenece a los ritmos de la
vida vegetal. Hace que uno advierta que todo amor se hace obsoleto en el acto, ilustra la nada que
hemos decorado con nuestro barato narcisismo. Una suave y macilenta rendición a la muerte
indolora. Yaciendo a solas consigo mismo guiado por la piadosa parálisis de los evanescentes
pensamientos que te mecen y te llevan más y más allá, hasta que… ¡paf¡ Bésame. Sostenme. Y
luego, durante cierto tiempo, el eco de un vacío de seguirá por toda la casa, invisible como la
gravedad pero igualmente omnipresente, como el énfasis de una desvanecida presencia”

DURRELL, Lawrence: “Quinx”, 242





“Tu camino de vida tiene un propósito externo y un propósito interno (…) El propósito externo
pertenece a la dimensión horizontal del espacio y del tiempo; el propósito interno implica una
profundización en tu Ser, en la dimensión vertical del ahora intemporal. (…) entonces este paso se
convierte en una expresión de la perfección, un acto de gran belleza y calidad. Te habrá llevado al
Ser, y la luz del Ser brillará a través de esto.”


TOLLE, Eckhart: “El poder del ahora”, 102

191. El arte de ser

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“A ver, ¿por qué quiere ir a Dublín?
Se lo pregunta en silencio dos veces seguidas. Es posible que exista una respuesta para esa
pregunta, pero también que jamás llegue a saber exactamente cuál es.
Y es posible incluso que no conocer en su totalidad las causas por las que va a Dublín forme parte
del propio sentido del viaje, del mismo modo que el hecho de todavía ignorar por completo el
número de palabras de su réquiem puede ayudarle a pronunciar en Dublín una buena oración
fúnebre. Irá a Dublín (…) Pero no le importaría ir a Nueva York si él, de una vez por todas y
dejando de darle tantas vueltas al asunto, se decidiera finalmente a trasladarse al lugar que tanto
anhela, al supuesto centro del mundo”.

VILA-MATAS, Enrique: “Dublinesca”, 54-6



4.4.- Voluntad de sentido







“Tampoco tu vida tiene que ser superficial ni estúpida por el hecho de saber que tu lucha no tendrá
éxito. Es mucho más superficial, Harry, cuando combates por algo bueno e ideal y opinas que has
de conseguir la victoria. ¿Es que los ideales están para alcanzarlos? ¿Es que las personas vivimos
para que desaparezca la muerte? No, vivimos para temerla, y para amar a pesar de ella, y
precisamente por causa de la muerte resulta a veces tan hermosa durante unos momentos el
poquitín de vida que nos toca”


HESSE, Herman: “El lobo estepario”, 796


“Le ha gustado mucho siempre esa expresión –quiet obssesion- que acuñara el traductor de Volk
al inglés. También él cree tener obsesiones del mismo estilo (…) Su obsesión tranquila por volver
a vivir un momento en el centro del mundo, por viajar al centro de sí mismo, por alcanzar grados
importantes de entusiasmo, por no morirse de pena después de haberlo perdido casi todo”.

VILA-MATAS, Enrique: “Dublinesca”, 157



“Prefiere con creces sentir que, de un tiempo a esta parte, la sobriedad le está ayudando tanto a
recobrar su trágica conciencia como a buscar su centro, su álgebra y su clave
, que diría Borges, y
su espejo”

VILA-MATAS, Enrique: “Dublinesca”, 256






“El anhelo es lo mejor que tenemos (…) Todo lo que está terminado, dicen, todo lo que está
terminado deja de ser morada de nuestro espíritu (…) He aquí nuestra obra, así de pétrea y ajena,
así de autosuficiente, así de definitiva. Te mira sin inclinar la cabeza, sin sonreír, así, como si uno
no se hubiera conocido nunca a sí mismo; sin dar las gracias, sin perdonar”


“Maya es hermosa, lo es de un modo casi sobrenatural, como toda persona feliz, o simplemente
toda persona que espera, que espera confiada
(…) le faltaba esta necesidad que los adultos tienen
de consolarse con un destino general y de grandes dimensiones que hace a nuestra persona un poco

192. El arte de ser

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más importante y a nuestras negligencias un poco más nimias (…)

FRISCH, Max: “Mi o el viaje a Pekín”, 88 y 101-2





“La primera fuerza motivante del hombre es la lucha por encontrar un sentido a su propia vida.
Por eso aludo constantemente a la voluntad de sentido, en contraste con el principio de placer
(podríamos denominarlo voluntad de placer) que rige el psicoanálisis freudiano y en contraste,
también, con la voluntad de poder, enfatizada por la psicología de Adler (…) La búsqueda por
parte del hombre del sentido de su vida constituye una fuerza primaria y no una ‘racionalización
secundaria’ de sus impulsos instintivos. Este sentido es único y específico, en cuanto es uno
mismo y uno solo quien ha de encontrarlo; únicamente así el hombre alcanza un fin que satisfaga
su propia voluntad de sentido. Algunos autores sostienen que el sentido y los valores no son más
que ‘mecanismos de defensa’, ‘formaciones reactivas’ o ‘sublimaciones’ (…) El hombre, no
obstante, ¡es capaz de vivir e incluso de morir por sus ideales y sus valores¡ (…) yo afirmo que
nosotros no inventamos el sentido de nuestra vida, nosotros lo descubrimos (…) si afirmo que el
hombre se ve arrastrado por los principios morales, eso implica que apelo a su voluntad; o dicho
de otra manera, la libertad para completar un determinado sentido o para rechazar ese mismo
sentido”


FRANKL, Victor: “El hombre en busca de sentido”, 120-3




“Yo sabía todo lo que se podía saber en esa época sobre la psicopatología de la histeria. Pero
detrás de eso había otra cosa, que creí poder descubrir. En cierto modo Justine no buscaba la vida,
sino una revelación integradora que pudiera darle un sentido (...) y veo una especie de Justine
compuesta, procurando ocultar un hambre devoradora de saber, de lograr el dominio y la fuerza
por medio del conocimiento, todo ello bajo apariencias sentimentales (...) ‘mi vida es una especie
de Llaga no Cicatrizada como tú dices, y que procuro mantener llena de gentes, accidentes,
enfermedades, todo lo que encuentro a mano. Tienes razón cuando me dices que es una excusa
para no vivir mejor, con más sensatez. Pero aunque respeto tus disciplinas y tu saber, siento que si
alguna vez he de aceptarme a mí misma, sólo lo lograré pasando a través de las escorias de mi
carácter, quemándolas’ “


DURRELL, Lawrence: “Justine”, 69-71






“Lo único que nos queda ante esta irremediable derrota que llamamos vida es intentar
comprenderla. Esta es la razón de ser del arte de la novela”

KUNDERA, M.: “El telón”






“El cáncer le había devastado y construido (…) La primera que pasas en el hospital, solo, cuando
acabas de saber que estás gravemente enfermo, que vas a morir quizá de esta dolencia y que esto
es en adelante la realidad. Algo, decía Étiene, sucede en ese momento, algo que permanece en el
ámbito de la guerra total, del derrumbamiento total, de la metamorfosis absoluta. Es una
destrucción física, pero puede ser también una reconstrucción”

193. El arte de ser

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CARRÈRE, Emmanuel: “De vidas ajenas”, 89-90




“Yo, por lo menos no estoy para bromas
porque me voy a morir.
el que sea inmortal que se permita el lujo
de seguir diciendo pavadas.
Yo no: tengo los días contados (pero qué hombre, amigo periodista, no tiene los días contados,
dígame: con la mano en el corazón)
y quiero hacer un balance
para ver qué queda de todo eso
(mandrágoras o escribanos)
y si es cierto que los dioses son más valederos
que los gusanos
que pronto han de engordar con mis despojos.
Yo no sé, no sé nada (para qué le voy a engañar),
no soy tan arrogante ni tan tonto
como para proclamar la superioridad de los gusanos.
(Quede eso para ateos de barrio (...)
Pero quién sabe, quién sabe, señor periodista.
Pudiese ser que los dioses no condescendieran a rebajarse tanto,
no accedieran a la baja demagogia
de hacerse groseramente comprensibles,
y nos esperaran con siniestros espectáculos,
luego que el último discurso fuese pronunciado
y nuestro solitario cuerpo
para siempre abandonado de sí mismo
(pero, anote, abandonado de verdad, no con esos imperfectos, anhelosos y en definitiva inútiles
abandonos que la vida nos proporciona) aguarde el ataque innumerable
de los gusanos.
Hablemos, pues, sin miedo
pero también sin pretensiones
sencillamente
con cierto sentido del humor
que disimule el lógico patetismo del asunto.

SABATO, Ernesto: “Abaddón el exterminador”, 241-2




“Quiero que mi historia tenga principio, mitad y fin, y no esa mitad repleta de bostezos, sin final,
que me amenaza (...) No debo quedarme adormecida a mitad de mi vida (...) Y es que esa otra
historia, el entretejerse de las reminiscencias en el adormilado espacio de la mente, jamás podrá
pertenecerme. Mi vida no es el pasado, mi arte no puede ser el arte de la memoria. Lo que ha de
ocurrirme todavía no ha ocurrido. Soy un punto ciego que se arroja con ambos ojos abiertos hacia
las fauces del futuro, mi contraseña es ‘¿Y después, qué?’ y si en ese instante no doy la sensación
de arrojarme hacia delante, ello se debe únicamente a que titubeo un rato en el caserón vacío...”

COETZEE, J.M.: “En medio de ninguna parte”, 62





“Siento nostalgia, casi ansiedad de un Infinito, pero humano, a nuestra medida”

SABATO, Ernesto: “La resistencia”, 33

194. El arte de ser

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“Escribir al menos para eternizar algo: un amor, un acto de heroísmo como el de Marcelo, un
éxtasis. Acceder a lo absoluto. O quizá (pensó con su característica duda, con aquel exceso de
honradez que lo hacía vacilante y en definitiva ineficaz) quizá necesario para gente como él,
incapaz de esos actos absolutos de la pasión y el heroísmo (...) para que todos, en medio de esta
vida confusa, pudiésemos encontrar un sentido a la existencia o por lo menos a su remota
vislumbre (...) Cualquier historia de las esperanzas y desdichas de un solo hombre, de un simple
muchacho desconocido, podía abarcar a la humanidad entera, y podía servir para encontrarle un
sentido a la vida (...) Una novela sobre esa búsqueda del absoluto (...) Una historia sobre chicos
como Marcelo y Nacho y sobre un artista que en recónditos reductos de su espíritu siente agitarse
esas criaturas (en parte vislumbradas fuera de sí mismo, en parte agitadas en lo más profundo de su
corazón) que demandan eternidad y absoluto”

SABATO, Ernesto: “Abaddón el exterminador”, 15-7





“Las palabras de Elisabeth fluyeron en la inmovilidad: ‘Él está más solo que los demás
’, y
Joaquim replicó: ‘Su demonio interior le arrastra’. Elisabeth denegó, casi imperceptiblemente, con
la cabeza: ‘Espera la plenitud…’, y luego añadió, como tomando la idea de un recuerdo rígido y
vidrioso: ‘Plenitud y conocimiento en la soledad y el extrañamiento’ “


BROCH, Hermann: “Pasenov o el romanticismo”, 184





“Yo sabía todo lo que se podía saber en esa época sobre la psicopatología de la histeria. Pero
detrás de eso había otra cosa, que creí poder descubrir. En cierto modo Justine no buscaba la vida,
sino una revelación integradora que pudiera darle sentido (…) veo una Justine compuesta,
tratando de lograr el dominio y la fuerza por medio del conocimiento, todo ello bajo apariencias
sentimentales (…) me permitió leer: ‘…mi vida es una especie de Llaga no Cicatrizada como tú
dices, y que procuro mantener llena de gentes, accidentes, enfermedades, todo lo que encuentro a
mano. Tienes razón cuando me dices que es una excusa para no vivir mejor, con más sensatez.
Pero aunque respeto tus disciplinas y tu saber, siento que si alguna vez he de aceptarme a mí
misma, sólo lo lograré pasando a través de las escorias de mi carácter, quemándolas (…)’ “

DURRELL, Lawrence: "Justine", 69-71



“La habitación, sumida en la oscuridad, estaba llena de frescor. Esch, hombre de comportamiento
impetuoso, yacía inmóvil en la cama, su corazón martilleaba el tiempo hasta reducirlo a una nada
sutil, y no veía ningún motivo por el cual debiera uno aplazar la muerte hacia un futuro que, de
todos modos, era ya presente. Al que está desvelado puede parecerle esto ilógico, pero es porque
olvida que él mismo, la mayoría de las veces, se encuentra en una especie de letargo y que
únicamente en estado de insomnio, expectante, se piensa con lógica. El insomne mantiene los ojos
cerrados como si no quisiera ver las frías tinieblas del nicho en que yace, como si temiera que el
insomnio pudiera transformarse en un vulgar estar despierto (…) El insomne ya no tiene ganas de
hacer chistes cínicos, él quiere, por así decirlo, dejar que actúe sobre él el contenido metafísico de
los acontecimientos y quiere valorar en su justa medida la enorme, extraordinaria distancia que
separar el lugar donde se encuentra de las restantes habitaciones de la casa, quiere reflexionar con
toda seriedad sobre la alcanzable comunidad del mundo, sobre la realización del sueño que debe

195. El arte de ser

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conducir a la plenitud; y como no comprende nada de todo esto, se entristece y se pone de mal
humor, se enfurece y solo piensa en cómo es posible que pudiera surgir lo vivo de lo muerto. El
insomne acaricia con la mano su pelo corto y tieso; le queda en la mano una sensación de picazón
y de frescura; es como un experimento peligroso, que no habrá de repetir. (…) Todo el saber del
insomne se convierte en lúcido sueño anticipado de la muerte (…) El insomne acosa con febril
celeridad sus propios pensamiento, para encontrar un sentido al interrogante que se cierne sobre él
procedente de alguna parte, de muy lejos (…) El mismo es arrastrado por este cataclismo de
destrucción, pero no en solitario, sino que cuantos le rodean son barridos juntamente con él por el
glacial huracán (…) el insomne, el expectante, oye todas las agonías y aunque mantiene
fuertemente cerrados los párpados para no ver, sabe que la muerte es siempre un asesinato (…) El
insomne vive todavía, aunque, como todos los que padecen insomnio, está aparentemente muerto”


BROCH, Hermann: “Esch o la anarquía”, 221-4




“Amigo mío, ya sé desde luego que ni la tierra, ni los Mares del Sur, ni el hedonismo, ni el arte, ni
el suicidio, ni las drogas, pueden significar nada para nosotros. No somos de la clase de gente que
traga camellos sólo para hacer esfuerzos en los retretes”.

WEST, Nathanael: “Miss Lonelyhearts”, 93-4





“(…) lo que importa no es el sentido de la vida en formulaciones abstractas, sino el sentido
concreto de la vida de un individuo en un momento determinado (….) no deberíamos perseguir un
sentido abstracto de la vida, pues a cada uno le está reservada una precisa misión, un cometido por
cumplir. Por consiguiente, ni puede ser reemplazado en su función, ni su vida puede repetirse: su
tarea es única como única es la oportunidad de consumirla (….) En última instancia, el hombre no
debería cuestionarse sobre el sentido de la vida, sino comprender que la vida le interroga a él. En
otras palabras, la vida pregunta por el hombre, cuestiona al hombre, y éste contesta de una única
manera: respondiendo de su propia vida y con su propia vida. Únicamente desde la responsabilidad
personal se puede contestar a la vida (….) La función del logoterapeuta consiste en ampliar y
ensanchar el campo visual del paciente hasta que visualice responsablemente el amplio espectro de
valor y sentido contenido en su horizonte existencial (…) La auténtica meta de la existencia
humana no se cifra en la denominada autorrealización. La autorrealización por sí misma no puede
situarse como metal No debe considerarse el mundo como simple expresión de uno mismo (…)
ser hombre implica dirigirse hacia algo o alguien distinto de uno mismo, bien sea para realizar un
valor, alcanzar un sentido o encontrar a otro ser humano (….) el sentido de la vida cambia
continuamente pero no cesa nunca de existir. De acuerdo con la logoterapia, podemos descubrir o
realizar el sentido de la vida según tres modos diferentes: realizando una acción (1); acogiendo las
donaciones de la existencia (2); por el sufrimiento (3)”.

FRANKL, Victor: “El hombre en busca de sentido”, 131-133




“el origen del habla radica en la canción, y el origen de la canción, en la necesidad de llenar por
medio del sonido la inmensidad y el vacío del alma humana”.
COETZEE, J.M.: “Desgracia”, 10

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“El ser humano desea estar tan separado de los demás como está; quiere estar sólo y, en el fondo,
nada quiere saber con los demás. Los demás, cada uno de los demás, metidos en su propia piel, le
son, a decir verdad, repugnantes; su propia persona es lo único que no le es repugnante. Tal es la
ley de la naturaleza…La inflexible ley, según la cual uno no es repugnante sino tan sólo a sí
mismo, queda tan por completo y pasmosamente anulada… ¿Qué es eso que, para asombro del
universo todo, anula la separación de los individuos, la separación entre un cuerpo y otro, entre un
yo y un tú? Es el amor… En el terreno de las separaciones se encuentran dos miradas, pero lo
hacen como nunca antes se encontraron dos miradas. Estremecidas y olvidadas del mundo,
confusas y algún tanto enturbiadas por la vergüenza de ser completamente diferentes de todas las
otras miradas, pero por ninguna otra cosa del mundo dispuestas a eliminar esa diferencia, se
hunden la una en la otra o, si usted quiere, diré que se sumergen la una en la otra...Y esas miradas
se refugian en el mundo sólo para volver mucho más brillantes a posarse en los cabellos, los
labios, los miembros del otro…esas cosas han dejado de ser algo extraño, indiferente,
desagradable y repugnante, porque no son las de uno mismo, sino las del otro convertidas en
objeto de delicia, de anhelo, de ansioso deseo; un éxtasis del cual los ojos anticipan, robándolo de
antemano, todo lo que habrá de dárseles…esos dos seres privilegiados se hallan hartos hasta morir
de las mentiras de sus bocas … y pronuncian la única frase verdadera en el mundo, quiero decir, la
única frase verdadera para ellos, frente a la cual todo lo demás es tan sólo evasiva charla: la frase
‘te amo’…El amor…lo hace todo, intenta las cosas más extremas, para hacer completa y perfecta
esta cercanía, para elevarla a la verdadera unidad de dos vidas; pero en esto, por manera cómica y
triste, todos los esfuerzos nunca alcanzan su objeto…El amor, amada Zouzou, no consiste sólo en
estar enamorado, estado en el cual, por modo asombroso, el cuerpo de uno deja de ser
desagradable al otro”.

MANN, Thomas: “Confesiones del estafador Félix Krull”, 426-9



“¿Acaso en el mundo actual se encuentran ansias tan inmortales como las que tenía ella? No en
las columnas de anuncios personales, está claro. ‘Mujer blanca soltera, 1,60 m., treintañera,
morena, interesada en la astrología y en ir en bicicleta, busca hombre blanco soltero de entre 35 y
45 años para amistad, diversión y aventura’. En ningún sitio dice: ‘Mujer blanca divorciada, 1,60
m., sexagenaria, con un pie en la tumba y el otro acercándose, busca dios, inmortal, forma terrenal
inmaterial, para actividades no expresables en palabras’. En la redacción fruncirían el ceño.
Deseos indecentes, dirían, y la pondrían en el mismo saco que a los pederastas”.

COETZEE, J.M.: “Elizabeth Costelo”, 197




“...espero elevarme hasta salir del interminable marasmo de las meditaciones sobre una existencia
desmembrada y erigirme en verdadero agonista, atravesar una crisis para alcanzar la resolución
(...) ¿Acaso, me pregunto, soy algo más que una mera cosa entre las cosas, un cuerpo propulsado a
lo largo del camino por los tendones y las palancas de los huesos, o soy, antes bien, un monólogo
que se desplaza a través del tiempo, a unos palmos sobre el nivel del suelo, si es que el suelo no
resultara ser simplemente una palabra más, en cuyo caso es evidente que he vuelto a perderme?
(...) Nacida y arrojada a un vacío en medio del tiempo, no alcanzo a comprender las formas
cambiantes. Todo mi talento sirve solamente para la inmanencia, para el fuego o el hielo de la
identidad que reside en el corazón de las cosas. La lírica es mi único medio, y no la crónica”.

COETZEE, J.M.: “En medio de ninguna parte”, 88 y 99





“Más, más y cada vez más; quiero ser yo, y sin dejar de serlo, ser además los otros, adentrarme en
la totalidad de las cosas visibles e invisibles, extenderme a lo ilimitado del espacio y prolongarme
a lo inacabable del tiempo. De no serlo todo y por siempre, es como si no fuera, y por lo menos ser
todo yo, y serlo para siempre jamás. Y ser yo, es ser todos los demás. ¡O todo o nada! (...) La
vanidad del mundo y el cómo pasa, y el amor son las dos notas radicales y entrañadas de la

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verdadera poesía. Y son dos notas que no pueden sonar la una sin que la otra a la vez resuene. El
sentimiento de la vanidad del mundo pasajero nos mete el amor, único en que se vence lo vano y
transitorio, único que rellena y eterniza la vida. Al parecer al menos, que en realidad...(...) ¡Ser,
ser siempre, ser sin término, sed de ser, sed de ser más!. ¡Hambre de Dios!, ¡sed de amor
eternizante y eterno!, ¡ser siempre!, ¡ser Dios!

UNAMUNO, Miguel de: “Del sentimiento trágico de la vida” en “Obra escogida”, 40-1





"Uno no puede eludir el conocimiento de lo que le aguarda...el silencio que le rodeará para
siempre. Por lo demás, todo es lo mismo. Por lo demás, uno es inmortal mientras vive"

ROTH, P.: "El animal moribundo", 48





“- Nadie vive eternamente, Pilatos.
- ¿No?
- Claro que no.
- ¿Nadie?
- Nadie.
- No veo por qué no.
- La muerte es tan natural como la vida.
- La muerte no tiene nada de natural. Es lo más antinatural que existe.
- ¿Crees que la gente debería vivir para siempre?
- Algunas personas, sí.
- ¿Y quién decidiría quién debería vivir y quién no?
- Uno mismo. Hay quien quiere vivir eternamente y hay quien quiere morir. En realidad
creo que aun ahora lo deciden. Cada uno decide si quiere morir y cuándo. Nadie muere si
no lo desea”

MORRISON, Toni: “La canción de Salomón”, 157







“(…) cómo muero y cuándo muero, es cosa que no me preocupa. Por qué muero, sí. Lo mismo que
por qué vivo”

MORRISON, Toni: “La canción de Salomón”, 177





“- ¿Para qué le sirve a uno la vida si no puede elegir siquiera por qué quiere morir?
- Sí podemos, y si no, al menos deberíamos tener derecho a intentarlo”

MORRISON, Toni: “La canción de Salomón”, 247

198. El arte de ser

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5.- AUTOTRASCENCIA:


“el hombre sólo avanza mientras busque su orientación en lo imposible (…) No pertenece al
género del Homo Sapiens el que no haya sido avasallado por lo desmedido. Pertenece a él ya el
primer cazador de la sabana, que alzó la cabeza y comprendió que el horizonte no era un límite
protector, sino el portón por donde entran los dioses y los peligros. (…) todo individuo – hasta el
más triunfador, el más creador, el ejemplar más espléndido- tendrá que admitir, si se analiza
seriamente, que ha hecho de sí mismo menos de lo que, según su capacidad, debiera haber hecho,
exceptuando los pocos momentos en que podría decir que ha prestado oídos al deber de ser un
animal bueno. Como un superanimal mediocre, espoleado por ambiciones, infestado de símbolos
excesivos, el hombre queda muy por detrás de lo que se pide de él, incluso cuando se enfunda el
maillot de vencedor o los ropajes del cardenal. (…) Lo sublime sería aquello que mediante la
representación de algo superior irresistible pone ante los ojos del espectador la posibilidad de su
hundimiento en lo desmedido, cuya realización, sin embargo, queda de momento en suspenso. Lo
sublime, cuya punta me señala a mí, es personal como la muerte e inasible como el mundo”.

SLOTERDIJK, Peter: “Has de cambiar tu vida”, 563-4


5.1.- EL GOZO CREADOR Y LA APERTURA A UNA INMENS A ELECCIÓN DE
POSIBILIDADES.
¿UNA ESPERANZA CREADORA? 








“Artistik es el intento del arte
de experimentarse a sí mismo como contenido,
en el marco del derrumbe general de todos los contenidos,
y de dar forma a un nuevo estilo a partir de esa experiencia;
es el intento, ante el general nihilismo de los valores,
de sentar una nueva trascendencia,
la trascendencia del gozo creador”


BENN, Gottfried: “Problemas de la lírica”


 

“Conservar lo que uno posee o lo que uno ha poseído es un deber necesario, pero no suficiente;
para continuar viviendo hay que tener un objetivo en el futuro (…) ¿Cuáles son sus proyectos?
¿Tiene acaso una esperanza creadora?

FRISCH, Max: “No soy Stiller”, 265


 



“ (…) nuestro destino era prestar atención y descansar en cada una de las minúsculas revelaciones
que se habían ido abriendo a nuestro paso; cada una de las cuales, a su vez, nos aconsejaba no
buscar ningún destino, ni mucho menos un destino feliz. Solo de ese modo se lucha contra la
asfixia y la angustia del tiempo y del dueño de la cortinilla; prestando atención a lo que se
encuentra, y no a lo que se busca”

199. El arte de ser

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AZUA, Félix: “Historia de un idiota contada por él mismo o el contenido de la felicidad”, 124






“Te convendría perder peso –le dice ahora de pronto Javier, dar el salto inglés. Salir del embrollo
afrancesado en el que te metiste durante tanto tiempo. Ser más divertido y ligero. Volverte inglés.
O irlandés. Dar el salto, amigo (…) disolver tu identidad y reinventarte (…) Necesita ser un
viajero sentimental, ir a países de habla inglesa, donde pueda recuperar la extrañeza ante las cosas,
(…) recobrar toda esa forma especial de sentir (….); ver cómo se abre un abanico más amplio de
posibilidades, de culturas, de signos extraños por descifrar. Necesita ir a un lugar en el que pueda
recuperar el sentimiento vehemente de la euforia, volver a oír la voz de su abuelo Jacobo cuando le
decía aquello de que nunca nada se hizo sin entusiasmo (…) sentirse distinto, pero no anulado
(…) Aquí no hay ese otro lugar que avale mi existencia”

VILA-MATAS, Enrique: “Dublinesca”, 76-9




“Ser joven significa ser original, permanecer situado cerca de las fuentes vitales. Significa ser
capaz de levantarse y romper las cadenas de una civilización superada, tener el valor que hace
falta, y que otros no tienen, para sumergirse de nuevo en lo elemental. Intrepidez juvenil, es decir,
morir y transformarse, saber que después de la muerte viene la resurrección”

MANN, Thomas: “Doktor Faustus, 174



“Sí, la creación exige constante resurrección; sólo en la eterna resurrección se cumple la creación,
y sólo mientras dure la creación, ni un instante más, acontece la resurrección. Oh, sólo es y puede
llamarse creación aquello que siempre vuelve a bajar a las llamas del renacimiento,
incesantemente, esforzándose por que lo invicto no vuelva a brotar, por que lo no creado, antes de
que hubiese madre, no vuelva de nuevo a pétrea mudez (…) oh, nosotros somos criaturas de la
creación sólo si nos despojamos por completo de lo creado, sólo si hemos aprendido a abandonar
hasta el conocimiento, tanto el creado como el increado, si nos crecemos hasta asumir
humildemente nuestra última contrición, si logramos destruir nuestra propia sepultura, sólo
entonces somos creaturas de la creación”

BROCH, H.: "La muerte de Virgilio", 173-4





“Lo potencial era de su dominio, el espacio infinito de lo posible era su reino –y en este sentido
podía decir que era efectivamente un poeta-. De su nombre –que en castellano significa escudero-
deducía que sus antepasados habían sido edecanes de príncipes y nobles, a los que acompañaron
en su correrías, y aun cuando nunca había montado a caballo ni trataba de hacerlo, se sentía nacido
para caballero. Nada le era más fácil, imaginativamente, que aguantar las riendas con la mano
izquierda y acariciar con la derecha el cuello de un corcel. Cabalgaba a menudo en sueños y esto lo
explicaba en la acción de atávicos recuerdos y de la sangre heredada. El giro verbal de que se
servía con mayor frecuencia era: ‘Debiéramos’. Era una piadosa fórmula para considerar
posibilidades a cuya realización se oponía la impotencia para decidir”.

MANN, Thomas: “Doktor Faustus, 241

200. El arte de ser

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“(…) cabría definir el sentido de la posibilidad como la facultad de pensar en todo aquello que
podría igualmente ser, y de no conceder a lo que es más importancia que a lo que es (…) Tales
hombres de la posibilidad viven, como se suele decir, en una tesitura más sútil, etérea, ilusoria,
fantasmagórica y subjuntiva (…) Lo posible abarca, sin embargo, no sólo los sueños de las
personas neurasténicas, sino también los designios no decretados de Dios (…) La realidad es la
que despierta las posibilidades; nada sería tan absurdo como negarlo. No obstante, en el toal o en
el promedio permanecerán siempre las mismas posibilidades y se repetirán hasta que venga uno al
que las cosas reales no le interesen más que alas imaginarias. Éste es el que da a las nuevas
posibilidades su sentido y su fin y el que las inspira. (…) Dado que sus ideas, mientras no
degeneren en vanas quimeras, no son otra cosa que realidades todavía no nacidas, también él tiene,
como es natural, sentido de la realidad; pero es un sentido para la realidad posible y da en el
blanco mucho más tarde que el sentido, congénito en la mayor parte de los hombres, para las
posibilidades verdaderas”


MUSIL, R.: “El hombre sin atributos”, T. 1, 18-9




“No hay ningún pasado al que sea lícito querer volver. Tan sólo existe lo eternamente nuevo que
se forma a partir de los elementos engrandecidos de nuestro pasado, y la verdadera añoranza tiene
que ser siempre productiva y ansiar la creación de algo nuevo y mejor”


GOETHE y Otros: “El hombre de cincuenta años/La elegía de Marienbad,145




“Siempre hay lugar para otro, sí, y para nosotros mismos, y más camino hacia otro lugar. No hay
fin para nuestras preguntas; nuestro objetivo está en el otro mundo. Es señal de disminución o
cansancio de nuestra mente el que se contente. Ninguna mente generosa se detiene en sí misma:
pretende siempre más y va más allá de sus fuerzas; tiene impulsos más allá de sus actos; si no
avanza, ni se empuja, ni se arrincona, ni se contradice, es que solo está viva a medias; sus
persecuciones no tienen ni término ni forma; su alimento es el asombro, la caza, la ambigüedad”.

MONTAIGNE, Michel de: “Ensayos completos”, 1.015




“La condición de vivir es tal –dijo Nekayah-, que nadie es feliz sino al anticipar un cambio, el
cambio no es nada en sí mismo; cuando se ha cambiado, el siguiente deseo es cambiar otra vez. El
mundo no se ha agotado todavía; que pueda ver mañana algo que no he visto antes”

JOHNSON, Samuel: “La historia de Rásselas”,




“El proyecto es, ante todo, una apertura de posibilidades. Lo real no nos basta. Nos sostiene, nos
impulsa, nos limita, pero no nos basta. La inteligencia invita sin parar posibilidades reales, que no
son fantasías, sino ampliaciones que la realidad admite cuando la integramos en nuestros
proyectos... Soy lo que soy y mis posibilidades. Un híbrido, pues, de realidad e irrealidad, de
presente y futuro, de actualidad y posibilidad... Hay tres proyectos fundamentales que... definen el
progreso de la humanidad: la libertad, la felicidad y la dignidad”.

201. El arte de ser

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MARINA, José Antonio: "Aprender a vivir”, 186-7




“Mi mundo se ha convertido en un mundo de infinitas posibilidades. ¡Vaya frase! Sin embargo, es
una buena frase que entraña una excelente visión de la vida, y creo que todos debiéramos
comportarnos de acuerdo con ella. Al menos, a esta conclusión he llegado desde el subsuelo. Hasta
que un equipo de individuos no logre poner corsé a nuestro mundo, la mejor manera de definirlo
será esta: mundo de posibilidades. Salid de los estrechos límites de esa parcela que los hombres
denominan realidad, y os encontraréis en un espacio inmenso y desorganizado (…) o en el campo
de lo imaginario”

ELLISON, Ralph: “El hombre invisible”, 587





“El capitán miró a Fermina Daza y vio en sus pestañas los primeros destellos de una escarcha
invernal. Luego miró a Florentino Ariza, su dominio invencible, su amor impávido, y lo asustó la
sospecha tardía de que es la vida, más que la muerte, la que no tiene límites”.

GARCIA MARQUEZ, Gabriel: “El amor en los tiempos del cólera”, 26 y 28





“Para un ser humano, lo que realmente importa, lo que realmente le confiere dignidad, es la forma
de morir, pensó Hocino. Comparada con la forma de morir, la forma de vivir quizá no tenga tanta
importancia. Pero, no obstante, lo que determina la forma de morir es la forma de vivir”

MURAKAMI, Haruki: “Kafka en la orilla”, 513






“…todo coleccionista, en su intento del absoluto nunca alcanzado, nunca alcanzable, pero siempre
perseguido de una colección sin fallos, lo sobrepasa y va hasta lo infinito, y que fundiéndose en su
colección, confía en alcanzar su propio absoluto y la revocación de su muerte”.

BROCH, Hermann: “Pasenov o el romanticismo”, 94





“Él reconocía que en el seno de lo real jamás podía producirse el logro absoluto
, cada vez veía más
claramente que la lejanía más apartada radicaba también en lo real, que toda huida carecía de
sentido, así como la búsqueda de la salvación ante la muerte, el logro absoluto y la libertad; e
incluso el hijo, aun saliendo vivo del cuerpo de la madre, no significa nada más que el grito casual
del placer en el que fue engendrado, grito que se extingue y desvanece en el tiempo, y que nada
prueba de la existencia del amante al que iba dirigido (…) no volvería nunca atrás aunque lo
invisible le persiguiera con la lanza a punto de herirle, y un saber que oscilaba entre el
presentimiento y el deseo le decía que este camino solo era símbolo y presagio de otro más alto
que era necesario seguir en la realidad y del que el primer camino solo era un reflejo terrenal,
oscilante e inseguro como la imagen que se refleja en un estanque turbio. Todo esto no estaba muy
claro para Esch, e incluso la palabra espiritual en la que habría que buscar la consecuención de
todo, y lo absoluto, no estaba a su alcance (…) La plenitud, por tanto, jamás tiene lugar en lo real,

202. El arte de ser

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pero el camino del anhelo y de la libertad es infinito y nunca podrá ser hollado, es estrecho y
tortuoso como el del sonámbulo (…) Pero él sabía que, a pesar de todo, todos nosotros, en la tierra,
debemos seguir nuestra senda apoyados en muletas”

BROCH, Herman: “Esch o la anarquía”, 255-7





“…el hombre habita creando. No le basta con conocer (…) Somos hacedores de posibilidades.
Realizamos la realidad a escala humana con nuestros proyectos, que pueden ser regresivos –yendo
hacia lo que hay- o progresivos –yendo hacia lo todavía inexistente, hacia la novedad, hacia lo que
debería haber (…) Nuestra creación tiene que ser un mundo donde esa alegría noble sea posible.
Crear es hacer que algo valioso que no existía exista. Su culminación es la bondad, lo más valioso
entre lo valioso”

MARINA, José Antonio: “Por qué soy cristiano”, 138 y 140







“Ya con los primeros signos de razón tenemos, atentos, la posibilidad de explorar el mundo que
nos han endosado como un traje gastado y raído, demasiado pequeño o demasiado grande para
nosotros… y de sondear por fin cada vez más hondo, hacia abajo y hacia adentro, a fin de llegar a
las posibilidades de hacer de este mundo que no es el nuestro el nuestro, toda nuestra existencia no
es otra cosa que una existencia concentrada en esas posibilidades, o sea en cómo, de qué manera
cambiaremos, cambiaremos finalmente, ese mundo que no es el nuestro…De forma que,
finalmente, al término de nuestra vida, podamos decir que, por lo menos durante cierto tiempo,
hemos vivido en nuestro mundo y no en un mundo que nos dieron nuestros padres…a fin de que
ese intento de años, de decenios, pueda hacerse realidad, verdad es que mediante un esfuerzo
excesivo, …de forma que, al final de nuestra existencia, podamos decir que hemos existido en
nuestro propio mundo y no tengamos que ir a la muerte con la vergüenza de haber tenido que
existir sólo en el mundo de nuestros padres, porque esa vergüenza es la mayor.”


BERNHARD, Thomas: “Corrección”, 221





"La vida no es una lucha contra el tiempo...es una lucha contra ti mismo...actuar es mucho más
abrir procesos, iniciar dinámicas, posibilitar nuevas situaciones que lo que viene expresado por
verbos del tipo 'alcanzar', 'obtener', 'lograr' y similares... el mayor acontecimiento que uno puede
esperar no es un acontecimiento propiamente dicho, sino... un meta-acontecimiento ... un cambio
de perspectiva, después del cual lo real pase a ser visto de otra forma... se trata, en sustancia, de
dejar que las cosas sean"

CRUZ, Juan en "Sólo se vive una vez, según parece"




“No existen solamente los valores realizables por medio de los actos de creación, los valores
creadores, también existen los valores que se alcanzan por medio de la vida misma, los valores
existenciales. En la vida del hombre son los puntos culminantes los que deciden en cuanto a su
sentido, y un instante por más fugaz que sea puede proyectar retrospectivamente un sentido sobre

203. El arte de ser

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la vida eterna. También existen los valores de actitud, lo que importa es la actitud que el hombre
adopte ante un destino irremisible. Lo importante es como el hombre lo soporta. Se trata de
actitudes humanas como el valor ante el sufrimiento, o como la dignidad frente al fracaso”

FRANKL, Victor: “Psicoanálisis y existencialismo. De la psicoterapia a la logoterapia





“También dijo: ‘(...) En la vida no se corta camino, porque la vida es camino y, mientras dura, no
hay llegada’ ”


BIOY CASARES, Adolfo: “ABC DE Bioy Casares”, 100






“Los absolutos no se encuentran, se hacen. Existen sólo en la modalidad de en proceso. El valor y
el atractivo del ‘absoluto’ que sueñan los que buscan una identidad, residen, tanto si lo saben como
si no, en la labor de autocreación (…) lo que buscamos (…) es ‘un absoluto individual’. Sin duda
se trata de un oximorón, una imposibilidad lógica, dado que el ‘absoluto’ es, por definición
universal, y por tanto, supraindividual y en este sentido, impersonal; un ‘absoluto individual’ es,
por tanto, contrario a la lógica. Aunque soporten el peso de una contradicción interna que, según
los principios de la lógica, los descalifican, son en efecto los ‘absolutos individuales’ (elegidos
individualmente y elevados individualmente al rango de valor supremo bajo la responsabilidad
individual del que los elige) los que nos permite, como nos insinúa Todorov, distinguir una vida
cautivadora, atractiva, gozosa, realmente llena y que nos llena de sentido, de una vida que es una
colección de puras baratijas y diversiones pasajeras”

BAUMAN, Zygmunt: “El arte de la vida. De la vida como obra de arte”. 100-1



“Al estudiar las bases de la felicidad, la psicología moderna distingue dos fuentes: el placer, por
una parte, y el sentido que da a la vida un determinado compromiso, por otra. Según Seligman la
felicidad originada en el placer termina con él y ‘se pierde bajo las olas del devenir’. Para que la
felicidad perdure más allá de un instante, es preciso que sea no sólo fruto del placer, sino también
del sentido o significado que da a la vida un compromiso. Es justamente esto (...) lo que produce el
flujo que conduce a la felicidad. Se trata de un flujo concentrado que no está lejos del patrón de
vivir inmerso en obsesiones sucesivas. Otros psicólogos positivistas apuntan hacia algo tan
intangible, en los tiempos que corren, como una escala de valores (...) La felicidad no depende
tanto del nivel de inversión en la perpetuación de la especie y el equipamiento, como de algo
menos tangible caracterizado por actitudes y valores vinculados al mantenimiento de la especie en
condiciones sostenibles”


PUNSET, Eduardo: “Viaje a la felicidad. Las nuevas claves científicas”, 23





"La única alegría del mundo es comenzar. Es bello vivir porque vivir es comenzar, siempre a cada
instante. Cuando falta ese sentimiento -prisión, enfermedad, costumbre, estupidez- querríamos
morirnos"

PAVESE, Cesar:"El oficio de vivir", 67

204. El arte de ser

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“Se puede desdeñar la muerte y el sufrimiento porque uno piense que no puede sufrir ni morir, y se
puede desdeñar la muerte y el dolor porque uno haya identificado su vida con el honor del género
humano y el insaciable afán de aventuras de la imaginación del hombre, de tal modo que la
posibilidad de la muerte sea desdeñable y quede totalmente compensada por la posibilidad del
triunfo”

WELLS, H. G.: “La investigación sublime”, 33






"...Cada nueva posibilidad de la existencia, incluso la menos probable, transforma la existencia
entera..."

KUNDERA, Milan:"La lentitud", 50




“Si pudieran concederme un deseo, no pediría riqueza ni poder, sino el sentido del apasionamiento
hacia lo que puede llegar a ser, por el ojo que, siempre joven y ardiente, ve lo posible. El placer
defrauda, la posibilidad no lo hace nunca. ¿Qué vino más aromático, más excitante, más
embriagador que la excitante posibilidad”


KIERKEGAARD, Soren: “Estudios estéticos”







Vivo en lo posible
Lugar más bello que la prosa
Tiene más ventajas
Y numerosas puertas
De estancias como los cedros
Ávidas de miradas
Y como tejado estable las bóvedas celestiales
Para visitas, óptimo
Para ocupación, esto,
Su alcance ensancha mis pequeñas manos,
Para albergar el paraíso

DIKINSON, Emili





“El único problema importante es el cultivo de esas posibilidades de crear: la posibilidad de la
posibilidad. Porque las presiones sociales, las dificultades o inercias familiares, las deformaciones
que puede provocar la imposibilidad, impiden, frecuentemente que la existencia
se presente como
un horizonte abierto a la imaginación, a la inteligencia, a la acción”.

205. El arte de ser

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LLEDÓ, Emilio: “Elogio de la infelicidad”, 108







“(…) y percibió con penetrante angustia que aún había mucho que hacer en un mundo donde tales
singulares combinaciones se presentaban. No era verdad, aunque había tratado de creerlo por
motivos de renunciación, que todas las combinaciones estaban agotadas. No lo estaban de ningún
modo, eran infinitas: el agotamiento estaba en el miserable artista”.

“JAMES, Henry: “La edad madura” en “La edad madura. La casa natal”, 34.




“Vemos la vida... no sólo la vida del mundo en torno, sino nuestra propia vida, como una inmensa
elección de posibilidades.... Creemos que vamos a escoger enseguida, y puede ocurrir que en fin
de cuentas no escojamos nunca. La elección exige quizás más energía de lo que nosotros
pensamos. La inmensa mayoría de las personas de edad... no han escogido en lo que se refiere al
mundo ajeno adónde van a ir, qué van a hacer o qué papel desempeñarán, ni han elegido en cuanto
a su mundo interior qué es lo que van a ser y qué están decididos a no ser nunca. Se encuentran
aún en gran parte en el mismo estado de suspensión electiva en que parecemos hallarnos nosotros,
pero entretanto acontecen cosas. ... el mundo de la nueva elección a que hace frente nuestra
juventud e inexperiencia... es algo infinitamente más vasto y más sutilmente moral.

...

...hay vidas indeterminadas y sin objeto... estas vidas plebeyas, estas simples vidas, son las que
llenan el mundo, y el espectáculo de todas las naciones... Tenemos que aferrarnos al fin escogido.
Tenemos que reconcentrarnos para salir de la bazofia de este mundo rebosante. De lo contrario
estamos perdidos. Esta idea de la vida que rompe con la vida común para ir en busca de algo
mejor, es la idea que absorbe mi espíritu...

(...)

Tenemos que escoger ...esforzarnos por ser aristócratas, pues eso es lo que importa, por ser, cada
cual en la medida de su calidad personal, un aristócrata, negándose a dejarse contener por el
miedo, negándose a dejarse contener por el dolor, resuelto a saber y a comprender hasta el límite
de su comprensión, resuelto a sacrificar toda la parte vulgar de su vida a la perfección de su dote
peculiar, resulto a ser un hombre purificado, un hombre adiestrado, seleccionado, artificial, no
libre de modo simple, sino señoril y lleno de orgullo y sostenido por él... se alza la aurora de la
posibilidad humana”


WELLS, H. G.: "La investigación sublime", 92-7






“Como he dicho, soy ateo y creo, con Pascal, con Kant, que un ateo lúcido no puede evitar la
desesperación. Trato de pensar entonces una felicidad que no necesita de esperanza ... La sabiduría
es, más bien, amar la vida tal cual es –frágil, mortal, pasajera-, en lugar de esperar otra (inmortal)
... Las experiencias de felicidad que he vivido son unas experiencias donde, retomando palabras de
Proust, ‘la idea misma de la muerte se me ha hecho indiferente’ ... La muerte no es un problema,
en cambio, para los que viven la felicidad como una apertura, actual, a una alegría posible o real;

206. El arte de ser

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porque la vida es la solución ... El asunto es amar la vida, pero amarla tal cual es, es decir, efímera
... La felicidad no es un reposo, es un esfuerzo que tiene éxito o un fracaso que se supera. Equivale
a decir que no hay felicidad sin coraje... La felicidad no está ni en el ser ni el tener. Está en la
acción, en el placer y en el amor”

COMTE-SPONVILLE, André

en COMTE-SPONVILLE, André;
DELUMEAU, Jean y FARGE, Arlette: “La historia más bella de la felicidad”, 145-9




“El profesor me dijo que yo había expresado lo más característicamente humano, al decir que me
sentía predispuesto a favor de la vida por el hecho de que ésta fuera un mero episodio. Su carácter
transitorio, lejos de destruir el valor de la vida, era exactamente lo que confería a toda existencia su
valor, encanto y dignidad. Sólo lo episódico, sólo lo que tiene un principio y un fin es interesante y
despierta simpatía, ya que lo transitorio le ha conferido un alma…El ser no es bienestar, es goces y
trabajos, y todo el ser témporoespacial, toda la materia, participa, aunque sea tan sólo en el más
profundo sueño, de estos goces y de estos trabajos, participa de la percepción del hombre,
poseedor de esta conciencia en su más alto grado…Considere con simpatía su existencia y salúdela
en nombre de la creación. Todo está bien cuando el ser y el bienestar se hallan, en cierta medida,
reconciliados.”


MANN, Thomas: “Confesiones del estafador Félix Krull”, 326-7




“En todos los seres humanos conviven dos grandes motivaciones. Una tiende al placer, al
bienestar, a la comodidad, a la seguridad. Otra tiende a la creación, a la expansión de
posibilidades, a la creación. La felicidad consiste en la armoniosa satisfacción de ambas”.


MARINA, José Antonio: "Aprender a vivir”, 114




“Ser joven significa ser original, permanecer situado cerca de las fuentes vitales. Significa ser
capaz de levantarse y romper las cadenas de una civilización superada, tener el valor que hace
falta, y que otros no tienen, para sumergirse de nuevo en lo elemental,. Intrepidez juvenil, es decir,
morir y transformarse, saber que después de la muerte viene la resurrección (…) La religiosidad
es, quizá, la juventud misma, la relación inmediata con lo ignoto, la intrepidez y la profundidad de
la vida personal, la voluntad y la capacidad de afrontar y superar lo que la existencia tiene de
natural y demoníaco, tal y como nuestra conciencia, gracias a Kiekegaard, vuelve a percibirlo”.


MANN, Thomas: “Doktor Faustus, 174-5




“Lo que sigue es en esencia y en sus contornos una historia de amor... La lucha creadora del
hombre, su búsqueda de la sabiduría y la verdad es una historia de amor”

MURDOCH, Irish: “El caballero negro”,
citado por Alvaro POMBO en la introducción a MURDOCH, irish: “La negra noche”, 16

207. El arte de ser

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“la vida se vive plenamente a través de la creatividad, el arte y la amistad, eso es lo que debe ser el
fundamento de nuestro mundo y de nuestra vida”


ADONIS (Ali Ahmed Said Esher)
BARLOEWEN, Constantin Von y NAOUMOVA, Gala: “El libro de los saberes”, 53



Factores que inciden en el nivel de felicidad:



Factores reductores (R):

Ausencia de desaprendizaje
Recurso a la memoria grupal
Interferencia con los procesos automatizados
Predominio del miedo

La Carga heredada (C):

Mutaciones lesivas
Desgaste y envejecimiento
Ejercicio abyecto del poder político
Estrés imaginado

Factores significativos (S)

Emoción al comienzo y al final del proyecto (E)
Mantenimiento y atención al detalle (M)
Disfrute de la búsqueda y la expectativa (B)
Relaciones personales (P)




La fórmula de la felicidad:



E (M + B + P)
Felicidad = ____________________

R + C



PUNSET, Eduardo: “Viaje a la felicidad. Las nuevas claves científicas”, 195-7







“Los siete principios de Da Vinci son:
Curiosità: tomarse la vida con una insaciable curiosidad y buscar implacablemente el aprendizaje
continuo.
Dimostrazione: el compromiso de contrastar el conocimiento con la experiencia, la persistencia y
la voluntad de aprender de los errores.

208. El arte de ser

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Sensazione: el continuo refinamiento de los sentidos, especialmente la vista, como modo de
vivificar la experiencia.
Sfumato (literalmente «esfumarse»): el deseo de abrazar la ambigüedad, la paradoja, la
incertidumbre.
Arte / Scienza: el desarrollo del equilibrio entre la ciencia y el arte, entre la lógica y la
imaginación. «El cerebro íntegro» en acción.
Corporalità: el cultivo de la gracia, lo ambidiestro, la salud, el equilibrio.
Connessione: el reconocimiento y el aprecio por la interconexión de todas las cosas y los
fenómenos. Los sistemas piensan.”

GELB, Michael J.: “Atrévete a pensar como Leonardo Da Vinci”,








“Desde el punto de vista de la filosofía sartriana, se podría responder que la autotrascendencia
antropológica no refleja una sobreabundancia, sino una carencia radical, una laguna de nuestra
existencia que no se puede colmar. Como tal, nada dice del posible sentido de la vida humana. La
trascendencia humana de Jesús significa ante todo que en su vida se manifiesta el hallazgo de un
fundamento absoluto en Dios, partiendo del cual se hace comprensible la vida concreta del hombre
Jesús. Pero entonces habrá que preguntarse dónde se manifiesta en el hombre Jesús ese
fundamento trascendente de su vida humana”

SCHILLEBEECKX, Edward: “Jesús. La historia de un viviente”, 563




5.2.- A la muerte hay que contestarla con la vida: la globalidad de nuestra existencia



“Y me emborracharé contigo para olvidar que la muerte ha entrado en esta casa. A la muerte hay
que contestarla con la vida”

WILLIAMS, Teennesse: “La gata sobre el tejado de zinc” , libreto de la obra teatral




“La vida fluye cuando prestamos atención a los patrones vitales que conforman la globalidad de
nuestra existencia. Del mismo modo, la música va in crescendo cuando quien la ejecuta sabe
distinguir entre las notas cuyo impulso conforma la estructura de una pieza y las que son
puramente decorativas. La vida adquiere forma y sentido cuando somos capaces de trascender las
barreras de la supervivencia personal y nos convertimos en el conducto único e inimitable que
encauza la energía vital. Así es como la música se revela esplendorosa cuando su ejecutor sabe
conectar con las notas estructurales, como el pájaro que se balancea delicadamente sobre un único
punto de apoyo”

STONE ZANDER, Rosamund y ZANDER, Benjamin: “El arte de lo posible”, p. 137







5.3.- Compromiso con la totalidad del ser humano: metamorfosis del ser a través del
conocimiento, el cuerpo y el alma.

209. El arte de ser

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“Los estoicos (…) lo proclamaban de forma explícita: según ellos, la filosofía es ‘ejercicio’. En su
opinión la filosofía no consiste en la mera enseñanza de teorías abstractas o, aún menos, en la
exégesis textual, sino en un arte de vivir, en una actitud concreta, en determinado estilo de vida
capaz de comprometer por entero la existencia. La actividad filosófica no se sitúa sólo en la
dimensión del conocimiento, sino en la del ‘yo’ y el ser: consiste en un proceso que aumenta
nuestro ser, que nos hace mejorar. Se trata de una conversión que afecta a la totalidad de la
existencia, que modifica el ser de aquellos que la llevan a cabo”.


(…)

“Pero hablar de simple ‘ejercicio moral’ para referirse a los ejercicios filosóficos de la Antigüedad
equivale a menospreciar la importancia y significado de este fenómeno. Como dijimos
anteriormente, tales ejercicios aspiran a realizar la transformación de la visión del mundo y la
metamorfosis de ser. Cuentan por lo tanto como un valor no sólo moral, sino también existencial”.

HADOT, Pierre: “Ejercicios espirituales y filosofía antigua”, 25 y 60



5.4.- Ser en el otro: más allá de los límites de cuerpo y alma.





“Ver los pájaros en el cielo es mirarlos volar (…) Ver las aves es volar con ellas (…) Es necesaria
la calma (samatha, serenidad, quietud, dirían los budistas), la ausencia de ansiedad, para poder
observar los lirios y mirar los pájaros. Ver los lirios es conocerlos de verdad –cosa que sólo es
posible si estamos libres no sólo de prejuicios sino también de todo peso en nuestra mente. En un
lenguaje tradicional, sólo si nuestro espíritu es puro, sólo si está vacío, podemos saber de verdad
(…) Esto no es posible si tenemos que perder nuestra identidad al convertirnos en una planta
aunque sea una hermosa flor (…) No estamos hablando de una participación mística romántica ni
de una identificación pre-lógica amorfa. Cuanto más somos el otro, más somos nosotros mismos
(…) Es evidente que no queremos dejar de ser nosotros mismos para convertirnos en lirio. Pero
para ser de verdad nosotros mismos tenemos que trascender nuestro ego y volvernos también lirio.
Esto es llegar a ser lo que (aún) no somos. Este pasar por encima de nuestros límites recibe la
denominación filosófica de trascendencia y el nombre sencillo de amor. El amor está en la raíz del
conocimiento (…) Sin el conocimiento existe el peligro de la alienación. Esto no es amor
verdadero. Pero conocer sin amar no es conocimiento verdadero (….)


PANNIKAR, Raimon: “Contemplación”; en ORTIZ-OSES, Andrés; LANDEROS, Patxi (Directores) y Otros: “Diccionario
de la existencia. Asuntos relevantes de la vida humana”, 98-9





“El hombre ha quedado abandonado a su suerte. En ciertas acciones humanas, en el amor, en la
violencia, puede comunicarse con otros, tocar y ser tocado, actuar y, en ese acto, olvidar su
destino”

VIDAL, Gore: “Novelistas y críticos de los años cuarenta” en “Ensayos (1952-2001)”, p. 61

210. El arte de ser

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“No hay nada peor que perder la perspectiva de tu vida y de la de los otros. Y lo profundamente
auténtico en mí es que trabajo en todas estas actividades políticas para captar la realidad
directamente y ver qué se puede hacer. Aprendí algo del Arch (como llama a Desmond Tutu, uno
de los hombres que más admira): el mayor halago que puedes hacer a una persona es decirle:
‘Tienes ubuntu’, es decir, un sentimiento trascendente del otro. Uno no puede ser humano en el
aislamiento. Todos nos necesitamos”

BONO, cantante de U2, grupo de rock

en CARRILLO De ALBORNOZ, Cristina : “La lucha contra la pobreza no puede ser patrimonio de la izquierda”, EL
SEMANAL, Número 927 (31 de julio a 6 de agosto de 2005), 25



5.3.1- La ternura





"A mí lo único que me interesa en la vida es la ternura, es lo único que merece la pena en la vida"

FLOTATS, Josep María; entrevista en EL SEMANAL, nº 888, 42


 

Tengo una familia que me quiere, un pasado del que ya no estoy avergonzado y un futuro que
promete abundancia de amor y risa"

CLAPTON, Eric (Guitarriasta y estrella del Rock)

en
CASTILLA, Amelia: "Los secretos más morbosos de Mano Lenta"
 

 

“Es un espacio fuera del tiempo en el tiempo… ¿Cuándo he experimentado yo por primera vez
este abandono exquisito que sólo es posible entre dos personas? La quietud que sentimos cuando
estamos solos, esa certeza de nosotros mismos en la serenidad de la soledad no son nada
comparadas con este dejarse llevar, este dejarse llegar y dejarse hablar que se vive con otro, en
cómplice compañía”

BARBERY, Muriel: “La elegancia del erizo”, 310



 

“Hoy, dando vueltas sin rumbo por la casa, deprimido y con la sensación de haber perdido el hilo
de lo que quiero decir, me encontré con estas palabras en una carta de Van Gogh: ‘Como cualquier
otra persona, siento la necesidad de una familia, de amigos, de afecto y de encuentros amistosos.
No estoy hecho de hierro ni de piedra, como una boca de riego o un poste de la luz’ Tal vez eso
sea lo que realmente cuenta: llegar a lo más profundo del sentimiento humano, a pesar de las
evidencias”


AUSTER, Paul: “La invención de la soledad”, 43


 

211. El arte de ser

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“Nuestro mundo, para vivirlo, amar, santificarnos, no nos viene dado por una neutra teoría del ser,
no nos viene dado por los eventos de la historia o por los fenómenos de la Naturaleza; nos viene
dado por la existencia de esos inauditos centros de alteridad que son los rostros, rostros para mirar,
para respetar, para acariciar”


MANZINI, Italo en “El regreso de los rostros”
(citado en ECO. Humberto y MARTINI, Carlo María: “¿En qué creen los que no creen?”, 47-8)




“Yo estoy convencido de que el sentido de hermandad es lo que hace humano al hombre...La
cuestión real y esencial es la de cómo nos emplean otros seres humanos y cómo los utilizamos
nosotros a ellos. Sin este verdadero empleo de nuestro ser, no sólo temeremos a la muerte, sino
que la estaremos cultivando. Y cuando la conciencia no comprende claramente para qué se vive y
para qué se muere, sólo consigue dañarse y ridiculizarse...”



BELLOV, Saul: “Herzog”, 346






“La felicidad no se halla en la autocontemplación; sólo se percibe cuando se refleja en otro”.

Samuel JOHNSON
Citado en BLOOM, Harold: “¿Dónde se encuentra la sabiduría?”, 163-4







“Sin pasmarse, Kayo replicó:
-Tú estás hablando de la moha, una palabra del idioma navajo y del sánscrito además, que significa
la oposición de lo finito: algo así como el vitoreo ensordecedor de las fuerzas condicionantes que
se oponen. El amor es la única respuesta a la moha, por ser infinito: hablo de amor en todas sus
formas, el eros, el ágape, la libido, la filia y el éxtasis. Son una misma cosa, pero con predominio
de una característica sobre otra.”

BELLOV, Saul:”Las aventuras de Augie March”, 595





“Necesito algo más que la simpleza de los guijarros, algo más que habitaciones que limpiar, algo
más que muebles que llevar de un lado a otro: necesito personas con las cuales hablar, hermanos y
hermanas y padres y madres, necesito una historia y una cultura, necesito esperanzas y
aspiraciones, necesito una concepción moral y una teleología antes de ser feliz, y eso por no hablar
de la comida y la bebida. ¿Qué será de mí ahora que estoy sola?”


COETZEE, J.M.: “En medio de ninguna parte”, 164

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“Despertar y verse rodeado por los brazos de Constante era algo que le sorprendía porque le hacía
advertir lo solo que había estado. ¿Por qué no había comprendido mejor hasta entonces la felicidad
de amar y la estremecedora belleza de compartir? Resultaba desconcertante verse sorprendido
como un adolescente con aquellas aproximaciones que le llenaban de deliciosas sensaciones, de
ternura y de pasión. Y sentirse luego aún sediento, ávido, después de que su amor hubiese pasado
sobre él, por así decirlo, abrasándose de nuevo como un paisaje cuando cesan las lluvias”

DURRELL, Lawrence: “Quinx”, 214



“Hay cierto sacrificio, cierto servicio en el amor que es más grande y más verdadero que las
declaraciones ardientes y los pequeños robos, más que el ‘Sólo-a-ti-para-siempre-‘ (…) hay cierto
amor que no pretende quitar nada al otro, sino darle, que no pretende hacer daño sino proteger,
quizá sea ese el verdadero amor (…) sé que la Mujer Verdadera y el Hombre verdadero sólo
sobreviven protegidos por el velo secreto y misterioso del deseo y el anhelo”.

MARAI, Sándor: “La amante de Bolzano”, 278-9





“¿Crees tú también que el sentido de la vida no es otro que la pasión, que un día colma nuestro
corazón, nuestra alma y nuestro cuerpo, y que después arde para siempre, hasta la muerte, pase lo
que pase? ¿Y que si hemos vivido esa pasión, quizás no hayamos vivido en vano? ¿Qué así de
profunda, así de malvada, así de grandiosa, así de inhumana es la pasión?... ¿Y que quizás no se
concentre en una persona en concreto, sino en el deseo mismo?... Tal es la pregunta. O puede ser
que se concentre en una persona en concreto, la misma siempre, desde siempre y para siempre, en
una misma persona misteriosa que puede ser buena o mala, pero que no por ello, ni por sus
acciones ni por su manera de ser, influye en la intensidad de la pasión que nos ata a ella”

MARAI, Sándor: “El último encuentro”, 184-5




“Fanny se despertó cuando él se estaba arreglando, lo miró con un solo ojo y agarró sus medias.
- Soy tan moral como tú.
- ¿Y eso cómo se come?
- Ahórrame tu sarcasmo de las narices.
Dubin aseguró que preguntaba en serio.
- Él me necesitaba como tú no me has necesitado nunca.
- Sus necesidades, suponiendo que tengas razón, no constituyen un requisito moral.
- No tengo obligaciones contigo.
- Se te debería haber ocurrido que las tenías. Mira, Fanny, voy a dar un paseo para aclararme las
ideas. Diré que te suban en el desayuno. No tienes por qué levantarte aún, es muy pronto. Tal vez
deberías reflexionar un poco sobre ti misma.
- Sólo querías un coño.
- Si era así merezco lo que he recibido.
- Qué otra cosa podías querer?
- Pasión, belleza… el mundo entero –gritó Dubin.

MALAMUD, Bernard: “Las vidas de Dubin”, 146

213. El arte de ser

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5.3.2.- El amor.







"La única forma de alcanzar el conocimiento total consiste en el acto de amar... trasciende el
pensamiento, trasciende las palabras. Es una zambullida temeraria en la experiencia de la unión “.

FROM, E:”El arte de amar”, 44






“Al escucharla pienso: esa mujer lo ha perdido todo porque lo tenía todo, al menos todo lo que
inmortal. El amor, el deseo y la voluntad de hacer que dure y la confianza: durará. Yo que tengo
tantas otras riquezas, le envidio esta suya. Hasta ahora nunca he conseguido imaginarme la vida así
con una mujer”

CARRÈRE, Emmanuel: “De vidas ajenas”, 41




“Helène me contó lo que Juliette le había dicho la víspera a su hermana Cécile, antes de que
llegásemos, cuando todavía era capaz de hablar. Decía que estaba contenta, que su pequeña vida
tranquila había sido una vida colmada (…) Debe de haber vida en apariencia colmadas que quizá
son infiernos por horrible que sea pensarlo, infiernos hasta el final (…) y si me hubiese hecho la
misma pregunta que Julliete, ¿acaso mi vida había sido colmada?, no habría podido responder
como ella. Habría dicho que no, que no había vivido una vida plena (…) Pero lo esencial, que es el
amor, me habrá faltado. He sido amado, sí, pero no he sabido amar: o no he podido, es lo mismo”

CARRÈRE, Emmanuel: “De vidas ajenas”, 76-7






“Teresa nació por lo tanto de una situación que desvela brutalmente la irreconciliable dualidad del
cuerpo y el alma, de la experiencia humana esencial (…) Quien gritaba era el propio idealismo
ingenuo de su amor que quería ser la superación de todas las contradicciones, la superación de la
dualidad entre el cuerpo y el alma y quién sabe si la superación del tiempo”

KUNDERA, Milan: “La insoportable levedad del ser”, 39 y 62





“El hombre es dueño de las contradicciones, éstas existen gracias a él y, por consiguiente, es más
noble que ellas. Más noble que la muerte, demasiado noble para ella: he ahí la libertad de su
mente. Más noble que la vida, demasiado noble para ella: he ahí la piedad de su corazón... ¡No
quiero conceder a la muerte ningún poder sobre mis pensamientos! Pues en eso consisten la
bondad y la caridad, y en nada más... La muerte y el amor no casan bien... es una mala asociación,
una asociación de mal gusto. El amor es lo único que hace frente a la muerte; sólo el amor, no la
virtud, es más fuerte que ella. Sólo el amor, no la virtud, inspira buenos pensamientos. También la
forma está hecha únicamente de amor y de bondad, la forma y la moral de una comunidad

214. El arte de ser

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inteligente y amable, y de un bello Estado humano”.

(...)

“¿No es algo grande y bueno que la lengua no posea más que una única palabra para todo lo que
puede comprender ese ‘amor’, desde el sentimiento más piadoso hasta el más carnal y visceral? Es
la perfecta univocidad dentro de la ambigüedad, pues el amor no puede dejar de ser material aun
en su máximo grado de piedad, como tampoco puede dejar de ser una forma de piedad aun en su
carnalidad más extrema; el amor es siempre amor, ya se manifieste como amor por la vida misma
o como pasión desenfrenada, el amor es sinónimo de simpatía por cuanto tiene vida orgánica, el
conmovedor y voluptuoso abrazo de lo que nace abocado a convertirse en polvo; la caridad está,
sin duda, tanto en la pasión más admirable como en la más desaforada. ¿Ambigüedad? ¡Dejemos
que sea ambiguo el significado del amor, por Dios! Es ambigüedad es vida y es humanidad, y sería
muestra de una falta de inteligencia terrible preocuparse por esa ambigüedad.”


MANN, Thomas: “La montaña mágica”, 640-1 y 780




“De todos nosotros es en cierto modo el más feliz, porque no tiene una idea preconcebida de lo que
quiere a cambio de su amor. Y amar de una manera tan impremeditada es algo que mucha gente
tiene que aprender de nuevo después de los cincuenta años. Los niños aman así.”

DURRELL, Lawrence: "Justine", 93



“Es inútil –escribe- imaginar que uno se enamore por una correspondencia espiritual o intelectual;
el amor es el incendio de dos almas empeñadas en crecer y manifestarse independientemente
. Es
como si algo explotara sin ruido en cada uno de ellas. Deslumbrado e inquieto, el amante examina
su experiencia o la de su amada; la gratitud de ésta, proyectándose erróneamente hacia un donante,
crea la ilusión de que está en comunicación con el amante, pero es falso. El objeto amado no es
sino aquel que ha compartido simultáneamente una experiencia, a la manera de Narciso; y el deseo
de estar junto al objeto amado no responde al anhelo de poseerlo, sino al de que dos experiencias
que se comparten mutualmente, como imágenes en espejos diferentes. Todo ello puede preceder a
la primera mirada, al primer beso o contacto; precede a la ambición, al orgullo y a la envidia;
precede a las primeras declaraciones que marcan el instante de la crisis, porque a partir de allí el
amor degenera en costumbre, posesión, y regresa a la soledad “

DURRELL, Lawrence: "Justine",49





“Hay que reconciliarse con la idea de que no amamos a nadie por sus cualidades o sus defectos,
por su belleza, por ejemplo, y, por más extraño que parezca , ni siquiera por su fealdad, por su
joroba o su pobreza; simplemente lo amamos porque en el mundo surge una voluntad en tal
sentido, una voluntad cuyo contenido exacto somos incapaces de descubrir, una voluntad que
quiere hacerse valer de manera espontanea, para que el mundo pueda renovarse en su espiral
eterna; una voluntad que toca las almas y los corazones con una fuerza terrible y según un criterio
incomprensible, que hace funcionar las glándulas y que nubla hasta las mentes más brillantes”

MARAI, Sándor: “La amante de Bolzano”, 177



“Se puede decir o hacer lo que se quiera, lo esencial no es lo que se tiene delante, se ve, se oye, se
desea, se toca o se violenta. (…); es decir, las circunstancias exteriores provocan nuestra actuación
de un modo a todos inteligible; o bien, cuando poseídos de la pasión ejecutamos algo

215. El arte de ser

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incomprensible, también esto tiene su modo y manera. Pero por inteligible y coherente que todo
esto aparezca, está siempre acompañado por la oscura sensación de ser algo mediocre, una mitad.
Falta equilibrio y el hombre avanza para no balancearse como un volatinero. Y ya que adelanta en
la vida y deja atrás lo vivido, lo por vivir y lo vivido forman un muro y su camino parece al fin el
de un gusano roedor de madera, pero que siempre deja detrás el espacio vacío. En esa tremenda
sensación de un espacio ciego, recortado, detrás del macizo, en esta mitad sigue faltando, aunque
todo es un entero, se reconoce finalmente aquello que recibe el nombre de ‘espíritu’.

Se sobreentiende, se adivina, se percibe en todo tiempo; en la más compleja variedad de
compensaciones y según los temperamentos. En la juventud se revela en una clara sensación de
inseguridad que acompaña a toda acción, aunque sea buena. En la ancianidad es el asombro de ver
realizados unos pocos de los programas propuestos en la vida. Entre una y otra edad es el consuelo
de sentirse una persona hábil y honesta, si bien no todo lo que se hace se puede justificar; también
puede creerse que el mundo no es como debiera, de modo que a fin de cuentas lo equivocado u
omitido se compensa con lo positivo; no pocas personas piensan de tejas arriba en un Dios que
guarda en el bolsillo la pieza perdida. Sólo el amor tiene una disposición especial; en tal caso, de
excepción, aparece la segunda mitad. El ser amado se presenta allí donde continuamente falta algo.
Las almas se unen, por decirlo así, dos à dos y se hacen a sí mismas superfluas. Por eso la mayor
parte de las personas, desvaneciendo un gran amor de juventud, no siente más la falta del
‘espíritu’; de ahí se sigue que la conocida locura desempeña un importante papel social”


MUSIL, Robert: "El hombre sin atributos", 190-1




“El amor siempre significa un renacimiento”

MARAI, Sándor: “Divorcio en Buda”, 147




“¿Era amor lo que sentía por Fanny? En todo caso, no se parecía a lo que de joven le habían
inspirado las mujeres. ¿Es que los hombres en la cincuentena aman con menos intensidad de los
jóvenes? Dubin opinaba lo contrario: los años hacían más profunda la necesidad, la fuerza, el
caudal del amor. A los cincuenta hay que poner más carne en el asador porque el amor es un
rompeolas contra la vejez, la pérdida de energía vital y la proximidad de la muerte”.

MALAMUD, Bernard: “Las vidas de Dubin”, 417






“En algún lugar se hallaba todavía aquella mano, un calor exiguo, una conciencia: tú; pero
entonces se dejó ir y fue llevada por una especie de seguridad de que todavía podían ser lo
supremo uno para otro, sin palabras, incrédulos, perteneciéndose mutuamente como un ligero
tejido de una mortal dulzura, como un arabesco para un gusto todavía no encontrado, siendo cada
uno de los dos un sonido que describe una figura que existe sólo en el alma del otro, en ningún
lugar, si ella no escucha”.


MUSIL, Robert: “Uniones”, 55


“¿Era eso amor? Había en ella un desplazarse, un avanzar. Ella misma no lo sabía. Era como
caminar por un sendero aparentemente hacia una meta, con una expectativa –que hacía que los
pasos se demoraran lentamente –por encontrar y reconocer antes, alguna vez, de repente, otra meta
totalmente distinta”.

MUSIL, Robert: “Uniones”, 91

216. El arte de ser

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“El amor es el único camino para arribar a lo más profundo de la personalidad de un hombre.
Nadie es conocedor de la esencia de otro ser humano si no lo ama. Por el acto espiritual del amor
se es capaz de contemplar los rasgos y trazos esenciales de la persona amada; hasta contemplar
también lo que aún es potencialidad, lo que aún está por desvelarse y por mostrarse. Todavía hay
más: mediante el amor, la persona que ama posibilita al amado la actualización de sus
potencialidades ocultas. El que ama ve más allá y le urge al otro a consumar sus inadvertidas
capacidades personales”


FRANKL, Victor: “El hombre en busca de sentido”, 133-4







“Cuando uno ama a una persona, le concede un margen de confianza en lugar de hacerse de ella
una imagen cerrada y definitiva; uno está dispuesto, a pesar de todos los recuerdos, a dejarse
sorprender por su diversidad, por su evolución”.


FRISCH, Max: “No soy Stiller”, 160





“La vida, querido, es plenitud. La vida es cuando un hombre y una mujer se encuentran porque
están hechos el uno para el otro, porque tienen algo en común, porque tienen que ver el uno con el
otro, como la lluvia que cae sobre el mar y vuelve a renacer con él, creándose y recreándose
mutuamente, y siendo el uno condición del otro. Y esa plenitud crea algo, crea la armonía, y esa
armonía es vida. Sucede pocas veces entre los seres humanos”.


MARAI, Sándor: “La amante de Bolzano”, 240


“Quizá intente decirnos que es preciso quemarse y destruirse en una pasión, renacer en un
sentimiento porque eso es la plenitud y la vida. Todo lo que ha existido crepitará y se quemará en
nuestro amor si tú así lo deseas, si me llevas contigo o si vienes conmigo, lo mismo da. (…) pero
todo debe empezar de nuevo, porque así es el gran milagro del amor. Tendré que parirte de nuevo,
tendré que ser tu madre y a la vez tu hija, tú te purificarás por la fuerza de mi amor, y yo me
purificaré entre tus brazos, como si nunca me hubiese tocado un hombre (…) No soy la más guapa
de todas, porque eso no existe, pero soy guapa, mi cuerpo es irreprochable, mi rostro es expresivo,
serenidad y seriedad, y todo eso se mezcla en armonía y me hace bella. Porque eso es la belleza,
sólo eso. Lo demás únicamente una mezcla de carne y hueso poco consistente”.

MARAI, Sándor: “La amante de Bolzano”, 258-9




“Me dijo: si amas a alguien que te ama, nunca desenmascares sus sueños. El más grande, e ilógico,
eres tú”


BARICCO, Alessandro: “Esta historia”, 47




“El sentido de la existencia humana tiene su fundamento en el carácter único de la persona y en el

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hecho de que su vida se viva solamente una vez. El carácter único de la propia persona y el
carácter de su vida como lo que sólo se vive una vez puede hacerse valer por medio de la
realización de los valores creadores. También existe otro camino, que es el del amor o el camino
del ser amado. La persona consigue la realización de lo que va implícito en su persona y en su
vida, por el carácter peculiar de una y otra. En el amor, el ser amado es concebido como un ser
peculiar y singular en su ser –así y no de otro modo-, es concebido como un Tú y acogido como tal
por otro Yo. Como figura humana es insustituible e irremplazable para quien le ama. El que es
amado, no puede impedir que al ser amado, realice lo que su persona tiene de peculiar y singular,
el valor de su personalidad. Para el amante el amor hechiza el mundo, lo transfigura, lo dota de un
valor adicional. El amor no hace al hombre ciego sino que le abre los ojos y le agudiza la mirada
para percibir los valores (...) El amor es un acto que caracteriza como humana a la existencia del
hombre, es un acto existencial. Es el acto existencial por excelencia (...)

FRANKL, Victor: “Psicoanálisis y existencialismo. De la psicoterapia a la logoterapia






“Aquél fue el principio de una nueva vida a una edad en que la mayoría de los mortales están
muertos (…) La casa renacía de sus cenizas y yo navegaba en el amor de Delgadita con una
intensidad y una dicha que nunca conocí en mi vida anterior. Gracias a ella me enfrenté por vez
primera con mí ser natural mientras transcurrían mis noventa años. Descubrí que mi obsesión de
que cada cosa estuviera en su puesto, cada asunto en su tiempo, cada palabra en su estilo, no era
el premio merecido de una mente en orden, sino al contrario, todo un sistema de simulación
inventado por mí para ocultar el desorden de mi naturaleza. Descubrí que no soy disciplinado por
virtud, sino como reacción contra mi negligencia; que parezco generoso por encubrir mi
mezquindad, que me paso de prudente por mal pensado, que soy conciliador para no sucumbir a
mis cóleras reprimidas, que sólo soy puntual para que no se sepa cuán poco me importa el tiempo
ajeno. Descubrí, en fin, que el amor no es un estado del alma sino un signo del zodíaco. Me volví
otro (…) “

GARCIA MARQUEZ, Gabriel: “Memorias de mis putas tristes”, 10 y 65-6






“Sólo el amor puede sostenernos un momento más”

DURRELL, Lawrence: "Justine", 111




“En esa tribulación especial que se apodera de todo ser humano cuando deja la niñez, empieza a
darse cuenta de que deberá acudir solo, rotos todos los puentes, al encuentro de su muerte única y
exclusiva, en esa tribulación especial que en realidad hay que llamar ya temor a Dios, el hombre
busca una compañía para poder, cogido de la mano de otro, avanzar hacia el oscuro portalón, y
cuando la experiencia le ha enseñado cuán innegablemente delicioso es acostarse con otro ser
humano, piensa que esta íntima unión de la piel puede durar hasta la tumba (…), sin embargo, no
se debe olvidar nunca que cualquier ser humano, (…), invoca con sus gritos (…) aquel amor que lo
debe preservar de la muerte por la eternidad, de un miedo a la muerte que diariamente desciende
con la noche sobre la criatura que duerme en soledad, un miedo que lo lame y lo envuelve como
una llama, en el momento en que se despoja de sus ropas”

BROCH, Hermann: “Esch o la anarquía”, 66

218. El arte de ser

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“... nada ni nadie poseyó nunca el poder prometéico de superar sus propios límites, nada ni nadie
los superará nunca... ¡Falso!
Falso, falso..., había venido en un susurro desde ningún lugar, murmurado por el esclavo o por
Plocia, pues ésta prosiguió ahora:
- El amor atraviesa constantemente los propios límites.
- ¿También tu amor lo hizo, Plocia? Oh, ¿lo hizo?
- Lo hizo y lo hace; aquél que ama está más allá de su límite.
- ¡Oh Plocia¡
- ¿Me sientes? Amándote, te siento mucho.
- Plocia, te siento cerca de mí, te conozco.
- Sí, Virgilio, sí.
Y los límites de sus cuerpos estaban entrecruzados, fluyendo uno en otro los límites de sus almas,
creciendo y superando límites, conociendo y conocidos”

BROCH, Herman: “La muerte de Virgilio”, 347-8





“El amor es algo absoluto, Elisabeth, y cuando lo absoluto tiene que manifestarse en lo terrenal,
cae siempre en el pathos, precisamente porque no puede ser demostrado. Y al volverse tan
espantosamente terrenal, el pathos resulta siempre ridículo (…) En realidad solo hay un pathos y
se llama eternidad. Y como no hay ninguna eternidad positiva para los seres humanos, tiene que
hacerse negativa y significa nunca-volver-a verse. Si yo me voy, la eternidad está ahí; entonces
está usted eternamente lejos y yo puede decir que la amo”


BROCH, Hermann: “Pasenov o el romanticismo”, 126




“Hay que ser mañoso en todo, hay que aprenderlo todo, incluso a amar. Sí, no sacudas la cabeza,
no sonrías. Somos humanos y todo lo que nos ocurre en la vida pasa por el filtro de la razón. Y a
través de la razón se hacen soportables o insoportables nuestros sentimientos y nuestras pasiones.
No basta con amar.”

“Ha intentado llevar a cabo lo más difícil que una persona puede hacer en la vida. ¿Sabe lo que ha
hecho? Ha intentado hacerse indiferente a los sentimientos mediante la razón, que es como intentar
convencer con palabras y argumentos a un paquete de dinamita de que no explote”

MÁRAI, S.: “La mujer justa”, 31 y 79-80



5.3.3.- El amor del padre/ de la madre




“Lo que a veces ocurre a los hombres –quiere decirle su padre a Charlie- es que un día, de repente,
comprenden cuánto aman a sus hijos (de una manera tan absoluta como la del hijo que entrega su
amor) y las terribles condiciones que acompañan a ese amor, y eso resulta demasiado duro de
soportar, no quieren pasar por eso en modo alguno y se echan atrás, atemorizados. Y así es como
surgen estas desafortunadas situaciones, sobre todo entre padres e hijos. El padre está demasiado
temeroso y el hijo es demasiado inocente. No obstante, si el padre pudiera superar la primera
acometida de temor, y tuviera la fortuna de poseer el suficiente tiempo para pensar, podría
encontrar un camino...”

219. El arte de ser

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PYNCHON, Thomas: “Mason y Dixon”, 263-4




“Es por eso por lo que las almas descienden de su reino en las alturas y se prestan a nacer de
nuevo: para que, mientras crecen a nuestro lado, puedan guiarnos por la dura senda del amor (…)
Tenemos hijos para poder aprender a amar y a servir. A través de los hijos nos convertimos en los
sirvientes del tiempo. Mire en su interior. Pregúntese si dispone de las reservas de fortaleza que
necesitará para el viaje, y de aguante. Si no, tal vez debería retirarse. No es demasiado tarde”

COETZEE, J. M.: “El hombre lento”, 178-9







“Ya conocéis el viejo refrán provenzal de que un hijo lo sabe hacer cualquiera, pero uno debe
completar o perfeccionar su mirada (faut parfaire le regard) Esto alude a la visión interior, que le
dará al niño un corazón y una mente sustanciales….”


DURRELL, Lawrence: “Quinx”, 231



“Pienso en todas esas canciones que nos hechizan y en la tortura en que debe de convertirse este
hechizo cuando llega lo irremediable: los juguetes, las canciones infantiles, las zapatillas, cuando
la niña se pudre en una caja bajo tierra. Sin embargo, este encantamiento ha vuelto a ser posible
para Delphine y Jérome con sus otros dos hijos. No han olvidado nada, pero no se quedaron en el
abismo. Me parece algo admirable, incomprensible, misterioso. Es la palabra más exacta:
misterioso”

CARRERE, Emmanuel: “De vidas ajenas”, 255-6


5.3.4.- Amiga, compañera, amante.



“ ’No busco el placer’, decía, ‘busco la felicidad, y el placer sin felicidad no es placer’. En otras
palabras, golpeaba a la puerta de su memoria poética (…) Ya dije que las metáforas son peligrosas.
El amor empieza por una metáfora. Dicho de otro modo: el amor empieza en el momento en que
una mujer inscribe su primera palabra en nuestra memoria poética”.


KUNDERA, Milan: “La insoportable levedad del ser”, 213-4




"Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo
juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los
huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo
que es al vesre. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que va a
calar hasta los huesos cuando salís de un concierto"

CORTAZAR, Julio: "Rayuela", 480.

220. El arte de ser

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“Había intentado desposarla, pero la posesión no existe. Ni poseen maridos a mujeres, ni son estos
propiedad de ellas, ni los hijos de sus padres. O se marchan o se mueren. El único adueñarse
pertenece al momento fugaz. Si es que lo logran. Y mientras se vive un deseo, vivirá luchando
contra su negativo. Es así como trazamos la obstinada marca de la posesión: escrituras,
certificados, anillos, compromisos, arras y otros símbolos de la permanencia”.


BELLOV, Saul:”Las aventuras de Augie March”, 539





"Quienes ven desde fuera las reglas y no el amor que lleva a imponerlas, suelen estar demasiado
dispuestos a colocar a los demás la etiqueta de 'prisioneros ' "


MURDOCH, I.:"El mar, el mar", 103





“Muy pocos aguantan el amor pleno porque significa siempre un deber pleno, una plena
responsabilidad”

MARAI, Sándor: “La amante de Bolzano”, 255





- ¿Quiere casarse con ella?
- Quiere ser libre. No está acostumbrado, ya sabe –el joven se explicaba a su lúcida
manera- a ser tan bueno.
Sherter vaciló.
- Entonces, ¿he de deducir de lo que usted me dice que es bueno
Bilham hizo, por su lado, una nueva pausa; pero hubo una serena plenitud en su forma de
componerla.
- Ha de deducirlo.
- Bueno, en tal caso, ¿por qué no es libre? El me jura que lo es, aunque no hay nada,
excepción hecha de su amabilidad para conmigo, que lo demuestre. (…) ¿Por qué no es
libre, si es bueno?
El pequeño Bilham le miró de hito en hito.
- Porque se trata de un círculo virtuoso”


JAMES, Henry: “Los embajadores”, 131-2





"Se casan porque se parecen... No, se parecen porque se casan"

(Oído en la radio)

221. El arte de ser

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“-No deberíamos casarnos antes de conocernos y querernos –dijo Kitty, con más ansiedad en la
mirada.
- Mejor nos casamos para conocernos y querernos –respondió él como por obligación, aunque la
duda le pesaba como una piedra fría en las entrañas”.


MALAMUD, Bernard: “Las vidas de Dubin”, 93






“¿Qué significa ‘amar’? Durante años he pensado que significa conocer a la otra persona…,
conocerla perfectamente, con todos sus secretos; conocer cada uno de sus secretos; conocer cada
rincón de su cuerpo, cada reflejo; conocer a fondo de su alma, cada una de sus emociones… Quizá
sea eso, quizá conocer sea lo mismo que amar. Pero eso es sólo una teoría. Después de todo, ¿qué
quiere decir ‘conocer’? ¿Cuánto se puede conocer de un ser humano? ¿Hasta dónde se puede
seguir a un alma desconocida? ¿Hasta sus sueños? ¿Y luego adónde? No se puede acompañar a
nadie hasta su inconsciente. Ni siquiera es necesario esperar a que ella cierre los ojos, se despida
de mi y se retire a ese otro mundo, al mundo que llamamos de la noche… Porque existen dos
mundos y uno está más allá del espacio conocido en el que vivimos, y quizá en ese otro mundo
vivamos de manera más real que en el espacio y en el tiempo… Ahora ya sé con certeza que hay
otro lugar que es sólo nuestro, la propiedad privada de cada uno… (…) Seguramente el amor es
algo más que el conocimiento. Conocer a alguien no es mucho, tiene unos límites… Amar debe
ser algo parecido a seguir el mismo ritmo, una cualidad maravillosa como si en el universo
hubiese dos meteoros con la misma trayectoria, la misma órbita y la misma materia. Una
casualidad tal que no se puede calcular ni prever. Tal vez ni siquiera exista siquiera. ¿He visto yo
algo similar?. Sí, quizá… muy pocas veces…, y ni siquiera estaba seguro del todo. La identidad en
la vida y en el amor. Dos personas a las que les gustan las mismas comidas y la misma música, que
caminan al mismo ritmo por la calle y que se buscan al mismo ritmo en la cama: quizá sea eso el
amor. ¡Qué cosa más rara debe de ser¡ Como un milagro… Yo imagino que los encuentros de este
tipo deben de ser místicos”

MARAI, Sándor: “Divorcio en Buda”, 158-60



“El amor conoce las posibilidades de valor de la persona amada (...) El simple enamoramiento
ciega, en cierto modo, al enamorado; el verdadero amor, en cambio, agudiza la mirada. El amor
nos hace vivir al ser amado como a un mundo para sí, dilatando con ello los confines del propio
universo. A la par que nos enriquece y que nos hace dichosos, estimula también al ser amado a
convertir en realidad lo que el amante se adelanta a ver, a intuir. La mera satisfacción del impulso
sexual produce placer; las relaciones eróticas del enamoramiento causan alegría; el verdadero
amor depara al hombre dicha. El placer es un estado afectivo; la alegría implica ya algo
intencional, se dirige hacia algo. La dicha se endereza en una dirección determinada: la propia
realización.”

FRANKL, Victor: “Psicoanálisis y existencialismo. De la psicoterapia a la logoterapia




“…es motivo de constante maravilla, si se piensa en ello, que la carne sienta el apetito de la carne.
Pero tal es el fenómeno excepcional del amor. Sensualidad y amor no pueden, naturalmente, ser
separados uno de otro. Para relevar el amor de la acusación de sensualidad nada mejor que
descubrir en la sensualidad misma el elemento del amor (…) Cuando lo extraño se convierte en
objeto de anhelo y de apetito, la relación entre el yo y el tú sufre una alteración que, para definirla,
la palabra ‘sensualidad’ resulta un término vacío. NO es posible salir de él sin recurrir al concepto
del amor. Toda acción sensual significa ternura, dar y recibir confundidos, felicidad en el dispensar
de la felicidad, prueba y demostración de amor. ‘Una carne’, los amantes no lo han sido nunca y la

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disposición canónica quiere, con el deleite, ahuyentar también el matrimonio del amor”.


MANN, Thomas: “Doktor Faustus”, 266-7



"Es como una embriaguez, ve -y llama- en la belleza del amado lo divino, tiene à la longue a lo
creador, y busca y encuentra la inmortalidad (...) El amor se paga siempre con la pérdida de la
sensatez, con el autosacrificio y la minoría de edad resultante"


SÜSKIND, Patrik: "Sobre el amor y la muerte", 24-5 y 28




“Si Hanna pudiese volver a vivir trataría y amaría a los hombres de una manera muy distinta de
cómo lo ha hecho. Encuentra natural (dice) que los hombres sean limitados y sólo se arrepiente de
su propia necesidad al considerar a cada uno de nosotros (no sé cuantos han sido) como una
excepción. Por otra parte, Hanna, en mi opinión, no tiene nada de necia. Pero ella cree que sí. Dice
que es una tontería que una mujer pretenda ser conocida por un hombre: el hombre (dice Hanna)
quiere que la mujer sea un misterio para entusiasmarse y excitarse con su propia incomprensión. El
hombre sólo se escucha a sí mismo, según Hanna. Por eso la vida de una mujer que aspire a ser
comprendida por un hombre no puede ser más que un fracaso. Así dice Hanna. El hombre se
considera el soberano del mundo y en la mujer sólo ve su propio espejo. El soberano está obligado
a aprender el idioma de sus súbditos; pero la mujer sí está obligada a aprender el idioma de su
señor, aunque nada le aproveche: por el contrario, aprende un lenguaje que siempre la hace quedar
mal”.

FRISCH, Max: “Homo faber”, 131







"El amor maduro significa unión a condición de preservar la propia identidad ...un poder
activo...un afecto activo...un 'estar continuado' ...la más alta expresión de la potencia...en el acto
de dar está la expresión de mi vitalidad...”

FROM, E: "El arte de amar", ?






"El amor no se manifiesta en el deseo de acostarse con alguien (ese deseo se produce en relación
con una cantidad innumerable de mujeres), sino en el deseo de dormir junto a alguien (ese deseo se
produce en relación con una única mujer)"


KUNDERA, Milan: “La insoportable levedad del ser”, 23




5.3.5.- El arte de amar



“Infundía Emmanuel a sus demostraciones de afecto esa gracia natural que tanto seduce, ese

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ingenio dulce y delicado que matiza la uniformidad del sentimiento, como las facetas realzan la
monotonía de una piedra preciosa arrancándole destellos; admirables maneras cuyo secreto
pertenece a los corazones enamorados, y que suscitan en las mujeres la fidelidad a la Mano del
artista bajo la cual las formas renacen siempre nuevas, a la Voz que no repite jamás una frase sin
reverdecerla con nuevas modulaciones. El amor no es tan solo un sentimiento, sino también un
arte. Una simple palabra, una deferencia, una nimiedad revelan a una mujer al grande y sublime
artista que puede tocar su corazón sin lacerarlo”.


BALZAC, Honoré de: “La búsqueda del absoluto”, 199







“¿Y vivir para qué? Si la vida no tiene objetivo alguno, si la vida nos es dada sólo para eso, para
vivir, entonces vivir no tiene sentido” Y si esto es así, todos los Shopenhauer y los Hartmann,
como también todos los budistas, tienen toda la razón. En cambio, si la vida tiene un fin, está claro
que ha de concluir cuando este fin se alcance. Y así es como resulta –decía visiblemente alterado,
concediendo, al parecer, gran valor a sus reflexiones- Así es como resulta ser. Dese Usted cuenta:
si el objetivo de la humanidad es la felicidad, la bondad, el amor, como quiera usted, si consiste,
como nos dicen las profecías, en que todos los hombres se fundan en el amor, en que las lanzas se
conviertan en hoces, etcétera, si esto es así, ¿qué es lo que impide alcanzar este fin? Pues las
pasiones”.

TOLSTOI, Lev: “Sonata a Kreutzer”, 60






“Y, no obstante, el amor es algo real, quizá lo único real en este mundo desolado”


DURRELL, Lawrence: “Monsieur”, 13 y 17





“El carácter activo del amor implica ciertos elementos básicos (…): Cuidado (
...) la preocupación
activa por la vida y el crecimiento de lo que amamos (...) Responsabilidad (...) estar listo y
dispuesto a 'responder' (...) Respeto (...) la capacidad de ver a una persona tal cual es, tener
conciencia de su individualidad única (...) Conocimiento (...) trascender la preocupación por mí
mismo y ver a la otra persona en sus propios términos (...) penetrar en el secreto del alma humana"


FROM, E: "El arte de amar",





"La práctica del amor...cualquier arte tiene cierto s requisitos generales
...
Disciplina...concentración...paciencia...preocupación suprema por el arte... Cualidades de
particular importancia... Superación del propio narcisismo...depende de nuestra capacidad de
crecer...tal proceso...de despertar necesita de una cualidad como condición necesaria: fe. La
práctica de amar requiere la práctica de la fe... en su capacidad de producir amor en los demás y
en su confianza...la fe que tenemos en las potencialidades de los otros"

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FROM, E: "El arte de amar",







"Los griegos nos casamos en círculo, para que se nos queden grabados los elementos esenciales
del matrimonio: para ser felices hay que encontrar variedad en la repetición; para avanzar hay que
volver a donde se ha empezado"

EUGENIDES, Jeffrey :"Middlesex", 94





“Todo tenía que ser diferente para suscitar nuevas curiosidades, nuevas intrigas, nuevas
esperanzas, en una mujer que ya había vivido a plenitud una vida completa. Tenía que ser una
ilusión desatinada, capaz de darle el coraje que haría falta para tirar a la basura los prejuicios de
una clase que no había sido la suya original, pero que había terminado por serlo más que de otra
cualquiera. Tenía que enseñarle a pensar en el amor como un estado de gracia que no era un medio
para nada, sino un origen y un fin en sí mismo”

GARCIA MARQUEZ, Gabriel: “El amor en los tiempos del cólera”, 421



“El amor tiene la virtud de desnudar, no a los dos amantes uno enfrente de otro, sino a cada uno de
los dos ante sí mismo”.

PAVESE, Cesar:"El oficio de vivir", 209





“Ella lo había acompañado hasta muy pocas horas antes de la muerte, como lo había acompañado
durante media vida con una devoción y una ternura sumisa que se parecían demasiado al amor (…)
lo había ayudado a sobrellevar la agonía con el mismo amor con que lo había ayudado a descubrir
la dicha”.

GARCIA MARQUEZ, Gabriel: “El amor en los tiempos del cólera”, 26 y 28

“Otra cosa bien distinta habría sido la vida para ambos, de haber sabido a tiempo que era más fácil
sortear las grandes catástrofes matrimoniales que las miserias minúsculas de cada día. Pero si algo
habían aprendido juntos era que la sabiduría nos llega cuando ya no sirve para nada”

Ib., 46

“En el curso de los años ambos llegaron por distintos caminos a la conclusión sabia de que no era
posible vivir juntos de otro modo, ni amarse de otro modo: nada en este mundo era más difícil que
el amor”.

Ib., 321

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“(….) ocupar la misma cama no significa que se ocupe el mismo fundamento: conocer tu creencia
sobre lo que significa ‘estar en el mundo’. ¿Qué creencia? Es imposible que dos creencias
convivan en armonía más allá del sentido del yo”

GORDIMER, Nadime: “Atrapa la vida”






5.3. 6.- Una belleza espiritual





“No me refiero a una cosa trivial, sino al verdadero amor. En este espantoso mundo no es
frecuente que uno tenga una suerte tan divina. El problema es el sexo, claro; si la gente sólo
buscara en los otros el alma... (...)La ternura y una confianza absoluta y una comunicación y la
verdad importan cada vez más a medida que uno envejece. No desperdiciemos el amor sin saber
cómo es, que es raro. ¿No podemos amarnos finalmente en libertad, sin aterradora posesividad y
violencia y miedo?"

MURDOCH, Iris:"El mar, el mar", 143-4 y 719






“¿Qué importaba lo que Livia era o lo que hiciera? Le pasó por la mente una extraña metáfora que
expresaba la naturaleza exacta de su apego (…) Lo que él quería de ella era su ‘oriente’, como el
de una perla preciosa. Es al fin y al cabo lo que se ama en una mujer –no la vaina de materia que la
recubre-, sino su ‘firma’ “

DURRELL, Lawrence: "Livia", 138-9





“Presa de dicha pasión, el hombre conoce la entrega total. En cuanto a la mujer que es objeto de
semejante amor, para mantenerlo tiene que ejercer otra cosa que una prestigiditación espiritual. A
su alma interior es a la que toca responder y su alma se desarrolla en la medida en que es inspirada.
Pero, ¡si el objeto de esa sublime adoración no es digno de ella! Raras veces es el amor el que es
víctima de las dudas. Por lo general, quien inspiró ese amor irresistible y poco común es quien es
presa de la duda. Tampoco es su naturaleza femenina la única culpable, sino más bien cierta
carencia espiritual que nunca, hasta verse puesta a prueba, se había puesto de manifiesto. Los
auténticos poderes de atracción de esa clase de personas, sobre todo cuando están dotadas de una
belleza incomparable, siguen sin revelarse: están ciegas para todo lo que no sea el atractivo de la
carne. La tragedia, para el héroe del amor, radica en el despertar, muchas veces brutal, al
comprender que la belleza, pese a ser un atributo del alma, puede estar ausente en todo menos en
las líneas y facciones del alma”

MILLER, Henry: “Nexus”, 95

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“La belleza, qué duda cabe, debe de ser una desgracia para la mujer, pues dicha flor pasajera cobra
demasiada dimensión en el sentimiento que inspira. ¿No se la quiere como se casa uno con una
rica heredera? En cambio, el amor que inspira o que experimenta una mujer desheredada de las
frágiles ventajas tras las que corren los hijos de Adán, es el amor auténtico, la pasión realmente
misteriosa un ardiente abrazo de las almas, un sentimiento para el que jamás llega el día del
desencanto. Esa mujer posee encantos ignorados por la sociedad a cuyo control se sustrae, es
hermosa cuando quiere y cosecha demasiada gloria haciendo olvidar sus imperfecciones como
para no triunfar constantemente. Y así, las más célebres pasiones de la historia fueron casi todas
inspiradas por mujeres a quienes el vulgo hubiera hallado defectos (…) la mayoría de las mujeres
a quienes hizo célebres el amor no carecen de imperfecciones ni de defectos físicos; en tanto que la
mayoría de las mujeres cuya belleza nos es citada como perfecta vieron acabar desdichadamente
sus amores. Tan aparente singularidad debe de tener su causa. Acaso viva más el hombre a través
del sentimiento que del placer. Acaso el hechizo puramente físico de una mujer guapa tenga sus
límites, en tanto que el hechizo esencialmente moral de una mujer de belleza mediocre es infinito”


BALZAC, Honoré de: “La búsqueda del absoluto”, 62-3




“El ser humano..., el más simple ser humano, es un conglomerado de aspectos. Ningún hombre
juzgará a otro con justeza si le juzga por lo que le rodea. Esto es particularmente exacto en el
amor. No amamos a personas, sino revelaciones
. La mujer que uno ama es como una diosa oculta
en una urna; por ella vivimos con esperanza y soportamos las sacerdotisas que se crea. El arte de
amar consiste en tener paciencia hasta que retorna el resplandor...”

WELLS, H.G.: “La investigación sublime”, 168





“Se trata de una belleza espiritual
, no de una belleza carnal, que es absolutamente estúpida. Por
otra parte, también es una belleza abstracta –añadió-. La belleza del cuerpo es abstracta. Sólo
posee realidad la belleza interior, la belleza de la expresión religiosa”

MANN, Thomas: “La montaña mágica”, 504







5.3.7.- El amor de Dios y el amor al prójimo



“El individuo no puede por sí solo participar del reino de Dios; se trata de alcanzarlo con el otro.
Amar a Dios es amar al prójimo. Por eso, la vida en el mundo alcanza la plenitud de su sentido por
la vida del amor, que es la señal del reino de Dios. El amor de Dios al hombre y del hombre al
prójimo están inseparablemente ligados entre sí. Sólo en cuanto amamos somos alcanzados por el
amor de Dios. El amor de Dios induce en nosotros el amor. Si no amamos, quedamos rechazados”


JASPERS, Kart: “Los grandes filósofos. Los hombres decisivos: Sócrates, Buda, Confucio, Jesús”, 204

227. El arte de ser

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“El amor es la unión de almas separadas entre sí por el cuerpo. Es uno de los signos de la presencia
de Dios en el mundo. Otro es la capacidad de entendernos unos a otros. Yo diría que hay
innumerables signos de Dios, pero que tendemos a no apreciarlos. Aun así, captamos la presencia
de Dios a través del amor y el entendimiento, aunque se nos escape la esencia de Dios. Es algo que
está por encima del entendimiento humano, aunque, debo subrayarlo, es el amor el que nos
permite percibir la presencia divina”


PARINI, Jean: “La última estación...”, 188






“El propio Jesús – a juzgar por los evangelios sinópticos- utiliza con escasa frecuencia la palabras
‘amor’ y ‘amar’ en el sentido de amor al prójimo. Y sin embargo, el amor al prójimo impregna el
conjunto de su predicación. Esto significa que, para él, el amor ante todo es una acción. El amor no
entendido primordialmente como cario sentimental-emocional, pues resulta imposible que yo
profese este amor a todas las personas; el amor entendido, más bien, como benevolente y servicial
asistencia para los demás (…) el trato considerado y el compartir, la capacidad de perdón y el
arrepentimiento, el ejercicio de la indulgencia y la renuncia, el ofrecimiento de ayuda. (…) Así
entendido, el amor parece no conocer límites. Y de hecho, según Jesús, no debe someterse a
ningún límite que separe de forma absoluta”.




KÜNG, Hans: “Lo que yo creo”, 206

228. El arte de ser

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6.- LA VERDAD QUE SURGE DEL SILENCIO: LAS RAZONES D EL CORAZÓN.



“Los verdaderos secretos no pueden revelarse”

JUNG, Carl Gustav, citado en

NANTE, Bernardo: El libro rojo de Jung. Claves para la comprensión de una obra inexplicable”, 33




6.1. Lo innombrable: la dimensión misteriosa, divina de la realidad





“El principio que puede ser enunciado no es aquel que fue siempre. El ser que puede ser
nombrado no es aquel que fue en todos los tiempos. Antes de los tiempos, fue un ser inefable,
innombrable.
Siendo innombrable concibió el cielo y la tierra. Después de que esta forma se hubiera vuelto
nombrable, dio nacimiento a todos los seres.
Estos dos actos sólo son uno, bajo dos denominaciones diferentes. El acto generador único es
el misterio del origen. Misterio de los misterios. Puerta por la que han desembocado en la
escena del universo, todas las maravillas que lo componen.
El conocimiento que tiene el hombre del principio universal depende del estado de su espíritu.
El espíritu habitualmente libre de pasiones conoce su misteriosa esencia. El espíritu
habitualmente apasionado solamente conocerá sus efectos”

LAO-TZU: “Tao-Te-King”, I, pag. 12







En el principio existía la Palabra
La Palabra estaba junto a Dios,
Y la Palabra era Dios.
Ella estaba en el principio junto a Dios
Todo se hizo por ella,
Y sin ella nada se hizo.
Lo que se hizo en ella era la vida,
Y la vida era la luz de los hombres;
Y la luz brilla en las tinieblas,
Y las tinieblas la vencieron.

Evangelio según San Juan, 1, 1

229. El arte de ser

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“Cómo me cuesta renunciar a la idea de que existe en algún lugar una unidad, una identidad de
orden superior. Cómo me cuesta, en una palabra, prescindir de una mística. En mi descargo, diré
que no soy el único. Y hasta en Aragón encuentro esta creencia en un centro misterioso, único del
que procedería todo. La encuentro en su propia respuesta a la pregunta que él formulaba, junto con
Breton, en 1919; bueno en lo que siempre he pensado que era su respuesta:

No sé lo que me posee
Y me incita a decirlo en voz alta,
Ni por la piedad ni por la ayuda
Ni como se confiesa una falta, lo que me habita y obsesiona.

Así que, ya ve, la respuesta a su pregunta es que no lo sé. Yo tampoco lo sé. Pero sé que hay algo
que no se asocia con proyecto alguno y que incluso me parece que se encuentra más allá del
deseo”

LÉVY, Bernard-Henry
en HOULLEBECQ, Michel y LÉVY, Bernard-Henry: “Enemigos públicos”, 262





“Mi tiempo se ha hecho breve y, cuando me doy cuenta de que se acerca el final, me pregunto con
una mayor pertinencia sobre la relación entre el tiempo y la eternidad. Relación en cierto modo
similar a la que existe entre la realidad categorial y las realidades trascendentales, en las que es
necesario asumir una sabiduría del corazón para vivir en el hoy, pero viviendo ya en el tiempo
eterno (…) Poco a poco, sin embargo, y con la fuerza de Jesús, hemos aprendido a mirar más allá
del tiempo y del espacio (…) Para comprender la relevancia de la fe, en orden a la percepción del
sentido de la historia que va hacia el final y que, por tanto, es ya caduca a los ojos de Dios, es
necesario reencontrar el coraje, la audacia de contraponer al orden de la cantidad (…) la
superioridad del orden de la cualidad o del pensamiento, en el que también una pequeña grandeza
supera la inmensidad de cualquier cantidad mesurable. Decía Pascal: ‘Por el espacio el universo
me abarca y me absorbe como un punto; por el pensamiento, soy yo quien lo abarca’ (…) un
pequeño acto de amor puede superar toda la masa de las cualidades humanas y la media sin límites
de las cantidades cósmicas. Así lo afirma en uno de sus Pensamientos: ‘la distancia infinita que
separa los cuerpos de los entendimientos figura la distancia infinitamente más finita de los
entendimientos respecto a la caridad; porque ésta es sobrenatural’ (…) Nuestra grandeza es la
grandeza de estar llamados a participar en el devenir del universo hacia la humanidad divinizada,
hecha una sola cosa en Cristo y en el Padre“

MARTINI, Carlo María: “La audacia de la pasión. El hombre contemporáneo y el dilema de la opción”, 95-106





Su padre de repente se resuelve en el sillón y, en un tono lúgubre, como si le estuviera
consumiendo una febril melancolía, dice que le gustaría que alguien se lo explicara. Y lo repite dos
veces, muy angustiado, jamás le había visto tan tenebroso: le gustaría que alguien se lo explicara.
El qué, padre? (…)
Yo hablaba del misterio –dice su padre.
Otra larga pausa.
De la dimensión insondable”

VILA-MATAS, Enrique: “Dublinesca”, 21-22

230. El arte de ser

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“El entusiasmo ante la energía creadora es la experiencia básica de mi mundo (…) Lo que para mí
significa la religión es el rechazo total a encerrarme en el mundo de lo fáctico y lo trivial (…) Me
niego a ser insignificante, a no señalar nada, ni dirigirme a nada, ni crear nada (…) La existencia
es el gran misterio, y en ella hago residir la dimensión divina de la realidad. Ya sé que esto se
acerca mucho al panteísmo (…) Esta dimensión divina de la realidad tiene un vocero, un
anunciador: el ser humano. Sin él no habría Dios. Habría una realidad última, el absoluto, la
dimensión divina de la realidad, pero no Dios. Dios es el modo como la conciencia humana –
algunas conciencias humanas- profieren, expresan, conceptualizan esa realidad misteriosa que nos
mantiene en el ser y nos impulsa (…) Jesús proporciona una interpretación de Dios, de la
dimensión divina de la realidad, que encaja perfectamente con mi modo de entender el mundo, y
que puedo por lo tanto acoger. Dice que al Absoluto no se le puede conocer pero que se le puede
realizar. Esto me resulta iluminador. Dios es acción creadora (bondadosa) y quien realiza esa
creación participa de Dios, colabora con Él, se convierte en su providencia y ayuda para la
implantación del Reino. El bien –por ser divino- es todopoderoso. La ágape es supervictoriosa”

MARINA, José Antonio: “Por qué soy cristiano”; 142, 146 y 148





“Jacques Maritain narra un hecho que muestra las semejanzas entre experiencia religiosa y
experiencia estética: ‘Un alma que nos es muy allegada nos daba un día testimonio: ‘Antes de
haber recibido la fe me ha sucedido con frecuencia experimentar por una intuición súbita la
realidad de mi ser, del principio profundo, primero, que me pone fuera de la nada. Intuición
poderosa, cuya violencia me aterraba a veces y que fue la primera en proporcionarme el
conocimiento de un absoluto metafísico’’ O también, a la vista de una cosa cualquiera, de una
brizna de hierba, de un molino de viento, un alma sabrá en un instante que esas cosas no existen
por sí mismas, y que Dios existe: ‘De repente todas las criaturas se me representaron en el estado
de símbolo y me parecieron tener por única función designar al Creador’ ”


MARINA, José Antonio: Notas del autor a “Por qué soy cristiano. Cáp.2, aptdo 2





“La de Jesús aparece como una vida penetrada por la divinidad
. En todo momento próximo a Dios,
no sabe sino de Dios y su voluntad (…) La esencia de tal fe es la libertad. Pues, en esa fe que habla
de Dios, el alma, dilatándose, abraza lo envolvente. Al experimentar la ventura y desventura de
este mundo, despierta a sí misma. Lo finito, lo mundano, no puede mantenerla atada. De la entrega
a una confianza incomprensible extrae ella una fuerza infinita (…) Esta certidumbre de Jesús
acerca de Dios posibilita una íntima postura que es, en definitiva, inconcebible (…) Las realidades
mundanas no lo seducen (…) tales tentaciones se estrellan contra aquella libertad que emana de su
íntima certidumbre acerca de Dios. Además, el propio ser está abierto al mundo, la vista penetra
todas las realidades, en particular el alma de los hombres, el fondo de su corazón, que nada puede
ocultar a la mirada clarividente de Jesús (…) Bajo el peso de la idea de Dios llega
consecuentemente a una perfecta radicalidad”.


JASPERS, Kart: “Los grandes filósofos. Los hombres decisivos: Sócrates, Buda, Confucio, Jesús”, 217-7

231. El arte de ser

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6.2.- Yo profundo, Ser esencial: su conexión con la dimensión misteriosa de la realidad



“Los grandes sabios de Oriente y de Occidente siempre han proclamado, cada uno con su propia
voz, que, más allá de Dios, se encuentra la incalificable Divinidad. No hay ningún modo de
calificar esa inmensa Vacuidad (ni siquiera así) –puesto que no es absoluta ni relativa, una ni
múltiple, universal ni plural, buena ni mala-, ya que cada palabra tiene un significado que depende
de su opuesto y Esto, innecesario es decirlo, carece de todo opuesto. Puede ser sentido, pero jamás
conocido; es un clima, pero no un objeto; es la Liberación infinita, la gran Liberación, la Plenitud
radical que mora al otro lado del miedo. Es atemporal y, por consiguiente, eterna y genera todo
tiempo; es aespacial y, por consiguiente, infinita, y origina todo espacio; carece de forma y, en
consecuencia, es omnipresente y crea todo los mundos, aun aquí y ahora (…) Pero estas no son
más que palabras despojadas, como todas las palabras, de sangre y de corazón. Escuchadme,
queridos amigos, y tratad de ir más allá de las palabras. ¿Cómo puede encontrarse el Abismo de la
Gran Liberación? Jamás podrá encontrarse, porque jamás se ha perdido. Ese Testigo puro y sin
forma es lo único de lo que nunca has carecido, la única constante del Kosmos. El secreto evidente
y último que conoces desde hace quince mil millones de años que, antes de eso, conocías desde
toda la eternidad, no es otro que tu Rostro Original (…) “


El Yo puro (…) existe antes que el tiempo, es decir, en una dimensión que no se halla contamina
por el discurrir del tiempo. Y, al ser atemporal, es eterno, lo cual tampoco significa que exista en
una sucesión temporal interminable, sino tan sólo que es completamente ajeno e independiente del
tiempo (…) No es que more más allá de la muerte del cuerpo, sino que ni siquiera penetra en la
corriente de la vida (..) Es precisamente la existencia de esta inmensa Vacuidad de lo No Nacido,
lo que puede liberarnos de lo nacido y de lo creado, redimirnos del sufrimiento intrínseco al
espacio, el tiempo y los objetos y emanciparnos del mecanismo de terror inherente al valle de
lágrimas que conocemos con el nombre de samsara”.

WILBER, Ken: “La pura conciencia de ser”, 18-9 y 38-9







“El Ser es la Vida Una, eterna y omnipresente, más allá de las miríadas de formas de vida que
están sujetas al nacimiento y la muerte. Sin embargo, el Ser no sólo es trascendente, también
impregna profundamente cada forma, y su esencia es invisible e indestructible (…) Pero no trates
de agarrarlo con la mente. No trates de entenderlo. Sólo puedes conocerlo dejando la mente en
silencio. Cuando estás presente, cuanto tu atención está plena e intensamente en el ahora, puedes
sentir el Ser, pero nunca podrás entenderlo mentalmente. La iluminación es recuperar la conciencia
del Ser y residir en ese estado de ‘sensación-realización”

TOLLE, Eckhart: “El poder del ahora”, 34-5

232. El arte de ser

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“Lo que percibes como una estructura física densa llamada cuerpo, que está sujeta a la
enfermedad, al envejecimiento y a la muerte, no es la realidad definitiva, no eres tú (…) Esta
percepción se debe a las limitaciones de tu mente (…) Debajo de él está el cuerpo interno
invisible, la puerta que nos da acceso al Ser, a la Vida No Manifestada. Estás inseparablemente
conectado con la Vida Una No Manifestada –sin nacimiento, sin muerte, eternamente presente-
mediante el cuerpo interno. Gracias al cuerpo interno eres eternamente uno con Dios. (…) Las
palabras No Manifestado intentan, mediante una negación, expresar Aquello que no puede ser
dicho, pensado ni imaginado”

TOLLE, Eckhart: “El poder del ahora”, 124-5 y129








“Una nueva relación con el ahora (…), abierta y amistosa, con la forma de este momento (…),
continuo alineamiento con la forma del momento presente. La base de la acción eficaz es esta
alineado con la vida”.

Hay un saber mucho más profundo que el saber a través de conceptos mentales, un saber que está
en estado de quietud, de alerta. Esta es la inteligencia no condicionada, el estado de alerta más allá
de los pensamientos (…) Yo nunca puedo conocerme a mí mismo, puedo ser yo mismo en una
unión profundo con el ser que es más grande, el ser universal, a veces llamado Dios”

TOLLE, Eckhart: “La nueva conciencia. Conferencia de Eckhart Tolle en Barcelona”.





"Así como la brisa más ligera puede poner en movimiento un vasto bosque, así también, gracias a
un insondable impulso desde dentro, el yo semejante a una roca puede empezar a crecer y en ese
crecimiento nada puede prevalecer contra él. Es como el frío en acción y el mundo entero en un
cristal de la ventana. Ni asomo de trabajo ni sonido ni lucha ni descanso; el crecimiento del yo
prosigue implacable, despiadado, incesante. Sólo dos platos en el menú: el yo y el no yo. Y una
eternidad para elaborarlo. En esa eternidad, que nada tiene que ver con el tiempo ni con el espacio,
hay interludios en que produce algo así como un deshielo. La forma del yo se descompone, pero el
yo, como el clima, permanece"

MILLER, Henry: "Trópico de Capricornio", 295-6








“Por ‘Ser esencial’ de un hombre se entiende el modo (diferente para cada uno) de participar en el
SER supratemporal y supraespacial. El verdadero Si-mismo representa la integración del yo
existencial en el Ser esencial. En tanto que el hombre no llegue a esta integración, no es sino el
‘seudo-Sí-mismo’ condicionado por todo lo que es exterior a él. El participar en el SER se
manifiesta en una libertad vivencial en relacón con la existencia”



DÜRCKHEIM, Karlfried: Hara. Centro vital del hombre”, 31

233. El arte de ser

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“Se sabe que sólo se puede vivir la propia existencia de forma fructífera –tanto en plenitud como
en las vicisitudes- si se respeta el orden cósmico, y si se guarda el contacto con la unidad original
de la vida. Mantener constantemente este contacto es la característica del hombre que dispone del
Hara”


DÜRCKHEIM, Karlfried: Hara. Centro vital del hombre”, 24





“Lo aparente no representa la verdad, ni siquiera la realidad, lo aparente es efímero, de modo que
si se quiere buscar seriamente lo que es real y esencial hay que pasar al lado de lo oculto, porque lo
oculto simboliza lo infinito y lo desconocido, y, si hay una verdad, esa verdad reside en eso que
está oculto, en ese infinito.”


“El ser humano aunque muera y haya de morir, tiene en sí algo que lo supera; muere, pero queda
en él algo que no muere, esa finitud humana contiene una infinitud, un infinito; ese infinito
contenido en el seno de esa infinitud es lo que usted mismo ha llamado espiritualidad, y eso es lo
que queda, lo que lo supera a todo y no muere, y tal vez es ahí donde reside nuestra existencia
real”.

ADONIS (Ali Ahmed Said Esher)
BARLOEWEN, Constantin Von y NAOUMOVA, Gala: “El libro de los saberes”, 38 y 53






6.3. Integración de cuerpo y espíritu, de lo eterno e infinito con lo temporal y espacial




“Como ser consciente, el hombre se siente prisionero del antagonismo cielo-tierra, espíritu-natura.
Lo que supone dos cosas: de una parte, oposición entre la natura inconsciente y espíritu –motor del
desarrollo de la conciencia- y, de otra, oposición entre la realidad espacio-temporal del hombre en
esta tierra y lo Real, es decir, el SER que está más allá del espacio y el tiempo (…) ¿Qué puede
hacer el hombre que se encuentra permanentemente dividido entre dos polos opuestos? Puede
optar por uno de los dos polos, renunciando al otro, o puede volver a buscar el camino que
reabsorbe los contrarios Ahora bien, una opción unilateral no se puede hacer sin que, por el propio
hecho de su unilateralidad, ponga en peligro la totalidad de la persona. El hombre, en su totalidad,
comprende los dos polos: sólo puede encontrar su salvación en una vía que los una. El propio
destino del hombre es el de manifestar la unidad a través de todos los contrarios.


DÜRCKHEIM, Karlfried: Hara. Centro vital del hombre”, 16 y 17

234. El arte de ser

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6.3.1.- La abolición del tiempo: eternidad en el ahora




La gente no vive la eternidad. Vive un ahora finito”

GORDIMER, Nadime: “Atrapa la vida”, 232






SOMEWHERE IN TIME


Where there is time, there is tomorrow
Somewhere in time all sorrows pass to memory
And so the end is the beginning
Somewhere in time we are as we’re meant to be



Where there is time there is a circle
Somewhere in time the circle yearns to be completed
Thought you may feel this is illusion
Somewhere in time I know we’re certain to meet



Somewhere in time love is forever
A love that’s here, a love that’s now, too last for all time


Somehow I know this moment is waiting,
Somewhere in time


Where there is time there is a circle
Somewhere in time the circle will be complete
Somewhere in time love is forever
A love that’s here, a love that is now, to last for all time
Somehow I know this moment is waiting
Somewhere in time

EN ALGUN LUGAR EN EL TIEMPO


Donde hay tiempo hay un mañana
En algún lugar en el tiempo todas las penas pasan a la
memoria
Y de este modo todo fin es un inicio
En algún lugar en el tiempo todos nosotros somos tal y
como queríamos ser

Donde hay tiempo hay un círculo
En algún lugar en el tiempo el círculo tiende a ser
completado
Aunque puedas sentir que esto es una ilusión
Estoy seguro de que en algún lugar en el tiempo lo
encontraré

En algún lugar en el tiempo el amor es para siempre
Un amor que está aquí, un amor en el ahora, que supera
todo tiempo

De algún modo sé que este momento me está esperando,
En algún lugar en el tiempo.


Donde hay tiempo existe un círculo
De alguna manera en el tiempo el círculo será completado
En algún momento el amor es para siempre
Un amor que existe aquí , un amor en el ahora, que supera
todo tiempo
De alguna manera sé que este momento me está esperando
En algún lugar en el tiempo



Michael Crawford, Musical “EFX”







“(…) no desbordaba hacia delante y hacia el después de mi cotidianeidad y, unidad cerrada y
autosuficiente, podía grabarse en mi memoria; un momento único fuera del tiempo y del espacio,
una perla en mi espíritu liberado de los sentimientos de mi vida”

235. El arte de ser

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BARBERY Muriel: “Una golosina”, Ed. Zendrera Zariquiey, 86-7





“Es lo que me hace avanzar. Es lo que me da el sentimiento de un tiempo que no sea un tiempo
muerto, inútil o, lo que viene a ser lo mismo, el tiempo del eterno presente (…) no creo que sea en
el último instante, en el postrer suspiro, cuando se encuentra esa memoria total, perfectamente
presente ante sí misma, que la vida ha dispersado. Yo creo que está aquí. Ahora. En cada instante
de la verdadera vida, por poco que se la haya vivido realmente”

LÉVY, Bernard-Henry
en HOULLEBECQ, Michel y LÉVY, Bernard-Henry: “Enemigos públicos”, 311





“Estar en el mundo equivale a estar en la luz. Nuestro oficio consiste (…) en resistir a la luz y a la
alegría (como hacía nuestra hija cuando cantaba), sabiendo que la luz me destruirá sobre retamas,
asfalto y mar; resistir al tiempo, que es lo mismo que concentrar la eternidad en el momento. Ser
eterno es haber sido”.


FRISCH, Max: “Homo faber”, 188



“Lo que ocurre una vez es como si no ocurriera nunca. Si el hombre sólo puede vivir una vida es
como si no viviera en absoluto.”


KUNDERA, Milan: "La insoportable levedad del ser", 16





“Pero no olvide la frase de Sartre: todo es para hoy, para la vida que estamos viviendo. La gloria y
la posteridad no son sino parte de ese inmenso malentendido que es el tiempo (…) tengo cada vez
más clara la sensación de que mi futuro está aquí. Es lo que soy ahora (…) en uno o dos años lo
único que tendré ya a mi disposición será el pasado”

AGUILAR CAMIN, H: “La Guerra de Galio”, 509



“Yo no creo en la felicidad, si le digo la verdad. Creo solamente en la inquietud; o sea, nunca estoy
feliz del todo, siempre necesito hacer otra cosa. Pero admito que en la vida hay felicidades que
duran diez segundos, o incluso media hora, como cuando nació mi primer hijo; en ese instante
estaba feliz. Pero son momento brevísimos. Alguien que es feliz toda la vida es un cretino. Por eso
prefiero, antes que ser feliz, ser inquieto (…) Cada momento en que consigo recordar bien un
instante de mi infancia es un momento de felicidad. Yo creo que la infancia y la adolescencia son
periodos muy tristes (…) Me siento feliz ahora recordándolo, y quizá sea éste el motivo por el cual
escribo, para encontrar estos momentos muy breves de felicidad que consisten en recordar
momentos de la propia infancia (…) La verdadera felicidad es la inquietud. Ir de caza, no matar al
pájaro”.

ECO, Umberto
en CRUZ, Juan: “El que se sienta totalmente feliz es un cretino”.

236. El arte de ser

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“Pero el capitán Walley podía en media hora de soledad vivir de nuevo toda la vida, con el
romance, el idilio y la pena”.

CONRAD, Joseph: “Situación límite”, 17





”El futuro no vive, no existe para Cósimo Schmitz, el herrero, no le da alegría ni temor. El pasado,
ausente el futuro, también palidece, porque la memoria apenas sirve; pero qué intenso, total, eterno
el presente, no distraído en visiones ni imágenes de lo que ha de venir, ni en el pensamiento de que
enseguida todo habrá pasado. Vivacidad, colorido, fuerza, delicia, exaltación de cada segundo de
un presente en que está excluida toda mezcla así de recuerdos como de previsión; presente
deslumbrador cuyos minutos valen por horas”

FERNANDEZ, Macedonio
En VILA-MATAS, Enrique: “Dietario voluble”, 90-1



“No es la eternidad pero es el instante, que, después de todo, es su único sucedáneo verdadero. Así
que tengo que apretar el puño, tengo que gastar esta plenitud sin ninguna reserva, sin previsión
alguna”.

BENEDETTI, Mario: “La tregua”, 176



“Porque lo bello es lo que se coge en el momento en que ocurre. Es la configuración efímera de las
cosas en el momento en que uno ve al mismo tiempo la belleza y la muerte. Ay, ay, ay, me he
dicho, ¿quiere esto decir que así es como uno tiene que vivir su vida? ¿Siempre en equilibrio entre
la belleza y la muerte, el movimiento y la desesperación? Quizá estar vivo sea esto: perseguir
instantes que mueren”.


BARBERY, Muriel: “La elegancia del erizo”, 306





“Qué guerra es esta que combatimos, seguros en nuestra derrota? Aurora tras aurora, extenuados
ya de todas las batallas que aún están por venir, nos acompaña el espanto del día a día, ese pasillo
sin fin que, en las horas postreras, será nuestro destino por haberlo recorrido tantas veces. Sí, ángel
mío, así es el día a día: tedioso, vacío y anegado en desdicha. Las calles del infierno no le son en
nada ajenas; uno acaba allí un buen día por haber permanecido en ese pasillo demasiado tiempo.
De un pasillo a las calles: entonces acontece la caída, sin sacudidas ni sorpresas. Cada día,
volvemos a experimentar la tristeza en ese pasillo y, paso a paso, seguimos el camino de nuestra
lúgubre condena. ¿Vio él las calles? ¿Cómo se nace después de haber caído? ¿Qué pupilas nuevas
sobre ojos calcinados? ¿Dónde empieza la guerra y dónde cesa el combate?

Entonces, una camelia (...)

Pensando en eso esta noche, con el corazón y el estómago hechos papilla, me digo que a fin de
cuentas quizá sea esto la vida: mucha desesperación pero también algunos momentos de belleza
donde el tiempo ya no es igual. Es como si las notas musicales hicieran una suerte de paréntesis en
el tiempo, una suspensión, otro lugar aquí mismo, un siempre en el jamás. Sí, eso es, un siempre
en el jamás (…) Pues, por usted, a partir de ahora buscaré los siempres en los jamases. La belleza

237. El arte de ser

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en este mundo”.

BARBERY, Muriel: “La elegancia del erizo”, 332 y 364




“Y todo eso lo sentía a través de su carne, de su suave y palpitante carne que, aunque destinada a
disgregarse entre gusanos y grumos de tierra húmeda (típico pensamiento de Bruno), ahora le
permitía entrever esa especie de eternidad; porque como también alguna vez diría Bruno, estamos
de tal modo constituidos que sólo nos es dado vislumbrar la eternidad desde la frágil y perecedera
carne. Y él había suspirado entonces y ella le había dicho ‘qué’. Y él había respondido ‘nada,
como respondemos cuando estamos pensando ‘todo’ “

SABATO, Ernesto: “Sobre héroes y tumbas”, 150





“(…) pero saboreamos también, como lo habríamos hecho de haber sido un néctar preciado, el don
portentoso de esa mañana incongruente en la que los gestos mecánicos toman un impulso nuevo,
en la que aspirar el aroma, probar, dejar reposar, servir de nuevo, beber a pequeños sorbos viene a
ser vivir un nuevo renacer. Esos instantes en que se nos revela la trama de nuestra existencia,
mediante la fuerza de un ritual que recuperaremos como era antes con mayor placer aún por
haberlo infringido, son paréntesis mágicos que le ponen a uno el corazón al borde del alma,
porque, fugitiva pero intensamente, una pizca de eternidad ha venido de pronto a fecundar del
tiempo. Afuera, el mundo ruge o se adormece, arden las guerras, los hombres viven y mueren,
perecen unas naciones y surgen otras antes de caer a su vez, arrasadas, y, en todo ese ruido y toda
esa furia, en esas erupciones
y esas resacas, mientras el mundo va, se incendia, se desagarra y
nace, se agita la vida humana”


BARBERY, Muriel: “La elegancia del erizo”,95-6





J'aimerai croiser ton chemin
Prendre tout simplement ta main
Et t'emmener au bout du monde
A pied à cheval en bateau
Comme dans les romans photos
Où l'amour naît à la seconde

Il n'y a pas il n'y aura jamais
De temps futur au verbe aimer
Chaque instant est toute une vie
Demain est un autre aujourd'hui

Il n'y aura ni nuit ni jour
Ni de jamais ni de toujours
Ce sera l'aube en permanence
D'une nuit qui tarde à finir
D'un jour qui ne veut pas venir
Et qui prolonge ta présence

Il n'y a pas il n'y aura jamais
De temps futur au verbe aimer
Me encantaría cruzar tu camino
Simplemente tomarte la mano
Y llevarte al fin del mundo
A pie, a caballo, en barco
Como en las fotonovelas
En las que el amor nace al instante

No hay, jamás habrá
Tiempo futuro en el verbo amar
Cada instante es toda una vida
Mañana es un nuevo hoy

No habrá ni noche ni día
Ni jamás ni siempre
Será un alba permanente
De una noche que tarda en acabar
De un día que no quiere venir
Y que prolonga tu presencia


No hay, jamás habrá
Tiempo futuro en el verbo amar
Cada instante es toda una vida

238. El arte de ser

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238
Chaque instant est toute une vie
Demain est un autre aujourd'hui
Mañana es un nuevo hoy

George MOUSTAKI






"Un minuto basta para tomar conciencia de un siglo"

JABES, Edmond: "El libro de las preguntas", 26




“A veces una sílaba puede contener un universo”

TABUCCHI, Antonio: “Autobiografías ajenas”, 44






“Ver un universo en un grano de arena
Y el cielo en una flor del campo.
Tener el infinito en la palma de la mano
Y encerrar la eternidad en una hora..”

BLAKE, William: “Los vaticionios de la inocencia”
Citado en YOURCENAR, M: “La voz de las cosas”, 29






“Mi buen señor, únicamente la vida es mágica. En cualquier estrechez a que uno se vea reducido
cabe la vida entera”

BIOY CASARES, Adolfo: “ABC DE Bioy Casares”, 102





"Cada instante de tiempo es un punto de eternidad. Todas las cosas son bellas, fácilmente
cambiantes, evanescentes"

MARCO AURELIO



"... En un minuto de sueño caben años de por medio, a veces... El tiempo del reloj no marcha a la
par que la vida...”

TABUCCHI, A: "Tristano muere", 42 y 96

239. El arte de ser

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“Mi gran empeño es vivir una actualidad que me pertenezca. No presumo de que sea más veloz
que la otra, pero es más de mi gusto. Esta actualidad mía es una abolición del tiempo tal que me
permite conversar con Delacroix y con Baudelaire. Me permitía, cuando Marcel Proust era un
desconocido, considerarlo ilustre y tratarlo como si tuviera la fama de la que iba a gozar más
adelante. Tras descubrir que ese estado fuera-del-tiempo era una prerrogativa propia y que era
demasiado tarde para conseguir otras mejores, me perfeccioné y me hinqué más en ella”.


COCTEAU, Jean: “La dificultad de ser”, 114-5





“Soy un eslabón, parte de una cadena. De una anómala manera nuestros anhelos son científicos,
en el sentido más exacto de esa palabra tan envilecida. Desataremos una reacción en cadena capaz,
según pensamos, de oponerse a las leyes de la entropía, a la irreversibilidad de un proceso que
eternamente conduce a la muerte, a la dispersión, al disgregamiento…Es desbocadamente
ambicioso, por supuesto (…) El hombres situado detrás de mí representa el pasado, y el de delante,
el futuro. Sólo entre esos dos polos puedo decir que existo, sólo en ese Ahora. Y en la duración
que estoy experimentando también existo en ti… ¡Y tú en mi, s’l vous plait¡ (…) Y, con todo,
¿existía alguna felicidad mayor que la que la invadía ahora, verse colmada por los besos del
compañero insustituible, hacer el amor y desaparecer? Reunir en vez de despilfarrar: un juego en
verdad peligroso, pues empezaba a cambiar antes de que uno hubiera terminado de experimentar.
Y sin embargo, cuánta gente había, la mayoría quizá, que sin culpa alguna, por las vilezas de la
suerte, llegaba al final de una vida limitada utilidad para encontrar canceladas y barradas en la
puertas de aquellas clase de felicidad (…) Tienes razón, no debemos esperar sentados a que el
tiempo nos pille. Tenemos que actuar serenamente, como personas que llevan una eternidad en el
bolsillo. A lo mejor esta vez…”

DURRELL, Lawrence: "Sebastián", 156-7 , 159-160 y 162






“... el presente es esa nada de tiempo, que es el todo de lo real. No es un lapso de tiempo, pero es la
realidad del tiempo. No una duración, sino la presencia de lo que dura. Es lo que podemos llamar
eternidad, pero en un sentido por completo diferente: no una duración infinita (la suma del pasado
y un porvenir), sino un presente sin duración, que permanece presente. El ser en acto: el acto de
ser. No como sustancia, sino como devenir. No como sustancia, sino como verbo. Es el presente
mismo (...) la felicidad del sabio, que llamo beatitud, que es una felicidad actual, vivida en verdad
(y no en la imaginación de una alegría), por lo tanto en eternidad (y ya no en la suma,
necesariamente imaginaria, de un pasado y un porvenir). No somos eternos: no cesamos de
cambiar, de envejecer, y vamos a morir. Pero podemos conocer aquí y ahora, momentos de
eternidad. No somos sabios. Pero tenemos momentos de sabiduría. El que ha ‘sentido y
experimentado’ esa beatitud (como una eternidad feliz, como una alegría externa) no la olvidará
jamás. Eso, a fin de cuentas, no le impedirá morir. Pero tampoco su muerte les impedirá haber sido
eterno”.

COMTE-SPONVILLE, André; DELUMEAU, Jean y FARGE, Arlette: “La historia más bella de la felicidad”, 139




“El Ser no puede convertirse en un objeto de conocimiento. En el Ser, sujeto y objeto se funden en
uno mismo. El Ser puede sentirse como el Yo soy omnipresente que está más allá del nombgre y de
la forma.

240. El arte de ser

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TOLLE, E.: “El poder del ahora”, 116






“No, ese oscuro poema sinfónico llega al final sin dejar lugar a nada que signifique consuelo,
reconciliación, transfiguración. Pero, ¿y si la expresión –la expresión como lamento- que es propia
de la estructura total de la obra no fuera otra cosa que una paradoja artística, la transposición al
arte de la paradoja religiosa según la cual en las últimas profundidades de la perdición reside,
aunque sólo sea como ligerísimo soplo, un germen de esperanza? Sería esto entonces la esperanza
más allá de la desesperación, la trascendencia del desconsuelo –no la negación de la esperanza
sino el milagro más alto que la fe. Escuchad el final, escuchadlo conmigo: uno tras otro se retiran
los grupos instrumentales, hasta que sólo queda, y así se extingue la obra, el único sobreagudo de
un violonchelo, la última palabra, la última, flotante, resonancia, apagándose lentamente en un
fermatapianíssimo. Después nada –silencio y noche-. Pero la nota ya muerta, cuyas vibraciones,
sólo para el alma perceptibles, quedan como prendidas en el silencio, y lo que era el acorde de
final de la tristeza dejó de serlo, cambió su significación y es ahora una luz en la noche”

MANN, Thomas: “Doktor Faustus, 681






“Creo que perdemos la inmortalidad porque la resistencia a la muerte no ha evolucionado; sus
perfeccionamientos insisten en la primera idea, rudimentaria: retener vivo todo el cuerpo. Sólo
habría que buscar la conservación de lo que interesa a la conciencia”.


BIOY CASARES, Adolfo: “La invención de Morel”, 22




“La continuidad de espacio-tiempo tiene sus exigencias y lo va deshaciendo a uno poquito a poco
hasta que llega otra vez el vacío. Pero es preferible el vacío al tormento y al aburrimiento de un
carácter incorregible que cae siempre en los mismos errores. Esos instantes de gracia y de dolor
podían parecer eternos, de modo que si uno era capaz de captar la eternidad de los momentos
dolorosos y darles un contenido diferente, lograría una revolución. Eh, ¿qué tal? ¡Vaya idea!”


BELLOV, Saul: “Hertzog”, 231





"...muy a menudo, y casi a diario, siento una fuerte sensación de eternidad".

SAUL BELLOW, “El planeta de Mr. Sammler”;




“Llegó el momento en que sólo le quedaban cinco minutos de vida nada más. Contaba él que esos
cinco minutos le habían parecido un espacio de tiempo infinito, una riqueza enorme; parecíale que
en aquellos cinco minutos había gastado tanta cantidad de vida, que ni siquiera pensaba en su

241. El arte de ser

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último momento, y seguía adoptando distintas determinaciones (…) ni un solo momento de vida
se puede tasar en el valor de una copeica y que, a veces, cinco minutos representan un tesoro
preciado (…) aún nos queda por vivir una eternidad hasta el momento de subir al patíbulo””

DOSTOYEVSKI, F.M.: “El idiota”, 68-9 y 73






“No se excluye que la sucesión empírica de los momentos eternos (actos morales, actos poéticos,
actos conceptuales) pueda ser aprês coup interpretada o dispuesta en construcción vital. Tanto más
puesto que se admite que cualquier obra de construcción está hecha siempre de instantáneas
iluminaciones –momentos metafísicos- que son après coup soldadas, es decir, explicadas como
unificables”.

PAVESE, Cesar:"El oficio de vivir",





“Al recordar luego aquél momento, ya restablecido, solía decirse con frecuencia que todos
aquellos relámpagos y vislumbres de suprema sensación y consciencia de sí mismo, y acaso de un
supremo existir, no eran otra cosa que enfermedad, la interrupción del estado normal (…) ‘¿Qué
importa en el fondo, que sea ésa una exaltación anormal, si el resultado es el mismo, si la
sensación experimentada, cuando se la recuerda y se la analiza ya en estado de salud, se muestra
en un supremo grado de armonía, de belleza infunde un sentimiento hasta allí ignorado y no
presentido de plenitud; de mesura, de paz, y de un inspirado, iluminado fundirse en la suprema
síntesis de la vida?‘ (…) Pero de aquello era realmente belleza y visión divina, de que aquello era,
efectivamente, la suprema síntesis de la vida, de eso no podía él dudar, si siquiera admitir la duda
(…)’ Sí, por este momento daría yo toda la vida’, era indudable que aquel momento, para él, valía
la vida entera. (…) Porque aquello existía, él podía decirse a sí mismo, anaquel segundo, que aquel
segundo, por una suerte ilimitada, él lo sentía plenamente, y podía, incluso, valer por toda la vida”

DOSTOYEVSKI, F. M.: “El idiota”, 265-6





“Pero él, en cambio, siempre había sido un contemplativo que dolorosamente sufría la sensación
del tiempo que pasa y que se lleva con él todo lo que querríamos eterno. Y en lugar de luchar con
él se rendía de antemano y se empeñaba luego en recordarlo con melancolía, invocando sus
espectros, imaginando fijarlos de alguna manera en un poema o en una novela; intentando –y lo
que era peor, imaginándolo intentar- esa empresa desproporcionada a sus fuerzas que era lograr al
menos un fragmento de eternidad
, aunque fuese un fragmento pequeño y familiar (...) ante lo cual
otros seres, otros hombres y mujeres de tiempos venideros, tristes y meditativos como él, y por
motivos semejantes, detendrían el vertiginoso curso de sus días y sentirían, aunque fuese por unos
instantes, también ellos la ilusión de la eternidad”

SABATO, Ernesto: “Abaddón el exterminador”, 455





“No hay otra manera de alcanzar la eternidad que ahondando en el instante, ni otra forma de llegar
a la universalidad que a través de la propio circunstancia: el hoy y aquí”

242. El arte de ser

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SABATO, Ernesto: “La resistencia”, 17






“Hoy sé que tuve razón, y por qué. Los adolescentes de mi generación avorazados por la vida
olvidaron en cuerpo y alma las ilusiones del porvenir, hasta que la realidad les enseñó que el futuro
no era como lo soñaban, y descubrieron la nostalgia.

GARCIA MARQUEZ, G.: “Memoria de mis putas tristes”41-2





“Dios, es decir, el placer bruto, sin compartir, el que parte de nosotros mismos y que no se puede
comparar más que a nuestro propio goce; Dios, es decir, esa región misteriosa de nuestra intimidad
en la que somos enteramente nosotros mismos en la apoteosis de un deseo auténtico y de un placer
puro. Como el ombligo que se anida en lo más profundo de nuestros fantasmas y que sólo inspira
nuestro propio ego, (…) era la asunción de mi fuerza de vivir y de existir”.

BARBERY Muriel: “Una golosina”, 181-2





“¿Qué va a ocurrir? Nada. Pues todo ha ocurrido ya. El tiempo eterno es ahora, y el tiempo no
puede ofrecer nada mejor. Nada puede ser más ahora que ahora, y antes de ahora nada era. No hay
hechos menores en la vida, sólo existe un hecho, éste, único y colosal”.

SMART, Elisabeth: “En Gran Central Station me senté y lloré”, 44





“De pronto tuve conciencia de que ese momento, de que esa rebanada de cotidianeidad, era el
grado máximo de bienestar, era la Dicha, pero en seguida yo mismo me di bofetadas de alerta:
estoy seguro de que la cumbre es un breve segundo, un destello instantáneo, y no hay derecho a
prórrogas”.


BENEDETTI, Mario: “La tregua”, 201






“La existencia de Alan ha terminado –repitió- y, sin embargo, debemos recordar que, mientras
vivió, fue una vida interminable. Cada día era interminable para Alan gracias a su curiosidad. Cada
día era interminable gracias a su simpatía. Fue un chico feliz durante toda su vida, y siempre se
entregaba por completo a aquello que hacía. Hay destinos mucho peores en este mundo”

ROTH, Philip: “Némesis”, 58

243. El arte de ser

30/08/2012
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243

“Todo el que beba de esta agua
Volverá a tener sed;
Pero el que beba del agua que yo le dé
No tendrá sed jamás,
Pues el agua que yo le dé
Se convertirá en él en fuente de agua
Que brota para la vida eterna


Evangelio según San Juan, 4, 13 y 14





“BLANCO: La vida eterna no existe. Todos morimos.
NEGRO: Pues él dijo otra cosa, amigo. Él dijo que se podría tener ‘vida’ eterna. Vida. Quiero
decir ahora. Sopesarla en la mano. Verla con sus propios ojos. ¿Sabe que despide una luz? Y tiene
peso. Un poquito. Es caliente al tacto. No mucho. Y es para siempre. Y la puede tener. Ahora
mismo. Hoy”
(…)d

“Es que los judíos no existen. Como no existen los blancos. Ni los negros. Negratas, morenos,
gente de color. No hay nada de eso. En lo más hondo de la mina donde está el oro no hay nada de
eso. Solo el mineral puro, la mena. Esa cosa eterna. Eso que usted no cree que existe”.


McCARTHY, Cormac: “El Sunset Limited”, 54-5 y 65







“Lo inmortal es lo inverso de lo eterno. La eternidad es un presente absoluto; el tiempo no existe
(…) En el éxtasis amoroso o religioso nos ponemos fuera del tiempo, convertimos el instante en
absoluto. En ese momento teopático, entramos en contacto con la eternidad, con lo que suele
llamarse Dios”

SABATO, Ernesto: “Hombres y engranajes. Heterodoxia”, 185

244. El arte de ser

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244





6.3.2.- Lo visible y lo invisible.




“Lo más fundamental se realiza en abstracto y lo intrascendente en la realidad”

MUSIL, R.: “El hombre sin atributos”, T. 1, 73





“Lo esencial es invisible a los ojos (…) Lo más importante es invisible”.

SAINT-EXUPÉRY, Antoine de: “El principito”, 72 y 78




“La luz está en todas partes, lo que pasa es que usted no ve más que sombra alrededor. Y la
sombra es usted. Usted hace la sombra”.

McCARTHY, Cormac: “El Sunset Limited”, 80







“Su madre era de origen sajón, y probablemente había heredado de ella la suavidad, cierto
sentimiento vital decadente y una acusada sensibilidad para lo invisible y para lo imposible de
experimentar, aunque por fortuna estos rasgos de su carácter se mezclaban con la dureza y la
sobriedad paganas de su padre”.



“Cada familia, cada individuo tiene su propia agenda religiosa, donde figuran los días en los que
honran algo incomprensible e inalcanzable: los aniversarios de los familiares fallecidos, los días de
ayuno voluntario, las fiestas íntimas”

MARAI, Sándor: “Divorcio en Buda”, 31 y 42






“Se puede decir o hacer lo que se quiera, lo esencial no es lo que se tiene delante, se ve, se oye, se
desea, se toca o se violenta. Precede como un horizonte, como un semicírculo, pero los extremos
de este semicírculo están unidos por una cuerda y el plano de esta cuerda atraviesa el centro del
mundo. Por delante sobresalen las manos y la cara; sentimientos y aspiraciones se pasean enfrente
y nadie duda de que aquello que allí se hace es siempre razonable o, al menos, apasionado (…)
Pero por lo inteligible y coherente que todo ello aparezca, está siempre acompañado por la oscura
sensación de ser algo mediocre, una mitad. Falta equilibrio y el hombre avanza para no
balancearse como un volatinero (…) En esta extrema sensación de un espacio ciego, recortado

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detrás del macizo, en esta mitad que sigue faltando, aunque todo es un entero, se reconoce
finalmente aquello que recibe el nombre del ‘espíritu’”

MUSIL, R.: “El hombre sin atributos”, T. 1, 190-1






“Solemos hacer una distinción entre lo visible, lo invisible y lo que no está presente (…) Lo
invisible está presente (…) Es posible hacer visible lo invisible; las cosas que no están presentes
podemos acercarlas a la razón mediante las parábolas, y a la intuición, mediante símbolos (…) Lo
inasible es, claro está, aquello que no puede verse, aunque su existencia es palpable (…) Desde
luego no cabe negar que las artes alzan los fenómenos a un nivel más elevado de percepción –la
que con más fuerza logra eso es la música. Su fluido precede a la decisión, también a la decisión
política. Lo que no es posible pesar, lo imponderable, eso no sólo mueve los pesos, sino que
modifica el peso”


JUNGER, Ernst: “La tijera”; 54, 64 y 88





“La poesía, la literatura y el arte en todas sus formas están remitiendo constantemente a
experiencias identificadas en términos muy diferentes tales como experiencias-cumbre,
sentimientos oceánicos, experiencias de lo absoluto, experiencias límite o de frontera, que
coinciden en abrir el horizonte del alma humana, dilatar la conciencia, permitir una ruptura de
nivel existencial y poner a la persona en comunicación con un nuevo nivel de realidad diferente de
aquel en el que reinan los objetos que dominan la experiencia cotidiana”

MARTÍN VELASCO, J.: “La experiencia cristiana de Dios”, 24-5




“Alguien, quizá el mismo Freud, le había asegurado que los caracteres fuertes están casi siempre
construidos alrededor de alguna grave debilidad central, un defecto central. Vivimos en un estado
de sobrecompensación de este defecto; nuestras lágrimas de dolor se solidifican en joyas de
perspicacia. ‘La enfermedad de la ostra es la perla’. Pero después de que uno o dos tragos le
hubieran enfriado, siempre se percataba de que si la felicidad no se había cruzado en su camino
debía de haber sido porque él nunca se había preparado realmente para recibirla. Ahora, tras un
período tan largo de desventura, se daba cuenta del sentido en que el hombre occidental había
errado sus prioridades. El objetivo no estaba entre los muslos, sino entre los ojos: la glándula
pineal de la visión blanca”

DURRELL, Lawrence "Constance", 127




“Cegado por un bombardeo de imágenes inmediatas, que le circundan, el ser humano no es capaz
de percibir lo que está más allá del alcance de su vista. Y es que el don de la visión cenital se halla
sin duda favorecido por la imposibilidad de la percepción visual directa, una pérdida que no hace
sino acentuar la capacidad de visionar en un mismo plano lo que acontece en el presente, lo que
aconteció en el pasado y hasta prever el futuro. Por el contrario, el sujeto pendiente de la
inmediatez visible nunca llegará a descifrar lo que le cuentan los pájaros, la lluvia, las hojas de los
árboles recorridas por la brisa, ni menos aún elaborar con tales datos hechos pertenecientes al
pasado y al futuro no menos que al presente. Yo, en cambio, tras tender al oído en el silencio de la

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noche, soy capaz de ver lo que quiero ver”.
(...)

“Milton, y antes Homero, iluminados por su ceguera, nos ofrecen el mejor ejemplo de visión
global o superior propia de este periodo, una peculiar forma de visión que permite evocar o hacer
palpable lo que, cuando se gozaba de la vista, no era visible por no hallarse situado al alcance de
los ojos. Caso distinto es el de los grandes sordos. Goya, Beethoven, que lo fueron a su modo de
reacción contra un mundo dominado por la estupidez, que no era de su agrado”


GOYTISOLO, Luís: “Oído atento a los pájaros”, 24-5 y 44






“Sólo el ciego canta canciones aprendidas. Pero el que ve –aunque a veces de tanto ver se vuelva
ciego, y si es así con mayor razón –canta la visibilidad, canta la visión siempre renovada de la
vida, canta lo nuevo y por tanto se canta a sí mismo. Sólo el que ve de verdad canta de verdad
. Y
lo que resuenan en el canto del caminante, desde el zumbido de las abejas o de los moscardones
hasta el suave arrullo de la alondra, no es nunca una imitación de sonidos, sino un enjambre de
abejas contemplado, la altura de la alondra divisada, y más aún: lo invisible en lo visible,
transformado en sonido.

En lo invisible, el hombre alcanza a ver por última vez: se le ha concedido que contemple lo que
vive en lo no viviente, lo viviente en la supuesta materia muerta, una forma palpable de ver. Un
atisbo manifiesto guía la mano del artesano cuando da forma viva al material, de modo que su vida
se haga visible al ojo humano. Así es como el artesano imita a Dios, y más claramente le imita al
artista, porque él percibe más allá de la vida activa que se esconde en lo inanimado, y esa
percepción abarca –en una progresión casi imperceptible- todo su ser, toda su persona (…)

(…) El ojo fue llamado para sentenciar acerca de todo lo que el hombre conoce, piedra de toque
para decidir sobre su propio acto creador, fuera éste el número o el arte. En el ojo se aúna todo lo
humano del hombre, quien encuentra en él su esencia y su descanso, ya que el hombre se ha
convertido en creador gracias a la fuerza de conocimiento de su ojo. ¡Santidad del ojo y, no
obstante, simple eco de la santidad¡ Pues el acto creador del hombre se produce a manera de eco y
comunica la vida percibida sólo mediante imágenes. Y el hombre, que se reconoce en el ojo, se
juzga bien a través de este por lo que él mismo ha realizado. El hombre se atribuye una
inmediatibilidad que no posee, se vuelve orgulloso en el ojo y regresa a lo muerto”.

BROCH, Hermann: “Los inocentes”, 84-5





“Las cosas así no se suelen recordar hasta que han pasado muchos años. Transcurren décadas hasta
que pasamos por una habitación a oscuras donde alguien murió, y entonces oímos el sonido del
mar, las palabras de antaño. Como si aquellas pocas palabras hubiesen expresado el sentido de la
vida. Sin embargo, más adelante habría siempre otras cosas de qué hablar”.

MÁRAI, Sándor: “El último encuentro”, 33




“Los verdaderos seres humanos son únicamente aquellos que pueden penetrar en sí mismos, seres
cósmicos, capaces de sumergirse en el gran proceso del mundo. Ellos realizan milagros con los
ojos cerrados, porque saben cómo emplear todas las fuerzas del mundo, que están tanto dentro
como fuera de ellos. Pero todos aquellos seres humanos que siguieron el segundo hilo hasta allí,
debieron desgarrar antes el primero. He leído sobre las escalofriantes penitencias de los monjes

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iluminados, y los recursos usados por los santos indios tampoco me son del todo desconocidos.
Todas esas cosas crueles que suceden en el proceso tienen por objetivo matar todos esos
miserables deseos orientados hacia el exterior que, ya sean vanidad o hambre, alegría o compasión,
sólo le roban algo al fuego que todos podemos encender en nuestro interior”-


MUSIL, Robert: “Las tribulaciones del estudiante Törless”, 80-1






“Uno siempre conoce la verdad, la otra verdad, la verdad oculta tras las apariencias, tras las
máscaras, tras las distintas situaciones que nos presenta la vida”.

MÁRAI, Sándor: “El último encuentro”, 51








“La técnica (….) como ardid para organizar el mundo de tal manera que no lo tengamos que vivir.
Manía del técnico: convertir la creación en algo útil, porque no la soporta como compañera, no
sabe cómo tratarla; la técnica es un ardid para eliminar el mundo como resistencia, por ejemplo
reduciéndolo por medio de la velocidad, para no enfrentarnos con él (…) Mi error consiste en que
nosotros los técnicos intentamos vivir sin la muerte. Literalmente: tú no consideras la vida como
una figura, sino como una mera suma; por eso no guardas relación con el tiempo, porque tampoco
la guardas con la muerte. La vida, dice, es figura en el tiempo. (…) La vida no es materia, por
puede forzarse por medio de la técnica”


FRISCH, Max: “Homo faber”, 161

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6.4.- Introspección en el Yo profundo, pero con acción: ¡Vive la Vida¡


“Pero si el espíritu se hace puramente racionalista, el hombre, prisionero de las categorías de la
razón, pierde la fuerza transformadora y regeneradora de su vida, se entrega al inmovilismo,
terminando por caer en un estado desesperado. La puerta que da acceso a la vía interior, no se abre
si el hombre no sufre por estar separado de su Ser esencial, y hasta tal punto, que se sienta
empujado a liberarse del predominio del yo, a dejar que revienten las estructuras rígidas del
espíritu objetivante, incitándole a entrar en contacto con el SER y con la Vida que, por naturaleza,
va contra cualquier fijación. Únicamente un estado de ser que haga al hombre capaz, no ya sólo de
vivir breves momentos de contacto con el SER supra-espacio temporal, sino de mantener ese
contacto en la vida cotidiana, es el que permite que madure el ‘fruto de la unión con el SER’.
Poder dar testimonio del SER supra-histórico en el pequeño marco de una vida, y manifestar al
SER en la existencia son condiciones indispensables para que el hombre pueda cumplir su destino
divino de persona. El Hara está al servicio de esta realización”.


DÜRCKHEIM, Karlfried: “Hara. Centro Vital del Hombre”, 213



6.4.1.- Sentido del Ejercicio y la Técnica


“Uno de los factores esenciales en la práctica del tiro con arco y de las otras artes que se cultivan
en el Japón (y probablemente en otros países del lejano Oriente), es el hecho de que no entrañan
ninguna utilidad. Tampoco están destinadas a brindar goce estético, sino que significan
ejercitación de la conciencia que ha de relacionarse con la realidad última
. Así pues, el tiro de arco
no se realiza tan solo para acertar el blanco; la espada no se blande para derrotar al adversario; el
danzarín no baila únicamente con el fin de ejecutar movimientos rítmicos. Ante todo, se trata de
armonizar lo consciente con lo inconsciente”.

Daisetz T. Suzuki en
HERRIGEL, Eugen: “Zen en el tiro con arco”.




“Al tiro con carco, en el sentido tradicional, respetado como arte y honrado como herencia, los
japoneses no lo consideran como deporte sino, aunque parezca extraño en un primer momento,
como acto ritual
. Por ende, ‘el arte’ del tiro de arco no significa para ellos habilidad deportiva cuyo
dominio primordialmente físico, sino maestría cuyo origen ha de buscarse en ejercicios espirituales
y que tiene por finalidad acertar en lo espiritual. En el fondo, el tirador apunta a sí mismo y tal vez
logre acertar en sí mismo.


HERRIGEL, Eugen: “Zen en el tiro con arco”.

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“Al igual que en toda la sabiduría oriental, no es el resultado de un conocimiento teórico, sino
fruto de una larga experiencia consolidada y confirmada mediante una práctica regular (…) En
realidad somos eso, en el fondo de nuestro ser, pero no lo cumplimos en nosotros sino en la
medida en que, a lo largo de nuestra evolución, permitamos que se manifieste. Para lograrlo, no
hay sino un medio: el ejercicio. Un Buda no es un dios trascendente, sino un hombre a quien el
tomar conciencia de su ser original ha transformado y liberado (…) Este refleja, en su cuerpo, lo
que desde que nace, el hombre tiene el deber de reencontrar: la unión en el fondo del SER”.


DÜRCKHEIM, Karlfried: Hara. Centro vital del hombre”, 26







“Para realizarlo, es decir, para devenir un hombre ‘completo’, tiene que superar, a medida que se
vayan presentando, los obstáculos que puedan impedir su evolución. Y ha de sentir también en él
esa fuerza profunda, esencial; hacer que penetre en todo su ser, y que aumente. Para eso necesita
un ‘centro justo’ (…) Sin conseguir ese centro, no es posible devenir un hombre completo. Solo
mediante el ejercicio se puede alcanzar el Hara, y de ese modo, encontrar la puerta que conduce al
CAMINO, CAMION que ha de seguirse para devenir un hombre completo”


DÜRCKHEIM, Karlfried: Hara. Centro vital del hombre”, 30






“El estado de ser ‘justo’ es aquel en el que el hombre es a la vez transparente al SER ‘encarnado’
en su Ser esencial, y capaz de manifestarle en este mundo, en su propia forma de vivir y de amar,
de comprender y de crear. Así es como la forma espacio-temporal característica, tanto de su propia
persona, como del mundo, deviene transparente al SER supra-espacio-temporal. El sentido de todo
ejercicio es la transparencia. Hara es sinónimo de estado de ser transparente. (…) La vía que
conduce a la metanoia hay que considerarla así mismo como una transformación del hombre en su
totalidad. Este camino significa no sólo una transformación espiritual y psíquica, sino también un
cambio en el cuerpo y en el comportamiento físicos. Sin esta transformación física, toda
experiencia del SER quedaría limitada a momentos efímeros convirtiéndose indefectiblemente en
víctima de la conciencia objetivante, que fija y racionaliza todo (…) Por ello el ejercicio siempre
ha de ser un ejercicio corporal. Hara significa transparencia del cuerpo (…) Hara significa, pues,
centro de gravedad ‘justo’ “.


DÜRCKHEIM, Karlfried: “Hara. Centro Vital del Hombre”, 214-5






“Cuando, en una de esas ocasiones, dije a manera de disculpa que en verdad me esforzaba por
permanecer relajado, replicó: ¡Concéntrese sólo en la respiración, como si no tuviese que hacer
otra cosa’ (…) ¡No piense en lo que debe hacer, no reflexione cómo llevarlo a cabo –exclamó-;
sólo si toma por sorpresa al arquero mismo, el tiro sale suavemente¡ ¡Ha de ser como si la cuerda
cortara de repente el pulgar que la retiene, sin que usted abra la mano intencionadamente (…) El
arte genuino –exclamó entonces el maestro- no conoce ni fin ni intención¡ Cuanto más
obstinadamente se empeñe usted en aprender a disparar la flecha para acertar en el blanco, tanto
menos conseguirá lo primero y tanto más se alejará lo segundo. Lo que le obstruye el camino es

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su voluntad demasiado activa. Usted cree que lo que usted no haga, no se hará (…) Entonces
¿qué debo hacer¿ -pregunté pensativo. Tiene que aprender a esperar como es debido. ¿Y cómo se
aprende eso? Desprendiéndose de si mismo, dejándose atrás decididamente a sí mismo y a todo
lo suyo, que de usted no quede otra cosa que el estado de tensión, sin intención alguna“


“El relajamiento físico ha de continuarse en una relajación psíquico-espiritual con el fin, no sólo
de agilizar, sino de liberar al espíritu: ha de ser ágil para alcanzar la libertad y libre para
recuperar la agilidad primaria. Y esa agilidad primaria difiere esencialmente de todo lo que suele
comprenderse comúnmente por agilidad mental. Así se encuentra, entre los estados de relajación
física por una parte, y libertad espiritual por la otra, una diferencia de nivel que ya no puede
salvarse tan sólo por la respiración sino únicamente por un liberarse a sí mismo de todas las
ligaduras, sean cuales fueren, por la pérdida total del yo de suerte que el alma sumergida en sí
misma se halle en el pleno poder de su innombrable origen. La exigencia de cerrar primero la
puerta a los sentidos no se satisface mediante un decidido apartamiento sino por la disposición a
ceder sin resistencia. Más para lograr instintivamente esa actitud no activa, el alma necesita un
apoyo íntimo que obtiene al concentrarse en la respiración”.

“Lo conseguimos mediante un peculiar salto de la concentración (…) A través de él, el alma
llega espontáneamente a un despreocupado oscilar en sí misma que, capaz de ser intensificado,
hasta llega a esa sensación de increíble liviandad que sólo experimentamos pocas veces en el
sueño y a la feliz seguridad de poder despertar energías en cualquier dirección, incrementar y
disolver tensiones en una gradual adaptación. Ese estado, en que nada definido se piensa,
proyecta, aspira, desea ni espera, que no apunta en ninguna dirección determinada y no obstante,
ese estado fundamentalmente libre de intención y del yo, es el que el maestro llama propiamente
‘espiritual’ (…) Por eso, quien se ha liberado de todas las ligaduras tiene que ejercer cualquier
arte que sea a partir de esa plenipotencia de su presencia de espíritu no perturbada por ninguna
intención, por oculta que fuese. Mas para que pueda integrarse en el acontecer creador, olvidado
de sí mismo, es preciso que se inicie en la práctica del arte”

“La obra interior consiste en que él, como hombre que es, como yo que se siente ser y como
quien se reencuentra una y otra vez, se convierta en la materia prima de una plasmación y
formación que desembocan en la maestría. En ella se encuentra el artista y el hombre, en el
sentido más amplio de la palabra, en algo superior”




“Según Takuan, la consumación del arte de la espada consiste en que el corazón ya no es
afectado por ningún pensamiento sobre yo y tú, el adversario y su espada, la propia espada y su
manejo, y ni siquiera sobre la vida y la muerte. ‘Luego, todo es vacío: tú mismo, la espada que se
blande y los brazos que la manejan. Más aún, hasta la idea de vacío ha desaparecido’ De ese
vacío absoluto –declara Takuan- surge el milagroso despliegue de la acción. Lo que vale con
respecto al tiro con arco y la esgrima es aplicable, en el mismo sentido, a todas las demás artes”.



HERRIGEL, Eugen: “Zen en el tiro con arco”.




6.4.2.- ¡Vive la Vida¡






6.5.- Meta trascendencia: más allá de la propia existencia personal en el mundo de las formas

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6. 5.1.- No busques más allá: vuelta al ser






“Es posible que, al medir el grado, se propusieran ocultar algo con sus tareas cotidianas, y cedieran
... tan abiertamente como jamás pudieron hacerlo, al deseo de trascender sus vidas –cada una
afligida de distinta manera- por medio de lo que, al final de la jornada, no son más que hileras de
numerales, y estos siempre en la oscuridad de páginas sin abrir ni pasar y donde la tinta empieza
ya a palidecer, procedentes de tipos desde entonces fundidos y estereotipados innumerables veces,
todo ello casi olvidado”


PYNCHON, Thomas: “Mason y Dixon”, 858





“Uno se embarca hacia tierras lejanas, indaga la naturaleza, ansía el conocimiento de los hombres,
inventa seres de ficción, busca a Dios. Después se comprende que el fantasma que se perseguía era
Uno-mismo”

SABATO, Ernesto: “Hombres y engranajes. Heterodoxia”, 9






“Un hombre se propone la tarea de dibujar el mundo. A lo largo de los años puebla un espacio con
imágenes de provincias, de reinos, de montañas, de bahías, de naves, de islas, de peces, de
habitaciones, de instrumentos, de astros, de caballos y personas. Poco antes de morir, descubre que
ese paciente laberinto de líneas traza la imagen de su cara”.

BORGES, Jorge Luis: “Epílogo” en “Obras completas”, Tomo II, p. 232




“Toda mi vida he estado buscando respuestas, y, ante cualquier realidad con la que me enfrentaba,
siempre había alguien que me decía lo que tal realidad era. Yo aceptaba sus explicaciones, pese a
que unos y otros se contradecían, y algunos ni siquiera estaban de acuerdo consigo mismos. Yo era
ingenuo. Me buscaba a mí mismo, y formulaba a todos, salvo a mí mismo, preguntas que sólo yo
podía contestar. Necesité mucho tiempo, así como sufrir las consecuencias de muy penosas
frustraciones de mis esperanzas, para llegar a comprender algo que, según parece, todos saben de
una manera innata. Es decir, que yo tan sólo soy yo, y nadie más.”

ELLISON, Ralph: “El hombre invisible”, 23










"Saber que lo único que merece que el hombre se afane en su búsqueda es un momento presente
capaz de trascenderse a sí mismo. Es decir, capaz de iluminar otros momentos presentes, sea de
nuestras propias vidas, sea de las vidas de otros"

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GOYTISOLO, LUIS: “Liberación", 111




“El sentimiento de soledad es el ansia de un lugar. Ese lugar es el centro del mundo, el ombligo del
universo. Lo que no sea una totalidad no puede satisfacer al hombre. Quienes domeñan el deseo lo
hacen porque su deseo es tan débil que puede domeñarse”

COETZEE, JM.: “En medio de ninguna parte”, 183-4





“No sé quién -o qué- suscitó la pregunta. No sé cuando fue planteada. No sé siquiera si respondí.
Pero, una vez, respondí sí a alguien o a algo. De esta hora data la certidumbre de que la existencia
tiene pleno sentido y de que, por tanto, mi vida, vivida en sumisión, tiene una meta.

Desde esta hora supe lo que significa ‘no volver la vista atrás’ y ‘no preocuparse por el día
siguiente’.

Conducido a través del laberinto de la vida por el hilo de Ariadna de la respuesta, llegué a un
tiempo y a un lugar en que supe que el camino lleva a un triunfo que es muerte y a una muerte que
es triunfo; que la recompensa por jugarse la vida es la difamación y que la más profunda
humillación significa exaltación, una exaltación que está al alcance del hombre. Desde entonces
perdió su sentido la palabra coraje, puesto que nada podía serme arrebatado”.

Dag HAMMARSKJÖLD, Secretario General de Naciones Unidas en 1.961
(Citado en KÜNG, Hans: “¿Existe Dios?”, 601)





“La luz de la verdad nunca está muy lejos, y ningún ser humano es demasiado corrompido ni
despreciable para que no pueda recibirla...Pero aceptar la ineficacia en la vida de uno, el destierro
a la vida estrictamente personal, el confusionismo...Porque la última cuestión, que es también la
primera, la de la muerte, nos ofrece las interesantes alternativas de desintegración por nuestra
propia voluntad como prueba de nuestra ‘libertad’ o el reconocimiento de que debemos una vida
humana a esta pasajera existencia, sin que pensemos en el vacío. (Después de todo, no tenemos un
conocimiento positivo de ese vacío)”

(...)

“Me miro y me veo el pecho, los muslos, los pies... la cabeza. O la siento. Sé muy bien que esta
extraña organización ha de morir. Y por dentro, algo, algo, sí, la felicidad...’Me conmueves’ No
hay elección. Algo produce la intensidad; un sentimiento sagrado (...) Unos corazones engendran
más amor y otros menos, seguramente. Pero, ¿significa esto algo? Hay quien dice que este
producto de los corazones es el conocimiento. ‘Je sens mon coeur et je connais les hommes’ (…)
No, no puedo decir eso, pues mi rostro está ciego, mi mente es demasiado limitada y mis instintos
tienen muy poco alcance. Pero ¿acaso nada significa esta intensidad? ¿Es una idiota alegría lo que
hace a este animal, el más peculiar de todos los animales, exclamar algo? Y ¿es posible que esté
convencido de que esta reacción es una prueba y un signo de eternidad? (...) En fin, así es... no una
cosa solitaria. Estoy bastante satisfecho de existir, de ser como está mandado y por todo el tiempo
que pueda permanecer en esta vida.”

BELLOV, Saul: “Herzog”, 398 y 429

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“Las metas y los proyectos son anticipación de valores. Mediante ellos pretendo conseguir algo
que me parece valioso: bello, placentero, útil, lo que sea. Captamos los valores mediante nuestras
experiencias afectivas. Si no tuviéramos deseos ni sentimientos no tendría sentido para nosotros
halar de esas cualidades de lo real. La gran innovación de la inteligencia humana, lo que la sitúa a
un nivel distinto del comportamiento animal es su capacidad para dirigir la acción no sólo
mediante valores sentidos en la emoción o el deseo, sino mediante valores pensados, es decir
valores que reconoce sin sentirlos.

MARINA, José Antonio: “Aprender a vivir”, 184





“La piedad, el respeto, el decoro espiritual, la religiosidad, sólo son posibles en el hombre y por el
hombre dentro del marco terrenal y humano. Su fruto debiera ser y será un humanismo con ribetes
religiosos, inspirado por el sentimiento del secreto trascendente del hombre, por la orgullosa
conciencia que el hombre tiene de ser algo más que un fenómeno biológico, de estar ligado por
una parte esencial de su ser a un mundo espiritual, de que la noción de lo absoluto le ha sido dada
con las ideas de Verdad, de Libertad, de Justicia, de que le ha sido impuesto el deber de ir en busca
de la perfección. En este patetismo, en esa obligación, en esa veneración del hombre por sí mismo
descubro a Dios. Pero soy incapaz de encontrarle en cien mil millones de vías lácteas”


MANN, Thomas: “Doktor Faustus, 382





“El hombre se expresa para llegar a los demás, para salir del cautiverio de su soledad. Es tal su
naturaleza de peregrino que nada colma su deseo de expresarse. Es un gesto inherente a la vida que
no hace a la utilidad, que trasciende toda posibilidad funcional (...) Cuando somos sensibles,
cuando nuestros poros no están cubiertos de las implacables capas, la cercanía con la presencia
humana nos sacude, nos alienta, comprendemos que es el otro el que siempre nos salva (...) El
latido de la vida exige un intersticio, apenas el espacio que necesita un latido para seguir viviendo,
y a través de él puede colarse la plenitud de un encuentro, como las grandes mareas pueden
filtrarse aun en las represas más fortificadas (...) Amor que nunca se recibe por descontado, que
siempre pertenece a la magnitud del milagro”.



SABATO, Ernesto: “La resistencia”, 19-20 y 22





“El hombre es un ser pensante, pero sus grandes obras las realiza cuando no calcula ni piensa.
Debemos reconquistar el ¡candor infantil¡ a través de largos años de ejercitación en el arte de
olvidarnos de nosotros mismos. Logrado esto, el hombre piensa sin pensar”


HERRIGEL, Eugen: “Zen en el tiro con arco”.


“El acceso está abierto sólo a aquellos que se acercan con el corazón ‘puro’, es decir, libre de
segundas intenciones (…) es preciso que el tirador, pese a todo su hacer, se convierta en centro

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inmóvil. Entonces surge lo último y lo más excelso: el arte deja de ser arte, el tiro deja de ser
tiro, será un tiro sin arco ni flecha; el maestro vuelve a ser discípulo; el diestro, principiante; el
fin, comienzo; y el comienzo, consumación”


HERRIGEL, Eugen: “Zen en el tiro con arco”.








6.5.2.- Más allá de las dimensiones conocidas por el ser humano.



(Límites a la percepción y el conocimiento humano Límites del lenguaje.
Una nueva experiencia. Un orden de ser nuevo.
Un nuevo nivel de realidad diferente. Una ruptura de nivel existencial.
No ligada a las condiciones espacio-temporales conocidas.
No apresable por los recursos de los sentidos y la razón humanos.
Que responde y sacia más allá de cualquier respuesta puramente humana)





“Si las puertas de la percepción estuvieran abiertas,
Se vería todo como lo que es: infinito”

BLAKE, William . Citado en YOURCENAR, Marguerite: “La voz de las cosas”,
80





“A veces imagino que, en el caso de que Dios existe, no habría de disgustarle esta duda. En
realidad los elementos que él (o ‘El) mismo nos ha dado (raciocinio, sensibilidad, intuición) no son
en absoluto suficientes como para garantizarnos ni su existencia ni su no existencia. Gracias a una
corazonada, puedo creer en Dios y acertar, o no creer en Dios y también acertar. ¿Entonces? Acaso
Dios tenga un rostro de croupier y yo sólo sea un pobre diablo que juega a rojo cuando sale negro
y viceversa”

BENEDETTI, Mario: “La tregua”, 41


“Quisiera convencerme de que efectivamente poseo una definición de Dios, un concepto de Dios.
Pero no poseo nada semejante. Son raras las veces en que pienso en Dios, sencillamente porque el
problema que me excede tan sobrada y soberanamente, que llega a provocarme una especie de
pánico, una desbandada general”




“La consciencia se acumula. Empieza a reflejarse a sí misma. Hay algo en ello que se me antoja
matemático. Hay casi una ley matemática o física con la que aún no hemos dado, según a cual la
mente trasciende en todas direcciones hacia dentro. El punto omega –dijo- Sea cual sea el
significado que se otorgue al término, si alguno tiene, si no es un supuesto del lenguaje que se abre
camino con esfuerzo hacia una idea exterior a nuestra experiencia”.

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DELILLO, Don: “Punto Omega”, 98-99





“Pienso que todos nosotros, los exigentes, los que anhelan más, los que tienen una dimensión
demasiado grande, no podrían vivir en modo alguno si, además del aire de este mundo, no hubiese
otro aire; si, más allá del tiempo, no existiera la eternidad, la que es el reino de los verdaderos, los
auténticos hombres. Se encuentran comprendidos en esto la música de Mozart y las obras de tus
grandes autores, los santos que han hecho milagros, que han sufrido la muerte del martirio y han
dado un gran ejemplo a los seres humanos. Sin embargo, pertenece también a la eternidad la
imagen de todo hecho auténtico, la fuerza de cada sentimiento verdadero, aunque nadie sepa de
ello, ni lo vea, ni lo escriba, ni lo guarde para la posteridad. En la eternidad no hay ninguna
posteridad, sólo hay el mundo contemporáneo (…) Es el reino más allá del tiempo y de las
apariencias. A esa eternidad pertenecemos, en ella está nuestro hogar, a ella aspira nuestro corazón
(…) Y la ‘eternidad’ no era otra cosa que la liberación del tiempo; era, en cierto modo, su vuelta a
la inocencia, su retransformación en el espacio”


HESSE, Herman: “El lobo estepario”, 827








“Sólo sé que me fascina escribir sobre el misterio de que exista el misterio de la existencia del
mundo, porque adoro la aventura que hay en todo texto que uno pone en marcha, porque adoro el
abismo, el misterio mismo, y adoro, además, esa línea de sombra que, al cruzarla, va a parar al
territorio de lo desconocido, un espacio en el que de pronto todo nos resulta extraño, sobre todo
cuando vemos que, como si estuviéramos en el estadio infantil del lenguaje, nos toca volver a
aprenderlo todo, aunque con la diferencia de que, de niños, todo nos parecía que podíamos
estudiarlo y entenderlo, mientras en la edad de la línea de la sombra vemos que el bosque de
nuestras dudas no se aclarará nunca y que, además, lo que a partir de entonces vamos a encontrar
sólo serán sombras y tiniebla y muchas preguntas.
Entonces, cuando nos pasa algo así, yo creo que lo mejor que podemos hacer es seguir adelante,
aunque sólo sea para tener la impresión de ser empujados hacia delante por nuestra propia renuncia
a avanzar (…) aunque, eso sí, siempre con nosotros estupefactos, sin entender nada, sin saber de
qué trata todo este maldito embrollo de la vida, la muerte y otras zarandajas, sin usa sola idea
válida para comprender el mundo (…)”.

VILA-MATAS, Enrique: “Doctor Pasavento”, 33-4



“El alma, aunque encarnada, y, por tanto, obligada a seguir vicisitudes de su cuerpo, pertenece a
un orden ontológico distinto; no está ni en el espacio ni en el tiempo astronómico. Si por algún
procedimiento puede, aunque sea transitoriamente, ‘salirse’ del cuerpo, entonces se pondría fuera
del espacio-tiempo. No habría para ella ni antes ni después. Ahora bien: todos sabemos que
durante el sueño hay gente que ve o siente lo que va a suceder en el futuro. Eso puede explicarse
admitiendo que durante el sueño hay gente que ve o siente lo que va a suceder en el futuro. Libre
de su prisión de carne y tiempo puede así viajar por el cielo intemporal, donde no hay ni antes ni
después, y donde los hechos que más tarde sucederán o parecerán suceder a su propio cuerpo
abandonado están ahí, eternizados como estatuas de la felicidad o el infortunio, porque no siempre
esas visiones son claras, los sueños son no sólo vestigios del pasado sino visiones o símbolos del

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porvenir”


SABATO, Ernesto en
BARONE, Orlando (compilador): “Diálogos Borges-Sábato”, 128-9





El Tao que puede ser expresado no es el Tao eterno.
El hombre que puede ser definido no es el nombre inmutable
La no-existencia es llamada el antecedente del cielo y de la tierra.
La existencia es la madre de todas las cosas.
Desde la eterna no-existencia contemplamos serenamente el misterioso principio del Universo;
Desde la eterna existencia vemos con claridad las distinciones aparentes.
No existencia y existencia son idénticas en su origen;
Sólo se diferencian al hacerse manifiestas.
Esta identidad se llama profundidad. La infinita profundidad es la fuente de origen de todas las
cosas del Universo.



LATSÉ: “Tao-Te-Ching (El libro del recto camino), 29




“(…) la religión representa el sentido y el gusto con el infinito (…) la ciencia no puede descifrar
los enigmas de la razón y querer convertir en una ciencia el enigma eterno y el sentido del infinito
significa imponer una confusión, a mi entender desgraciada y condenada a continuos fracasos, a
dos esferas que, fundamentalmente, son extrañas una a otra”

MANN, Thomas: “Doktor Faustus, 130






“Hoy hemos estado hablando de las teoría de los colores, entre otras cosas de esos vasos cuyas
turbiedades se ven amarillas cuando se las mira a contraluz, y azules cuando las vemos contra la
oscuridad y que, por tanto, nos están permitiendo la contemplación de un fenómeno primigenio.
Lo más alto a lo que puede llegar el ser humano es el asombro –dijo Goethe en esta ocasión-. Y si
el fenómeno primigenio lo sume en el asombro, que se dé por satisfecho, pues no puede
proporcionarle nada más elevado ni debe buscar más detrás de él. Por ahí es por donde se sitúa el
límite. Pero generalmente a las personas no les basta con la contemplación de un fenómeno
primigenio, pues piensan que debe poderse ir aún más lejos y son como los niños que, cuando se
han visto en un espejo, le dan enseguida la vuelta para ver qué hay al otro lado”

ECKERMANN, J.P.: “Conversaciones con Goethe”, 370-1




“(…) el hombre no debe buscar el sentido de su vida en la historia, en el tiempo, sino fuera de la
historia, en la eternidad. El fin de la historia no es inmanente, es trascendente (…) La muerte no
tiene sentido y tampoco o ni siquiera es horrible, ya que la misma palabra horrible pierde sentido
cuando se ha muerto; si la seguimos aplicando es porque juzgamos la muerte desde nuestro punto
de vista de hombres todavía vivos; pero es evidente que nada significa para el propio muerto, que
no puede verse desde fuera, que no pueda contemplar su propio cadáver (…) Creo que el enigma
empieza a ser menos enigmático si invertimos la cuestión: no preguntar cómo es posible que se
luche cuando el mundo parece no tener sentido y cuando la muerte parece ser el fin de toda la vida;

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sino, al revés, sospechar que el mundo debe de tener un sentido, puesto que luchamos, puesto que
a pesar de toda la sinrazón seguimos actuando y viviendo, construyendo puentes y obras de arte,
organizando tareas para muchas generaciones posteriores a nuestra muerte, meramente viviendo.
Pues, ¿no será acaso esa razón que nos descorazona constantemente y que tiende a volvernos
escépticos? (…) ¿A qué pensar sobre la inutilidad de nuestra vida, por qué empeñarnos en
racionalizar también eso, lo más peligrosamente dramático de nuestra existencia?


SABATO, Ernesto: “Hombres y engranajes. Heterodoxia”, 88-90




“También es posible que no entendamos los designios divinos, (que pertenecen a un mundo
transfinito), mediante nuestra mentalidad hecha para un universo finito“

SABATO, Ernesto en
BARONE, Orlando (compilador): “Diálogos Borges-Sábato”, 28





“Había ido más allá de las dimensiones de conciencia gobernadas por el tiempo, entrando en el
reino de lo intemporal. La dimensión eterna había entrado en el mundo. Eternidad no significa
tiempo inacabable, sino no tiempo. Así, el hombre Jesús se convirtió en Cristo, un vehículo de la
conciencia pura. ¿Y cuál es la definición que Dios da de sí mismo en la Biblia? ¿Dijo Dios:
‘siempre he sido y siempre seré’? Por supuesto que no. Eso hubiera dado realidad al pasado y al
futuro. Dios dijo: ‘Yo soy el que soy’. Aquí no está implicado el tiempo; sólo la presencia”

TOLLE, E.: “El poder del ahora”, 115







“¿Supone todo esto realmente una unidad profunda del ser? ¿No habría que sobrepasar para ello
los límites de lo visible? (…) en el coro armónico del ser, el ojo percibe lo pluridimensional en lo
tridimensional, la realidad tras la realidad, la segunda realidad invisible –no la última ni con
mucho- que constituye una parte del hombre en la cual él vive, independientemente de su aquí y de
su allí”

BROCH, Hermann: “Los inocentes”, 183 y 187




“Mientras se iba acercando al quiosco central coronado por el reloj, le parecía a A. que aquél le
indicaba el camino que llevaba al centro de sí mismo, el camino hacia el modesto silencio, abierto
al infinito, del Yo más intimo, hacia la honestidad del conocimiento más profundo, acompañado
del dulce ánimo que le caracteriza y que es capaz de dominar lo irrepresentable. Ya no es
representable el Yo que muere y abandona un mundo inmutable, es irrepresentable el no-Ser como
tal, el total no-Ser, que abarca también lo representado, el Ser de la no-dimensionalidad en la cual
se funde en definitiva la infinita pluralidad de las dimensiones. Quien alcanza tal límite extremo de
lo representable consigue, en este solo y único instante, llegar al no-Ser y superar la muerte”

BROCH, Hermann: “Los inocentes”, 195

258. El arte de ser

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“Las posibilidades de nuestro pensamiento no tienen límite, son más ilimitadas que las
posibilidades de la naturaleza. Pero cuando se encuentran las dos multiplicidades, es posible su
fusión constituyendo una nueva realidad, igualmente ilimitada, libre de las finitudes del Yo
humano, con el cual comparte la nada, extrañamente entrelazados ambos. La mirada desde la
‘cámara oscura’, la mirada desde la patria de lo extraño, desde lo limitado a lo ilimitado, le ha sido
robada al ser humano. Se le ha concedido a cambio algo que apenas se puede llamar mirada,
porque se cumple dentro de lo ilimitado y es como un retorno a lo mágico, a la magia de la fusión
de lo externo y lo interno, más vacía de misterio que la magia del pasado, mas no por eso menos
terrorífica. ¡Oh viaje hacia la nueva patria de los hombres!

BROCH, Hermann: “Los inocentes”, 261







“(…) estamos conectados con la totalidad de la vida y no separados de ella, y (…) la totalidad del
espectro de nuestra conciencia abarca tanto la dimensión física como multitud de dimensiones no
físicas de la realidad (…) Nuestra cambiante conciencia, nuestra tendencia a tomar la ruta de
menor resistencia sin estar plenamente despiertos al momento presente, crea un vacío. Y la mente
ligada al tiempo, que ha sido diseñada para ser una sirvienta útil, compensa ese vacío
proclamándose el dueño. Como una mariposa que revolotea de flor en flor, la mente se aferra a las
experiencias pasadas o, proyectando su propia película casera, anticipa lo que está por venir. Raras
veces nos encontramos descansando en la profundidad oceánica del aquí y ahora. Porque es aquí –
en el ahora- donde encontramos nuestro Verdadero Yo, que está más allá de nuestro cuerpo físico,
de nuestra cambiantes emociones y de nuestra mente parlanchina”

ALLEN, Marc,
prefacio a TOLLE, Eckhart: “El poder del ahora”, 23






“¿Están seguros de que lo humano constituye un punto terminal en la evolución? ¿Acaso no es
concebible la existencia de otra dimensión, de un mundo más allá del mundo del hombre
, de un
mundo donde la pregunta sobre el sentido último del sufrimiento humano obtenga una respuesta
cabal? Este sentido último excede y sobrepasa, lógicamente, la capacidad intelectual del hombre; a
este contexto que sobrepasa la limitación humana lo denominamos en logoterapia suprasentido. Al
hombre no se le reclama, como predican muchos filósofos existencialistas, que soporte lo absurdo
de la vida, al contrario, se le pide que asuma racionalmente su propia capacidad para captar la
sensatez incondicional de la vida. El logos es más profundo que la lógica (…) la transitoriedad de
nuestra existencia en modo alguno la vuelve carente de sentido; por el contrario, espolea nuestra
responsabilidad si comprendemos que las posibilidades son esencialmente transitorias. Es decir, de
las múltiples posibilidades presentes en cada instante, es el hombre quien condena a algunas a no
ser y rescata a otras para el ser”


FRANK, Victor: “El hombre en busca de sentido”, 139-141




“El cuadro científico de los medios de contrarrestar ausencias era, hace poco, más o menos, así:
En cuanto a la vista: la televisión, el cinematógrafo, la fotografía; En cuanto al oído: la
radiotelefonía, el fonógrafo, el teléfono. Conclusión: la Ciencia, hasta hace poco, se había limitado
a contrarrestar, para el oído y la vista, ausencias espaciales y temporales (..) Me puse a buscar

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ondas y vibraciones inalcanzadas, a idear instrumentos para captarlas y transmitirlas. Obtuve, con
relativa facilidad, las sensaciones olfativas; las térmicas, las táctiles, propiamente dichas
requirieron toda mi perseverancia. (...) Congregados los sentidos, surge el alma. Había que
esperarla. (...) me parece que teniendo este aparato, conviene inventar otro, que permita averiguar
si las imágenes sienten y piensan (...) Y algún día habrá un aparato más completo. Lo pensado y lo
sentido en la vida –o en los ratos de exposición- será como un alfabeto, con el cual la imagen
seguirá comprendiendo todo (...) El hecho de que no podamos comprender nada fuera del tiempo
y del espacio, tal vez esté sugiriendo que nuestra vida no sea apreciablemente distinta de la
sobrevivencia a obtenerse con este aparato”.


BIOY CASARES, Adolfo: “La invención de Morel”, 87 y ss




“Mi tiempo se ha hecho breve y, cuando me doy cuenta de que se acerca el final, me pregunto con
una mayor pertinencia sobre la relación entre el tiempo y la eternidad. Relación en cierto modo
similar a la que existe entre la realidad categorial y las realidades trascendentales, en las que es
necesario asumir una sabiduría del corazón para vivir en el hoy, pero viviendo ya en el tiempo
eterno (…) Poco a poco, sin embargo, y con la fuerza de Jesús, hemos aprendido a mirar más allá
del tiempo y del espacio (…) Para comprender la relevancia de la fe, en orden a la percepción del
sentido de la historia que va hacia el final y que, por tanto, es ya caduca a los ojos de Dios, es
necesario reencontrar el coraje, la audacia de contraponer al orden de la cantidad (…) la
superioridad del orden de la cualidad o del pensamiento, en el que también una pequeña grandeza
supera la inmensidad de cualquier cantidad mesurable. Decía Pascal: ‘Por el espacio el universo
me abarca y me absorbe como un punto; por el pensamiento, soy yo quien lo abarca’ (…) un
pequeño acto de amor puede superar toda la masa de las cualidades humanas y la medida sin
límites de las cantidades cósmicas. Así lo afirma en uno de sus Pensamientos: ‘la distancia infinita
que separa los cuerpos de los entendimientos figura la distancia infinitamente más finita de los
entendimientos respecto a la caridad; porque ésta es sobrenatural’ (…) Nuestra grandeza es la
grandeza de estar llamados a participar en el devenir del universo hacia la humanidad divinizada,
hecha una sola cosa en Cristo y en el Padre (…) no nos dejemos encerrar en la prisión del tiempo,
sino que permanezcamos siempre abiertos a la eternidad de Dios, creyendo firmemente que con la
muerte y resurrección de Cristo la eternidad de Dios ha tomado posesión del tiempo humano, se
está acabando“
MARTINI, Carlo María: “La audacia de la pasión. El hombre contemporáneo y el dilema de la opción”, 95-107




“Nos hemos acostumbrado a pensar que la religión debe proporcionarnos información. ¿Hay un
Dios? ¿Cómo llegó a existir el mundo? Pero ésta es una aberración moderna. Nunca se pensó que
la religión debía proporcionar respuestas a preguntas que están dentro del alcance de la razón
humana. Éste era el papel del logos. La tarea de la religión, estrechamente aliada a la del arte, era
ayudarnos a vivir de forma creativa, pacífica e incluso gozosa, con realidades para las que no había
explicaciones fáciles y con problemas que no podíamos resolver: la mortalidad, el sufrimiento, la
pena, la desesperación y el escándalo de la injusticia y la crueldad de la vida. A lo largo de los
siglos, gentes de todas las culturas descubrieron que, llevando su capacidad de razonamiento hasta
el máximo, tensando el lenguaje hasta el límite de sus posibilidades, y viviendo de forma tan
desprendida y compasiva como fuera posible, experimentaban una trascendencia que les
capacitaba para aceptar su sufrimiento con serenidad y coraje. La racionalidad científica podía
decirnos por qué teníamos cáncer, podía incluso curarnos de nuestra enfermedad; pero no podía
aliviar el terror, la decepción y el dolor que acompañaban al diagnóstico, ni podía ayudarnos a
morir bien. Esto no está dentro de su cometido. La religión no funciona, sin embargo,
automáticamente; requiere una gran cantidad de esfuerzo y no puede tener éxito si es superficial,
falsa idólatra o autoindulgente.

260. El arte de ser

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La religión es una disciplina práctica y sus intuiciones no se derivan de la especulación abstracta,
sino de la práctica espiritual y de una forma de vida entregada. Sin esa práctica es imposible
comprender la verdad de sus doctrinas (…) “

“(…) sentimos una necesidad imperativa de llevar nuestra capacidad de razonar hasta el punto en
que ya no puede ir más allá, para pasar sin pausa a un estado de no conocimiento que no es
frustrante, sino que es una fuente de asombro, temor reverencial y alegría (…) La religión no es un
asunto fácil. (…) Requiere kenosis, ‘capacidad negativa’, ‘sabia pasividad’ y un corazón que
‘vigila y recibe’ (…) Todos los sistemas de creencias han tenido que esforzarse para mostrar que
lo supremo no puede ser adecuadamente expresado en ningún sistema teórico, por más augusto
que sea, porque la verdad siempre está más allá del alcance de las palabras y los conceptos(…)
Tienes que comprometerte con un símbolo de forma imaginativa, llegar a estar ritual y éticamente
implicado con él y permitirle que efectúe un cambio profundo en tu conciencia. Este era el
significado original de las palabras ‘fe? Y ‘creencia’ (…) Como explicó Basilio, nunca podemos
conocer la ousia inefable de Dios, sino que tan sólo podemos vislumbrar sus huellas o efectos
(energeiai) en nuestro mundo de tiempo limitado y sentidos limitados”

AMSTRONG, Karen: “En defensa de Dios. El sentido de la religión”, 351-60





“Pero al sobrevalorarse lo racional, fue desestimado todo aquello que la lógica no lograba explicar.
¿Acaso son explicables los grandes valores que hacen a la condición humana, como la belleza, la
verdad, la solidaridad o el coraje? El mito, al igual que el arte, expresa
un tipo de realidad del
único modo en que puede ser expresada. Por esencia, es refractario a cualquier tentativa
racionalizadora y su verdad paradójica desafía a todas las categorías de la lógica aristotélica o
dialéctica. A través de esas profundas manifestaciones de su espíritu, el hombre toca los
fundamentos últimos de su condición y logra que el mundo en que vive adquiera el sentido del
cual carece. Por eso mismo, todos los filósofos y artistas, siempre que han querido alcanzar el
absoluto, debieron recurrir a alguna forma de mito o la poesía (...) La incapacidad de los discursos
filosóficos, teológicos o matemáticos para responder a estos grandes interrogantes revela que la
condición última del hombre es trascendente, y por lo tanto misteriosa, inasible”

SABATO, Ernesto: “La resistencia”, 51





“Toda ciencia es metodología respecto de lo absoluto. Por lo que no es dado temer a lo
unívocamente metodológico. No es más que una cáscara, un ropaje, pero no más que cualquier
otro, salvo aquella sola.

“Pero lo que es ridículo en el mundo físico, es posible en lo espiritual. En él no rige la ley de la
gravedad (los ángeles no vuelan, no abolieron ninguna gravedad, somos nosotros, observadores de
este mundo terreno, que no sabemos expresarnos mejor), cosa que para nosotros, desde luego es
inimaginable, o lo es sólo en un grado más elevado. Qué mísero es el conocimiento que tengo de
mi habitación”


KAFKA, Franz: "Obras completas", T. IV, pp. 1418-9

261. El arte de ser

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“Para todo aquello que va más allá del mundo de los sentidos, no podemos acudir al lenguaje más
que en forma puramente alusiva, ni aún aproximadamente comparativa, dado que, como conviene
al mundo sensible, no trata más que del poseer y de sus analogías”

KAFKA, Franz: “Cuadernos en octava” en "Obras completas", tomo IV, 1.478





“...algunas realidades sólo pueden expresarse con símbolos inexplicables, como el que sueña no
comprende lo que sus pesadillas significan”


SABATO, Ernesto: “Abaddón el exterminador”, 36






“Son cosas –dijo él- que están más allá del horizonte de la conciencia, cosas que se deslizan
visiblemente por detrás del horizonte de nuestra conciencia, o, quizá, en realidad, sea sólo un
posible nuevo horizonte de la conciencia, tensado por algo desconocido, inexplotable, insinuado de
repente y en el que todavía no hay cosas (…) tan sólo el presentimiento de una totalidad llegada
prematuramente de algún lugar (…) lo que el viento es a las velas de un barco”

MUSIL, Robert: “Uniones”, 74




“He hecho un descubrimiento, pero no puedo decirte lo que es porque el idioma con que hay que
expresarlo aún no ha sido inventado. Sé de un lugar, pero no hay camino, tienes que nadar o volar:
así el mago Fausto. ¿Qué puede hacerse? Pues seguir adelante con la realidad, viviendo en los
márgenes de la esperanza”

DURRELL, Lawrence: “Quinx”, 243




“Hay que ser conscientes de que, conforme avanzamos en el conocimiento, la ignorancia acerca
de nuestros verdaderos límites se acrecienta más y más (...) También es verdad que, a veces, el
problema de comprensión –de dificultad de comprensión- se debe a que utilizamos las palabras
existentes para referirnos a algo de existencia incierta o desconocida, que requeriría una palabra
que aún no ha sido inventada”

(...)

Tanto una confusión como otra obedecen al alcance limitado de nuestras percepciones, que resta
exactitud en el conocimiento a todo aquél que no lo ejercita a diario en su avance por el camino de
la sabiduría y cree que es plano lo que en realidad es curvo. Con todo, el discurrir de la existencia
no es constante ni tan siquiera en el iniciado, y los momentos de visión creadora, de quietud
clarividente son algo así como relieves o prominencias del paisaje, picos o alturas que destacan
aisladas sobre el territorio circundante. Los momentos creadores son sólo eso: momentos. “

GOYTISOLO, Luis: “Oído atento a los pájaros”, 164 y 190.

262. El arte de ser

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“¿Quién nos dice que no haya un mundo invisible e intangible, percibido por el sentido íntimo, que
vive al servicio del instinto de perpetuación?”


UNAMUNO, Miguel de: “Del sentimiento trágico de la vida” en “Obra escogida”, 28.






“El tiempo existe para el hombre mortal (es decir, sólo para el cuerpo): es decir, pasan horas, días,
meses y años. También existe sólo para el cuerpo el mundo material...lo que se puede ver, tocar
con las manos. Lo que es grande o pequeño, o duro o blando, frágil o duradero. Pero el alma es
atemporal; sólo reside en el cuerpo humano (...) Para el alma el tiempo y el espacio y el mundo
material no tienen ninguna realidad. Así que no podemos preguntar realmente lo que le pasará al
alma o dónde irá después de la muerte, porque la expresión pasará indica tiempo y la palabra
dónde indica espacio. Ni el tiempo ni el espacio tienen sentido para el alma una vez que cuerpo
material ha dejado de existir”.

PARINI, Jay: “La última estación en la vida de Tolstoi”, 22





“Eso era otra consecuencia de la imposibilidad en que nos encontramos, cuando tenemos que
razonar sobre la muerte, de representarnos otra cosa que la vida. Albertina ya no era nada para mí,
era la persona que me ocultó que tenía citas con mujeres en Balbec, que creía haber logrado que yo
lo ignorase. Cuando pensamos en lo que pasará después de nuestra muerte, ¿no es también nuestro
ser vivo el que, por error, proyectamos en ese momento? Y acaso lamentar que una mujer que ya
no es nada ignore que hemos averiguado lo que hacía seis años antes es mucho más ridículo que
desear que de nosotros mismos, ya muertos, siga el público hablando favorablemente pasado un
siglo? Si en lo segundo hay más fundamento real que en lo primero, los pesares de mis celos
retrospectivos procedía del mismo error de óptica que en los demás hombres el deseo de la gloria
póstuma. Sin embargo, aquella impresión de lo solemnemente definitiva que era mi separación de
Albertina, si bien la sustituía por un momento la idea de sus faltas, no hacía sino agravarlas
confiriéndoles un carácter irremediable. Me veía perdido en la vida como en una playa ilimitada en
la que estaba solo y donde, en cualquier dirección que tomara, jamás la encontraría”

PROUST, Marcel: “En busca del tiempo perdido. La fugitiva”,




“Sobre la realidad yo opino como Proust, que decía que por desgracia los ojos fragmentados,
tristes y de largo alcance tal vez permitan medir las distancias, pero no indican las direcciones; el
infinito campo de los posibles se extiende y, si por casualidad, lo real se presentara ante nosotros
quedaría tan fuera de los posibles que, en un brusco desmayo, iríamos a dar contra ese muro
surgido de repente y nos caeríamos pasmados.

Entonces, ¿qué vemos cuando creemos ver algo de verdad? Yo diría que, cuando eso ocurre,
cuando parece que nos encontramos ante lo real, estamos más que autorizados a ironizar sobre la
realidad, aunque sólo sea para conjurar la posible aparición casual de lo que es realmente real y de
ese muro que nos dejaría sin ironía alguna, desmayados”.

VILA-MATAS, E.: “París no se acaba nunca”, 34

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“Viviendo con la presencia de la muerte como límite infranqueable de nuestro futuro y nuestras
posibilidades nos vemos obligados a aprovechar el tiempo de la vida de que disponemos. La
finitud, la temporalidad es una característica de la existencia humana, un factor constitutivo del
Sentido de la Vida (...) La vida no puede ser nunca un fin en sí misma, y la propagación de la vida
no puede ser concebida como el sentido propio de esta. Lejos de ello, recibe su sentido por obra de
otros factores: espirituales, morales, estéticos, etc. Estos factores representan un momento
trascendente. La vida no trasciende de sí misma en longitud sino en profundidad”.

FRANKL, Victor: “Psicoanálisis y existencialismo. De la psicoterapia a la logoterapia






“Es la sombra del espectro de una duda. El individuo encerrado en ese globo de cristal del tiempo
y el espacio, tiene cientos de rasgos por los que me conozco a mí mismo. ¿Cómo, entonces, puedo
ser también el espectador de lo que no sé nada, salvo lo que él ve? Este sentido de lo externo no es
más que una broma de mi cerebro, como un instante de aturdimiento cuando se va por la calle.
(....) Me acuerdo al escribir esto de una impresión rara y de poca monta, que antes experimentaba
algunas veces, más a menudo en mi adolescencia y en mi juventud (...) El mundo visible,
conservándose precisamente tan brillante y claro como más pudiera estarlo, se me presentaba de
repente disminuido, achicado (...) Este efecto debía durar unos cuantos segundos o breves minutos,
y luego se desvanecía (...) Deduzco que una ligera alteración momentánea en mi sangre o mi
respiración origina un cambio de fase en mi estado nervioso y percibo una diferencia en el sentir de mi visión, que mi imaginación, un poco perpleja, interpreta de la manera indicada. Debe haber
drogas que causen tan efecto. Quizá ello dependa de alguna pequeña fluctuación transitoria en mis
sensaciones de ajuste óptico (...) Pero no pretendo incurrir en obscuridades. Quiero tratar el mundo
tras el cristal, ese cristal en el cual me figuro estarme ahora contemplando y a cuyo resguardo he
vivido cincuenta y nueve años (...) Me resisto a desaparecer tan pronto y siento que me quede tan
poco tiempo. Deseo, antes de que me arrastre la marea, enterarme para siempre de cosas que
pudiera conocer más...y mejor”


WELLS, H.G.: “El mundo de William Clissold”, Tomo I, 26 y 27





“…la lucha estética por la inmortalidad es un error óptico
, aunque se trata de una de esas
concepciones erróneas de la vida necesarias para la vida, como observó Nietzsche, y es también
una de las concepciones erróneas del arte que es el arte. Proust se ha apartado de Flaubert hacia
una radical confesión del error; la novela es envidia creativa, el amor son celos, los celos son el
terrible temor de que no haya bastante espacio para uno (incluyendo el tiempo literario), y que uno
no disponga de tiempo suficiente, pues la muerte es la realidad de la propia vida… Una vez me
comentó una amiga que, en el momento máximo de sus celos, éstos no eran nada más que la
imagen de dos cuerpos en una cama, ninguno de los cuales era el suyo, donde el dolor residía en
comprender que uno de los dos cuerpos debería haber sido el suyo. Por amarga que pueda ser esta
observación, es útil para reducir el tropo de los celos a dos miedos literales: ¿dónde está el propio
cuerpo, dónde estará, cuando dejará de estar? Nuestro yo es siempre un yo corporal, insistía Freud,
y los celos se unen al yo corporal y a los instintos de amor y muerte como otro concepto frontera”.


BLOOM, Harold: “¿Dónde se encuentra la sabiduría?, 231

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"¿A dónde va el alma después de la muerte? No es necesario que vaya a parte alguna

Jakob Böhme, místico alemán del siglo XVI

Citado en YOURCENAR, Marguerite:"La voz de las cosas",





“El tiempo de los hombres es Eternidad plegada...

Este cuerpo que nos contiene no conoce el nuestro;
Quien nos habita es habitado.
Y esos cuerpos, unos dentro de otros,
Son los cuerpos de la Eternidad.”

Jean COCTEAU,
Citado en YOURCENAR, Marguerite:"La voz de las cosas", 112








“La vida que representa el supremo valor
para los Evangelios no es la vida física y ni siquiera la
psicológica (para las que los Evangelios usan los términos griegos bìos y psiqhè), sino la vida
divina comunicada al hombre (para la que se usa el término zoè) Los tres términos se distinguen
cuidadosamente en el Nuevo Testamento y los dos primeros quedan subordinados al tercero: ‘El
que ama su vida (psiqhè) la pierde, el que odia su vida (psiqhè) en este mundo, la guardará para
una vida eterna (zoè)’’ (Juan 12, 25). Por ello, cuando decimos ‘Vida’ con mayúscula, debemos
entender antes que nada la suprema y concretísima Vida y Ser que es Dios mismo. Es ésa la vida
que Jesús se atribuye a sí mismo (‘Yo soy el Camino de la Verdad y la Vida’, Juan 14, 6) y de la
que todos los hombres y las mujeres son llamados a formar parte. El valor supremo en este mundo
es el hombre viviente de la vida divina”

Carlo María MARTINI en
ECO. Humberto y MARTINI, Carlo María: “¿En qué creen los que no creen?”, 44






“Todo hombre está llamado a trascender con confianza creyente el mundo y su tiempo hacia una
dimensión nueva, la eterna. ¡En Jesús tiene lugar el eterno llamamiento de Dios a los hombres!
Aquí radica la importancia decisiva y única –imprescindible también en nuestros días- de Jesús
para la concepción de Dios y la relación con los hombres”

KÜNG, Hans: “¿Existe Dios?”, 929




“Es un mundo de una plenitud y de una densidad prodigiosas
. Es la realidad, la última realidad, la
que hace que las cosas sean lo que son. Hacia ese mundo, donde tiene lugar la resurrección de los

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cuerpos, todos nos dirigimos. No entraremos en una forma etérea, sino en el corazón de la vida
misma, y allí experimentaremos esa inaudita alegría, multiplicada por toda la dicha que a su
alrededor dispensa, y por el misterio central de la efusión divina”


“¿Cómo echar en el olvido el día en que se ha descubierto (…) el amor desconocido por el que se
ama y se respira; dónde se ha aprendido que el hombre no está sólo, que una invisible presencia le
atraviesa, le rodea, le espera; que más allá de los sentidos y de la imaginación existe otro mundo,
donde a su lado este universo material, por hermoso que sea y por insistente que sepa hacerse, no
es más que vapor incierto y lejano reflejo de la belleza que lo ha creado?


André FROSSARD: “Hay otro mundo”
Citado en
AYLLON, José Ramón: “Dios y los náufragos”, 122 y 124






La ‘resurrección’ alude más bien a una vida nueva que rompe las dimensiones del espacio y el
tiempo y se desarrolla en el dominio invisible, imperecedero e incomprensible de Dios: esto es lo
que se expresa con el término ‘cielo’... un adentrarse en la realidad más que un salir.


KÜNG, Hans: “¿Existe Dios?”, 922







“...lo central de este encuentro es una nueva experiencia
(...) Nueva experiencia, porque,
negativamente, lo decisivo no ha sido la visión, ya que el Señor no estaba ligado a las condiciones
espacio-temporales, no se daba a percibir más que a los testigos elegidos por él, no se dejaba
apresar por los recursos de los sentidos humanos. Y nueva, positivamente, porque respondía a las
preguntas a las que ninguna presencia puramente humana es capaz de responder, saciaba los
anhelos que ninguna persona humana es capaz de saciar, introducía, ya desde este mundo, en un
orden de ser nuevo, en el ámbito de la salvación”

MARTÍN VELASCO, J.: “La experiencia cristiana de Dios”, 80-1

266. El arte de ser

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6.5.3.- Lo último, radical y verdaderamente valioso para el ser humano.





“... ¿la ética por sí misma es suficiente? ¿Constituye el horizonte único del sentido de la vida y de
la verdad? Parece empresa descabellada fundar la ética sólo sobre sí misma, si referencia o
conexión a un horizonte global y, por lo tanto, al tema de la verdad. Pero, ¿cuál es la esencia de la
verdad? ... La cuestión de la ética está unida al problema de la verdad... ¿En qué creen los que no
creen? Al menos es preciso creer en la vida ... Es digno de reflexión que en muchas intervenciones
resulten ausentes los interrogantes sobre el enigma del mal ...apaga también el sentido de la vida
moral como lucha, combate, tensión agónica; que la paz se consigue al precio de la laceración
sufrida y superada … el elemento dramático inherente a la vida ética”


Carlo María MARTINI en
ECO. Humberto y MARTINI, Carlo María: “¿En qué creen los que no creen?”, 164







“Estás marcado por el mundo, una marca que se lleva en lo más profundo, más honda a medida
que pasan los años; no te convertirás en un santo renunciando a los placeres terrenales; no esperes
revelaciones o señales, eso no es más que una autoindulgencia que confundes con la adoración
divina; lo que tomas por humildad es la atracción del masoquismo, lo que llamas negra noche es la
oscuridad del alma; al imaginar el fin del camino, imaginas que lo has alcanzado; te sientes
próximo a la magia que es la enemiga de la verdad; consideras la vida contemplativa como una
forma de muerte, pero seguirás vivo y penando; el camino del Señor es duro y llano, es un camino
de postraciones; buscamos lo invisible a través de lo visible, pero construimos ídolos de lo visible,
iconos hechos para romperse; las agonías de esas peregrinación pueden consumir toda una vida y
acabar en la locura; tu deseo de sufrir es una ensoñación familiar; el Dios falso castiga, el Dios
verdadero cobra vidas; has de acabar con los demonios que moran en ti, no debes conservarlos
como mascotas para atormentarlos, no castigues tus pecados, destrúyelos; sal y ayuda al prójimo,
sé feliz y haz feliz a los demás, ese es tu camino, no el de la clausura; contente, sé humilde,
comprende que lo que puedes llegar a conseguir es poco; desea el bien, eso purifica el amor que lo
busca; reza de continuo, quédate en casa y no busques a Dios fuera de tu alma”


MURDOCH, Irish: “La negra noche”, 865-6






“En una entrevista concedida a The Boston Globe, usted declaró ‘yo rezo, pero no creo en las
súplicas y las oraciones que contienen peticiones: las considero triviales. Yo no incordio a Dios’.
R. Sigo pensando lo mismo, pero quiero aclarar que considero la oración antes que nada como un
acto de agradecimiento por la existencia.
P. ¿Pero no cree que si existe un Dios es también un padre al que podemos ‘incordiar’?
R. Personalmente veo la oración como una comprobación íntima con el cuartel general del
universo.
P. ¿Qué cree que ocurrirá con la muerte?
R. No lo sé, pero no creo que se resuelva todo con la destrucción de los cuerpos. Considero que lo
que nos dice la ciencia es insuficiente e insatisfactorio “.

267. El arte de ser

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SAUL BELLOW,
entrevista de Antonio MONDA en Babelia, EL PAIS. 24-01-2004




“…la religión representa ‘el sentido y el gusto de lo infinito’ (…) la ciencia no puede descifrar los
enigmas de la razón, y querer convertir en una ciencia el enigma eterno y el sentido del infinito
significa imponer una confusión, a mi entender desgraciada y condenada a continuos fracasos, a
dos esferas que, fundamentalmente, son extrañas una a otra. La religiosidad, que en modo alguno
considero extraña a mi corazón, es ciertamente algo distinto de la religión positiva y confesional”.

MANN, Thomas: “Doktor Faustus, 130




“Para que una reflexión sobre el fin estimule nuestra atención tanto hacia el futuro como hacia el
pasado... es necesario que este fin sea ‘un fin’ que tenga el carácter de un valor final decisivo,
capaz de iluminar los esfuerzos del presente y dotarles de significado. Si el presente posee valor en
relación a un valor final reconocido y apreciado, que yo pueda anticipar con actos de inteligencia y
de responsable elección, ello me permitirá también reflexionar acerca de los errores del pasado sin
angustia. Sabré que estoy en marcha, podré vislumbrar algo de la meta, al menos en sus valores
esenciales, sabré que me es posible corregirme y mejorarme. La experiencia demuestra que
solamente nos arrepentimos de aquello que presentimos poder hacer mejor. Quien no reconoce sus
errores permanece pegado a ellos, porque no ve nada mejor ante sí y se pregunta entonces por qué
ha de abandonar lo que tiene.

Todos estos me parecen modos de conjugar la palabra ‘esperanza’ “

MARTINI, Carlo María en
ECO. Humberto y MARTINI, Carlo María: “¿En qué creen los que no creen?”, 29 y 30




“ Porque es posible (…) que la vida de todo hombre y toda mujer pueda ser interpretada como el
intento por hacerse cargo de una Presencia constituyente
de la que surge toda la existencia humana
y a la que nos orienta el discurrir de nuestros días y nuestros años (…) Si basta aproximarse al
umbral de lo sagrado como ámbito de lo último, lo radical, lo verdaderamente necesario y valioso
para el hombre, para experimentar una impresión de sobrecogimiento que se expresa en la
necesidad de descalzarse ( Ex 3,5), esta impresión se hace más intenta cuando lo que se intenta
percibir y describir es el centro mismo de ese ámbito de lo sagrado, la experiencia por el hombre
del Misterio que lo habita. A las puertas de este mundo hay que dejar la pretensión de hablar de
seguridad con que se habla de algo sabido, el intento de apresar ‘el objeto’ que se busca, la
voluntad de dominarlo”

MARTIN VELASCO, J.: “La experiencia cristiana de Dios”, 14





“En el encuentro con su verdadero Ser, aquel que se ejercita, percibe la llamada a una nueva vida,
que él tiene el deber de hacer realidad en un camino individual que sea conforme únicamente a él
(…) Sólo entonces es cuando deviene una persona en el pleno sentido del término, alguien que ya
no se agarra a todo, como en aquel en quien el corazón está regulado por el Yo, sino que se da
libremente testimonio de lo divino al aceptar con amor el eterno círculo de la muerte y el devenir
.
En el seno del ‘espacio histórico’ que le ha sido impuesto por el destino, y en su calidad de hijo del
Cielo y de la Tierra, y consciente de su ‘deber original’, él trata de cumplir su destino humano.
Experiencia vivida, comprensión y ejercicio llevan de este modo a la acción creativa de un hombre

268. El arte de ser

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que no sólo percibe el SER, sino que, transformado en su alma y en su cuerpo, por la
trascendencia, da testimonio del SER a través de su existencia, es decir, testimonia siempre del Ser
esencial, su Ser, tanto en sus fracasos como en sus logros. Para él, el reino de Dios en la tierra no
es una simple fórmula”



DÜRCKHEIM, Karlfried: “Hara. Centro Vital del Hombre”, 221










6.5.4.- Confianza radical, razonada y razonable; una fe últimamente fundada





“El sí radicalmente confiado a la problemática realidad no puede legitimarse con una racionalidad
externa: yo no puedo mostrar, por así decir, desde fuera, objetivamente, lo fundado de mi actitud
positiva. Es imposible comenzar presentando como evidente o razonable algo que pueda luego
garantizar la legitimidad de mi confianza, de forma que ésta quede exenta de toda duda... Mi
confianza radical aparece... como una confianza fundamentada por la misma realidad y a la par
justificada ante la razón, que no garantiza una seguridad evidente de antemano fabricada por mí
mismo, pero sí brinda una certeza que descubro en el acto de confiar. Formulado en términos
precisos, el sí radical a la realidad constituye, pues, una confianza que no es racionalmente
demostrable ni irracionalmente indemostrable, sino suprarracional, más que racional; por eso, tal
confianza representa un riesgo racionalmente justificado, por tanto, no irracional, sino enteramente
racional, pero que nunca deja de ser un riesgo. Por consiguiente, entre ‘dogmatismo acrítico’
irracional y el ‘racionalismo crítico’ de base igualmente irracional se da un camino medio: el de la
racionalidad crítica ... La fe en Dios vive de una confianza radical últimamente fundada: con el sí a
Dios yo mismo me decido confiadamente por un primer fundamento.

KÜNG, Hans: “¿Existe Dios?”; 609, 611 y 779







“El sí a Dios conlleva, por tanto, una confianza en la vida coherente y dotada de fundamento
último: una confianza primigenia anclada en la más abismal profundidad, en el fundamento de los
fundamentos, y dirigida a la meta de las metas. Dios como nombre para el sentido-fundamento que
sostiene todo, como observa Ludwig Wittgenstein (…) Debiera quedar claro que la confianza
radical y la confianza en Dios manifiestan una análoga estructura fundamental: no son sólo
cuestión de la razón humana, sino del ser humano entero, con espíritu y cuerpo, con razón y
pulsiones. También la confianza en Dios es supraracional, pero no irracional. Se puede defender
racionalmente frente a las críticas racionales: no con pruebas concluyentes, pero sí con razones
convincentes”

KÜNG, Hans: “Lo que yo creo”, 124

269. El arte de ser

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“La categoría del fin es trascendente, puesto que se halla fuera de aquello que se tiene. Por lo que
se considera al sentido total del universo bajo la forma de un concepto límite. Consideramos este
sentido como SUPRASENTIDO, con lo que expresaríamos que el significado del todo no es
captable, es más que captable.

Del mismo modo que un animal no puede, trascendiendo su medio, llegar a comprender nunca el
mundo de los hombres que está por encima de él, el hombre no puede llegar nunca a comprender
que es lo que está por encima de su propio mundo. Puede, a lo sumo, llegar a vislumbrarlo (por
medio de la Fe) (...) La fe en un sentido superior tiene importancia psicoterapéutica y
psicohigiénica. La fe creadora hace al hombre más fuerte, como auténtica fe que es, nacida de una
fortaleza interior. Para quien se hace fuerte en esta fe no existe nada carente de sentido. Por lo
tanto, la historia interior de la vida del hombre nunca acaecerá en vano”.

FRANKL, Victor: “Psicoanálisis y existencialismo. De la psicoterapia a la logoterapia”.

270. El arte de ser

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7.


EPILOGO








"... La geometría se opone al caos, por eso los hombres han inventado las ventanas que son
geométricas y toda geometría presupone los ángulos rectos. ¿Será que nuestra vida está también
subordinada a los ángulos rectos? Ya sabes, esos difíciles itinerarios, hechos de segmentos, que
todos debemos reconocer simplemente para llegar a nuestro fin. Tal vez, pero...todo lo que
pensamos, lo que vivimos, lo que hemos vivido, lo que deseamos no puede estar gobernado por las
geometrías. Y que las ventanas son sólo una pávida forma de geometría de los hombres que temen
la mirada circular, donde todo entra sin sentido y sin remedio...”

TABUCCHI, A: "Tristano muere", 169

271. El arte de ser

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8. BIBLIOGRAFIA




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272. El arte de ser

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272

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273. El arte de ser

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273

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30/08/2012
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