La sangre del cordero sacrificado en la primera Pascua protegió a los primogénitos
judíos de la décima plaga egipcia, la muerte de los primogénitos.
2. Sacrificio de Jesús en la cruz:
En el cristianismo, se considera que Jesús es el Cordero de Dios que fue sacrificado
para expiar los pecados del mundo.
Jesús cumple con las características del cordero pascual (comparar)
Jesús cumplió las profecías bíblicas del sacrificio del cordero y con el ritual levítico
de sacrificio (Isaías 53:6-7, Levítico 23:5, Éxodo 12), la muerte en la cruz, el
derramamiento de sangre, sus huesos no fueron quebrados.
Jesús es el pan sin levadura; cuando con los apóstoles participa del Séder, instaura
la cena del Señor, identificándose con el pan ácimo que sería partido y dando
como inicio un nuevo pacto en su sangre derramada (Cena del Señor, Éxodo 24:8).
La muerte de Jesús en la cruz es vista como un acto de amor y redención, que ofrece
salvación y liberación espiritual a la humanidad.
Jesús es el primogénito consagrado, el cordero sin mancha, la propiciación por
nuestros pecados en la libación de su sangre en la cruz.
Jesús es nuestro Jehová Jireh que declaró Abraham en Génesis 22.
Ahora, desde un punto de vista comparativo:
Similitudes:
Ambos eventos involucran el concepto de sacrificio y redención. En la Pascua judía,
la sangre del cordero protegió a los judíos de la muerte, mientras que en el
cristianismo, la muerte de Jesús en la cruz se considera un sacrificio que ofrece
salvación.
La pascua judía como rito conmemorativo y de expiación, solo cubría los pecados del pueblo
de forma parcial, era un sacrificio temporal provisto por el hombre a Dios, era limitado. El
sacrificio de Jesús fue único, irrepetible y eterno (Hebreos 9:12), para salvación de toda la
humanidad, a diferencia del cordero pascual, Jesús (el Agnus Dei) fue el cordero provisto por
Dios el jireh del Señor para la toda la humanidad.
A diferencia del cordero pascual sacrificado en el AT, Jesús resucitó… su tumba está vacía, la
muerte no lo pudo contener, Él es el cordero inmolado, resucitado, lleno de gloria, honra y
poder.
Cristo en nuestra pascua (1 Corintios 5:7)
Nuestra Respuesta (Razonable)
Al aceptar a Jesús y ser salvos (libres) por sus sacrificio en la cruz, nuestra respuesta debe ser
ofrecer nuestras vidas al Señor en sacrificio (como Abraham hizo con Isaac, al ofrecer lo más