El deseo de rubi

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Sophie Blackall

El deseo de Ruby

3

¡Ganador del Ezra Jack Keats Book Award 2003
y del Publishers Weekly Best Children’s Books 2002

“un cuento sobre el sueño de una niña, que deseaba
llegar a ser mucho más de lo que su tradición le permitia”
Revista Kirkus
“Este sencillo cuento se toma seriamente el conflicto de Ruby,
ensalza su deseo de aprender y su personalidad alegre.”
Revista Publishers Weekly

“El carácter decidido de Ruby cautivara la Imaginación de los lectores”
The Bulletin ofthe Center for Children’s Books

Shirin Yim Bridges
proviene de una familia de escritores y artistas. Ia vivido

en muchos países de todo el mundo; Malasia, Singapur, Hong
Kong, Australia, Nueva Zelanda, Inglaterra, y actualmente vive
en el norte de California. Trabajó como periodista para niños
en el The Student Extra, un suplemento del Hong Kong
Standard. Este es su primer libro infantil.

Sophie Blackall
ilustradora australiana, cuyos trabajos han sido publicados
‚en muchos periódicos y revistas, entre ellos el New York Times.
‘También ha ilustrado muchos libros para niños. Ahora
en Brooklyn, Nueva York, con su marido y sus dos hijos.
pequeños. Como Ruby, su color preferido es el rojo.

Para Graeme, porque le encantan mis historia
Para mi hija, Olive, y para mi querido amigo Imogen —S. D

Tilo orinal: Raby wis
Adaptación: Mana Ansó
Totocomposición: Editor Sete Su

Fatado por acuerdo con Chane Books

Testo © 2002 Shin Yin Has
ustraciones © 2002 Sophie Blackall

Diseño de ro de Kasten M Nobles
La ipopalia de este bo es a Host y la Blin Sep.

La coli chia es de Harve Fong.

Las tasraiones de ete br se realizaron en poa sobr pupel Arches
‘yen composición aient

Piera oi en feng castellana psa todo el mundo:
© 2005 Bones Seres, S.L

Muntaner 391-0021 — Barcelona
wuwwedicionescrres com

“Todos los derechos reservados. Queda igurosamene prat a reproducción
total o parcel de esta obra por cualquier medio o prodimiento y su dbus
motas alquile

ISON: 804602063

£ Ss: os adenträis por las calles de cierta
/ ciudad de China, dejando atrás el-mércado de

animales, con sus gorriones de Java en jaulas de bambú
y sus peces de colores y galápagos en peceras de porcel
llegaréis a una manzana de apartamentos. Ahora viven allí
muchas familias, y el edificio está oscurecido por el paso del
tiempo y la suciedad. Pero si miráls atentamente, os daréis
cuenta de que hubo un tiempo en que aquello era una sola
casa, el grandioso hogar de una única familia

La casa fue construida por un anciano a su

regreso de la Montaña de Oro. Así llamaban
los chinos a California, cuando muchos se

marchaban allí aquejados de la Fiebre del
Oro y pocos regresaban. Pero como Iba
diciendo, este hombre regresó, y regresó
muy rico. E hizo lo que los hombres
ricos hacían en la China de entonces:
se casó con varias mujeres. Sus
mujeres tuvieron varios hijos y estos
se casaron a su vez con varias mujeres.
Así que hubo un momento en el que la

casa se llenó con los gritos y las risas de
más de cien niños.

Entre tanta chiquillerfa, habfa una
niña a la que llamaban Ruby porque le
encantaba el color rojo. En China, el
rojo es un color festivo. En Año Nuevo,
por ejemplo, los niños reciben sobres
rojos llenos de dinero de la suerte.
También las novias se visten de rojo el
día de su boda. Pero Ruby quería ir de
rojo todos los días del año. SI su madre

le obligaba a ponerse ropa oscura,
entonces la niña se ataba el pelo
con lacitos rojos

Con tantos nietos, el abuelo de Ruby decidió contratar
a un profesor particular. Quien quisiera aprender,
podria asistir a clases. Esto no era habitual en la China
de entonces, cuando la mayoría de las niñas no sabia
ni leer ni escribi

Si hacía buen tiempo, las clases se daban en el jardín.
Los ventanales del despacho del abuelo de Ruby daban
justo alliy a él le gustaba asomarse para echar un
vistazo a los niños.

Un dia, el abuelo de Ruby miró por la ventana y descubrió
que el gran muro blanco del jardin estaba cubierto con
hojas caligrafiadas. Sus nietos habían estado practicando
caligrafía. Algunos se habian puesto perdidos de tin
al verlos, el abuelo de Ruby soltó una carcajada.

ES 4

Un día'se dio cuenta de que una de las hojas del muro.
era mejor que el resto. ¿Cuál de sus nietos había

ado una caligrafía tan hermosa? Abajo, en el
jardin, el profesor estaba felicitando a Ruby y las orejas
de la niña se pusieron tan rojas como su chaquetilla.

re

Pero aunque Ruby era igual o mejor estudiante que sus
primos varones, la niña debía trabajar mucho más duro

que ellos. Cuando los chicos terminaban sus deberes
del día, podían ir a jugar. Pero las niñas tenían que
aprender a cocinar y otras tareas del hogar. De hecho,
según sus madres, esas eran las únicas tareas que
merecía la pena aprender.

Una a una, todas las niñas, desanimadas, dejaron de
ira clasc. Todas, excepto Ruby. Ella dejaba su labor de
costura para la noche y, a menudo, la vela de su cuarto
seguía encendida muchas horas después de que todo el
mundo se hubiera ido a la cama.

Un día, los nifios tuvieron que escribir

un poema. Ruby escribió:

Ah. ya es mala suerte haber nacido niña: pero peor es |

nacer en esta casa donde sólo cuentan los niños.

El profesor quedó muy impresionado con las palabras
de Ruby. Le en
preocupado hizo llamara Ruby a su despa

6 el poema al abuclo, que muy
cho.

Ruby encontró a su abuelo sentado en una butaca,
con su pocma extendido sobre la mesa.

Has escrito tú este poema?”, le preguntó el abuelo.

i, abuelo”, contestó la niña.

“¿De verdad crees que en esta casa sólo nos importan los
chicos?”

“Oh, no, abuelo”, contestó Ruby, sintiendo mucho haber
dado un disgusto a su abuelo. “Nos cuidais muy bien a
todos, y estamos muy agradecidos por ello”,

Pequeña Ruby”, dijo el abuelo suavemente. “Realmente
me gustaría saber por qué has escrito este poema.
¿Qué privilegios reciben aquí los niños?”

“Bueno”, contestó la niña, intentando recordar
alguna cosilla sin importancia, “en la Fiesta de la
Luna, por ejemplo, a los chicos siempre les dan el
trozo de pastel de luna que tiene la yema de
huevo”.

“Mmmnv, dijo el abuelo, como si esperase algo más
grave. “¿Es verdad eso?”

“Si”, siguió Ruby. “Y en la Fiesta del Farolillo, a las
nifias nos dan un simple farol de papel, mientras
que ellos tienen faroles rojos preciosos con formas
de pez, gallo o dragón”

El abuelo de Ruby sonrió para sus adentros. No lo
había pensado antes, pero era evidente cuánto le
hubiera gustado a su nieta un farolillo rojo.

“Pero lo más importante...”, dijo Ruby sin dejar de
mirarse las zapatillas rojas, “... es que los chicos pueden
ir a la universidad y en cambio nosotras tenemos que
casamos

“¿No te quieres casar?”, le preguntó el abuelo. “Ya sabes
que eses afortunada, pues cualquier hombre querría

casarse con una hija de esta casa”.

“Lo sé, abuelo”, dijo Ruby, “pero yo preferiría ira la
universidad”.

El abuelo le acarició la cabeza: “Gracias, Ruby, por
hablar conmigo. Sigue con tus clases y aprovéchalas
todo lo que puedas”

Y eso hizo Ruby. Sus primos crecieron y algunos fueron
ala universidad. Otros se quedaron en la casa y
formaron sus propias familias. Pero las niñas, al hacerse
mayores, se casaron y fueron enviadas a vivir a los
hogares de sus maridos. Ruby sabía que pronto sería

su tumo. Faltaba poco para la llegada del Año
Nuevo Chino y ella suponía que aquel sería
su último año en casa. Bajo la fina capa

de hielo del estanque, Ruby podía

ver una carpa anaranjada

intentando a duras KA
penas respirar Y)

El Dia de Año Nuevo, Ruby se puso sus zapatillas de
terciopelo rojo y se recogió el pelo con unos lazos rojos.
Quería felicitar el año a todo el mundo. Empezó por sus

primos casados, luego sus padres, tíos, tías... Cada uno
de ellos le entregaba un sobrecito rojo lleno de dinero
de la suerte. Finalmente, Ruby saludó con respeto a su
anciano abuelo: “Buena suerte y prosperidad, Abuelo".

“Buena suerte, mi pequeña Ruby”, contestó el abuelo.
Y le entregó un gran sobre rojo.

Ruby podía sentir los ojos de todos clavados en ella
mientras abría el sobre. ¿A que no adivináis lo que
habia dentro? No, no era dinero. ¡Era algo muchísimo
mejor!

El sobre contenía la carta de una universidad diciendo
que Ruby había sido admitida para estudiar alli el
próximo curso.

Y así fue como Ruby consiguió hacer realidad su deseo.
Lo que os he contado sucedió de verdad hace mucho
tiempo. ¿Que cómo lo sé? Bueno, Ruby es mi abuela...
y sigue llevando algo rojo tados los días.

Si os adenträis por las calles de diera ciudad de China,

dejando amás el
mercado de animales, con sus gornones de Jaya en jaulas de Bambi y sus
peces de colores en peceras de porcelana; conoceréls a Una niña amada.
Ruby. Ruby no es como las otras niñas: ella ho quite casarse, dliando Sea
mayor. Su deseo es ira la Universidad, cómo hacen los chicos desu.

acuarelas, El deseo de Ruby es la conmovedors historia de tind Volliftarios: 00
niña a la que su familia premió porso espiritt independiente 7
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