1. ¿Por qué el verbo se hizo carne? En el Credo Nice-Constantinopolitamos rezamos confesando: “Por nosotros y por nuestra Salvación” bajó del cielo (DS 150).
El Verbo se encarnó para salvarnos reconciliándonos con Dios : “ Dios nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados” (1 Jn 4, 10).
“Nuestra naturaleza enferma exigía ser sanada; desgarrada, ser restablecida; muerta, ser resucitada. Habíamos perdido la posesión del bien, era necesario que se nos devolviera… ¿No merecían conmover a Dios hasta el punto de hacerle bajar hasta nuestra naturaleza humana para visitarla, ya que la humanidad se encontraba en un estado tan miserable y tan desgraciado? (S. Gregorio de Nisa , Oratio catechetica , 15: PG 45, 48B)
El Verbo se encarnó para que nosotros conociésemos así el amor de Dios (1 Jn 4, 9; Jn 3, 16).
El Verbo se encarnó para ser nuestro modelo de santidad : “ tomad sobre vosotros mi yugo y aprended de mí…” ( Mt 11, 29; Jn 14, 6). Según el Padre a Él hay que escucharle (Mc 9, 7; Dt 6, 4-5).
Jesús es el modelo de las bienaventuranzas y la norma de la Ley nueva : “amaos los unos a los otros como yo os he amado” ( Jn 15, 12; Mc 8, 34).
El Verbo se encarnó para hacernos partícipes de la naturaleza divina (2 P 1, 4).
“Porque tal es la razón por la que el Verbo se hizo hombre, y el Hijo de Dios, Hijo del hombre: para que el hombre al entrar en comunión con el Verbo y al recibir así la filiación divina , se convirtiera en hijo de Dios” (San Ireneo, Adversus haereses 3, 19, 1).
“ Porque el Hijo de Dios se hizo hombre para hacernos Dios ” (San Atanasio, De Incarnatione 54, 3: PG 25, 192B).
“El Hijo Unigénito de Dios, queriendo hacernos partícipes de su divinidad , asumió nuestra naturaleza, para que, habiéndose hecho hombre, hiciera dioses a los hombres” (Santo Tomás de Aquino, Oficio de la festividad del Corpus).
2. La Encarnación
La Iglesia llama Encarnación al hecho de que el Hijo de Dios haya asumido una naturaleza humana para llevar a cabo por ella nuestra salvación.
“ Cristo : el cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios , sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo, haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en suporte como hombre; y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz” (Fil 2, 5-8).
La fe en la Encarnación es el signo distintivo de la fe cristiana : ¿Quieren reconocer al espíritu de Dios? Todo espíritu que reconoce a Jesús como el Mesías que ha venido en la carne…” (1 Jn4, 2)
3. Verdadero Dios y Verdadero hombre La Encarnación no significa que Jesús sea en parte Dios y en parte hombre , ni que sea una mezcla el resultado de una mezcla confusa entre lo divino y lo humano .
Jesús es verdadero hombre pero sin dejar de ser verdadero Dios . La Iglesia defendió y aclaró esta verdad desde los primeros siglos frente a unas herejías que la falseaban.
Al inicio se negó menos la divinidad que la humanidad de Jesucristo . La fe apostólica insistió en la verdadera encarnación del Hijo de Dios.
Herejías
1. Docetismo Herejía difundida en el siglo I , por Marción , (Valentín y Basílides - gnósticos) reduce la carne de Cristo a una apariencia : "Parece que come, parece que camina, parece que está cansado...".
Refutan el docetismo Tanto san Juan en sus cartas (1 Jn 4, 2) como san Ignacio de Antioquía luchan contra este error. Jesús es verdadero hombre que come, bebe, se cansa, camina, llora, se admira .
Jesús caminó por las calzadas polvorientas de Israel. Jesús miró con sus propios ojos a niños inocentes, a hombres enfermos, a fariseos complicados. Jesús amó con corazón humano .
2. Ebionismo Herejía del siglo II entre judeocristianos que niega que Cristo haya sido engendrado por el Padre y reconoce en Cristo al hombre investido por el E.S. en el Bautismo .
Refutan el ebionismo Condenada por san Ireneo de Lyon : Cristo es verdadero hombre porque corresponde al hombre reparar su falta . y verdadero Dios, porque sólo Dios puede dar eficazmente la salvación y restablecer la unión con los hombres .
Por ser Dios reparó la ofensa infinita que el hombre perpetró contra Dios. Por ser Hombre el hombre quedó redimido y su cuenta saldada .
3. Adopcionismo Herejía del siglo II : Teodoro y Pablo de Samosata que dicen que Cristo es un simple hombre, adoptado por Dios como portador de una gracia divina excepcional .
El adopcionismo niega la Trinidad y la divinidad de Cristo y la encarnación del Verbo . Volvemos a lo mismo: Jesús es verdadero Dios y verdadero Hombre. Se necesita fe para creer esto , pues Cristo, no lo olvidemos, es un misterio.
4. Arrianismo Herejía del siglo III: Arrio , que niega la divinidad de Cristo . Cristo, dice, es hijo adoptivo de Dios, no consusbstancial al Padre . Y el E.S. es la primera criatura del Hijo, por tanto, inferior a Él.
Esta herejía fue condenada en el concilio de Nicea (325 ): "Cristo es verdadero Dios y verdadero hombre". Cirilo de Alejandría (370)
San Jerónimo pronunció una frase célebre: "El mundo se despertó un día y gimió de verse arriano". Muchísimos sacerdotes y fieles habían sido martirizados, los obispos católicos arrojados al destierro y sustituidos por arrianos.
El emperador Constancio II , arriano, que se había adueñado de todo el Imperio. Fue quien dijo: " Se acabaron los niceanos (es decir, los católicos hemos triunfado los cristianos (es decir, los arrianos); si solamente pudiéramos agarrar y ahorcar a ese bandido obispo de Alejandría" . Se refería a un gran defensor de la fe católica, Cirilo de Alejandría.
5. Apolinarismo Herejía del siglo IV por Apolinar , que niega el alma humana de Cristo , creyendo que esa alma humana sería como la nuestra , pecaminosa . Así creía salvar la divinidad de Cristo .
La Iglesia en el sínodo de Alejandría ( 362 ) afirmó el alma de Cristo diciendo: "El Verbo se encarnó para salvar alma y cuerpo; por ello tuvo que tomar un cuerpo".
El sínodo de Roma del 377 condenó la herejía de Apolinar . El alma humana de Cristo no es pecaminosa, porque no tuvo pecado original , y, por los mismos, tampoco las consecuencias de ese pecado original, con el que nacemos todos los mortales. Sólo el pecado es quien deja la marca pecaminosa en el alma. Jesús no tuvo pecado, por tanto, la conclusión es bien clara.
6. Nestorianismo Herejía del siglo V por Nestorio , obispo de Constantinopla, que sostenía dos personas en Cristo: una divina y otra humana .
El concilio de Calcedonia del 451 dice que en Cristo hay dos naturalezas separadas , unidas en una sola persona, la del Verbo . ¿Qué pensaríamos de un hombre que tenga dos personas o dos personalidades incorporadas en su ser? ¿Quién mandaría? ¡Qué lucha dentro de ese mismo ser!
Hay que confesar a un solo y mismo Hijo y Señor nuestro Jesucristo: perfecto en la divinidad y perfecto en la humanidad ; verdadero Dios y verdadero hombre y perfecto en la humanidad.
Verdaderamente Dios y verdaderamente hombre compuesto de alma racional y cuerpo ; consubstancial con el Padre según la divinidad y consubstancial con nosotros según la humanidad , “en todo semejante a nosotros, excepto en el pecado” ( Hb 4. 15); nacido del Padre antes de todos los siglos según la divinidad; y por nosotros y por nuestra salvación, nacido en los últimos tiempos de la Virgen María, la Madre de Dios, según la humanidad.
Se ha de reconocer a un solo y mismo Cristo Señor , Hijo único en dos naturalezas, sin confusión, sin cambio, sin división, sin separación . La diferencia de naturaleza de ningún modo queda suprimida por su unión, sino que quedan a salvo las propiedades de cada una de las naturalezas y confluyen en un solo sujeto y en una sola persona ” (C. Calcedonia DS 301-302).
7. Monofisismo Herejía del siglo V por Eutiques , archimandrita de Constantinopla, que sostenía una sola naturaleza en Cristo, la divina .
Calcedonia del 451: en Cristo hay dos naturalezas: una, divina, y otra, humana . Si fuera verdadera esta herejía, ¿cómo se explicarían tantas actitudes de Cristo en el Evangelio: Jesús se cansaba, comía y bebía, caminaba, tenía unas manos, lloraba, se llenaba de santa cólera ? Si no hubiera tenido naturaleza humana, no hubiera podido realizar estas actividades que son humanas.
8. Monotelismo Herejía del siglo VII por Sergio , patriarca de Constantinopla, que sostenía una sola voluntad en Cristo, la divina .
La Iglesia dio respuesta en el III concilio de Constantinopla (680-681): " En Cristo hay dos voluntades sin división, sin cambio, sin separación ni confusión" .
Las dos voluntades no se oponen en Cristo , porque la voluntad humana sigue sin resistir ni oponerse, sometiéndose libre y amorosamente a la voluntad divina omnipotente.