El palacio de Gobierno de Tlaxcala
I.Introducción
Tlaxcala es un estado que alberga parte de los vestigios que actualmente existen de
una extinta cultura, la cual se fue disolviendo conforme el avance cronológico de
un período histórico tras otro, debido a su vez (evidentemente) a la participación y
acción del ser humano sobre éste territorio.
Estaríamos incluyendo entonces dentro de este contexto a la cultura Tlaxcalteca,
vital elemento dentro del estudio de la historia de México. Surgirá entonces el
cuestionamiento: ¿Por qué se le adjudica tanta relevancia a una cultura
prehispánica de más de entre muchas otras?
Por ahora cabe mencionar que la cultura Tlaxcalteca toma tal importancia debido a
que, fue la cultura que impulsó el avance de España hasta el dominio de un
fragmento de la extensión mesoamericana.
Así, con el paso del tiempo y con la llegada de la Nueva España, se fue dejando una
riqueza y bagaje cultural plasmados a través de la arquitectura barroca, de los
órdenes arquitectónicos y las corrientes artísticas inherentes de esa época.
Todo esto será perceptible por medio de íconos, símbolos y estructuras presentes
en la plasticidad de la obra artística. Por consecuente se nos reflejará la correlación
existente entre los contextos social, político e idiosincrático, confluyendo todos en
el contexto histórico de la ciudad misma.
II.El Palacio Nacional de Tlaxcala y su herencia cultural.
El Palacio de Gobierno de Tlaxcala, pieza que se nos presenta esencial en la vida
política-estatal, empezó a ser construido en 1545, alrededor de este recinto, se
juntaban las casas reales y alcaldías de la ciudad. Es una edificación barroca
plateresca con alabastro en la fachada exterior. En el interior, podemos ver la
manera en que se expresa, y a mano del muralista Desiderio Hernández
Xochitiotzin (1922-2007), la memoria del pueblo tlaxcalteca.
Adaptando hasta llegar a la conquista, este registro queda ennoblecido por los
pinceles y la pintura mediante el mural, una forma de interiorizar (literalmente y
metafóricamente) la historia de Tlaxcala. El mural, trasladando la
tridimensionalidad de los recintos al lienzo, integra de una manera espléndida al
pueblo: pintura, discurso y materialidad. Unidad como máximo ideal para
cualquier pueblo.
Dividido en tres secciones (central, casas consistoriales, oriental-las casas reales y
poniente alhóndiga). El Palacio de Gobierno, saludándonos con ostentoso decorado
casi exuberante para el portal y los arcos, se ve llamativo.