EL Pecado de Eli en comentarios de Ellen White

GersonUziel1 0 views 3 slides Oct 08, 2025
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Citas del pecado de Elí tomado de escritos de Ellen White


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“Elí era sacerdote y juez de Israel. Ocupaba los puestos más altos y de mayor responsabilidad entre el pueblo de Dios. Como hombre escogido divinamente para las sagradas obligaciones del sacerdocio, y puesto sobre todo el país como la autoridad judicial más elevada, se lo consideraba como un ejemplo, y ejercía una gran influencia sobre las tribus de Israel. Pero aunque había sido nombrado para que gobernara al pueblo, no regía bien su propia casa . Elí fue un padre indulgente . Amaba tanto la paz y la comodidad, que no ejercía su autoridad para corregir los malos hábitos ni las pasiones de sus hijos . Antes que contender con ellos, o castigarlos, prefería someterse a la voluntad de ellos, y les cedía en todo . En vez de considerar la educación de sus hijos como una de sus responsabilidades más importantes, trataba el asunto como si tuviera muy poca importancia ”.  PP, 561

“El sacerdote y juez de Israel no había sido dejado en las tinieblas con respecto a la obligación de refrenar y disciplinar a los hijos que Dios había confiado a su cuidado . Pero Elí se sustrajo a estas obligaciones, porque significaban contrariar la voluntad de sus hijos, y le imponían la necesidad de castigarlos y de negarles ciertas cosas. Sin pesar las consecuencias terribles de su proceder, satisfizo todos los deseos de sus hijos, y descuidó la obra de prepararlos para el servicio de Dios y los deberes de la vida ”.  PP, 561

“A Elí, como sumo sacerdote y juez de Israel, Dios lo consideraba responsable por la condición moral y religiosa de su pueblo, y en un sentido muy especial, por el carácter de sus hijos . Él debió haber procurado refrenar primero la impiedad por medidas benignas ; pero si estas no daban resultados positivos, debió haber dominado el mal por los medios más severos . Provocó el desagrado del Señor al no reprender el pecado ni ejecutar justicia sobre el pecador. No se podría confiar en él para que mantuviera puro a Israel. Aquellos que no tienen suficiente valor para reprender el mal, o que por indolencia o falta de interés no hacen esfuerzos fervientes para purificar la familia o la iglesia de Dios, son considerados responsables del mal que resulte de su descuido del deber. Somos tan responsables de los males que hubiéramos podido impedir en otros por el ejercicio de la autoridad paternal o pastoral, como si hubiésemos cometido estos hechos nosotros mismos”. PP, 564
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