Hombre sugiere un conjunto de imágenes, de rasgos y caracteres
morfológicos, que se apartan y se oponen del concepto animal.
Ser humano expresa una unidad entre instancias interiores y exteriores,
fisicobiológicas y suprasíquicas. Pero al igual que hombre, ser humano,
hace referencia a la pertenencia a una especie. Señalan, lo que tenemos en
común, lo que nos hace iguales, casi siempre referido a propiedades
observables.
La palabra individuo tiene origen latino, proviene del término griego
átomon, que significa, lo indivisible. Adquiere relevancia en la
modernidad, cuando se piensa en el hombre como un microcosmos,
autosuficiente, una unidad independiente, dotada de razón y de libertad y
de autodeterminación.
El problema con la expresión individuo es que su concepto deja fuera de
consideración al otro y al mundo. Se pensaba que la vida era un juego de
fuerzas, donde los hombres se relacionaban según sus movimientos de
atracción y de repulsión.
La cuestión queda salvada cuando se comienza a hablar de persona.
Persona proviene del latín y significa máscara de teatro.
En tanto el hombre o ser humano se es miembro de una especie, el hombre
participa del ámbito natural; pero en tanto persona participa en el ámbito
cultural.
Sus características son:
1. Singularidad: a diferencia de la expresión hombre, que
expresa lo que los seres humanos tienen en común; persona,
designa lo que tienen de único. La persona siempre es en
situación, siempre es persona para alguien, frente a alguien,
junto a alguien y a la manera que esto se da, será siempre
irrepetible. Y puede ser único porque no tiene una esencia que
lo determine (aunque sí tiene condicionamientos históricos,
socioculturales que limitan sus posibilidades, pero no son un
destino absoluto).
2. Autonomía: la persona es libre, en tanto es principio de sus
acciones. Tiene la facultad de decidir sobre sus actos y, en
consecuencia, debe de ser responsable de ellos. Y en su